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Give me love por Allure

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Notas del capitulo:

Soy una pesima escritora, lamento tardarme...pero a este fic deben quedarle maximo dos capitulos mas.

 

Castiel cogió su copa y levantándola la choco suavemente con la que Dean sostenía. Sam había propuesto un brindis por su hermano y su próximo viaje. Sus ojos se encontraron con los verdes de Dean y se arrepintió de brindar por su próximo viaje. Él no quería por nada del mundo que el rubio se alejara de él, sin embargo, no iba a obligarlo a quedarse. Debía descubrir sus verdaderos sentimientos antes de arriesgarse. Su ex novia se había encargado de socavar su confianza, ahora esa era una de las razones de su excesiva prudencia.

Castiel necesitaba saber que Dean le quería también antes de arriesgarse.

—Ya sabes que apenas vuelvas a poner un pie en tierra firme debes traer tu trasero aquí o Sam va a enfadarse mucho ¿No, mi sexy alce?—pregunto Gabriel estirándose para coger la mano de su esposo que se sonrojo tras oírlo hablar—no te preocupes por estar solo, adoptaremos un perro apenas consiga una bonita casa con un gran patio—

Dean rodo los ojos al ver la felicidad marital que disfrutaba su hermano menor, quizás jamás lo admitiría en público pero en secreto el también deseaba algo así. Castiel, frente a él, bajo la copa y le ofreció una pequeña sonrisa avergonzada cuando Sam y Gabriel comenzaron a besarse frente a ambos. Ciertamente estaba acostumbrado a las afectuosas interacciones de su hermano y cuñado pero que Castiel estuviera presente le hacía sentir el doble de avergonzado. Sigilosamente acerco lo que más pudo su silla a la del otro y estirándose le susurro en el oído:

— ¿Quieres huir conmigo?—Castiel rogo porque Dean no se hubiera dado cuenta del estremecimiento que experimento al oír la profunda voz del rubio en su oreja y como si eso no hubiera sido suficiente aquellas palabras le habían hecho pensar en cosas no del todo sanas que desearía hacerle—vamos por un trago, tengo malas experiencias cuando estos dos se ponen cariñosos. —

—Creo que ellos podrían molestarse—susurro a su vez dándoles un vistazo a la pareja que se abrazaba frente a ellos mientras seguían compartiendo besos y risitas. Honestamente, ya no se sentía del todo cómodo en presencia de su amigo y su esposo. —aunque creo que no lo notaran.

—Diste en el clavo, Cas, ahora sígueme antes de que veamos cosas que no queremos ver—

Sin esperar respuesta, Dean se puso de pie y dejo la servilleta cerca de su plato vacío. Por suerte habían terminado de cenar hacia unos minutos antes del último brindis. Castiel lo imito y ambos se alejaron de la mesa en el momento en que Gabriel colaba una mano bajo la camisa de Sam que soltaba una risita. Emitiendo un gruñido mezcla de enojo y asco, Dean se encamino hacia la puerta seguido por Castiel. Tras ellos volvieron a oír la risa del menor de los Winchester, acompañadas por unos sonidos que Dean no deseo descifrar.

— ¿Puedes creerlo? Parecen un par de monos en celo, si Sam no fuera hombre de seguro ya sería tío de un par de niñas—ambos salieron al pasillo y se encaminaron hacia el ascensor. —no es que me moleste ser tío o padre pero siendo nosotros como somos…ya sabes…creo que tenemos demasiadas trabas si queremos formar una familia.

—Comprendo, aunque estoy seguro que Gabriel y tu hermano serían unos padres excelentes—entraron en el ascensor y Dean presiono el botón que los llevaría al vestíbulo. Dean se recargo en una de las paredes del ascensor y Castiel lo vio esbozar una pequeña sonrisa. —tú también serias un gran padre, quizás solo te falta encontrar a la persona correcta.

—No tendría problema con tener una gran familia feliz, aunque dudo que pueda tener al hombre correcto. La mayoría ya están tomados  o son jodidamente heterosexuales. —Castiel noto el cambio en la voz del otro. Dean contemplaba su reflejo en la puerta del ascensor y la expresión que vio en su rostro casi logro que se acercara a él, lo apretara entre sus brazos y le dijera todas las cosas que estaban pasando por su cabeza. Parecía triste y un poco perdido. Castiel abrió la boca para preguntarle a Dean que estaba mal cuando las puertas se abrieron y la mujer, que aguardaba el ascensor, se quedó mirándolos un poco sorprendida. Dándole una pequeñísima sonrisa, Dean se incorporó y abandono el ascensor junto a Castiel.

Abandonaron el edificio y salieron a la calle. A esa hora la mayoría de la gente ya había salido de sus trabajos y pese a que no circulaba tanta gente la calle no estaba desierta. Se detuvieron y tras observar a su alrededor descubrieron un pequeño bar cruzando la calle. No parecía un lugar demasiado popular y probablemente esa fue la razón por la que se decidieron a ir allí. Aguardaron a que pasara un autobús para poder llegar hasta aquel lugar.

Entraron en el bar y tras un corto vistazo alrededor se acercaron a la barra y ocuparon los últimos asientos en el extremo más cercano a la pared. No habían demasiados clientes y no les prestaron atención a los dos hombres que entraron. Dean y Castiel tomaron asiento y aguardaron a que el barman se acercara para pedirle un par de cervezas.

— ¿Sabes? Olvide que no deberíamos beber si vamos a conducir luego—dijo Dean tras darle un largo trago a su cerveza—supongo que no importa si solo nos bebemos una.

—Tienes razón, Dean, aunque aún podemos arreglar un poco esta situación—Castiel lentamente acerco su vaso al del otro hombre y le ofreció una pequeña sonrisa tras lo cual volvió a llamar al barman para pedirle un vaso de soda.

—Lo que tú quieres es emborracharme ¿no?—rio Dean aunque no dudo en tomar el vaso que él le acercara, quizás fuera a causa de su próxima separación o que no podía enfadarse con Castiel, Dean lo acerco a sus labios y bebió un poco—vas a tener que llevarme a casa luego porque dudo que quieras que pase una noche en la cárcel—

—No deseo tal cosa, es solo que quiero que te diviertas mientras todavía estas aquí. Dudo que vayas a poder hacerlo muy seguido mientras trabajas en ese crucero—Castiel le ofreció una sonrisa a Dean y este le sonrió de vuelta mientras volvía a llevar el vaso a sus labios.

—En eso tienes razón, así que tendré que abusar de tu bondad y pedirte que me lleves a casa luego—

—No abusaras, es un placer ocuparme de ti—Castiel esperaba que sus palabras no fueran tomadas a mal por Dean pero en cambio este se echó a reír y de un trago se acabó su bebida—Dean ¿te marchas el lunes, no?—

—Así es, mi amigo me consiguió el trabajo y para mi suerte el barco atraca el domingo. Se supone que el lunes vuelve a hacerse a la mar y ya no volverá en tres meses, creo—recordó Dean mirando su vaso y dándose cuenta lo fácil que lo había vaciado. Esperaba que Castiel no pensara que estaba sentado al lado de un ebrio. —Cuando nos volvamos a ver tendré un grandioso bronceado y tú podrías ya tener una pareja o algo—

—Lo dudo, mi suerte amorosa es casi inexistente—respondió Castiel tomando su vaso y haciéndolo girar entre sus dedos mientras sus ojos se perdían en las burbujas que subían a la superficie. —quizás seas tú el que vuelva con alguien.

—Creo que concuerdo contigo en lo de tener una vida amorosa inexistente, he estado demasiado metido en mi trabajo como para tratar de tener a alguien—rio Dean haciéndole una seña al barman para que rellenara su vaso, cosa que hizo al instante—tu por lo menos tuviste a esa zorra…digo, perdona que me refiera a ella de esa manera sabiendo que ustedes…—

—Nos íbamos a casar, de hecho creo que aún tengo el anillo en mi escritorio—dijo Castiel mientras miraba el reflejo distorsionado que las botellas tras la barra le devolvían. No entendía porque estaba diciéndole eso a Dean pero fue como quitar un peso de su corazón, como si revelarle eso pudiera hacerle estar más cerca de el—uso eso para obtener ciertas cosas de mí, uso mi nombre para hacer algunas cosas que yo jamás habría aprobado…ella se aprovechó de mi confianza—

Dean volvió a levantar su vaso y le dio un pequeño trago a su cerveza. Sabía que la mujer podía haber sido su novia pero no su prometida y saber eso le aseguraba que Castiel estaba fuera de su alcance. Las señales que había visto o había creído ver simplemente podían deberse a la amabilidad de Castiel. No era como si él le hubiera dado algo claro, sus esperanzas parecían infundadas ahora. El hombre contemplaba fijamente las botellas que se alineaban tras la barra, quizás estaba pensando en ella ahora, no iba a negar que era bastante guapa.

—Cas… ¿podrías llevarme a mi casa?—pregunto Dean mientras volvía a alzar su vaso y lo vaciaba con un solo trago. Ya no podía estar tan cerca de ese hombre sabiendo que no podría tenerlo, antes lo soportaba porque tenía la ilusión de que su preocupación hacia su persona pudiera llegara a significar algo distinto en algún momento, sin embargo, Castiel no era lo que él creía.—no se me hace demasiado atractiva la idea de tener un accidente o algo—

— ¿Eres un mal bebedor? Anoche parecías tener mejor aguante—Castiel no pudo detener las palabras que escaparon de su boca. Ese tema era complicado, ni siquiera había querido darle más vueltas de las que ya le había dado pero fue imposible no hacerlo al ver que Dean quería alejarse.

—Anoche hice muchas cosas de cuales me arrepiento…tomare un taxi—Dean sintió como sus mejillas enrojecían al oír a Castiel referirse a eso. No quería que viera en su rostro la verdad y lo mejor que se le ocurría era salir huyendo. No le importaba lo que ese hombre pensara sobre su manera de comportarse en ese momento, lo único que le importaba era salir de allí mientras su relación con Castiel siguiera intacta. Así que antes de que Castiel pudiera decir algo más al respecto se levantó de su lugar y sin decir nada salió del bar.

Al verlo alejarse de él, Castiel se sintió como un verdadero estúpido. Jamás había sido su deseo que Dean se enfadara o que hiciera algo como eso e iba a ir tras el cuándo el barman, de una manera amable pero muy decidida le recordó que aún no pagaba la cuenta. Castiel maldijo en voz baja antes de darle su tarjeta de crédito al hombre y apenas hubo pagado salió corriendo, seguro de que Dean ya había tomado un taxi…sin embargo, grande fue su sorpresa al encontrarse con el rubio fuera del bar.

—Dean…yo pensé que…dios, siento haberte molestado antes—se apresuró en decir Castiel mientras se paraba frente al otro para poder detenerlo si es que quería volver a huir—déjame llevarte a casa, solo tenemos que cruzar la calle—

—Cas, eso no importa…necesito pedirte algo y no quiero hacerlo—si antes Dean se sentía estúpido ahora se sentía como el rey de los idiotas. Aunque no se sentía del todo culpable, no, la mitad de la culpa era de su hermano Sam y se propuso hacerle pagar de alguna manera—pero no quiero ir a tocar la puerta de Sam—

— ¿Q-Que sucede? Espero que no sea algo malo ¿te sientes bien?—pregunto Castiel acercándose al rubio y mirándolo a los ojos en un intento de tratar de averiguar que tenía Dean—puedes pedirme lo que sea…de verdad—

—Ay Cas…lo haces sonar como si tuviera una enfermedad terminal—a pesar de sus palabras y la expresión de molestia que trato de enseñarle al otro, Dean se sentía un poco emocionado por la preocupación que Castiel le demostraba. Aunque el momento se echaba a perder gracias a la pregunta que quería hacerle—es vergonzosos y juro que te pagare apenas ponga un pie en tierra firme—

— ¿Quieres que te preste dinero?—Dean deseo que un agujero se abriera bajo sus pies y se lo tragara. Se sentía avergonzado.

—Sí, Castiel, quiero que me prestes dinero—murmuro al tiempo que miraba los taxis pasar cerca de ambos—no será mucho, tengo que pagar una bodega para poder meter todas mis cosas antes de irme…las dejaría en mi departamento pero no tengo para pagar el alquiler y ya no tengo dinero para eso—

Castiel sintió que estaba mirando un cachorrito. El mismo que se había encontrado en el camino de casa a la escuela y el mismo que sus padres le prohibieron tener. Quería cuidar de Dean, decirle que no debía preocuparse por el dinero de ahora en adelante porque él iba a encargarse de todas sus necesidades, pero suponía que al rubio no le gustaría que le dijera eso. Algo le decía que Dean podía ser demasiado orgulloso.

— ¿Vas a prestarme el dinero?— la voz de Dean lo saco de sus pensamientos y esta vez fue turno de Castiel de sentirse avergonzado al ver que el rubio lo estaba mirando fijamente. Esperaba una respuesta y él estaba haciéndolo esperar.

—Claro…lo que tú quieras— dijo con una sonrisa mientras daba un paso más cerca de él. Su mirada fija en los ojos verdes del hombre delante de él. —Dime cuanto necesitas, voy a transferirlo a tu cuenta o podemos parar en un cajero mientras te llevo a tu casa—

— ¿Aun quieres llevarme a casa?—pregunto con un cierto sonrojo que logro que el corazón de Castiel latiera un poco más rápido—pensé que estarías molesto o algo por dejarte así antes—

—La única forma en la que yo podría enfadarme contigo seria que no te despidieras mañana de mi—Castiel se preguntó que pensaría Dean si en ese momento llevara su mano a su mejilla y lo acariciara de la manera en que tanto había deseado—¿mañana será nuestra última vez?—

—Eso parece, Cas—susurro Dean deseando que esas palabras que acababan de abandonar sus labios fueran mentira, pero eso era exactamente lo que sucedería mañana.

El mañana…Dean saboreo la idea y deseo que las emociones que nacían y se agitaban en su corazón desaparecieran. Mañana.

Lo suyo ya tenía un final y era mañana.

 

 

Notas finales:

Continuara...


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