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Rewrite por Kuroyami Mirai

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Notas del capitulo:

He demorado un montón…, lo siento mucho, pero he vuelto con la actu, y espero de corazón que la disfruten.

Pásense por las notas finales, tengo una pregunta que hacerles.

 

Si de algo estaba segura Yamanaka Ino, era que Sasuke y Naruto se tenían algo entre manos. Mientras más los veía, más sospechoso se volvía todo. Incluso Sai, el imbécil de su compañero, había notado en las últimas semanas esta rareza y había dejado de hacer comentarios sarcásticos respecto a su salud mental. Ahora hacía comentarios sarcásticos respecto a lo que hacían esos dos cuando nadie los estaba mirando, y extrañamente, Ino creía que tenía razón.

Se había vuelto a reunir con las chicas y su compañero, vigilando la casa del Uchiha desde las sombras. Al principio todo parecía normal por los alrededores, pero luego, la situación se volvió confusa. Supuestamente Sasuke estaba ayudando a Naruto con los entrenamientos para los próximos exámenes de la academia. Pero su comportamiento demostraba… otra cosa.

Lo observaba de manera extraña, le hablaba al oído, lo tocaba por mucho tiempo… Era tan sospechoso.

Ino miraba de soslayo como su amiga Sakura se mordía las uñas con rabia y frustración, o como Hinata miraba sus manos con vergüenza. Sai a su lado, simplemente sonreía con esa expresión falsa y fastidiosa, sacándole a la rubia una o dos venas de irritación.

-Esto es estúpido- demandó Sakura de repente, irguiéndose por encima del arbusto donde estaban ocultos- Naruto sólo logra fastidiar a Sasuke-kun, no necesito ver nada más.

Hinata también se paró, trotando para alcanzar a su compañera, no sin antes hacer una reverencia de disculpa hacia los otros dos. Ino no dijo nada al respecto, podía entender a su amiga y su intención de negarlo todo. Pero la situación era demasiado obvia y sabía que Sakura no era tan estúpida. Miró a Sai y su ceño se frunció.

-¿Tú qué opinas de todo esto?

Sai le dedicó una mirada indescifrable y por primera vez, Ino se sintió interesada en lo que diría- es sencillo. El bastardo Uchiha quiere follar a Naruto, pero Naruto no se da cuenta.

Ino entrecerró los ojos ante la veracidad de aquellas palabras tan… directas- yo… creo lo mismo. Sin embargo, estás equivocado en algo.

Sai arqueó las cejas- ¿equivocado?

-Naruto sí se da cuenta, pero trata de ignorarlo.

Sai se sorprendió por la conclusión de su compañera, pero si se ponía a pensar en alguna de las reacciones del blondo, podía asegurar que ella tenía razón. Sin saber por qué, de pronto aquel rubio hiperactivo de sonrisa imborrable, le llamó la atención. No era tan idiota como pensaba.

-Naruto…- se dijo a sí mismo, cambiando su sonrisa a una que, a ojos de Ino, se veía pervertida.

 

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Ya habían pasado cuatro días desde que comenzó el entrenamiento. Naruto estaba orgulloso de los pequeños logros que había tenido en ese tiempo.

Ya podía golpear la diana con los pesados kunais de veinte kilos, aunque no podía darle en el centro como Sasuke lo hacía. Tampoco podía manejar muy bien los shurikens, pero también había aprendido a lanzarlos a pesar de su peso. Podía dar trescientas vueltas alrededor de la casa sin agotarse, golpear el tronco con sus piernas y brazos sin sentir dolor; aunque no había podido quebrarlo como hizo el teme mientras le mostraba cómo hacerlo. Y por último, podía estar dos horas sin derramar ni una gota de agua en el entrenamiento para la concentración.

Su pecho se llenaba de regocijo cada vez que Sasuke lo felicitaba cuando cumplía una tarea, pero de cierta forma le frustraba que no pudiera obtener los mismos resultados que su compañero. Nunca se había fijado, pero Sasuke era realmente fuerte. Ciertamente su entrenamiento era espartano, pero no le ordenaba hacer nada que él mismo no pudiera. El punto era, que Naruto sentía en algunas ocasiones que Sasuke era demasiado inalcanzable.

En eso pensaba el rubio mientras trataba de no derramar ni una gota de agua de los benditos recipientes sobre su cuerpo. Tenía el ceño fruncido y sus rodillas temblando porel largo tiempo que llevaba en la misma posición. Tres horas y media, para ser exactos. Pero no podía protestar, Sasuke estaba de pie frente a él, con la jodida vara castigadora en sus manos.

-Te estás esforzando- admitió el Uchiha con una sonrisa de triunfo.

Naruto le frunció el ceño con fastidio- ¿Qué más querías? Si repruebo el examencierta persona me hará dormir con los peces.

Sasuke bufó divertido- es bueno saber que no lo has olvidado.- Observó el reloj en la pared, calculando el tiempo que Naruto llevaba  entrenando. Era hora de darle un descanso, además de que le había prometido que si lograba superar esa fase, lo dejaría cenar su preciado ramen.- Está bien por hoy, dobe. Vamos a cenar.

-¡Genial! Vamos entonces.- El blondo se emocionó, y estuvo a punto de saltar, pero rápidamente recordóque no debía tirar el agua sobre Sasuke como las últimas veces,así que retiró los recipientes de su cuerpo, dejándolos en el suelo con cuidado.

Se prendió con fuerza del brazo del Uchiha cuando salieron del saloncillo, jalándolo con la sonrisa más amplia de su repertorio,… la cual provocó un tenue y casi imperceptible sonrojo en su compañero.

 

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Entrada la noche, Naruto y Sasuke se disponían a preparar los futones para dormir. Normalmente lo hacían en la misma habitación, uno al lado del otro. Esta vez, Naruto no paraba de hacer pucheros y muecas extrañas porque Sasuke le había ordenado que durmiera en la habitación contigua.

-¿Por qué? Teme, no quiero dormir solo dattebayo- refunfuñaba de brazos cruzados, con el ceño adorablemente fruncido.

Sasuke le disparó su mejor mirada de fastidio- Has estado durmiendo solo toda tu vida. Deja de ser crío.

-Pero me acostumbré a dormir contigo- agarró la almohada que él estaba acomodando para huir con ella hacia la habitación que acostumbraban compartir. O ese era el plan, pero antes de que atravesara la puerta, Sasuke se lanzó sobre él, dejándolo tirado en el suelo para después sentarse a horcajadas sobre su espalda.

-Usuratonkachi- riñó entre dientes.

Naruto se removió debajo de su agarre, pero el mayor lo había inmovilizado. Con la mejilla pegada al suelo, miró por encima de su hombro- suéltame, no quiero dormir aquí- rogaba tristemente, y las cuencas añiles empañadas por las lágrimas.

Sasuke sintió en ese momento que algo dentro de su pecho se apretaba. La expresión lastimada de Naruto era tan… exquisita. Sacudió la cabeza. Era por esa misma razón que no le permitía dormir en su habitación.

Los primeros días logró superarlo, pero la última noche, entre sueños, Naruto se había pegado a él como una lapa, abrazándolo mientras recitaba su nombre. Tuvo que hacer el esfuerzo de los mil dioses para no morderlo en los labios semiabiertos, humedecidos y brillantes por la saliva que dejaba escapar…

-Sasuke…- seguía rogando el áureo, con la boca apretada en una línea de súplica.

Era cierto que había pasado su vida solo, estaba acostumbrado. Pero… le gustaba la compañía del Uchiha, su olor a rocío de lirios blancos, el calor que sentía en su pecho cuando se acurrucaba contra él, los rítmicos latidos de su corazón que lo arrullaban en medio de la sinfonía que hacía su respiración apaciguada.

Naruto no era idiota. Estaba completamente consciente de lo que le provocaba, pero por esa misma razón, no quería alejarse. Incluso, a veces creía que si cerraba los ojos, Sasuke desaparecería en cualquier momento.

-Por favor…- pidió susurrante, hundiendo su labio inferior debajo de los dientes.

Sasuke entrecerró los ojos sobre él, observándolo con detenimiento. Naruto pudo sentir como la mano pálida del Uchiha lo empujaba por la espalda suavemente, casi en una caricia. Las cuencas brunas se oscurecieron en una nube rijosa que le cegó el sentido común.

Sin pensarlo demasiado, Sasuke presionó con un poco más de fuerza su mano sobre la espalda de Naruto, como previniendo cualquier movimiento involuntario, para que quedara bien quietecito bajo su dominio. Y de manera inconsciente, casi como si la unidad motora de sus músculos hubiese tenido voluntad, se levantó hacia atrás y después meció hacia adelante, pegando su ingle al trasero que en ese momento se le antojaba morder.

Naruto jadeó de sorpresa. No comprendía qué era lo que estaba pasando. De repente, Sasuke lo estaba presionando contra el suelo mientras se mecía suavemente, restregándose sobre él. El rubio se estremeció al sentir cierta dureza hablarle a través de la tela de su pantalón. Sin embargo, en vez de molestarlo, aquello lo estaba haciendo sentir… deseado.

-Naruto…- jadeó, dejando la boca abierta y la vista perdida en algún punto de aquella mirada cerúlea. No comprendía lo que estaba haciendo, simplemente lo hacía porque su cuerpo así lo quería… y lo estaba disfrutando.

Aun así, se detuvo abruptamente, levantándose de aquella ensoñación con el dolor de su lívido golpeándole con fuerza.Se agachó para agarrar la almohada que Naruto intentó secuestrar, tratando por todos los medios de olvidar lo que estuvo a punto de hacer.

-¿Sasuke?- El rubio se sentó en el suelo algo confundido, sin comprender nada de lo que había sucedido, observó la imponente figura que se erguía frente a él. De repente se sentía diminuto y se preguntaba… ¿cuándo Sasuke había crecido tanto?

-Dijiste que querías dormir- le lanzó la almohada y se puso las manos en los bolsillos, dando media vuelta para salir de la habitación.

Naruto agachó la mirada, abrazando la almohada con tristeza mientras Sasuke se alejaba con lentos pasos. Lo escuchó detenerse de pronto y observarlo con sus cejas unidas.

-¿Qué estás esperando? Recoge tus cosas- ordenó.

El blondo sonrió emocionado, levantándose de un salto para correr a la parte trasera del cuarto, agarrar el futón y salir nuevamente. Se detuvo a un lado del moreno con su amplia sonrisa de dientes blancos como pequeñas perlas- ¿entonces puedo dormir contigo‘ttebayo?

Sasuke le quitó el futón, resoplando, caminó a su habitación mientras un revoltoso rubio lo seguía de cerca. Y lo peor de todo era que su erección estaba intacta. Algo le decía que esa iba a ser una noche muy larga.

 

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Iruka caminaba con ágiles pasos por los pasillos de la academia. En su brazo derecho llevaba una carpeta llena de papeles, en su otra mano tenía una caja forrada en tela azul marino. Suspirando, giró en la intersección del pasillo encaminándose a su clase. Sabía que ese día sería el más agotador de todo el año. Tenía que probar las habilidades de sus preciados alumnos, en todos los ámbitos que un verdadero shinobi requería.

Deslizó la puerta de madera. Por supuesto, en el salón no había nadie. Había llegado mucho antes para poder organizar lo necesario para el examen. Dejó la carpeta en su mesa, junto a la cajita. Revisó uno por uno los expedientes de sus alumnos, acomodados por parejas. Cuando llegó a la última letra, su pecho se llenó de preocupación.

Uzumaki Naruto y Uchiha Sasuke.

Ciertamente, adoraba a esos niños, admitía que sentía cierto nivel de favoritismo hacia ellos, especialmente por Naruto. El Uchiha era bueno en todo lo que hacía, un genio digno de su apellido. Pero el rubio, siendo huérfano e ignorado por toda la aldea, sufría de un gran déficit académico. Por eso inventó el estilo de entrenamiento por parejas, y para su suerte, el compañero de Naruto fue Sasuke. Porque estaba seguro que de tocarle alguien como Sakura o Kiba, Naruto estaría en peores condiciones.

Sin embargo, estaba consciente que en la actualidad aún estaba muy por debajo del resto de sus compañeros. Iruka trató de enseñarle bien en esos años, pero Naruto nunca le prestaba atención a sus lecciones. De hecho, lo único que realmente llamaba la atención del Uzumaki, era el Uchiha. Suspiró decaído, mirando la cajita donde guardaba los hitaiatte* de los graduados. Y deseaba con todas sus fuerzas que Naruto saliera del salón con uno adornando su frente.

Iruka, desganado y algo somnoliento, dio un rodeo alrededor de la mesa y se sentó en su silla. Dejaría de preocuparse por el momento. Si el rubio reprobaba el examen, él se encargaría de darle todo su apoyo.

No faltó demasiado tiempo para que escuchara las estridentes voces de sus alumnos acercarse por el corredor. La emoción y los nervios mezclados en un solo recipiente de poca edad y hormonas revueltas.

La puerta del salón se abrió de golpe y la avalancha de niños penetró como un huracán. Todos se acomodaron en sus asientos, cada uno dedicándole una sonrisa y un buenos días a su profesor. Iruka los revisó uno a uno, buscando una melena rubia. Y temía lo peor. Naruto no estaba entre ellos, tampoco Sasuke…

 

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En las tranquilas calles de Konoha, Ino caminaba junto a su compañero mientras esperaban a su maestro. Estaban conscientes que ese día era la prueba en la academia, de seguro Sakura y Hinata la estarían haciendo en ese momento. A la rubia le picaban las manos de la ansiedad, estaba nerviosa por sus amigas. No podía acercarse a espiar porque los candidatos a ser miembros de ANBU no podían interferir con las lecciones de la academia.

-¿Habrán pasado el examen?- preguntaba distraída, recostándose contra una pared con los brazos cruzados.

Sai se sentó en el suelo, sacando de su mochila una libreta y un carboncillo de dibujar- si estás preocupada, ¿por qué no vas a ver cómo les va?

Ino sintió un tic temblando en su ceja- ¿serás imbécil?- resopló- sabes que no puedo. Desde que deserté del camino común a shinobi, no se me permite…

-¿Pero quién se va a enterar?- interrumpió Sai, observando un cuervo sobre uno de los tejados de madera para usarlo de modelo a su dibujo- si llega Yamato, le diré que aún no llegas porque estás en esos días.

La rubia empuñó su mano y golpeó la bruna melena con fuerza- ¡idiota!- gritó cabreada, volviéndose a cruzar de brazos- no necesito que hagas nada, mejor cállate.

Sai se sobó la zona lastimada con una sonrisa, para luego retomar su tarea. Pero a causa del alarido de Ino, el cuervo salió volando, por lo que tuvo que olvidarse de su dibujo y guardar su cuaderno.

Estuvieron en silencio por unos largos minutos, ignorándose el uno al otro… hasta que un aullido los sacó de su estupor. Ino se irguió alerta, movida por su riguroso entrenamiento de ANBU, y Sai se puso de pie, moldeando su chakra.

-¡Espera… suéltame, teme! ¡No quiero ir!

Ambos jóvenes observaron la escena de manera estupefacta. Por la calle venía Sasuke, con una mirada furiosa pisando fuerte y resoplando. Llevaba algo en sus manos; cuando los chicos enfocaron mejor, se percataron que era el pie de Naruto. Lo traía arrastrado por el suelo agarrado por el tobillo mientras el rubio enterraba las uñas en la tierra, tratando de huir.

-¡Cállate ya! Llegaremos tarde por tu culpa.

-¡No quiero! Suéltame ahora mismo, bastardo.

-Más te vale dejar de moverte porque si me enojo juro que te parto las piernas.

-¡Ya estás enojado ‘ttebayo!

-Entonces no querrás moverte demasiado.

Los jóvenes miembros de ANBU observaron el recorrido del Uchiha con el Uzumaki a cuestas, como unas figuras pintadas al óleo. No solo fueron ignorados olímpicamente por esos dos, sino que además iban montado todo un espectáculo por el camino. Por la dirección que tomaba el moreno en contra de la voluntad del rubio, Ino intuía que iba rumbo a la academia. A su parecer, estaban llegando tarde porque Naruto no quería ir y Sasuke lo estaba llevando… literalmente a rastras.

-¿Qué les pasa a esos dos?- preguntaba un sonriente Sai, disfrutando del circo que estaban montando.

Ino rodó los ojos con aburrimiento- que están involucionando rápidamente- y se volvió a recostar contra la pared, con los brazos cruzados en el pecho. Lo mejor para esas extrañas situaciones era ignorarlas antes de que le comenzaran a salir arrugas en la cara.

 

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Iruka apuntó los nombres en su agenda. Ya casi todo el salón había terminado de examinar. Solo le quedaban dos parejas antes de Naruto y Sasuke. Si no llegaban a tiempo…

-¡Sensei!

Iruka dio un saltito por el llamado de la chica, que después de terminar su emoción por haber aprobado, recordó que faltaba cierta persona en el salón.- ¿Qué sucede, Sakura?

-¿Dónde está Sasuke-kun?

El maestro apretó los labios en una mueca antes de responder- no lo sé. Si no aparecen pronto él y Naruto, voy a tener que suspenderlos.

-¡Pero…!- exclamó alarmada- es culpa de Naruto. Por favor, no castigue a Sasuke-kun por culpa de…

-¿Quieres callarte?- Sakura observó sorprendida la entrada, donde un cabreado Sasuke se apoyaba en el umbral para recuperar la respiración.

-¡Sasuke-kun!

El moreno ignoró el alarido emocionado de la muchacha, mirando al maestro en un gesto de súplica- ¿es muy tarde?- preguntó angustiado.

Iruka se sintió algo inquieto. En la entrada solo estaba Sasuke. ¿Y Naruto? Estaba comenzando a preocuparse. Estuvo a punto de preguntarle al  Uchiha, cuando notó una oleada de pelo dorado en el suelo. Naruto estaba justo ahí, con los ojos cerrados apretadamente, aferrado a la pierna de Sasuke como si se estuviese cayendo de un precipicio.

-No, llegan justo a tiempo- respondió aliviado, sacando una sonrisa fresca.- Naruto- llamó, cuando el blondo lo miró con sus ojos muy abiertos, preguntó:- ¿Por qué te sostienes de la pierna de Sasuke?

El Uzumaki dio un brinco, soltando al moreno como si quemara- ¡lo siento ‘ttebayo!- chilló sonrojado, escondiéndose un poquito tras la espalda delmoreno cuando sus compañeros de clase comenzaron a reírse de él.

Hizo todo lo posible por detener al bastardo, no quería ir a la academia. No se sentía seguro para hacer el examen, los nervios lo llenaban de pies a cabeza y apenas se podía mover. Por eso Sasuke terminó arrastrándolo por la calle y él en un intento desesperado por detenerlo se aferró a su pierna, pero el Uchiha se cargaba tanta fuerza que apenas logró que caminara un poco más lento.

Sasuke lo observó a su espalda con una mirada iracunda- usuratonkachi.

Naruto le devolvió una mirada aterrada, negando fervientemente con la cabeza. A pesar de los días de entrenamiento, le aterraba recibir la misma calificación que recibió siempre. Prefería no saberlo. Pero Sasuke no comprendía esto. Después de pasar tantas horas entrenando al rubio, lo menos que esperaba escuchar era que no deseaba examinar.

Oh, si es que tenía una imperiosas ganas de estrangularlo hasta dejarlo azul.

-Vamos, acomódense en sus asientos. Ya casi les toca- propuso el profesor, alentando al rubio con una grácil sonrisa.

A pesar de esto, Naruto seguía aterrado, así que su cerebro en corte solo le permitió apretar el borde de la manga de Sasuke entre sus dedos y ser guiado por él. Después de acomodados, justo al final del salón, Sasuke miró al Uzumaki de soslayo, apreciando el temblor de sus hombros y como apretaba los parpados mientras recitaba un mantra inentendible.

-Dobe- llamó por lo bajo- ¿qué te pasa?

-Sasuke, tengo miedo- confesó en un susurro, observando a Iruka frente al salón- creo que suspenderé.

-No vas a suspender. Has mejorado.

-Pero…- lloriqueó jalándose los cabellos- voy a reprobar, estoy seguro.

Sobra decir que la paciencia del Uchiha tenía un límite muy pequeño. El extraño comportamiento de Naruto lo irritaba de sobremanera, por lo que antes de golpearlo hasta sacarle los nervios, se le ocurrió una mejor idea. Aplicarle un efecto de choque. Le daría una razón para que esté verdaderamente nervioso, de esa manera olvidaría la incertidumbre del examen.

Si es que era todo un genio.

Disimuladamente coló su mano debajo de la mesa, tocando el muslo de Naruto. Este lo miró sorprendido, pero no detuvo su treta. Subió su mano lentamente, acariciando la pierna hasta el interior de sus muslos y se detuvo en la zona de la ingle.

-Sasuke… ¿Qué haces?- Naruto se removió en la silla, tratando de sacarle la mano, pero Sasuke se había aferrado a ese lugar, arrancándole un mugido bastante vergonzoso- …teme.

-Esto te calmará- le explicó usando una sonrisa torcida- Déjamelo a mí.

-No. Déjame… ah…- chillaba en susurros, luchando porque Iruka no se percatara de lo que estaban haciendo- eres un pervertido… suéltame ‘ttebayo.

El pelinegro hizo presión en esa zona, logrando que el rubio se estremeciera. Podía notar sus mejillas teñirse de carmín y sus piernas temblar, empujándose una contra la otra para evitar una vergonzosa erección... Pero ya era demasiado tarde.

-Ah… cabrón.- Naruto pegó la frente a la madera, encorvándose para luchar con las manos de Sasuke por debajo de la mesa. Pero le era imposible moverlo. Odiaba esa maldita fuerza sobrehumana que se cargaba el Uchiha.

Entonces se le ocurrió una idea. Estiró su mano y rápidamente la metió en la entrepierna de su contrincante.

-Arh…- Sasuke no pudo evitar que se le escapara un gruñido de sorpresa cuando Naruto presionó su glande. Sinceramente, nunca creyó que tendría el valor de hacer eso. Aun así sonrió. No le molestaba en lo absoluto que el rubio lo tocara, al contrario.

Ambos estuvieron en esa guerra improvisada por ver quién hacía sufrir al otro, y quien arrancaba más gemidos… hasta que Iruka hizo acto de presencia frente a la mesa, con los brazos en jarra y el ceño muy fruncido.

-¿Se puede saber qué demonios estáis haciendo?

Los chicos se congelaron. Pudieron sentir como la hinchazón que se habían provocado en los pantalones, de repente bajaba de golpe ante la furibunda mirada del maestro.

-Los he estado llamando- seguía diciendo, inclinándose un poco hacia adelante para ver que escondían esos dos debajo de la mesa. Pero los muchachos se movieron rápidamente, reacomodándose en las sillas. Iruka dejó escapar el aire- vamos, os toca hacer el examen.

Se levantaron lentamente, dedicándose miradas indescifrables que el sensei no pudo entender. Caminaron hasta el frente del salón, Naruto ya no se veía tan nervioso, más bien preocupado porque Iruka estuvo a punto de ver que le estaba metiendo mano a Sasuke y viceversa.

Todo era culpa del teme y su forma pervertida de resolver las cosas. Cuando terminaran con el maldito examen, le enseñaría una lección.

 

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-Sasuke, déjame golpearte esa linda cara- pedía el rubio, empuñando su mano cerca del rostro.

El moreno se acomodó en el suelo a su lado, dando un trago a su vaso de refresco- ¿Por qué te dejaría hacer eso?- preguntó, mirándolo con una ceja levantada.

Naruto sintió la ira burbujearle en el estómago- por lo que hiciste en el salón- se puso un poco rojo al recordarlo- me metiste mano frente a todo el mundo.

Sasuke bufó- bueno, tú también me metiste mano y no te quiero golpear por eso.

Naruto levantó su mano y le mostró el dedo índice- en primer lugar: tú empezaste- levantó otro dedo- y en segundo lugar: tú eres un pervertido. Esas cosas no te molestan.

-Me molestan- rectificó el Uchiha, frunciendo un poco el ceño, pero sin dejar de sonreír. Naruto sintió que se arrepentía, tal vez había juzgado mala Sasuke, igual que muchas otras veces…- cuando no eres tú quién las hace.

Y la culpabilidad del blondo se fue por el desagüe- ¡No digas esas cosas!- tomó el vaso donde estuvo su refresco para aventárselo a la cabeza. Lo cual fue un acto estúpido, porque Sasuke lo esquivó sin problemas.

-Oh vamos, en lugar de recriminarme por eso, deberías agradecerme.

-¿Agradecerte?- bufó jetón- no fastidies. Por tu culpa he pasado la mayor vergüenza de mi vida, Iruka-sensei casi nos descubre dattebayo.

Sasuke sonrió de lado- ¿ah sí? ¿Y gracias a quién aprobaste el examen final de la academia? Porque estoy seguro que de ser por ti, habrías huido a Kaze no Kuni*.

El áureo se puso tan rojo ante ese comentario que podía haber pasado con facilidad por un tomate de ojos azules- lo siento- respondió algo cabizbajo, jugando con sus manos en señal de nerviosismo- y gracias. De no ser por ti…

-No tendrías esehitaiatte en la cabeza- interrumpió, saboreando el último trago de su vaso.

Exactamente, justo después de terminar el examen, había recibido la estupenda noticia de que ambos habían aprobado. Y lo mejor de todo era que el Hokage los colocó en el mismo equipo. Con el único inconveniente de que Sakura también estaba ahí.

Después de recibir el documento que los notificaba como graduados, y la bandana shinobi con el símbolo de su aldea, debían reunirse con su jônin encargado.

Sin embargo, Sasuke había notado algo extraño en la reacción de Naruto cuando salieron de la academia. El rubio se había quedado quieto, observando el columpio del patio con una mirada triste. En el momento que le preguntó, éste le había dicho algo inesperado…

<<No lo sé, Sasuke. Nunca me he acercado a ese columpio, pero cuando lo veo… siento una extraña nostalgia dattebayo>>

Eso fue tan raro. Él había tenido una sensación parecida cuando en uno de los entrenamientos, llevó a Naruto al lago que estaba cerca de casa. Había un pequeño muelle. Sasuke lo había observado durante horas. La sensación de nostalgia que le brindaba dicho lugar, era inmensa y casi palpable. Sin comprender a qué se debía, prefirió guardar silencio.

Pero… no era la primera vez. No era sólo en el muelle. No era sólo en el columpio. El campo de entrenamiento donde debían encontrarse con su maestro, resultó ser inmensamente familiar, a pesar de que era la primera vez que iban. También, el hecho de que su maestro no llegara, no les sorprendió a ninguno… A excepción de Sakura. Ella estuvo furiosa por esto. Pero Naruto y Sasuke sentían que era normal que los dejara plantados. ¿Por qué? No conocían a su maestro de nada y obviamente ese no debería ser el comportamiento normal de un jônin.

Era demasiado extraño. Pero, no era momento para estar divagando en cuestiones sinsentido.

Después de separarse de su compañera,Sasuke secuestró a Naruto, llevándolo sobre su hombro por los tejados de la villa hasta llegar a su casa, con el argumento de que tenían que celebrar.

Entre los dos prepararon una gran cena, varias bebidas aptas para chicos de su edad, y una tarta que el Uchiha hizo para Naruto.Puede que no le gustaranlos dulces, pero eso no quería decir que no era bueno preparándolos.

Caída la noche, Naruto aún estaba muy acomodado en la sala de Sasuke, sin ninguna intención de irse. Lo cual no molestaba en nada al azabache. Y así llegaron a esa situación, en la que estaban sentados en el suelo, bebiendo refrescos y comiendo tarta mientras platicaban o peleaban, dependiendo del tema.

-Tienes crema en la mejilla- señaló el mayor, arrastrándose por el suelo para quedar muy cerca de Naruto. El rubio se pasó la mano por la cara, pero no encontró ninguna suciedad- ahí no- dijo, acercándose lo suficiente como para que sus rostros quedaran a un par de centímetros- …aquí.

-¡Sasuke!- Naruto dio un salto hacia atrás con el brazo frente a su cara, ocultando su vergüenza. El moreno le había pasado la lengua por la mejilla, “limpiando” la crema de tarta que tenía allí.- ¿por qué haces esas cosas? ¡Pervertido!

-Sólo te estaba limpiando, dobe.- pasó la lengua por sus labios- ¡Puaj, demasiado dulce!

Naruto entrecerró los parpados a la sonrisa ladina que le dedicaba su compañero de equipo. Era en esas ocasiones en que en verdad quería morderlo.-Claro, que forma más original de hacerlo ‘ttebayo.

Sasuke amplió la sonrisa- dobe.

-Bastardo.

-Usuratonkachi.

-Egocéntrico.

-Idiota.

-Imbécil.

-¿Vamos a continuar con esto?- preguntó ya un poco cansado.- Tengo mejores cosas que hacer.

-Oh, ¿y qué es eso tan importante que tiene que hacer, su majestad?- preguntó sarcásticamente.

Uchiha le dedicó otra sonrisa, esta siendo un poco indescifrable para el rubio- algo divertido. ¿Quieres unirte?

-No gracias. Cualquier idea que se te haya ocurrido, por favor déjame fuera dattebayo.

Sasuke se puso de pie, caminó lentamente hasta él y se acuclilló para mirarlo directamente a los ojos- no es divertido si lo hago solo.- Musitó sin borrar la sonrisa, que a ojos del rubio se veía más siniestra de lo normal.

-¡Hey! ¿Qué estás haciendo, teme? ¡Bájame ahora mismo ttebayo!- chillaba, pataleando y moviendo los brazos hacia todos lados para que Sasuke lo bajara de su hombro.

-Te mostraré algo, así que no te muevas- subió las escaleras corriendo, luchando contra las sacudidas del menor que no dejaba de chillar para que lo soltara- no seas crío, Naruto. Prometo que te gustará.

-¡No! ¡No quiero ir, bájame! ¡Uchiha salido!

 

Continuará…

Notas finales:

Hitaiatte*: Es el protector para la frente que usan los ninjas en el cannon.

Kaze no Kuni­*: País del Viento.

Bueno, hasta aquí llega este capítulo. Sé que está algo corto, pero es lo que les puedo traer hasta ahora. Mejor esto que nada, y creedme, llevo algunas noches sin dormir por culpa de mi trabajo y además tengo una novela nueva, así que hubiese sido probable que nada. Sería la primera vez que escribo sobre KHR, así que quiero hacerlo bien. En fin, os dejo aquí. Tal vez demore otro poco en actualizar, pero no abandonaré lo prometo.

Estaré impaciente por los comentarios. Muchas gracias por leer.

PD: He estado trabajando en el segundo proyecto de “¿Hasta dónde llega la inocencia?”. Una de mis primeras novelas. Me preguntaba… les gustaría que continuara con más libros y convertirla en serie? Aunque he estado trabajando en ella, si no la quieren leer no seguiré. Así que díganme. Subiré esta misma pregunta en las actualizaciones de mis otros fics.


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