Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A través de tus ojos por Shamita

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

Hola!!

Muchas gracias por sus comentarios!! Me ha hecho muy feliz saber que les ha gustado esta nueva historia y aunque hay algunas cosas que pueden verse un poco extrañas, sobre todo con lo relacionado a la condición de Yoko pero si bien ya saben de que se trata... vamos que es algo que nadie puede ocultar!!...

Aun no tengo definido quienes estarán presentes en este fic pero veremos a ver que cosas se me ocurren xD.

Les pido una disculpa por no haber actualizado aun mi otro fic pero he estado realmente ocupada y agotada, espero que en estas vacaciones pueda escribir la continuación o al menos este proximo fin comenzar a escribir un poco, ya tengo la idea pero me falta desarrollarla. No se porque pero creo que me salí de lo que queria decirles y ahora no lo recuerdo xD hahaha

Bueno sin más les dejo el segundo capitulo de esta historia!!

 

Capítulo 2

El silencio que produjo el comentario de Kirishima fue tal que este pensó que había dicho algo malo pero al dirigir su mirada hacia el peli azul pudo ver como este se encontraba agachado, este último despacio –y con demasiado cuidado al parecer del oji miel– se acercó a donde se encontraban los intrusos quedando casi frente al castaño sonrió con autosuficiencia.

– Lo siento pero no puedo ver –contesto Yokozawa sin perder su sonrisa–, pero si tú me pudieras decir que pasa no tendría ningún inconveniente.

– Yo…. Yo… de verdad… –hablaba un sorprendido y avergonzado Kirishima pues había estado tan atento a observar el cuerpo del doncel que no se había fijado demasiado en sus ojos– lo siento, no sabía… no quise…

– No hay problema –interrumpió el otro desestimando el comentario–, estoy acostumbrado a eso no te preocupes, ¿porque mejor no me dices que paso con Onodera?

– Bueno… –dijo Kirishima mientras desviaba su mirada primero a Takano que asintió con la cabeza y después viro hacia donde se encontraba el novio de su amigo que se limitó a imitar a su pareja– Veras Onodera tiro la mezcla que estaba haciendo por culpa de tu primo.

– ¡Oh! –frunció el ceño Yokozawa para después voltearse hacia la cocina– No hay problema Onodera ya que la culpa la tiene tu novio alias “mi querido primo” –dijo sarcásticamente–, pero aquí nuestro amigo…

– Kirishima –ayudo Takano a su primo al ver que no recordaba el nombre de su amigo.

– Kirishima te ayudara a preparar otra mezcla ¿verdad? –termino de decir el de ojos azules volteando su rostro hacia su espalda sonriendo ampliamente con autosuficiencia y una pisca de malicia.

– Si, si –respondió Kirishima con un ligero sonrojo– Como tú digas.

– Bien –hablo Yokozawa caminando despacio mientras tanteaba donde había dejado lo que está ocupando anteriormente–, Masamune me podrías ayudar necesito un molde que venía en las compras.

– Ahorita te lo paso Yokozawa –dijo Masamune mientras buscaba entre las bolsas el dichoso molde, cuando lo encontró fue al lado de su primo–. Aquí está el molde.

– Gracias –respondió el menor–. Ya que estas aquí dime si tiene algún grumo la mezcla y como se ve.

– Pues… según yo está bien –hablo el otro mientras movía con una cuchara la mezcla– y pues… no se ve tan mal, dime Takafumi ¿qué estás haciendo?

– Un pastel, ya te lo había dicho en la mañana –respondió el otro– que acaso eres retardado o soló te atontas cuando Onodera esta cerca.

– Que malo eres conmigo –contesto el otro haciendo una puchero.

Los primos siguieron conversando mientras eran vistos por dos pares de ojos, unos verdes y otros de color miel estos últimos no quitaban su mirada del peli azul y es que se sentía un tanto culpable por lo dicho anteriormente y al mismo tiempo aun recordaba el calor agradable que sintió cuando este le sonrió y cuando lo había abrazado de la cintura en el bar.

– Si Masamune no me hubiese dicho antes que Yokozawa era invidente –comenzó a decir Onodera en voz baja mientras que traía los nuevos ingredientes que usaría– no me hubiera dado cuenta, aunque no lo aparenta Yokozawa es una persona casi autosuficiente, te sorprendería verlo caminar por el mundo con una seguridad de que si no fuera por el bastón que utiliza ni cuenta se da uno que él no puede ver el mundo.

– Debí prestar más atención –comento el otro–, tal vez si no hubiese estado…

– Si no hubieses estado perdido admirando su figura –interrumpió el de ojos verdes con una sonrisa–, tal vez te hubieras dado cuenta que los ojos de Yokozawa no tienen vida.

– Como sabes…

– No apartabas tu mirada de él cuando llegamos –dijo Ritsu como quien no quiere la cosa–, pero me aceptas un consejo.

– Emm… si –hablo el de cabellos ondulados un tanto inseguro, raro en él.

– Si quieres ser amigo de Yokozawa solo míralo como si no tuviera su ceguera, a él no le gusta que lo vean con lastima –hablo el otro concentrándose en agregar los ingredientes tal como le había dicho el primo de su novio mientras Zen trataba de batir de apoco–, pero si te llegase a interesar como más que un amigo te recomiendo que primero hables con Masamune que te explique bien la enfermedad de Yokozawa y sobretodo que él y Hatori te den su permiso.

– ¿Permiso? –cuestiono Zen sonriendo de lado– Ni que fuéramos unos adolescentes.

– Créeme cuando te digo que Yokozawa es como su pequeño hermano y no dejaran que nadie se acerque con dobles intenciones no importa que esa persona sea su amigo –comento Ritsu atento a la mezcla que había quitado de las manos del otro–, es más creo que hasta yo estaría de acuerdo en mantenerlo encerrado y lejos de ciertos varones que se quisieran aprovechar de él.

– ¿Acaso te gusta? –pregunto el otro intrigado por el comentario y sintiendo un retorcijón en su estómago.

– Para nada en primer lugar porque también soy un doncel y en segundo por que lamentablemente solo tengo ojos para el idiota de su primo pero créeme cuando te digo que ese chico es una persona muy valiosa –comento el de ojos verdes apagando la batidora–, además es una persona muy buena que ha tenido que pasar por grandes dificultades y tristezas ya en su vida como para que alguien más lo trate de dañar.

– Ya veo –dijo Kirishima agradeciendo la desaparición de aquel retorcijón.

– ¡Zen! –llamo Masamune– vamos a la sala ¡Yokozawa ya no me quiere! –decía mientras dramatizaba poniendo un brazo sobre su rostro– Prefiere la compañía de Ritsu.

– ¡Oh vamos Masamune! –hablo Takafumi con una sonrisa de medio lado– Yo jamás te cambiaria es solo que Onodera es por mucho mejor que tú en la cocina.

– Ah sí, ¿entonces porque tiro la mezcla hace rato? –se defendió el de cabellos azabache– Haber dime, dime.

– Tal vez se le cayó porque alguien lo asusto o solo fue un momento de torpeza –contesto el menor de los primos encogiéndose de hombros–, pero tan siquiera el no a incendiado nada y antes de que lo hagas prefiero que estés lo más alejado de aquí.

– Que malo eres conmigo Takafumi –lloriqueo Masamune–. Vamos Zen antes de que nos echen la culpa de todo lo malo que pase.

– ¿Eh? –titubeo el mencionado.

– Ve con él Kirishima, no vaya a hacer que incendie la sala –comento un divertido Takafumi– verdad que si Onodera.

– Si –dijo el de cabellos castaños oscuros–, Yokozawa tiene razón vayan a la sala nosotros terminaremos aquí y después iremos para allá.

– Si Ritsu me lo pide lo haré –hablo Masamune acercándose a su novio– pero solo si me das un beso.

Cuando la pareja estuvo lo suficientemente cerca se besaron por unos momentos después tanto Takano como Zen salieron rumbo a la sala, mientras en la cocina se quedaron los otros dos terminando las mezclas en lo que Onodera prendía el horno para que se comenzase a calentar para poder hornear este mismo vacío las mezclas en los moldes para después ponerlas en el horno para seguir con el betún de queso crema. Pasado algún tiempo estuvo listo el primer pastel que era en conmemoración al cumpleaños de Hatori, el mayor de los primos.

Mientras que el segundo que era la creación de Onodera aún le falta que una parte cuajase ya que el castaño decidió hacerle un pastel imposible a su novio debido a que sabía que le gustaba el chocolate sobre todo cuando era él quien se lo regalaba, aunque siempre fuese alguno comercial, por eso hacerle algo con sus propias manos era muy grato para el oji verde.

Ya con ambos pasteles enfriándose ambos donceles se dispusieron a hacer otras cosas, el peli azul se dirigió hacia su habitación para darse un baño rápido para quitarse el sudor y la ropa que se le hubiese ensuciado cuando estuvo preparando las cosas por su parte Ritsu fue hacia la sala donde se puso a platicar con los dos chicos que se encontraban ahí desde hacía tiempo.

El tiempo transcurrió y pronto Hatori se puso a preparar todo para su parrillada siendo ayudado por su novio Chiaki –un chico de veinte y dos de cortos cabellos castaños, piel blanca, ojos color azul y complexión delgada–, media hora más tarde comenzaron a llegar los amigos del cumpleañero y algunos más de Masamune.

Yokozawa había bajado nuevamente ahora vestido de con unos pantalones azules, una playera de mangas largas color verde y en sus pies llevaba unas pantuflas color café, este se dirigió directo hacia la cocina donde fue alcanzado por Onodera y con ayuda de este refrigeraron el pastel imposible y comenzaron a decorar el pastel del primo mayor de la casa mientras esperaban que el otro terminara de cuajar.
Después de acabar los donceles acompañados de Kirishima y Takano se dirigieron hacia el jardín donde ya se encontraban los invitados de Hatori y Masamune, con el paso de las horas Yokozawa dispuso que era mejor partir el pastel de su primo mayor antes de que sus amigos bebiesen más y no pudiesen mantenerse en pie.

Después de partir el pastel de Hatori, el menor de los primos junto con Ritsu se dirigieron nuevamente a la cocina donde corroboraron que el pastel preparado por el castaño se encontraba por fin firme la parte del flan para después untar un poco de cajeta y espolvorear nuez picada.

Los donceles –con ayuda de Chiaki– aprovechando que Masamune se encontraba distraído con unos cuantos amigos, dispusieron llevar la sorpresa al carro de este para después activar la alarma con el fin de que el de cabellos azabaches saliese y viese su sorpresa. A los pocos minutos se pudo observar a Masamune salir de la casa con el rostro fastidiado por no encontrar las llaves en donde solía ponerlas y ya estaba pensando que tendría que desinstalar todo el sistema de alarma cuando vio a su querido novio apoyado en su auto –que estaba a una distancia de la entrada de la casa – y entre los dedos de este sus preciadas llaves.

– ¿Qué es esto? –pregunto intrigado Masamune a su novio.

– ¿Por qué no lo averiguas? –contesto con otra pregunta haciendo sonar las llaves en su mano.

Takano se acercó hasta donde estaba el castaño para tomar las llaves pero por la ventana del piloto vislumbro el pastel haciendo que sus ojos se iluminaran instantáneamente.

– ¿Para mí? –dijo mientras con emoción desactivaba la alarma para poder hacerse de su preciado regalo– No debiste molestarte amor.

– Sí, es para ti pero con una condición –hablo Ritsu, sonrojado por la vergüenza que le causaba que varias personas le estuvieran viendo, haciendo que nuevamente la atención de su novio fuera puesta en él.

– ¿Cuál? ¿Cuál? –pregunto emocionado el otro– Dime rápido para que lo pueda probar.

– Que lo compartas conmigo y los otros, no quiero que después no quieras hacer nada por llenarte de tanta comida –comenzó a decir recibiendo un reiterado gesto de afirmación por parte de Takano quien en ese momento lo único que quería era probar el pastel frente a él–, y más tarde tu y yo podrías… no sé, celebrar en un lugar más privado –término con un tono sensual mientras hacia el intento de no morir de vergüenza.

La respuesta de Masamune no se hizo esperar y tomando el rostro de Ritsu comenzó a besarlo primero despacio para después pasar a un beso más demandante, haciendo que Zen que había acompañado a su amigo deseara no estar ahí –no porque le diera pena sino por eso de “comer en frente a los pobres”– pero luego se percató de que Yokozawa también se encontraba ahí y estaba sonrojado mientras su rostro estaba girado hacia otro lado a pesar de que no veía nada, así que decidió acercarse a él.

– Se están besando ¿verdad? –dijo Yokozawa al sentir la presencia de alguien junto a él manteniendo el sonrojo que pronto se intensifico al escuchar un gemido por parte de alguno de los otros dos–. Me acompañarías a la sala, creo que aquí los que sobramos somos nosotros.

– Estoy de acuerdo –dijo el castaño– ¿Necesitas que te ayude en algo? Por cierto soy Kirishima.

– Gracias Kirishima y si pudieras decirme que hay alguien frente a mí para evitar cualquier accidente, sobre todo si es una persona –dijo el peli azul comenzando a caminar despacio pues aún no se acostumbraba del todo a la casa.

En el camino hacia a la casa Kirishima le advertía cuando alguien se encontraba en su camino, cuando estuvieron en la sala ambos se sentaron en el sillón mientras que el oji miel se sentía un tanto incomodo debido a que el menor se encontraba mirando a la pantalla muy atento casi como si la estuviese viendo.

– Dime Kirishima, ¿no te divierte lo que estás viendo? –hablo el peli azul.

– Eh… bueno si pero… no quisiera ser impertinente pero Yokozawa… –hablaba el de ojos miel sin saber cómo expresar su duda ante el doncel– como es que tu…

– ¿Supe que era necesario que los dejáramos solos? –interrumpió el de pupilas azules apagadas–, no se necesita mucha imaginación cuando hay una pareja y de repente todo es silencio.

– Si verdad… jejeje… –dijo un tanto avergonzado, raro en él, por lo que iba a decir anteriormente– Y dime Yokozawa me dijo Takano que ayer habían ido a ver una película, si no es indiscreción ¿Cómo es que le haces para disfrutar de una película?

– Bueno veras... bueno tu me entiendes... –comenzó a explicarse el menor– cuando yo deseo ver una película que no es audiodescrita Masamune busca los actores que salen en ella y me los describe o como ayer que vamos de improvisto me imagino a las personas que conozco como los actores –continuo diciendo– aunque debo decirte que es más divertido imaginar a mis primos y amigos en ciertas circunstancias en otras no tanto –siguió explicándose–. Bueno cuando hablan los actores las primeras veces Masamune me dice quien está hablando después de un tiempo comienzo a distinguir las voces, también me dice donde transcurre la historia si están en una ciudad, el campo o un bosque eso me permite a mí imaginarme lo que está sucediendo.

– Ya veo –dijo el de cabellos castaños.

Se quedaron varios minutos sin decir nada, no era un silencio incomodo sino que era uno agradable, el castaño era alguien que disfrutaba del silencio –pues en su vida cotidiana estaba rodeado de muchísimo ruido y murmullos a su alrededor– así que estar con alguien que al parecer disfrutaba igual que él de esto era grato. Cada cierto tiempo Kirishima desviaba su mirada del televisor y la posaba en el perfil del menor se le hacia una pena que los ojos azules de su acompañante estuvieran muertos y no pudiesen brillar tanto como lo hacía todo lo demás del menor pero también todo eso lo hacía tener una belleza inusual, una belleza que a cualquiera le gustaría poseer, hermoso esa era la palabra con la que describiría a Yokozawa y con ese pensamiento se acercó sigilosamente al menor.

De un momento a otro Takafumi sintió la cercanía del varón –pues desde hace años que había aprendido a ver con sus demás sentidos para poder enfrentarse al mundo– cosa que se le hizo extraño ya que no tenía ninguna relación de amistad ni mucho menos, volteo su rostro con una expresión interrogante y su ceño fruncido debido a la sorpresiva cercanía del otro. Y de un momento a otro sus labios fueron apresados por otros más calientes que junto a sus labios frios causaban una extraña combinación, el beso que había empezado como un simple roce de labios se fue intensificando cuando el de cabellos castaños claro lo sujeto de la cintura y comenzó a buscar entrar a su boca y probarla por completo –mientras que el menor se había quedado congelado debido a lo sorpresivo del beso– hasta que de repente unos brazos fuertes separaron a ambos jóvenes y Zen se encontró con los ojos avellana de su amigo que en esos momentos echaban chispas.

– ¡QUE TE CREES QUE ESTAS HACIENDO ZEN! –grito Masamune, quien siempre tenía un aire relajado más ahora parecía a punto de írsele a los golpes– ¡CREES QUE PUEDES VENIR A MI CASA Y APROVECHARTE DE MI PRIMO!

– Masa... Masamune… cálmate por favor –dijo Zen trataba de tranquilizar a su furioso amigo–, te lo puedo explicar…

– ¡QUE ME VAS A EXPLICAR! ¡QUE VIENES A MI CASA SOLO… SOLO A APROVECHARTE DE YOKOZAWA! –gritaba Takano fuera de sí– ¡QUE SOLO QUIERES ENCAMARTE CON EL Y DEJARLO COMO A TANTOS OTROS!

–¡Masamune! –llamo Yokozawa que salía de su estupor aunque un sonrojo adornaba su rostro, se levantó y trato de acercarse al cuerpo de su primo, logrando tomarlo de un brazo para intentar calmarlo– Tranquilízate, no pasó nada malo.

– ¡TU CALLATE TAKAFUMI! –grito mientras zafaba su brazo del agarre de su primo para después empujarlo pero el de cabellos azabaches no midió su fuerza causando que el menor tropezase con la mesita que había delante de él y cayendo al suelo– ¡TAKAFUMI!

– ¡Yokozawa! –alzo la voz Ritsu que se había mantenido al margen pero ahora se acercaba a donde había caído el menor de los primos ayudándolo a pararse– ¿Te hiciste algún daño?

– No, estoy bien –hablo en un susurro el otro pues por suerte solo había perdido el equilibrio por la mesita pero no había pasado más de una caída algo estrepitosa.

– ¿¡Yokozawa te encuentras bien!? –pregunto un preocupado Takano– Te juro por dios que no fue mi intención pero es que me dio tanta rabia….

– Tranquilo Masamune, estoy bien –interrumpió el de ojos muertos–. Por favor, no te molestes con tu amigo de seguro solo fue un impulso y nunca más pasara, ¿verdad?

– Lo siento –hablo Zen que se encontraba aún asombrado por la reacción de su amigo–, no fue mi intensión que creyeras que me iba a aprovechar de tu primo pero que sea ciego Masamune no tiene que ser impedimento para que experimente como cualquier chico.

– Yo te…

– Calma Takano –interrumpió Ritsu–, porque no mejor dejamos que sea Yokozawa quien decida si Kirishima ha hecho algo malo.

– Pero claro que hizo…

– Masamune –fue interrumpido ahora por su primo que se acercó con cautela y despacio hacia dónde provenía la voz de su pariente–, por favor no te molestes con Kirishima, yo no quisiera que tuvieses un problema con tu amigo por mi culpa.

– No es tu culpa –hablo el de ojos avellana mientras abrazaba al menor–, es culpa de él por atreverse a besarte sin tener buenas intenciones.

– Masamune si me dejaras…

– Tu cállate –interrumpió Takano al de cabellos claros–, ahora no quiero escucharte, bueno tal vez lo único que quisiese escuchar de tu boca es que te disculpas con Yokozawa por lo que has hecho.

– Masamune no importa –hablo el peli azul aun en los brazos de su primo–, yo disculpo a Kirishima sé que no lo hizo con intención de dañarme.

– Pero…

– ¡Cállate! –silenció Yokozawa poniendo su mano cerca de los labios de su primo evitando cualquier sonido de este– Cálmate que esta noche debía ser perfecta para ti y Onodera, y no me perdonaría que se les arruinara por esto.

– Yokozawa –llamo el castaño la atención del mencionado–, de verdad siento si te molesto lo que hice pero fue algo que no pude evitar y Masamune por supuesto que no vine con ninguna intención de aprovecharme de tu primo menos teniendo en cuenta su…

– Mi ceguera –termino Yokozawa–. Vez primo, tu amigo no me haría nada malo tal vez solo fue un efecto del alcohol.

– Lo pasare por esta vez –hablo aun receloso el de ojos avellanas–pero que sea la última vez Zen, que te atrapo en algo parecido con mi primo.

– Takano, vamos a partir tu pastel –convido Ritsu–. Yokozawa ¿vienes?

– No, iré a descansar a mi cuarto gracias Onodera –contesto el otro– Nos vemos mañana.

– Hasta mañana –contesto la pareja mientras comenzaba a alejarse en dirección a la cocina.

– Supongo que será mejor que me vaya–hablo Kirishima–, nos vemos cuando se te baje el enojo Masamune y Yokozawa de verdad que siento si te cause daño.

Yokozawa se giró hacia dónde provenía la voz del castaño y se fue acercando hasta que con sus manos toco los brazos del otro, acción que le causo escalofríos, y los recorrió hasta que llego a la altura de los hombros mientras trataba de comprender a Zen después de todo ya le había pasado varias veces que alguien quisiese hacer algo parecido solo para saber “que se sentía”.

– Estoy bien –le dijo tranquilamente–. Además un beso no hace ningún daño ¿o sí?

– No, claro que no –contesto el otro sintiendo que se perdía en aquellas pupilas azules sin vida–. Yokozawa no te gustaría salir mañana –término de decir sin siquiera pensarlo.

– ¿Eh?…

– Entonces es un sí verdad –presiono un poco más el castaño al doncel.

– Supongo… si es como amigos –hablo el otro un poco sorprendido sin saber si estaba bien aceptar sobre todo por lo que acababa de pasar–, pero no quisiese que Masamune se enojase más contigo.

– No habrá ningún problema por mí –dijo Kirishima.

– Por mi si hay –dijo Takano aun disgustado desde la puerta de la cocina sin dejar de vigilar a los otros dos–, además deberá pedirle permiso también a Hatori.

– Lo haré –concedió Kirishima–, pasado mañana que venga por Yokozawa hablare con él.

– Si, si como digas –hablo el de ojos avellana– ¡Takafumi ya ve a dormir!

– Si –convido el menor de los presentes– pero ya ve a que te bajen los humos –dijo un tanto molesto por la actitud de su primo para después caminar hacia donde suponía se encontraban las escaleras que lo llevarían a su habitación no sin antes despedirse del amigo de su primo–. Nos vemos Kirishima.

– Nos vemos Yokozawa, vendré sobre las seis en dos días –contesto el otro tomando del brazo al peli azul para detenerlo haciendo que volteara y respondiera asintiendo con la cabeza.

– Hasta pasado mañana –se despidió Takafumi mientras con cuidado se soltaba del agarre y se encaminaba nuevamente hacia las escaleras.

– Hasta mañana –dijo despacio Zen viendo cómo se alejaba el de mirada muerta, después de que lo vio desaparecer por las escaleras salió de la casa, se subió a su moto y se dirigió hacia su departamento.

Cuando Yokozawa llego a su cuarto se dejó caer en la cama mientras que tocaba con sus dedos su boca recordando la sensación que había sentido cuando los labios de Kirishima habían tocado los suyos, ese había sido su primer beso y un completo desconocido se lo había robado cosa que lo tenía dividido pues una parte se sentía molesto con el amigo de su primo por tal atrevimiento mientras que otra se sentía extraña casi como si le hubiese gustado aquel contacto y por si fuera poco ¿Por qué había aceptado aquella salida? Estaba actuando de una manera muy extraña a sus actitudes normales y así estuvo debatiéndose hasta que los ruidos en los cuartos contiguos lo hicieron querer haberse dormido hacia unas horas, cansado de no poder dormir y estar escuchando a sus primos disfrutar con sus respectivas parejas la noche decidió ir a dormir a la sala o al menos pensaría en silencio.

Notas finales:

MUCHAS GRACIAS POR LEER!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).