Su agarre firme y protector a ese cuerpo que temblaba por el mensaje de hace unos momentos. De una manera indirecta le habían dicho a Freddy que lo violarían. Quizás ese sujeto creé que está enamorado y actúa como si esas palabras que escribe hicieran reaccionar a Freddy de la misma manera que él.
Un tipo acosador y pervertido que piensa que esos sentimientos y en la manera en que los expresa está bien. El agarre al cuerpo de Freddy se hizo más fuerte. Notando el temblar de su cuerpo, enserio estaba aterrado.
—¿Cuándo fue que me metí en esto?—decía el castaño mientras se acurrucaba más en el pecho de Golden y miraba al suelo—. Ya no puedo salir sin estar tenso, ya no puedo trabajar temeroso a cualquiera que me vea… y ahora ya no me animare estar solo en mi casa—Golden abrazo más fuerte a su amado a la par que su arrugaba el entrecejo. Se sentía tan impotente al ver a Freddy de esa manera.
Él había sentido que lo vigilaban, que a cada maldito minuto del día le tomaban foto incluso se habían robado la diadema que tenía las orejas de oso, su chaleco negro y lo que más le preocupaba es que todo eso lo tenía dentro de su casa. El que viviera solo no era una buena idea en ese momento.
—Freddy no me gusta que estés así… que temas.
—No quiero que te preocupes Golden.
—Claro que me preocupo—Freddy miro esos ojos negros a la par que hacía una mueca de tristeza.
—Quizás pronto se canse—Golden lo miro desaprobatoriamente, claro que lo decía para que no se preocupara.
—Freddy.
—Quizás… se encuentre a alguien que…—Golden, desesperadamente agarró el rostro de Freddy con ambas manos, éste tenía la mirada perdida. El miedo lo estaba consumiendo eh intentaba calmarlo.
—¡Freddy!—dijo desesperado, sólo quería que reaccionara. Sacudió un poco su cabeza. Sabía que lo había lastimado pero necesitaba traerlo de nuevo a la realidad aunque ahora era un infierno—, Freddy por favor, sé que tienes miedo pero no te pongas así—después de decirle esas palabras lo abrazo protectoramente.
—Golden—susurro casi sin voz. Escucho el sonido de su corazón, unos acelerados palpitares. Tenía el presentimiento que Golden al igual que él temía a ese sujeto, quizás no de la manera en que Freddy le temía, tenía miedo de lo que el hombre llegara hacerle al castaño.
Después de unos momentos lentamente ambos se comenzaron a tranquilizar. Freddy cerró los ojos y por poco se dormía pero las manos del rubio comenzaron a recorrer su espalda, el menor abrió sus hordas azules para concentrándose mejor en las caricias que lentamente lo hacían olvidar ese mensaje tan aterrador.
—Freddy—susurro, levantándole la mirada con delicadeza para depósito un tierno beso en sus labios que lentamente el castaño comenzó a responder.
Con lentitud comenzó a moverse para así lograr acostar a su pareja, dejándolo debajo de su cuerpo. Las manos de Freddy se mantenían a cada costado de su cabeza mientras veía con un poco de duda a esas joyas negras que estaban delante de él.
—¿Golden? —el rubio apretó su mandíbula a la par que acariciaba delicadamente la mejilla del castaño.
—Freddy… yo—desvió la mirada y bajo su rostro, no podía decirlo.
Freddy por su parte se incorporó de manera que estuviera sentado y estar cara a cara, rodeando con delicadeza sus manos en el cuello del contrario mientras le dedicaba una mirada de rendición. Sabía que Golden lo deseaba, pero simplemente él no podía hacerlo, no hasta estuviera seguro que su pareja no lo dejaría.
Sus piernas estaban abiertas ya que el cuerpo del mayor estaba en medio de ellas, exhalo cerca de la boca de su novio haciendo estremecer al mayor. Freddy llevó su mano derecha a la cabeza de Golden y unió sus frentes mientras los ojos azules miraban sus labios.
—Sabes que confió en ti…—no estaba seguro si decir la última palabra pero igual era mejor decirle la verdad que dejarlo con un deseo que nunca se atrevería a zacear—… pero no para eso—Golden sabia a lo que se refería con “eso”. Freddy simplemente esperaba una reacción negativa, molesta eh incluso que rompieran su noviazgo más lo que salieron de esos labios dominantes lo sorprendió.
—Lo sé… yo también estuve ahí ¿recuerdas? Sé que te da miedo al momento de la intimidad—Freddy bajó la mirada apenado, lo amaba tanto como para entregar todo de él, su alma, su cuerpo, su corazón, pero ese pequeño detalle lo impedía—. Pero…—dijo Golden levantándole el rostro a su amado haciendo que lo observará—hay otras formas de sentir placer—dijo mientras sonreía traviesamente.
—¿Eh? —no le dio tiempo a reaccionar cuando Golden lo había empujado suavemente a la cama, de nuevo. Golden se mantenía a escasos centímetros de sus labios a la par que le sonreía mientras que sus manos se movían frenéticamente en el cuerpo del castaño.
Desasiéndose primero de ese chaleco negro. Subiendo y bajando su mano en el brazo del menor siguiendo su camino hasta los pezones de este; los acarició por encimada la ropa, un simple toque con sus dedos.
—¡Golden! —se sobresaltó a la par que se levantaba de golpe
—Tranquilo—dijo volviéndolo a acostar—, no pasara nada—menciono mientras se agachaba hasta la altura de su cuello y comenzaba a darle pequeños mordiscos a tan deliciosa piel—, lo prometo—Freddy apretó sus labios por el nerviosismo que su cuerpo comenzaba a sentir, pero confiaba en Golden así que intento relajarse.
Cuando su cuerpo se entregó a lo que Golden planeaba hacer el rubio sonrió pero igual continúo. Desabrochando lentamente cada botón hasta que su camisa estuviera completamente abierta, mostrando así su abdomen plano y su pecho. Pasó su mano por la piel desnuda de su pareja, perdiéndose en cada caricia que le daba.
La yema de sus dedos tocó los pezones de Freddy, algo que hizo que el menor arqueara un poco su espalda. Esa reacción era un poco exagerada para un simple toque.
—Pareces una niña virgen—se burló, Freddy frunció el ceño de una manera adorable para Golden.
—Soy virgen… pero no una niña—no se escuchaba molesto, al contrario, sonrió por el comentario y su respuesta.
—Yo juzgaré eso—dicho eso se guio sus labios a los pezones del menor, abrió un poco sus labios, lamiéndolos lentamente.
—Ahh…—gimió por la sorpresa de sentir la húmeda lengua de su novio, una pequeña succión y los dientes que levemente lo mordían.
Una pequeña risita salió de la garganta de Golden a escuchar ese pequeño gemido, satisfecho por ello quiso escuchar más, aumentando así el ritmo de los chupetones.
—Golden… ahh
—¿Si, corazón? —preguntó a escasos milímetros de esos suculentos botones que con cada toque se endurecían.
—Ahh…—cerró los ojos con fuerza y se sostuvo de la ropa del rubio, simplemente esas sensaciones no las podía controlas.
Ese estimulo comenzó ha excitarlo, haciendo que cierta parte comenzará a despertar dentro de sus pantalones. Sintiendo el bulto que chocaba con su entrepierna; guío su mano al bordé del pantalón y con delicadeza y lentitud desabrocho el botón seguido de bajar el cierre.
—Golden… espera…—fue interrumpido por los labios del que llamaba.
Golden comenzó a frotar su mano por encime de la ropa interior de Freddy, sacándole gemidos que no podía parar eh intentaba ocultar.
Lentamente comenzó a deshacerse de las ropas estorbosas, empezando con la camisa. Lo incorporo de manera que estuviera en sus piernas, sin dejar de masturbas su miembro que ya no cubría ni el pantalón ni la ropa interior.
—Ahhh… Golden ah—sus brazos estaban rodeando el cuello del rubio, escondiendo su rostro en medio del cuello y el hombro.
Con su mano derecha deslizó la camisa de Freddy por sus hombros dejando que se resbalaran por si solos.
—Te amo Freddy.
—Y yo a ti—contesto a la par que le daba un beso, un beso en donde le demostró todo el amor que sentía por él, un amor que esperaba fuera correspondido.
Freddy se mantenía acostado retorciéndose por el placer, completamente desnudo, en su piel unas pequeñas marcas que Golden le había hecho conforme avanzaba el acto. Sus manos agarraban con fuerza las sabanas haciendo así que estas se arrugarán. Soportando las caricias que le brindaba el cuerpo encima de él, Golden se había quitado la camisa y desabrochado su pantalón para frotar ambos miembros con su mano; Freddy se mantenía con las piernas abiertas a causa del ser que estaba en medio de ellas, dándole placer.
Si mano subía y bajaba por la longitud de ambos miembros, había sido muy difícil tener a Freddy de esa manera, le había costado palabras de cariño, toques que lo distrajeran y besos que lo consolaran, pero bien sabía que todo eso ahora valió la pena.
—Golden… no aguanto más—como pudo siguió masturbando el miembro del menor a la par que también movía sus caderas para frotar su pene en el del castaño.
Sus respiraciones se agitaban demasiado, como si abrir la boca ya no fuera suficiente para sus pulmones. La capa de sudor en ambos cuerpos y el sonrojo en la majilla de Freddy.
El contacto visual era pleno a escasos segundos de llegar al orgasmo, Freddy se mordía el labio inferior, sus ojos se humedecían y sus mejillas ardían a más no poder.
—Ahhh… ahh Golden—fue lo único que dijo, se corrió de una manera pausada, abrió la boca para dejar escapar un grito de placer y cerró los ojos por simple inercia. Apretando las sabanas con más fuerza.
Mientras tanto Golden sólo se limitó a cerrar los ojos y unir su frente con la de su amado esperando a que este se tranquilizara. Cuando Freddy abrió los ojos, Golden le sonrió y beso su frente.
—Te amo—dijo el rubio acariciando su mejilla.
—Yo también te amo Golden—respondió al igual que su pareja, regalándole una tierna caricia en su mejilla sonriéndole tiernamente.
Golden se acostó alado de Freddy de manera que la espalda del castaño estuviera pegada al pecho del rubio, lentamente comenzó a besar su nuca mientras Freddy se dejaba llevar por el cansancio, comenzó a cerrar los ojos gracias a esas muestras de amor que prometían nunca dejarlo.
—Descansa Freddy—dijo dándole un último beso en los labios—, no te pasara nada, lo prometo.
/// Al día siguiente \
—Hey Freddy—dijo animadamente Bonnie acercándose a él.
—¿Qué… qué sucede Bonnie? —dijo a la par que se sonrojaba.
—¿Por qué tienes esa bufanda, sé qué hace frio pero aquí adentro no lo hace del todo? —Freddy comenzó a sonrojarse por el comentario; desvió sus ojos a donde estaba Golden hablando animadamente con Chica para dedicarle una mirada de fastidio a la par que inflaba un poco sus cachetes, sabía que era culpa de Golden por dejarle tantas marcas visibles.
—Sólo me siento bien con esto—fue lo único que dijo para después marcharse dejando solo a Bonnie.
Este comenzó a pensar unos momentos para luego apretar sus labios y sonrojarse a más no poder. Miro a Freddy y luego a Golden, Freddy estaba un poco de mal humor por esa pregunta y Golden estaba feliz de la vida.
—Creo que pregunte algo incomodo.
Se dio la media vuelta para ir hacia donde se daba el show pero para ello tenía que pasar el enorme pasillo que lo conducía hasta ahí, al no fijarse choco con cierto pelirrojo.
—Lo siento Foxy.
—Descuida Bonnie—éste no pudo pasar por alto su sonrojo—. ¿Por qué tan rojo?
—No… no es nada.
—¿Seguro?—no puedes mentirme, además que eres patético con eso—
—Si… seguro—pero su sonrojo no desaparecía más bien se intensificaba. Sin quererlo el de cabello morado desvió la mirada discretamente a con Freddy más Foxy la siguió, notando rápidamente lo que el castaño llevaba en el cuello.
—No hace tanto frio como para que Freddy este con tal bufanda—dijo irónicamente.
—Si… dijo no… dijo no se… se ve incomodo cuando le preguntas sobre eso—Hay Bonnie realmente no sé si eres estúpido o enserio te da pena unas cuantas marcas que tiene Freddy—no hacía falta pensarlo mucho ya que Freddy lo hacía notar, recorriendo su mano por donde estaba esa prenda cubriéndolo: perdiéndose también en la nada, recordando lo que había pasado.
Decidieron dejar el asunto de la bufanda a un lado para continuar con el trabajo. A la hora del almuerzo y para suerte de Foxy, Golden tenía que quedarse en la oficina charlando con su padre y los demás estaban en sus cosas o al menos Mangle los hacia que se distrajeran para así dejar libre al castaño.
Se acercó y se sentó a su lado, alterándolo un poco al momento que movió la silla y se sentó a su lado.
—Lo siento, no quería asustarte—se disculpó Foxy.
—Descuida… no pasa nada.
El calor se hacía presente en el restaurante, al menos dentro de él, Freddy comenzaba a suda por ello, una ligera capa de sudor que se formaba en su rostro, algo que hipnotizó al pelirrojo.
—¿Qué sucede Foxy? —pregunto para romper el silencio.
—Nada importante, te veías solo y quizás querías mi compañía—dijo acercándose más al menor—, ya sabes… por lo que te ha pasado—mencionó, refiriéndose al mansaje que le llegó al momento que estaba interrogando a Foxy.
—Gracias… de verdad apreció eso—tembló levemente y se abrazó a sí mismo—. No me siento seguro en estos momentos.
—Tranquilo—dijo colocando una mano en el hombro del contrario—, todo saldrá bien. Para lo que quieras y necesites—siguió hablando mientras dirigía sus dedos a la bufanda—estaré ahí contigo—lo dijo de una manera que casi parecía protectora, había hipnotizado a Freddy.
Aprovechando esos momentos de shock por parte de Freddy, Foxy guio su mano cuidadosamente al objeto que cubría el cuello del castaño retirándolo lentamente.
—Foxy espera…—agarró fuertemente la bufanda y mencionó esas palabras pero cuando sus ojos chocaron con los contrarios se paralizó, no supo cómo, no supo porque; sólo sabía que esa mirada no era normal, por alguna razón lo intimidaba a tal grado que soltó la bufanda y dejó que el de los ojos color miel la apartara de su lugar, rebelando así las marcas de Golden.
—¿Qué te pasó? —pregunto pasando sus dedos por cada marca, erizando la piel del castaño. Su toque lo hacía estremecer más no sabía si en el buen sentido o en el malo.
—Na… Nada sólo… sólo…
—No me vengas con eso que te golpeaste o te picaron los mosquitos—se burló pero su mano seguía tocando la piel del contrario—pero que hermosos se siente, tan suave… tan puro, apetecible y virgen o eso espero.
Freddy se sintió incomodo así que desvió la mirada para evitar verlo a los ojos y de nuevo asustarse. Guío su mano a la muñeca del pelirrojo y apartarla de su piel.
—No pasó nada que no quería—Foxy tuvo que aguantar las ganas de gritarle, de decirle y reclamarle que su cuerpo le pertenecía, todo él le pertenecía.
—Entiendo¸ hacen bonita pareja—lo dijo con todo el dolor de su corazón y de su mente.
—¿Enserio?
—Claro… ¿Por qué creerías lo contrario?
—Bueno es que después de…
—¿De qué? ¿Aun quieres la atención de los demás a costa de tú noviazgo?
—No… yo no…—no pudo articular palabra y bajo la mirada, preguntándose por qué ¿Por qué temía detenerlo? ¿Por qué temía corregirlo? ¿Por qué le temía?
—Tranquilo Freddy—dijo levantándose dispuesto a marcharse, peor antes de hacerlo acaricio el cabello castaño del menor—, esto queda entre nosotros—dicho eso se acercó y le planto un beso en los labios, un pequeño beso que nadie notó.
Freddy quedo perplejo ante tal acción, no reacciono hasta que Foxy estaba lejos de él.
Foxy sonrió de lado y se tocó sus labios con delicadeza, sintiendo un hormigueo en sus labios, había tocado por un breve momento los de Freddy y sentía que en ese momento su corazón se le saldría del pecho.
—¿Por qué me anime a besarte? —sonrió de lado por el avance que tuvo con ese chico de ojos azules—Me temes… y por ello no hace nada para impedirlo. No era la reacción que quería que tuvieras… pero por algo se empieza y si el miedo es la única manera pues que así sea.
Tenía que ser cuidadoso con esos detalles, sabía que esas acciones no las podía repetir tan seguido. Otra buena razón para apresurarse en acabar con los que interfieren con el amor de su vida.
Continuara…