No sabía realmente que sentir, si felicidad por qué Freddy por fin estaba a su lado, desesperación porque no correspondió como él pensaba que haría o molestia porque aseguro no se enamoraría de él, no era su tipo. Negó rápidamente con la cabeza, Freddy sólo estaba equivocado, confundido y asustado.
—Sí, es eso... Él aprenderá, me amará —Aseguró, cubriendo su rostro intentando relajarse, estaba en la cocina y su amado en la habitación así que no tenía que preocuparse por qué viera ese lado de él, ignorando por completo que quizás ya lo había hecho.
Dio los últimos detalles al desayuno de Freddy colocando un vaso de jugo de naranja, tomándose la molestia de preparar unos huevos con salchicha aunque en forma de corazón, usando salchicha picada como un recipiente de base para que mantuviera los huevos en esa forma, fue difícil y después de varios intentos fallidos y comida desperdiciada por fin lo había hecho, dándole unos toques con verdura con tal de que estuviera todo bien balanceado y no sólo comiera grasas.
—No quisiera que engordara— No lo dejaría de amar, pero sería un poco menos atractivo.
Una vez terminó todo como toque final le había colocado una rosa roja en un pequeño jarrón donde tan sólo podría ir una sola. Tomando la bandeja caminó directo hacia la habitación logrando abrir la puerta recargando su espalda y parte trasera a la misma, dando una pequeña vuelta para así caminar hacia Freddy, dejando la bandeja a un lado.
—Freddy— Lo movió suavemente, no quería lastimarlo por la herida recién hecha.
Lentamente abrió los ojos de manera pesada e incluso llego a chasquear la lengua al ver ese ojo brillante de color amarillo.
—¿Qué quieres? —Preguntó indiferente intentando ocultar su miedo e ira que sentía al estar en esa situación.
—Te traje de comer, ¿Puedes?
—No quiero nada de ti ahora.
—Lo lamento, si tan sólo lo entendieras... —Apretó con una mano fuertemente las mejilla del castaño— Que yo no soy el malo aquí Freddy... Y si piensas lo contrario—Se colocó justo encima del castaño apretando cada vez más sus mejillas—Puedo hacer que te arrepientas de eso —Bajó hasta su cuello rodeando el mismo con su mano, entrecerrando los ojos, aunque una vez se dio cuenta de lo que estaba haciendo, cambió esa actitud violenta por una más cariñosa, con toques que lentamente bajaron de su cuello a su abdomen.
—Foxy...
—Silencio — Exigió bajando sus manos hasta el borde de su camisa para tocar su piel desnuda. Jamás imagino que fuera tan suave, tan tersa— Freddy... Aún... ya sabes—El castaño lo miró confundido, como si realmente no supiera a que se refería— ¿Aún eres virgen? ¿No lo has hecho con alguien? —Si bien sus palabras parecían tiernas y tímidas sus acciones no lo eran, ya que las dos manos de este amenazaban por cerrarse nuevamente en su cuello en tal caso que no contestara a la pregunta.
No estaba seguro de lo que debería responder, ¿Cómo lo trataría si su respuesta fuera negativa? ¿O cómo se emocionaría si supiera la verdad?
—Asumo que no pasó nada entre tú y Golden o Bonnie—Sus ojos azules se llenaron de lágrimas mientras negaba con la cabeza a la pregunta— No sabes cuánto me alegra el saber eso —Declaró antes de besar sus labios levantando su camisa, revelando la marca de su propiedad y pasando suavemente sus dedos por las heridas.
—Bueno... he esperado hasta ahora... Puedo hacerlo hasta que cicatrice, lo último que quiero es que te pase algo malo —Sus labios bajaron hasta su abdomen besando por encima de las vendas manchadas levemente de sangre. Ante esa acción del pelirrojo el mayor se estremeció e incluso tembló un poco antes de que se separara por completo de su cuerpo.
—No quiero que sea así—Susurró arrepintiéndose casi de inmediato ya que sabía que lo había escuchado.
—¿Qué no quieres que sea así? —Preguntó extrañamente sonriente.
—Mi... primera vez…
—Tranquilo... será hermoso... te haré sentir bien, lo prometo, no te lastimare. Pero ahora no es momento para hacerlo, no puedo tomar tu amor cuando estás herido, fácilmente podría lastimarte y es lo último que quiero hacer—Declaró sincero, y era verdad.
Se separó del castaño tomando el plato del desayuno y la cuchara con un poco,acercándola a sus labios y al ver que el contrario no tenía pensado ni hacía el esfuerzo de comer apretó la cuchara, tan sólo bastó una mirada de molestia hacia esos hermosos ojos azules para que se dignara a abrir la boca, dejando que lo alimentara.
El problema había sido cuando intentó darle de tomar, se había derramado y molestando aún más a Foxy tomándolo como una negativa a su amabilidad cuando realmente había sido un accidente. Esas eran las consecuencias de lo mal que había tomado sus favores. Recibió un grito junto a un golpe en la mejilla para después, al darse cuenta de lo que había hecho, aferrarse a la ropa rasgada del contrario mientras lloriqueaba pidiendo perdón, acción que lentamente desapareció para echarle la culpa del golpe.
— Si no me rechazaras no tendría que golpearte, si lo tomaras de buena gana no estarías mojado y con un nuevo moretón en la cara —Pasó su dedo por la herida antes de tomar con ambas manos su rostro acariciando con su pulgar el golpe—Pero no te preocupes, aún con esto—Indicó dando un par de masajes en círculos, bajando lentamente su mano por su cuello hasta donde comenzaba las vendas—...y esto, sigues siendo hermoso —Pese a que vio sus lágrimas y el sollozo de Freddy eso no lo hizo enojar, después de todo de una u otra manera tenía que sacar el dolor del golpe y la reciente herida de navaja.
Terminó de darle de comer y se retiró a la cocina a lavar los platos sucios dejando a Freddy nuevamente solo, este no resistió más y comenzó llorar nuevamente, estaba tan frustrado de estar en esa situación, ¿Por qué el destino lo detestaba tanto? ¿Porqué quiso que se quedara con Foxy? ¿Por qué tuvieron que fallecer sus amigos para que terminara con ese lunático? O quizás el destino se dejó engañar con esa cara amable y creyó que sería lo mejor para él…
Parecía más tranquilo, miraba por la ventana hacia afuera aunque claro no se veía del todo libre, la ventana de la cocina tan sólo daba al patio trasero y aun así esta se mantenía con barrotes. Hace ya un par de meses que lo había tenido ahí dentro, más exacto dos meses, ¿Preguntarían por él? Quizás si y quizás no, no estaba tan seguro. En esos momentos el deslindarse de la familia parecía una mala idea, los dejó atrás para seguir sus justos, los dejó de lado para ser feliz con su orientación sexual y por consecuencia su familia no quería saber más de él.
Hace una semana Foxy había entrado a la habitación revisando su herida y diciéndole lo de siempre, que lo amaba pero ahora quería algo a cambio— Quisiera sentir un poco de tu amor, quisiera que tomaras tu papel de mujer—Esas palabras lo confundieron, al menos hasta que lo guío a la cocina— No me mal entiendas, sé que algunas mujeres son más capases de trabajar pero ahora no puedes salir... y quisiera que me consintieras de una manera... más de esposos —Oh, esas palabras sí que lo alteraron—Además, estás estudiando gastronomía.
Recordó por unos momentos a su madre, como casi diario estaba en la cocina, le encantaba cocinar y dejar postres en el refrigerador o incluso en la alacena. La recordaba con su cabello largo recogido en una coleta, sus pantalones, vestidos, cualquier cosa femenina, le encantaba verla, diciéndose a sí mismo que quería una mujer igual a su madre, tan atenta y tan cariñosa.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al sentir los brazos de Foxy alrededor de él y como colocaba su cabeza en su hombro.
—¿Qué...?
—Tranquilo, sólo... —Levantó un poco su camisa, hace ya un par de semanas que le había retirado las vendas pero las costras aún seguían así que decidió mejor esperar un poco más — Tu... tu piel es tan suave—Aún sentía la cicatriz pero la piel ya era tersa, eso significaba que ya estaba curado.
—Yo no lo considero aún... —Lo silenció cuando metió su mano dentro de su pantalón, gimió de manera fuerte por la sorpresa y la sensación causada. Ladeando la cabeza cuando sintió ahora los labios del mismo en su cuello y nuca— Se... quemará la comida—Tapó su boca, no quería que ese escuchara dolido, sabía que terminaría por hacer enojar a Foxy si se enteraba que sus toques no le estaban gustando.
—Apágalo—Parecía ya en entregado por completo a la lujuria y aunque aún no estaba erecto sabía que no tardaría mucho para perderlo por completo, ya lo había esperado mucho y asumía que no pensaba esperarlo más,aun cuando le había puesto muchos pretextos para zafarse de esa responsabilidad y como buen "novio" comprensivo no dijo nada simplemente menciono "Tienes razón" terminando por alejarse de él.
—Pero ya casi esta... terminarás por arruinarlo…
—Entonces hazlo —No había funcionado aun cuando estaba el peligro de que ambos se quemaran, estaba decidido a hacerlo en esos momentos. Pero aun cuando lo dijo no dejaba de tocarlo, exigiéndole que terminara de hacer la comida.
Desesperado, apagó la estufa antes de tomar a Freddy y cargarlo a su habitación. Teniéndolo ahí cerró la puerta y acostó al contrario en la cama colocándose encima de él mientras besaba sus labios, si bien eran besos tiernos sus manos no eran nada inocentes. Tocando su pecho por debajo de su camisa hasta levantarla lo suficiente para descubrir su pecho, una vez considero que era estorbosa la retiro por completo, aun cuando no estaba completamente desnudo a los ojos de Foxy tarde que temprano lo estaría, este solo sería el inició, sentía nauseas, incluso el vómito atorado en su garganta.
—Foxy... no… —La mano del pelirrojo le tapó la boca deteniendo sus palabras mientras su ojo lo miraba de manera fija y molesta
—No lo digas... —Su voz se escuchaba molesta— Lo estas, ya estás listo—Dio un beso en los labios del contrario—Lo sé… — Terminó hundiéndose en la sensación de sus labios y como su saliva se revolvía en la boca del contrario.
Freddy hizo a un lado su cabeza para respirar terminando por ser fuertemente tomado de su barbilla y mejillas para regresarlo, no podía respirar, ese beso se sentía totalmente posesivo y fiero, le dolerían los labios después de un rato.
No dijo nada cuando las prendas abandonaban su cuerpo, dejándolo completamente expuesto. Se sentía tan avergonzado que encogió sus piernas para cubrir su parte íntima y con sus manos intentó hacerlo mismo con el resto de su cuerpo. Esa acción tan sólo divirtió al de ojos amarillos que tomo sus muñecas colocándolas fuertemente en la cama y abriendo sus piernas con su cuerpo al colocarse entre ellas.
—Sí eres virgen... Esa timidez que tienes —Se inclinó para besar su cuello sacando tan sólo ruidos lastimeros, Freddy odiaba eso y se veía fácilmente pero Foxy realmente estaba tan centrado en sus fantasías, a sus ojos, su amor se veía totalmente diferente, lo disfrutaba e incluso pedía más.
—Ya no digas eso—Las lágrimas humedecieron sus hermosos ojos azules provocando un brillo que Foxy quería mantener intacto, Freddy en esos momentos era hermoso, mejor que en sus fantasiosas retorcidas.
Se había preparado todo este tiempo, teniendo lubricante a la mano pero para su primera vez lo quería todo al natural, sin usar nada artificial y eso incluía cualquier cosa necesaria para dilatarlo bien.
—Sé que no es justo pero quiero sentirte por completo, quiero que tu placer—Acarició su pecho— Tu pureza—Masajeó su ingle hasta llegar hasta su entrada, ese pequeño anillo de músculos que aún seguía cerrado — Y tu dolor, sean míos— el rostro totalmente asustado del contrario no se hizo esperar, viendo como acomodaba sus piernas alrededor de su cuerpo.
—Esto no es así… — Declaró incorporándose, colocando su mano en el pecho del contrario—No importa si es la primera o la décima vez, tienes que prepararme o sino... —Lo acostó nuevamente en la cama manteniendouna de sus manos en el pecho de Freddy impidiéndole levantarse nuevamente.
—Lo siento... —Declaró colocándose en posición, frotando la punta de su pene en la entrada del castaño— Pero sólo será esta vez—Empujó, pero no se movió, volteó a verlo antes de sonreírle —Te lo prometo.
Fue duro entrar, no resbalaba como quería y cada que empujaba un fuerte grito de los labios de Freddy inundaba la habitación, no lo culpaba, si su carne caliente se sentía jalada por lo seco de ese lugar, no se imaginaba el daño que dejaba a su paso. Las sábanas eran fuertemente apretadas por las manos del contrario mientras sus dientes se producían un fuerte rechinido con tal de ya no gritar por el hecho de que se cansaba aún más.
Duró mucho, más de lo que pensó al estar completamente dentro pero para Freddy tan sólo era el comienzo de lo que realmente iba a pasar, y lo comprobó a los pocos minutos que sintió como Foxy movía sus caderas de adelante hacia atrás de manera lenta. También le dolían los movimientos por la manera en que Freddy apretaba su aparato sin piedad.
Ya no podía hacer nada, no es como si lo consideró desde el principio pero al ver y sentir como aceleraba las estocadas pudo adivinar que estaba a punto de correrse y eso si pensaba detener.
—Foxy... sal ya— Declaró desconociendo su voz, era apagada, con un leve llanto en su tono, como si lo que le había hecho no fuera más que una violación por parte de aquella persona que decía amarlo.
—¿Por qué? No, quiero tener todo.
—Es que no entiendes…
—Lo entiendo, pero te dije que sólo será esta vez— Freddy se negaba al quedarse tan sólo con las piernas abiertas.
La poca paciencia de Foxy terminó por mantener a Freddy dolorosamente entre las almohadas, sintiendo casi que se ahogaba por la manera en que su cabeza se hundía en las telas y la mano firme del pelirrojo lo mantenía ahí. Teniendo, en todo momento, su trasero hacia arriba recibiendo a Foxy.
Una vez se vació cayó exhausto sin expresión alguna, notándose incluso más oscuras las ojeras bajo su ojos azules.
Sintió el jalón a su brazo para acomodarlo de manera diferente, pero esta vez no hubo resistencia de su parte, ni palabras, ni quejas, tan sólo un cuerpo que sólo se mantenía con los ojos abiertos mirando hacia las paredes de color blanco mientras Foxy marcaba su cuerpo con mordidas y chupetones.
Había acabado, Foxy estaba exhausto pero él se mantenía con esa mirada vacía fijamente en la pared, el dolor en sus piernas pertenecía a las partes del cuerpo que recibieron las fuertes mordidas de Foxy. Cada movimiento era una completa agonía, el líquido espeso bajando por su entrada a la cama le revolvía el estómago, no creyó que ese acto carnal sería tan doloroso o quizás era que ni siquiera amaba a esa persona y lo tenía muy en mente.
Se volteó como pudo para darle la espalda y terminar por apretar fuertemente los puños para finalmente soltarse a llorar en silencio, tantos años planeando ese momento para que de repente fuera totalmente lo opuesto a lo que debió ser desde el inicio. Estar con Golden, con su amor y alma gemela.
…
Después de esos meses en donde tuvo que ser un "perro" obediente para ganarse la confianza del detective, pudo estar libre sin las esposas manteniéndolo en el sofá. Era todo un fastidio ya que le dejaba comida y agua a su alcance y un bote donde podría hacer sus necesidades aunque claro le advirtió que tan sólo orinase en ese lugar, algo que raramente hizo, al menos no sus necesidades, esperaba al contrario hasta que llegara del trabajo para así estar libre e ir al baño como la gente normal, sabía que su mente no estaba cuerda pero no era por completo un loco para usar ese bote como un inodoro.
Divertido al pensar en las dos primeras semanas. Seco sus manos y salió del mismo sitio en el que estaba pensando (El baño), caminando directamente a la habitación de Vincent mirando la pared detenidamente, de verdad quería encontrar un pequeño orificio que le permitiera mirar al otro lado, algo que después de dos horas no encontró, regreso nuevamente a la puerta mirando por el orificio de cristal, en esos días que tuvo la libertad de poder caminar por toda la casa tuvo en su memoria el horario casi perfecto de la pareja que vivía al lado.
Los lunes salían juntos al trabajo a las ocho de la mañana y si se les hacía tarde eran tan sólo cinco minutos de demora, llegan a la misma hora o diez minutos después del otro. Los martes el de cabello negro descansaba, por ende su pareja salía solo a trabajar y no regresaba hasta la misma hora del día anterior, los miércoles lo mismo: regresando más tarde gracias que fueron por un par de víveres que de seguro le hacían falta, como comida y algunas cosas del baño o la cocina, los jueves era casi lo mismo, en dado caso que no fueran de compras el miércoles. Los viernes salían a comer, o cualquier otro lado, una cita o tiempo en pareja. Los sábados ambos salían a la misma hora siendo la pareja del de cabello negro el único que regresaba al departamento después de dos minutos: mientras que el de cabello negro lo veía de vuelta a medio día al igual que el domingo, asumía que el rubio, su pareja, lo acompañaba al elevador. Él descansaba los fin de semanas, un dato que claro lo tendría muy en mente.
Le encantaba ir por las mañanas a espiarlo, notando lo nervioso que se ponía al pasar enfrente de la puerta, notando como desviaba la mirada hacia la misma: como si de verdad supiera que lo estaba espiando.
Nunca se había obsesionado con una víctima porque no había tenido el privilegio de seguirla después de lo que le había hecho, esos traumas que le dejó con mucha intención. Su mirada de temor, de paranoia era algo que realmente tenía que ver más cerca, tenía que aprovechar esa oportunidad de estar tan cerca de él sin que la "presa" haga algo al respecto, y mejor aún, que sepa que esta tan cerca de él.
Tan perdido estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta, no vio a Vincent que estaba abriendo la puerta, atascándose por el cuerpo del criminal impidiendo su paso. No tuvo más remedio que apartarse para dejar pasar al agente.
—¿Qué haces?
—Miró afuera, no tengo mucho que hacer aquí adentro.
—Pero,¿No sería mejor asomarse por la ventana? —Preguntó mirando la espalda del criminal que lentamente caminaba al sofá dejándose caer. Este simplemente encogió sus hombros para contestar la pregunta.
— Sabes cómo soy, además, me aprendí el horario de tus vecinos de piso, deberías probarlo algún día, después de todo tu puerta es la primera, tienen que pasar enfrente de ella sí o sí — Vincent frunció el ceño ante esa declaración, no le gustaba que le insinuaran cualquier cosa criminal o acosadora por que de inmediato se le venía a la mente sus familiares y sabía perfectamente que Springtrap lo tenía muy presente.
—No haré eso, es raro y muy tu estilo—Springtrap dio una carcajada antes de notar los papeles que tenía en la mano.
—¿Insistes?
—Si no lo hiciera ya te hubiera regresado a prisión.
—No, te agrado mucho como para que me regreses.
—Estás loco.
—Oh, vamos, hemos compartido tantas cosas juntos.
—Mi cepillo de dientes, no creo que eso se considere que compartimos cosas juntos.
—Bueno, de manera hipotética y literal, hemos compartido tantas cosas — Vincent torció los ojos antes de volver a su trabajo.
—Lo que me dijiste de Freddy, que sería el responsable, creo que estabas equivocado—Declaró mirando al contrario—Y creo que es algo más enfermo.
—¿Por qué?
—Freddy era acosado por alguien y creo que es el responsable de las muertes, sólo tengo que saber quién...
—Ah, un psicópata de amor es el más loco y sádico que puede haber, todo con una justificación a sus actos —Sonrió, como si estuviera orgulloso del criminal y en realidad lo estaba—Tiene una motivación fija y realmente sabe lo que está haciendo, ¿Y dónde está el chico?
—Desapareció... y lo peor es que parece que soy el único que se ha dado cuenta de su ausencia —No había escuchado ninguna denuncia de desaparición, ¿Qué estará pasando? ¿De verdad el psicópata era demasiado listo como para que nadie se dé cuenta de su desaparición? O tenia cómplices, sea lo que fuera, encontraría la respuesta.
…
Se estaba tomando muchas molestias en eso, Golden nunca fue un gran amigo, Bonnie tampoco y ahora lo de Freddy, realmente se estaba cuestionando el por qué lo estaba haciendo, salió del trabajo por la decepción del castaño hacia su novio y si al principio buscaba pistas del culpable lo abandonó un par de semanas después ya que se había calmado, además que se alejó de todo eso, pero al escuchar de la muerte de Bonnie, Chica y ahora la desaparición de Freddy sabía que algo pasaba, alguien los estaba asechando.
Y ahora estaba en frente de la casa del sospechoso, su sospechoso.
Se metería en serios problemas si llegara a darse cuenta pero valía la pena, si Foxy era inocente no tendría nada que temer. Tragó saliva, saltando la cerca que daba al patio de esa casa, sus planes era entrar por la puerta trasera cuando Foxy se fuera a la escuela, sonaba bien en su plan, buscar en las habitaciones algo que culpara a Foxy...
Continuará…