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No body say It was easy por girlutena

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Notas del capitulo:

Bueno ya estamos llegando al final de esta historia, todavia falta màs, pero ya està por acabar 

 

 


La luz suave del atardecer empezaba a entrar por la ventana, los cálidos colores que variaban entre el azul violeta hasta el rojo anaranjado pintaban el cielo, creando una hermosa armonía, el sonido de las aves batiendo sus alas, volando hacia el otro lado de la ciudad, buscando algún lugar para resguardarse de la noche. Había deseado salir de la habitación y poder caminar sin ayuda de su padre o de algún enfermero.


Odiaba las miradas llenas de lastima que le lanzaban las personas, o las sonrisas complacientes de sus doctores, detestaba las felicitaciones que el médico encargado de su terapia le decía cada vez que podía dar un paso más en su rehabilitación.


Pero ahora incluso, aunque no la había llegado a conocer del todo, odiaba a la mujer que le había causado tanto dolor a su familia.


Había caminado con pasos sigilosos, esperando que ningún enfermero le viera por los pasillos y aprovechando que su familia le había dejado solo un momento, el ala de cuidados intensivos se encontraba silenciosa, el sonido del respirador y el lector cardiaco era lo único que se escuchaba, apoyó su mano sobre el vidrio, sintiendo como el frio calaba su piel como mil agujas, frunció ligeramente su ceño al sentir como su estómago caía poco a poco al imaginar su cuerpo en ese estado vegetativo.


Cerró sus ojos al recordar los días de su infancia, donde intentaba tener siempre la atención de su madre, pero solo podía recordar la espalda de la mujer, sus cabellos negros y el perfume que utilizaba cuando salía a alguna fiesta, poco a poco había dejado de insistir, encontrando aquel amor en su tío y en el resto de su familia.


-No deberías estar mucho tiempo de pie. -No se había dado cuenta del hombre que se encontraba detrás de él, observándole sentado en una de las bancas de metal, una pequeña sonrisa se mostró en sus labios al ver el rostro del esposo de su tío.


Kakashi había sido el primer varón que su padre y abuelo pudieron aprobar para que se casara con el único doncel de la familia, muy aparte que los dos habían sido mejores amigos desde que eran pequeños.


caminó despacio hasta llegar al lado del mayor, regresando su bruna mirada hacia la mujer que le había dado la vida, el cabello largo y negro que él recordaba ya no se encontraba ahí, ahora solo su cabeza se encontraba vendada, cubriendo parte de sus ojos, y su piel lechosa ahora solo se encontraba en carne viva, siendo cubierta por parte de piel incrustadas de otro animal.


No había nada ahí que le recordaba a la elegante mujer que él había conocido.


-¿Cuánto tiempo estuve en coma?


-Casi un mes. -Sus ojos negros cayeron sobre sus propias heridas, aún tenía pesadillas, sobre el fuego consumiendo parte de su cuerpo, el humo llenando sus pulmones y quemando sus corneas, del olor a sangre quemada y los gritos de las personas.


Sus heridas no eran tan graves como cuando había despertado, pero todavía recordaba el dolor que había sentido los primeros días, el odio que sentía hacia él mismo, los gritos que le había lanzado a su padre y las suaves caricias de Minato limpiando sus lágrimas de impotencia, él nunca se alejó, había estado junto a él desde el día en que despertó, y desde antes según le habían dicho. las cicatrices estaban ahí.


-Yo… nunca será como antes.


-Nada será como antes. -Los varones se quedaron en silencio, observando a las dos personas detrás del cristal, pero sin verlas realmente, la mano de Kakashi había caído ligeramente sobre la rodilla del menor. -Sabes que Haku está emocionado por ver al bebé, Minato y Obito están haciendo planes para la habitación del niño, Fugaku y Madara solamente están mimándolo y cumpliéndole todos sus antojos.


-Tienes razón, nada será como antes. -Por primera vez, sintió como ese dolor incrustado en su pecho iba desapareciendo, ahora solo quería ver las sonrisas de toda su familia y poder sentir el calorcillo que le daba al palpar el vientre donde se encontraba su hijo, porque ese niño había sido suyo desde que encontró a Naruto.


Dejó que Kakashi le ayudara a caminar cuando el cansancio llegó a sus piernas, pero ver como toda su familia se encontraba afuera de su habitación le dio más fuerzas de llegar hacia ellos.


Aunque odiara estar acostado en la camilla, no podía evitar sonreír al escuchar hablar a su pequeño sobrino, contándole todas las cosas que había hecho con sus amiguitos, o ver como Gaara e Itachi discutían por cosas tontas, pero al final ver el sonrojo en las mejillas de su mejor amigo siendo besado y mimado por el moreno era lo que él había deseado para el pelirrojo, pero lo que le gustaba más era como Naruto se aferraba a su cuerpo, apoyando su cabeza sobre su pecho, dejando su mano sobre el vientre hinchado.


Al parecer al pequeño Pumpkin le gustaba y se sentía tranquilo cuando estaba cerca de él.


 


Ya era noche cuando todos se habían marchado al hotel del hospital, Fugaku había ido a acompañarlos, prometiendo que iba a volver inmediatamente, dándole un beso en la frente a su hijo y otro en los labios a Minato.


La habitación se encontraba en silencio y a oscuras, pero él podía ver como los ojos azules del rubio se encontraban fijos en el manto oscuro del cielo, las calles siendo iluminadas por los faroles y los autos pasando a gran velocidad.


Recordaba las primeras sesiones que había tenido con su terapeuta, y las sesiones que había compartido con Minato, el dolor que le habían impuesto al mayor había sido tan injusto y cruel, había cosas que el mayor no había sido capaz de contarle a Fugaku y que él había prometido guardar en secreto.


Suavemente salió de su camilla y se subió a la del mayor, cruzando sus brazos por su pecho, dejó que Minato se acurrucara contra su cuerpo, y èl solo lo abrazò con màs fuerza cuando lo escuchò sollozar.


Fugaku les había dado la opción de darles una habitación por separado, pero Minato se negó rápidamente a ser separado de él, casi como si temiera a estar nuevamente solo, o despertar y darse cuenta de que todo fue un sueño. Muchas veces le pasaba lo mismo.


-Seré una carga. -La voz del mayor había sonado ahogada y entrecortada.


-¿Recuerdas cuando empecé con mi rehabilitación? -No esperaba que el mayor le respondiera, pero sintió como asentía suavemente contra su pecho. -En ese tiempo yo no podía ni siquiera dar un paso, sentía mi cuerpo adolorido, casi ni podía sentir mis piernas, muchas veces pensé en rendirme y aún más cuando me despertaba gritando por esas pesadillas, pero tú siempre estuviste conmigo y yo siempre estaré contigo.


-Si no deseas contar a nadie lo que pasó, yo seré tu apoyo, pero promete que no dejarás que esas personas se salgan con la suya, no eres menos por lo que ellos te hicieron. Naruto te ama, papá te ama, hasta Haku me habla sobre lo protector que será sobre ti. Esta es nuestra familia.


Fugaku apoyó su cuerpo contra la pared, deseaba entrar a la habitación y abrazar a su hijo y al doncel que había amado toda su vida, deseaba saber lo que el menor había pasado a manos de esas personas y regresar a la habitación para hacerles pagar, podía escuchar el suave llanto de su rubio, siendo abrazado por su hijo menor, sonrió despacio al saber que Sasuke y Minato habían creado un vínculo, estaría en deuda con el doncel por toda la vida.


Esperó unos minutos para poder calmar la furia que estaba creciendo hacia aquellas personas y el dolor que sentía al ver como Minato inconscientemente le rehuía la mirada.


El rubio ya se encontraba dormido, aun escondiendo su rostro en el pecho de Sasuke, acariciò sus rubios cabellos, sentándose en el otro lado de la camilla, dejando que el silencio se apoderara de ellos, Sasuke había mantenido su rostro en los cabellos del doncel.


-Lo amas demasiado ¿Verdad?


-No más que tú. -No podía tener celos de su hijo, es más, le gustaba ver como Minato era amado por las mismas personas que eran importantes para él.


-Desde un comienzo has tenido una conexión a él. -Sus dedos acariciaron algunos mechones rubios que cubrían la frente del rubio. -Y no puedo estar más agradecido por ello.


-Es verdad lo que dijo tío Obito. Esta familia tiene una debilidad por los donceles.


-Él está mas que feliz de no tener toda nuestra atención.


Minato se removió ligeramente entre los brazos del menor y estaban más que agradecidos que las camillas sean lo suficientemente anchas para albergar a tres cuerpos, Fugaku envolvió el cuerpo de Minato, pasando una de sus manos sobre los cabellos de su hijo.


Y aquella fue una de las pocas noches en las que pudieron dormir sin tener alguna de esas aterradoras pesadillas.


 


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