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No body say It was easy por girlutena

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Notas del capitulo:

 

Se cierra un capitulo en la historia de la familia Uchiha

 


Aquella mañana había empezado con el sol saliendo temprano, iluminando fuertemente detrás de las esponjosas nubes, el cielo se encontraba tan claro, hasta se podía sentir el dulce aroma de las flores, los niños corriendo por los grandes parques detrás del balón, mientras que sus padres les observaban sonriendo, aquella era una escena que nunca se iba a cansar de ver, tanto como le gustaba el invierno, envolverse en unas de las mantas y acurrucarse entre los brazos del moreno, mientras leía uno de sus libros de misterio que tanto le habían gustado cuando era más joven. También le gustaba observar como su nueva vida empezaba.


Minato caminó con pasos calmados por el largo pasillo de aquella clínica privada, el aroma de antisépticos ya no le molestaba como un principio, había concluido su último día de terapia en aquella clínica y se sentía mucho más relajado, aún había veces en los que caminaba y no podía evitar mirar sobre su hombro, temiendo que alguien le siguiera, eran cosas que debía superar y por ello le había molestado cuando el psiquiatra le informó que debía seguir asistiendo a su terapia.


Podía escuchar la voz del reconocido terapeuta, una pequeña sonrisa afloró en su rostro al ver como Sasuke daba cortos pasos sin ayuda de las barandas metálicas, las manos del médico cerca del cuerpo del moreno, pero no necesitó ayudarlo cuando el joven llegó hasta el final del camino.


Los ojos obsidianas de Sasuke se fijaron en él y le mostró aquella sonrisa orgullosa de todo Uchiha, ingresó hasta la habitación para envolver sus brazos alrededor del cuerpo del moreno, aquellos meses habían sido los más largos, pero más perfectos que podía desear, llegó a conocer a Sasuke, sus deseos, sus miedos, sus progresos, pudieron pasar por aquella prueba juntos.


-Buenas tardes, Minato-san. -Abrió sus brazos, dejando que Sasuke se aferrara a él, sin importarle que el moreno se encontrase sudando. Sus mejillas se habían teñido de un suave rosa, pero sabía que era por el calor de tener el brazo de moreno sobre sus hombros. -Su hijo a llegado a su peso adecuado, sus músculos se han fortalecido, pero debo insistir que necesita realizar las terapias todos los días.


-No se preocupe doctor, me encargaré de que cumpla con todo. -El rubio mantenía una sonrisa en sus labios, sin importarle que el menor frunciera sus labios.


Caminaron por el largo pasillo, Sasuke se había negado en volver a usar la silla de rueda, pero ahora tenía que caminar con un andador, sabía que aquello le molestaba, pero no podían hacer mucho, después de pasar varias horas en terapia, podía ver la mejora en el cuerpo, las heridas habían cicatrizado, sus músculos habían regresado a su cuerpo, aún no era el Sasuke que había conocido aquella noche de lluvia, pero podía verlo regresar poco a poco.


Recordó el primer día en que Sasuke le había llamado papá, había sido una noche de lluvia, no podía dormir y solo había estado observando como el cielo se iluminaba por los relámpagos, pudo escuchar como la suave respiración del moreno se había vuelto agitada, moviendo su cuerpo, intentando salir de las mantas.


Los gritos llenos de terror llenaron el silencio de la habitación, corrió hasta la camilla del menor y acarició delicadamente los cabellos azabaches que cubrían parte de su rostro, limpió el sudor de su frente y con suaves susurros le fue despertando, su corazón se agitó al ver la mirada llena de miedo en sus ojos, no dijo nada cuando los fuertes brazos de Sasuke se aferraron alrededor de su cuerpo, susurrando aquella corta palabra.


Aquella noche Sasuke había dormido entre sus brazos, llamándolo papá y él no podía hacer nada más que estar ahí, tal vez aquel momento había sido el decisivo para darse cuenta que nunca podría separarse de aquella familia.


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El peso que había sentido por muchos años en su pecho había desaparecido poco a poco, ya no tenía miedo de las pesadillas que le habían seguido todas las noches, ahora podía decir que amaba los días de lluvia, amaba sentir el aire frio rozar su piel acanelada, se había acostumbrado a sentir los rayos del sol sobre su cuerpo y ya no tenía miedo de volver a reír.


Pero lo que mas amaba era cuando sentía como su hijo se movía dentro de su vientre, lo amó desde el instante que supo que lo estaba esperando y ahora tenía a toda una familia detrás de él amándolo, a ambos.


Nunca iba a estar más agradecido por aquella familia, una familia que le había abierto sus brazos y corazones, una nueva familia que ahora podía sentirse seguro al decir que él pertenecía a ellos, soltó un ligero suspiro al recordar el calor de su padre aferrándolo.


Había tenido miedo, miedo de que todo eso haya sido una de esas pesadillas, que cuando abriera los ojos, su padre fuera a desaparecer, él había sido su progenitor, él había estado en su vientre, él le había dado la vida, él no lo había abandonado.


El sufrimiento había sido parte de sus vidas y las marcas en sus cuerpos iban a ser recordatorios de aquellos años dolorosos, aún se encontraban en proceso de sanación, aún necesitaban vivir con aquellas marcas, hacerlas parte de su vida, pero no vivir por ellas. Era algo que le había dicho el médico y él había estado de acuerdo con seguir dando pasos pequeños.


Había sentido el miedo en su padre, miedo ser rechazado, ahora sabía que el mayor temía que desapareciera, se dio cuenta que él también tenía los mismos temores, pero ninguno de los dos desapareció, recordó con una sonrisa divertida el como los dos se negaron ante Fugaku, cuando el mayor les otorgó una habitación para los dos solos. Ambos se habían negado rotundamente al abandonar a Sasuke.


Minato le contó cosas que pensó que había olvidado, aquellos cortos años de su niñez, el como Minato intentaba que tuviera amor, que nada del odio de aquella mujer le afectara, el calor de su padre era el mismo que recordaba, era como si nunca lo hubiese olvidado, aquellos delicados abrazos, los besos y aquel dulce aroma, aún seguía ahí, dentro de su mente y ahora podía palpa a la persona dueña de aquellos recuerdos.


Tuvo que escuchar aquellos días en los que los separaron, el dolor que su papá había sentido, el dolor al recodar los gritos cuando fueron separados, él no había sido el único con las pesadillas.


Pero a pesar de todo el dolor, pudo darse cuenta de como los ojos negros de Fugaku miraban a su papá con amor, con aquella misma adoración con la que Sasuke le miraba, aún le parecía raro que se hayan enamorado de padre e hijo, pero aquello no importaba, no cuando podía tener a toda su familia junta.


No se dio cuenta de que había llegado hasta la clínica, le había dicho a Obito que solo daría una corta caminata, pero ahora tenía que enviarle un mensaje al mayor para que no se preocupara, caminó con pasos calmados hasta la habitación donde sabía que encontraría a su papá y a Sasuke, no podía evitar sentirse un poco celoso, al ver como los dos se habían hecho tan cercanos, pero era algo que le llegaba a divertir al ver como Minato podía mantener al Uchiha menor a raya.


Leyó el corto mensaje por parte de Obito, pidiéndole que los espere con su padre y Sasuke. Ese día era el día en que regresarían a casa, todos juntos. Una pequeña sonrisa afloró en sus labios al sentir a su bebé agitarse en su vientre, lo acarició con delicadeza, pero el bebé seguía moviéndose fervientemente, percibiendo su nerviosismo y emoción.


-¿Te emociona ir a ver a papá y al abuelo? -Le gustaba sentir a su bebé removerse con emoción cada vez que nombraba al moreno o lo sentía cerca, siempre pidiendo su atención. Algo le decía que su bebé sería tan cercano a su padre y era algo que debía acostumbrarse, a compartir el tiempo del moreno.


-Buenos días joven Naruto. -Pudo escuchar los quejidos por parte de Sasuke, siendo retenido por su papá, sus ojos azules se fijaron en la puerta de la habitación del moreno, el médico se encontraba a su lado, sonriéndole amigablemente. -No se preocupe, su papá está calmándolo.


-¿Cómo se encuentran?


-El estado del Sasuke-kun es estable, pero deberá seguir con la rehabilitación. -Naruto evitó fruncir su ceño al ver como la mirada del galeno se oscurecía un poco. -El estado en que llegaron fue crítico, pero Minato-san y Sasuke-kun han sabido salir adelante.


-¿Papá deberá continuar con la terapia?


-Por ahora es lo recomendable. -Pero no debe preocuparse por aquellas cosas, ellos se encuentran bien. -El galeno sonrió divertido al escuchar como Minato le gritaba algunas cosas al moreno para que se calmara y se quedara quieto en la camilla. -Ellos deben estar esperándolo.


Cuando ingresó a la habitación, Sasuke se encontraba sentado en la camilla con los brazos cruzados sobre su pecho y el ceño completamente fruncido, respirando agitadamente, notando su malestar, mientras que Minato solo se encontraba con una pequeña sonrisa en sus labios.


-Ho… hola


-¡Hijo! -De pronto se vio siendo apresado por los brazos de su papá, aquello le gustaba, y podría acostumbrarse a eso, pudo notar como el moreno relajaba los músculos de su rostro y sus hombros, pero aún se notaba que intentaba mucho más esfuerzo


 -¿Está todo bien?


-Sí, sí. Ven siéntate aquí con papá. -No le molestaba ser tratado como un niño pequeño, dejó que el mayor lo llevara suavemente hasta el mueble cerca de la ventana. -¿Cómo te sientes? ¿Cómo está mi pequeño nieto?


El bebé se agitó cuando sintió los delicados dedos de su abuelo sobre la piel de su papi, pero Naruto gruñó por lo bajo, aquel había sido un duro golpe y con una divertida sonrisa, le dedicó una mirada a Sasuke, quien solo le miraba curioso.


Se puso de pie y caminó hasta la camilla del moreno y con suavidad tomó la mano del mayor y la colocó sobre su hinchado vientre.


-A estado agitado toda la mañana.


-¿Así que mi bebé me extraña más a mí que al abuelo? -La voz de Sasuke era divertida al ver como Minato inflaba sus mejillas, Naruto solo negó divertido al ver como se comportaban como niños. -Solo deseo ir a casa.


 


Había sido casi la hora del almuerzo cuando Fugaku había llegado a terminar de firmas los papeles de alta de Sasuke y Minato, había estado nervioso y se sentía tonto al tener aquella sonrisa en sus labios, hizo caso omiso a las bromas de Obito, pero él solo estaba feliz de tener de vuelta al amor de su vida.


Agachó la mirada para ver los ojitos tan negros de su sobrino, quien le miraba con el ceño levemente fruncido y un gracioso puchero en sus labios, mientras jalaba suavemente la tela de su pantalón.


-¿Qué pasa, pequeño?


-¿Ya nos podemos ir? Tío Sasuke se está volviendo loco por salir de la habitación. -Haru le tomó la mano para caminar por el largo pasillo, había dejado los papeles con la enfermera y se dejó llevar por el menor. -¿También nos llevaremos a Mina-chan, verdad? Porque él es muy lindo y muy bueno.


Este era uno de los momentos en que deseaba reír, llorar y abrazar a su pequeño sobrino,


-¿Te gusta Minato?


-Sip, yo quiero que viva con nosotros. -Se detuvieron fuera de la habitación, escuchando las voces salir como susurros entrecortados, pero se podía imaginar a Minato regañando a Sasuke y a Itachi burlándose de su hermano. Podía sentir la mirada del menor sobre él, así que le miró de vuelta. -¿A ti también te gusta?


-Sí, me gusta mucho.


-Yo también cuidaré de Mina-chan.


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Sabía que toda su familia se encontraba esperándolo, casi ya no recordaba que excusa había dado para impedir que su familia le acompañaran, caminó lo más rápido que sus piernas y el estúpido andador le permitía, por el largo pasillo de Cuidados Intensivos.


Necesitaba verla por ultima vez, y estar seguro de que su corazón no sentía nada, que su cerebro estaba bien, que no lo habían dañado, que no estaba roto.


Se detuvo lentamente al ver a dos enfermeras salir de la Unidad, pero fue el médico que se detuvo al verlo a solo unos pasos de la ventana.


El galeno lo de dijo nada cuando se acercó a verlos, el nudo que sintió todo ese tiempo en su estómago cayó por primera vez, ver a la mujer que le había dado la vida para luego abandonarlo, ya no sentía nada por aquella mujer, solo una más. Una desconocida.


-¿Cuál es su estado?


-Los hemos inducido al coma, aún no sabemos cuánto tiempo tardarán en sanar sus quemaduras, el trasplante de piel que hemos realizado es minucioso, pero las quemaduras están por casi todo el setenta por ciento de su cuerpo. -Sus ojos fríos no se habían separado de aquel rostro lúgubre.


-¿Los desconectarán?


-Es lo probable, tenemos pacientes que necesitan las camillas y los cuidados adecuados.


-¿Puedo hacerlo? -El galeno solo le dedicó una corta mirada para luego asentir lentamente. El lugar era demasiado limpio, no dejó que los recuerdos del dolor volvieran a su mente. Agradeció en silencio que el doctor le dejara solo con aquellas personas.


Observó por un instante el IV que conectaba el suero de la droga, lo apretó entre sus dedos y sin sentir piedad, lo desconectó de un solo tirón, no tuvo que esperar mucho tiempo hasta que los ojos negros de la mujer se abrieran llenos de dolor, miedo y más sentimientos que no pensaba recibir, podía escuchar sus fuertes aullidos siendo ahogados por el respirador.


-No voy a dejar que tengas una muerte tranquila. -Los ojos de Mikoto se abrieron, sus pupilas se dilataron, podía ver la sangre acumularse en sus cuencas, su cuerpo retorciéndose, sus cuencas vacías se fueron detrás de su cabeza, casi dando un giro completo. Se acercó hasta el oído de la mujer.


-Papá le propondrá matrimonio a Mina-chan y tendré un hijo, junto a Naruto.


La mujer removió su cuerpo como una vil serpiente.


Lentamente se puso de pie para dirigirle otra fría mirada al hombre que había maltratado a Naruto, sus ojos abiertos, llenos de sangre, su cuerpo a carne viva había dejado que las sábanas blancas se mancharan con sangre y frunció ligeramente su nariz al sentir como otros fluidos llenaba el aire.


La cara de Nagato se encontraba roja, había empezado a ahogarse con su propio vomito, la sangre fluía por los extremos de sus labios, sus ojos se habían abierto, sus pupilas se habían dilatado, las manos lastimadas del hombre intentaron aferrarse a mano del moreno, sus ojos pidiendo piedad.


El sonido de máquina empezó a sonar con más fuerza y rapidez, ambos corazones bombardeando sangre, podía ver como sus pulmones intentaban llevar el aire a todo el cuerpo inservible. Lentamente se acercó a la puerta, dándoles una última mirada a las dos personas, Mikoto le miró pidiendo piedad, pidiendo que el dolor desapareciera, deseando tener una muerte tranquila, pero él solo le dedicó una sonrisa de superioridad y salió de la habitación dejando que varias enfermeras entraran para revisar los pulsos, pero ambos se encontraban muertos


Ocultó sus manos en los bolsillos, caminando tranquilo por los pasillos, escuchando la alarma de emergencia, las enfermeras corriendo en dirección contraria, pero antes de dar la vuelta al pasillo, observó como el galeno se detenía lentamente al observarlo tan tranquilo, le dedicó otra mirada, pero no dijo nada, le dejó ir con ambas muertes.


Dejó que el aire saliera de sus pulmones, dejando que el peso en sus hombros se esfumara, una pequeña sonrisa se plantó en sus labios al ver a toda su familia esperándolo en la puerta de vidrio, dejó que el pequeño Haru se aferrara a sus piernas y que Naruto le abrazar con todo lo que su vientre le dejaba.


La mirada oscura de su padre y su abuelo se fijaron sobre él, asumiendo lo que había estado haciendo, asumiendo que él había provocado todo el revuelo, pero era lo que él había necesitado para cerrar aquella página.


 

Notas finales:

Este no es el captulo final!!! :v

...pero ya se está acercando u.u 

Muchas gracias a todos por haber llegafo hasta aquí!!

 


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