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No body say It was easy por girlutena

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Notas del capitulo:

Lemon!!!!!

a pasado un largo tiempo en que e dajado de escribir lemon, me siento algo oxidada al haber escrito esto, pero espero que les guste. 

No me parecía correcto ponerlo antes, pero, ahora pienso que es el momento para poder escribirlo.

 


Podía decir que se sentía extraño el haber regresado a casa, no se sorprendió cuando el auto se introdujo a un frondoso bosque, tampoco preguntó cuando se detuvieron en una acogedora casa de madera y vidrio, era tan grande que era capaz de acoger a toda su familia, observó como su familia bajaban las maletas del auto, mientras que la pequeña mano de Haru se aferró a la de él, casi como si tuviese miedo de que volviera a desaparecer.


Nada era como lo recordaba, habían más fotos de todas ellos sobre la encimera de la chimenea, podía sentir el cálido calor familiar rodearlo, el aroma de comida casera llenando el ambiente, el sonido de la música y la risa contagiosa de Haru, podía decir que era casi lo mismo, dejó que el suave viento del atardecer chocara contra su cuerpo, sus ojos cerrados al sentir los suaves rayos del sol, sus cabellos se removieron sobre su rostro.


Intentó no parecer descontento cuando su abuelo y su padre se alejaban de él para hablar de negocios, intentó no prestar atención cuando Itachi y Kakashi le ayudaban a llevar los platos sucios a la cocina.


No habían pasado ni tres días desde que decidió sentarse en el porche, y observar el frondoso bosque a lo lejos, podía escuchar la voz de su padre y la de su hermano llegar a casa, los pasos de Minato y Gaara, yendo a recibir a sus parejas, pero él siguió sentado en el columpio que su padre y abuelo habían colocado en el gran patio.


Los hermosos y cálidos colores del atardecer poco a poco iban oscureciéndose, el naranja mezclándose con el azul opaco, y la primera estrella tintineando con algo de miedo, agitó ligeramente sus pies al sentir el leve hormigueo, y miró con pesadumbre el bastón que estaba apoyado en la pared.


Lentamente se puso de pie y empezó a caminar, agradeciendo al amplio bosque que crecía detrás de aquella nueva casa, el olor a pino y tierra mojada llenó sus pulmones, el sonido de los pequeños animales moviéndose detrás de los arbustos no le impidió seguir caminando, golpeó suavemente su pierna, cuando el dolor punzante empezó a subir por su extremidad, a veces el dolor era interminable y agradecía cuando las drogas pasaban por su sistema, pero podía ver el miedo en los ojos de Naruto cuando llegaba a sobrepasar su dosis.


Pudo escuchar el grito de su padre, pero él solo siguió caminando, introduciéndose cada vez más, deseando que el dolor desapareciera, que las miradas llenas de lastima de su familia desaparecieran, que los ojos negros de Mikoto en sus pesadillas desaparecieran.


Aspiró profundamente el aire limpio del bosque, las frondosas copas de los altos arboles impedían que los escasos rayos del sol se filtraran adecuadamente, pero no le importó en lo más mínimo y caminó casi como si conociera aquel lugar, hasta detenerse en el pequeño riachuelo.


Con una mueca adolorida se sentó en la tierra, y dejó que el agua cristalina mojara sus pies, mordió su labio inferior cuando las punzadas heladas empezaron a invadir su pierna derecha, pero rápidamente, casi como si fuese un bálsamo, el agua casi congelada calmó su dolor.


-No deberías haber llegado tan lejos.


Cerró sus ojos, sintiéndose por fin en calma, dejó que el hermoso joven se sentara a su lado y pudo sentir el movimiento brusco en el agua cuando también mojó sus pies.


Cuando abrió sus ojos, pudo ver el perfil de aquel delicado y ahora sonrosado rostro, sus labios y su piel tenían un color saludable y sonrió ligeramente al notar el vientre ligeramente abultado.


-Me dijiste que tu sobrino se llamaba Haku.


Soltó una divertida risa y dejó caer su cuerpo sobre la tierra, observando como lo que quedaba del hermoso atardecer iba ocultándose. Muchas cosas habían dejado de importarle, pero sabía que su estado de animo no era el mejor.


-¿Lo conociste?


-Haru es un hermoso niño. -El cabello largo y azabache de Haku ahora era brillante y hermoso, todo en él era delicado, pero bien sabía que el doncel podía volverse tan feroz.


-¿Cómo te encuentras?


-Zabuza puede parecer malo, pero él… él es tan amable.


-Sabes que, si necesitas ayuda, puedes venir.


-Lo mismo me dijo tu abuelo. -Él dijo “Desde ahora te pondré bajo mi protección”


-Sí, eso es algo como lo que él diría. -Nuevamente dejó que su mirada se fijara en las copas de los árboles, sintió como Haku se acostaba a su lado, sus dedos se cerraron en la arena, llevando algunas hierbas muertas entre sus dedos. -No me importa sentir dolor, creo que es algo que puedo manejarlo, pero odio la mirada llena de lástima que me dan cada vez que intento ayudar en algo, o que me impidan regresar al trabajo.


-Tal vez quiera darte tiempo, sé que falta casi una semana para que tu hijo nazca. -Su pecho se hinchó con orgullo al recordar al pequeño bebé, su hijo. -¿No deseas pasar tiempo con ellos?


-Claro que sí. -Nuevamente el dolor en su pecho se prendió con fuerza, amaba a su familia, al niño que había adoptado desde el día en que supo de su existencia. -Pero no puedo evitar sentirme un inútil.


Sin aviso, Haku se puso de pie y el frunció ligeramente su ceño al notar como el más joven se ponía ante sus ojos, rodó los ojos cuando el doncel le dio la mano para ayudarlo a ponerse de pie, limpiaron sus ropas, pero sonrieron divertidos al ver las manchas de tierra cubriendo parte de ellos y sus cabellos.


 


Los globos de colores pasteles y guirnaldas adornaban todo el lugar, cayendo suavemente desde el techo, alguien había prendido la barbacoa, los regalos ya habían llenado las dos mesas largas que habían colocado en el patio, el aroma de la carne se filtraba por todo el lugar, su familia sonriendo ampliamente, conversando y soltando chistes.


Fugaku se encontraba envolviendo el cuerpo de Minato, ocultando su rostro en el cuello del rubio, no podía ver el rostro del doncel, pero sabía que sus mejillas se encontraban rojas, sonrió ligeramente al ver como Itachi intentaba llevar a Gaara hasta sentarlo sobre sus piernas. Era feliz por su amigo y su hermano.


Haku lo dejó observando aquella escena para correr a los brazos de Zabuza, aquel gran hombre que podría romper la cabeza de cualquier doncel, pero solo tenía manos delicadas para el pequeño moreno.


Se quedó quieto al notar los ojos azules y vivaces de Naruto, observándole con aquella hermosa sonrisa, sus cabellos rubios resplandecían al igual que su rostro, sus ojos negros no pudieron apartar la mirada y casi como si fuese un imán, caminó lentamente, encontrándose con el menor en mitad del camino, sus brazos rodearon la cintura del menor, y ocultó su rostro en la curva de su hombro, aspirando el aroma de girasoles, sonrió suavemente cuando los delicados brazos de su rubio se cerraron alrededor de su cuello y lo alzó unos pocos centímetros del suelo.


Se arrodilló al frente del menor, quedando su rostro a la altura de su vientre y volvió a abrazarlo, apoyando su frente sobre aquella cálida piel, sintió las fuertes pataditas del niño golpeando su rostro, al mismo tiempo que repartía besos por todo el lugar, sintiendo los dedos del rubio jugando con sus cabellos.


 


-Estaba pensando que tal vez podrías volver a tu trabajo. -Naruto estaba sentado sobre las piernas de Sasuke, dándole una de las crocantes papas al moreno, mientras comía una de las deliciosas hamburguesas que Itachi había preparado. Sintió como Sasuke también se ponía en alerta para mirar a Fugaku. -Claro que, con el nacimiento de mi nieto, sé que no querrás estar lejos, pero podrías empezar revisando los documentos, aquí en casa.


Sus ojos negros se fijaron sobre los ojos de Haku, dejando que la esquina de sus labios se alzara al ver el suave sonrojo en el pequeño moreno.


-Eso me gustaría, muchas gracias padre.


-Nosotros también tenemos una noticia que darles. -Todas las miradas se fijaron en Kakashi, y en un abatido Obito, el peliplateado se encontraba sonriendo más de la cuenta, tal vez pasado de copas, pero era divertido verlo debajo de esa máscara. -Mi Obi-chan y yo estamos embarazados.


Claro que el primero que saltó de alegría fue el pequeño Haru, correteando hasta treparse a las piernas de su papi.


Todo había caído bajo su propio peso, la sonrisa bobalicona que mantenía Itachi en su rostro al tener a Gaara sobre sus piernas no tenía precio, el pelirrojo le había golpeado en la cabeza hasta que el moreno logró sentarlo sobre sus piernas.


Podía ser feliz por su mejor amigo, Gaara se merecía un buen hombre e Itachi podría ser aquel. Las manos de su hermano se fijaron sobre el vientre ligeramente hinchado de Gaara.


-Van a haber muchos bebés en casa. -La vocecita de Haku le obligó a salir de su estupor y se dio cuenta que todos miraban al único niño de la familia, pero éste ahora observaba con aquella mirada seria y su naricita respingada se encontraba fruncida, al mayor de los Uchiha. -No voy a poder cuidarlos a todos, abuelito.


-Yo te ayudaré a cuidarlos, si son donceles o mujercitas tenemos que tener más cuidado.


Aquella era su familia, y si ellos estaban dispuestos a dejarle avanzar, él no iba a negarse. Haru asintió fervientemente, pero se calmó cuando su papi besó sus cabellos.


La suave mano de Naruto sobre su mejilla le obligó a mirarle, sus ojos azules brillando solo para él, cerró sus ojos al sentir los labios del menor posarse sobre los de él, empezó como un pequeño beso, algo delicado y profundo.


 


No era la primera noche que dormían en la misma cama, no recordaba quien le había dicho que Naruto había estado durmiendo en su antigua habitación, usando sus camisetas como pijama, había deseado por dormir con él, abrazado y sin sentir dolor, pero ahora no podía dejar de pensar en otra cosa que tocarlo y se había odiado cuando Naruto lo alejaba suavemente, diciéndole que solo deseaba dormir.


Pero ahora había sido el menor quien empezó a tocarlo de otra manera, una manera suave, sus delicados labios cerrándose sobre los de él, sus lenguas luchando entre ellas, sus pequeñas manos empezaron a arrancar los botones de su camisa y casi rió al notar lo agitado y ansioso en que se encontraba su pequeño amante.


Lo llevó con cuidado a la cama y lo depositó con tanta delicadeza, sus tersas mejillas se encontraban pintadas de un fuerte carmín, su pecho subiendo y bajando, sus labios hinchados y rojos, sus hermosos ojos azules con ese tinte lujurioso, ambos sabían lo que necesitaban.


-No sé si es lo indicado. -Acarició uno de los mechones rubios que caían sobre la frente perlada del menor, deseaba besarlo, besar su nariz respingadas, sus labios hinchados y marcar la piel acanelada.


-Lo es… yo. -El menor mordió su labio inferior y él no estaba seguro si las mejillas del doncel se podían teñir de un rojo más fuerte. -Yo le pregunté a Obi-chan.


-¿Así que mi pequeño amante se estuvo preparando?


-No seas Teme y hazlo ya.


Una ligera risa salió de sus labios, besó con delicadeza los labios del menor y con tanta suavidad fue abriendo la tela de su camisa, besando cada parte de su piel descubierta, fue bajando sus labios, acariciando, besando cada pezón, dejando que los dedos de Naruto se fijaran sobre sus cabellos, soltó uno de ellos y siguió bajando hasta darle un pequeño beso en el vientre hinchado, donde se ocultaba su hijo.


Sus manos soltaron el cordón que fijaba el pantalón que usaba el rubio y el calor empezó a consumirlo, podía ver el líquido blanquecino manchando parte de su ropa interior, bajó suavemente, besando cada parte de su cuerpo, se dio el tiempo de besar cada pequeño dedo, las plantas de sus pies, besando sus pantorrillas y acariciando sus muslos.


Los fuertes jadeos del menor habían llenado el ambiente y podía escuchar como el menor le rogaba para que se diera prisa, pero él no quería darse prisa, quería amarlo suave y lento y eso haría. Lo amaría tanto que podría recordarlo por toda su vida.


Se tomó su tiempo para bajar la ropa interior, el miembro de Naruto no era tan pequeño, ni tan grande, le gustaba ver como se alzaba y de aquella pequeña abertura brotando gotas del líquido blanquecino.


Lo probó completamente, de arriba abajo, besando cada parte, amándolo, sintiendo la frustración de su pequeño amante, teniendo las manos del menor sobre sus cabellos azabaches, pidiéndole que acariciara cada vez más, con más fuerza y más rápido.


Cerró sus ojos al sentir como el menor se corría dentro de su boca, probó cada parte de él y volvió para mirarlo a los ojos azules, los hermosos ojos que ahora se cubrían por la capa de lujuria y amor, le besó profundamente, haciéndole probar su propia esencia, pero nada de eso importaba cuando tenía las manos del menos arañando su espalda, su pequeño miembro volviendo a palpitar sobre su vientre.


Las manos de Naruto se aferraron a su camisa, sabía que el menor deseaba tocarlo más, tocar más de su piel caliente, y besó sus labios fruncidos, sus mejillas levemente hinchadas, se tomó su tiempo para desnudarse, observando como las pupilas azules se dilataban cada vez más cuando fue turno de quitarse su ropa interior.


Volvió a besarlo, no podía negar que le gustaba tener las uñas del rubio marcando su espalda, besó sus pezones hinchados, mientras que sus dedos volvieron a palpar la pequeña y dilatada entrada, el primer dedo entró sin dificultad, luego fue el segundo y necesitó un tercero, para que el menor empezara a mover sus caderas.


Una pequeña sonrisa se plantó en sus labios cuando el menor empezó a moverse más y más fuerte, soltando pequeños gemidos. Había encontrado aquel dulce punto, besó sus labios cuando retiró sus dedos, antes de que el rubio pudiera decir algo, colocó la punta de su miembro en la mojada entrada.


Las pequeñas manos de Naruto acunaron su rostro, alzando su rostro para besar sus labios, el menor cruzó sus delgados brazos alrededor de su cuello y enterró sus dientes en el hombro del moreno cuando sintió su interior llenarse.


Lo amaba, lo amaba tanto.


Amaba tanto sentirse de aquella manera, era un sentimiento extraño y nuevo, ambos cuerpo se movían en un solo compas, podía sentir una de esas grandes manos alrededor de su miembro, y no supo cuanto tiempo estuvo de aquella manera, pero sintió como su propio semen manchaba sus vientres, recibió un fuerte beso por parte del mayor, ambas manos tomaron sus caderas, haciendo las embestidas más y más fuertes, tocando ese punto que le hacía delirar, el beso se hizo más fuerte y duro, impidiendo que soltara un gemido al sentirse llenado por el moreno.


El cuerpo de Sasuke había caído a un lado del suyo, pero rápidamente lo aferró a su fuerte pecho, podía sentir el pecho del mayor aun agitándose y el latido de su corazón galopando con fuerza, cerró lentamente sus ojos cuando las manos del moreno acariciaron suavemente su espalda baja.


Sintió una pequeña y casi tímida patadita en su vientre, gimió bajito al mismo tiempo en que Sasuke empezaba a soltar una pequeña risa, golpeó ligeramente el pecho del mayor.


-Al parecer nuestro polizón se hizo el dormido.


No era como si Naruto pudiera decir algo a eso, no cuando el sueño estaba ganando la batalla, y mucho menos cuando sentía las delicadas caricias sobre su espalda, dejó que los brazos del moreno lo llevaran sobre su pecho, y que el calor cálido que sentía lo transportara a un hermoso y profundo sueño.


 

Notas finales:

Muchas gracias a todos por llegar hasta aquí.

Lamento si es que hay alguna falta ortográfica u.u


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