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No body say It was easy por girlutena

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Notas del capitulo:

 

El final está aquí!!!!!!! 

T_T

 

 

 


Intentó no moverse demasiado, pero sentía su brazo entumecido, frunció ligeramente al sentir los suaves rayos del sol sobre su rostro, sabía que debió haber cerrado las cortinas apenas anocheció, pero a su hermoso esposo le gustaba ver las estrellas brillar en las noches mientras lo mantenía aferrado a su cuerpo, y él no podía negarle nada, mucho menos cuando las pequeñas manos se colaban debajo de su camisa de dormir.


Apresó suavemente sus brazos alrededor de la fina cintura de su amante y enterró su rostro en la curva de su cuello, y el dulce aroma del perfume de sus cabellos penetró hasta su cerebro, lo sintió acercarse a su cuerpo y restregar su nariz respingada sobre su duro pecho, pudo sentirlo gemir bajito cuando sus dientes se cerraron ligeramente en esa piel acanelada, mientras que sus manos bajaron suavemente por su fina cintura hasta palmar su apretado trasero.


-Aún es temprano.


-Nunca es demasiado temprano.


Naruto golpeó ligeramente su hombro, ocultando su rostro entre sus rubios cabellos, pero él podía verlo con las mejillas sonrosadas. Alejó sus manos de la piel caliente de su esposo cuando escuchó unos ligeros pasitos acercarse a su habitación, la madera crujiendo casi imperceptible bajo los piececitos de su hermoso bebé.


Su pequeña manito empujó la puerta, dejando ver unos hermosos y brillantes ojos azules casi turquesas, y sus cabellos rubios, nunca se cansaría de ver cada mañana aquella enorme sonrisita de su hermoso bebé.


Se separó suavemente de su esposo, no sin antes darle un pequeño beso en sus rubios cabellos, para abrir sus brazos, dejando que su bebé corriera hasta la cama para ayudarle a subirse y que escondiera su carita, aun somnolienta, en su pecho.


-¡Ohayo otosan!


-Buen día para ti también, mi bebé hermoso.


Sabía que Naruto estaría sonriendo, pero no podía evitar ser un bobo cuando su hijo era tan hermoso, y con sus pequeñas manitas aferrándose fuertemente a su camisa de dormir.


Kiyoshi había nacido en otoño, unos días antes de que empezara el invierno, en la primera tormenta de nieve, pero era un hermoso niño, vivaz y cálido, era el primer niño doncel nacido en aquella nueva casa, abriendo un nuevo capitulo en su familia, en su vida.


Aún tenía un año y medio, pero el pequeño Kiyoshi había aprendido a caminar tan rápido que Madara estuvo triste por no poder cargar más a su pequeño nieto, pero Kiyoshi amaba estar en los brazos de todos los varones Uchiha, reía cuando lo alzaban en lo alto y lloraba cuando no tenía la atención de los morenos, claro que a ninguno de ellos les importaba pasar todo su tiempo con el hermoso bebé.


-¿Y para mí no hay beso?


-¡Papa!


Kiyoshi saltó a los brazos de Naruto, riendo al sentir los labios de su papi sobre su carita, aún era raro mirarlos a los dos juntos, eran tan similares, aquella sonrisa, su mirada, sus besos, sus caricias; a veces el miedo de poder perderlos a alguno de los dos le hacía estremecer, Kiyoshi era su pequeño tesoro, algo sagrado que guardaría para toda la vida.


Acarició los rubios cabellos de su hijo, sintiendo como aquel cálido calorcito traspasaba todas sus barreras, abrió los ojos al sentir como Naruto y su hijo se acostaban sobre él.


Sabía que Naruto había tomado aquella manía cuando él empezó a ocultar sus pensamientos.


No había sido fácil dejar las drogas, no cuando su pierna dolía hasta los cimientos de su persona, pero había visto la mirada llena de preocupación en los ojos azules de Naruto y por él había hecho todo lo posible para dejarlas, para volver al tratamiento. Ayudó más, el nacimiento de su bebé.


Su nacimiento había abarcado todo su tiempo, alejando sus problemas y el dolor, haciéndolo algo más secundario, nadie había comentado sus progresos, pero él había podido verlo en sus ojos negros, en los brillantes ojos azules de Naruto cuando pudo cargar a su hijo sin que tuviera miedo de dejarlo caer.


Naruto se removió ligeramente entre sus brazos, pero no hizo nada por separarse de él. Sus ojos oscuros se volvieron a posar sobre el techo al saber que la paz había acabado al escuchar el ruido que provenía de la cocina.


Sabía que debía levantarse, lavarse, ayudar a Naru con el pequeño Kiyoshi, pero no deseaba salir de aquel cálido abrazo por los dos donceles, sabía que Naruto había estado completamente calmado al ver que su bebé no tenía nada de parecido con aquel hombre que tanto daño le habían hecho, pero estaba seguro Naruto y todos en su familia hubiesen amado a Kiyoshi, sea como sea.


Era raro de ver, pero Kiyoshi parecía un Uchiha completo, con esa mirada capaz de poner a todos los varones de rodillas, cuando el pequeño llegaba a molestarse y fruncir su naricita, sus labios o poner sus ojitos, Madara sabía que el pequeño era un Uchiha, y a veces aquello le molestaba a Naruto, pero el rubio sabía que no podía decir mucho cuando todos, hasta él, querían mimar al pequeño doncelito.


Kiyo se había vuelto a dormir en los brazos de su papi, pero se removió inquieto y posó su bracito sobre el pecho fuerte de Sasuke cuando sintió que era separado de su calor. Naruto dejó que Sasuke tomará al bebé y observó como se ponía de pie, tan ligero y casi sin percibir dolor en su pierna o en alguna otra parte de su cuerpo.


-¿Qué planes para hoy?


-Bueno, pensé en llevar a Hiro a pescar. -El pequeño bebé había vuelto abrir sus ojitos turqueses, Sasuke besó su barriguita, mientras terminaba de cambiarle su pañal y le colocaba su nueva ropita. -Hace tiempo que no pasamos tiempo juntos.


-No creo que a Kiyo-chan le guste estar alejado de su amado padre.


-Lo sé, pero he dejado de hacer cosas con Haru y Kakashi se ve tan apegado a Taiki que es difícil que Haru no se sienta celoso de su hermanito, por más que lo ame.


-Tienes razón. -Sasuke alzó al pequeño bebé que en esos momentos movía sus piecesitos y alzaba sus bracitos, Naruto pasó sus brazos alrededor de la cintura del moreno y sonrió al ver a sus dos personas amadas. -Y cuando lleguen les estará esperando un gran almuerzo.


 


Cuando la pequeña familia ingresó a la cocina lo primero que pudo ver Sasuke fue al ya no tan pequeño Hiro sentado removiendo su cereal, sus ojitos se veían apagados, una aura oscura y triste le rodeaba, pero al parecer Kakashi tan solo tenía ojitos para el pequeño Taiki.


Ayudó a Naruto sentarse en el sitio de siempre, escuchando a penas la conversación que mantenía Obito y Fugaku, discutiendo algo sobre los papeles de la empresa, intentó no hacerles caso, y le dio un pequeño beso en la mejilla a Minato, y caminó hasta su pequeño sobrino para acariciarle sus cabellos, pero sintió un horrible retorcijón en su estómago cuando el menor se removió inquieto bajo su toque, casi sintiéndolo temblar.


-Espero que no les moleste que me lleve a Haru a cazar.


Naruto ocultó una pequeña sonrisa al ver como los mayores se detenían para observar como Sasuke colocaba un plato lleno de fruta con miel y un vaso con leche. Hasta el pequeño Haru había levantado su cabecita.


-¿Qué te parece, Haru? -Un día entero, tu y yo.


-¡Me encantaría! -El pequeño saltó de la silla para abrazar a Sasuke con fuerza. -¡Iré a alistarme!


Todos vieron como el niño salía corriendo de la cocina para regresar su mirada al moreno, pero Sasuke estaba dándole una pequeña porción de fresa a Kiyoshi, sonriendo suavemente mientras limpiaba su carita manchada por el jugo de la fruta, y sus manitas que intentaban tomar toda la fruta.


-Bueno, creo que también iré a alistarme. -Besó los rubios cabellos de sus dos donceles y salió de la cocina.


 


Haru se encontraba tan extasiado que sentía como su corazón latía con fuerza, había guardado sus cosas en una pequeña mochila, viendo como su tío metía las armas de bala salva en la camioneta, había estado un poco molesto al enterarse que no eran balas de verdad, pero entendió que era peligroso.


El camino era corto, pero agradeció el suave silencio, el sonido del motor fue apagándose, quedando en medio de la naturaleza, casi saltó cuando el auto se detuvo, el aroma del bosque se sentía con fuerza, el olor de la arena húmeda, de los altos y frondosos pinos, podía sentir una calma completa.


Vio como Sasuke colocaba una de las armas sobre su espalda y le siguió muy de cerca, observando cualquier pequeño movimiento, pero cuando escuchó el sonido del arroyo corrió tan rápido que casi estuvo a punto de caer por algunas pequeñas piedras.


El sol aún seguía en lo alto del cielo, pero pequeños ases de luces pasaban a través de las copas de los árboles, el brillo del agua cristalina resplandecía por todos lados. Se habían sentado en una de las rocas cerca del río, mojando sus pies, mientras observaba el agua correr, tenía su sándwich a casi comer en sus manos, pero sus ojos miraban el agua correr.


-Yo… nadie se acordó. -Su pecho dolió al recordar como llegó a la habitación de sus padres, pero ellos solo se habían levantado para alistar a su hermano y como al bajar, ni su abuelo, ni siquiera Minato, que él había amado desde el primer día en que lo vio, lo saludó.


Limpió con ahínco las lagrimas que caían por sus mejillas y su corazón se hinchó al sentir la mano cálida de su tío sobre sus cabellos.


-No culpo a Taiki, él es solo un bebé. -Pero… mis padres, mi abuelo.


-Yo también tengo algo de culpa. -Alzó su carita sonrojada, quiso negar las palabras del mayor. -Hemos dejado de hacer muchas cosas desde que todo eso ocurrió y aunque las cosas hayan cambiado, aunque haya nuevos integrantes en la familia, no quiero que esto cambie.


-Tampoco lo quiero. -El pequeño se dejó abrazar y pasó fuertemente sus brazos por el cuerpo de su tío, encontrando aquel confortante calor, aquella seguridad que buscaba y encontraba en él, cuando era niño. ¡Puedo cazar un conejo!


-Claro, pero antes quiero darte algo. -Los ojitos de Haru se abrieron cuando vio una pequeña daga en las manos de su tío. -Esta daga me la dio el abuelo cuando me llevó a cazar con él por primera vez.


-Pero. ¿No deberías darle a tu hijo?


-Lo sé, pero te amo tanto como si fueras mi hijo. -Haru tomó suavemente la daga, posó la yema de su dedo en la punta sintiendo lo afilado que estaba. -Pero no se lo digas a tu padre.


-¡No lo haré! ¡Gracias tío!


 


Cuando se dieron cuenta el atardecer había llegado, el cielo se había pintado de colores anaranjados y azules, Sasuke mantenía una divertida sonrisa en sus labios, mientras que Haru solo había un pequeño puchero. Al final solo pudo atrapar dos pequeños conejos, pero su corazoncito dolió al ver sus ojitos tan grandes y brillantes que tuvo que dejarlos ir y por ello tuvo que aguantarse la risa de tío casi en todo el camino.


-Me gusta que aún tengas un buen corazón.


Fue lo último que le dijo cuando detuvo la camioneta cerca de la casa, bajó lentamente sintiendo algo extraño al no ver a los pequeños jugando en el patio, corrió hasta alcanzar a Sasuke y le tomó de la mano, nunca iba a dejar de hacer eso, casi podía decir que mantenía a Sasuke como su protección.


Frunció ligeramente su ceño al no ver a nadie dentro de la casa, pero las risas viniendo de la parte de atrás, del hicieron caminar con Sasuke a su lado y casi se detuvo al ver los globos de colores adornando todo el lugar, la gran mesa llena de dulces, y otra mesa con regalos; la carne asándose en la parrilla y a toda su familia de pie, observándole con sonrisas en sus rostros.


-¡Feliz cumpleaños!


-Happibasude. -El pequeño Taiki había caminado casi a trompicones junto con el pequeño Kiyoshi, para abrazarlo y sin importarle que sus manitas se encontraran sucias con rastros de chocolate se dejó abrazar y que lo llenaran de besos dulces en el rostro.


-Yo… yo pensé que…


-Sería muy tonto de mi parte olvidarme del cumpleaños de mi primer nieto, no estoy tan viejo.


-Mi bebé. ¿Cómo podríamos olvidar algo tan importante? -Obito lo abrazó con fuerza, besando sus cabellos. -Eres un año más grande.


-Pero… siempre podré ser tu bebé.


-No se lo digas, o lo tendrás tocando tu puerta cuando cumplas veintiuno. -Kakashi también lo abrazó con fuerza. -Feliz cumpleaños, mi niño.


 


Naruto se acercó para besar a Sasuke, sonriendo emocionado al ver como todos abrazaban al pequeño Haru, siempre iba a ser su pequeño niño, aquel niño que conoció bajo la lluvia y le abrió la puerta de su corazón para nunca más dejarlo salir.


Tampoco iba a olvidar la primera vez que Haru había conocido a Kiyoshi, casi había sido la misma mirada de devoción que tenía para todos los donceles de la familia, sabía que el pequeño Haru sería un hermano y primo genial.


Alzó su mirada azul cuando sintió los labios del moreno sobre su frente y se dejó abrazar con más fuerza, acercándose a su pecho, sintiéndose tan bien.


-Tenemos que contarles algo.


Todos se encontraban rodeando la mesa, las mejillas de Minato se habían sonrojado un poco al tener los fuertes brazos de Fugaku alrededor de su vientre y las miradas de todos sobre él, mientras que los más pequeños se acercaron tomados de la mano de Haru, observando sin entender de lo que hablaban.


-Va a haber un nuevo integrante en la familia.


-¡Vamos a tener un nuevo hermanito! -Itachi dejó a su pequeño bebé en los brazos de Gaara para acercarse, junto a Naruto a abrazar a Minato. -Ojalá salga tan lindo como Naru-chan, porque tener a otro mini Sasuke amargado no lo soportaría.


Sasuke terminó por darle un golpe en la cabeza a su hermano y lo alejó de Minato.


-Felicidades Oto-chan. -Minato se dejó abrazar por Sasuke, dejando que el menor besara su mejilla. -Se merecen toda la felicidad.


-¡Otro bebé! -Los más pequeños se acercaron y alzaron sus bracitos para acercarse por completo al doncel rubio y besar sus mejillas.


 


Naruto terminó de arropar a su pequeño bebé, acarició sus cabellos dorados y sonrió al ver como sus pequeños bracitos intentaban aferrarse al gran y algo sucio zorrito de peluche que Sasuke le regaló cuando apenas era un bebé y ahora no podía dormir sin tenerlo a su lado.


Llevó su mano hasta apoyarla sobre su vientre aún plano y mordió ligeramente su labio inferior, se encontraba algo nervioso y divertido al enterarse que su papi también se encontraba embarazado, su hermanito nacería poco antes de la fecha de su bebé, pero estaba feliz por su papi y por su, ahora, padre. Sabía que desde hace mucho estaban intentando tener un bebé y al fin lo habían logrado, ese niño sería tan amado como todos en la familia.


Sintió al moreno ingresar a la habitación, tan sigiloso como una pantera, para darle el beso de buenas noches a su hijo, dejó que sus brazos lo aferraran, y su espalda chocó contra el fuerte pecho del mayor, estremeciéndose al sentir la barba rozar su cuello.


-¿Por qué mantienes esa sonrisita escondida de mí?


-Dentro de poco habrá dos bebés en la casa


Sintió como los brazos de Sasuke aflojaban su agarre, se volteó suavemente para darle un pequeño beso en sus labios.


-Felicidades, serás papá por segunda vez.


Su corazón se agitó con fuerza cuando Sasuke lo abrazo tan fuerte que, literalmente, sintió los pies en el aire, apoyó sus manos sobre los hombros del moreno observando aquel hermoso brillo en sus ojos, aquel brillo que le había enamorado, apoyó su frente contra la del mayor, sintiendo como el calor traspasaba de cuerpo a cuerpo.


-Te amo.


Nunca esperó encontrar el amor bajo la lluvia, nunca creyó que alguien podría amarlo después de lo que tuvo que pasar o volver a confiar en alguien más, pero al ver como aquella familia le habría a él y a su hijo un espacio importante entre ellos le hizo estremecer y sentirse inseguro.


Pero ahora, podía estar seguro de que lo que sentía era amor, amor del bueno, latiendo en el interior de él. Feliz al ver a toda aquella hermosa familia, emocionado al tener a su propia familia, y extasiado al tener un nuevo ser dentro de su vientre, vibrando emocionado.


-También te amo.


 

Notas finales:

 

Muchas gracias a todos por haber seguido esta historia!

Quiero agradecer a todos los que dejaron sus comentarios y a los que no, pero se han dado el tiempo de leerlo

 


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