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No body say It was easy por girlutena

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Podía sentir como el sonido de una cascada caía muy cerca de él, dejando que la pequeña barca se moviera contracorriente, aquel suave movimiento había estado calmándolo, no sabía cuánto tiempo había pasado, pero sentía como poco a poco aquella angustia había ido desapareciendo de su cuerpo.


Las suaves caricias se habían hecho constantes y en lo más profundo de su ser anhelaba que aquellas nunca se detuviesen. Lentamente empezó a ser consciente del suave aroma que le rodeaba, del sonido de varias voces, tan sutiles, pero que aun así penetraban lo más profundo de sus pensamientos. 


El tacto de unas suaves manos acariciando su rostro, sus cabellos, bajando suavemente hasta sus mejillas, deseó mover sus dedos al sentir como acariciaban su vientre. No tenía miedo, en lo más profundo de su conciencia sabía a quién pertenecía aquella voz, aquellas manos. Tan solo deseaba seguir un poco más.


Los ojos carbones de Sasuke observaron fijamente como la enfermera de turno ingresaba a la habitación, intentó no hacer caso a los movimientos de la mujer, quien pacientemente observaba y anotaba cada mínimo cambio en la salud del rubio. Pero no pudo evitar fruncir su ceño al observar como la enfermera soltaba un ligero suspiro mientras anotaba algo en el expediente del rubio.


-La doctora vendrá en unos minutos. -No dijo nada más, tan solo la observó salir de la habitación, mientras que un dolor amargo se instaló en su pecho, intentó serenarse un poco acariciando suavemente los cabellos del doncel, rodeó los fríos dedos del doncel, deseando volver a ver aquellas gemas tan azules y brillantes, deseaba sentir aquellas pequeñas manos acariciando sus cabellos, aquella hermosa y brillante sonrisa, sus mejillas sonrosadas. Cada pequeño detalle de aquel doncel se había impreso en su memoria, muy a pesar del corto tiempo que habían pasado juntos.


Escuchó como la puerta se cerraba suavemente, y al instante los tacones de unos zapatos sonaron suavemente sobre las baldosas relucientes, sabía quién había entrado, pero aun así no levantó su rostro, pudo sentir aquella penetrante mirada sobre su cuerpo, pero él tan solo apresó firmemente la mano del menor entre sus dedos.


-Todo se encuentra en orden. -Lentamente levantó su rostro, para fijar su mirada oscura en aquellas gemas ámbar, aún sentía un nudo en su estómago y aquello no le gustaba. -El bebe aún se encuentra estable.


-¿Cómo que “aún”?


-Necesitamos que el doncel permanezca un par de días más en reposo. -La doctora se acercó lentamente al doncel, pasando suavemente sus dedos por los delgados brazos del menor. -Podremos mantenerlo estabilizado, pero podrá despertar en cualquier momento y desde ese instante necesitará de alguien, necesita ayuda para poder superar todo esto.


Él no dijo nada, sería en vano argumentar algo más, siguió acariciando suavemente los delgados brazos del menor y con algo de vergüenza, acercó su rostro al vientre levemente hinchado.


-Escuchaste eso bebé. -Sus dedos no pudieron evitar quedarse quietos, pasaron juguetonamente sobre la fina manta que cubría el cuerpo del menor. -Necesitas ser fuerte y aferrarte a tu papi. Yo estaré aquí, esperándote. Esperándolos.


Posó suavemente sus labios sobre el pequeño bulto, sintiéndolo cálido y confortante. Podía sentir como aquel calor penetraba lo más profundo de su cuerpo, dándole un nuevo motivo para seguir adelante. Aquello que mantenía al doncel de pie iba a ser su fuente de energía.


Lentamente fue cerrando sus ojos, sintiendo como el cansancio empezaba a albergar su cuerpo, sus ojos fueron cerrándose poco a poco. Sin darse cuenta había soltado un suave gruñido al sentir como unos dedos acariciaban delicadamente sus hebras. Pero él tan solo siguió durmiendo en aquella confortante calidez. Dejando que todo el cansancio de los días anteriores se desvaneciera poco a poco.


 


Pudo sentir como sus músculos se encontraban entumecidos, poco a poco fue abriendo sus ojos, cerrándolos rápidamente al sentir como la luz golpeaba con fuerza contra sus cansadas pupilas. Lentamente fue consciente de como la suave luz de la mañana ingresaba con fuerza por las finas cortinas, podía sentir el aroma a antisépticos rodear todo el lugar, mientras que los globos de colores resaltaban en una esquina de la habitación.


Poco a poco los recuerdos empezaron a llegar como fuertes y relucientes flashes, cerró con fuerza sus ojos, deseando detener aquel dolor punzante que empezaba a crecer nuevamente en su pecho; su corazón empezaba a latir con fuerza y casi inconscientemente llevó su mano hasta su vientre, deseaba palpar aquella zona y saber que su bebé seguía vivo, seguía con él, pero se topó con una suave mata de cabellos, aún sin poder observarlo, podía percibir como aquel aroma se encontraba impregnado en la habitación, en su ropa, en su cuerpo.


Una pequeña y tímida sonrisa se pudo mostrar suavemente en su rostro, podía escuchar como el mayor soltaba suaves murmullos, bajó lentamente sus dedos hasta acariciar aquel fuerte rostro, sus mejillas, sintiendo la incipiente barba; cerró suavemente sus ojos al sentir como el azabache empezaba a despertar, una corriente eléctrica atravesó con fuerza por todo su cuerpo al sentir como acariciaba suavemente su vientre.


Sintiendo como sus emociones empezaban a revolotear por todo su estómago, abrió lentamente sus ojos, percibiendo el momento exacto en que los ojos brillantes del mayor le miraban fijamente, el calor empezó a llenar su rostro y deseó cerrar con fuerza sus ojos al notar la mirada asombrada del moreno.


-Me alegra que hayas despertado. -Sintió como su cuerpo era fuertemente aferrado por aquellos brazos, la barba del mayor empezó a picar contra la piel de su cuello, pero no fue capaz de alejarse; alzó lentamente sus brazos hasta intentar rodear todo aquel gran cuerpo, escondiendo su rostro avergonzado en la curvatura de su hombro.


-Estoy aquí. -Los brazos del mayor lo estrecharon con mucha más fuerza, pero sin llegar a lastimarlo. Escondió su rostro en el fuerte pecho del varón, intentando, en vano, retener sus lágrimas. Podía sentirse por primera vez en el lugar correcto, aquellos brazos eran tan cálidos y confortantes que por alguna razón le hacía doler el corazón. Cerró sus ojos dejándose embargar por aquella sensación, por aquel momento.


Lentamente Sasuke fue alejándose, pero en ningún momento cortó la distancia, sus obsidianas observaban fijamente los azulejos del menor, dándose cuenta que le gustaba ver el suave sonrojo en las mejillas del doncel.


Y sin que el menor se lo esperara, acercó su rostro hasta posar sus labios sobre los del doncel, era un beso casto, tan casto y puro como el amor verdadero, transmitiéndole toda su seguridad, todo el amor que había podido cultivar desde el momento en que lo conoció. Ahora lo entendía todo y no iba a dejarlo ir nuevamente.


El menor había cerrado sus ojos, había empezado a sentir un fuerte revoloteo en su estómago, sentía como el calor subía estrepitosamente por todo su cuerpo, tanto que tuvo que aferrarse a la camisa del moreno.


Lentamente fueron separándose, y Naruto sintió como el varón apoyaba su frente contra la suya, lentamente abrió sus ojos, siendo consciente de todo lo que transcurría a su alrededor, su corazón palpitaba con tal magnitud que temía que el mayor pudiera escucharlo.


-¡Naru-chan! -El pequeño Haku, quien había abierto la puerta estrepitosamente, solo pudo observar el momento en que su tío le daba un pequeño beso esquimal al doncel.


La sonrisa que mostró el pequeño Haku podía ser capaz de iluminar toda su oscuridad. El pequeño niño corrió hasta saltar a la camilla y esconderse entre los delgados brazos del rubio, escondió su rostro en el pecho del doncel, sintiendo como era correspondido rápidamente. Naruto lo aferró con fuerza, sintiendo como el pequeño varoncito empezaba a llorar silenciosamente, besó sus cabellos, esperando, dándole su tiempo a que se calmara.


Sasuke tan solo pudo mostrar una pequeña sonrisa, acarició los cabellos de su pequeño sobrino y se dio el lujo de apoyar su cabeza sobre el hombro del doncel.


Obito se detuvo en el umbral de la puerta, observando con una sonrisa en su rostro, como los dos varones se encontraban durmiendo sobre el pequeño rubio, caminó lentamente observando cada detalle en el rostro del menor, acarició los cabellos del doncel y sus ojos se posaron sobre el vientre del rubio, quien era protegido por los brazos de Sasuke y su pequeño hijo.


-Hola. -Su voz era un suave susurro, sonrió ligeramente ante la mirada avergonzada del pequeño doncel. -Mi nombre es Obito, soy el papi de Haku y tío de Sasuke.


-Yo… -El moreno posó suavemente sus dedos sobre sus labios, y sonrió ligeramente y besó la frente del menor.


-No tienes que decir nada. -El mayor se sentó a su lado, sin desear despertar a los dos varones. -Me alegra mucho que hayas despertado. Pero creo que Sasu se olvidó de llamar al doctor.


Cuando la doctora ingresó a la habitación, no le sorprendió ver como aquellos dos varones se aferraban con fuerza al cuerpo del doncel, sonrió suavemente al saber que el menor había encontrado una hermosa familia.


Ni Sasuke, ni el pequeño Haku salieron de la habitación, cuando la mayor les pidió dejarlos a solas. El pequeño alegó que no se alejaría de Naru-chan, ni del bebé, y Sasuke no dijo nada, pero nunca soltó la mano del doncel. Para todos era obvio que los ojos del menor destellaban ante Sasuke.


-Tus signos se encuentran estables, pero necesitas cuidar tu dieta, necesitas comer más, no tienes la estatura de un doncel adulto, ni el peso adecuado para cargar a un bebé. Por ello necesitamos hacer lo mejor para que ustedes estén bien. ¿Entendido?


Obito no pudo evitar sonreír suavemente al escuchar como los dos varones de la habitación asentían fervientemente, mientras que el paciente tan solo asentía tímidamente.


Podía decir con todas sus palabras que odiaba la comida del hospital, pero no podía decir nada cuando era el mismo Sasuke quien le hacía comer. Sasuke no podía apartar su mirada del rostro del menor, sus mejillas se encontraban de un tono rosa, sus hermosos ojos brillaban, todo de él parecía brillar.


Pasó suavemente sus dedos por la tersa piel de su vientre, sintiéndolo un poco más durito que las otras veces; un calorcito se prendió en su pecho al recordar la primera resonancia del pequeño. Aún tenía en su mente el rápido latido del bebé. Aquella mancha sin forma iba hacer la primera foto del pequeño.


Apoyó suavemente su rostro sobre el vientre del doncel, como venía haciendo últimamente, acariciándolo y contándole algunas cosas de la vida, pero lo que más le gustaba era sentir los largos dedos enroscándose con sus cabellos.


-Lamento haberte despertado. -Lentamente se sentó correctamente, sonriendo suavemente cuando los dedos del menor bajaron para posarse en su mejilla.


-Al bebé le gusta que le hables. -Sasuke no podía sentirse más que feliz. Besó suavemente los labios del menor, sintiendo como sus pequeñas manos se aferraban con fuerza a su camisa. -Haku está por llegar.


Los dos sonrieron aún con sus frentes juntas, recordando como el pequeño varoncito había estado triste por dejarlo solito, pero casi se calmó cuando supo que el mayor iba a quedarse con el doncel.


-Está emocionado por enseñarte la habitación del bebé. –


-¿No es pronto para eso?


-Solo nos quedan casi seis meses.


Naruto cerró lentamente sus ojos, posando su cabeza en el fuerte pecho del mayor, aferrándose con fuerza al mayor, sintiendo miedo al pensar que es una carga, que su bebé solo les traería solo problemas a aquella familia. Colocó su pequeña mano sobre la del mayor, sintiendo el cálido calorcito que desprendía su vientre ligeramente abultado.


-Este es un bebé muy deseado. -No pudo evitar que su cuerpo se estremeciera ante esas palabras, aquella voz sonaba tan gruesa, pero para nada grotesca, sintió como Sasuke se ponía lentamente de pie y hacía una leve reverencia, tuvo miedo de mirar a aquel hombre, pero la pequeña sonrisa que le mostró Sasuke le hizo dar un poco de confianza. -Desde ahora Uzumaki Naruto y tu hijo estarán bajo la protección de la familia Uchiha.


El menor no pudo decir nada, tan solo sentía como el peso que siempre había mantenido en sus hombros había desaparecido completamente. El pequeño Haku le había hablado sobre Uchiha Madara, el patriarca de su familia. Había tenido miedo de conocer a aquel hombre, pero ahora, cuando se encontraba siendo abrazado por aquel hombre podía sentir como su alma había encontrado el lugar correcto.


-Si mi nieto te lastima, házmelo saber.


-Viejo, aléjate de él.


-¡¿A quién le dices viejo?! Mocoso. -Naruto soltó una ligera risa, al final aquella tristeza se había alejado de su vida, acarició suavemente su vientre, observando feliz como los dos varones discutían, como una familia normal.


 

Notas finales:

Esto aún no acaba!!!!

Muchas gracias por seguir leyendo y ... bueno... espero sus comentarios???

Besos!!!


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