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Aquí es donde florecemos por Michelle2

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Algunas copas de buen vino

Dos

 

La noche había caído en Alexandria. otro día se iba y en la  fiesta de bienvenida ofrecida por los monroe algunos de los miembros del grupo de Rick decidieron ir con el fin de acoplarse con las personas; Rick lucia bien, Rosita se veía despampanante aunque Sasha se veía muy incómoda e inconforme con toda la “normalidad” con la que vivía estas personas.

En la sala y a la par de la mesa de bocadillos se encontraban Mikey, Ron y Carl hablando sobre todas las partidas vencidas que Carl soporto esta tarde.

Mikey tomó un sorbo de limonada y alzó el mentón orgulloso

—Eres muy malo para los videojuegos

Ron rió por bajo, de reojo, miró a Carl que respondió sonriendo de lado.

—Por favor, no cantes victoria, solo necesito tiempo para destronarte.

Por bajo, Ron silbo y volvió a reír

—¡Apuesto que no!—se levantó Mikey, tratando de recuperar el momento de orgullo

Al ver la intención de desafío, Carl se puso de pie

—Pruebame—dijo con una sonrisa.

incluso el se sorprendió que estuviera hablando con normalidad. desde que llegó, él no podía hablar con las demás personas sin tartamudear, era terrible al ver a todas las personas de Alexandria y sentir desconfianza e incluso miedo. fue diferente en la entrevista con Deanne, ella lo llamó una entrevista, él lo sintió como un recordatorio de todo lo que había pasado o hecho, el chico de la prisión, Shane, su madre. su única conclusión del porque se sentía cómodo era porque se encontraba con gente de su edad.

En el principio, Mikey lo dijo a broma, pero el brillo en los ojos de Carl se reflejaba el deseo de querer superarlo, de pura superación. Viendo que las cosas se estaban tornando serias, Ron se puso de pie y los mantuvo a distancia.

—Relajense...—indeciso, Ron examinó todos los rincones de la fiesta buscando algo que ayudará de socorro. los vasos y botellas de vino en la mesa—. Tengo una idea—propuso, Carl y Mikey le vieron con atención—, Ven esas botellas de vino—inclinó la cabeza en dirección de la mesa—, Si su problema es resistencia, tomen hasta que uno ya no pueda más ¿les parece?

Conformes y ansiosos, los chicos asintieron y aceptaron la nueva apuesta. Ron respiro aliviado, su plan funcionó. Carl y Mikey tomaron asiento. Ronse dirijo a la mesa de bocadillos, miró a ambos lados esperando que nadie viera que un tipo de diecisiete años tomaba prestadas unas cuantas botellas, al ver todo despejado, agarro las botellas de vino que sus brazos pudieran aguantar, las puso sobre la mesilla, , sirvió el vino en los vasos y en la primera ronda ambos chicos sintieron escalofríos, era la primera vez que tomaban vino y se veía en sus rostros cuando tomaron el primer sorbo, el segundo sufrieron un poco de titubeo, hasta que llegaron al cuatro trago y ambos se veían decididos a continuar; mientras, Ron tomaba una limonada y observaba admirado la resistencia de ambos.

—¿Mareado?—preguntó Mikey, terminado su trago numero nueve

Carl trago hondo, puso el vaso en la mesilla y negó con el mismo aire de ser habil de continuar

—Ni un poco…

—He creado unos monstruos bebedores de vino….—suspiró Ron pensado que después de todo fue la peor idea que pudo tener

En el siguiente trago las señas de una probable embriaguez se hacían presente en las mejillas de ambos. Ron probó un poco para saber si el vino era adictivo, apenas el líquido tocó sus labios casi lo escupe.

En la doceava ronda Mikey se veía roja como un tomate, levantó el vaso,trago con fuerza y antes de decir algo su cuerpo ya no pudo, se desmayó en el sofá. aunque sabía que era el ganador absoluto, Carl término el tercer trago, soltó el vaso y apoyó la cabeza entre las rodillas, no se sentía muy bien para levantarse a celebrar.

—Gane...ah...—jadeo

Carl sintió la mano de Ron sobre su espalda

—Ven, te llevaré a casa. aunque no lo creas tu papá ya se fue, dijo que llegaras a casa temprano

—¿De verdad?—gipeo Carl sin poder hallarse entre el calor que invadía su cabeza—. no lo escuche

—¿Y como? cuando llegó estabas en tu octavo vaso

Cansado, Carl negó con la cabeza

—No nos podemos ir...Mikey—levantó la cabeza, Mikey seguía recostado en el sofa—. ¿está vivo verdad?—gruñó

—Revisaré sus signos vitales, amigo—dijo Ron, acercándose a Mikey, era efectivo, el pequeño seguía vivo—. te llevaré a casa, espera un momento le informaré a los padres de Mikey que está aquí y está vivo.

Como pudo, Carl asintió

Los sentidos de Carl iban desapareciendo poco a poco, apenas sintió cómo se elevaba en el aire, escucho algunas voces, la única que reconoció fue la de Ron y luego hubo un drástico cambio de luces. el calor que invadía su cuerpo estaba siendo contrarrestado con la deliciosa y glacial brisa de la noche; escucho pasos debajo de él, pero él podía apostar que no estaba caminando, más bien se sentía volar encima de una especie de nube.

Abrió los ojos y lo primero que vio fue el pavimento en movimiento, ¿la nube era real? ¿la borrachera trabajaba tan rápido? no lo sabía, tal vez hubiera tocado ese tema con Abraham o Daryl.

Sus sentidos volvían a paso lento. además del olor de la noche, Carl respiro un agradable olor a cítricos.

—Huele bien...—susurro o eso pensó el

—¡Oh mira quien despertó!—dijo Ron

Cuando menos lo pensó, Carl se dio cuenta que estaba siendo cargado por Ron, en este momento iba recostado sobre su espalda, sintió que él rojo de sus mejillas aumentaron  mucho más de color.

—¿Cómo te sientes?—indago Ron, mirando de reojo a Carl quien luchaba por seguir despierto

—Mareado...creó

—Bueno, son trece vasos de vino. al principio creí que perderias, pero era imposible...—suspiró Ron—, eres muy decidido

—G-Gracias...—respondió

—¿Era tan bueno el vino? yo casi lo escupo. ¿a qué sabía?

—No lo se….solo se que era asqueroso

Ante esa respuesta, Ron rió por bajo. El olor a cítrico que emanaba Ron era como un calmante para Carl, sin querer, Carl se fue deslizando de la espalda de Ron; el rubio lo notó y  tuvo que detenerse para poder levantarlo otra vez. Carl envolvió sus brazos alrededor del cuello de Ron y recostó la cabeza sobre el hombro izquierdo de este. el no sabia cuanto faltaba para llegar a la casa que les habían otorgado, pero por alguna razón deseaba que el viaje nunca terminará; la esencia de Ron, los sonidos y ambiente nocturno era la mejor combinación, si no estaba encima de una nube de verdad, la espalda de Ron se sentía como una.

—¿Peso mucho?—preguntó Carl, luego de un largo silencio

—La verdad no, estás muy delgado

De pronto el viaje se detuvo, Carl escucho a Ron hablar con alguien más, reconocía esa voz, era la de su papá.

Sentados sobre las escaleras de la casa, se encontraban Rick y Daryl charlando. en el momento que levantaron la vista para ver quién les había deseado “buenas noches” , vieron a Carl siendo cargado  por un chico rubio no dudaron en levantarse para a socorrerlo.

—¿¡Que le paso!? ¡Carl, Carl!—Rick bajó primero y comenzó a sacudir a un adormilado Carl, su cara reflejaba la pura angustia de un padre.

Con la intensidad con la que ambos hombres se le acercaron, Ron creyó que en cualquier momento sacarían unas pistolas de la nada y lo reñenarian de balas.

—Tranquilo, Señor Grimes, el esta bien, solo tomó varias copas de vino

Sin creerlo, Rick miró al chico

—¿Está embriagado?—cuestiono Rick, aun sin poder creerlo

Ron asintió y rió nervioso

—Parece que Carl probó lo bueno de la vida—comentó Daryl mientras veía a Carl con honra

Rick lo miro con reproche pero no comento nada

—Gracias por traerlo—agradeció Rick

Ron fue bajando a Carl con cuidado y fue atrapado por los brazos de Rick, luego fue pasado a los de Daryl. Daryl lo subió a su hombro y le dio algunas palmadas en la espalda.

—Muchas copas ¿no, Carl?

Carl murmuró algo que nadie pudo comprender

—Nuevamente gracias por traerlo...amm...—Rick miró a Ron esperando que el rubio le diera su nombre

—Ron, Ron anderson

Rick chasqueo los dedos y sonrió

—¡Claro, el hijo mayor de Jessie y Pete! los conocí en la fiesta

El rubio asintió. al ver que la conversación se podría tornar incómoda Ron metió las manos en sus bolsillos, se dio la vuelta si no antes despedirse.

—Buenas noches padres de Carl.  Adiós Carl

—G-mhm-Gracias...—dijo Carl, o recordó haberle dicho algo coherente a Ron

Rick y Daryl se vieron entre si y luego vieron a Ron

—¿Padres de Carl?—cuestiono Daryl con la mirada estrecha

Sonrojado, Ron retrocedió

—Y-Yo creí que...—Ron miró a ambos lados sin encontrar las palabras—. Perdon yo creí que...olvídelo...—finalizó dándose la vuelta y desapareciendo entre la noche.

—¿Padres de Carl?—repitió Daryl pensativo

—Entra de una vez ¿quieres?—insistió Rick

 

El sol se asomaba por el horizonte y sus primeros rayos atravesaban las cortinas del cuarto de Carl. el dolor de cabeza se sintió como un disparo, su cuerpo le dolía y gimió de dolor; no pensó que su gemido fuera tan fuerte, porque Rick y Daryl seguidos por Michonne fueron los primeros en incorporarse como un rayo en la habitación, todos preocupados.

—Una palabra. Resaca—concluyó Daryl al ver el rostro de Carl

—Eres un experto en esto, supongo—dijo Michonne mientras sujetaba la mano de Carl—. ¿Alguna idea para quitarla?

Daryl puso las manos al frente y en su rostro se dibujó una postura de profesor de física

—Juego de tomate, leche, huevos, jengibre—ofreció

—¿Y la más efectiva?—cuestiono Rick

—Leche

La mañana fue tal vez la peor de todas, se la paso tomando tanta leche que pensó que la vomitaria, sin olvidar que le metieron varios vasos con jugo tomate; emborracharse era lo último que quería hacer en la vida, aunque la resaca se iba desapareciendo, el dolor de su cuerpo decía otra cosa.

Necesitaba salir de casa, así que le pidió a Maggie que le otorgara el turno de vigilancia en los muros. en el principio Maggie no sentía mucha en seguridad, la cara de Carl lucía muy cansada, como último recurso, Carl le contó su terrible mañana; Maggie terminó aceptando ser relevada. hoy era la primera expedición desde que llegaron, así que Maggie se puso a ayudar al resto.

Firme y con escopeta en manos, Carl se dispuso a mirar fuera de los muros; unos cuantos caminantes se encontraban a lo lejos y otros golpeaban el muro inútilmente. casi había olvidado el chillido de los malditos muertos.

—¡Te ves bastante bien!—Carl miró su izquierda y se encontró con Ron, el tenia puesto un gorro y sostenía su  mano sobre la frente para cubrirse del sol—. Mikey ni siquiera puede levantarse

—¡Sube!—pidió Carl

Ron comenzó a subir por la escalera de la torre hasta que finalmente se sentó en el borde de ella

—¿También eres resistente a la resaca?—preguntó Ron con una sonrisa en los labios

—¡Ah! tome tanta leche que me duele el estómago—respondió Carl sin apartar la vista de enfrente

—¿Leche?

Radicalmente, Carl asintió

—Funciona aunque no lo creas

—Se lo comentare a Mikey, el pobre no se puede levantar

Carl vio como Ron se levantó y se apoyó en la baranda de madera, el uno y el otro se dispusieron a guardar silencio y mirar afuera de lo que Carl decía que era una jaula de felicidad.

Por un momento Carl puso su atención en Ron, cubría su cabello rubio con un gorro azul y vestía pantalones holgados y  una chaqueta azul, Carl noto algo curioso en el filo de la camisa se desprendía unos rasguños que parecían zarpazos, estos llegaba hasta arriba de la oreja, de repente, las imágenes de los moretones queriendo salir de la camisa de Jessie, la mamá de Ron, aparecieron en la mente de Carl, algo no estaba bien.

Cuidadoso, Carl se atrevió a tocar esos rasguños. Ron retrocedió y rápidamente busco a tapar el área dañada.

—¿Qué te pasa?—cuestionó Ron tratando de sostener una sonrisa, sin embargo su nerviosismo la echaba a perder

—¿Donde te hiciste esos rasguños?

Carl vio que Ron tragó hondo y después rió nervioso

—S-Sabes...E-Enid tiene un gato…

Carl se encogió de hombros y negó

—Eres muy malo en las mentiras, como…

El sonido del portón abrirse interrumpió a Carl. Ron suspiró aliviado. el carro iba saliendo y cuando el porto se volvió a cerrar lo que dijo Ron tomó desprevenido a Carl.

—Quisiera salir con ellos

Estupefacto, Carl observó a Ron

—Es una lástima que sea tan débil, es decir ni siquiera puedo disparar—el lastimero tono de Ron, empezó a formar un sentimiento de piedad en Carl.

Antes que el hijo del comisario de Alexandria dijera algo, abajo, se escuchó la voz de Tara.

—Es mi turno, Carl, baja—grito Tara. en silencio, los chico bajaron y dejaron a Tara tomar su puesto en la torre

Aun entre el silencio, Ron y Carl fueron caminando

—¿Quieres ser más fuerte?—preguntó Carl

Ron levantó la cabeza de repente y observó a Carl detalladamente

—Si

—Te ayudare...—dijo Carl—. Así saldremos de aquí para una expedición, si claro, eso te parece

Ron estaba más que satisfecho con la propuesta.

Ir a rogarle a Olivia por un par de balas y pistolas no fue necesario; con la pistola de Carl que cargaba en la cintura era suficientes; Aun Carl no estaba seguro de lo que hacía, tampoco sabía si era bueno enseñando a disparar, era probable si Ron aprendía con los mismo consejos que su padre le dio.

Los adolescentes buscaron el lugar más apartado de Alexandria para poder practicar, los objetivos a los que Ron tenía que acertar eran cinco latas de gaseosa. Carl le entregó su pistola al rubio y le indico como apuntarla y sostenerla.

—Al principio tendrás miedo, pero es normal. imagina que las latas son caminantes o personas que te quieren disparar entonces en el momento que creas necesario, quitas el seguro y tiras del gatillo—Explicaba Carl mientras que Ron asentia.

Carl se percató que la mano de Ron titubeaba, en ese momento le recordó a el mismo. Ron liberó el seguro y apretó el gatillo, el rubio dio un paso para atrás cuando sintió en el impulso del disparo; el disparo no dio a ninguna de las latas.

Carl se acercó y sostuvo el estirado brazo de Ron.

—Pon la pistola al nivel de tu ojo, visualiza tu objetivo y dispara—dijo en un susurro

Con más tranquilidad y rogando que esta vez saliera bien, Ron disparó, la lata de soda dietética salió volando; Carl sonrió satisfecho, La cara de Ron no podía ocultar su emoción; Ron repitió el mismo acto en las cuatro latas restantes.

—Aprendes rápido—elogió el castaño, observando las cinco latas regadas en el suelo

—Tengo un buen maestro

Con cautela y un pizca de picardía, Ron examinó el arma

—Ahora ya e practicado con latas...—Carl noto un drástico cambio de voz en Ron—. Carl ¿Los caminantes son personas, no?

Confundido, Carl asintió

—Fueron…

—Como sea—Ron puso los ojos en blanco—. Si los caminantes son personas entonces porque no practico con una persona—dijo con una voz muy parecida a un ronroneo.

Antes de que Carl pudiese reaccionar, Ron fijo otro objetivo, apuntó la pistola al ojo de Carl. el castaño quedo en seco, sus manos temblaban y en un falso movimiento podría perder el ojo o incluso la vida.

Notas finales:

muahahahah me gusta ver el fanfic arder. no mentira (no tanto)

les dire que yo tenia una amplia sonrisa en el rostro cuando escribi la escena de Carl siendo cargado por Ron.

Sin más que decir, Gracias por leer y les agradeceria sus comentarios, hasta luego.


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