Tetsuya permaneció por incontables minutos todavía ahí de pie, en el genkan con la punta de los dedos rozando sus labios, las piernas temblándole y un par de gruesas lagrimas rodando sus mejillas, se agacho en su sitio ocultando el rostro entre sus rodillas para no empezar a hiperventilar…
Aomine vio a su esposo con cierta indiferencia en la mirada, valla… Tetsuya había sido el que había dado el primer paso… era estúpido, lo sabía pero no dejaba de sentir celos, si ese Bakagami se hubiera atrevido a besarlo no hubiera dudado en molerle a golpes… si pudiera.
Tetsuya continuo ahí, en la típica posición de educación física, recargado en la pared, el rostro oculto entre las rodillas y sus hombros moviéndose lentamente al son de su llanto, Aomine se sentó justo frente a él en el pequeño genkan, sus piernas incorpóreas cruzadas para caber en el pequeño hueco.
-vamos Tetsu… no llores… fue solo un beso-
Pese a que sabía que su esposito no le escuchaba tenía la imperiosa necesidad de consolarle, así había sido siempre… ante cualquier miradita que le lanzaba el chibi siempre le cumplía el mínimo capricho, le consolaba, bromeaban…
Tetsuya se meció lentamente y suspiro con verdadero dolor.
-Daiki… te extraño tanto… y me siento tan mal por esto… porque Taiga-kun me gusta mucho, en serio mucho…-
El peliazul guardo silencio y estuvo ahí contemplando la pequeña silueta hasta que callo profundamente dormido ahí mismo…
Qué raro, pese a que no lo veía al parecer realmente Tetsu lograba sentirle… o al menos trataba de seguir manteniendo una relación que había terminado el día que había muerto.
Taiga sabía que el ser muy insistente y encimoso probablemente hartaría a Tetsuya y solo provocaría que la relación que muy probablemente había nacido de ellos dos se fuera a pique a una velocidad vertiginosa, sin embargo quería verlo, tenía la necesidad de verlo en ese momento así que toco el timbre de la escuela un par de veces y espero.
Sin duda alguna no se esperaba el grito desesperado de Aomine (si el fantasma Aomine) llamándole desde la parte interna.
-Bakagami ¿eres tú?-
Tras asegurarse que no había nadie relativamente cerca a la escuela asintió.
-si… ¿y Tetsuya?... ¿Por qué demonios estas tu fuera de tu casa?-
-Tetsu se desmayó… no ha despertado desde ayer y creo que tiene fiebre… tienes que entrar rápido…- le urgió el fantasma desde el interior de la escuela con tono desesperado.
Taiga miro a su alrededor ¿Cómo iba a entrar? Había enrejado en todo alrededor de la escuela y llamaría mucho la atención. Daiki pareció notar el problema.
-hay una llave…- le urgió con tono desesperado -el quinto ladrillo de hasta abajo esta en falso, detrás de el hay una llave.-
Presurosos hombre y fantasma se dirigieron a la casa del profesor, debajo de una maceta también había un duplicado de la casa.
Tetsuya yacía inconsciente en posición fetal en el pequeño recibidor del hogar, sus mejillas arreboladas y su respiración dificultosa eran claro indicio de que tenía fiebre.
-¿se quedó aquí desde anoche?- comento sorprendido Taiga mientras levantaba al chibi en brazos y contemplaba el hecho de llevarlo al baño o a la habitación.
-si…- confeso renuente el fantasma que lleno de impotencia miraba como alguien más tenía que venir y ayudar a su esposo. –la habitación esta al fondo, hay compresas y medicina en el botiquín del baño…-
En cuanto Tetsuya fue colocado en la cama abrió los ojos nublados por la fiebre y sollozo suavemente.
-lo siento… Daiki… lo siento tanto…. Perdón por que Taiga me gusta mucho-
Los dos hombres ni se voltearon a ver, era casi como si dentro de la hipertermia Tetsuya hubiera sido capaz de ver a su esposo fallecido… le había hablado a la dirección donde el estaba y una palpable tensión se había formado en el ambiente.
¿Quién sufría más en ese momento?
¿El esposo fantasma que no podía descansar en paz, que seguía añorando una relación que ya no iba a resurgir jamás y que por más que lo deseara no podía ni tocar o sentir a su esposo?
¿El joven que bien sabía que se estaba inmiscuyendo en un amor “eterno” que ni la muerte había podido acabar, que bien sabía que el profesor sufría por extrañar a su ex y que este rondaba por los pasillos del colegio y el hogar?
¿O Tetsuya? Que estaba atrapado en un amor que había pensado seria hasta que fuera viejito a lado de Aomine, rodeado de hijos y nietos y le había sido arrebatado por el cáncer o la nueva posibilidad de rehacer su futuro con un joven que le atraía en muchos aspectos y le estaba dando una nueva oportunidad para volver a amar…
Todos querían llorar… y Tetsuya era lo mejor atendido que podía ser por el joven pelirrojo mientras esperaban la llegada del amigo doctor del director.