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Lo que es mío por mikuuchan

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Notas del capitulo:

Lamento mucho la demora, pero estoy muy liada con trabajos y tareas, este es mi último cuatrimestre en la u y tengo que preparar mi trabajo de graduación... bueno ya no hablo de mi miserable vida universitaria y les dejo el penúltimo capítulo de este fic con lemon incluido ahahaha

Con la satisfacción de tener entre sus brazos al rubio doncel, Sasuke fue capaz de mostrar una ligera expresión en su impávido rostro, sonrió ladino por el atrevimiento de su gallarda hazaña. La distancia separaba enormemente su ubicación del resto de Konoha, despreocupándose de lo que llegase a ocurrir después... entretanto, Naruto se aferraba con fuerza del cuello del azabache, observando sobre los cielos el minúsculo recorrido que se apreciaba a simple vista. La velocidad con que el gigantesco animal se desplazaba por los aires facilitaba su movilización al destino previsto por el Uchiha.

Cauteloso y haciendo uso de su ingenio, el moreno se preparó para el rapto del menor, reunió al extinto equipo Taka con el objetivo de que le mantuviesen informado de los detalles de la boda en la Aldea Oculta de la Hoja, realizando acertadas conjeturas en cuanto al control de seguridad con que se manejaría Konoha para el evento. Unió cabos e ideó una exitosa estrategia donde se le hiciese fácil el acceso a su antiguo hogar con la intención de robarse al novio, a su Naruto.

Pensar en que la suerte estuvo de su lado le engrandecía el ego a Sasuke, sentirse dichoso de romper con los absurdos sueños del Kazekage le regocijaba infinitamente, y qué decir de tener a su lado al blondo sin mostrar ápice de arrepentimiento, todo había resultado como previó, considerándose afortunado por el buen augurio que vivía en ese momento.

—No entiendo lo que intentas hacer con todo esto, Sasuke... —el murmullo del blondo sacó al pelinegro de sus cavilaciones de triunfo, para más tarde observar con la seriedad que le caracterizaba la hermosa faz del doncel. Aferró el asir de uno de sus brazos en la estrecha cintura del rubio, mientras que con la otra le alzaba con sutileza el mentón, manteniendo la vista fija en él.

—Presta atención a mis palabras porque no pienso repetírtelo, Usuratonkachi. —el rubio doncel pronunció un leve "si" a la espera de una respuesta por parte del pelinegro. ­—No puedo decir con certeza en qué momento mis sentimientos de rivalidad hacia ti se transformaron en algo mucho más profundo, Naruto. Me es difícil comprenderlo. Sin embargo, soy consciente de que solo deseo tenerte para mí por el resto de mi vida... no hay razones precisas para explicar mi actuar, solo el instinto de querer tener un futuro a tu lado.

Naruto sonrió emocionado, sujetándose al cuerpo del varón para recibir el anhelado beso que se grabó a fuego en sus memorias. Sintió la suavidad con que Sasuke le acarició sus labios con la yema de los dedos, acercándose a su boca, para finalmente concretar el ósculo que siempre esperó en sus deseosos sueños y que ahora era una realidad latente. Lo disfrutó, percibiendo la pasión que calaba hondo en él, siendo consciente de los nuevos sentimientos que ambos albergaban por el uno y el otro.

—¡Te amo, Sasuke!

—Y yo a ti, Usuratonkachi...

 

...

 

La preocupación reflejada en los rostros de la mayoría de los invitados se hizo notar. Gaara trató de mantenerse firme a la espera de su prometido, él sabía que Naruto jamás se retractaría de su compromiso para con él, le conocía en demasía y se fiaba en la entereza de sus palabras.

—¡No hay rastro de Naruto en ningún sitio! —el escándalo del selecto grupo de shinobis retumbó en los oídos del pelirrojo, con brusquedad giró su rostro en dirección al ambu para exigir con su fría mirada una explicación.

—Hemos seguido el protocolo de búsqueda, pero el rastro de su prometido es desconocido, Kazekage-sama. —el pelirrojo se acercó exasperado al asiento de Tsunade, sospechando en un posible complot para evitar su boda con el doncel.

—¡Estoy completamente seguro que tienes que ver con la desaparición de mi novio, Godaime! —Tsunade mantuvo su completa serenidad, sin mostrar culpabilidad de por medio. Sonrió con elegancia haciendo enojar al pelirrojo, mientras éste refrenaba el impulso de manifestar su ira.

—Puedo tomar tus palabras como una amenaza, Kazekage. Ten cuidado con lo que mencionas, no querrás desatar una guerra por faltarle el respeto a la actual líder de Konoha. —Gaara observó con minuciosidad los gestos apacibles de la rubia en busca de una mínima expresión que le delatara.

—Una acusación verídica no dicta de amenaza, Godaime. Además, tengo el derecho de suponer y hacer las conjeturas que me parezcan al conocer tu total desagrado hacia mi compromiso con Naruto.

—Si mi nieto recapacitó a tu chantaje emocional, no es precisamente porque mi persona tuviese que ver en el asunto; de hecho, no pienso negarte que intenté persuadirlo horas antes para que desistiese en cometer semejante error. —Tsunade sonrió con arrogancia, provocando la furia del varón de cabellos rojos, quien le miraba con cierto deje de rencor. —Sin embargo, a lo que a mi concierne, no ordenaré a mis shinobis en iniciar una búsqueda para dar con su paradero. Naruto ha sido lo bastante directo en reafirmar que este matrimonio no se llevará a cabo.

—No necesito de tu ayuda para encontrar a Naruto, él se casará conmigo con o sin tu intromisión, Godaime. Solo te advierto que Konoha se verá envuelta en un gran escándalo que me encargaré personalmente de difundir, afectando la reputación y estatus de la aldea. —el bermejo habló gobernando por la rabia, logrando enfurecer a la rubia. No obstante, ignoró cualquier reacción o comentario mordaz por parte de Tsunade para dirigirse únicamente a sus shinobis y ordenarles regresar a Suna, he iniciar una exhaustiva pesquisa encabezada por él.

 

...

 

Con un imponente atardecer rodeándolos, Sasuke en compañía del rubio finalmente habían llegado al lugar destinado por el moreno, La Zona Neutral. La pequeña ciudad separaba la frontera de Konoha de las demás aldeas ninjas, alejada de la hostilidad y batallas continuas del mundo shinobi. Dicho poblado no seguía los estatutos de jurisdicción del sistema feudal, como también la demarcación absoluta de la Aldea Oculta de la Hoja.

El sitio conocido con el nombre de Zona Neutral, es una ciudad que se caracteriza por acoger a los pobladores que se oponen a las normas del sistema feudal y sus líderes, no contribuyen en la política ninja, oponiéndose en los mandatos de justicia shinobi para con el resto, considerándose un lugar prospero de igualdad, donde la mayoría de los ciudadanos coexisten de forma pacífica y sin enfrentamientos de por medio.

—Nunca he venido a este lugar, Sasuke. —el rubio musitó asombrado, caminando con paso cauteloso de no pisar su lustroso kimono. ­—Desconocía que existiesen estos poblados, siempre pensé que era un mito.

—No lo es, Naruto. Cada aldea ninja dentro de las Cinco Grandes Naciones tienen este tipo de ciudades para acoger a personas que se oponen a las normas del mundo shinobi. —Sasuke rodeó con uno de sus brazos la delgada cintura de su ahora novio, besando las peinadas hebras doradas del doncel. —Karin y Suigetsu nos esperan, pero antes quiero entregarte algo preciado por mi familia, Usuratonkachi.

El rubio observó con detenimiento a su apuesto varón, mientras el propio Sasuke buscaba en uno de los bolsillos de su pantalón la pequeña cajita aterciopelada que guardaba recelosamente. Se acercó a Naruto con la firme intención de hacer lo correcto, apoyándose con una rodilla sobre el suelo rústico y sin apartar sus oscuros ojos de las gemas azules del doncel, recitó la frase que siempre deseó decirle a su amado...

—¿Quieres casarte conmigo, Naruto? —el moreno pronunció aquellas palabras de compromiso, alegrando el joven corazón del doncel, mientras que el rubio se limitó a asentir frenético luego de salir de la estupefacción. Se arrojó a los brazos de Sasuke para besarlo con verdadero gozo, recibiendo a través de la muestra de cariño el sentir del varón de cabellos brunos.

Con la seguridad que distinguía a Sasuke, el moreno tomó con firmeza la delicada mano del doncel, depositando un pequeño beso en el dorso, para más tarde retirar la ostentosa joya que permanecía en el dedo anular de Naruto, colocando el actual anillo que se les entregaba a los varones Uchiha como muestra de amor y fidelidad a sus respectivas parejas.

—Quizás todo esto ha sido improvisado, pero mis sentimientos por ti son reales, Usuratonkachi.

—Lo sé, Teme. Sin embargo, estoy sumamente feliz de saberme correspondido y alagado por entregarme una joya que ha pertenecido a tu familia. —el rubio comentó con la emoción brotándole por los poros, observando el hermoso anillo de oro, adornado con un llamativo zafiro en el centro.

Naruto tomó el anterior anillo sobre su dedo con la intención de hacerle frente en un futuro a Gaara y ofrecerle sus más sinceras disculpas. Ahora él debía disfrutar de su felicidad con su pelinegro, permitiéndose ser egoísta por una vez en la vida.

Ambos se adentraron al portal de la pequeña ciudad, siendo recibidos por una histérica pelirroja y un burlón Suigetsu, quien se dedicó enteramente a ofrecerle sus condolencias a la joven mujer de lentes por el futuro casamiento del pelinegro y el rubio.

—Hicimos todo lo que nos pediste, Sasuke-kun. El líder de la Zona Neutral espera por ustedes para llevar a cabo la ceremonia de matrimonio. —Karin comentó con resignación al observar la felicidad de la pareja; de hecho, la pelirroja familiar lejana de Naruto, se sintió extrañamente feliz por saber que el rubio revoltoso sería la persona correcta del atractivo pelinegro, deseándoles en silencio dicha y prosperidad por el resto de sus vidas.

—Naruto, no es necesario que te cases con el amargado de Sasuke. Si quieres puedes huir conmigo y seremos felices. —Suigetsu movió sinuosamente sus blancas cejas, haciendo reír al rubio doncel, mientras que el moreno ignoró el comentario del peliblanco. Karin por su parte golpeó con un fuerte puñetazo al bromista varón, alejándolo de la cercanía del menor.

—Tenías todo muy bien planeado, Teme. Desde el secuestro hasta el casamiento con testigos incluidos. —Sasuke solo se limitó a sonreír con arrogancia, entrelazando su mano junto a la de su pareja.

—Si pensaba raptarte horas antes de que acudieses a tu propia boda, debía darle el uso adecuado a ese vestuario ostentoso que cargas puesto. Lo correcto es que te tome como mi esposo, Usuratonkachi. —Naruto solo lo miró con aquellos ojos azules expresivos, que demostraban el infinito amor que sentía hacia el moreno, apegándose al cuerpo del varón.

—Supongo que tienes razón, Sasuke...

La sencilla ceremonia se llevó a cabo en el recinto del líder de la Zona Neutral, siendo un conocido cercano a Sasuke, puesto que el azabache realizaba trabajos de protección y espionaje en el poblado, ganándose la entera confianza de su actual gobernante. El dirigente de la tranquila ciudad, no se negó en auspiciar la boda de los jóvenes enamorados.

La pareja recitó sus votos, teniendo como testigos a dos de los exintegrantes de Taka, quienes dieron el visto bueno para aceptar la unión. Con las firmas de ambas partes y ofreciéndole el debido respeto al líder de la pequeña ciudad, obtuvieron la validez legal de su matrimonio. Nadie con la potestad del propio sistema feudal o inclusive el o la Hokage, tendría el poder de romper con el compromiso del moreno en una Zona Neutral. Sasuke había pensado en cada detalle que pudiese llegar a ocurrir, si en caso tal, quisiesen abolir su formal relación con su ahora esposo, Uchiha Naruto.

—Les deseo lo mejor en su matrimonio... —Karin inquirió con sinceridad, recibiendo un amable gesto de agradecimiento por parte de Naruto, mientras que Sasuke solo asintió con la cabeza.

—Al igual que Karin, también les manifiesto mis buenos deseos; de hecho, quisimos regalarles la estadía en una acogedora casa alquilada para que disfruten de su noche de bodas. —Suigetsu habló con coquetería, mirando al ruborizado doncel, quien ocultó su rostro en el fuerte pecho de su esposo.

—Gracias, Suigetsu y Karin. Les agradezco el apoyo a ambos. —tanto la pelirroja como el varón de cabellos blancos, sonrieron asombrados por el sincero agradecimiento de Sasuke, los dos conocían la actitud altanera del azabache para agregar un gesto de respeto a sus semejantes, le restaron importancia y dejaron a la joven pareja en la cercanía de la preciosa casa afueras del bullicio del pueblo.

Naruto miró asombrado el hermoso jardín que se encontraba decorado con varias especies de plantas llamativas, el camino de piedras realzaba la belleza de la modesta casa de un nivel, rodeada de árboles de gran altura.

—¡Es hermosa, Sasuke! —el rubio chilló emocionado, ansioso por conocer el interior de la vivienda, con su mano apretujando el brazo de su esposo, le dejó momentáneamente para que éste le diera el acceso a su temporal hogar.

El moreno sonrió enternecido por la actitud infantil de su revoltoso doncel, acercándolo a la confinidad de su cuerpo, para más tarde levantarlo sin esfuerzo aparente y hacerse con un sonoro beso en la mejilla. No obstante, Naruto rio ligeramente avergonzado, ayudando al pelinegro abrir la puerta de madera y afianzar el asir de sus brazos en el cuello del varón.

La pareja inspeccionó el acogedor sitio, alegrándose a partes iguales de lo que sus ojos veían. La casa contaba con una pequeña sala adornada con algunos muebles, un juego de comedor a su costado derecho y siguiendo con la misma línea, una modesta cocina con los distintos utensilios, más un baño al final del pasillo.

Sasuke caminó con su preciada carga hacia la habitación matrimonial, donde ambos cruzaron miradas apenados al ser testigos de la cantidad de velas aromáticas y pétalos de rosas que se encontraban dispersos en el piso de madera, como también en la propia cama. El moreno dejó el cuerpo de su esposo sobre el mullido colchón, observándole con detalle.

—No quiero que te sientas presionado, Usuratonkachi. —con las mejillas arreboladas, el rubio miró totalmente seguro a su esposo, él siempre deseó pertenecerle de todas las formas posibles a Sasuke y ahora no sería la excepción de que sus anhelos se hiciesen una realidad.

—No me siento de esa manera, Sasuke. Todo lo contario, deseo únicamente estar contigo. —las palabras del rubio resonaron como eco en los oídos del moreno, dejándose embaucar por la presencia agraciada de su inocente doncel.

Las masculinas manos del pelinegro, acariciaron con la mayor delicadeza posible el rostro sonrojado del blondo, detallando sus finas facciones y enterneciéndose por las imprevistas reacciones. Con la pasión centellante haciendo acopio en sus jóvenes cuerpos, se permitieron reconocerse a través de las ropas, descubriendo por medio del sutil tacto las figuras contrarias. Cómplices como dos amantes bajo el manto de la seducción, se sonrieron con amor, continuando con los besos interminables, dejándose envolver por el desenfreno del instinto, capaces de explorarse íntimamente y ser los primeros en apreciar la conexión pasional que surgió de forma inmediata.

Sasuke fue paciente en deshacerse de cada ostentosa capa de aquel kimono que vestía el doncel, despojó con cuidado el ropaje de su esposo, siendo cuidadoso en sus acciones. Tanto él como el rubio se adentraban a una nueva vorágine de deseo, compartiendo el brote de lujuria que se reflejaba en sus miradas.

Con movimientos torpes y el ansia de revelar el cuerpo de su apuesto varón, Naruto intentó de forma trémula retirar el poncho que cubría gran parte del torso trabajado del moreno, recorrió con sus finos dedos la piel nívea de Sasuke, una vez logró con ayuda propia del azabache, despojarlo de sus molestas prendas, ruborizándose inmediatamente por el atractivo que despedía la presencia fuerte del Uchiha. Talló sus pectorales con admiración, bajando hacia el abdomen marcado por el constante entrenamiento al que se sometía el pelinegro y dibujar de sus labios una grácil sonrisa de inquietud, al observar la empinada erección que se asomaba orgullosa entre las piernas robustas de su esposo.

La calidez con que Sasuke y Naruto se exploraban por medio del tacto, generaba la confianza íntima como pareja, entregándose a ese acto de consumación total, donde ambos aprendían a descubrir aquella necesidad de sentirse. El moreno miró extasiado la figura desnuda de su doncel, acariciando la estrecha cintura que se ocultaba a través de las holgadas ropas que vestía el rubio con regularidad. Descendió a esas caderas ligeramente pronunciadas para continuar el sendero compuesto por un pequeño miembro lampiño rebosante de excitación y unas torneadas piernas acaneladas atrayentes para cualquier varón.

Los besos apasionados y profundos acallaban los gemidos descontrolados del rubio, al percibir la mano de su esposo cernirse sobre su sexo húmedo, moviéndose con parsimonia, torturándole en el indecoroso deseo de pedir por más. La boca lujuriosa del Uchiha atendió los erguidos pezones del doncel, atrapando entre sus labios uno de aquellos montecitos sensibles, deleitándose del sabor de la piel suave y olorosa a jazmín de Naruto.

Los cabellos dorados dispersos sobre la almohada y su cuerpo removiéndose desesperado por los toques sutiles de Sasuke, tensaban sus músculos contraídos por el placer. Inquieto al querer hacer sentir bien a su pelinegro, se permitió olvidar su timidez, situándose encima de su marido para besarlo con la pasión contenida, introduciendo su lengua en la cavidad bucal, mientras sus redondas nalgas rozaban el palpitante enhiesto del Uchiha, quien tomó con firmeza las caderas serpenteantes del doncel para frotarse con mayor intensidad, haciéndole jadear en el acto.

—Sasuke... —la voz entrecortada del rubio resonó tenue en aquella habitación, citando ávidamente el nombre del varón, para dejar ir un audible sollozo por el cúmulo de emociones que albergaba en el pecho. Gritar y jadear con menester al sentir la succión en su virilidad, entumecieron cualquier rastro de conciencia. Naruto chilló tembloroso, aferrándose a las sábanas y mordiendo sus labios con cada sorbo por parte del pelinegro. Los dedos tanteaban aquel canal de los donceles, situado en medio de los pequeños testículos y el recto, con la finalidad de traer al mundo a sus bebés. El moreno detalló el orificio, acariciándolo con lentitud e introduciendo un dígito en la estrecha cavidad, ganándose un erótico suspiro que le hizo sonreír de satisfacción.

—Me quiero enterrar en ti, Usuratonkachi... estoy deseoso de tenerte a mi merced. —el pelinegro murmuró seductor en el oído del rubio, mordiendo suavemente el lóbulo para palpar con su hombría la hendidura lubricada, rozándose con la cadencia tersa del movimiento de su pelvis y la contraria, notando la ansiedad del rubio, rogándole con gestos y súplicas.

Separó ampliamente las piernas de Naruto, dilatando mediante sus largos dedos el agujero recubierto de unos minúsculos labios donde percibió los jugos de excitación del doncel, escuchándole maldecir con voz queda, necesitándole con desesperación. Sasuke retiró sus dígitos, colocando el glande en posición para profanar la virgen entrada en una estocada certera. El gemido lastimero se hizo oír por parte del blondo, manifestando su aturdimiento de dolor con arañazos en la ancha espalda del moreno y una mordida primitiva en el hombro, compensando la incómoda sensación de la primera vez.

—No me moveré hasta que me lo indiques, Naruto. —el pelinegro habló con esfuerzo al sentir las paredes cálidas del rubio, oprimirle deliciosamente el miembro. Levantó su mano retirando los mechones dorados pegados en la frente del doncel para depositar besos en el compungido rostro, intentando contrarrestar el dolor provocado a su amado.

—Hazlo Teme... muévete...

Aceptando la petición de su esposo, Sasuke embistió con fuerza el estrecho pasaje, arrancándole con premura un jadeo ahogado a su joven esposo, moviendo sus caderas con tal frenesí, disfrutando de la grata sensación de calor que envolvía su masculinidad. Naruto se aferró a los hombros del moreno, sintiendo el cambio de dolor a una bruma de placer que nubló su mente, gimiendo sin reparo y correspondiendo al ritmo errático de los embastes del pelinegro.

Certero y preciso, las estocadas de Sasuke llegaban a las profundidades maravillosas del doncel, el fuego sexual recorrerle de pies a cabeza, añadiendo los roncos sonidos guturales que salían de la boca del moreno, enloquecía a Naruto. El rubio murmuraba frases ininteligibles producto del sofoco y las arremetidas constantes de su pelinegro, terminando por arquear la espalda, mientras gritaba, sintiéndose lleno.

Con un movimiento rápido, el moreno situó al hermoso doncel encima suyo, deleitándose de su sensualidad sugerente, deseaba ser el espectador principal donde Naruto le cabalgaba excitado, reclinando los brazos sobre su pecho, mientras él veía como el agujero lubricado de su esposo se tragaba su hombría. Sus manos inquietas sobaron con total descaro las nalgas firmes y voluptuosas, colando sus dedos en el orificio que él debía desvirgar.

—Voy a joderte por todos lados, Usuratonkachi. —con la voz mucho más ronca de lo usual, Sasuke profanó la hendidura rectal con sus dedos, mientras Naruto abría sus ojos azules con sorpresa, moviéndose sobre la dura polla y siendo preso de la lujuria creciendo en su interior. Los dígitos adentrándose y el pene del moreno hundiéndose con afán, dándole el entremés del verdadero placer.

—¡Oh Dios! —el grito desesperado del rubio, borró cualquier indicio de control en el pelinegro, arremetiendo con voracidad, devorando su cuello y dejando marcas de propiedad hechas solo por él. Los besos apasionados con mordidas de por medio se intensificaban con el calor corporal en su máxima plétora. El sudor bañando sus cuerpos y los latidos incesantes de sus corazones, actuaban con el impulso de alcanzar la plenitud entre movimientos infalibles.

El moreno apretó con ambas manos la cintura del doncel, levantándolo de su dureza y fundirse en la cavidad anal, dando de lleno en el punto dulce de Naruto. El sonido del chapoteo constante resonaba en la pieza, acompañada de suspiros y gritos saciados de deseo, previendo su pronta venida, cosquillando sus cuerpos. Por su parte el blondo tomó una de las manos del pelinegro, uniéndola a la suya para sentir el brote de su liberación, manchando su vientre, mientras el Uchiha volvía a salir de él, arremetiendo con un par de embastes más su canal de fertilidad, llenando por completo el cálido interior con su abundante esencia. El colosal orgasmo hizo acto de presencia en el cuerpo del mayor y en la figura menuda de su pareja, quien gimió aletargado por los efectos del clímax.

Agotados por el reciente acto, el Uchiha atrajo a su adorado rubio a la cercanía de su figura, arrullándolo con amor, le amaba infinitamente y se sentía dichoso de descubrir aquellos sentimientos por su Naruto. Ambos compartían mimos entre besos y curiosas caricias luego de su apasionada entrega, donde se demostraron de forma íntima lo que siempre anhelaron concretar, ser uno a nivel físico y emocional...

 

...

 

Trazando un plan de búsqueda, el pelirrojo líder de Suna, se sentía furioso. Le costaba creer que su amado Naruto le hubiese traicionado. Según las investigaciones de los ninjas con facultades olfativas de su aldea, lograron detectar el aroma de cierto ninja renegado que él conocía a la perfección. No necesita descifrar qué significa aquel acto de burla para su persona. Lo sabía y era anuente de ello, su rubio había huido con el Uchiha.

—¡No me interesan sus malditas opiniones!... ¡Quiero a Naruto y al bastardo del Uchiha vivos o muertos! —colérico como se encontraba Gaara, el conjunto de ninjas bajo las órdenes de su líder, se retiraron inmediatamente para organizar la búsqueda intensiva de los dos fugitivos que el propio pelirrojo se encargaría de eliminar...

Notas finales:

No veremos en el cap final de este three shot, aún no he podido constestar su reviews del cap anterior, pero lo haré en cuanto tengo un chance, de hecho, debo agradecerles por las aceptación de este pequeño fic, solo lo hice por simple capricho y no pensé que tuviese una buena acogida ahaha

Nos estamos leyendo!!!


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