Cap. 10 Adiós, Yuuta
El ansiado día del festival de primavera había llegado... todo había salido absolutamente mal. Por los nervios culposos que tenía Yuuta había apenas pegado el ojo, se había levantado con unas ojeras nivel DIOS. Luego en el desayuno, se tropezó con una esquina del mesón y tiró la olleta con el té que Nayuki había estado preparando, gracias a Dios este aún no estaba tan caliente, sino habría sido un accidente bastante grave. Luego al salir con todos los trajes que las hermanas de Nayuki habían confeccionado, se golpeó con una puerta provocando que la caja rodara por unas escaleras, que quien sabe de donde salieron, botando todo hasta el primer piso y si no fuera por Kuuga, Yuuta habría sido parte del desparrame de ropa escalera abajo.
- Basta, es suficiente – dijo exasperado Tengeji – acaso quieres matarte, quédate sentado en esa silla y no hagas absolutamente nada. – lo empujo hasta lograr sentarlo en un rincón
- Pero.. yo también quiero ayudar a preparar todo – respondió levantándose de inmediato
- No. Ayudarás más si no haces nada – sentencio nuevamente sentándolo a la fuerza
- Es cierto Hoshitani, es mejor que esperes a que todo es listo, además las hermanas de Nayuki deberán maquillarte para esconder esas terribles ojeras.- Kuuga trató de sonar lo más amable que pudo
- Pero…
- Nada de peros, solo quédate ahí – reprendió un malhumorado Tengenji
Luego de luchar por casi 20 minutos, las hermanas de Nayuki pudieron por fin disimular bastante bien las ojeras de Yuuta. Ahora solo bastaba terminar los últimos arreglos al vestuario, revisar las luces y ajustar sonidos. 15 minutos más y la presentación daba inicio.
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Las luces del escenario brillaron desde lo alto, nuestras 5 estrellas estaban a punto de salir a dar su presentación, pero cierto joven tenía sus ojos viajando por todo el teatro buscando a una persona en especial. Si antes se sentía nervioso por la presentación que para la cual no se sentía complemente preparado por culpa de cierto peliblanco, que había confundido y lastimado su frágil corazón; ahora era peor y por irónico que fuera, era ese mismo peliblanco que ahora necesitaba verlo y sentir que de una u otra manera no los había dejado a su suerte y aunque sea desde las sombras los vigilaba y velaba por su presentación.
- en 30 segundos inician – comentó uno de los jóvenes que ayudan con la preparación del evento
- pero no lo veo – comentó Yuuta
- ¿a quién buscas con tanto esfuerzo? – preguntó Kuuga, sabía perfectamente a quién estaba buscando, pero a pesar de que no quiso hacerlo, sonó bastante obvio, sin embargo, solo se ganó silencio por parte de su amigo
- él no vendrá, Hoshitani. Crees tú que después de habernos dejado a la deriva en plenas prácticas, él se va a atrever a aparecerse por aquí? Es más, que ni lo haga porque aunque sea un superior voy a meterle un golpe por descarado y sin vergüenza. – recriminó Tengeji, su humor iba cada vez peor
- Tengeji!! – Tsukigami trató de reprenderlo pero ya era tarde, el staff prácticamente los empujo al escenario y salieron pronto antes de que el telón se levantara. Todos estaban con unas caras de no exactamente felicidad, así que rápidamente tomaron posiciones y la música empezó a sonar.
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Mientras nuestros muchachos intentaban brillar en el escenario. El peliblanco, que había abandonado todas sus esperanzas con el castaño, ahora estaba en su vieja oficina que ocupaba cuando formaba parte activa del consejo estudiantil.
Había una gran caja junto a él y en ella estaban algunas cosas que solía utilizar en su vida estudiantil. Miraba con extrañeza contenida lo que lo rodeaba. Quizá no era la forma en la que él hubiera querido irse. Quizá y lo que estaba haciendo era precipitado. Pero en este punto de la vida, marcharse era lo único que podía hacer ahora que sus esperanzas estaban rotas. Ser odiado más de lo que ya era, por parte de la persona que más amas en la vida es algo con lo que uno no puede vivir. Era demasiado doloroso pensar que su joven amor, que el joven que había seguido sus sueños por él, por admirarlo, por haberlo visto aquella lluviosa tarde en ese mini escenario improvisado en aquel parque, y a pesar de que Yuuta aún no sabía que la persona que admiraba era él, Otori Itsuki; ahora lo odiara. No quería estar ahí cuando Yuuta se enterara de que ese joven admirable era él, el que lo había abandonado en pleno camino a cumplir sus sueños por su debilidad, por dejarse dominar por el amor que le tenía a ese joven y no saberlo enfrentar como el hombre que decía ser. Qué clase de senpai era! Que frustrante.
- Otori – ingreso su hermano al salón, aunque no quería demostrarlo, Tsubasa estaba afectado por la fatal decisión que Itsuki había tomado. Aunque mil veces habló y otras mil intento convencerlo, no logró nada para hacerle cambiar de opinión. Ahora solo veía tristemente como su hermano, que una vez fue separado de su lado, ahora nuevamente se alejaba, y lo peor era saber que por cuenta y decisión propia.
- Ya llamé un taxi, llegará en unos 10 minutos - le respondió sin verlo
- Su presentación apenas empieza, deberías por lo menos verlos antes de que esta concluya – comentó como quien no quiere la cosa, pero sabía perfectamente que su hermano moría de ganas por verlos brillar aunque sea sin su presencia, sobre todo al muchacho que le había robado el corazón
- No puedo, acaso quieres que me deprima más?- respondió un poco molesto
- No lo decía por eso. Pero deberías despedirte. ¿acaso quieres destrozarle más el corazón al saber que te fuiste y no te despediste? – preguntó entrando en desesperación disimulada
- Lo destrozaré más si me quedo – respondió cabizbajo
En ese día estaba programado su viaje a Inglaterra. Había hecho lo posible por viajar antes, en verdad, aunque no quería irse hasta unos días después de la presentación de sus pupilos, de verlos disfrutar ese momento y aunque sea desde las sombras ver la sonrisa de su amado mientras cantaba y luchaba por sus sueños (claro que él pensaba que Yuuta estaba excelentemente bien, mientras estuviera en un escenario; cosa que obviamente no es así), su mente le decía que mientras más saliera de Japón era mejor. Su corazón y su cabeza no estaban acordes desde hace algunos meses.
Un claxon lo sacó de sus pensamientos. No notó el tiempo volar mientras terminaba de sellar una última caja.
- Me ayudas a bajar esto? – dijo con una media sonrisa
- Lo haré. Aunque sabes que no quiero que termines de esta manera – se acercó, agarró una caja más pequeña y una maleta. Salieron del salón y tratando de evitar de toparse con la mayor cantidad de gente caminaron por los pasillos hasta salir del edificio con destino al coche que se encontraba estacionado en la entrada del mismo.
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Durante toda la presentación Yuuta hizo lo que dentro de su poca concentración pudo, gracias a Lion la descoordinación y desafinación en ciertas partes de la canción no se notó como al principio, pero algo en su forma de bailar era extraña y eso se sintió en el público por lo que al finalizar la presentación, los aplausos no fueron como se hubiera esperado. Había salido “bien” pero no excelente.
Bajaron del escenario y se encontraron con Lion que durante toda la presentación estaba animándolos. Sin embargo Yuuta al verlo, este lo miró con tristeza, se acercó a su lado y susurró algo en su oído
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- ¿estés seguro de que esto es lo que quieres?- pregunto Hiragi a su hermano
- no, no es lo que quiero. Pero es lo correcto – contesto subiendo sus últimas maletas al taxi
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“Otori se está yendo a Inglaterra”
No daba crédito a lo su senpai le había dicho. Yuuta corría por los patios y pasillos de la academia, lo más rápido que podía. Tenía que alcanzarlo. Nunca en su vida había odiado tanto estar en una escuela tan grande.
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- Bueno, al parecer eso es todo – dijo y sonrió sombrío a su hermano
- Ten un buen viaje Otori – Hiragi se acercó y abrazó a su hermano – de verdad no quisiera que termine de esta manera
- Yo tampoco, pero no puedo soportarlo. Me duele todo esto, mi plan es con el tiempo olvidarme de él. Te avisaré cuando llegue a Inglaterra. Cuídate Tsubasa- separándose del abrazo de su hermano, abrió la puerta del vehículo, entró en el, cerró la puerta y el motor se encendió
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- Con permiso!! Háganse a un lado- gritaba Yuuta. Faltaba tan poco. Según le dijo Lion-senpai, Otori-senpai estaba en la entrada principal lo más probable es que estaba esperando por el taxi que lo llevaría al aeropuerto internacional de Narita. Tenía que llegar… tenía que… ¿Qué era lo que haría?... ¿detenerlo? ¿despedirse?... no sabía, solo tenía que por ahora llegar, llegar a su lado.
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- Al aeropuerto de Narita, por favor – pidió amablemente al chofer, este cambio de marcha y aceleró el vehículo. Dio media vuelta y se dirigió fuera de la academia
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*espera por favor senpai* *tengo que llegar* - 20 metros más y estaba en la puerta principal de la academia
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*Había oído que el amor duele, pero nunca imaginé que tanto* era lo único que Otori tenía en su cabeza, recordaba los momentos que pasó con Yuuta y lo feliz que fue. Si tal vez se hubiera guardado sus sentimientos y los hubiera controlado, tal vez podría estar en ese mismo momento celebrando la impecable presentación de sus pupilos.
Miró por el espejo retrovisor y su corazón se hizo pequeño al sentir cerrar ese capítulo y dejar lo que ahora sería parte de su pasado atrás. El taxi terminaba de dar vuelta alejándose por la avenida.
- ESPERAAA!! OTORI-SENPAI!! – gritó el castaño. Pero era ya era demasiado tarde.
Itsuki cerró sus ojos y exhalando un suspiro dijo:
- Adiós, Yuuta