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Una canción, el inicio de todo por HIkari Aome Nikoru

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Cap. 12 El inicio en Inglaterra

Dos semanas más habían pasado, en las que Ootori se había dedicado entre legalizar su cupo la Real Academia de Artes de Londres y asistir a clases como estudiante de intercambio. Tenía un tiempo límite de 20 días para ponerse al corriente en lo que llevaban de clases, que por suerte no era más que mes y medio, por lo que consideró que esos 20 días bastarían para igualarse. Entre ir y venir del departamento de intercambio, hablar con el rector de la academia, e intentar unirse a un grupo académico se había ido el tiempo volando.

La particularidad de esta Academia era que cada 3 meses realizaban un concurso de aptitudes musicales. Y al terminar este tiempo, se volvían a reasignar grupos. Sin embargo cada “evento” tenía una parte importante de ponderación sobre la nota total. Nada más que un 40% de calificación. Si Ootori no conseguirá unirse pronto y empezar  ensayar con su grupo pues simplemente tendría que quedar suspenso a clases recuperadoras y por ende aplazar su graduación. Eso sin contar el tremendo problema que se armaría con su padre y abuelo. Por lo tanto hacía todo lo posible por intentar hacerse de compañero de cualquier persona y pedir que lo dejaran ingresar en su grupo.

Sin embargo no era tan fácil como parecía. Había escuchado que los Londinenses y en general que los Ingleses eran personas de poca confianza en los demás y bastante cerrados, por no decir fríos y de interés particular. Por lo que nadie le daba la suficiente confianza como para poder permitir acercarse e integrarse a un grupo. En ello ya se hallaba casi 6 días. Pero bien dicen que el que persevera alcanza y el séptimo dia, una muchacha latina se le había acercado a conversar. Ella había visto la casi desesperación y frustración del japonés por tratar de integrarse en algún grupo. Por lo que confiando en su intuición se acercó a Ootori para conocerlo más y permitirle integrarse a su equipo.

-          Tu eres el nuevo – le dijo en su particular inglés con acento latino

-          Si soy yo. Mi nombre es O…Ehm Itsuki – debía recordar que en el resto de países las personas se trataban por sus nombres, más no por sus apellidos

-          Un gusto, me llamo Rebeca. Así que lo que dicen los rumores era cierto. – dijo ella sentándose muy junto al peliplata

-          Que rumores? – a esa clase de acercamiento no estaba acostumbrado

-          Simple, que nos llegaría un apuesto japonés a la academia. Pero nunca pensé que serías muchísimo más guapo de lo que imaginé – con su mano acarició suavemente su rostro

-          Ehmmm.. g-gracias – Itsuki estaba un poco descolocado. Generalmente era él quien se insinuaba a las mujeres no al revés.

-          He visto que andas en busca de compañeros para el concurso y, cariño, hoy es tu día de suerte. Te voy a incluir en nuestro equipo - diciendo esto se levantó de su lugar, se acercó nuevamente al rostro de Ootori poniendo un su dedo índice en su mentón y con el pulgar acaricio sus suaves labios; estando en esa postura se podía apreciar la espectacular figura de la latina, sobretodo cierta parte que se dejaba ver del no tan pronunciado escote que estaba usando - pero antes debes demostrar que tan bueno eres en el escenario. – y con un guiño se alejó de él.

Ootori estaba que no reaccionaba. Ver aquella parte de la anatomía de la muchacha, lo había dejado boquiabierto.

-          Vienes cariño? – al notar que el muchacho no la seguía se giró sobre sus pies y con su sensual voz lo llamó

-          S-si… voy – Mentiría si dijera que no estaba nervioso. Era la primera vez que se encontraba ante la raza de esa mujer. Había salido con muchas japonesas y unas dos inglesas, sin embargo era la primera vez que se topaba en general con un latino. Y sobre todo con una mujer latina. Según lo que le habían comentado era que los latinos eran “pura sangre”, la mayoría orgullosos de su raza, ya que eran personas que luchaban contra todo si era necesario para llevar a cabo sus sueños y metas. Que eran personas unidas a su familia, además de tener una belleza natural y sus cuerpos eran bastante bien dotados. Ahora que la veía bien, Rebeca entraba perfectamente en su descripción de un latino. Su piel trigueña, su cabello cobrizo y sus ojos entre verdes y cafés, la hacían una mujer bastante atractiva, eso sin mencionar el cuerpo que se cargaba. Sus largas y bien dotadas piernas, sus anchas caderas contrarrestaban su delgada cintura. Luego estaba su espalda y su cuello, que no se podían apreciar bien por el largo cabezo ondulado, que a la vista se veía sedoso y brillante. Sí, ella entraba perfectamente en la descripción de “latino”.

Rebeca pudo notar la manera en que Ootori la miraba, como entre sorprendido y nervioso por la manera de ser de ella, cosa que le alagó mucho, y le dio más confianza con el japonés.

Ootori jamás negaría que aquella mujer estaría dentro de las fantasías de muchos hombres y mentiría si dijera que a él mismo le había movido un poco el piso. Pero su corazón y su mente solo pensaban en el joven que se había obligado a abandonar en Japón. Ninguna mujer y ningún hombre que conociera se iban a poner a la altura de su hermoso y amado Yuuta; sin embargo alejó sus propios pensamientos antes de que volviera a deprimirse por el pasado que dejó atrás, como lo había estado intentando recordar en este mes y medio en Inglaterra.

Luego de caminar por uno de los jardines, entraron al segundo edificio de la Academia, donde se encontraban los salones de clases, laboratorios, salones de práctica y el anfiteatro donde se llevaban a cabo todos los eventos de la academia. Al final de uno de los tantos  pasillos de la academia, se encontraba el aula que pertenecía al tercer año de prepapratoria, aula de Ootori y Rebeca.
Al ingresar se encontraron con el resto del equipo. Fue ahí que Ootori se dio cuenta que todos los que componían ese equipo eran estudiantes extranjeros.

-          Ven te los presento – dijo Rebeca acercándose a los demás – Chicos, él es Itsuki, es el nuevo. A partir de hoy vamos a incluirlo en el equipo – la manera de exponer  esto último no dejo tiempo a nadie  de oponerse. Y básicamente era decisión tomada.

-          Vaya así que eres tú el que llamó la atención de nuestra líder – comentó un muchacho alto y rubio.

-          Así es Chris – interrumpió la latina interponiéndose entre Chris y Ootori, antes de que el primero lo analizara hasta los huesos.

-          Él es Christofer Dumont, estudiante de intercambio francés. Lleva en la academia desde primero de preparatoria. – Explicó Rebeca

-          Un placer – estiró su mano hacia Ootori

-          El placer es mío – respondió el peliplata

-          Ella es Emilia Astor, oriunda de Alemania. – Junto a Chris se encontraba una muchacha piel extremadamente blanca. Ojos celestes y cabello rubio platino.

-          Dime Emilia, por favor. Llevo estudiando desde sexto de primaria – Ella era una de las extranjeras más antiguas, pero por su carácter bastante tranquilo y reservado, no tenía demasiados compañeros ingleses.

-          Oh, mucho gusto

-          Ellas son las gemelas españolas Karina y Alicia Fernández, llevan en la academia desde el año pasado. Digan hola chicas

-          Hola – respondieron en coro las alegres españolas

-          Ho..hola- respondió Itsuki

-          Y por último y no menos importante él es Julián Rivadeneira, traído directamente de México a principios de este año, al igual que yo – Rebeca se detuvo junto al joven mexicano y posó su mano sobre su hombro. – Al ser ambos latinoamericanos tenemos más en común que con los europeos, sin embargo todos somos buenos compañeros.

-          Ya veo – sim embargo Ootori estaba curioso sobre la nacionalidad de la muchacha. Julián pudo notar esto

-          Ella es Rebeca Montiel, nacida en Ecuador, pero de padres colombianos, por lo que vivió desde los 2 años en Cali, Colombia. - *este muchacho es bastante perceptivo* pensó Ootori.

-          Bueno yo no me he presentado mi nombre es Ootori Itsuki, bueno para ustedes sería Itsuki Ootori. Acabo de incorporarme a la escuela hace mes y medio. Soy japonés, sin embargo tengo ciertas raíces inglesas. Es un placer conocerlos y formar parte de este equipo.

-          Hey! Hey! Primero lo primero. Al ser extranjeros, los ingleses creen que nuestras raíces no son lo suficiente como para poder triunfar como artistas, por lo que nosotros hemos estado ensayando a diario para poder callarles la boca esos cultos y “aburridos” ingleses. Por lo que antes de estar completamente en el equipo deberás demostrarnos que es lo que puedes hacer en el escenario. Hoy por la tarde te esperaremos en el salón azul, ese es el salón que nos fue designado para nuestras prácticas.

-          Después de ello – interrumpió Chris – te presentarás y yo seré quien te evalúe para ver tus aptitudes como cantante – dijo el extravagante francés

-          Conjuntamente con Emilia – recalcó la colombiana – no solo tú lo evaluarás Chris – dijo en tono serio al muchacho

-          Oh, lo sé, mademoiselle – con la coquetería natural del francés respondió el rubio

-          Espero estés listo Ikki – dijo la gemela mayor Karina

-          Ikki? – se sorprendió ante el diminutivo apodo

-          Es un pomo complicado pronunciar Itsuki, por lo que te diremos Ikki – completo la gemela menor Alicia

-          Me gusta – agregó Rebeca

-          Me parece - bien respondí Emilia – Julián tienes alguna objeción?

-          Ninguna – respondió serio

-          Esta decidido, desde ahora serás Ikki, el japonés

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Ya entrada la noche, nuestro joven peliplata se encontraba tirado en su cama. Aun se sentía agotado por el largo día que había tenido. Sin embargo estaba tranquilo ya que su audición para ingresar al equipo había sido todo un éxito. Aunque Chris se había portado un poco quisquilloso al evaluarlo, supo reconocer que el nivel del japonés tenía como artista era muy bueno; y con la aprobación de Emilia, Ootori había ingresado oficialmente al grupo.

Ahora su única preocupación era tratarles de tomar el paso a sus compañeros y prepararse para el examen de aptitudes que se encontraba a pocos días de llevarse a cabo. Aprovechó la tranquilidad de la noche para llamar a su hermano Tsubasa y comentarle que ya se había instalado. Después de todo no había tenido ningún tipo de comunicación con personas de su natal Japón desde el día en que partió de la Academia.

Se levantó para tomar su celular, que ya tenía banda internacional, marco el discado nacional de Japón y el número de su hermano. Luego de cuatro tonos, contestaron del otro lado.

-          Vaya, hasta que por fin te dignaste en llamar- contestó su molesto hermano

-          Esa es la manera en la que tratas a tu hermano Tsubasa? – sonrió un poco el mayor ante la seria voz de su hermano

-          No es más de lo que merece alguien de quien no hemos sabido en más de un mes – elevó la voz

-          Colgaré si no te calmas Tsubasa – respondió un poco cansado de la seriedad de la conversación

-          Espera! – arremetió un poco asustado de que la llamara se cortara – es solo que he estado preocupado – continuó más calmado y sumiso

-          Lo sé y lo siento, no ha sido mi intención. Ha sido un poco difícil este tiempo, entre abrir la banda a mi celular para tener comunicación, legalizar los papeles del traspaso, y encontrar un grupo para el examen de aptitud artística se escapó el tiempo entre mis manos y no había podido llamarte – la frustración de todo el trajín vivido se notaba e su voz – pero aquí estoy – respondió más animado – y estoy bien. Como están las cosas por allá? – preguntó

-          Pues si preguntas por mi, estoy bien, ahora que no tengo que cuidar de ti, ya tengo más tiempo para el trabajo de la Academia – respondió con una leve sonrisa el peliazul

-          Eso fue cruel Tsubasa- rio un poco

-          Ahora si lo preguntas por los demás, Lion te extraña demasiado y Akatsuki ya no tiene a quien criticar – respondió tratando de sonar más serio.

-          Vaya, al parecer si me extrañan

-          Pues más de lo que te podrás imaginar – Tsubasa había puesto su mirada en la ventana

-          Mándales mis saludos y diles que me encuentro bien… Tsubasa lamento no haberme comunicado antes – volvió a su postura inicial

-          No tienes de que disculparte, un intercambio lleva tiempo y lo entiendo. Además de que estábamos enterados que a pesar de los contratiempos en el vuelo pudiste llegar a Londres y al Academia. Nuestro padre se lo había pedido como un favor especial al director de allá que nos informara el momento en tu arribo.

-          Oh, así que me seguían el paso

-          Exacto, si te desviabas de la trayectoria lo hubiésemos sabido – rio un poco para molestar a su hermano

-          Vaya, entonces en hora buena que no me decidí en subirme al avión con destino Hawaii – ambos rieron nuevamente

-          Tsubasa…. Y…. c-cómo está él? – la tensión se volvió a sentirse

-          Pues… un poco desanimado, por lo que lo he visto, pero asiste a sus clases con regularidad – Tsubasa no se encontraba en la mejor posición, tuvo que mentirle. Inventar que Hoshitani estaba bien para ocultar la verdad en la que Yuuta había estado ausente por 4 días de la Academia y al regresar se presentó frente a Tsubasa a presentar una carta para retirarse de la escuela.

FLASHBACK

Conversación entre Tsubasa y Yuuta

-          Así es Hiragi-senpai, quiero retirarme de las escuela

-          Eh? Porque?

-          Es una decisión personal que quiero que no sea interrogada

-          Sabes que dejar la academia a estas alturas del año no te permitiría ingresar a otra escuela para proseguir con tus estudios.

-          Lo sé, por ello esperare a que un nuevo periodo escolar empiece para volver a ingresar en mi antigua escuela.

-          Pero y tu sueño de ser cantante?

-         

-          Espero que esta decisión no sea por el hecho de que Ootori se haya retirado de la Academia

-          … - Yuuto no refutó

-          Mira Hoshitani-kun, a veces en el camino, perdemos a personas que son importantes para nosotros y que de una u otra manera nos ayudaron a construir y avanzar hacia nuestras metas. Sin embargo no podemos dejar que nuestros objetivos dependan de esas personas. Y eso es algo que no voy a permitir, como presidente del consejo estudiantil y representante de la academia no puedo dejar que los estudiantes que tienen un talento nato y un buen futuro lo den a perder por las situaciones de la vida.

-          P-pero…

-          Hoshitani-kun, no puedo dejar que renuncies a esta escuela. Personas como tú, son esenciales para el prestigio de nuestra institución.

-          Solo lo hace por eso, solo por el prestigi…

-          SIN EMBARGO, - interrumpió – no solo lo hago por la academia, sino también por ti. Eres demasiado talentoso como para quedarte rezagado en otra institución que por buena que sea no podrá explotar tus virtudes como artista.

-          ES QUE USTED NO ENTIENDE – lágrimas empezaron a descender de sus ojos – SIN EL, NO PUEDO ALCANZAR ESO QUE TANTO QUERÍA. UNA PARTE DE MI QUIERE IRSE DE ESTA ESCUELA, QUE TODO LE RECUERDA A EL. PERO OTRA PARTE DE MI QUIERE QUEDARSE Y NO ABANDONAR

-           Hoshitani-kun … Mira, no voy a aceptar tu renuncia a la escuela, lo que sí puedo hacer es suspender tu programa de idol y regresarte a una de las aulas con un programa académico normal. – Tsubasa había visto tan roto al joven, que la única solución que le encontraba era esa.

-          Usted puede hacer eso? – preguntó un Yuuta hiposo

-          Si, sin embargo una vez que se haya hecho esto, será imposible que regreses a tu actual programa. Si aceptas todo terminará. Y si quieres convertirte en un artista, la academia no te respaldará en ningún sentido, ese camino tendrás que forjarlo tú mismo de algún otro modo- Sus palabras habían sido duras y tajantes

-          …

-         

-          Está bien, acepto – aquellas tres palabras sentenciaron el final de un sueño, que ya había muerto en el momento en que su amado Ootori se había marchado.

FIN DE FLASHBACK

-          Tsubasa!! – Ootori lo había estado llamando ante el silencio repentino del peliazul

-          Dime – respondió un poco sorprendido por el grito

-          Como que dime, estabas perdido en tus pensamientos… ¿Acaso paso algo con Yuuta? – preguntó temeroso de una negativa como respuesta

-          No nada… - realmente no pasaba nada malo con el muchacho, estaba yendo “normalmente” a clases así que eso no lo consideraba malo. Lo importante es que había conseguido que el menor no dejara sus estudios. Así haya tenido que recurrir a una salida que tampoco estaba muy gustoso, pero eso era mejor que nada. Además de que sentía como tonto, el saber que Yuuta correspondía a los sentimientos de su hermano, lo hacía sentirse como tonto e incómodo, sin embargo él no podía mediar en la situación, uno era porque ahora estaban demasiados distanciados y dos, que la situación correspondía a que ellos la solucionaran, si eso es lo que realmente querían.

-          ¿Estás seguro? – un poco dudoso pregunto el peliplata

-          Si seguro… pero dime ¿Qué tal la academia en Londres? – preguntó para cambiar de tema

-          Frio, no solo el clima, sino también la gente. – respondió – Aunque ya he podido conseguir un equipo para el concurso de aptitudes, que por cierto fue difícil.

-          ¿Así? Y, ¿cómo lo conseguiste? – pregunto intrigado. El hecho de que a su hermano se le haya complicado entrar en un equipo con el registro vocal y la experiencia que tiene quiere decir que Inglaterra es un país exigente.

-          Pues realmente me reclutaron, y para poder ingresar al equipo me hicieron una audición. Mentiría si te dijera que no estaba nervioso y que de cierta manera me sentía como un novato. Como la primera vez que audicioné para Ayanagi. – esto último hizo que involuntariamente la imagen de Yuuta se viniera a su mente.

-          El haberte hecho audicionar significa que los ingleses no se confían de nadie.

-          Te sorprenderás al saber que no estoy en un equipo inglés exactamente.

-          ¿Ah no? ¿Entonces?

-          Personas extranjeras

-          ¿Eh?

-          Si, la líder es colombiana, hay dos gemelas españolas, un mexicano, un alemán y un francés.

-          Vaya que peculiar combinación

-          Si… pero creo que esta mezcla de razas pienso que nos da un plus en cuanto a calidad vocal.

-          Esas diferencias pueden ser su ventaja

-          Si... pero vaya inicio en Inglaterra….


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