Tres semanas habían transcurrido de la presentación de Ootori junto al grupo y resultaron en segundo lugar. Su presentación había sido muy buena, sin embargo según los jueces faltaba algo para compenetración total del grupo y que deberían aprender a combinar todas las cualidades diferentes y poder crear una mezcla explosiva sobre el escenario. Sin embargo felicitaron a Itsuki por su primera presentación desearon que siga evolucionando.
A pesar de que el resultado no había sido el deseado, el grupo se encontraba tranquilo con su presentación, luego del examen y durante esas semanas, se habían dedicado 100% en corregir los errores y combinar de diferentes maneras las múltiples características nativas de cada uno para poder relucir entre el resto de grupos ingleses; por lo que la discusión que había surgido minutos antes de su presentación había sido zanjada y olvidada por todos.
Al ver la determinación que tenía Itsuki para hacer todo, simplemente lo dejaron ser y únicamente se comunicaban con él por temas profesionales, por lo que cuando se terminaban las prácticas o reuniones de planificación de estrategia, el peliplata simplemente se alejaba y se metía en el resto de estudios.
Se había creado entre él y Rebecca una relación un tanto extraña. En varias ocasiones se encontraban en diferentes lugares y al ver que estaban solos dejaban que corrieran sus bajos instintos, no obstante no era un noviazgo formal. De cuando en cuando se veía a los dos jóvenes con diferentes personas de manera "romántica". Según el pacto tácito que se había desarrollado era que ambos podían salir con cuantos se les diera la gana, sin embargo con ninguna de esas parejas tendrían sexo; ese tema había sido acordado por Rebecca, a modo de protección según le comento a Ootori, de ser el caso de que alguno de los dos quisiera tener sexo con otra persona debían decirlo y en ese momento se terminaría esa "relación que mantenían".
Itsuki simplemente había asentido a la "condición" de la joven, tampoco es que él quisiera volverse tan bajo como para danzar de cama en cama siempre que pudiera; y por parte de la joven simplemente no había encontrado un sexo tan bueno como el que se lo daba el japonés.
A partir de allí los estudiantes siguieron en sus actividades normales y con prácticas grupales recurrentes.
En Japón.
Había pasado un mes desde que Yuuta asistía a sus clases normales. Se había hecho de compañeros en el salón que no tardaron en reconocer a la estrella y cuestionarle el porqué de su existencia en el salón de los estudiantes comunes y corrientes; a lo que Yuuta respondía que se había dado cuenta que no tenía el talento suficiente para poder seguir una carrera musical y que quería dedicarse a otra cosa en el futuro. Estas respuestas no convencían del todo a sus compañeros; y varios rumores: como que había discutido con su antiguo grupo y que sufría acoso por parte de Ootori, no se hicieron esperar. Sin embargo el joven trataba de no poner atención a todas las cosas que decían para evitar deprimirse de nuevo y seguir con sus estudios lejos de los escenarios.
Durante ese tiempo no había sabido nada de Ootori, había cortado la comunicación completa con su hermano desde que supo que Itsuki estaba en Inglaterra y que simplemente ni siquiera había preguntado por el bienestar del más joven.
Tsubasa se había enterado de la relación clandestina y desinhibida que tenía con aquella latina de nombre Rebecca, por lo que prefirió ocultar aquella parte de la historia a Yuuta. Un "no ha preguntado por ti" o un "casi no hablo con él" era lo único que podía contestar a las, en un principio, constantes preguntas del castaño por su cobarde hermano. Como decirle que Ootori tenía una relación de sexo con una muchacha en Inglaterra por puro despecho sentimental. No podía. Simplemente no podía terminar de destruir al joven que dejó sus sueños ante la partida de Itsuki. Por lo que a partir de ese día, no había vuelto a ver a Yuuta.
Todos seguían sus vidas de manera igual, Stardust no era lo mismo sin Yuuta, sin embargo había logrado acomodarse y seguir practicando. El más afectado era Natsuki, no había vuelto a sonreír desde el día de la discusión, ni tampoco sabía nada de su excompañero de habitación. Su actitud simplemente había cambiado con todos, más reservado, más callado, más serio; ese era el Natsuki que se veía deambular por los pasillos de la academia.
Tsukigami y Tengenji aún mantenían su relación, el tema de Yuuta había quedado cerrado ante una fuerte discusión en la que Tengenji le reclamaba a Tsukigami el porqué de querer ir a ver al ex líder del grupo. A lo que el peliazul le contestaba que estaba preocupado por el estado anímico de su amigo.
FLASHBLACK
- Te digo que solo quiero ver cómo está – reclamaba el peliazul
- No tienes que hacerlo, él fue quien nos abandonó – contradecía su novio
- Si pero no es razón para no saber de él, tú no sabes cuánto sufre.
- Pues fue él quien eligió sufrir, bien pudo haberse quedado con nosotros y dejar que lo ayudáramos a recuperarse de la partida de senpai. Además está siendo dramático.
- ¡Tengenji como puedes ser tan egoísta!
- Solo soy realista, es un extremista cabeza dura.
- ¡Tengenji!
- Suficiente de este tema, ya muchas veces te he dicho que me molesta que discutamos por una persona que no tiene nada que ver con nosotros, con esta relación. Te das cuenta que siempre que peleamos es por la culpa de ese.
- Pero... -
- Nada de peros. Es la última vez que tocamos este tema. Estoy harto de todo esto. Ambos somos talentosos y no podemos seguir de esta manera, tenemos metas que cumplir y no voy a dejar que nadie se interponga en ellas.
- ¿Ni siquiera yo?
- Te conozco, sé que jamás te interpondrías entre mis sueños y yo. Así que no preguntes estupideces.
- No son estupideces.
- Ya basta Tsukigami.
- Está bien, no voy insistir más... Además, te quiero demasiado como para interponerme en tu camino
- Lo sé, no lo harías. Así como yo jamás me interpondré.
FIN FLASHBACK
A pesar de la fuerte discusión que tuvieron Tsukigami había ido a buscar a Yuuta una tarde antes de la práctica que solían tener normalmente el grupo. Sin embargo, no pudo llegar a hablar con él, sí lo había visto, pero no pudo acercarse. Le había dado la impresión que el ojiverde no se encontraba del todo bien; su alegría característica había desaparecido y el brillo en su mirada se había esfumado.
Logró hablar con unos compañeros de su mismo salón y ellos le comentaron que cuando lo conocieron pensaban que era una persona más alegre y sociable, sin embargo se habían equivocado y que era una persona parca y sin brillo. "Realmente no sé cómo una persona con una personalidad así pudo llegar a formar parte de un grupo bajo el mando de Ootori-san" fueron las palabras de unos de los muchachos con los que conversaba.
Su impresión era verdadera, el alegre Yuuta se había ido y solo había dejado un vacío muchacho.
Con el ánimo un poco caído, el peliazul regresó a la práctica. Kuuga lo había visto extraño, se acercó a cerciorarse y Tsukigami le comentó que había visto a Hoshitani y que no era el mismo de antes. Le pidió que no se lo contara a nadie ya que no quería que, sobretodo, Tengenji supiera de su escapatoria. Kuuga acepto guardar silencio.
En Inglaterra
Ootori apenas y se despertaba de un largo sueño. A su lado el cuerpo de Rebecca se removía incomoda ante los pequeños remesones que sentía a causa del movimiento que ocasionaba el peliplata al levantarse de la cama. Una buena sesión de sexo fue lo que tuvieron. Se dirigió al baño a lavar su cabello, estaba pegajoso y detestaba eso.
Abrió la ducha y dejo recorrer agua tibia en sus músculos haciendo que todo el sudor se deslizara. Recordó a Yuuta. Su sonrisa, sus ojos, su voz. Quisiera escucharlo de nuevo. Pensó en llamar a su hermano, pero desde ese día se juró no volver a saber nada de Japón. Quería empezar de nuevo, pero se detenía ante la sola idea de que ese nuevo inicio conllevara a dejar absolutamente todo el pasado, no solo las cosas malas, sino también las buenas. Los recuerdos, sus logros, sus estudios, su idioma. Absolutamente todo.
POV OOTORI
*Estoy consciente que si lo hago, mi vida quedaría vacía... Más de lo que está*
FIN POV OOTORI
- ¿Gatito, por qué no nos duchamos juntos? – las suaves manos de Rebecca se deslizaban por sus brazos, mientras que sus labios besaban su espalda. Aquellas acciones desviaron a Ootori de sus pensamientos
- Rebecca
- ¿No te gustan mis caricias? – preguntó "inocentemente" la muchacha – Sabes que hacerlo en la ducha es delicioso
- A veces me pregunto si eres ninfómana – alejándose de los brazos de la muchacha se decidió por tomar su toalla con claras intenciones de irse
- Jajaja que gracioso, claro que no soy ninfómana, pero el sexo contigo es tan rico que no me importaría hacerlo siempre.
- Estás loca.
- Por ti, sí. Sabes gatito, si dejaras de pensar en tu querido Japón, crecerías y llegarías muy lejos. Tienes mucho talento, créeme no se lo digo a cualquiera.
- Cállate, no sabes nada.
- Tal vez... lo que sí sé es que mientras no dejes el pasado a donde corresponde, nunca podrás madurar.
- ¡Rebecca!. No tienes tu suerte.
- Hey, tranquilo. Era un simple comentario
- Ahórratelos
- Está bien, está bien. Lo que menos quiero es que esta linda carita se frunza, eres muy guapo como para andar todo amargado. Pero bueno, no quieres tener otra ronda justo aquí, decía la muchacha mientras manoseaba su cuerpo bajo la regadera, e invitaba de manera sensual al japonés.
- Tentador, pero no gracias. Por hoy es suficiente.
- Está bien gatito, nos vemos después – diciendo esto se acercó al joven, le apretó las nalgas y lo besó corta, pero profundamente.