El profesor es un idiota
Cuando tenía cinco años mis padres dijeron que mis tíos iban a casarse, sería una celebración muy bonita, con muchas luces, decoraciones y comida, entre otras cosas, sería en un lugar muy amplio, vería a mis primos, esos que adoro y que tenían casi mi misma edad, e incluso algunos cuya existencia desconocía, además podría estar despierto hasta tarde, nada podía faltar ese día, creo que yo mismo esperé la boda más que mis tíos, sin embargo, todo puede salir mal; tenía que usar un traje, no podía correr bien con él ya que me quedaba hecho a la medida y no podía estirarme bien, no podía estar en el suelo ya que no podía ensuciar mi ropa, la comida era extraña y sabía mal, no entiendo cómo a los adultos le gustaba, además no pude estar con mis primos ya que me dediqué a saludar gente y posar para fotos toda la noche, para empeorarlo aún más, hacía mucho calor y tenía sueño. Nada podía podía ser peor, Vanitas y yo nos mirábamos sumamente decepcionados, no queríamos estar ahí, lo esperamos mucho tiempo y luego nos lo arrebataron de las manos, fue una de las peores noches de mi vida, y así me sentí luego de que el profesor terminó de dar los detalles de aquel viaje.
Debo admitir que en ese momento yo también me emocioné; un viaje con mis amigos, no importaba a dónde fuera o para qué, no había modo de que eso saliera mal, pero (como ya es usual) me equivoqué; en el momento en que dijo que el ''paseo'' era obligatorio algo empezó a oler mal, este profesor tiene una habilidad especial para arruinar cada día de mi vida y también este viaje, podía ser algo emocionante, pero no, iremos a buscar piedras, malditas piedras que serán objeto de una unidad de estudio sobre los tipos de rocas y su respectiva formación. En realidad iremos a un lugar por donde recientemente explotó un volcán tapando completamente un pueblo, estará todo árido y desértico, puede ser un buen lugar para perderse y preocupar un buen rato al profesor, además los de la otra clase también han venido con nosotros, estoy seguro que Tidus, Axel y Vanitas estarán de acuerdo, Naminé y Roxas me apoyarán buscando algo de privacidad y los demás se unirán como parte de una ''Aventura'', que se jodan esas rocas y el maldito profesor.
El resto de la semana fue algo extraña, Axel estuvo de muy mal humor, cada cosa que le decías era respondida de mala gana o simplemente bufaba. Xion sólo se dedicó a mirar el piso y suspirar melancólicamente. Roxas y Naminé ni siquiera se percataban de nuestra presencia y al parecer hambre no pasaban. Vanitas y Ventus estaban más juntos que nunca, de hecho vi a mi hermano reír dos veces en un solo día, podía dar miedo su cambio de actitud y lo permisivo que era con él, Ventus siempre se colgaba de su cuello o le pedía favores que estoy seguro nunca en su vida me haría a mí, supongo que mientras Vanitas esté feliz es lo mejor para todos. Por su parte creo que Kairi se ha sentido algo abandonada ya que no se ha despegado de mí, de hecho ahora mismo vamos en el bus y ella está sujetada a mi brazo mientras escucha música, por el momento trataré de hacer que se sienta mejor, ya que Naminé ni siquiera la nota y Xion está sumida en sus pensamientos.
- Alumnos, su misión será recolectar por lo menos 3 tipos de rocas diferentes, no se alejen mucho y vayan siempre en grupos, nos reuniremos en 3 horas. - Escuche las palabras del profesor a lo lejos, realmente cada vez tenía menos ganas de estar aquí, pondría en marcha mi plan.
- Oigan, gente, tengo una propuesta que hacerles. - Dije con tono malicioso.
- ¿A todos?, ¿No será sólo a Kairi? - Dijo Tidus dejándome confundido.
- No entiendo. - Dije inocentemente mientras Kairi se veía decepcionada.
- Eres un idiota, Sora. - Mencionó Roxas mientras se reía.
- Miren quién se dignó a hablarnos. - Axel se veía muy molesto.
- No entiendo por qué estás tan enojado, cuando te enamores entenderás. - Roxas tomó a Naminé de la mano y ambos se miraron con cariño, Axel bufó una vez más, ya está siendo costumbre.
- No a todos les resulta tan bien, Roxas. - Xion y Kairi lo dijeron al mismo tiempo, se miraron y ambas bajaron la cabeza, suspirando, Vanitas me miraba diciéndome ''Estúpido'' con la mirada y Ventus estaba igual de confundido.
- Basta de esto, todos se ven cabizbajos desde hace tiempo, es por ésto que su querido amigo Sora les tiene una interesante propuesta; exploremos este lugar, alejémonos lo suficiente y no volvamos hasta preocupar a ese viejo, hagamos de este viaje una experiencia más memorable que sólo buscar rocas. - Dije seguro de mi mismo, y tal como lo pensé, Axel, Tidus y Vanitas se veían entusiasmados.
- No lo sé, Sora, podríamos meternos en problemas, deberíamos hacer lo que nos dijeron. - Kairi me miraba suplicante y Xion también.
- Yo también creo eso. - Ventus y Naminé hablaron al mismo tiempo.
- Pero no hay de qué preocuparse, todo por aquí es igual, podemos simplemente decir que nos perdimos, también podemos recolectar rocas por el camino, ese maldito profesor se quedará sin alma hasta que nos encuentre, además, quizás encontremos algo interesante entre las piedras, solía haber un pueblo por aquí después de todo, será divertido. - Tidus no pudo haberlo dicho mejor, las miradas de todos tenían cierto brillo, incluso Axel sonreía de medio lado después de tanto tiempo, ciertamente me cae bien.
- Nada más que decir entonces, ¡Nos vamos! - Saltó Ventus mientras arrastraba a Vanitas, ellos dirigían el camino, luego seguíamos yo y Naminé y más atrás venían Axel con Xion y Tidus claramente evitando mirar hacía atrás para no toparse con esa pareja de tortolitos, todo resultó mejor de lo que pensé.
El resto del camino hacia ninguna parte Kairi y yo conversábamos para pasar el rato, Tidus hacía comentarios sobre la pareja de atrás causando molestia en Axel y Xion, la cual prefirió centrarse en ayudarnos a todos a encontrar rocas, por lo que cada cierto tiempo nos deteníamos, aunque también todos nos dedicábamos a contar historias y anécdotas sacándonos carcajadas a todos, Ventus y Vanitas se unían a la conversación también, los toques de humor negro de mi hermano junto con la gracia infantil de Ventus ayudaron a suavizar aún más el ambiente, cuando lo vi a él y mi hermano tomados de la mano me sorprendí un poco, Vanitas no es de la clase de persona que deja que siquiera lo toquen, pero al parecer estaba a gusto, no quería preguntar nada porque todos se veían muy felices, de hecho está pareciéndose a como todos éramos antes, es mejor dejar las cosas como están y seguir caminando sin rumbo.
- Miren allá. - Ventus nos indicaba con el dedo mientras miraba con asombro una pequeña construcción, parecía una casa muy simple hecha de madera.
- ¿Cómo es posible que esa casa esté aquí? - Preguntó Vanitas. - Es imposible que sobreviviera a la erupción, además nadie construiría una casa en medio de la nada. - continuamos avanzando todos juntos.
- Es casi como si quisieran ocultar algo. - Tidus se veía inquieto y comenzó a correr. - Vamos ya.
Que intrigante resultaba el hecho de ver una pequeña choza de madera construida en medio de la nada, supongo que a todos nos atrajo el hecho de qué podría haber estado ahí, toda la situación emanaba un olor a peligro que nos llamó, después de todo, ¿Qué podía salir mal?, estábamos todos juntos y éramos un grupo de 9 personas, ''nada podía pasarnos'', eso pensamos todos al unísono, tan al mismo tiempo que casi podía escucharse, pero nos equivocábamos, una vez más la vida me demostraba que todo podía salir mal, al momento de estar todos dentro de la cabaña y buscando por algún punto de luz íbamos a sacar nuestros celulares, pero ni a eso nos dio tiempo, sentí golpes y como todos a mi alrededor iban cayendo uno a uno, intenté preguntar qué pasaba, pero algo golpeó mi cabeza, y luego, todo se vio negro.
◆◆◆
Luego de no sé cuánto tiempo logré abrir mis ojos, mi cabeza dolía y además de la falta de luz estaba demasiado mareado como para enfocar correctamente, sentí mis manos y pies atados, además del dolor de estar sentado en una rústica silla de madera.
- Chi... Chicos... Kairi... Tidu- No logré terminar pues sentí el ruido de unos pasos a mi lado.
- Miren quién despertó, por fin alguien con quien hablar, tus amigos eran muy molestos, pero al parecer ya se cansaron de hacer ruido. - Me dijo una voz masculina, logré ver la cara amordazada de Naminé siendo sostenida por una mano, de sus ojos sólo caían lágrimas y no hacía ningún esfuerzo por liberarse, escuché como Roxas comenzó a desesperarse en su asiento, moviéndolo y haciendo toda clase de ruidos ahogados por lo que supongo también él tenía una mordaza. - No te subleves, enano, deberías entender tu posición. - Roxas dejó de moverse.
- ¿Quién eres? - Pregunté rápidamente, no quería que mi voz comenzara a sonar temblorosa.
- ¿Si te dijera mi nombre sabrías quién soy? No me conoces, por si te lo preguntas tampoco yo a tí, ni tengo un motivo para hacer esto. - Dijo en un tono serio y arrogante.
- ¿Qué le vas a hacer a mis amigos? -
- ¿A ellos? Já, estás amarrado de pies y manos a una silla, no sabes dónde estás ni qué te pasará ¿Y aún así te preocupas por ellos antes que por ti mismo?, ordena tus prioridades, enano. - Su rostro se dirigió a mí, comenzó a mirarme fijamente y por fin podía enfocar, era un chico alto, delgado y músculoso a la vez, aunque llevaba una gabardina negra y larga pude darme cuenta, se veía más o menos de la edad de Axel y Vanitas (Quizás más que menos), pero lo que más me llamó la atención fue su cara; era muy fina, sus ojos estaban cubiertos por una venda y aún así parecía moverse bien, además su plateado cabello le llegaba hasta los hombros.
- Entonces, ¿Qué vas a hacernos? - Estaba comenzando a irritarme.
- Sinceramente no tengo idea, la verdad es que nunca había tenido a tantas personas para mí a la vez. - Sonreía de un modo extraño, me daba asco. - Además tus amigas gritonas me estresaron, nada más verme comenzaron a gritar, no es como que se me note en la cara que soy un enfermo, realmente bendigo al ser que inventó las mordazas, no sé cómo puedes ser amigo de personas como ellas. - Dijo con ira al momento que golpeaba a Naminé, Roxas comenzó nuevamente con su pataleo, el chico de la gabardina volteó su cabeza hacia él y Roxas se quedó quieto.
Éste tipo es un idiota
- ¡A las mujeres no se les pega, idiota! - Dije con toda mi ira, luego me dí cuenta de mi posición, estaba débil y sentí miedo, una de esas asquerosas sonrisas se mostró.
- Me sorprende que a estas alturas creas que tendré algún reparo en golpear a alguna de tus amigas, pero más me sorprende tu valentía. -
- Tu sonrisa... me da asco. - Mi comentario fue horriblemente contraproducente, debo estar en shock o algo así, el chico comenzó a carcajear.
- Eres muy interesante, enano. - Comenzó a acercarse y tomó bruscamente mi cara con su mano. - En otras circunstancias te hubiera matado sin dudarlo, te ves... - Parecía como si quisiera decir algo, pero se arrepintiera de ello. - desagradable. - Y lo dijo.
- ¿Vas a dejarnos ir? - Al momento de decir eso escuchamos ruidos lejanos, era como un grupo de personas buscándonos, llamándonos. Todos comenzaron a levantar sus cabezas y moverlas inútilmente en un intento de escuchar mejor.
- Al parecer así será, una lástima que tenga que dejarte ir. - Se inclinó a la altura de mi oído y susurró. - Soy Riku.
Luego de éso, se levantó, hizo un gesto con la mano que identifiqué como despedida, caminó y simplemente se dejaron de escuchar pasos. La puerta de entrada se abrió, dejando entrar una cegadora luz, seguida de policias y la aliviada expresión de nuestro profesor, intenté voltear para ver la expresión en la cara de aquél chico al ser encontrado, pero no había nada más que la aterrada cara de algunos de mis amigos, esa persona había desaparecido completamente en el aire, dejándome atónito, confundido y con la sensación de que la puerta hacia la experiencia más interesante de mi vida estaba recién abierta.