Cuando recuperó la conciencia, lo primero con lo que se encontró fue un terrible dolor de cabeza, y lo siguiente fue un escozor en su ojo izquierdo.
Soltó un gruñido leve e intentó abrir lo ojos, siendo su acción un completo fallo. Una tela, prenda, no sabía con exactitud lo que era, le impedía abrir los ojos; además de molestarle la nariz por el olor pestilente que aquella cosa aemitía.
Estaba sentado, recostado en una silla. Intentó levantarse, lo que terminó en un intento fallido notando que sus manos y piernas estaban atados a las braceras de la silla y las patas de la misma.
-¿Qué ...?
-Quítenle el calcetín de la cara- habló de repende una voz.
Inmediatamente la prenda le fue desprendida de su rostro, permitiendole abrir los ojos, o el intento de uno, y observar su alrededor. Comenzó todo borroso, pero a medida a que su vista se acostumbraba a la oscuridad de la habitación en donde estaba, se dio cuenta de que, sin lugar a dudas, estaba atrapado.
"Interesante deducción, estupido", pensó Matt, parpadeando algunas veces. Fue entonces que cayó en la realización de algo.
-Espera...¿calcetín? - preguntó extrañado el pelirrojo.
-¡El que hace las preguntas aqui soy yo! - le respondieron.
-Osea, si, si, todo lo que quieras, pero en serio, ¿un calcetín para cegar al secuestado? - preguntó con algo de gracia, no notando la gravedad de la situación.
Entonces, frente a él se prendió una lámpara. La luz no estaba dirigida directamente a su rostro, lo cual agradeció mentalmente, pero si le fastidio un poco la repentina acción.
Mihael Keehl, en todo su glorioso y repugnante ser, se acerco a pisotadas fuertes contra el suelo a él, quien le miraba extrañado y algo divertido. Su mirada estaba llena de furia, y en contraste con las sombras que la luz le provocaba, se veia algo intimidante. Sus labios estaban curvados hacia abajo, en una mueca extraña, sus dientes cerrados y chirriando levemente.
-¡Escuchame bien, imbecil, yo que tú cerraria esa boca inmediatamente antes de que te-!
Alguien, oculto entre las sombras, se aclaró la garganta, e interrumpio al rubio de seguir con su amenaza. Cuando captó la atención de los dos, ese alguien habló.
-Uh, joven Keelh, debería calmarse un poco, ¿ha tomado ya sus-?
-¡¿Y a ti que te importa?! - respondió, gritando.- ¡Todos ustedes, salgan de aqui! ¡Fuera, fuera! - volvio a gritar Mihael, enfurecido. - ¡Vayan a revisar las camaras, puertas, al perro, no sé pero largo!
Se escucharon algunos murmullos antes de que detras de él se abriese una puerta. Habrá calculado unas 8 personas saliendo de la habitación por las sombra que se reflejaban en el suelo gracias a la luz externa de la habitación, todos parecian tener cuerpos de gorilas gigantescos. Finalmente la ultima persona salió y cerraron la puerta.
Hubo un pequeño silencio, y Matt se encontró quedándose poco a poco dormido sentado en una habitación desconocida frente al niño que investigaba y que acababa de secuestrarlo.
No estaba seguro de si su situacion era algo ironico o no, le resultaba algo divertido que él los papeles se hayan invertido de repente. Mihael soltó un largo suspiro, captando su atencion. Le vio inhalar y exhalar exageradamente unas cuantas veces mientras le daba la espalda.
-Mihael Keelh, diesiseis años, padres ocupados y distantes - comentó Matt en voz aburrida. - Testarudo, grosero e impulsivo, por no mencionar que a veces actuas como idiota.
El rubio se giró rapidamente, cruzandose de brazos y observandole con un ceño fruncido.
''¿A que quiere jugar este tipo?'', pensó Mihael, recuperando su compostura.
-Mail Jeevas, veinticinco años, huérfano. - respondió, provocando que Matt se atorase con sus palabras por un segundo. - No tan inteligente como pensé, algo estupido y con muy malos reflejos. Tu ojo es la prueba. ¿Investigador, acosador? Dimelo tú.
-Huh, así que no fui el unico que investigo en documentos personales, ¿Como obtuviste esa informacion, si no te molesta en responder?
Mihael dio unos pasos hacia adelante, posicionandose frente a él a una distancia prudente, no interfiriendo en su burbuja personal.
-Tengo mis metodos -contesto sin importancia. - Ahora, lo que me gustaria saber de una vez es, ¿porqué llevas siguiendome tanto tiempo? ¿Es por el dinero? Normalmente estas situaciones son a causa por el dinero. Pideme cuanto quieres para dejarme en paz.
-¿Me vas a quitar esto? -le preguntó el pelirrojo, estirando las manos para captar su atencion. - Son algo incomodas.
-¿Estas siquiera escuchandome, estupido? -preguntó el rubio, volviendo a hacer una mueca.-¿Porque demonios me seguias? ¿No es mas facil pedir el monto que quieres e irte?
-Niño, escuch-
-Mello.
Matt dio un suspiro.
-Bien, Mello, - el sobrenombre del niño rodo por su lengua con disgusto – no es por tu dinero, si eso es lo que te preocupa, es por algo mas grande que eso.
-¿Que es mas grande que el dinero mismo, ah?
Matt no respondió. Suficiente tuvo con soltarle que no era por su dinero, y entonces dificil no le seria para Mello resolver este conflicto.
Este no era su trabajo, era el de Light. Le daba tantas ganas de gritar y patear todo, pero simplemente no podia.
El pelirrojo estudio por un segundo la expresion de Mello, quien parecia estar en un conflicto interno.
-Entonces...si no es por el dinero, - comenzó, Matt asintio sin prestarle tanta atención- es entonces porque...¡Eres un maldito pedofilo!
-Exactamen- ¿Qué?
Mello fruncio el ceño y rapidamente le mandó una patada a su pecho, tirando la silla hacia atras junto con todo el cuerpo del pelirrojo.
-Tú y tus compañeros me las van a pagar - soltó con colera, rodeandole como depredador. Pateo la pata de la silla, sin siquiera hacer contacto con él. -Ahora, dulces sueños, imbecil.
Lo ultimo que vió, fue un puño yendo directamente a su cara antes de caer inconciente.
''Otra vez no.''
////////////----------///////////
Eran las 9 de la noche cuando volvio a recibir otro correo de parte de Matt, un día despues de su secuestro.
Light estaba que echaba humo por las orejas, metaforicamente. Ryuzaki no era de mucha ayuda tampoco, actuando como si nada importase. Actuando comos sí todo se fuese a resolver con normalidad.
Cuando abrió el correo, el pelinegro ya estaba a un lado suyo, mordiendo su dedo pulgar con ansias. Light rodó los ojos ante su actitud infantil.
-Mira, es Matt y Mihael otra vez - comentó Ryuzaki, señalando la pantalla.
En la imagen aparecían Matt atado a una silla con sus dos ojos morados y parecía desmayado, junto con Mello sonriendo pertubadoramente a la camara sacando el dedo medio. Debajo de la imagen habia una pequeña descripcion.
''Malditos pedofilos de mierda. Los voy a encontrar, y cuando lo haga desearan nunca haber puesto los ojos en un Keelh.''
-¡¿Que demonios le ha dicho Matt para que el niño reaccionara así?!
Ryuzaki se encogio de hombros, tomando una paleta y metiendoselo a la boca.
-Sea lo que sea, ya no hay vuelta atras. Mihael Keelh se esta metiendo dentro de un campo en donde lo unico que encontrará, seran cenizas –dijo Ryuzaki, mirandole a Light. - ¿En que piensas, Light?
-En que necesitare otra aspirina.