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Persiguiendo Sueños por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Ni Pokemon ni Yu-Gi-Oh! Me pertenecen, son de sus respectivos creadores Satoshi Taijiri y Kazuki Takahashi. Yo solo los utilizo y junto en mis locas ideas de fan-girl-medio-fujoshi xD.

 

15.  Triatlón Pokemon. Equipo uno, Equipo dos. Equipo azul, Equipo rojo.

-o-

Con los preparativos del evento final encima, las caras felices de entrenadores y pokemons reflejan los maravillosos momentos que todos vivieron. Y ahora, con las ansias por las nubes, nuestros entrenadores favoritos esperan el anuncio final del profesor a cargo.

-o-

—Estudiantes, es un placer y honor anunciarles nuestra actividad final para la Acampada de Entrenadores —hablaba el profesor Hopkins —sin duda, nuestro mayor evento es ¡El triatlón pokemon! —todos los salones se llenaron de vitoreos y exclamaciones curiosas —las cosas que aprendieron en el transcurso de la semana serán claves.

Elinstructor del equipo azul dibujo el circuito en la pizarra 

 

 

 

 —La línea de salida es aquí en la academia y todos comenzarán simultáneamente —explicó Tachibana —hemos preparado una pokeball para cada uno, pero les aviso que no sabrán hasta el momento preciso que pokemon contiene.

—Igual que hicimos el primer día ¿no? —comentó Bakura.

—Así que trabajaremos con un pokemon al azar —le siguió Rebecca.

—Ustedes y su pokemon tendrán que atravesar el bosque y dirigirse a la orilla de las Cataratas Tohjo —empezó Tachibana.

Ryou levantó una mano — ¿allí nos darán el siguiente pokemon? —preguntó.

—Efectivamente, Ryou —contestó —usaran pokemon tipo agua para atravesar una parte que ya tenemos limitada y después será la hora del maratón.

— ¿Maratón? —preguntó Rebecca.

—Desde ese punto todos deberán regresar aquí, a la línea de meta. Es muy importante que no olviden bajo ninguna circunstancia que está prohibido atacar o pelear con cualquiera de sus compañeros —estableció —el primer lugar gana 50 puntos, el segundo gana 30, el tercero 20 puntos y todos los demás participantes 10.

—Hay buenas noticias para el equipo azul, los puntos totales serán calculados usando los puntos ganados por los miembros del equipo azul.

— Wow ¡significa que si al menos dos de nosotros ocupan uno de los tres primeros puestos podremos remontar al equipo rojo! —aclaró Rebecca emocionada.

—Uuuursa.

—Genial —Ryou se puso de pie, levantando el puño con entusiasmo — ¡Sí, lo lograremos! —animó, mirando de frente a todo el salón.

—Glaaaace.

— ¡Sí! —lo apoyaron todos.

.

Todos los entrenadores estaban en el patio, esperando las últimas indicaciones sobre el triatlón pokemon.

—Ya puedo sentir esos 50 puntos en mi bolsillo —fanfarroneó Bakura — ¿listo para ganar Umbreon?

—Es bueno estar animado pero con tanta energía vas a estallar —lo molestó Duke, uniéndose a ellos junto a Mokuba.

—Di todo lo que quieras, pero ganaré el primer lugar y tu equipo pasara a ser —Bakura estiró los dedos índice y medio de su mano derecha —el número dos.

—Olvídalo, el primer seré yo —Duke elevó el mentón con las manos en las caderas —así que mejor te vas resignando al segundo puesto.

—Estás tan equivocado —Bakura dio un paso al frente.

—Claro que no —Duke le imitó.

—Ya basta los dos —Ryou y Rebecca tuvieron que jalar a Bakura y Duke respectivamente, pues las chispas ya saltaban de los ojos de ambos.

—Creo que ustedes dos se están olvidando del resto de nosotros —Mokuba se cruzó de brazos con ojos confiados.

—Mokuba tiene razón —Ryou soltó el brazo de Bakura, mirándolo con ojos traviesos y llevándose las manos a la cintura —nosotros también vamos a por el primer lugar, así que no se descuiden —deslizó sin pena un dedo por la mejilla de Bakura hasta su mentón y con un suave impulso le ladeó el rostro antes de darse media vuelta —vamos Glaceon.

Bakura tragó duro, le fascinaba cuando Ryou se daba esos aires provocadores.

—La emoción se puede sentir ya en el aire —comentó el profesor Arthur, acercándose a ellos y cortando la coqueta salida del albino menor. Venía junto a un Chansey y una mujer de cabellos rosados.

—Hola profesor Hopkins —saludó Ryou.

—Hola enfermera Joy —saludó Rebecca — ¿por qué estás aquí?

—Es mi trabajo que todos los pokemons estén fuertes y saludables —dijo la joven de gorro blanco con cruz fucsia junto a su Chansey —recuerden que si algo malo pasa en el triatlón estaremos aquí para ayudarles.

—Chan chansy!

-o- Una hora más tarde.

Todos los entrenadores estaban listos en el punto de partida para comenzar el triatlón. El día estaba en perfectas condiciones, un cielo claro, pocas nubes blancas cubrían intermitentemente el sol, la brisa era fresca y la temperatura agradable.

—Hasta el maratón tómate un descanso ¿si Teddy? —Teddiursa asintió cuando Rebecca le apuntó con su pokeball, guardándolo.

—Es una buena idea, Umbreon ven aquí —Bakura lo llamó también a su pokeball. Por su lado Ryou dejó que Glaceon trepara a su hombro y se acomodó el listón que había escogido para sujetar su cabello en una coleta baja.

—Muy bien, hay que darle movimiento a este triatlón —dijo el profesor —todo mundo ¡En sus marcas!

Cada entrenador/a se puso en su posición, listo para correr —sujétate bien, bonita —le advirtió Ryou a su Glaceon.

—Eooon.

El profesor levantó una pistola de bengala — ¿listos? —Ryou y Bakura, uno junto al otro, cruzaron miradas fugazmente.

La bengala fue disparada y los estudiantes salieron corriendo.

Sorpresivamente, Mokuba se posicionó de forma rápida en el primer puesto, llegando a conseguir de primero la pokeball al azar.

— ¡Adelante!

—Grooooo —un gran Onix fue su pokemon.

—Muy bien, a darle —Mokuba trepó por el largo cuerpo rocoso hasta detrás de la cabeza del Onix.

Pronto unos diez entrenadores alcanzaron la mesa de la primera pokeball, entre ellos los albinos, Rebecca y Duke.

—Yo te elijo/Adelante/Vamos allá.

—Estupendo, tengo un Dodrio —exclamó Ryou.

—Miren mi Drapion —celebró Duke.

— ¿Un Ariados? —musitó Bakura.

—Mi Tauros se ve muy fuerte —se alegró Rebecca.

—Los veré después chicos ¡Onix, a la carga! —el Onix de Mokuba soltó un rugido y usó excavar, empezando el recorrido por debajo de tierra.

—A la carga Dodrio, hay tomar la delantera —Ryou se subió a lomos del pokemon tres cabezas de un salto — ¡Hyaaa! —como un vaquero, incitó al pokemon a correr.

— ¡Adelante Drapion!

— ¡Corre como el viento Ariados! —animó Bakura.

—Muy bien Tauros —Rebecca se acomodó la falda y montó al tipo normal, sujetándose de los mechones de su cuello.

.

Tachibana, el instructor del equipo azul, se elevó en un globo aerostático con un micrófono en mano junto a un tipo con una cámara —estamos en el último día de la acampada pokemon y todos están en la salida ¡Comenzará el Triatlón Pokemon! —narró con gran emoción.

En el patio de la institución, el profesor Arthur y la enfermera Joy observaban todo en una pantalla, sentados a la sombra de una gran carpa.

—Con esa clase de entusiasmo ya se puede predecir el resultado —comentó el profesor.

—Solo espero que nadie resulte herido ¿No lo crees, Chansey?

—Chan-sy —el pokemon rosa asintió.

.

— ¡Muy bien, así se hace, sí! —animaba Ryou a su Dodrio, con el que iba a la cabeza.

—No te apañes mucho, Ryou —Tauros se posicionó junto a Dodrio, debatiéndose por segundos el primer lugar. Duke les pisaba los talones.

—Mantén el paso Dodrio —alentó el albino.

De la nada una gruesa telaraña se enredó en una rama baja delante de ellos — ¡Coman polvo! —les gritó Bakura mientras Ariados recogía su hilo, abalanzándose directamente al primer puesto.

—Pronto Drapion, no hay que darles gusto —alentó Duke.

—A la carga Tauros.

—Vas muy bien Dodrio —aduló Ryou —ahora enséñame que tan veloz eres —las tres cabezas chillaron al unísono y Dodrio aceleró tan fuerte que Glaceon y Ryou tuvieron que sostenerse bien.

—Parece que Bakura y su Ariados están tomando la delantera, pero Rebecca y Ryou le pisan los talones —narró Tachibana.

—Bakura ha sabido utilizar las habilidades naturales de Ariados —comentó Joy.

—Ese es el objetivo principal en la Acampada de Entrenadores —afirmó el profesor —expandir el conocimiento de los entrenadores con nuevos pokemon.

—Ahí se acercan más grupos de competidores —algunos metros atrás se podía ver el polvorín que levantaba la gran estampida de pokemons: había Ursaring, Donphan, Bayleef, Camerupt, Arbok y varios pokemons muy variopintos.

Bakura fue el primero en llegar a la orilla de la playa que daba a las cataratas que limitaban Jotho con Kanto, se bajó de su espalda y lo regresó a su pokeball —gracias por el viaje, Ariados.

—Ariaa —musitó el pokemon antes de ser regresado a su ball para que Bakura lo dejara en una caja sobre la mesa que vigilaba una de las instructoras y poder coger una nueva.

— ¡Ahora tu turno! —lanzó la nueva ball justo cuando Ryou bajaba de Dodrio.

—Gracias Dodrio —lo regresó para hacer el cambio, Rebecca y Duke casi les alcanzaban — ¡Ve, pokeball!

—Lauuuu —una Lapras le tocó a Bakura.

—Blaaaas—a Ryou, un Blastoise.

—Irónico ¿eh? —le preguntó a Ryou mientras caminaba hacia la orilla.

—Pues veamos que tan bien navegas, conozco estas aguas como la palma de mi mano —lo retó el campeón.

Pero antes de que cualquiera pudiera subir al caparazón de los tipo agua se formó una trampa de arena cerca, un Onix salió de debajo de la tierra mientras Rebecca, Duke y tres chicos más intercambiaban pokeballs. Mokuba les imitó de prisa.

—Los veré del otro lado —Ryou saltó al caparazón de Blastoise con Glaceon — ¡a surfear! —se mantuvo de pie sobre él mientras el inicial de Kanto empezaba su ruta.

—No tan rápido —Bakura también saltó a las espaldas de Lapras, sentándose en su caparazón gris —cuento contigo Lapras.

—Lauuuu.

—Gyaaaaa/Tineeee/Staaaar —a Mokuba le tocó un Gyarados, a Rebecca un Mantine y a Duke un Starmie.

—Seto —murmuró el pelinegro con una sonrisa —Muy bien Gyarados, vamos a ganar está carrera —le dijo con firmeza mientras se trepaba por su largo cuerpo.

— ¡A toda velocidad Mantine! —mandó Rebecca, arrodillándose sobre la espalda del tipo agua/volador.

Duke se sujetó nervioso a los picos de Starmie y se unió a la carrera marina junto a otros cinco entrenadores que se mantenían cerca a los primeros lugares.

—Muy bien Lapras, hay que seguir así —lo alabó Bakura, observando las olas que se iban haciendo más fuerte a la vez que hacían una curva que estaba ampliamente limitada —ganar aquí y obtener el primer lugar será muy sencillo —se regodeó.

— ¡Bakuuura! —le llamó Ryou un poco por detrás pero dándole alcance rápidamente —todavía no ganas —le bajó de las nubes, dándole una sonrisa confiada.

—Ryou —murmuró el mayor viéndolo algo sorprendido. Ryou se mantenía de pie como si nada sobre el caparazón de Blastoise que nadaba a velocidad sorprendente, igualándolo en pocos segundos.

— ¡A toda velocidad Blastoise! —le guiñó un ojo a Bakura al pasar por su lado — ¡abran paso! —gritó divertido al sobrepasarlo.

—Te estas viniendo arriba, lindura —se quejó —Lapras, usa rayo de hielo al frente —mandó.

—Laaaaau —el rayó azulado salió disparado de la boca del pokemon transporte, creando una rampa de hielo solido que uso para deslizarle, y sobrepasar a Ryou.

—No te dejes Blastoise ¡Acelera!

Ambos albinos se mantuvieron cabeza a cabeza unos segundos tensos.

—Esos dos sí que saben cómo presionarse ¿no crees, Becca? —le dijo Duke divertido, viendo a los dos albinos, por lo menos 10 metros por delante.

—Tal vez, pero seis pueden jugar el mismo juego — ¡Pronto Mantine, hay que alcanzarlos!

—Tiiiiiine.

—Vamos Starmie, no hay que dejar que nos ganen.

—Oye y ¿dónde quedó Mokuba? —preguntó la rubia.

—Man tiiie —una de las antenas de Mantine señaló a la derecha, justo a las vallas que limitaban el camino dónde el gran Gyarados subía por momentos para que Mokuba tomara aire pero avanzaba la mayor parte del trayecto por debajo del agua.

Más atrás, chicos y chicas montados/sujetos a Feraligart, Sharpedo, Kingler, Golduck y demás especies de pokemon trataban de mantener el paso entre el agitado oleaje.

—Estamos en la segunda etapa del triatlón pokemon, cada competidor hace equipo con su pokemon para cruzar el lago —explicaba Tachibana —por mientras Bakura y Ryou se debaten el primer puesto.

—Lo estás haciendo fenomenal Blastoise, ya casi llegamos —Ryou ladeó el cuerpo para tomar la última curva antes de llegar a la orilla, no se dio cuenta de que la cinta en su pelo se zafó, dejándolo libre al viento.

Nada más acercase a la orilla ambos albinos saltaron desde el caparazón de su respectivo pokemon —Gran trabajo Blastoise, gracias.

—Tú también Lapras —los regresaron a ambos para dejar la pokeball sobre la mesa correspondiente.

—Sal de ahí, Umbreon —mandó Bakura.

—Escucha Glaceon, es hora de correr —aprovechó Ryou para tomar la delantera.

—Lo siento Ryou, pero no te dejaré ganar.

— ¡El maratón comienza con Ryou y Bakura al frente! —narró Tachibana —y los que se están quedando rezagados son Mokuba, Duke y Rebecca.

Los mencionados llegaron también a la orilla junto una muchacha de largos cabellos ondulados color caramelo que había avanzado por debajo del agua junto a un Azumarill, la chica llevaba en su boca una especie de snorkel igual que un muchacho de cabellos cortos verde oscuro que llegaba con un Huntail.

—Muy bien Teddi, sal y a correr.

—Vamos Nintales, a la carrera —mandó Duke.

—A la carga Magneton —le imitó Mokuba

—Arbok, hay que ganar el primer lugar —siguió la chica.

—No hay que perderla, Slowking —el peliverde parecía bastante empeñado en mantenerle el paso a la chica.

— ¡Ayyy, déjame en paz! —le grito ella avanzando de inmediato.

Todos echaron a correr en un valle cercado por dos altos acantilados mientras que Ryou y Bakura se acercaban a la entrada de una cueva y más atrás otro grupo de entrenadores se aproximaban a la orilla.

—Le pelea por el primer lugar se vuelve muy reñida mientras los competidores entran al túnel —seguían narrando —y quien sea que salga de ahí primero va a ser nuestro ganador.

La cueva estaba iluminada por dentro y el piso tenía algunas grietas peligrosamente abiertas y profundas. Sorprendentemente la chica de pelo ondulado se había puesto en primer lugar mientras el peliverde que 'la seguía' empataba el segundo con los albinos.

— ¡Me canse de ser perseguida! —chilló la chica, volteando a verlo —Arbok, encárgate de la plaga con Picotazo Venenoso.

Su Arbok se dio la vuelta y lanzó de su boca varios proyectiles venenosos.

El peliverde y su Slowking saltaron para evadirlos por lo que golpeó el suelo levantando polvo. Ryou y Bakura cayeron al suelo junto a sus pokemons.

— ¡Eso es contra las reglas, basta! —le reprendió Bakura.

—Cuando ese fenómeno me deje en paz —le regresó ella —Arbok, colmillo ígneo.

—Slowking, esquívalo —indicó el chico pero en consecuencia el ataque de Arbok golpeó a Glaceon, empujándola hacia una gran grieta que había por ahí.

— ¡No, Glaceon! —sin pensárselo Ryou corrió tras ella, lanzándose a sujetarla pero cayendo dentro de la fisura en el piso.

— ¡Ryou/Breoooon! —gritaron los dos.

Por suerte la fisura no era demasiado profunda y las paredes dentro de ella eran estrechas por lo que Ryou alcanzó a frenar su caída colocando los pies contra las paredes mientras sujetaba a Glaceon con un brazo —estás bien amiga.

—Glaceee.

Mientras arriba, los —Arbok, acaba con ese dúo de perdedores —dijo la de pelo ondulado, con actitud creída.

El chico se miró con su Slowking antes de evadir el ataque —lo siento my lady —dijo el muchacho —creo que con esta demostración he perdido total interés —se acomodó los lentes que llevaba y echó a correr hacia la salida.

—Oh, tu lunático, no vas a ganarnos —la chica también echó a correr junto a su pokemon serpiente.

Mientras Bakura se asomaba por el borde de la fisura por la que había caído Ryou, quien trataba de subir hasta donde la separación de las paredes le permitió. Cuando quedó varado quiso impulsar a Glaceon hacia la superficie para poder usar ambos brazos pero la mano libre estaba sobre un trozo de roca suelto y perdió agarre — ¡waaa! —pensó que caerían hasta que un par de manos sostuvieron la suya.

—Sujétate bien Ryou, los sacaremos de ahí.

Los ojos del menor temblaron —gracias Bakura.

—Nos dirigimos a la salida del túnel y los primeros en salir son... ¿Quién lo diría? —narraba el instructor —el primer en salir es Kenta del equipo rojo seguido de Rima del equipo verde—ambos corrían a todo dar pero se les empezaba a notar el agotamiento.

—Ven aquí, Ryou —cuando finalmente salieron de esa grieta Glaceon saltó del brazo de su entrenador para reunirse con Umbreon, dejando que Bakura apretara cálidamente al chico entre sus brazos —ya... ya pasó... ¿estás bien? —trató de calmarlo.

—Sí, gracias a ti —lo besó fugazmente en los labios.

—Cuanto me alivia —le regresó el beso, poniéndolos a ambos en pie — ¿crees poder seguir corriendo?

Ryou, algo sonrojado, se repuso —claro, no porque me hayas salvado creas que te dejaré ganarme, cariño —le dijo con un guiño.

—Bien, pues hay que darle la vuelta a esto.

Ryou afirmó — ¡Así es!

Y ambos siguieron corriendo a todo lo que daban, en la entrada del túnel apenas se distinguían Rebecca, Mokuba y Duke.

...

En la entrada de la academia estaba el profesor Arthur con una bandera a cuadros negros y blancos junto a la enfermera Joy y dos instructores que sostenían la cinta que representaba la meta.
Tachibana aterrizó el globo junto al camarógrafo y todos esperaban la conclusión del triatlón.

—Estamos en la meta final y a la cabeza está... ¡Kenta, seguido de Rima!

Kenta se acercaba a lo lejos, llegando a la entrada del lugar pero ya a paso lento junto a Slowking pues ambos estaban agotados, igual que Rima y su Arbok.

—Ya me lo había dicho el doctor Chapatín que hiciera mis aerobics antes de correr —se lamentó casi sin voz el chico, caminando cansada y graciosamente.

— ¡Miren eso, allí vienen Ryou y Bakura a toda máquina! —los dos que iban a la delantera los voltearon a ver preocupados —un inesperado final para esta evento ¡el resultado de la carrera aún no está escrito!

—Un último esfuerzo —trató de acelerar el peliverde pero solo consiguió tropezar y hacer que tanto su pokemon como Rima y Arbok cayeran al suelo sin fuerzas ni para levantarse.

Ryou, Bakura, Glaceon y Umbreon corrían a la par y pronto alcanzaron y sobrepasaron a Kenta y Rima quienes hacían lo posible por acelerar pero estaban sin energías ya.

—Lo siento cariño pero el primer lugar es mío —se dijeron a la vez, con los ojos puestos en la meta.

El profesor agitó la bandera ¡Fue un final de fotografía!

Literalmente, todos voltearon a ver una pantalla que repetía en cámara lenta, declarando a Ryou como el ganador.

— ¡Hay un ganador! —declaró el comentarista —tenemos a Ryou y Glaceon en primer lugar y en segundo llegan Bakura y Umbreon.

Ambos albinos estaban apoyados en sus rodillas, recuperando el oxígeno por el que sus pulmones quemaban, las dos Eevee-evoluciones estaban tendidos en el suelo.

— ¡El equipo azul ha ganado el primero y segundo!

— ¡Sí, lo logramos! —celebró Ryou.

—Glaceee —Glaceon saltó a su hombro.

—Vaya que sí —murmuró Bakura, irguiéndose —felicidades Ryou.

— ¡Breoon! (felicidades)

—Muchas gracias a los dos.

Se sentaron a un lado a esperar a los demás, con dos botellas de agua fresca.

Mokuba y Rebecca empataron el tercer lugar mientras Duke les seguía el paso y los demás desfilaban ya más tranquilos. Kenta y Rima apenas si pudieron arrastrarse hasta la meta, quedando en último lugar.

— ¡El resto de los competidores está llegando ya y tenemos el resultado final! ¡El equipo azul ha superado al equipo rojo y se lleva la victoria!

— ¡Sí! —celebraron juntos todos los integrantes del equipo azul.

.

Luego de dejar que todos descansaran un poco y se dieran un baño y tomaran agua, el profesor Arthur los reunió en el patio a todos poco antes de que se pusiera el sol. Era el último día y todos lucían muy arreglados.

Ryou llevaba una camisa de botones y manga larga color turquesa junto a un jean blanco ceñido y botines gris claro. Bakura usaba una camisa vino-tinto, remangada hasta el codo y un pantalón gris oscuro con zapatos negros.
Duke vestía una camisa negra bajo una chaqueta roja sin mangas con detalles amarillos y su infaltable banda roja bajo su flequillo, un pantalón negro ceñido y zapatos del mismo color. Rebecca tenía un vestido azul rey hasta la rodilla de falda acampanada y un pequeño chaleco celeste manga larga, zapatillas celestes con algo de plataforma y su cabello lizo estaba suelto, adornado con una diadema de diferentes tonos azules. Mokuba usaba una camisa blanca de botones abierta sobre una playera verde-azulada y pantalones del mismo color con botines blancos.

—Y con esto termina la Acampada de Entrenadores —declaró el profesor —Primero, felicidades al equipo azul por su victoria.

—Claro que los equipos rojo y verde estuvieron de maravilla —añadió Joy —y estoy muy feliz de que ninguno se haya lastimado.

—Chaaaan.

—Y nos despedimos con un deseo para todos ustedes: Que la amistad que tiene con su pokemon crezca y que siempre aprendan el uno del otro.

— ¡Gracias! —dijeron todos al unísono.

A todos les entregaron una especie de certificado.

— ¿A todos nos dan esta placa? —preguntó Bakura, observando el objeto en cuestión.

—Claro —afirmó Rebeca —todos los que participaron en el Acampada se llevan una.

—Voy a recordar esto para siempre —sonrió Duke, acariciando la cabeza de su Ninetales.

— ¡Una cosa más! —los llamó el profesor antes de que se dispersaran — ¡Todos están invitados a la fogata nocturna para el cierre de evento!

Dicho y hecho, tras caer la noche poblada de brillantes estrellas se armó una gran fogata en medio del patio dónde había música y mucha comida para todos los entrenadores y sus pokemons.

Rebecca, con Teddiursa en su regazo, conversaba animadamente con Mokuba mientras Bakura y Duke tomaban un plato con algunas botanas.

— ¿Y a dónde te dirigirás ahora que terminó la Acampada?—preguntó el pelinegro.

Bakura tragó lo que tenía en la boca —pues, tenemos que ponernos las pilas y obtener las medallas que nos faltan ¿cierto Umbreon?

—Eooooon.

— ¿Cuántas medallas tienes? —Bakura enseñó sus cuatro medallas —vaya llevas un buen ritmo, creo que tu próximo gimnasio a enfrentar está en Ciudad Olivo.

—Sí, Ryou ya me lo había dicho —asintió.

—Y hablando de él ¿dónde está Ryou?

—Ahora que lo dices, no lo he visto en un rato —Bakura volteó la mirada hacia todos lados pero no lo encontraba.

Duke negó con la cabeza —oye, ahora que lo pienso ¿él viaja contigo?

Esa pregunta dejó a Bakura frío en su lugar, pensándolo bien él y Ryou no habían hablado al respecto ¿qué pasaría con ellos ahora que la acampada había terminado? —Duke, discúlpame, te veo después ¡tengo que encontrar a Ryou! —dejó el plato con canapés de salchichas en la mesa y salió corriendo junto a Umbreon — ¿puedes hallar a Glaceon? —le preguntó, su pokemon asintió —bien, guíame.

No fue mucho camino, Ryou estaba hasta el otro extremo del patio, donde la luz de la fogata no alcanzaba, estaba sentado sobre uno de varios neumáticos semi-enterrados en la tierra con Glaceon, mirando las estrellas. Bakura se le acercó por la espalda.

—Oye Ryou ¿qué pasa? —se le acercó despacio y con una sonrisa.

—Todo terminó —murmuró el albino menor, Bakura solo pudo exclamar interrogante —ya sabes, la acampada... es la última noche —explicó, sin apartar los ojos del cielo.

—Ah, sí —Bakura se sentó junto a él.

—Seguro que he tenido un montón de aventuras desde que empecé a viajar pero la Acampada ha sido de lo más divertido —sonrió.

—También me divertí mucho —le sonrió levemente Bakura —a pesar de que nos hayamos peleado y eso.

—Sí... y gracias otra vez por salvarme hoy durante el maratón.

—Oye —Bakura lo tomó del mentón, obligándolo a mirarle —el corazón me dolió sólo de pensar que pudieras haberte lastimado.

Ryou se sonrojó antes esos fulgurantes ojos fijos en él, llevó una mano a la mejilla del mayor y acercó el rostro mientras cerraba los ojos lentamente —te quiero —al final sus labios se juntaron, sus bocas se acariciaron con lentitud y dulzura, tenían todo el tiempo del mundo para ellos, sus lenguas se reconocieron y jugaron entre sus bocas. El aliento se les fue y sus manos buscaban la piel del contrario, rápido se hallaron enredados en un cerrado abrazo y separaron sus bocas solo cuando el aire fue totalmente necesario.

— ¿Qué pasará con nosotros a partir de ahora? —le preguntó Bakura en un bajo murmullo, pegando su frente a la de Ryou.

El menor negó lentamente —no lo sé... —lo miró a los ojos, como esperando algo.

—Yo... no quiero alejarme de ti —declaró —no me importa ser egoísta —suspiró para tomar valor —quisiera... quisiera que me acompañaras en mi viaje.

Ryou entrecerró los ojos con una sonrisa y le acarició las mejillas con ambas manos —estaba esperando a que me lo pidieras, Bakura —lo besó nuevamente —sí quiero ir, yo también quiero estar contigo.

—Gracias —murmuró, besándole la frente — ¡Gracias! —lo abrazó más fuerte, ocultando su rostro en el hombro de Ryou quien se dedicó a acariciarle el cabello.

— ¡Oigan tortolitos, vengan a disfrutar de la fiesta! —les gritó Rebecca a lo lejos.

Ryou rio por lo bajo y se puso de pie, obligando a Bakura a soltarlo.

— ¡Ya vamos, Becca! —le gritó de regreso, poniendo sus manos alrededor de su boca —vamos Bakura, antes de que vengan por nosotros —rio el menor, tomándolo del brazo para que se levantara.

—Sí —el mayor se dejó hacer, siendo seguidos por sus Eevee-evoluciones.

Se divirtieron juntos toda la noche. Comieron, rieron, bailaron y se la pasaron en grande hasta, alrededor de la medianoche cuando apagaron la fogata y la mayoría se retiraba a sus habitaciones. Rebecca se había quedado dormida, recostada en el Ninetales de Duke, que la cubría con sus nueve colas. Mokuba también estaba algo adormilado y Ryou cabeceaba de vez en cuando, recostado en el hombro de Bakura.

—Será mejor que no vayamos a la cama ya —dijo Duke.

—Sí... —aceptó Ryou, seguido de un bostezo, mientras se frotaba un ojo.

— ¿Qué hacemos con la bella durmiente? —preguntó Bakura con burla, mirando a la rubia.

—Yo la llevaré a su habitación —se ofreció Mokuba, acercándose para levantarla en brazos.

—Tranquilo, romeo —le frenó Duke —que tú también estás medio dormido —se inclinó y levantó a la rubia en brazos, estilo princesa —yo la llevo.

—Te acompaño —insistió Mokuba.

—Bien, nosotros nos vamos a dormir —Bakura le pasó un brazo por los hombros a Ryou y todos se retiraron —que sueño —murmuró, tumbándose bocarriba en la cama luego de, simplemente haberse sacado los zapatos.

—Vamos Ryou, deberías cambiarte la ropa por lo menos —le dijo el mayor divertido, encendiendo una lámpara en el cuarto para luego desabotonarse la camisa.

—No puedo, tengo sueño —repitió con un tono infantil, sin siquiera abrir los ojos.

Bakura rio, al terminar de abrirse la camisa se subió a la cama, poniéndose a gatas sobre Ryou para luego empezar a desabotonarle la camisa turquesa con una mano.

—O-oye ¿qué haces? —preguntó nervioso, abriendo los ojos solo para toparse con las orbes de Bakura, fijas en su trabajo de quitarle la prenda, y su pecho medio expuesto por la camisa color vino abierta. Las mejillas le ardieron sin control.

—Ayudándote, perezoso —le dijo simplemente, zafando los últimos botones y dejando una superficial caricia en el vientre del menor que lo hizo estremecer —siéntate, anda, para que puedas quitártela —pidió mientras se hacía para atrás, arrodillándose cerca de las piernas de Ryou.

El aludido se irguió apenado, sacó de debajo de la almohada la playera de su pijama y se retiró la camisa, pero antes de poder ponerse la otra prenda lo sorprendió un suave beso de Bakura.
Ryou correspondió algo nervioso, en especial cuando sus brazos fuertes le rodearon la cintura y volvió a tumbarlo en la cama con él encima.

—Bakura, e-espera ¿qué...? —trató de mantenerse calmado.

Bakura sólo acomodó su rostro entre el hombro y cuello de Ryou, suspirando y acurrucándose —prometo que no haré nada... pero quedémonos así un poco más —pidió en un susurro.

Ryou suspiró, sintiendo el calor de sus mejillas desaparecer de a poco —de acuerdo, pero... tú también quítate la camisa —le pidió. Bakura levantó el rostro sólo para arquear una ceja, viéndole a los ojos —e-es que los botones se me están presionando en el abdomen... sólo eso —se excusó, desviando el rostro.

Bakura rio y le plantó otro beso mientras se terminaba de sacar la camisa a jalones, dejándola al borde de la cama junto a la de Ryou — ¿mejor? —murmuró cuando se separaron para respirar, el menor asintió y Bakura se acomodó de forma que pudo recostar la cabeza en el pecho de Ryou sin recargar todo su cuerpo sobre él. Ryou se dedicó entonces a acariciarle el cabello con cariño.

Al poco rato ambos cayeron dormidos, tal como Glaceon y Umbreon en la cama de al lado, acurrucados juntos.

-o-

Bakura se despertó al día siguiente bien entrada la mañana, pasadas las 9. Estaba aún con el pecho descubierto y su pantalón gris todo arrugado, abrazaba una almohada y Ryou... no estaba por ningún lado.

Se levantó con una terrible somnolencia y se cambió por sus ropas habituales, ni se molestó en arreglar su pelo. Notó que Umbreon y Glaceon también seguían en cama por lo que Ryou no debía de andar muy lejos. En la mesita de noche estaba una nota escrita con la perfecta caligrafía de Ryou.

"Te esperamos en el patio, hay que despedir a Duke y Mokuba" Ryou.

Se decidió entonces a despertar a las Eevee-evoluciones para ir a desayunar en el comedor, habían muy pocos entrenadores que, como él, recién se levantaban; todos cargaban sus pertenecías, listos para marcharse puesto que tenían hasta medio día.

Luego de comer salió al patio y Glaceon echó rápido a correr hacia donde Ryou estaba con Rebecca, Mokuba y Duke. Bakura los alcanzó.

—Buen día dormilón —le saludó primero la rubia.

—Habló la que se quedó dormida ayer aquí fuera —le regresó el peliplata.

—Uh, alguien se bajó del lado izquierdo de la cama —respondió con diversión. Bakura rodó los ojos.

—Bueno, bueno —trató de calmarlos Duke para luego mostrar una brillante sonrisa —quiero decir que ha sido un placer conocerlos a todos y que me he divertido como nunca esta semana —Duke llevó una mano al centro, con la palma hacia abajo —me voy de aquí con muchos buenos recuerdos y amigos invaluables, espero que podamos vernos de nuevo muy pronto.

Ryou sonrió conmovido y puso su mano sobre la de Duke —definitivamente volveremos a vernos.

—Sí, estos días fueron geniales —Rebecca le siguió, colocando su mano sobre la de Ryou.

—Y seguiremos en contacto —le siguió Mokuba, poniendo su mano sobre la de Rebecca.

Ryou le dirigió una mirada a Bakura y este no tardó en cerrar el gesto, poniendo su mano también —nos veremos.

Presionaron sus manos juntas para luego levantarlas al aire.

—Teddii/Nineee/Breooon/Glaceeee —se sumaron sus pokemons acompañantes.

Luego de eso Mokuba tomó su mochila y tomó camino, tal como Duke lo hizo junto a su Ninetales.

Luego de eso Rebecca, Ryou y Bakura fueron a guardar todas sus pertenencias mientras esperaban a que el profesor Arthur se desocupara para poder regresar al laboratorio.

-o-

Ya en el laboratorio, pasado el mediodía Ryou estaba hablando con Rebecca en la sala del laboratorio fuera de la oficia del profesor mientras Bakura estaba hablando con el profesor Pegasus.

— ¿Entonces cuál es el plan de marcha? —le preguntó Rebecca.

Ryou estaba mirando un mapa de Jotho en una gran pantalla que tenían frente a ellos.

—Aun no sé bien —le respondió Ryou, mirando a detalle el mapa —creo que...

— ¿Qué hacen? —Bakura llegó de repente, con Umbreon en su hombro.

—Tratando de trazar su ruta hasta Ciudad Olivo —le respondió la rubia.

— ¿Qué? —Bakura se plantó al lado de Ryou, mirando el mapa.

—Creo que podríamos llegar hasta Ciudad Trigal con Dragonair y luego podemos seguir por el mar hasta ciudad Olivo —propuso Ryou.

—Tendrían que coger un barco desde Trigal, ya sabes que entre Ciudad Olivo y Ciudad Orquídea suele haber muchos remolinos —le recordó Rebecca.

— ¿Qué dices Bakura? —consultó el joven campeón —si salimos en las próximas horas llegaríamos a Trigal para el anochecer y mañana no tardaremos mucho en llegar a Olivo.

— ¡Me parece bien! Así podremos ir por nuestra quinta medalla ¿cierto Umbreon?

—Eooon.

Rebecca le miró con una sonrisa y se cruzó de brazos flojamente —te enfrentarás a Yasmina, la afamada 'belleza luchadora' experta en pokemon de tipo acero ¿listo para ese reto?

—Estamos listos para lo que sea —afirmó el aludido, confiado.

—Mantén ese espíritu y seguro que lo estarán —le sonrió cálidamente, palmeándole un brazo.

—Bien, tengo algo importante que hacer así que los veré al rato para almorzar ¿de acuerdo? —besó la mejilla de Bakura —andando Glaceon.

—Uhh ¿Algo importante? ¿El Príncipe de hielo tiene asuntos con la liga? —probó la rubia, sentándose en el sofá.

Bakura miró a Ryou con algo de temor en sus ojos —No invoques al mal, Rebecca —el chico levantó las manos a la altura de sus hombros, con las palmas de cara al cielo —aún tengo unos meses de libertad antes de que comiencen los preparativos para la Liga Jotho —Bakura se permitió suspirar bajito de alivio.

— ¿Entonces dónde vas?

—A hacer una llamada —dijo sencillamente, retirándose de la sala para ir a dónde estaban los videoteléfonos.

— ¡En ese caso pediré el almuerzo! —le dijo antes de perderlo de vista.

— ¡Pídeme un postre de vainilla, uno no puede viajar sin comer algo dulce antes! —le gritó de regresó, con una risilla.

—Este chico —la rubia negó con una sonrisa y se dispuso a buscar el teléfono y un directorio.

Bakura no pudo evitar preguntarse ¿a quién llamaría su chico?

.

— ¿Laboratorio del profesor Motou? Quiero hablar con Yugi ¿se encuentra por allí?

—Por supuesto Joven Ryou, en un momento se lo comunicamos —le contestaron al otro lado.

—... ¡Ryou! En el momento justo, no tienes idea de cuánto he querido hablar contigo estos días —le saltó Yugi nada más contestar.

El albino soltó una suave risilla —bien, momento de ponerse al día, mi querido primito —le miró con cariño —yo también te he echado de menos, tengo tanto que contarte.

.

¡Media hora! ¡Media hora es lo que Ryou llevaba hablando con, vete a saber quién, sin parar! El almuerzo acababa de llegar y, a pesar de que su impaciencia se debía en parte al hambre, le remordía el saber a quién le dedicaba tanto tiempo su lindo chico.

Decidió bajar a ver al chico y lo halló con los ojos húmedos, dudó si sus mejillas tenían rastros de lágrimas pero abrazaba a Glaceon, soltando algunos suspiros de cuando en cuando. Sintió la ira hervir su sangre ¿quién demonios lo había hecho llorar? 
Estuvo a punto de irrumpir cuando logró divisar la persona en la pantalla ¿Yami?... No, el primo de Ryou: Yugi.

¿De qué tanto hablaban que Ryou estaba triste?

—Amar es convertirse en un desastre ¿cierto? —alcanzó a oír la voz llorosa del tricolor ¿a qué se refería?

—Estoy de acuerdo Yugi... te convierte en un desastre pero te ofrece toda una gama de emociones nuevas —le respondió Ryou, limpiándose las mejillas.

—Eso no siempre es bueno —expuso con una ahogada risilla.

—Firmo por ello —Ryou suspiró —y aun así...

—No me arrepiento de nada —dijeron los primos a la vez.

—Glaceooon/Espeooon —los dos campeones abrazaron a sus compañeras.

Bakura ya no sabía que pensar.

—Entonces, te enamoraste de Yami —afirmó Ryou, con la voz un poco más serena. Bakura abrió los ojos sorprendido... ¿de Yami? ¿Con lo frío que era en su trato al 90% de las personas?

—Sí, desde el primer día que nos conocimos... él era tan diferente a cualquier persona que hubiera conocido... y su pasión en los combates es tan única —afirmó algo ruborizado —y tú te enamoraste de Bakura —afirmó de vuelta.

Ryou se encogió de hombros —digamos que primero fue mera atracción, pero a fin de cuentas, definitivamente sí —respondió con una sonrisa. Bakura se sonrojó — ¿por qué no le dijiste que eras el campeón de Sinnoh? —al albino mayor se le atoró el aliento ¿acaso la familia Motou llevaba el prestigio en la sangre?

—Supongo que por las mismas razones que tu no se lo dijiste a Bakura.

Ryou sonrió comprensivo —Yugi, somos un par de cobardes.

—No contradiré eso, Ryou —le sonrió de vuelta.

—Yo sí que lo haré —se decidió a hacerse notar.

— ¡Bakura! —se sobresaltó Ryou, volteándose a verlo — ¿Ha-hace cuanto que estás aquí? —preguntó-reclamó.

—Solo venía a avisarte que el almuerzo ya llegó —se excusó el mayor.

—Oh —se relajó mientras Bakura se acercaba —lo siento, Yugi y yo teníamos demasiados cosas que contarnos.

 

—Está bien, me imagino que sí —le respondió condescendiente, apoyando ambas manos en los hombros del menor.

Yugi los miró con una sonrisa reprimida, mordiéndose los labios, para no apenar a su primo —Hola Bakura.

—Hola ¿qué tal? —le regresó amablemente, levantando una palma a modo de saludo.

—Bien gracias, estamos descansando y reorganizándonos un poco en el laboratorio luego de todo lo de la acampada —explicó —creo que Yami está hablando con el profesor Pegasus.

—Me lo supuse, hablé con el más temprano y dijo que no había llamado a ese torpe aun —contestó.

—Entonces Yugi ¿el abuelo dijo algo acerca de lo del Dusknoir? —retomó Ryou.

Ambos albinos fueron testigos de cómo la piel clara de Yugi se erizó, el pequeño tricolor se llevó una mano al brazo contrario para sobar la piel —el abuelo ha dejado el asunto en investigación, aunque dijo que quería tu ‘opinión profesional’ al respecto.

Ryou chasqueó la lengua —bueno, aunque me intriga mucho, la cosa tendrá que esperar un poco, no creo que pueda ir a casa hasta dentro de unos meses —declaró.

Yugi parpadeó un par de veces, formando una pequeña ‘o’ con su boca — ¿y eso? ¿tienes algún compromiso, primo?

Ryou se mordió el labio inferior, llevando una de sus manos a la que Bakura tenía sobre su hombro —he decido acompañar a Bakura a por los cuatro gimnasios que le hacen falta —afirmó con una sonrisa. Bakura se sonrojó un poco y desvió la mirada.

Yugi los miró conmovido —Extrañabas viajar ¿no es cierto?

—Demasiado, desde que nos vimos tenía esa espina, quería viaja pero…

— ¿para que recorrer de nueva esta región sólo y sin una meta plantada? —dijo Yugi a la par de su primo.

—Créeme, comparto el sentimiento —le sonrió Yugi. Ryou también sonrió, como siempre Yugi lo comprendía a la perfección — ¿sabes? Yo también pensaba acompañar a Yami.

Ryou le dirigió una mirada picara —te portas bien, eh.

Yugi se sonrojó —te digo lo mismo Ryou, no te me alborotes ¿eh?

—Calla —Ryou se sonrojó al recordar cómo se había quedado dormido la noche pasada —ya en serio ¿estás bien luego de lo del Dusknoir? —le miró intensamente, preocupado.

Yugi bajó la cabeza —siendo honesto, sentí mucho miedo —le miró a los ojos, a través de las pantallas —deseé que estuvieras allí, para abrazarme como cuando éramos niños —se abrazó a sí mismo, cerrando los ojos con fuerza.

—Oh Yugi —a Ryou le dolió en el corazón verlo así, sentía que le había fallado de algún modo. Bakura prefirió mantenerse al margen.

—Pero… él estuvo ahí para mí —sonrió, frenando los recuerdos antes de que le abordaran las lágrimas.

El albino menor suspiró —Recuérdame agradecerle a Yami.

— ¿Agradecerme qué? —el tricolor mayor apareció en pantalla, detrás de Yugi, sobresaltándolo.

—Yugi me ha contado lo que ocurrió en la acampada con la actividad nocturna —Ryou agachó la cabeza a modo de respeto —te estoy infinitamente agradecido por haber protegido a mi primo —levantó el rostro para mirarlo seriamente —muchísimas gracias.

Yami sonrió condescendiente —no podía permitir que le pasara algo malo a mi novio —Yami apoyó su mentón sobre la cabeza de Yugi.

Tanto a Ryou como Bakura pareció dislocárseles la mandíbula ante la información recibida — ¿no-novio? —repitió Ryou.

Yugi estaba muy sonrojado —T-te lo i-iba a decir a-antes de colgar ¡lo juro! —se llevó las manos al rostro, cubriéndose las mejillas sumamente rojas.

Ryou observó la sonrisa enternecida que se dibujó en los labios de Yami ante la apenada respuesta de Yugi, misma que hizo que Bakura se replanteara que fuese el mismo Yami que él conocía, la persona que estaba al otro lado de la pantalla.

— ¿Quién eres y qué has hecho con mi estúpido mejor amigo? —no se contuvo el comentario.

Yami bufó —Pegasus ya me ha dicho algo parecido, Fluffy.

El rostro de Bakura se ensombreció mientras le saltaba una venita roja le saltaba por la cien. Ahogó un gruñido que sonó a “¡no me llames así, Rayitos!”

—Yugi —le llamó Ryou por lo bajo, mientras los otros dos empezaban a lanzarse apodos tontos — ¿estás feliz?

— ¿eh? —el tricolor sonrió al entender la pregunta —sí, lo estoy y mucho.

—Si estuviera ahí te abrazaría —le regresó la sonrisa —felicidades a los dos —habló ya en tono normal, atrayendo la mirada de los mayores —Ne, Yami. Cuídalo bien —Yugi se apenó un poco —Yugi no solo es mi primo, es mi mejor amigo y es mi hermanito ¿entiendes la persona tan valiosa que te estoy entregando? Te lo confío.

—Oh Ryou —Yugi miró a su primo conmovido.

—Lo haré —declaró Yami serio —entonces ¿estás bien con esto? —resaltó lo último, abrazando a Yugi desde atrás.

El campeón de Jotho se encogió de hombros —mientras Yugi esté feliz por mi está bien —declaró —bueno Yug, hablaremos después, ah y suerte con el resto de gimnasios que te faltan Yami.

—Gracias.

—Te deseo lo mismo Bakura, mucho ánimo —imitó Yugi —y cuida de Ryou por mí —añadió lo último risueño.

—Desde luego, y gracias.

—Nos vemos Ryou —agitó una mano.

—Hasta pronto Yugi —le guiñó un ojo y ambos cortaron la llamada. Ryou se levantó de su silla, estirando ambos brazos al cielo con las manos unidas — ¡tengo hambre, vamos a comer! —dijo como si nada, antes de tomar a Glaceon en brazos para subir las escaleras —espero que Becca haya pedido mi postre —pensó en voz alta.

Bakura se le quedó viendo sin moverse de su posición —este chico… ¿qué haré contigo? —murmuró con una pequeña sonrisa, disponiéndose a seguirlo.

Continuará…

 

Notas finales:

Arhe, arhe! Por fin terminé con este cap. No es mi mejor trabajo pero creo que ya era hora de actualizar u.u

¡Ne, minna! ¿Quieren que escriba el triatlón pokemon de los tricolores para el próximo capítulo? *o*
Yo sé que quieren ¬w¬

Jajajaja, déjenlo en los comentarios para ver que hago en el próximo cap.

Espero que les haya gustado estos pequeños momentos tender ¡nos leemos la próxima!

Ja ne~nya!


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