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Persiguiendo Sueños por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Ni Pokemon ni Yu-Gi-Oh! Me pertenecen, son de sus respectivos creadores Satoshi Taijiri y Kazuki Takahashi. Yo solo los utilizo y junto en mis locas ideas de fan-girl-medio-fujoshi xD.

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¿Será que me regalan a Akefia y una Umbreon?

xD

 

—Tenemos más información respecto al intento de robo de la Flauta de los Mares de esta mañana.

— ¿La Flauta de los Mares? —Yugi fue rápidamente a sentarse junto a su novio en el sofá, colocando una tez seria que capto de inmediato la curiosidad del oji-vino.

—Por fortuna el transporte hizo un aterrizaje de emergencia exitoso y nadie resultó herido —en la tv se mostraba una imagen de un avión, aterrizado en campo abierto y rodeado de algunas camionetas-patrulla —Acabamos de recibir un informe de la oficial Jenny que estaba en el transporte al momento del incidente y dice que los responsables de este atentado son una banda de criminales que han empezado a causar ligeros disturbios en el último mes alrededor de las regiones de Jotho, Sinnoh y el archipiélago Naranja.

— ¿En Jotho? —repitieron los tricolores a la vez — ¿archipiélago… naranja? —añadió Yami con extrañez.

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—Dijiste que ciudad Marina no está accesible por ahora, bien, pues iré contigo a pueblo Celestic.

—Tu aun puedes dirigirte a ciudad Canalave o a Snowpoint —contradijo —no permitiré que mis asuntos interrumpan tu entrenamiento o tu viaje —llevó una mano a la mejilla de Yami mientras le dirigía una suave sonrisa —sabes que es lo mejor.

—No, no lo es —Yami colocó su mano sobre la de Yugi —somos novios, Aibou, tus asuntos también me incumben y no voy a dejarte solo en esto, es mi última palabra —Yugi no podía seguir negándose a la mirada severa que Yami le estaba dando.

—…Está bien —se resignó al fin en un suspiro, tampoco iba a negar que le parecía muy dulce que Yami se preocupara tanto por él, así que lo besó —gracias —murmuró al separarse de sus labios —pero si veo que la situación se alarga, seguirás tu viaje sin mi y prometo que te alcanzaré en cuanto puedo.

—No será necesario —determinó el otro, no queriendo alargar la discusión.

—Esperemos que no… —susurró —Bien, debemos irnos.

20. El robo de la Flauta de los Mares

Dado que no pudo convencer a su novio de seguir por aparte, Yugi llamó a su Flygon y en poco más de una hora ya se encontraban en territorio de Pueblo Celestic, dada la urgencia del asunto, por lo que al acercarse Yugi dejó que su pokemon dragón-tierra descansara del vuelo y, a lomos de Arcanine y Luxray, Yugi y Yami se encaminaron al centro de investigación histórico del lugar.

—Wow, es enorme —murmuró Yami, cuando vio que Luxray frenaba.

—Bienvenido al centro de investigación histórica de Celestic, las famosas Ruinas Celestic se encuentran justo detrás, allí se descubrió una de las dos reliquias más importantes de la región de Sinnoh —le dijo el menor con una pequeña sonrisa para luego volver su vista al frente.

La entrada del lugar estaba rodeada por al menos seis patrullas de policía y afuera había una mujer joven de larguísimo pelo rubio con ojos grises y vestida de negro, juntó a una señora mayor de canoso pelo apenas rubio hasta los hombros, que usaba una distintiva bata blanca y varios policías.

La joven dama no tardó en reparar en la presencia de los tricolores, centrándose en el oji-amatista.

—Ah, pero si eres tú, Yugi —saludó con una sonrisa amistosa.

—Cintia —correspondió el menor, bajándose de lomos de su pokemon, igual que Yami —Carolina… ha pasado tiempo.

—Mmm ¿Quién es el jovencito? —Yami se tensó un poco cuando se dio cuenta de que se referían al él.

—Permítanme presentarlos, Yami, ella es Carolina, directora del centro de investigaciones y su nieta, Cintia —expresó el tricolor —él es Yami Atemu, es un aspirante a la liga que vino de Unova.

—Un placer conocerlas —se inclinó respetuosamente.

—El placer es nuestro —se adelantó Cintia — ¿acaso viajas junto con Yugi? —preguntó curiosa, con una bella sonrisa adornando sus facciones.

—Así es —el tricolor menor se sonrojo tras volver al ser el foco de atención de los ojos grises… conocía bastante bien a Cintia.

—Ejem —el oji-amatista carraspeó, antes de que se fueran más por las ramas —con todo respeto a ambas me gustaría mucho saber porque no fui informado directamente de lo ocurrido esta mañana —se cruzó de brazos, mirando a Cintia con una seriedad que Yami no le conocía.

—No hay porque alarmarse tanto Yugi, acaba de regresar cuando sucedió el accidente, así que decidí hacerme cargo del asuntó —le respondió la rubia —el personal de la liga está colaborando con la policía local e internacional para dar con los responsables, seguramente por eso-

Yugi la interrumpió luego de un suspiro —escucha Cintia, sé que este es tu hogar y que es un asunto muy personal para ti por lo que no me opongo en lo absoluto a que estés al frente de la situación —dijo condescendiente —pero eso no quita que ahora es mi responsabilidad estar al tanto de todo lo que pasa en Sinnoh y agradecería que algo como esto no se vuelva a repetir.

La rubia lo miró con sorpresa unos segundos, para luego realizar un pequeña inclinación de cabeza —tienes toda la razón, lo lamento mucho Yugi, no se volverá a repetir.

El tricolor menor dejó escapar la tensión del momento con otro suspiro, para luego dirigirle una sonrisa calmada a Cintia, siempre había tenido buenas relaciones con ella y aun tras vencerla la consideraba alguien a quien admirar de la cual aprender mucho —está bien.

Yami simplemente se quedó al margen de la conversación, acariciando la melena de su Arcanine con una mano.

—Vaya muchachito, te veo cambiado desde la última vez que nos vimos en persona —le dijo Carolina a Yugi —definitivamente asumir el cargo te ha forzado a madurar.

—Abuela, por favor —iba diciendo Cintia hasta que fue interrumpida por las joviales risas de un hombre.

—Jajaja, esa es la forma de saludar de Carolina —dijo el hombre que se acercaba con una mano en el bolsillo de su atuendo formal. Tenía largo cabello celeste, recogido en una coleta baja, la piel trigueña y ojos bicolor: uno turquesa y otro dorado, lucía un traje color lavanda sobre una camisa color hueso a juego con zapatos del mismo color y una corbata magenta.

—Vaya que hay muchos visitantes hoy —dijo Carolina —y aquí está uno con una bocota y pelito azul.

—Tú debes ser Dartz, el colega del que tanto me ha hablado mi abuela —se adelantó a recibir Cintia.

—En realidad es todo un honor conocer a entrenadores de tal renombre —se inclinó, llevándose una mano al pecho —aunque no me esperaba la presencia del actual campeón —dirigió sus ojos bicolor al pequeño tricolor quien respondió su saludo educadamente.

—Dartz es responsable de la mayor compañía multinacional de construcciones en Sinnoh —explicó la rubia, asombrando a los tricolores.

Carolina caminó hasta el peli-celeste —pongan atención a este hombre, es muy importante en estos lugares.

El aludido se llevó una mano a la nuca, ondeando sus largos cabellos —oh, ya basta, todos son muy amables —dijo con una sonrisa amable —pero en este punto prefiero que me consideren como un erudito amateur de la historia.

—Te trajo aquí tu preocupación por la Flauta de los Mares —expuso Carolina, más como afirmación que como pregunta.

Dartz la miró sorprendido para luego sonreír — ¡Exacto! Cuando supe del intento de robo sentí que debía hacer algo.

—Yugi… ¿soy el único al que este hombre le parece sospechoso? —murmuró Yami, inclinándose al oído de su novio con disimulo.

—No, Espeon no ha dejado de verlo desde que llego —le respondió el menor, mirando a su intranquila compañera.

Los tricolores y Dartz fueron invitados a pasar al museo por Carolina, mientras que en la entrada dos chicos con ropa de policía pero visiblemente algo jóvenes para tal cargo se ‘reportaban’ para hacer el cambio de guardia, teniendo un Anorith como pokemon acompañante.

—Es una gran colección la que tienen aquí —comentó Yami, viendo las paredes forradas en estantes llenos de libros de piso a techo.

—Desde tiempos antiguos nuestro pueblo ha tenido una conexión profunda con los legendarios guardianes del tiempo y el espacio —narró Carolina.

—El que ves a la derecha es Palkia, el pokemon que manipula el espacio, y el que está a tu izquierda es Dialga, el pokemon que controla del tiempo —le explicó Yugi, señalando las enormes pinturas a cada lado de la puerta por donde pasaban.

—Y a traves de toda mi extensa investigación de la historia del pueblo he adquirido montañas de material como resultado —siguió la mujer a cargo.

— ¿Dialga o Palkia están relacionados con el objeto que fue intentado robado? —preguntó Yami.

Yugi negó —las reliquias de Sinnoh que están relacionadas con nuestros guardianes se encuentran en otro lugar, bien protegidos. La Flauta de los Mares, como te explique antes, está relacionada con la Isla Shamouti y un pokemon que se cree, es originario de la región Jotho.

Yami asintió mientras entraban a una sala cerrada, donde había una gran tablilla de color ocre, notablemente antigua — ¿qué es eso?

—Es la leyenda de la Bestia de los Mares —le dijo Carolina.

Yugi se acercó junto con Yami — “No perturben la armonía del fuego, hielo o rayo, no sea que los titanes produzcan destrucción sobre el mundo en el que ellos chocan. Aunque el gran guardián del agua surgirá para calmar la lucha, sola su canción fallará y la tierra se convertirá en cenizas… ¡Oh, Elegido! ¡En tus manos reúne a sus tres tesoros combinados, doma a la bestia de los mares!” —leyó el oji-amatista.

—La bestia de los mares… es el pokemon legendario que está relacionado con la flauta ¿no es así?

Yugi asintió para él con una sonrisa —se dice que la Flauta de los Mares puede emular la voz de la bestia, y con su canción calmará la lucha.

Yami admiró de nuevo la tablilla con ojos brillantes de asombro y curiosidad.

—Carolina, con tu permiso quisiera ir a revisar la Flauta de los Mares yo mismo —dijo Yugi.

—No te quedarás tranquilo hasta no verla ¿cierto? Eres igual a tu abuelo —rio la mujer —vamos, por aquí.

—Debido a nuestra alta seguridad, temo que no podrán quedarse demasiado tiempo —informó la oficial Jenny que estaba al frente de todo el equipo policial que cuidaba el lugar.

—Por supuesto, lo entendemos oficial —dijo Yugi condescendiente.

— ¿Algo que reportar? —preguntó la mujer de pelo turquesa, haciendo un saludo militar frente a los dos policías que vigilaban la puerta de acceso a la sala protegida donde reposaba la famosa reliquia. Uno de ellos dejaba entrever su flequillo lila bajo la gorra, y junto a ella había un Anorith.

—Todo en orden, mi fejecita —dijo el de flequillo, ambos correspondieron el saludo.

—Me adelantaré para abrir la puerta, pero mientras tanto ustedes vigilen bien.

— ¡Sí señor, digo, señora! —respondieron a la vez.

Carolina se adelantó a un panel de acceso donde enseñó una tarjeta y colocó su palma para ser escaneada, abriendo así la puerta y luego una reja que protegía un salón no muy grande con una columna de un metro sobre la cual reposaba una caja de cristal, cubriendo una ocarina de colores beige y azul.

—Ah, la Flauta de los Mares, su sola presencia recuerda al suave sonido de las olas chocando contra la costa, y la fuerza de las mareas —dijo Dartz, mirando con profunda admiración la reliquia.

Yami se inclinó a mirarla más de cerca mientras Yugi escaneaba con su vista cada parte de la habitación, intercambiando miradas con Espeon de vez en cuando.

—Cómo puedes ver, Yugi, todo aquí está bajo control y estricta seguridad.

—Sí Carolina, gracias.

—A decir verdad, me sorprende un poco que quieran robar esto —pensó Yami en voz alta, a ser sincero no sentía nada especial al contemplar el instrumento.

— ¿Cierto? —afirmó Dartz — ¿Cómo cualquier persona querer provocar disturbios en un elemento tan precioso como es el agua? —exclamó con pasión en su voz —la más grande maravilla del universo si me lo preguntan.

No lo decía exactamente por eso” pensó el oji-vino, guardándose el comentario.

—Ahí va de nuevo, nuestro Dartz es todo un naturalista —rio Carolina, avergonzando al de ojos bicolor.

El peliceleste miró disimuladamente un reloj en su mano, cuyo cronometro casi terminaba su cuenta regresiva.

De repente, todo comenzó a temblar.

Cintia y su abuela se abrazaron, tal como Yami y Yugi, dejando a sus pokemon en medio del abrazo. Dartz se tambaleó un poco, pero su semblante pasó a ser un tanto sombrío.

— ¿Qué ocurre? —dijo Yami.

—Parece una manada de Camerupt usando terremoto, todos a la vez —se quejó Yugi, mientras el temblor cedía.

Ha ocurrido un temblor en las ruinas, el área está plagada de Golbat —se anunció por el sistema de altavoces.

—Explosión en las ruinas —dijo Carolina preocupada, mientras salían del salón.

— ¿Golbat? —repitió Cintia.

—Deben ser los que quieren robar la Flauta —dijo la oficial Jenny, pues el avión en que este se transportaba había sido atacado con esos mismos pokemons.

—Escuadrones 3 y 5 bloqueen las ruinas ahora —dictó la oficial Jenny a través de una radio —Escuadrón 4 cubran el área B y escuadrón 6 cubran el área C ¡Inmediatamente!

—Abuela ¿qué sucede? —preguntó la rubia cuando un ligero sonido de alarma se escuchó desde el sistema de seguridad de la puerta.

—Esto es extraño, las puertas no quieren cerrar.

La red del sistema de seguridad ha sido hackeado —le inormaron a la oficial por el radio —hemos perdido el control por completo.

La oficial apretó la mandíbula —eso significa que la Flauta está desprotegida.

—Debemos llevarla a otro lugar y rápido —indicó Cintia.

Yugi intercambió un asentimiento con la rubia —nosotros protegeremos la Flauta de los Mares.

—Debemos actuar de inmediato ¿listos para irnos?

— ¡Sí! —afirmaron Yugi y Yami al unísono.

— ¿Y qué pasa con ustedes dos? —la oficial miró ahora a los dos policías que estaban de guardia.

— ¡10-4 jefecita!

Afuera, tres helicópteros llegaban al centro de investigaciones. Una bola de humo fue lanzada entremedio de los oficiales y un hombre joven, muy musculoso y rubio de ojos azules se plantó junto a un Toxicorak y un Electrivire.

—Espeon ¿qué ocurre? —preguntó Yugi cuando su pokemon saltó de su hombro, mirando en una dirección diferente a la que todo corrían, trasladando la flauta — ¿pasa algo afuera? —la tipo psíquico asintió.

—Yo iré a ver, ustedes adelántense —decidió el oji-vino.

—Yami… ten cuidado —previno Yugi.

—Sí, aibou —le dio un guiño antes de seguir a Espeon y a su Jolteon, quien corría a la par de la tipo psíquico.

Yugi y los demás siguieron hacia la salida, pero se les interpuso el mismo hombre rubio junto a su Electrivire y dos chicas más con trajes peculiares, respaldados por al menos cinco Golbat, un par de Crawdaunt y un Bronzor.

— ¡¿Quiénes son ustedes?! —exigió Yugi.

El rubio intercambio un bien disimulado asentimiento con Dartz y los dos guardias que acompañaban al grupo antes de hablar —me sorprende que no reconozcas al Equipo Rocket, habiendo sido usted, joven campeón, uno de los responsables de la disolución del Equipo original —habló el rubio con voz calma y algo de burla.

—Equipo Rocket —gruñó Yugi, entonces aquellos dos payasos con los que se había estado topando no eran simples farsantes.

— ¿Qué tal si me entregas de una vez la Flauta de los Mares? —extendió su mano.

—Así que el ataque a las ruina solo fue un señuelo para distraernos y bajar nuestras defensas —dijo Cintia.

—Tal vez, señorita, deberías preocuparte de lo que está pasando ahora —dijo altivo el rubio —la verdad es que Bronzor puso a dormir a todo su equipo de seguridad afuera y Toxicroak debe estar vigilando a todos desde adentro —expuso.

Yugi pensó en su Espeon, la tipo psíquico lo sabía, esperaba que Yami no tuviese problemas.

—Están presenciando solo una pequeña parte del brillante plan del reformado Equipo Rocket —se regodeó el aun desconoció rubio.

—Di lo que quieras, no les daremos la Flauta de los Mares —se sobrepuso el tricolor, tomando dos de sus pokeballs en mano — ¡Gallade y Flygon, necesito su ayuda!

—No te dejaré, Principito ¡Bronzor, usa Hipnosis!  

—Ahora Garchomp, baile de batalla —llamó Cintia a su pokemon más emblemático, sacándole una ligera sonrisa a Yugi —Karatazo*, ya —Garchomp fue más rápido y golpeó a Bronzor sin dejarle completar su movimiento.

El rubio gruñó —Electrivire, Cortina Plasma. Bronzor, regresa —mientras el tipo acero-psíquico era regresado, Electrivire clavó sus colas en el piso, descargando pequeñas ondas eléctricas que hicieron destellar toda la sala —bien hecho señorita Cintia, debo decir que en su momento te ganaste merecidamente el título de campeona.

La rubia lo ignoró —oficial Jenny, nos haremos cargo, deben proteger la Flauta.

—Sí, mantengan la guardia arriba.

—Desde luego oficial —aseguró Yugi.

—Dartz y abuela, vayan con ella —insistió la rubia.

—Vengan conmigo —le dijo la oficial a cargo, a los dos guardias con el Anorith.

— ¡Sí señora! —justo iban a dar la vuelta para buscar otra salida cuando fueron rodeados por otra chica más con el distintivo uniforme del equipo rocket, junto a cuatro secuaces y más Golbat.

—Fase cuatro completa, Raphael, reuniéndonos —se reportó la recién llegada, una pelirroja, al rubio.

—Estamos rodeados —gruñó por lo bajo la oficial.

—Lo supuse, había más de ellos afuera —dijo Yugi, volteando hacia los recién llegados con sus pokemons pendientes a Raphael y su Electrivire.

De repente, la cristalera del techo fue rota mientras una Eevee-evolución on caia al piso a la derecha de Yugi — ¡Jolteon! —un Toxicroak caía tras él, con uno de los pinchos en sus manos rezumbando veneno, listo para golpearlo — ¡Flygon!

Usando su Cola dragón, Flygon apartó de un solo latigazo al Toxicroak antes de que pudiera golpear al pokemon eléctrico.

— ¡Jolteon! —gritó Yami, asomándose con Espeon por el hueco que se había formado en el techo.

—Para ser totalmente honesto, de verdad no tenemos deseos de violencia excesiva —dijo Raphael, mientras Toxicroak se reagrupaba a su lado con Electrivire —solo dennos la flauta y nos iremos.

—No lo haremos —siguió firme Yugi, mientras Cintia tomaba otra de sus pokeballs — ¡no se llevaran nada de este lugar!

— ¡Gastrodon, dame tu fuerza de los mares! —llamó Cintia a su pokemon tipo agua-tierra, era un Gastrodon oeste, es decir, color rosa.

—Flygon —Yugi cabeceó hacia arriba para que su pokemon se acercara al techo y ayudara a Yami a bajar junto con su Espeon, mientras que recogía a Jolteon del suelo —Gallade, mantén la guardia alta y usa Danza Espada.

—Gastrodon ¡Roca Afilada ya!

Mientras que Gallade se rodeaba por varias espadas, Gastrodon lo hizo con fragmento de roca que lanzó hacia todos los Golbat.

—Increible, golpeó a todos —murmuró Yami mientras bajaba de un salto de lomos de Flygon, sacando su pokedex

Gastrodon, el Pokémon gusano de mar y forma evolucionada de Shellos. Gastrodon vive en las zonas superficiales del océano y su resistente concha protege su cuerpo.

—Eso sí fue patético —se burló Carolina cuando vio que todos los Golbat de los recién llegados caer —apártense de nuestro camino antes de que los quitemos.

—No me gusta mucho presumir, pero creo que no tengo elección —volvió a hablar Raphael con su desesperante voz calmada. Electrivire y Toxicroak rugieron.

—Ay por favor —suspiró Cintia, segura de sí —a mí sí me gusta presumir —dijo con una sonrisa. Gastrodon y Garchomp también rugieron.

—Purugly, sal y usa Bola Sombra —mandó la pelirroja. El pokemon tigre-gato salió de su pokeball, lanzando de inmediato el movimiento tipo fantasma.

—Gallade, Puño Drenaje ahora —dirigió Yugi, aun con Jolteon en brazos. A gran velocidad Gallade se dirigió hacia Purugly con su brazo envuelto en un aura verde —salta —a la orden, evadió con facilidad la bola sombra y golpeó a su oponente.

—Toxicroak, Pulso Umbrio —mandó Raphael —Electrivire, Trueno.

Yugi se giró —Fylgon, contra Electrivire. Espeon, Pantalla de luz.

—Gastrodon, Agua Lodosa —apoyó Cintia —Yugi, no estás solo en esto —le sonrió la excampeona.

—Cierto, aibou —Yami sacó una pokeball —Lucario, a la batalla ¡Aura Esfera!

La pantalla de luz de Espeon frenó eficazmente el pulso umbrío mientras las olas lodosas se encausaron tras el aura esfera de Lucario para golpear al Toxicroak.

—Toxicroak, Puya nociva.

—Lucario, Garra de Metal.

Una batalla cuerpo a cuerpo empezó entre los dos tipo lucha, Toxicroak atacaba con los pinchos venenoso de sus manos mientras Lucario bloqueaba con sus alargadas garras.

El resto de los Golbat usaba Aire Afilado y los Crawdaunt Rayo Burbuja, por lo que todo se empezaba a llenar de humo entre tanta coalición de ataques.

El sonido de una pokeball siendo abierta fue ignorado por los arduos confrontamientos y de pronto un extraño polvo amarillo empezó flotar por el lugar, el Gastrodon de Cintia y el Lucario de Yami se quejaron pronto.

— ¿Qué está pasando? —pregunto el oji-vino, cubriéndose a medias la nariz con su manga.

—Es paralizador —dijo Cintia.

—Atrás Gallade, Rápido Flygon, dispérsalo con tus alas —dijo Yugi.

— ¡Oh no! —Para cuando el humo y el paralizador se disipó, el grito de Carolina atrajo la atención de todos, solo para darse cuenta de que la caja de cristal estaba vacía, la Flauta de los Mares no estaba y tampoco los dos guardias ni su Anorith.

—La Flauta —exclamó Cintia.

—Fueron esos dos, nos engañaron —gruñó Yami, refiriéndose a los falsos policías.

—Un Anorith… ¿cómo no nos dimos cuenta? —se quejó Yugi, empuñando una mano tras deducir la identidad de los que, a fin de cuentas, les habían hurtado la reliquia en sus narices.

—Hmm, dadas las circunstancias, me parece que ya no hay mucho más que hacer aquí —con su sonrisa prepotente, Raphael levantó una mano y a su chasquear de dedos todos los Golbat empezaron a zumbar, a revolotear y a salir, rompiendo las ventanas de la sala, haciendo a todos agacharse y cubrirse, lo que les dio la oportunidad a los vándalos de escapar.

— ¿Uh? ¿y el equipo rocket? —musitó la oficial cuando pudo ponerse en pie.

—Tal parece que fueron tras la Flauta de los Mares —dijo Dartz, en aparente calma.

— ¡También debemos ir! —dijo Yami.

—Espera Yami ¿qué hay de Lucario, Jolteon y Gastrodon? —el oji-vino dirigió su mirada a su pokemon eléctrico, casi desmayado en brazos de Yugi y luego a Lucario, quien era recorrido por destellos de la parálisis, igual que el Gastrodon de Cintia.

—Sé cómo te sientes, pero ahora debemos enfocarnos en los valientes pokemon que pelearon tan duro por nosotros —le dijo la rubia calmadamente, dirigiéndose a su propio pokemon paralizado.

Con preocupación en sus ojos, Yami tomó a Jolteon en brazos —amigos…

—Cintia tiene razón, ustedes dejen que nosotros nos encarguemos de la Flauta de los mares.

— ¡Oficial Jenny! —la detuvo el tricolor —es muy posible que la flauta ya esté en manos del equipo rocket —todos miraron a Yugi —estoy casi seguro de que esos “guardias” eran dos miembros más de su banda, con los que Yami y yo ya nos habíamos cruzado.

—Eso quiere decir que tenían todo fríamente planeado desde el inicio —reflexiono Carolina —para hacerse de un modo u otro con la Flauta.

La oficial asintió —gracias por la información, me retiro, estaremos en alerta y comunicaremos cualquier novedad —se llevó la mano a la frente antes de irse.

—Deben ir al centro pokemon, Cintia tú también —dijo Carolina.

—Iré —La rubia asintió y luego se dirigió a su pokemon dragón —Garchomp, sabes que hacer —el tipo dragón asintió y salió volando por el ya quebrado techo.

Yugi sacó otra de sus pokeballs —Flygon, Togekiss, cuento con ustedes también, registren la cuidad y los alrededores en busca del Equipo Rocket —ambos salieron tras Garchomp a la orden de Yugi.

—Dartz, lamento que tu visita halla resultado así —la rubia se dirigió al peliceleste, a lo que Espeon volvió a ponerse tensa.

—Está bien, fue mi culpa por querer ver la Flauta, perdónenme —se inclinó.

—Te equivocas, yo fui quien la sacó y la puso en peligro.

—Abuela…

—Gaa-galeid —el pokemon de Yugi ayudaba a Lucario a levantarse.

—Cintia… —la llamó Yugi.

—Sí, Gastrodon regresa, pronto estarás mejor.

—Lucario, gracias por tu ayuda, te llevaré con la enfermera Joy —la imitó Yami, regresando a su pokemon.

—Regresa Gallade, hiciste un excelente trabajo.

.

Rato después, ya estaban en una sala especial del Centro pokemon luego de que la enfermera y su Chansey se encargaran de los tres pokemon heridos.

—Yami has que Jolteon se tome esto después del desayuno y la cena —la pelirosa le tendió una bolsa de medicamentos —le ayudará a recuperarse por completo del veneno de Toxicroak.

—Sí, gracias.

—Lucario y Gastrodon están bien, con un poco más de reposo estarán como nuevos —les sonrió dulcemente al tricolor y a la rubia que estaban junto a las camillas donde reposaban sus pokemon, un poco más atrás, un callado Yugi cruzado de brazos se apoyaba contra la ventana —si me necesitan llámenme —se retiró para seguir con su trabajo.

—Aibou ¿qué ocurre? —le preguntó suavemente el tricolor mayor, acercándosele luego de guardar las medicinas.

—Si Jolteon no hubiera protegido a Espeon no estaría así —murmuró el campeón, mirando a la tipo psíquico acurrucada a un lado del pokemon apenas consciente, Yami había relatado brevemente como había sido su enfrentamiento previo con el pokemon de Raphael —lo siento.

Yami le sonrió —no es tu culpa, sabes muy bien lo que siente Jolteon por Espeon, la defendería aunque yo me opusiera —le rodeó los hombros con un brazo —así que no pienses en eso, ya oíste a Joy, él va a estar bien.

—Jooolt Joltion —afirmó con voz cansada el tipo eléctrico —dando una pequeña sonrisa, a lo que Espeon lamió su mejilla con ternura, activando su Refuerzo para ayudar a su compañero.

—Creo que… estás experimentando de primera mano la frase de aquellas ruinas, Yugi —dijo la rubia con una pequeña sonrisa, acariciando el lomo de su Gastrodon.

El tricolor se sonrojó un poco —supongo que sí.

— ¿Qué? —murmuró Yami, notablemente desconcertado.

— “Cuando una vida se encuentra con otra, algo nuevo nacerá” —recitó la rubia.

—algo nuevo nacerá —repitió el oji-vino.

—Es la inscripción que se lee al pie de antiguas estatuas de los legendarios pokemons guardianes de la región Sinnoh que se encuentran en las ruinas de la plaza amistad —explicó Yugi —ya sabes, al norte de Ciudad Corazonada. Yami asintió recordando aquella tarde antes de su revancha con Fantina y todo el tiempo que pasaron juntos —esa frase prácticamente se convirtió en la filosofía de vida de Cintia —añadió mirando a la rubia con una sonrisa —recuerdo que nos lo dijiste cuando nos conocimos.

—Lo entiendo —dijo de pronto Yami, mirando a su Jolteon pero con una pequeña sonrisa.

— ¿Qué cosa? —le pregunto Yugi.

—Tu y yo, aibou. Cuando nos conocimos, muchas cosas cambiaron para mí… yo mismo siento que cambié, para mejor —aun sabiendo que sus mejillas estaban coloradas, Yami miró a Yugi a los ojos.

El menor también se ruborizó, pero se acercó a abrazarlo —tú también significaste un cambio en mi vida y estoy totalmente feliz de que haya sido así… me enseñaste muchas cosas, muchas sensaciones nuevas.

—Algo nuevo se formó —murmuraron a la vez, sonriéndose mutuamente y recargando su frente en la del otro.

Cintia los miró asombrada, Yugi no solía ser así, ella conocía bien al chico tímido y respetuoso, siempre amable y atento con los demás, personas o pokemon. Ahora miraba al joven frente a él como si no hubiese más nadie a su alrededor, como si fuesen los únicos en el mundo y supo que seguramente para ellos era así; casi podía ver los lazos que los unían, la afinidad y complicidad que compartían. El corazón de la rubia se calentó de solo ver el cariño en los dos pares de ojos y la pureza en sus sonrisas. Cintia cerró los ojos, deseando con una sonrisa el poder encontrar a la persona que le haría sentir completa y feliz, tal como veía a Yugi en estos momentos.

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En otra parte de la ciudad, dos conocidos malandrines disfrazados ahora de turistas y uno de ellos fingiendo ser una mujer embarazada caminaban como si nada por las calles de Pueblo Celestic, que estaba inundada de guardias, hasta que pudieron llegar al límite del bosque cerca de las ruinas, donde un Golbat los esperaba para guiarlos.

Una vez lejos de la policía y escondidos en las destrozadas ruinas, Weevil y Rex se quitaron sus disfraces, dejando ver al peliverde con la Flauta de los Mares protegida en una capsula, cuando se encontraron con Raphael y su escuadrón.

—Lo que hicieron fue muy arriesgado —los reprendió rubio.

—Oye, las órdenes eran obtener la Flauta de los Mares y aquí está —se quejó Weevil, acomodándose sus lentes.

—Sí, por cierto ¿dónde está el jefecito? —preguntó Rex.

—El señor Dartz aún se encuentra infiltrado con la directora del centro de investigaciones —informó Mars, la pelirroja del Purugly —tenemos que mantener un bajo perfil… todavía —añadió con una sonrisa macabra.

—Bien ¿Y cuál es el plan de escape? El pueblo entero está bajo vigilancia de la policía.

Raphael dirigió su mirada al cielo, a través del enorme hueco en el techo —nos reagruparemos con el escuadrón en ciudad Marina, aún falta para que podamos poner los planes del Jefe en marcha —explicó el rubio.

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—Tokiiiiisu/Flaaaaaai.

—Está bien amigos, hicieron un excelente trabajo —consoló Yugi a sus pokemons que, junto al Garchomp de Cintia, se reportaban sin ninguna novedad del paradero del equipo Rocket a sus entrenadores.

—Gracias Garchomp, es hora de que tomes un buen descanso.

Caía la noche ya y los tricolores habían regresado al centro de investigaciones junto con Cintia para reencontrarse con Carolina, Dartz y la oficial Jenny.

Dos policías entraron de pronto —reporte —exigió la mujer policía.

—Aparentemente el equipo rocket ha conseguido salir del Pueblo —informó uno de ellos, dejando atónitos a los presentes.

— ¿Qué? ¿Cómo sucedió esto? Tenemos toda el área bajo vigilancia —se quejó la peliturquesa.

Los dos policías se replegaron ante el grito de la mujer —n-no lo sabemos con exactitud, pero unas patrullas vieron alejarse sus helicópteros hacia el Este.

—El escuadrón 3 los está siguiendo —informó el otro.

—Bien, iré de inmediato a la estación, debemos poner en alerta a toda la policía de Sinnoh —la oficial Jenny se disculpó y se retiró.

—Carolina, Cintia, lamento mucho la perdida de la Flauta —dijo el tricolor.

—Yugi, no lo digas como si no fuese importante para ti… debe ser duro comunicar esto en Jotho —le dijo la rubia condescendiente.

—Sí… debo de hablar con Ryou —suspiró el menor.

—Te prometo que me encargaré personalmente del seguimiento del equipo rocket, recuperaremos esa Flauta —la excampeona se acercó a colocar una mano en el hombro de cada tricolor —el equipo rocket deberá dar la cara uno de estos días pero es importante que ustedes vivan el día a día al máximo y trabajen en alcanzar sus sueños y esperanzas.

—Sé lo que intentas decirme, Cintia —Yugi cerró los ojos con una sonrisa —si el equipo Rocket ya no está aquí no hay razón para quedarnos más tiempo.

—Agradecemos mucho por la ayuda que nos brindaron hoy —añadió Carolina.

—Ha sido un día largo, deben ir a descansar —añadió Cintia.

—Sí, regresaremos al centro pokemon —dijo Yugi, levantándose del sofá con Espeon en brazos.

—Pasaré a verlos temprano para despedirme ¿está bien? —sonrió la rubia.

—Sí, que pasen todos buena noche —Yami imitó a Yugi para poder irse del centro, por suerte, ya habían pedido una habitación en el Centro Pokemon.

.

—Ahhh —Yugi soltó un profundo suspiró, tumbado en la cama, miraba su pokegear sin atreverse a hacer nada más.

—Aibou ¿qué sucede? —Yami regresó del baño con ropa fresca para dormir y una toalla alrededor de su cuello, secando parte de su cabello.

—No sé cómo voy a hacer esto —el campeón se cubrió los ojos con un brazo.

— ¿Llamar a Ryou? —preguntó sentándose a su lado, obteniendo una afirmación — ¿por qué? Tu primo está a cientos de kilómetros, no puede hacerte nada —bromeó, pero Yugi no respondió —vamos, tu primo no va a enojarse.

—No es eso, Yami… siento que voy a decepcionarlo.

—No será así —el oji-vino llevó su mano a la cabellera del menor —si Ryou te quiero tanto como he visto que lo hace, lo comprenderá. Además, realmente no es culpa tuya, no es como si tu hubieses tenido la Flauta todo este tiempo.

—Pero estuve ahí cuando se la llevaron… y no pude evitarlo —empuñó las manos con furia.

—Aibou… una batalla perdida no es lo mismo que perder la guerra —se inclinó para tomar las manos de Yugi y entrelazar sus dedos, dejando al descubierto sus ojos y el pokegear olvidado en la cama —ya verás que lograremos recuperar la Flauta y pararle los pies a esos indeseables del Equipo Rocket.

— ¿De verdad lo crees?

—Claro que lo creo —Yami juntó sus narices —porque tú y yo juntos, podemos enfrentar lo que sea, sé que es así.

—Gracias Yami, no sé qué haría sin ti —los ojos del menor temblaron, antes de que ambos se unieran en un tierno beso.

—Vamos a descansar —le dio otro beso —podrás hablar con Ryou después —más besos.

—Está bien —dijo entre pequeñas risas, cuando los labios del oji-vino bajaron a su cuello.

Yami se levantó para dejar el pokegear junto a las cosas de Yugi y apagar las luces, miró a Jolteon profundamente dormido junto a Espeon con una sonrisa y luego regresó a la cama, ocupando su lugar y atrayendo a Yugi para que se acomodara en su pecho —dulces sueños, aibou.

—Duerme bien —bostezo —Yami —se acurrucó más entre sus brazos.

-o- En Jotho -o-

A la mañana siguiente Bakura se despertó con el salir del sol, la habitación se veía agradable con la escasa luz y sobre todo, ver a Ryou acurrucado bajo su brazo, pegando la espalda a su pecho y dejándole sentir el tenue aroma de su pelo, que se había lavado antes de dormir, le provocaba cerrar los ojos, acomodarse con él y seguir durmiendo. Miró al pálido cuello, descubierto por el desacomodado camisón holgado que había usado de pijama y no pudo evitar sonreí al ver pequeños chupones rojizos allí, y los indicios de una mordida que sí era cubierta por la tela.

Suspiró, inhalando con gusto el aroma de su pelo. Su Ryou era tan apasionado y juguetón cuando estaban a solas.

Aun así, usando toda su fuerza de voluntad, se levantó y agarró su ropa para vestirse, dejando su chamarra roja en la cama junto a Ryou.

—Eh, Umbreon —le llamó bajito —despierta amigo.

—Bre… Breon —el tipo siniestro se espabiló de a poco, frotándose un ojo con su pata delantera mientras comprobaba a Glaceon a su lado.

—Ella está bien, anda, vamos a echar unas carreritas matutinas —dijo con una sonrisa.

— ¿Eon? —Umbreon ladeó la cabeza sin comprender del todo a su entrenador, pero de igual manera usó su cola para mover la de Glaceon y poder escabullirse de su lado sin despertarla.

—Vamos a correr por la playa —le dijo el albino, colocándose sus tenis —hace rato que no hacemos un poco de ejercicio, vamos a perder la forma —pincho el centro del anillo en una de sus patas con el dedo índice.

Umbreon gruñó, él se mantenía en forma por las batallas y el entrenamiento, Bakura era quien debía mantenerse en forma. Una suave caricia entre sus orejas y la risa de su entrenador le hizo entender que solo estaba bromeando —Bre breon —el tipo siniestro apuntó con su pata a Ryou y a Glaceon.

— ¿Qué? Ellos estarán bien, solo saldremos un rato —su pokemon negó y volvió a insistir —oh, ya veo —al comprender lo que su compañero trataba de decir fue por un lápiz y una hoja, le dejó una nota a Ryou y tomó sus pokeballs y salió en silencio. Una vez en la playa se tomó un momento para sentir la brisa salada agitar su pelo y tomar un profundo respiro — ¡Vamos Umbreon! —echó a correr             

…Continuará

 

Notas finales:

*Karatazo/Demolición: ataque tipo lucha. 75 de daño, 100 de precisión. Causa daño y además elimina efecto de reflejo, pantalla de luz y velo aurora del oponente.

Buenoooo bueno. Los malos empiezan a ponerse las pilas. Me pregunto si alguien ya sabe cual es su objetivo? No? Suposiciones? *le mandan chanclazos y tomates para que deje de ser pendeja y ponga a escribir* ok :’(

Espero que les siga gustando el fic ^^

¡Nos leemos la próxima Ja ne~nya!


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