Cuando Mikasa despertó el pelinegro todavía se encontraba durmiendo. Sus ojos se posaron sobre el torso descubierto del azabache, quien temblaba ante el frío que le invadía el cuerpo.
La joven chica se aproximó hacia la camilla, apoyándose suavemente sobre esta para poder mirarle más de cerca.
Cada esquina de aquel pequeño cuerpo parecía estar repleta de moretones y magulladuras, y como si no fuese suficiente, a medida que las horas pasaban parecía estar más pálido y delgado, como si el aliento se le escapara de las manos. Aun así, era hermoso.
Tomó el extremo del buzo que le dejaba el vientre al descubierto y lo bajó hasta cubrirle por completo, se arrastró hasta el escaparate donde aún se encontraba la comida. las entrañas le rugían, pero si alguien necesitaba comer era Levi.
Debía despertarlo antes de que Eren apareciese una vez más por aquella puerta. Si Levi comía, aunque fuera un poco, quizás se encontraría más fuerte para enfrentarse a otro encuentro contra su agresor.
Por un segundo Mikasa se imaginó en su lugar. El terror la invadió por completo, creyéndose incapaz de soportar aquellas humillaciones.
Intentó deshacerse de la desabrida sensación que le provocaba interrumpir el descanso del mayor, y se levantó, haciendo tintinar las cadenas que le aprisionaban el tobillo. Suspiró y posó su mano sobre el hombro de Levi, quien de inmediato abrió los ojos y se encogió de golpe, rechazando el tacto de la joven mujer.
L:- “¡no me toques!”
Gritó con todas sus fuerzas mientras azotaba una fuerte cachetada contra la mejilla de Mikasa, quien ni siquiera se inmutó.
M: -“lo lamento capitán, no fue mi intención asustarlo”
Un rubor intenso se apoderó del rostro aún nervioso del mayor, quien de inmediato retiró la mirada, intentando disimular su vergüenza.
L:-“Mikasa...... yo..... ¿que quieres..?”
Susurró más para sí mismo que para la chica, quien sonrió con ligera nostalgia sin saber muy bien porqué.
M:-“capitán... creí que sería bueno que comiera algo..... está demasiado delgado...”
exclamó lo ultimo como si fuese un secreto que nadie debía escuchar. No creía apropiado decirlo, pero las palabras tan sólo escapaban de su boca como vomito.
L.-“ no tengo hambre....”
musitó con el rostro fruncido, dándose vuelta en la camilla para darle la espalda a la mujer.
M:-“lo sé capitán, pero es que.....”
L:-“¡dije que no!.... ¿que no entiendes de eso.... ademas ya deja de llamarme capitán....”
La interrumpió con un gruñido furioso, aún dándole la espalda. De repente la chica se sintió frustrada. No podía recibir un no como respuesta, estaba demasiado preocupada por el bienestar del azabache, sabía que este no recibiría la comida, pero si era necesario lo obligaría a comerla.
Lo tomo fuertemente por el hombro dándole la vuelta. Levi soltó un pequeño grito nervioso antes de dejar escapar su sorpresa. Estuvo a punto de gritarle a la mujer, pero al ver la expresión furiosa y de año¡Dante de su rostro algo en su interior surgió como una ráfaga de instinto que le susurraba “corre... te van a lastimar”....
L:-“no me toques... por favor suéltame... aléjate.... aléjate....”
Suplicó con voz nerviosa que sugirió a Mikasa que quizás se había sobrepasado. Relajó el rostro y sonrió amablemente mientras daba un paso atrás con las manos arriba.
Caminó con pasos pequeños hasta alcanzar el tazón de avena y lo tomó entre sus manos; ya estaba frío.
Se aproximó de nuevo hasta Levi, quien aún respiraba agitadamente con expresión nerviosa y tímida.
Revolvió un poco la avena hasta que el aroma dulzón emergió del revoltijo viscoso.... lucia asqueroso, pero era comida...-
M:-“lo siento, fui demasiado brusca....”
Susurró con pena, mientras le ofrecía una cucharada. Levi la miro.... miro el bocado de comida... respiró profundo y abrió la boca.
Tenía mucha hambre, pero su esófago parecía decirle lo contrario. Le costó tanto trabajo tragar que se negó a recibir más.
M:-“..... sólo un poco más... por favor....”
El nudo que se hacía en su garganta en aquel momento le impidió exclamar palabra alguna. No quería, pero sabía tan bien, y se sentía tan débil que creyó oportuno terminar aquel plato de avena. Extendió las manos intentando tomar la cuchara, pero cuando lo hizo fue incapaz de llevarla hasta su boca, le dolían demasiado ambas muñecas, ya que el catéter de la venoclisis le había generado flebitis. Mikasa optó por seguir ayudándole con aquello y Levi no pudo negarse. Comió tan despacio que se le hizo eterno, y al terminar su estomago le dolía como si fuese a reventar. Estaba tan lleno que sentía arcadas, pero se prohibió vomitar.
Una ves Levi a acabó con la avena Mikasa no se atrevió a decir nada. Regresó hasta la esquina y se sentó desviando la mirada, sin embargo no pudo evitar escuchar sin saber si lo había imaginado un pequeño “Gracias” por parte de Levi, quien se acurrucó sobre la camilla, intentando volver a dormir sin éxito alguno.
——————————————————-*———————————————————————
Dos horas habían pasado. Levi aún permanecía despierto, incapaz de calmar su agitada mente. Imaginaba que en cualquier momento aquella puerta se abriría para dejar entrar al monstruo que lo atormentaba. Mikasa por otro lado yacía dormitando en la esquina donde se encontraba prisionera, estaba cansada, y deseaba dormir todo lo que le fuese posible.
L:-“.......¿Mikasa?.....”
murmuró intentando adivinar si la joven chica se encontraba dormida. No hubo respuesta por algunos segundos, así que supuso que la mujer no le había escuchado... prefiriendo permanecer en silencio.
M:-“.....Capitan Levi...”
Respondió adormilada mientras se levantaba de su lugar, dirigiendo su mirada hacia Levi, quien ni la miraba.
L:-“.... ¿hay alguien.... que me esté buscando....?”
Preguntó con la ilusión de escuchar una respuesta afirmativa por parte de la pelinegra.
Mikasa lo pensó por un segundo. No habló hasta estar segura de tener una respuesta adecuada.
M:-“por supuesto que si capitán, estoy segura de que toda la legión está en busca suya”
No lo sabía..... tenía la idea de que Erwin se encontraba extremadamente ansioso por iniciar una campaña de búsqueda y rescate, ya que había hablado con cada uno de los soldados que hacían parte del escuadrón de Levi, pero nadie le hacía caso..... Levi era un hombre solitario, y que desapareciera no era algo tan raro.
L:-“....nunca nos encontrarán....”
Susurró con la voz casi que perdida.
“Erwin nunca me encontrará, estaré aquí atrapado para siempre hasta que ese maldito loco se aburra de mí y decida matarme”
Pensó mientras se aferraba a sus rodillas. Pronto escuchó las cadenas tintilantes que le indicaban que la chica se aproximaba.
M:-“capitán, si no nos encuentran escaparemos de aquí.... no vamos a quedarnos esperando”
Levi se volteó con los ojos entrecerrados, su rostro reflejaba incredibilidad. Intentó incorporarse, pero al tratar de levantar su cabeza sintió como miles de agujas se le clavaban en cada músculo de su maltrecho cuerpo.
L:-“....eres una niña..... aún sueñas con unicornios y fantasía.... jamás saldremos.... estamos atrapados.... yo estoy perdido.... ya ni siquiera tengo ganas de vivir”
suspiró mientras ocultaba la cabeza entre la almohada. La chica frunció el ceño y lo tomó por ambos brazos, haciendo que Levi la mirara a los ojos. Sin embargo en aquel instante le resultó imposible mantener el equilibrio, haciéndole caer de la camilla sobre su propio cuerpo.
El estrepitoso movimiento hizo que ambos quedaran momentáneamente perplejos. El cuerpo de Levi sobre Mikasa se sentía extrañamente liviano, la chica se incorporó, intentando ayudar al mayor, quien parecía aún algo aturdido por la caída.
M:-“¡lo siento capitán!”
Gritó roja como un tomate, mientras el azabache permanecía sobre su cuerpo, incapaz de levantarse, y reprochándose por su inútil debilidad.
De repente y de manera completamente desafortunada la puerta metálica empezó a abrirse. Mikasa volteó con rapidez, fijando sus ojos aturdidos en las bisagras que lentamente crujían con el movimiento del metal. Levi quedó pasmado, con el rostro lleno de pánico. Ambos individuos permanecieron inmóviles mientras su verdugo se abría paso en la habitación. El miedo mutuo se sentía como una marea en el aire y Eren fue capaz de olerlo, incluso antes de percatarse de la escena que se estaba interpretada dentro de la habitación.
Cuando posó sus ojos sobre ambos cuerpos apiñados uno encima del otro, su rostro se llenó de de confusión, que prontamente fue reemplazada por una ira creciente y desmedida.
Mikasa no supo en que momento sucedió. Pero más pronto que tarde se encontraba bajo las garras furiosas de un iracundo ojo verde, quien la golpeaba una y otra vez con todas sus fuerza.
Levi gritaba aterradamente que se detuviera, pero aquello sólo animaba más la intensidad del ataque.
E:-“¡maldita...... vas a morir!..... ¡te voy a matar!”
Gruñó mientras se aferraba a la garganta de la mujer, apretando con fuerza y determinación. De repente soltó el agarre y se levantó del piso, permitiendo que los ojos crispados del azabache viesen el rostro destrozado de la chica. Eren ni siquiera se había percatado de su presencia, tan sólo lo había ignorado desde el momento en que lo empujó con fuerza de encima del cuerpo de Mikasa. Había concentrado toda su ira en la pelinegra y ahora la chica yacía destrozada allí.... en aquel rincón.... y todo por su culpa.
El castaño caminó hacia el escaparate de metal en el que guardaba la mayoría de los objetos que utilizaba para lastimar a Levi. Hurgó entre los cajones hasta que encontró lo que buscaba y sacó algo que escapó a ojos del mayor. Sin embargo Mikasa pudo verlo muy bien. Y en aquel momento supo que todo acabaría.
M:-“....capitán..... no mire por favor..... cierre los ojos y no mire.... le prometo que todo va a estar bien....yo.... lo lamento.........”
Susurró con los ojos clavados en la mirada angustiada del hombre que yacía acurrucado bajo la camilla, simuló una sonrisa mientras retrocedía con la poca fuerza que le quedaba, intentando alejarse de Eren quien se aproximaba lentamente hacia ella.
Todo sucedió muy rápido. El cuchillo se clavó en su estómago primero, luego fue a parar en uno de sus pulmones y por último en su corazón. Mikasa soltó un grito ahogado, adolorido y desgarrador, sonó como el alarido desesperado que suelta un animal que está siendo devorado. Aquel aullido resultó demasiado impactante para Levi, quien aún no comprendía lo que acababa de suceder; pues la espalda del ojiverde se interponía entre su mirada y el cuerpo de la mujer. Sin embargo pronto le llegó un olor bien conocido. Las nauseas se apoderaron de su cuerpo, y las lágrimas empezaron a escapar de sus ojos de manera inevitable; esta vez por razones diferentes a las pasadas. Ahora todo resultaba un poco más horrido y perturbador. Eren levantó el cuchillo y lo volvió a clavar, una y otra y otra vez. Aquella horrible situación se veía acompañada por una orquesta de sonidos viscosos y chapoteantes que se colaban entre la aterrada mente del azabache, quien sollozaba intentando cubrirse los oídos para ignorar el espantoso espectáculo que se estaba llevando acabó en aquella estancia. El piso se llenó del líquido escarlata. Y Levi estuvo seguro de todo.
Era evidente que Nada iba a estar bien.