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Maniaco por Diana123

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Notas del capitulo:

espero que lo disfruten chiques <3. les amo mucho, por favor dejen sus comentarios en los rs. 

Caminaba alrededor del batallón mientras se deleitaba con las imágenes turbias que conservaba del azabache como un tesoro en su memoria.

Sus manos se posaron sobre la llave que guardaba con recelo bajo la camisa blanca. Estaba inmerso en sus propios pensamientos cuando chocó con el fornido cuerpo del comandante, quien parecía igual de distraído en su propia mente.

Ere-:” lo lamento comandante Erwin, estaba…. Distraído”

Se excusó saliendo de su ensimismamiento mientras saludaba con una cordial reverencia a su superior, quien levantó la mirada del suelo para posar sus azules ojos en el rostro del castaño.

Erw-:”…. Buen día Eren”

Susurró mientras intentaba recobrar la compostura, tratando de imaginar un hilo de conversación que no sonase absolutamente forzado ante su deprimido estado de ánimo.

Eren, por su parte, desarrollaba en su mente macabra una idea cruel y retorcida, disfrutando de la evidente tristeza de su interlocutor, quien parecía incomodo de tener que entablar la plática y jugueteaba nerviosamente con la chaqueta color tierra que sujetaba entre las manos, siendo conocedor de las causas de su pesar.

Ere-:”me gustaría saber... siento si soy imprudente con la pregunta, pero… jum…¿existe alguna noticia del capitán?...... los entrenamientos y practicas están estancadas desde que se fue.  Nadie parece lo suficientemente motivado para continuar con…… con todo…”

Exclamó con una mueca de triste nostalgia en los labios, y la voz maquillada bajo un dejo de preocupación claramente intencionada.

Las palabras se clavaron como ponzoñosas puñaladas en los oídos del rubio, quien contrajo el ceño como adolorido. Intentó camuflar su aflicción con una sonrisa que pretendía simulara desdén y simpatía, pero se le escapó de entre los labios empapada de nostalgia.

Erw-:”…. El maldito sigue sin aparecerse…. Hanji y yo creemos… jajajaja …. Creemos que debe estar por ahí matando titanes, tomando té y limpiando pisos de manera compulsiva”

Rió mientras se llevaba una mano a la nuca, desviando la mirada hacia la nada para intentar contener la pena que le producía la ausencia de su compañero.

Ere-:”…. Jajaja… supongo que si comandante…… sin embargo no puedo evitar pensar en lo extraño que resulta su repentina desaparición.  ¿no piensan llevar a cabo alguna partida de búsqueda?  El capitán se veía muy comprometido con la causa como para desertar”

Erwin pareció bacilar mientras formulaba su respuesta, cambió la chaqueta de mano como intentando sopesar el peso de su respuesta, contrariado; pues no quería dejar entrever el imperioso impulso que tenia de querer correr en busca de su querido amigo. Sabiendo que ante todo tenía que mantener la compostura como líder de la legión ante sus subordinados.

Erw-:” es solo un soldado más, igual que tu o yo. No es y nunca será indispensable como para concentrar nuestros esfuerzos en su búsqueda. Tenemos fines y propósitos mil veces más relevantes que intervenir en las decisiones personales de un cadete que decide abandonar la causa”

Las palabras se le antojaron frías al escucharlas en su propia voz, sintió como cada silaba le rasgaba la garganta como cuchillas afiladas que vomitó sin remedio alguno.

Eren sonrió para sí mismo, y deseó poder grabar aquella declaración para reproducirla una y otra vez ante los oídos del azabache, sabiendo el dolor que estas le provocarían al escucharlas.

No contento con ello decidió continuar con la tortura emocional, rasgando y rascando la herida que permanecía abierta y sangrante en el corazón del ojiazul.

Ere-:”wow. Me sorprende la capacidad que posee para desvincular el ámbito profesional de sus relaciones sentimentales. ¡Resulta muy admirable!.... si se tratara de Mikasa o Armin estoy completamente seguro de que no podría separar mis deberes de las preocupaciones personales. Seguramente sucumbiría de inmediato a la angustia de querer encontrarlos. Admiro su fortaleza comandante.”

Un silencio incomodo se apoderó del ambiente. Eren se alimentó de la palpable culpabilidad que sus palabras generaron en el mayor, quien bajó la mirada avergonzado.

Erw-: ”….. debo irme…. Es día de lavandería y temo que si no lavo esta chaqueta estará tan sucia para la próxima semana que bastará con su olor para derrumbar a un caballo. jajajjajjaa”

Rió con incomodidad mientras enseñaba la prenda como excusándose por su repentina prisa. Eren asintió, y se despidió del rubio con un gesto cordial, permitiendo que este se alejara, pero apenas este se mantuvo lo suficientemente distante como para no percatarse de su presencia se dispuso a seguirlo con sigilo.

Ya en el cuarto de lavado esperó escondido entre las sabanas tendidas a que el rubio se alejara abandonando la habitación y dejándolo solo tras de si. Se aproximó al bulto de chaquetas sucias y buscó hasta encontrar aquella que marcaba el nombre y rango correspondientes al ojiazul. La sujetó con recelo entre sus manos, sonriendo para sus adentros, a veces se sorprendía a sí mismo al percatarse de lo cruel que podía llegar a ser; y aquello lo enorgullecía.

Caminó sin rumbo fijo, perdido entre sus pensamientos con el corazón desbocado por la tristeza y la mirada gacha y enturbecida.

Intentó no concentrar su mente en la imagen vivida que le asaltaba constantemente del azabache con aquella sutil e irónica sonrisa de medio lado, su ceño fruncido, su cabello alborotado, la necedad y rebeldía que manaba de él cómo agua que se desborda de un rio.

Era inevitable, le dolía recordarlo. Se sentía culpable de su ausencia, y extremadamente apenado por los sentimientos que brotaban de él y que no podía ocultar para sus adentros.

Se había enamorado perdidamente de aquel colega. Un joven hombre repleto de vitalidad y fuerza, que siempre seguía sus propios propósitos sin siquiera dudarlo. Un inividuo que en algún momento representó una amenaza plausible. Siempre desafiándole y poniéndole en duda. Desconfiado, como un felino que acecha a su presa en constante tensión.

Consideraba al capitán Ackerman un ser perfecto y refinado, pero a la vez absolutamente humano, y encontraba en él algo que jamás había podido distinguir en las más exquisitas mujeres; aquel joven hombre era el humano más bello y perfecto de la creación y además (estaba completamente seguro de ello) el más fuerte de todos.

Se aproximó a su corcel alazán, sujetándole de las riendas para colocarle la montura en el lomo pétreo. Ajustó las correas y ensilló la cabalgadura, agitó la brida de arriba abajo para indicar a la bestia que iniciara el trote, y arrancó camino al cuartel, donde se encontraría con Hanji para platicar con respecto a la búsqueda que realizaban juntos sobre el paradero del pelinegro.

Llevaban un mes en la tarea, mas sin embargo no tenían idea alguna del paradero del joven azabache. Erwin empezaba a frustrarse, molesto en parte por la creencia continua y absoluta de que había sido su culpa. Pero también enojado con el Ackerman, quien se había ido sin más, y no daba la cara siquiera para presentar su deserción de la legión de reconocimiento.

Respiró profundo y azuzó el paso como resultado del coraje y la indignación. El sol se estaba poniendo, y deseaba llegar rápido a su encuentro, para poder perderse durante horas y horas en el asedio y caza de su secreto tesoro.

Eren por su parte yacía sentado en su catre contemplando la tela castaña que sujetaba entre sus manos. Sentía cierta repulsión hacia aquella prenda, debido a su propietario natural. Siendo consiente de los sentimientos que este inspiraba sobre su presa.

Estaba feliz, pues sabía perfectamente como borrar cualquier rastro de esperanza de la agobiada mente de su preciado albino.

Fingir y engañar era demasiado fácil. Doblegar a aquel individuo había resultado mucho más sencillo de lo que había supuesto, y aunque se había ganado su odio lo tenía justo donde quería; asustado, humillado e intimidado. Sumiso, pero con aquella necedad que tanto le excitaba en las proporciones bien dosificadas.

Las drogas ya lo habían vuelto adicto y dependiente, seguramente 2 o 3 días sin estas generarían en el pobre Levi un síndrome de abstinencia tan fuerte que le haría agonizar de impotencia. Ahora el joven de ojos felinos color oliva dependía completamente de la potestad y voluntad de él, Eren Jaeger.

Y, además, sabía que ya en aquél pequeño cuerpo no quedaban ni rastros de fuerzas para seguir oponiéndose a su dominio, Levi era absoluta y completamente suyo.

Pero había algo que lo hacía enfadar; el maldito rubio de ojos azules seguía en la mente de SU preciado azabache. Le había podido arrebatar todo; sus fuerzas, sus facultades, su orgullo. Pero no a Erwin. Y por fin tenía la oportunidad de eliminar aquel dejo de esperanzas que aún vivía en el albino. Y estaba muy bien decidido a hacerlo.

Tomó el cuchillo que guardaba bajo la cómoda y lo contemplo durante algunos segundos que se desformaron en lagos minutos en los que se dejó hipnotizar por el brillo metálico y afilado de la hoja, hasta que sin siquiera pensarlo la deslizó contra su antebrazo, haciendo manar de este una abundante y escandalosa cantidad de sangre que dejó derramar sobre la levita, manchándola en toda su extensión, y esparciendo el líquido escarlata contra la tela ya empapada.

Sonrió, sin siquiera dejar entrever un atisbo de dolor ante la herida. Lamió la sangre de sus manos disfrutando el sabor ferroso de su propio plasma. ejerció presión contra su brazo utilizando como gasa la chaqueta envuelta alrededor de el corte hasta que este detuvo su sangrado, y contemplo la obra de arte en la que se había comertido la prenda, antes de guardarla en su mochila, que deslizó bajo la cama.

A continuación, se dirigió en busca de Armin, quien se encontraba en la biblioteca, inmerso en una lectura de un tomo de 12 capítulos titulado “La anatomía del titán”.

Al aproximarse a su amigo se percató de su buen humor, esto le hizo pensar que sus propósitos serian fácilmente alcanzados sin tener que hacer un mayor esfuerzo por llamar su atención.

Tomó asiento a un lado del rubio y ojeó algunas páginas de un libro que hablaba sobre el equipo de maniobras tridimensionales y su mantenimiento. Resultó muy poco interesante para su gusto, así que cesó la lectura tras algunos párrafos, no sin dejar de pasar una página tras otra, hasta que su acompañante culminó con su lectura.

A:-“!Hola Eren¡….. deberías leer este libro, tiene un capítulo entero que habla sobre el metabolismo de los titanes, explica por qué sus cuerpos manejan temperaturas tan altas, es muy interesante…. Creo que podría ayudarte a entender un poco del proceso de transformación que sufre tu cuerpo y quizás así podamos mitigar la fatiga posterior a la conversión…”-

Exclamó con emoción mientras señalaba algunas graficas dibujadas sobre una de las paginas, Eren observó unos instantes con fingido interés para luego redirigir la conver”sación hacia sus propios fines.

E:-“je, amigo no entiendo un carajo de lo que dice ese libro”-

Rió rascándose la nuca, aunque en realidad si entendía, ya que se trataban de conceptos muy básicos los cuales ya había investigando por su propia cuenta. Sin embargo le resultaba pertinente cambiar de tema lo antes posible.

E:-“ quería preguntarte si te gustaría cenar conmigo esta noche, Mikasa está decidida a ignorarme y me siento un poco solo… jajaja. Hace más de 4 días que estoy comiendo solo, Jean no para de burlarse de mí y mi evidente situación de abandono”

Armin soltó una carcajada mientras cerraba el libro, se acomodó en el asiento y rodeó el cuello de su amigo con uno de sus brazos.

A:-“por supuesto que cenaré contigo, lamento estar ausente, he estado ocupado estudiando y en el laboratorio con la comandante en algunos proyectos de investigación…. Y ahora que lo mencionas hace varios días que no veo a mikasa, también ha estado muy alejada de mí, probablemente no sea nada personal contigo, pero seguro que si la invitamos a comer con nosotros atenderá gustosa”

Eren rió por lo bajo, Armin siempre le había caído muy bien, pues era bastante diferente a sí mismo, lo cual lo hacía amigable y fresco, además siempre resultaba fácil redirigirle en el camino que más le conviniera al castaño, pues era fácil de influenciar.

E:-“!Ayudame a invitarla Armin¡, TENGO MIEDO DE QUE SIGA ENFADADA Y DECIDA CLAVARME UN CUCHILLO”-

Exclamó en tono de broma, mientras esbozaba una mueca exagerada de fingido terror que hizo estallar en carcajadas al rubio ojiazul.

Fue así como se dieron a la tarea de buscar a la joven pelinegra, Armin con relajado apuro que se fue tornando en desesperado afán, y Eren con la completa pero secreta certeza de que no la encontrarías; pues sabía perfectamente donde se encontraba el cuerpo sin vida de quien había sido su “mejor amiga”.

Ya habían pasado varias horas desde el atardecer. Preguntaron a múltiples soldados si habían visto a Mikasa en algún lado y la mayoría (si no es que todos) concordaban con no haberla visto por lo menos en un plazo de 5 días.

Buscaron por cada esquina posible, y ya se encontraban visiblemente preocupados. Sus caras se habían contorsionado en una ligera mueca de tensión y pánico.

Claramente Eren solo fingía cada una de sus reacciones; siguiendo de cerca la evolución anímica del ojiazul con desmesurado y morboso interés; este se mostraba cada vez un poco más nervioso con la ausencia de su amiga, y parecía estar atando cabos en su mente con acelerada paranoia, como proveyendo y entretejiendo una idea distorsionada de lo que había sido la realidad, y de hecho muy bien aproximada, solo que no estaba ni cerca de imaginar que la constante mente criminal de los acontecimientos era en realidad el propio Eren Jaeger.

Fue así como al final del día, ya cuando nacía la madrugada en el horizonte, invadido por la angustia Armin le contó su “teoría”. ¿y si Mikasa había desaparecido al igual que el Capitán Levi? ¿tendría algo que ver acaso con el apellido que ambos Akerman compartían? ¿por qué habían desaparecido en un plazo en tiempo tan corto dos de los ejemplares más significativos y de mayor relevancia de la legión de reconocimiento?

En realidad, a Eren le sorprendió lo rápido que maquinaba la mente del ojiazul. Le pareció que mirándolo desde otros ojos aquellas interpretaciones parecían completamente lógicas, y estaba complacido del desarrollo de los acontecimientos, porque justo como esperaba, aquello podía desviar las nulas sospechas sobre su pequeño secreto, al relacionar las dos desapariciones.

Así que escuchó todo lo que el rubio tenía para decir con fingido terror.

Prometieron que al día siguiente seguirían buscando a su amiga, y expandirían la búsqueda hacia las inmediaciones del bosque de pinos.

Si no la encontraban, o por lo menos algún indicio de su presencia, comunicarían sus sospechas al a  Hanji soe y al comandante Erwin Smith.

 

Partieron al amanecer hacia rumbo a las inmediaciones boscosas.

Aún no habían aparecido los primeros rayos de sol, y el viento soplaba con fuerza, golpeándoles el rosto. Eren iba adelante, caminaba simulando cierto afán, llevando el rumbo de la ruta no determinada. Tenía planeado desviarse inicialmente del camino que los conduciría directamente al cuerpo, con el fin de no levantar ninguna sospecha al ser tan obvio del conocimiento de su posición.

Su intención era dejar pasar algunos días de búsqueda, y finalmente encaminar el rumbo de la caminata hacia la localización del cadáver, esperando que fuera Armin el que encontrara los hallazgos y no él. Pensaba que de esa manera podría simular un impacto más severo en su fingida reacción.

Así pasó la mañana, tarde e incluso parte de la noche, mientras buscaban. No hablaron mucho aquel día, ni el siguiente, ni al que le siguió a este. El castaño procuraba mantener en todo momento una expresión tensa y afligida que dejaba entrever preocupación, y las únicas palabras que se dedicaban entre ellos referían a “vamos por la derecha” o “por ahí ya buscamos”.

No fue sino hasta el cuarto día de sus excursiones que eren consideró prudente dirigirse hacia el punto donde se encontraba la muchacha ya sin vida.

Un olor tenue se hizo presente en el ambiente de manera casi imperceptible. A medida que se iban aproximando al lecho del rio se fue intensificando, hasta que fue casi evidente que aquella podredumbre no podía pertenecer a nada más que carne en descomposición.

El rostro de Armin poco a poco fue palideciendo, Eren por su parte caminaba pesadamente, como si llevara cadenas en los pies. Se alejó algunos metros de su amigo, fingiendo que buscaba entre algunas rocas escabrosas que dibujaban una depresión cavernosa en el paisaje. Fue entonces cuando escuchó el grito; desgarrador y súbito, como el alarido de un animal que ha sido alcanzado por el filo de una flecha.

Corrió hacia el rubio, con el rostro contraído en una fingida expresión de terror.

Arman se había derrumbado a un lado del cuerpo desnudo, destrozado, tieso y congelado que yacía tendido sin vida sobre la nieve. Sollozaba y gemía entre gritos de agonía, mientras cubría su rostro con ambas manos entre hipeos desesperados.

Eren se dejó caer de rodillas, soltó un alarido desolado, agachándose contra el cuerpo irreconocible de la muchacha. Se dejó invadir por el aroma putrefacto y la emoción.

No le costó mucho evocar el llanto, y pronto ambos jóvenes lloraban desconsolados a un lado del cuerpo en descomposición.

Aunque el rostro de la chica permanecía desfigurado por los golpes y la hinchazón propia de la muerte, era fácil de identificar debido a las prendas esparcidas con determinación alrededor de la escena del crimen, además del cabello azabache característico de la bella mujer.

Y aunque lloraba, la razón de sus lágrimas no podía ser más diferentes de la tristeza. Estaba extasiado, emocionado y repleto de excitación. Se sentía un genio completo, capaz de engañar hasta al individuo más inteligente y deductivo. Nadie podía detenerlo, era en sí mismo el ser más capaz de la existencia humana. Nadie jamás sería capaz de frustrar sus intenciones. Todo siempre salía como él había estipulado. Y aquella escena tan sólo se le antojó plenamente indiferente. Sin saber cómo o cuando había perdido cualquier capacidad de sentir amor o empatía, aun para aquellas personas que siempre habían estado a su lado. Lo único que sentía y deseaba era una sed insaciable de placer, morbo y lascivia; y él único ser que le llegaba a importar vagamente era su tesoro, aunque lo anhelaba con todas sus fuerzas sus sentimientos hacia Levi no consistían en cariño, sino en un apetito demoniaco por someterlo, poseerlo, tomarlo, doblegarlo, subyugarlo…. lastimarlo, hacerlo dependiente. Aterrorizarlo. Causar en El terror y sumisión.

La naturaleza de su pasión carnal era para él un completo misterio, y también cuando había cambiado, pero no le importaba. De hecho, ahora se sentía mejor y más poderoso que nunca.

Se sentía como un dios.

Quizás todo esto se debía a que por sus venas corría sangre de titán. Tal vez esto no solo le permitía mutar su cuerpo de manera inhumana, sino que además lo había transformado en un monstruo también en su interior. El caso es que no resulta importante encontrar la causa de su perturbada naturaleza, sino la consecuencia de esta; y esta consecuencia es que haría lo que sea por mantener su posesión sobre Levi Akerman, así aquello implicara tener que acabar con toda la humanidad.

 

 

Al cabo de un tiempo por fin cesaron su silencioso duelo. Armin le sugirió que no movieran nada y así lo hicieron.

Al llegar al cuartel fueron directamente a informar de los acontecimientos al comandante Erwin y Hanji, quienes los escuchó con avidez y pidieron que le dirigieran a la locación. Allí contemplaron la escena con ojos perturbados y asqueados. Después del primer impacto regresaron en busca de un grupo de soldados que les ayudaran a cargar el cuerpo hasta el cuartel, donde Hanji realizaría una autopsia y por ultimo permitirían llevar a cabo una conmemoración en honor a la difunta para que sus compañeros y amigos más cercanos pudiesen velarla.

Ellos dos se quedaron allí por largo rato después de haber enviado a Armin y Eren a descansar, pues parecían muy afectados, y con evidente razón; ya que habían encontrado a su “hermana” sin vida, al principio estos se negaron a irse, pero una orden era una orden, y no podían desobedecerla, así que se vieron obligados a partir, repletos de frustración y tristeza.

Recogieron todas las evidencias que les fue posible encontrar. Y ambos se percataron que la ropa de la joven no era la única que habían hallado. Había allí las prendas de alguien más, y ambos supieron en seguida quien era ese “alguien”. Era la ropa que Levi había llevado puesta el día de su desaparición. Aquello los horrorizó.

Erwin recostó todo su peso contra un árbol, mientras soltaba un grito grave que resonó por do quier, Hanji por su parte mantuvo la mirada perdida en la ropa que sujetaba entre sus manos, mientras el rubio daba golpes y patadas contra el tronco, enloquecido.

H:-“Los dos Akerman…..nos los arrebataron….. No puedo creerlo. ¿Por qué?.. yo….. es que no lo entiendo…. Se que hay gente cotra nosotros, pero no imagine que…. No creí que esto pudiera suceder”

E:-“¿!no creíste!?...... ¿es en serio hanji?..... ¿nos los arrebataron?....!hablas de ellos como si fueran malditas piezas de un juego de ajedrez!...... ¡eran más que soldados¡…… ¡él…. El era nuestro amigo!..... !TE DIJE QUE DEBIAMOS BUSCARLO¡ ¡maldita sea¡ ¡te lo dije¡……..”

Gritó encolerizado, mientras le arrebataba las prendas de las manos a la mujer, quien ya había dejado escapar un par de lágrimas silenciosas, que rodaban por su rostro pálido.

El corazón de Erwin iba a mil por hora, sentía como la sangre le bullía caliente por las venas, y a la vez como el frio le impregnaba el alma. Tuvo miedo, y rabia. Quiso llorar, gritar. Deseó despertar de aquella pesadilla.

No se atrevía a aceptarlo. No. Levi, su amado Levi. El único e inigualable. La única persona que alguna vez había amado con todas sus fuerzas no podía haberse ido.

Se llevó la ropa al rostro, y hundió la nariz, inhalando el tenue olor que esta desprendía. Y encontró aquel aroma que tan bien conocía

Los ojos se le empaparon en lágrimas que le nublaron la mirada, y se aferró a la tela que sujetaba entre sus manos, como resguardando un tesoro.

Tenía la certeza, estaba completamente seguro. Levi no estaba muerto.

E:-“Tenemos….. tenemos que encontrarlo Hanji….”

H:-“vamos… vamos a encontrarlo”

Susurró aferrándose a él en un abrazo.

Y fue así como lo que Eren creyó que disiparía cualquier tipo de peligro en sus planes, levantó en realidad en Erwin el propósito de encontrar al azabache.

Que irónico, ambos hombres compartían el mismo tesoro, pero quizás ninguno de los dos estuviese dispuesto a ceder a que se lo arrebataran de las manos

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Notas finales:

muchas gracias por leerme, porfis dejenme su opinion en sus comentarios


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