Los días se hicieron semanas, semanas las cuales las mismas paredes de una obscura habitación de cemento eran más cálidas que cualquier trato que le había recibido desde su llegada, y al final su único pecado era haberse enamorado de una persona “equivocada”, mientras estaba recargado en una de aquellas paredes viendo como la luz de la luna entraba por una de las ventanas y pasaba una de sus manos para intentar sentir la sensación de aquel rayo de luz plateado mientras su mente era un laberinto sin retorno ni posibilidad de encuentro con lo que era antes, todos sus recuerdos estaban desfigurados al grado de solo recordar a sus padres, y la propia imposición de que siempre había estudiado en esa escuela militarizada privada, poco a poco nada de lo que había sido su libertad era proyectado en su mente, y el eco de una persona llamándolo resonaba al igual que un furioso trueno en medio de una tormenta nocturna, su propio impulso obligo a sus labios abrirse un poco para articular una simple palabra…-T…Tony-
Al mes siguiente según los estudios y la base de los tratamientos con electroshock e hipnosis estaba a punto de concluir para así asegurarle a su padre que aquella persona había quedado enterrada en lo más profundo de su cerebro y por más que buscara o si llegaran a encontrarse simplemente aquel recuerdo seguiría congelado, casi como si esa parte de él se hubiera quedado atrapado por siempre a mitad de la Antártida en una prisión de hielo, entro al consultorio como si se tratara de un simple cuerpo sin alma y al escuchar el sonido de aquel metrónomo marcar los latidos de su corazón más las palabras del psiquiatra que más que palabras se sentían como el veneno más puro y toxico recorrer por todo tu torrente sanguíneo hasta llegar al corazón;
-Y bien joven Steven, me podría decir que es lo que hizo el mes pasado exactamente- pregunto el psiquiatra mientras monitorizaba los latidos de este en caso de que llegara a mentir, aunque a ese punto al verlo a los ojos y al rostro, ni siquiera sería capaz de mentir con la mirada
-Tuve un accidente en la escuela por culpa de un ejercicio táctico, perdí el conocimiento y tuvieron que estarme reanimando con impulsos eléctricos- hablo con los labios blancos casi al igual que un papel y sin ningún rastro de malicia, mentira o nada, era una verdad simple y sin mucho problema
-Que me cuentas de tu vida aquí en la escuela Steven, desde cuando estas en esta escuela- el psiquiatra aun si era su trabajo y estaba protegido por su contrato y una enorme cantidad de dinero, al ver a ese chico el haber perdido el alma, por más poca moral que tuviera al haber hecho eso, era una carga que por siempre llevaría, hasta su tumba…
******* Flashback **********
-Usted no tiene el jodido derecho de elegir que es lo que está bien o no, es peor que cualquier escoria existente- Grito aquel rubio mientras intentaba zafarse del agarre de las correas que lo tenían atado a la camilla en donde le aplicaban la terapia de electroshock antes de comenzar con la hipnosis
-La raza humana es una escoria joven Rogers, eso téngalo siempre en mente, aun si esto está mal me pagaron por hacerlo, las decisiones de este estilo no se toman a la ligera, y si su padre lo hizo es por su propio bien-
-Usted al igual que ese malnacido imbécil se pueden meter lo correcto de la sociedad por el jodido ahhhsaaRRRGH!!!!- sin previo aviso una descarga no tan potente recorrió su cuerpo llegando hasta su cerebro corriendo el riesgo de noquearlo
-Escúcheme bien, así me lave el cerebro, sé que no voy a olvidar a esa persona, usted como psiquiatra sabe que las coincidencias no existen, pero aun por más retorcido que se escuche el destino de todos nosotros ya está escrito, y si en mi destino esta verlo de nuevo, espero y todo el dinero que le entreguen por esto le sirva para darse una jodida vida hasta que los gusanos se traguen la mierda que tiene en el cuerpo al morir- rugió tal cual se tratara de un titan colérico, su ira fue tan freneticaa que llego a desgarrarse ambas muñecas dejando las marcas de aquellas correas como cicatrices, como si esas correas estuvieran hechas de fuego puro
El psiquiatra no dijo nada, aplico otra descarga hasta dejarlo noqueado mientras el sonido del metrónomo hacía eco en toda la habitación, desato las correas de sus brazos y se dio cuenta que si no fueran cuero puro las habría destrozado, aunque el único daño fue en sus manos al dejar casi sus venas expuestas, quien era más miserable, la causa de la enfermedad, quien la padecía, o quien se suponía intentaba curarlo, coloco vendajes en sus muñecas y continuando con la hipnosis termino hasta que el rubio despertó esa vez, teniendo un color azulado casi comparado al gris en sus ojos, hasta ese punto sabía que el tratamiento estaba comenzando a funcionar y pronto ni siquiera serían necesarias las descargas para noquearlo, porque simplemente no lo dormían, porque un medicamento no haría que retuviera todo lo que sucediera a su alrededor a comparación de un desmayo por dolor, que aun si estaba inconsciente, el cuerpo almacenaría y tomaría lo que sucediera a su alrededor.
Lo llevaron arrastrando hasta su habitación y lo tiraron en una cama aparentemente cómoda, mientras la lluvia caía tranquila como si esta también se lamentara de todo lo que pasaba a su alrededor, así como las gotas de lluvia caían, lagrimas se deslizaban por su rostro, el punto es que esas lagrimas eran tan desconocidas como el motivo por el cual las derramaba, y aunque aún tenía presente el nombre de una persona, su rostro se había convertido en una mancha abstracta en su memoria, solo conservaba ecos de una voz llamándole
“Tal como si intentara escapar de las explosivas gotas de lluvia
Intento darme vuelta y encontrarte como mi refugio
Pero el único causante de esta tormenta solo eres tu
Y aunque esperara bajo la tempestad rogando por que el cielo azul ilumine mi horizonte
Aquel distante anhelo se pierde como un suspiro es apuñalado por las propias gotas
De esta lluvia…”
*******End Flashback*******
Para hacer más ligera su carga y comenzar con el acoplamiento de su nueva vida le asignaron un compañero de habitación, este estaba al tanto de todo lo que había sucedido con él, además de ser un chico mayor y con años de experiencia en entrenamiento, al verlo sentía un hueco en la boquilla del estómago, esa noche estaba por llegar hasta que uno de los ayudantes del correo le entregó una carta que estaba a nombre de su compañero de cuarto ya que era fin de mes y recibían todo lo que sus familiares y seres queridos le enviaban, vio el nombre de quien provenía y se dio cuenta que era el sujeto por el cual ese rubio estaba en esa condición, sin su permiso abrió la carta y se sorprendió al ver que estaba escrito en braille, sabia un poco de este así que pudo leer lo más superficial posible…
“Según mi padre los preparativos para que recupere mi vista están casi terminados, puedo salir de allí y por primera vez poder ver como es el mundo, o no salir de ese lugar, así que la próxima carta que recibas espero y sea ya en una escritura visible, realmente desearía intercambiar mi vista aun si no la tengo por que estés conmigo en este momento…”
Al llegar a su habitación encontró a Steve sentando recargado en una de las paredes cerca de su cama mientras jugueteaba con la luz plateada de la luna, lo saludo amablemente y fue hasta el closet que estaba de su lado de aquel espacio y en algo que parecía un compartimiento en forma de caja fuerte para cada uno de los estudiantes donde podían guardar todas sus pertenencias importantes y allí coloco la carta, le dio otro vistazo a su rubio compañero quien al sentirlo elevo su mirada, Sam solo se limitó en sonreírle y aunque él era mayor, al saber todo lo que estaba pasando y ver que resistía le apodo Capitán Rogers, por su valentía, fuerza y espíritu inquebrantable
-Hay Rogers, escuche el budín de vainilla es tu favorito, y como uno de los chicos me debía un favor te conseguí una porción extra, espero y con ello tengas lindos sueños…- le dijo el moreno mientras tomaba una toalla y se disponía a irse a las duchas, antes de salir y al dejarle el budín en su mesa de noche se detuvo y le dijo -El espíritu de un hombre es lo más inquebrantable del Cap, no lo olvides-