Al llegar la última “intervención” que había ordenado su padre, se encontraba recostado en aquella camilla con todos los circuitos pegados a su piel, realmente tenía su mente en blanco, pero una risa y una luz centellante en medio de la obscuridad que proyectaba su mente solo dejaba escuchar un ligero y débil “Steve…”, aun si no podía observar su rostro mil y un agujas perforaban su pecho lenta mente, como si con cada Tic Tac de aquel metrónomo esas agujas dañaran centímetro a centímetro aquel musculo…
Dibuja un circulo completo
dibuja un circulo
encierra este amor en la obscuridad
no podré escapar de esta pesadilla…
Aunque no habían comenzado las descargas eléctricos, sus ojos azules estaban fijos en aquel metrónomo que tenía frente a él, verlo moverse de izquierda a derecha marcando el ritmo le hizo no saber nada más, como si aquel artefacto le robara poco a poco el alma y dejara a una persona incapaz de sentir cualquier emoción, apretó los dedos al sentir su pecho arder tanto que sentiría que de un segundo a otro explotaría sin compasión, mientras en las sombras se encontraba la silueta de su padre quien observaba el ultimo día de su proceso
…El contorno de su rostro
su cabello
las promesas
todo se convierte en miseria…
Solo recordaba haber estado en ese lugar dos veces, y aunque ya habían pasado 5 meses desde su ingreso a la academia, su mente solo podía retener lo que para el parecían 5 años, y en realidad le habían quitado el último año de su vida en recuerdos, encerrados en las esquinas obscuras y olvidadas de su mente, aun si no sabía porque comenzó a derramar lágrimas, lentamente iban cayendo por sus mejillas, una a una brotando desde lo más profundo de su amargo corazón, la silueta que estaba observando todo simplemente susurro “Que he hecho…”
…Déjalo ir, déjalo ir
arrójalo lejos
bloquéalo, bloquéalo
bloquea su forma de mirar…
Una última proyección en su mente paso por esos segundos mostrándolo a él abrazando a un chico, sonriendo, sintiéndose completo, pleno, y como esos recuerdos estaban siendo engullidos por un agujero negro que se extendía por todo ese universo dejándolo completamente en blanco, las descargas comenzaron haciendo que su mente colapsara al final, quedando en un cataclismo de recuerdos desfigurados, ahora solo sabía quién era el, alguien que había estado estudiando para convertirse en futuro elemento militar y enorgullecer a su familia, buscar una buena chica, tener una vida plena.
La silueta salió de aquella habitación, había logrado su cometido, pero a que costo, la mirada de su hijo ahora era como ver las aguas calmadas de un mar muerto, sin nada que esconder, sin ninguna emoción, solo su vida ahora pre establecida, al final, había ganado.
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“Después de varios meses, aun no sé si realmente te han llegado mis cartas, no tengo mucho que decir, solo que ya he pasado por muchos procesos, esta será quizá la última carta que te escriba antes de, poder al fin recuperar la vista, o partir al fin, así que, lo único y ultimo que puedo decir es que espero y deseo que te encuentres de lo mejor posible, prometo volvernos a encontrar, así solo me quede un último aliento, ese será para decirte frente a frente, lo importante que eres para mí…nunca me daré por vencido!”
Tony termino de escribir esa pequeña carta, y como era costumbre se la dio a Jarvis para que la enviara por él, se preparó mentalmente lo mejor que pudo y recordó lo que su padre le había explicado…
-El agente de la creación, o Venus como yo lo nombre, está pensado en reconstruir partes y hasta órganos dañados, el mismo será parte de tu cuerpo, al buscar cual es la falla el mismo agente se encargara de darte una buena vista, el único peligro que hay latente es que tu sistema no lo soporte y el mismo agente se descontrole, pero por eso me he pasado más de 5 años Tony, luchando en contra de los caprichos de cualquier ser divino y regresarte lo que te fue robado, confía en mí, sé que no he sido el mejor padre y te he abandonado, pero esta es una parte de mi redención a ti- sintió un cálido abrazo por parte del Stark mayor y un beso en la mejilla que le genero un calor extraño que jamás había sentido antes por parte de su padre.
Al recordar eso solo paso por su vacía imaginación garabatos de muchas cosas que había pasado, entre ellas, un eclipse lunar al lado de una persona que se había convertido en su otra mitad, entro al quirófano, no tenía ningún temor, ni tampoco se arrepentiría, solo tenía en su mente encontrarse con esa persona de nuevo al fin…
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Esa ves Steve se mostró el ser humano más débil que cualquier persona hubiera visto, con el espíritu quebrantado y el corazón desgarrado, lo sacaron en una camilla de aquella habitación, estaba consciente y veía a todo a su alrededor, pero era una mirada vacía, drenada de vida en su totalidad, su padre se acercó con el psiquiatra para entregarle el resto del dinero que habían acordado como trato, pero él se negó rotundamente
-Sabe, he visto miles de personas trastornadas, personas que huyen de sus demonios y personas que no logran ganar la batalla contra ellos, he visto almas torturadas y almas obscuras, personas sin corazón ni cordura humana, no aceptare su dinero por el simple hecho de que ayude a una de esas personas que acabo de mencionar, a despojarle la vida a alguien que estaba en su plenitud, sea feliz con su dinero y con su estatus social pulcro, yo no pude detener este tratamiento a causa de dejar a una persona al borde de la locura así que era mejor llegar al final, ahora que usted gano, dígame quien le ayudara a luchar contra algo que quería destruir, si la fuente de toda la destrucción es usted mismo…- termino de hablar y paso de largo al padre del rubio mientras volteaba de nuevo a esa camilla pegada al suelo y como una película aparecía en su mente el tiempo de cada una de todos esas sesiones, no hubo ningún otro sonido después de que el psiquiatra cerrara la puerta
…Pudimos estar separados por siempre
pudimos haber nunca cambiado
el peligro detrás de aquel deseo
pude haber escapado de el
debo de olvidarme de él y su rostro solemne…
Los asistentes médicos dejaron a Steve en su cama mientras este aún tenía la mirada perdida en un abismo, leves lagrimas sin ningún sentimiento atrapado en ellas se deslizaban por su sienes y se perdían entre sus dorados cabellos, Sam solo podía sentir un vacío dentro de su pecho, mientras que sostenía un pedazo de papel en sus manos, había abierto esa otra carta como las anteriores, pero a decir verdad jamás leyó todo lo que decía, solo leía el final de cada una de ellas y se daba cuenta que al término de ese día, la única víctima fue él;
“prometo volvernos a encontrar, así solo me quede un último aliento, ese será para decirte frente a frente, lo importante que eres para mí…nunca me daré por vencido!”
…Voy a tomar mi orgullo
y me escapare
me escapare de tu mundo
nunca voy a esperar
ni a guardar rencor
y desapareceré…
Sam guardo la carta en su compartimiento personal, había otras más, se había planeado guardar todas las cartas que le llegaran a Steve de ese mismo destinatario, tampoco las destruiría, todos saben que la verdad termina convirtiéndose en la luz más pura y potente que pueda presenciar cualquier persona, y esas cartas se las entregaría cuando se llegara ese tiempo, mientras tanto la prioridad era hacer que ese chico sobreviviera a aquel exorcismo, y aunque nadie se lo pidió en su tarea estaba por lo menos, no dejar las cosas hasta ese punto después de verlo en total devastación.