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HISTORIAS MARCO X ACE Y ASL por Loraine Ishmouth

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Notas del capitulo:

¿adivinen quien volvio con mas historias para ustedes?

si, sho.

bueno, tengo internet cerca y creo que de ahora en adelante podria estar actualizando las historias mas temprano que tarde

aun le falta a heart on a chain, pero no se preocupen, no sera abandonada jamas.

este one shot fue una idea que se me acabo de ocurrir, algo asi como un boom del momento y creo que podria dar para una historia muy sensual.

no se, sdfjhqjfhakfhkhaskf lean y veran ajjajaja

 

Gritos de guerra y de terror, resonaban por todo el castillo  y Ace solo pudo mirar como las puertas caían y los barbaros invasores que venían del mar, entraban a su hogar para apoderarse de todo aquello que vieran de valor.

El adolescente de diecisiete años, príncipe de la corona, corrió a la sala de armas para apoderarse de un par de espadas que le sirvieran para resistir la invasión.

Pronto los dos bandos estuvieron en una lucha encarnizada y el chico salió de la armería cortando todos los enemigos a su paso.

Dejando tras de sí, una estela de hombres inconscientes y adoloridos.

Eso era lo que merecían por meterse con su pueblo.

Su deber como príncipe de la corona, le exigía quedarse hasta el final de la batalla y triunfar junto a sus hombres o perecer defendiendo lo que es suyo.

Las artes ancestrales que sus maestros se encargaron de inculcar en él desde que era un niño pequeño, comenzaron a demostrar porque era llamado espadas de fuego y derribo uno a uno todos los enemigos que pudo, al mismo tiempo ayudando a escapar a sus sirvientes y caballeros heridos.

-hey tu, ¿Quién diablos eres?-

Ace había recibido clases del idioma bárbaro, de las aisladas tierras del norte, donde se decía que la nieve cubría todo el año las tierras y que se vivía en una lucha constante por sobrevivir a la inclemencia.

La tierra donde el hombre comía otros hombres.

- soy el amo del castillo- replicó, y pudo ver la sorpresa en los ojos del desconocido, un hombre de cabello castaño rojizo vestido con abrigos y pantalones hechos de piel de animales- estoy defendiendo mi hogar, bárbaro.

Ese hombre frunció el seño ante la palabra bárbaro y pronto se enfrentaron en una pelea, Ace con sus estilo de pelea que era demasiado elegante y el desconocido con un tosco pero eficiente estilo de batalla que tenia a Ace en igualdad de condiciones.

- disparen – unos hombres gritaron y Ace pudo esquivar las flechas, gracias a que pudo entender la orden.

Aprovechando el descuido de su oponente por el ataque de los proyectiles, se inclino hacia adelante, enviando una estocada hacia la cabeza del hombre que solo pudo moverse en último momento, recibiendo un corte por la cien del ojo izquierdo, en una C invertida.

Sí no hubiera esquivado a tiempo, habría perdido un ojo.

-vaya, vaya, al parecer hay algo de talento, por aquí…

El adolescente volteo la mirada hacia el nuevo hombre en el escenario y vio algo que lo dejo extrañado.

Para ser un bárbaro, se veía mucho como una persona normal.

No llevaba protección superior en el cuerpo, así que sus pecho musculoso estaba descubierto y vestía solamente unos pantalones  hechos de alguna tela que Ace desconocía y una banda de lo que parecía piel de zorro ártico alrededor de la cintura, decorada con un collar de oro.

-eres el príncipe ¿verdad?

Ace asintió.

-quisiera pedirles que se larguen de mi hogar, pero se que es tiempo perdido- el chico dijo con una mirada mortal hacia sus enemigos- sin embargo, es mi deber como primer príncipe, defender este lugar hasta que caiga.

-¿eres el noble que apuñalo a uno de mis hombres con las aspas de su corona?

Ace volvió a asentir y pudo ver como el rubio se reía, como sí no pudiera creerlo.

-eres tan interesante- el rubio sonrió y se puso en posición de ataque, lanzándose inmediatamente hacia él y apenas dándole tiempo para esquivar y contraatacar.

Este hombre estaba a otro nivel.

Ace lucho con valentía, indiferente a que era solo tiempo perdido, ya que los barbaros habían invadido completamente el castillo. El joven pelinegro estaba usándose como distracción para que los restantes sobrevivientes al ataque pudieran escapar y luego se suicidaría.

Como lo exigían sus honorables tradiciones.

Sí un rey no podía llenar su puesto, se quitaría la vida para dejar paso a las siguientes generaciones.

Incluso sí era tan joven.

La batalla continua por unos cuantos minutos y Ace se detuvo abruptamente, su capacidad para sentir las presencias que venía con la bendición de los dioses, le dijo que no quedaba nadie que debiera escapar.

Su oponente de cabellos dorados se detuvo, algo confuso por la repentina perdida de deseo de luchar del príncipe.

-¿pasa algo príncipe? ¿Se ha rendido?- sonrió burlón.

Ace no respondió y se puso inmediatamente en el piso, sentado sobre sus rodillas y pies soltando una de sus dos espadas.

-¿Qué diablos está haciendo?...- Ace pudo escuchar a algunas personas susurrar- ¿va a pedir clemencia?

Barbaros.

El jamás rogaría por su vida.

Tomo una respiración profunda, bajo la mirada atenta y extrañada del hombre rubio y recordó todas las lesiones de su infancia.

-incluso en el final de tu vida- dijo su maestro Rayleigh- no debes dejar que nadie vea tu debilidad. Mediante  el suicidio, nuestra gente ha hallado la manera definitiva de mostrar eterna rebeldía a sus rivales… no doblar las rodillas, no suplicar, no pedir perdón. Así es como debemos ser.

Incluso sí Ace tenía miedo, sí no quería morir, sí no podía dejar de pensar en cómo le hubiera gustado recorrer el mundo sí no hubiera sido un miembro de la realeza y lo pesada que era la corona sobre sus hombros, tenía que honrar a sus antepasados.

En un movimiento rápido puso la espada frente a él y se apunto al pecho. Pudo ver la mirada horrorizada de los presentes, incluido su último oponente y solo por un pequeño instante…

Dudo.

El deseo a su vida logro hacer que su espada vacilara por un momento y en esos escasos cinco segundos, un pinchazo doloroso se clavo en su cuello, haciéndole quejarse de dolor y soltar la espada.

¿Qué diablos…?

Envió su mano a su cuello, arrancando lo que hubiera allí y llevándolo a sus ojos para observarlo mejor.

Un dardo.

Antes de que pudiera hacerse preguntas acerca de lo que estaba pasando, un horrible mareo lo invadió, su visión bailar en miles de puntos de colores, y su cuerpo dejar de responderle, cayendo a los pies de sus enemigos.

Aun consiente.

Las personas comenzaron a acercarse a él, aun con algo de cautela, susurrando demasiado bajo para su oído.

-¿iba a suicidarse? ¿Por qué? estaba haciéndolo bien…

- ¿Qué debemos hacer con él?

- lo llevaremos…- esa era la voz del rubio desconocido

-pero Marco…

- silencio Satch, este es mío. Y sí digo que lo llevaremos, lo haremos.

- recuerda lo que dijo padre- había otra voz que se unió a la conversación- que las cosas valiosas no son necesariamente tesoros…

-desde este momento- dijo el rubio- lo reclamo como mi pertenencia, sí alguien desea retarme a un duelo por el, que salga ahora.

- Marco… ¿estás seguro?

- sí, lo tomare bajo mi cuidado y jurisdicción, será mi sirviente.

¿Qué?

Ace pudo escuchar a medias esas últimas palabras y una ira asesina se apodero de él, haciéndole luchar contra la droga alucinógena y arrastrándose lentamente hacia sus espadas, esperaba conseguir su suicidio.

Jamás seria sirviente de nadie.

Sin embargo, antes de que pudiera siquiera llegar a ellas, el fuerte hombre rubio cayó sobre él, y en un rápido movimiento, ató sus manos detrás de su espalda y sus piernas juntas, levantándolo como un costal de patatas, echándolo sobre su hombro.

Lo último que vio Ace antes de caer en el sueño, fue la imagen del retrato en la sala del trono, que lo mostraba a él, a su madre y a su padre  de cabeza.

 

 

Notas finales:

¿que les parecio? yo personalmente creo que podria ser una historia muy sensual acerca del amo y su sirviente, ace tratando de suicidarse o matar a marco y barbablanca.

y ellos tratando de enseñarle que no tiene que ser un principe nunca mas, que ya no debe llevar esa pesada carga sobre sus hombros.

¿que tal?

un review si les ha gustado.

chau


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