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HISTORIAS MARCO X ACE Y ASL por Loraine Ishmouth

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Notas del capitulo:

hola chequetetas. 

he regresado.

voy a contarles la historia.

ayer en la noche tube una larga y productiva conversacion con mi hermana gemela (ya la conocen, la que subio unos capitulos una vez que yo no pude) y practicamente armamos el capitulo de hoy entre las dos incluso hablamos del lemon que puedo incluir en esta y en otras historias jejejeje (si, asi se confianza nos tenemos) y ueno aqui estoy.

muchas gracias a rena13, denisse, cristy, BeeBell y carita de pacman :v por sus reviews tan geniales, me animaron tambien mucho para el cap de hoy.

sin mas, a leer nenas que para eso estamos aqui.

Después de recibir esa relevante información la perspectiva de Ace cambio.

Un demonio.

Su alma gemela.

¿Por qué?

Los demás niños tampoco hallaban una explicación lógica para el asunto así solo siguieron viviendo con la idea de que sus almas gemelas eran demonios malvados. Todos los guardias los trataban así, como si no valieran nada, cada día les daban un vaso de agua y un tazón de arroz.

-si quieren más, ¡búsquenlo ustedes mismos!

Los chicos tuvieron que hacerse cargo. En grupos cazaron a las enormes bestias que Vivian en goa y terminaron construyendo una especie de mini comunidad para mantenerse a salvo.

Pasó un duro año y medio antes de que los padres de Ace vinieran a visitarlo. El pecoso se sintió esperanzado porque al fin podría decirle a su familia la clase de lugar en la que estaba, pero no fue así.

- mira niño, vas a sonreír, vas a mostrar lo bien que te gusta estar aquí ¿verdad?

- ¡claro que no, cabrones! ¿Qué diablos están pensando?
-oh, nada… pero sabes, el vampiro de las cejas rizadas realmente nadie quiere verlo, ni su familia ni amigos… ¿no quisieras que le pasara algo, verdad?

-¿q-que?

-como lo oyes niñito, en realidad la familia vinsmoke no se molestaría si su hijo no deseado desaparece de la faz de la tierra, pero a ustedes si ¿o no? Ahora ve y habla con tu papi y mami y piensa mucho lo que vas a decir.

Con esas palabras y un empujón, Ace fue llevado a la puerta del centro de visitas ya que a los padres no se les permite ver donde viven los chicos.

-cariño- su madre corrió a su encuentro  acunándolo entre sus brazos, protectora.

- hijo- Roger le dio una palmada amistosa en la espalda-

Se sentaron en una mesa, su madre arrullándolo como siempre le gustaba hacer y le preguntaron sobre su vida ahí.

El niño tuvo que mentir.

Por su amigo sanji.

Contesto con una sonrisa todo lo que le preguntaban, negándose a decir la verdad por el bien de su amigo. Sanji era quien peor la había pasado. Al ser un vampiro, necesitaba una dosis de sangre diaria y nunca era proporcionada por los guardias. Ace, Vivi, Sabo junto a los demás niños habían estado turnándose para que bebiera de ellos pero eran pocos y la sangre de animales no era tan nutritiva, eso lo había llevado a ser famélico, un niño muy flaco y que al final había atacado a uno de los guardias y lo había exprimido hasta la muerte.

Casi había intentado suicidarse después, pero con ayuda de los demás había logrado seguir vivo, ahora que sabían lo que de verdad era capaz de hacer alguien como el rubio, los guardias muy de mala gana habían estado proporcionando la comida necesaria para que el chico al menos siguiera vivo.

Cuando termino todo aquello, Ace volvió a ser llevado con los demás y sanji estaba herido pero vivo.

Los guardias lo habían pateado, ya que tenían una muy seria discriminación con él. Los vampiros, antes considerados cercanos a los demonios o seres de la noche, habían empezado a mezclarse con la sociedad cerca de trescientos años atrás y aún quedaban rezagos de esa xenofobia.

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 Unos meses después de la visita y justo cuando el barco se fue, Ace fue llevado junto con los otros niños a una sala extraña que hasta ahora no les habían mostrado.

Había un pasillo largo y blanco, lleno de salas cerradas donde los chicos fueron arreados como ganado, llegando hasta una sala más grande, llena de máquinas, gente con batas y lo que parecían ser aparatos para examinar los órganos.

- desnúdense.

-¿Qué?

Fueron obligados a ello. Al parecer, el gobierno mundial había decidido que ellos eran un objeto útil para el estudio de la ciencia. Por primera vez desde que llegaron habían armas, sujetos rudos y grandes que los intimidaron para que hicieran lo que se les pedía y doctores que los miraban como a un pedazo de carne.

Los chicos se encontraron sin ropa frente a sus amigos y todos trataban de evitar mirarse a los ojos por la vergüenza. Al final les fueron dadas unas batas de laboratorio que cubrían lo necesario.

- sube a la camilla niño.

Ace lo hizo. Las primeras veces no fue tan grave. Había muchos aparatos raros que median su circulación o latidos de su corazón, la fuerza de sus piernas, la actividad de su cerebro y aunque incomodo, Ace pudo decir que era soportable.

Pero eso no paro ahí.

- puede doler un poco- dijo el doctor mientras sonreirá  sosteniendo una aguja y el pecoso tuvo un muy mal presentimiento.

-¡AHHHHHHHHHGGG! – se retorció y trato de patear, pero no le fue posible defenderse, lo habían atado a la camilla

- quiero anotaciones de sus reacciones, también observen la cantidad de energía regenerativa que posee gracias a su vínculo.

- si señor- dijo una de las enfermeras.

Ace también podía oír gritar a sus compañeros, estaban en otras camillas, con diferentes grados de quemaduras.

- no deberías preocuparte por ellos- dijo la enfermera sosteniendo una nueva jeringa- yo estaría más preocupado por ti, dado el caso.

Luego inyecto de nuevo.

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Estaba muy, muy enojado.

No, eso era poco.

Por su nombre, juraba que quien fuera responsable de eso iba a ser arrastrado al mismísimo infierno por el mismo. Oh no, no solo haría eso, sería demasiado piadoso. Antes de llevarse su alma, se encargaría de darle la muerte más horrible que pueda imaginarse.

Y el…

Tiene mucha imaginación.

Los sirvientes llegaron a toda prisa, trayendo con ellos toallas, otras ropas limpias y comenzaron a ayudarle a cambiar sus vestidos empapados de sangre.

- mi señor… eso-

-silencio – dijo cortante- esto no es nada-

-sí, mi señor.

La sangre fue limpiada, los nuevos trajes fueron colocados y se sentó en el lujoso mueble de su hogar, reflexionando sobre los acontecimientos pasados hace solo unos momentos.

Hace un año y pocos meses, la marca apareció en su mano.

Primero fue extraño, incluso molesto. Que alguien como él, no, que una representación como el tuviera la marca de un alma gemela era ridículo. Pero en fin, nadie puede entender a él orden y sus jugarretas así que simplemente pensó que lo aceptaría como todo lo demás.

Un humano. Su alma gemela sería un humano. Le pareció raro ya que los humanos son las criaturas más débiles de todas y las que con más frecuencia debe guiar hacia el infierno.

Estaba curioso. ¿Cómo sería él? porque estaba seguro que no era una mujer, sus instintos nunca le fallaban. ¿Qué se supone que debía hacer una vez que lo trajera a su lugar? ¿Cómo se supone que debía tratarlo?

Nunca había tenido una relación más allá del sexo y nunca pensó que la tendría, era un demonio después de todo, un demonio mayor, con el poder suficiente para hacer caer al mundo en su pecado.

La lujuria.

Él era capaz de sacar la verdadera naturaleza de las personas, de mostrar lo ruines y desagradables que podían ser si sus deseos eran satisfechos.

Cuando la marca apareció, también pudo sentir un sentimiento que venía desde el otro lado del enlace. Era una extraña sensación de alegría que literalmente lo dopó. Se había sentado horas, sin fijarse en nada mas, únicamente hundiéndose en ese sentimiento ligero y agradable. Su humano tenía un corazón inocente aun.

Poco después, el sentimiento fue reemplazado con la confusión y luego la soledad.

Marco maldijo, porque al momento de tratar de encontrarlo e ir hacia él, no había podido sentirlo ni saber dónde estaba. Algo malo estaba pasando, él debía ser capaz de encontrarlo en cualquiera de los mundos y no podía hacerlo ahora. Algo habían hecho a su alma gemela para que el no pudiera llegar hasta él.

Quien sea que se dio cuenta de su conexión, había alejado a su humano y lo habían dejado solo. Mierda.

A medida que pasaban los días las cosas habían estado empeorando. Los sentimientos transmitidos hacia el eran de pura incredulidad, miedo, algo de ira y confusión.

Luego vino el dolor.

Marco no movió ni un dedo, ni dio un solo quejido al haber experimentado ya todos los dolores que pueden tener las personas y simplemente dejo que su ira fuera alimentándose de ello, mientras transfería sus habilidades a su alma gemela para que sobreviviera.

Su humano estaba sufriendo terribles heridas y se aseguraría de hacerles pagar a los responsables.

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Ace volvió a su habitación y se arrojó sobre el colchón sin fuerzas. No podía aguantar más, no, no quería hacerlo. Su cuerpo era destruido y reconstruido una y otra vez. Los científicos trataban de destruirlos de todas las maneras posibles solo para ver hasta donde el enlace estaba dispuesto a llegar para salvarlos del daño y tomar sus heridas.

Pero al menos se dio cuenta de una cosa.

Su alma gemela estaba tratando de ayudarlo.

Quien diría que un demonio, un ser de oscuridad, dueño de un pecado sería el único en brindarle ayuda. La regeneración evitaba la mayor parte del dolor y el resto era borrado poco a poco por los sentimientos de calma y de esperanza que le eran transmitidos.

Los demás chicos no tenían tanta suerte. Después de todo, sus almas gemelas, aunque poderosas, no igualaban la capacidad de Ace para curarse. Sabo ahora tenía unas desagradables cicatrices en su rostro y hombros que deben tener muy disgustada a su alma gemela.

Sanji era quien corría con más suerte. Su alma gemela, un dragón, le permitía a su piel endurecerse de tal manera que la mayoría de los ataques físicos ejercidos contra él, eran inútiles. Eso llevaba a un intento mucho más fuerte por hacerle daño y encontrar otras maneras de lastimarlo.

Había escuchado a esos hombres diciendo algo acerca de convertirlos en buenas marionetas. Al parecer, pensaban en controlar a los demonios que eran sus destinados, a través de ellos.

Tres años ya desde que esa tortura médica había comenzado. Los chicos aceptarían la muerte con gusto solo para librarse de todo.

Estaba a punto de dormir cuando su puerta se abrió.

Salto de inmediato en guardia, mirando extrañado cuando tres guardias entraban a su cuarto y todos lo miraban con sonrisas en el rostro lo cual le daba mucha desconfianza.

-¿Qué hacen aquí?- no era momento para más exámenes. Se suponía que los dejaban solos hasta que los llamaran de nuevo los científicos.

- cállate mocoso- dijo uno de cabello morado con una expresión de malicia- hemos venido a visitarte.

El niño puso mala cara y retrocedió hasta que sus rodillas tocaron el colchón de la cama.

- eres el único de todos que vale la pena para algo. La perra elfa no hacía más que chillar e invocar espíritus y el mago todavía tiene energía para una barrera.

¿Qué?

Ace no tenía poderes mágicos, lo único que lo mantenía vivo era la voluntad de su alma gemela para regenerarlo en cada ocasión.

- e incluso si nos pasamos volverás a estar como nuevo.

Tragó grueso. Sabía a donde iba esa conversación.

Desde hace un tiempo había sentido esas miradas asquerosas sobre él y sus compañeros, ahora que estaban en la adolescencia y sus cuerpos comenzaban (o terminaban en caso de los más grandes) a convertirse en adultos.

No podía más que apartar la mirada de las veces en que lo miraban de arriba abajo en los exámenes, o los doctores que trataban de tocarlo más allá de los exámenes o cuando no dejaban siquiera que se bañaran solos.

Cuando el primero de ellos trato de acercarse a él, una patada en los genitales fue su respuesta y el hombre soltó un alarido mientras se dejaba caer en el piso y los demás se lanzaban sobre el niño.

-¡sostenlo!

-¡hijo de puta! ¡Voy a rajarte el estómago!- grito el guardia lastimado, tratando de recuperarse rápidamente.

Ace soltó gritos e insultos, se retorció en las manos de sus guardias y defendió su cuerpo de ser desnudado con todas sus fuerzas. Pero no era nada más que un humano. No era competencia para un hombre lobo, un elfo y un hombre reptil.

Su cuerpo se llenó de miedo y de rabia bajo las miradas asquerosas de esos hombres, no quería eso.

No, no, no, no, no.

Miedo.

Odio.

Asco.

Rencor.

Repulsión.

Rechazo.

Su cuerpo se llenó de eso y se dejó hundir en la desesperación y el odio.

Déjamelo a mí.

Susurró una voz en su interior que no era suya y no era conocida.

Nadie te hará daño.

Yo me hare cargo.

El chico dejo de gritar y mirando a la nada contesto.

- sí, lo dejo en tus manos.

Sus ojos se cerraron y a la falta de resistencia los guardias creyeron que se había rendido a sus deseos.

- están muertos- dijo finalmente después de unos segundos-

La habitación se volvió fría y oscura, manos extrañas comenzaron a surgir de las sombras  sosteniendo y alejando los guardias de Ace, que se levantó, miro su ropa hecha jirones, la acomodo lo mejor que pudo y luego los miro.

Sus ojos eran azul brillante y eran tan fríos que no dudarían en pensar que estaban mirando a un monstruo.

-ustedes probablemente no pensaron en lo mala idea que era esto ¿verdad?-

La voz que salió de su garganta no era la de Ace. Sonaba a un hombre adulto, un poco perezoso, malicioso y cruel.

- ¿q-que?

- no me molestare en contestar sus preguntas, mortales. Ustedes simplemente hicieron algo muy estúpido. Intentar tocar a MI humano, usar su cuerpo para su diversión… ¿realmente pensaron que podían salirse con la suya?

Los hombres comenzaron a gritar con fuerza, llamando a sus compañeros, y  el pecoso los dejó. Total, nadie podía hacer nada contra él.

- voy a comer sus almas, mortales, voy a enviarlos al infierno.

Las manos oscuras se apoderaron de los hombres y los retorcieron como trapos mojados. Sus cuerpos crujieron y se quebraron en horribles sonidos de castañeo de huesos y órganos aplastados pero el chico no se inmuto.

Después de todo no era Ace.

Marco había sentido el dolor y la desesperación de su humano una vez más. Pero había sido diferente, el chico había estado al borde de la locura y  supo que era su momento para hacer algo. Cuando estaba en un desequilibrio emocional tan alto, pudo llegar hasta el a partir de la conexión en base a la ira que lo estaba llamando.

El niño quería destruir y Marco lo haría por él.

Alcanzo la conciencia de su humano y le pidió permiso para entrar. El chico se lo concedió y cuando al fin pudo ver a través de sus ojos se encontró con la desagradable escena en la que esos mortales desvestían a su chico con lascivia.

Invoco su poder y las manos negras comenzaron a salir, alejando a esos imbéciles del cuerpo sagrado de su mortal y les sonrió fríamente.

Después de que se retorcieran hasta ser solamente un pellejo sanguinolento miro la habitación rustica. Una cama, una mesita de noche, un pequeño guardarropa.

Se acercó al espejo y vio su rostro por primera vez.

Una cara suave y pecas fue lo primero que vio, cabello negro ondulado y su piel morena.

Sonrió y se relamió los labios.

Nada mal.

Salió del cuarto donde lo esperaban más guardias. Les dio el mismo destino  y continúo caminando, hasta que de una esquina alguien salió gritando su nombre.

- ¡Ace! – Marco miro y vio a un vampiro rubio de cejas rizadas que sostenía un tubo de metal- ¿estás bien? ¡Nosotros veníamos a ayudarte! ¡Esos guardias malditos! ¿Dónde están?

No sentía deseo de matarlos, lo cual significaba que no eran objetos de la ira de su humano, por lo cual no hizo daño.

- ¿Quién eres?- una elfa de cabello azul salió adelante tratando de acercarse a Ace- no eres Ace ¿verdad?

- no lo soy- respondió Marco –

Los chicos parecieron nerviosos pero no se alejaron.

- tu, el vampiro-

-¿sí?- dijo el chico con un poco de temor

- donde esta este lugar

-¿Qué?

-¡donde está esta isla! ¡Cuál es su nombre!

- Goa…

Antes de que Marco pudiera hacer otra pregunta, una fuerza sobrenatural le separo de la mente de su humano… Ace.

- mierda- el demonio se levanto

Al menos ahora sabía qué lugar estaba buscando.

Notas finales:

este me salio mas largo verdad? me alegro 

espero que les haya gustado.

un review por la conti.


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