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HISTORIAS MARCO X ACE Y ASL por Loraine Ishmouth

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Notas del capitulo:

LEER NOTAS DE AUTOR

hola señoritas, lamento la tardanza, esta semana tenia unos parciales y muy molestos asi que no podia concentrarme en escribir o cualquier otra cosa para el caso.

bueno, aqui les traigo una probadita de otro de mis fic.

con respecto a la sorpresa es la siguiente.

tengo un fic que ustedes no han visto antes y me gustaria saber que piensan sobre lo que voy ha subir.

es un fic Marco x Sabo x ace 

si ES UN TRIO.

su tematica es la siguiente.

marco es el rey de los vampiros, sabo es su primera novia y ace...

la novia que han elegido entre los dos para acompañarlos.

¿que les parece?

les pregunto porque tal vez hay gente que se moleste y no quiera leer o que no les gusten los trios (este trio en particular es muy popular en el fandom ingles.  asi que quiero preguntarles que tal les parece, bueno les prometo que sera un fic, muy sexy jajajaja

ademas, con respecto al fic de las almas gemelas, sera publicado independiente cuando termine de subir el prologo de heart on a chain para no dejar cabos sueltos.

sin mas, los dejo con la lectura señoritas.

Las personas sabían perfectamente el hecho de que en una galaxia tan grande, todo era posible.

Habían planetas enteramente de agua, donde criaturas marinas con cerebros inteligentes vivían pacíficamente, construyendo ciudades a más de 10.000 metros bajo el agua. Había planetas tan calientes que los habitantes podían fundirse en magma, otros donde habitaban dioses y vivían en las nubes.

Era por esa diversidad de especies, hábitats y tecnologías que las personas no se sorprendían por casi nada, pensando que ya todo estaba descubierto y que el gobierno universal había hecho un gran trabajo con la integración de todos esos planetas en un sistema de justicia único y general.

Pero no era cierto.

Habían muchos planetas que no pensaban así.

Después de todo, aquellos que hace tantos milenios habían creado el gobierno universal se habían llamado a sí mismos “tenryubitos” habían elegido uno de los planetas más edénicos del universo, se habían plantado en mariejois llamando a ese lugar tierra santa y a medida que pasaban los años se habían convertido en unos seres despreciables que acostumbraban tratar a los demás seres vivos como nada más que basura.

Aun así, el sistema se sostenía y todo estaba en su sitio.

Entre todos esos planetas había uno muy especial.

Era un planeta abandonado que habían nombrado como “terminal gray” y que tenía una función muy especial.

Era un planeta basurero.

De todas partes de la galaxia llegaban barcos cargados de basura que tiraban en la atmosfera del planeta, provocando una contaminación sin igual y montones de lluvias de chatarra.

Por supuesto a nadie le incomodaba eso.

Después de todo era solo basura. Era un planeta donde estaba permitido tirar lo que se quisiera.

Solo pocos sabían que había una función especial y desagradable para el planeta y para ello se tiene que estar dentro de él, en la tierra sucia, rodeado de montañas de basura y radiación.

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El cielo de color verdoso y rojo se iluminó con los miles de focos que las naves de carga encendieron al llegar a determinada distancia de la atmosfera de gray terminal.

Con un pitido unánime, las pistas de descarga se abrieron como una especie de caja torácica  y miles de toneladas de basura comenzaron a caer  en forma de una lluvia de fragmentos de metal y miles de otras cosas.

Unos movimientos llamaron la atención.

De entre los montones de basura, hubo pasos, gritos y algarabía y uno por uno, montones de personas sucias y animadas fueron revelándose.

- ¡ah! ¡Ha llegado la lluvia de provisión!

- ¡por fin! ¡Pensé que no pasaría de nuevo!

-¡habían pasado dos meses después de todo!

A medida que las toneladas de basura caían, la gente fue acercándose a las nuevas adquisiciones, recogiendo lo que les pareciera útil, ya sea para mejorar sus “viviendas” o por alguna otra razón.

Como se habrán dado cuenta, este planeta era singular. Dentro de esa regla de “puedes tirar cualquier tipo de residuo” estaban los seres humanos y criaturas vivas.

La lluvia duro varios días.

Una vez que hubo terminado y cada uno había recogido su propio montón de chatarra, algo sucedió.

Una nave especial descendía hacia ellos, muchas personas alejándose sabiendo lo que era. Con suavidad, la nave bajo hasta la superficie terrestre. Era demasiado pequeña para que una persona normal pudiera habitarla y tenía la fuerza solo suficiente para sostener la pequeña cajita que colgaba al extremo inferior.

Con un suave “plop” la caja toco la tierra y el pequeño helicóptero mecánico subió hacia las estrellas, perdiéndose de vista al cabo de unos minutos.

La gente se alejó de la caja, miedo a involucrarse.

Después de todo ya sabían lo que era.

Una persona.

Otro pedazo de basura para gray terminal.

Nadie quería hacerse cargo de él. Porque en un lugar donde no se tiene nada, no se puede compartir nada. No podían hacerse cargo.

Sin embargo, de entre el montón de gente dos pequeños niños salieron, acercándose a la caja con determinación en sus ojos.

Abrieron la tapa y miraron el interior donde un bebe estaba plácidamente dormido, ignorando todo el bullicio de afuera.

-¿Qué piensas, Sabo?

- bueno, yo creo que sobrevivirá.

Los dos niños tomaron a la criatura junto con la caja y se fueron. Nadie dijo nada, nadie se opuso, porque ahora era problema de alguien más.

- ¿Qué crees que dirá Dadan?- el niño rubio de nombre Sabo pregunto

- ja, le va a encantar- dijo el otro, de nombre Ace, con la boca llena de sarcasmo.

La mujer de la que hablaban era una  vieja ruda que vivía a las afueras del principal foco de personas, oculta por un bosque de árboles gigantes radioactivos, que se llamaba así misma y a sus secuaces “bandidos de la montaña”. Lo cual era ridículo porque no habían bandidos realmente, no había nada que robar, después de todo.

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-¡corre Luffy, corre!-

Las risas, la algarabía y la carrera podían escucharse por todo gray terminal. Las personas refunfuñaron molestas cuando vieron pasar a los tres molestos sacos de carne, haciendo tambalear los frágiles armatostes de chatarra.

-¡Sabo, Ace, espérenme!-

El tercer niño ahora tenía cinco años, su piel era morena y vestía una raída camisa roja, unos desgastados pantalones cortos, que probablemente en algún tiempo fueron azules pero ahora eran gris opaco y estaba descalzo, tenía una cicatriz bajo el ojo.

Los otros dos niños ahora tenían diez años de edad. El primero, Ace, también era moreno, pero a diferencia de Luffy (como habían llamado al niño) su cabello negro era largo y ondulado, su cara cubierta por pecas y una mirada dura que fruncía el ceño a todo momento.

El segundo era Sabo, era rubio con el pelo rizado y ojos azules,  cuando sonrió, mostro su falta de un diente, (perdido en la lucha contra un mutante) y era el que más ropa llevaba de los tres. Un abrigo azul desbastado con una pañoleta roída en el cuello, un cinturón ancho sostenía sus pantalones pero al igual que los otros, sin zapatos.

A pesar de lo molesta que había sido Dadan al principio, dejo que Luffy se quedara. Sabo y Ace sabían que a pesar de verse como una perra sin corazón, en realidad era una mujer amable que los había recogido a los dos cuando habían sido unos bebes que no podían defenderse. Y era un éxito que habían logrado vivir hasta la edad que tenían, en un planeta donde todo era salvaje y estaba destinado a matar.

- ¡se supone que hoy llega la “lluvia provisión”! ¡Tenemos que estar ahí antes que los demás o se lo llevaran todo!- grito Sabo a la delantera

- ¡pero no puedo correr tan rápido!- se quejó el menor

- ¡es porque eres débil!- dijo Ace en tono de burla- ¡regresa a casa mejor! ¡Te traeremos algo!

- ¡no!

Cuando dijo eso, el niño aumento la carrera todo lo que pudo para no perder a sus hermanos. Saltaron entre las montañas de desechos radioactivos corriendo hasta que estuvieron lejos del pueblo y cerca de donde la lluvia de basura era más concentrada.

Una vez llegaron allí, se sentaron y recuperaron el aliento mientras miraban el cielo con aire nostálgico.

Las estrellas que brillaban con un extraño tono de rojo eran hermosas. Habían mirado toda su vida las naves de basura llegar al planeta y nunca aterrizar pero eso les había dejado claro una cosa.

Que había algo más allá.

Que esas naves tenían que venir de algún lugar, que no estaban solos en el universo y que había muchas cosas afuera que no conocían.

- ¡un día vamos a salir de aquí! ¡Ya verán!- dijo Luffy sonriendo

Los dos hermanos no dijeron nada. Sabían lo imposible que era, pero aun así, ellos también deseaban traspasar esa barrera invisible que llamaban atmosfera, y que los separaba de un montón de cosas increíbles.

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La oportunidad llego en forma de la primera nave de descarga que se desplomo en un montón de ruidos de sirenas, cayendo en un lugar poco accesible.

Sorprendidos, los niños corrieron y sin importarles la zona peligrosa donde la nave había caído llegaron hasta allí.

Casi con temor reverente miraron la estructura frente a ellos. Por lo menos el doble de tamaño de la casa de los bandidos, blanca, perfecta, no llena de óxido y baches como toda la demás chatarra en ese planeta.

- s-Sabo… ¿Qué hacemos?

- ¿no es obvio, Luffy?- dijo Ace, mordiéndose los labios en la excitación- hay que entrar

Sabo asintió en silencio y después de recorrer la nave, dieron con un botón rojo, que al apretarlo, dejo caer una escalera gigante que abrió  una puerta para el ingreso.

Los niños, suavemente, como si tuvieran miedo de la mera idea de que había algo que vino del exterior y que no era completa mierda inútil. Ingresaron al lugar con los ojos abiertos, mirando todo a su alrededor.

Luffy inmediatamente comenzó a gritar y correr alrededor, emocionado  y feliz. Los hermanos trataron de detenerlo, pero fallaron miserablemente y al final los tres corrían de un lado a otro, tomando todo en brazos, usándolo de maneras equivocadas pero ellos que iban a saber.

-¡miren esto, Sabo, Ace!- dijo Luffy mientras tomaba un casco espacial y lo metía exitosamente en su cabeza- ¡tengo una burbuja en mi cabeza!

- ¡tonto!- grito Ace- ¡eso es obviamente un baño portátil!

- ¡puagj!- el niño grito, tirando el casco lejos de él.

Sin embargo, habían quedado paralizados al llegar a la cabina. Ahí, en el asiento del piloto, estaba un hombre muerto.

¿Qué le había pasado?

Le quitaron el casco de la cabeza, Luffy jactándose de que había estado en lo correcto, y miraron el rostro del hombre con una mueca de dolor. Una mano estaba apretando su pecho, por lo que supusieron que al hombre le había dado un ataque.

-¿lo enterramos?- pregunto Luffy y sus hermanos se encogieron de hombros.

Al final, cavaron un agujero a unos metros de la nave, y después de quitarle todo lo que parecía de valor al cadáver, lo enterraron en el agujero.

Luego volvieron a explorar.

- tenemos que hacer funcionar esta cosa- dijo Ace decidido- tenemos que hacerla funcionar e irnos de este maldito lugar para siempre.

Los niños asintieron, era todo lo que podrían pedir.

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Por mucho que desearon salir rápido, no aprendieron a manejar la nave correctamente hasta que los dos mayores tuvieron diecisiete años. Tardaron todo ese tiempo, tratando de descifrar por si mismos el idioma de la nave y apretando botones, fallas y éxitos, choques suaves y no tan suaves, y perdida de combustible, que resolvieron con los muchos litros que encontraron en algunos barriles abandonados por las naves cuando tenían sobrecarga.

Finalmente, un día cualquiera consideraron que era el momento.

Habían estado explorando la atmosfera del planeta durante los últimos meses, en los días donde no había lluvia de provisión, y finalmente estaban listos.

Querían tomar a Dadan y los bandidos con ellos pero se negaron.

- no hay nada para nosotros allá afuera- dijo tajantemente la mujer pelirroja- ustedes van a buscar algo, nosotros no

Incluso si los jóvenes muchachos no podían comprender la razón por la cual los bandidos no se marchaban, respetaron la decisión.

 Entonces les entró duda, ¿y si no había nada allá afuera para ellos? ¿Y si todo lo que habían soñado con encontrar no era como ellos lo pensaban? ¿Qué pasaba si no eran capaces de defenderse allá afuera?

Finalmente la mujer que los había criado, quien les dio el empujón.

- ¡lárguense de aquí malditos mocosos! – Dijo con una cara dura- y si el mundo que esta allá afuera no les gusta, no vuelvan

Ellos sabían que quería decir todo lo contrario. Que si volvían, habría una casa hecha de chatarra y basura que los recibiría.

- gracias vieja bruja- dijo Ace sin mucha parsimonia con una suave sacudida de mano mientras subía a la nave

- gracias por cuidar de nosotros todo este tiempo Dadan- Sabo, que siempre había sido más cuidadoso al hablar, dijo inclinando la cabeza en reconocimiento a la vieja, para luego dar la vuelta

- ¡Dadan!- dijo el tercero- ¡los quiero chicos!

La mujer ruda saco un sucio pañuelo de su bolsillo y comenzó a llorar a lágrima viva.

- ¡ya, largo de aquí!-

Dogra, Magra y los demás bandidos celebraron la partida de los chicos con algarabía y la gente del pueblo salió a mirarlos, como si no pudieran creerlo. ¿Para qué querían ir allá afuera?

Los chicos ignoraron esa punzada de miedo en el pecho mientras la compuerta de la nave se cerraba y comenzaba la ascensión hacia la atmosfera del planeta. Sabo en la cabina de mando con Ace como su copiloto y Luffy mirando como ellos manejaban los botones, listo para el momento en que ellos pudieran necesitar ayuda.

La presión comenzó a sacudir la nave  y los chicos casi entran en pánico al ser la primera vez que experimentaban esa sensación. Se aferraron a sus asientos, mordieron sus lenguas y siguieron empujando hacia arriba hasta que de un momento a otro, todo se detuvo y se encontraron a sí mismos flotando en un mar que nunca habían conocido.

¿Las estrellas no eran rojas? ¿Por qué todo se veía tan distinto desde fuera?

Los cinturones de seguridad se desabrocharon y los chicos se encontraron flotando sorprendidos. Luego se rieron y jugaron a volar dentro de la nave hasta que Luffy se paralizo y miraba por la ventanilla.

Siguieron al menor y observaron el planeta que acababan de dejar.

¿De verdad terminal gray era tan grande? Se sorprendieron al ver que el lugar donde siempre habían vivido era diminuto comparado con toda la extensión del planeta y que era de un vivido color rojo.

Probablemente fuera esa la razón por la cual las estrellas se veían como lo hacían cuando estaban allá abajo.

- ¿y ahora qué?- pregunto Sabo mirando las pantallas de la nave, el combustible y el oxígeno eran a mitad de capacidad por lo cual tenían que encontrar pronto un lugar para aterrizar

- bueno, sigamos – dijo Ace dejando de mirar su planeta- algo habremos de encontrar ¿no?

- ¡si, aventura!- grito Luffy

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-no, no, no, ¡no!- dijo el rubio mientras miraba las estadísticas de la nave- ¡esto no puede estar pasando!

- ¿Qué pasa Sabo?- dijo Ace- ¿porque la nave está sonando así?

- algo está fallando- el rubio examinaba todos los paneles- no sé qué es pero la nave está a punto de colapsar- dijo aterrado.

Luffy estaba corriendo de un lado a otro, gritando, hasta que los mayores le dieron un puñetazo y le exigieron que se calmara.

-¡Sabo!- grito el niño con cara de terror- ¡hay algo escurriéndose de la nave!-

-¿Qué?

Así era, cerca de un motor, la nave estaba botando combustible.

-a las cabinas de escape…- dijo Ace- nos vamos de aquí

- pero Ace…

Solo cabía una persona en cada cabina, habían tres lo cual era perfecto pero si se separaban ¿Cómo volverían a encontrarse?

- creo que es lo de menos ahora- afirmo Sabo- si el combustible llega al motor, explotará y nos vamos a morir.

-¡no quiero morir!- gritó Luffy- ¡aún no hemos visto nada!

- por eso las cabinas son nuestra única opción.

Refunfuñando, se abrazaron entre ellos antes de que Ace llevara a Luffy a la primera cabina con unas cuantas provisiones y luego de cerrar la puerta y apretar el botón, él y Sabo miraran la pequeña burbuja alejarse de ellos en una carrera.

-¿recuerdas como aprendimos a manejar esas cosas?

Y como no hacerlo, si habían volado en la puta burbuja durante días.

- seh ¿crees que estará bien?

- no lo sé, pero después de todo esto es mejor que estar allá.

- ¿Qué crees que diría Dadan si nos viera ahora? Apenas una semana de viaje y ya estamos casi muertos.

- pfff, ni me lo recuerdes.

Sabo fue el segundo, aferrándose a un sombrero viejo de color azul que había encontrado unos años atrás en el basurero y se había aferrado a él con su vida, como una especie de tesoro. También se llevó algo de provisiones y luego de una despedida donde ambos estaban luchando por contener las lágrimas que habían ocultado de Luffy (era sus hermanos mayores, no debía verlos llorar) el botón fue apretado y la maquina puesta en funcionamiento, y miró a  Sabo perdiéndose en el horizonte.

Ace trato de soportar un poco el sentimiento de vacío, y se dirigió a llenar la tercera burbuja con algunas cosas de comer y su propio tesoro, un collar de cuentas rojas que había formado buscando y encontrando cada una de ellas a través de los años.

Una vez estuvo todo listo, se metió en la cabina cerro la compuerta y apretó el botón rojo al interior de la nave.

Un golpe rápido causo una presión en su estómago, a medida la velocidad lo alejaba de la nave que estallo en pedazos ante su vista… si hubiera estado un minuto más allí…

No sabía que le esperaba ahora que estaba a la deriva en la pequeña burbuja. Tenía agua, aire y comida para varios días pero eso era todo. Si no llegaba a algún lugar aunque no supiera exactamente a qué lugar llegar, moriría.

Paso los primeros días mirando al infinito y preguntándose qué habría sido de sus hermanos ¿habrían sobrevivido? ¿Habrían llegado ya a un lugar donde aterrizar y él era el único que aún no lo había hecho?

Como los días pasaban y los suministros se acababan dejo de pensar en cosas y durmió. Que la muerte viniera si le daba la gana.

Notas finales:

¿Que tal les parecio? espero que les haya gustado y darme su opinion como siempre.

no se olviden de decirme que piensan acerca de la sorpresa XD


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