Ace corrió con la flor en sus manos sin mirar hacia atrás. Había arriesgado su culo para robar la planta que podría salvar a su hermano de la maldición mortal de la fruta del diablo y tuvo que darle a él antes que nada.
Después de todo, no esperaba estar vivo por mucho tiempo cuando él había robado el lirio de la resurrección del jardín de los magos más poderosos y peligrosos del continente.
La maldición de las frutas del diablo, era una peste que corría entre las frutas, por fuera, podía verse completamente sana, pero ni bien se daba la primera mordida, se daban cuenta que, su interior estaba repleto de espirales negras, signo de la enfermedad. Cualquier que comía una de esas frutas moriría si no recibía antes el antídoto que se preparaba con esas flores mágicas.
El utilizó su poder heredado de su madre, que le permitía convertirse en cualquier animal o criatura que pudiera tocar, para colarse en los jardines del castillo sin ser visto y robar una miserable flor, de entre las miles que florecieron por todo el lugar y luego corrió con ella, convertido en un pequeño gato negro.
Había estado corriendo durante días. No se detendría y darles la oportunidad de atraparlo sin antes dar la flor a su hermano que se moría en su casa a causa de la fiebre.
Se mantuvo su aura al mínimo para disminuir las posibilidades de encontrarlo antes de tiempo, él era realista, no podía escapar.
No de los magos más poderosos.
Pero podía hacer tiempo.
Saltado en la ventana de su casa, realmente agotado. Luffy estaba sudando, con la cara roja y llena de dolor. Makino enjugaba el sudor del niño y dio un suspiro de alivio cuando vio a Ace en la ventana.
- Tómalo... - susurró Ace con la última pisca de su energía, que ni siquiera tenía la fuerza para volver a su forma humana.
Makino se apresuró a tomar el lirio y suavemente retira todos los pétalos. Tomó la tetera llena de agua hirviendo y llenó una taza junto con los pétalos que inmediatamente tiñen el agua de un azul brillante.
Para Ace el color de la esperanza.
Cuando se las arreglan para hacer Luffy beber la poción, inmediatamente sus mejillas ya no son exageradamente rojas, se detiene la sudoración y poco a poco las espirales en su cuerpo desaparecen dejarlo en un estado normal.
Ace ronronea con la felicidad y decide que es un buen momento para desmayarse por agotamiento.
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Cuando se despierta, se da cuenta de que no está en su casa y que todavía está en su forma gatuna. Luffy no se encuentra, y que no puede oler a Makino. Examina el lugar donde duerme y se da cuenta de que es una almohada de terciopelo rojo en el centro de una cama.
De acuerdo, esto da una muy mala espina.
Se levanta con lentitud y mira a su alrededor.
No hay ventanas en la habitación, así que transformarse en un pájaro y volar no serviría de nada. Está aterrado por completo y se niega a tomar su forma humana, ya que cree saber lo que está sucediendo.
La puerta se abre y el niño está listo para cualquier cosa. Un hombre rubio con la cabeza afeitada entra, sus ojos azules dan apariencia de que esta medio dormido, pero tiene una sonrisa relajada en el rostro. Es seguido por otro rubio con el pelo ondulado, su cara tiene cicatrices en su ojo izquierdo. Ambos visten túnicas bordadas con oro, en distintos tonos de azul y se acercan a la cama, extendiendo sus manos para tomar el gatito indefenso.
Ace hace lo más natural.
Intenta escapar.
Unos rayos de luz, parecidos a hilos de oro se enredan en sus pequeñas patitas y lo hacen tropezar, envolviéndose en su cuerpo con rapidez, inmovilizándolo.
Pronto se apoya en los dos magos, que conjuran un pequeño hechizo, para impedirle adquirir sus formas más grandes (un elefante, oso, tigre etc.), se sacude, pero es inútil, está demasiado enredado en la magia.
Magia poderosa, puede decir.
- la verdad, nunca pensé en que nuestro ladrón era un cambia-formas demoniaco... -el mago con parte de la cabeza afeitada habla con una pequeña sonrisa, que contiene as como si fuera un pequeño niño -son muy raros de encontrar, no es cierto, Sabo, ¿querido?
-Si Marco, estoy de acuerdo... ¿hacia dónde llevaste nuestra flor mágica? ¿Tu maestro pidió que la robaras de nosotros?
- son muy valiosas, pequeño. Están regadas con nuestra propia sangre y magia, no podemos dejar que cualquiera las tenga.
- tu maestro está en graves, graves problemas. Así que ¿Dónde está?
-si eres un buen chico y nos lo dices, es probable que te dejemos ir - Las sonrisas maliciosas en las caras de los magos le dijeron que no era verdad... ¿tal vez pensaron que no era inteligente? ¿Por qué no trataban siquiera de mentirle? Sus maliciosas intenciones podían verse a kilómetros.
Sin poder resistirse, ellos pusieron en su cuello un collar de perlas rojas, que brillaban con algún tipo de hechizo.
- Esto te permitirá hablar y además no dejara que nos digas mentiras... ahora- sus rostros se volvieron más serios- ¿dónde está nuestra flor mágica, gatito?
No, no, no, ¡no!
Ace sacude y trata de defenderse de la magia, pero siente como si su voz sale de él sin su permiso.
Esta aterrado.
¡No quería involucrar a Luffy en esto!
- Yo... - dice, tratando de resistir - Se lo di... ah! ¡No!
-¿a quién se lo diste, gatito? ¿A tu maestro?- sus estaban oscurecidos y eran extrañamente aterradores- habla pequeño.
Trató de resistir una última vez pero no funciono.
-n-no, no tengo ningún maestro... mi hermano… ¡se lo di a beber a mi hermano!
-¿hermano? ¿Tienes un hermano?- eso pareció interesar muchísimo a los dos magos- ¿otro cambia formas?
-n-no.
-¿Qué es, entonces?
- es un niño pequeño… no le hagan daño por favor…
Ace se encogió sobre sí mismo en su forma de gatito. Luffy solo era un niño, ni siquiera un mago, solo había estado enfermo y Ace no había visto otra solución.
Una mano callosa se asentó en su pelaje negro y comenzó a acariciar. A pesar de los nervios, la magia que salía de la mano era relajante y le hacía cosquillas, agradables a su pelaje, y aun encontrar de su voluntad se encontró ronroneando en las caricias.
- un humano pequeño. Probablemente un protegido- Sabo llegó a la conclusión.
Las criaturas mágicas o demoniacas son muy fieles con sus benefactores. Es por eso, que los magos las adoran para hacerlas sus familiares.
-¿así que no estas enlazado a ningún maestro?- Marco dijo con suavidad y Ace detuvo sus ronroneos.
-Es una gran noticia- concordó Sabo
- serias muy útil para nosotros si te conviertes en nuestro familiar.
No.
¡No!
-¡no lo hagan! ¡Déjenme ir! ¡Quiero volver con mi hermano!
-robaste nuestra flor, ¿verdad? Entonces es justo que pagues por ella...-
Una daga de obsidiana salió de una de las chaquetas de los magos y el cambia forma estaba asustado ¿van a apuñalarlo? ¿Matarlo y robar su magia?
En lugar de ello, ambos magos cortaron sus dedos índices para retirar algo de sangre. Sostuvieron fuertemente el hocico de Ace abierto y dejaron caer una gota de sangre en su boca al mismo tiempo. Ace siente que algo se enreda alrededor y tira de él, y lo envuelve rápidamente. No puede contenerse por más tiempo.
Grita, regresando a su forma humana y siente un par de tatuajes que crecen en su espalda, lo que indica que él es ahora el familiar de estos dos magos extraños.
Cuando el ritual termina, Ace está cansado, con muchos temblores corriendo a través de su cuerpo debilitado, y puede ver los magos sonrientes, sorprendidos y satisfechos.
Acarician la cabeza de Ace con amabilidad.
- Marco… ¡es tan increíble!... ¡Nunca había visto nada igual!
- hay que agradecer correctamente a la diosa después. Nos ha enviado un increíble regalo…
- ¡Vamos a tomar el buen cuidado de usted! ¡Lo prometemos!