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HISTORIAS MARCO X ACE Y ASL por Loraine Ishmouth

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Notas del capitulo:

hey!!! mi! miren quien volvió!!!!

ajajajjaja, estaba navegando en un blog de internet llamado auideas.tumblr.com y me encontre un titulo que me llamó la atencion asi que lo escribi y quiero compartirlo!

la idea puede ser usada libremente, pero fue creada por los admin de ese blog, el desarrollo de la trama es completamente mio!

espero que les guste!

LEER NOTAS AL PIE DE PAGINA PARA MAS ACLARACIONES.

----Monstruo bajo la cama  AU: El personaje A es el monstruo que vive bajo la cama de Character B, y cada noche el personaje A ha tenido que escuchar al personaje B orar por el alivio de sus abusivos padres / matones / parientes / etc. El personaje A está listo para hacer algo al respecto.

-por favor, te lo suplico- Marco oró arrodillado en el borde de la cama- has que mi padre mejore. Quisiera que dejara de beber tanto, para que así no golpee a mamá ni a mí.

Era la misma historia de siempre. El niño llegaría de la escuela, sufriría incontables abusos por parte de su familia y luego en la noche, en la soledad de su habitación, se arrodillaría a orarle a un dios que lo ignoraba por el bienestar de su familia rota.

No se había dado cuenta aun. Pero no estaba solo. Bajo su cama, escondido entre las sombras, habitaba otro ser que escuchaba día y noche esas plegarias.

Ace se alimentaba del miedo. Le gustaba ver temblar a la gente, y comer la energía que dejaban salir cuando sus corazones querían reventar de su pecho al verle en su verdadera forma, o cuando les hablaba, haciendo que se sintieran como si estuvieran a punto de morir.

Normalmente los niños son las presas más fáciles.

Un pequeño susurro en la noche, una puerta abierta o en el mejor de los casos una sombra en el armario o bajo la cama, y los tontos estarían gritando en sus pulmones, llorando y moqueando por sus padres.

Eran una comida fácil y sin esfuerzo.

Cuando vio a este niño en la calle, paseando solo hacia su casa, supo que tenía su siguiente presa. Normalmente los demonios se cansan en unas semanas o meses y dejan libre de tormentos a quien hayan elegido, dejándolos seguir con su vida nada más que con unas pesadillas o una visita al psicólogo en el peor de los casos.

Pero… Ace no había tenido que hacer nada.

Este niño vivía siempre asustado.

La energía que exudaba en cada etapa de su diario vivir era de puro terror. Metido entre su sombra y en los rincones oscuros de su habitación pudo observar todo lo que le daba miedo.

En la escuela, el acoso constante y brutal de sus compañeros de clase lo tenía arrinconado. Con profesores y directivas negligentes se había aislado a sí mismo, soportando burlas, acosos y diversos juegos crueles.

En casa, su padre borracho no dejaría de darle palizas. Su madre lo ignoraría todo, por el bien de su “familia” (una familia fracturada en mil pedazos) y trataría de calmar la rabia sosegada del padre infractor, recibiendo el mismo tratamiento.

En la noche, cansado, solitario y finalmente atiborrado de malos pensamientos, rogaría hasta el cansancio por un cambio.

¿Pero, quien lo escucharía?

Ace sabía que los seres humanos no serían salvados por nadie más que por ellos mismos. Pero este chico estaba demasiado asustado como para intentar salvarse.

Aunque… eso terminaba esta noche.

Había esperado pacientemente todo el día. Ni siquiera lo había seguido a la escuela o se había movido más allá de la habitación para molestar al padre o la madre.

Esperó que terminara sus plegarias, que su padre se desmayara por beber, y que la madre estuviera ocupada recogiendo los desperdicios de su esposo.

El chico apagó las luces y se preparaba para dormir, cuando Ace decidió que había llegado el momento de actuar.

Su mano se deslizó suavemente de la oscuridad, agarrando la pierna que faltaba por subir a la cama. Marco tembló, y se preparaba para gritar, pero Ace no le dejaría hacerlo.

Le arrastró con fuerza bajo la cama tapándole la boca con una de sus muchas extremidades.

Estaba deliciosamente aterrado.

Olvidando un poco el hecho de que lo había arrastrado para otra cosa, se alimentó del temor que salía del chico hasta quedar satisfecho. Probablemente fuera la última vez que lo haría si las cosas salían como él quería.

El rubio tenía sus ojos fijos en los orbes rojos de Ace y lágrimas comenzaron a acumularse. La sonrisa llena de dientes filosos del demonio solo agregó sal a la mescla, haciendo que Marco temblara y tratara de desmayarse.

Pero no lo dejaría.

- eres una presa muy fácil, pequeño niño cobarde.

Al ser llamado presa, Marco finalmente reaccionó, tratando fuertemente de soltarse o gritar. Ace se sintió satisfecho con esa reacción, porque significaba que su propio plan tenía más posibilidades de éxito.

- ¿quieres hacer un trato conmigo?

El niño no contestó.

- voy a soltarte la boca, para que puedas contestar- dijo Ace- pero si gritas, te arrancaré la lengua y los dientes. ¿Me entendiste?

El chico asintió, ahora sin contener las lágrimas. Ambos escucharon a alguien acercarse al cuarto.

- ¿Marco hijo, puedo entrar?

-dile que estas bien, Marco.

Dejó la boca del niño libre de presión y pudo escuchar por primera vez sus sollozos.

-hazlo.

-l-lo siento Mamá… quiero dormir.

- hijo…

-d-déjame solo…

La mujer no dijo nada más, claramente aliviada. Era obvio que no venía con intenciones de tranquilizar a su hijo, solo probablemente a defender la conducta del padre como “amor duro”.

Si hubiera pasado de la puerta, Ace probablemente habría cambiado de opinión y habría comenzado una matanza.

- bien hecho… ahora…

- ¡d-déjame, por favor, déjame...!

-¿quieres hacer un trato, Marco? puedo hacer que dejes de sentir miedo de todo.

El chico abrió los ojos confundido.

-no te salvaré, pero si no sientes miedo, podrás salvarte a ti mismo.

-¿q-que?

-Me comeré todo tu miedo y jamás en la vida podrás estar asustado de nada.

Era algo que los demonios como Ace podían hacer. Comerse un sentimiento entero, Seria como arrancar una parte del alma. En este caso, el estorbo que impide que el niño se libere de sus cadenas. Algunos lo llamarían aberración, pero Ace lo llamaría, ayuda.

-¿p-puedes hacer eso?

-claro que sí. Así que… ¿lo harás? O quieres sufrir para siempre.

A los escasos doce años, Marco sintió que esta era una oportunidad imperdible. La criatura horrible le estaba ofreciendo algo que sintió que no podía rechazar.

-s-sí.

Asintió, sin conocer realmente las consecuencias futuras de su acto, y el demonio sonrió mostrando sus colmillos relucientes.

- queda sellado nuestro trato.

Utilizó sus manos para abrir la boca del chico y conectarla con la suya. Luego comenzó a comer.

Al día siguiente, cuando el padre de Marco trató de golpearlo de nuevo, el chico tomó una de las botellas de cerveza vacías y la rompió sobre la cabeza de su  padre.

Luego, llamó a la policía.

Notas finales:

hey!

vengo a hacer aclaraciones.

Ace es un demonio que come emociones humanas. tiene una forma semihumana que sería mostrada mas adelante, pero lo que Marco vio, no fue nada bonito. imaginate una bola de oscuridad con ojos brillantes y fauces enormes que te envuelven y presionan en lo mas profundo de las sombras.

La cuestion de este fic son las consecuencias de ese contrato. cuando una persona deja de sentir miedo o temor, se puede convertir en alguien muy insensible o imprudente, Marco perdió una parte de su humanidad, pero aun no se ha dado cuenta.

Ace se enfrentará tambien a las consecuencias de su acto, antes de que ellos se relacionen mas allá del contrato, faltan algunas cosas por ocurrir.

espero que les haya gustado!. 

 


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