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HISTORIAS MARCO X ACE Y ASL por Loraine Ishmouth

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Notas del capitulo:

LEER NOTAS DE AUTOR, IMPORTANTE.

hola chequetas!!!

he vuelto de mis cenizas como una fenix.

nah, por fin he logrado ir a internet.

ha habido unas lluvias muy horribles por aqui, como vivo en el campo todo esta hecho lodo. NO SE PUEDE NI SALIR. FUCK.

ahora he traido como una humilde disculpa DOBLE CAP DE HEART ON A CHAIN Y DOBLE ONE SHOT.

debo hacer un aviso.

ustedes, queridas lectoras mias, escogieron el OMEGAVERSE de mi anterior encuesta, ¿porque no subi omegaverse?

veran:

me desencante del omega verse.

me puse a leer algunos fic, para inspirarme ya saben y lo que encontre no me gusto nada.

no pude hayarle lo romantico a un mundo donde los omegas son bestias de cria y no tienen ni derechos. se que todos no son asi, pero me rompio el corazon ver esos fic, donde el prota omega no tiene ni una opinion acerca del alfa con el que va a estar.

me desepciono muchisimo.

yo imaginaba algo romantico como "parejas predestinadas geneticamente" o algo asi... 

no creo que pueda escribir omegaverse en un tiempo.

ESTE FIC, DEJARÁ DE LLAMARSE "ONE SHOTS MARCO X ACE"

Y PASARA A SER  "HISTORIAS MARCO X Y ASL" 

¿porque? pues por la simple razon de que tengo unas historias ASL que quiero subir. sin embargo, debo advertir que no habra demaciado yaoi en ellas, pues me gusta hacerlos como hermanos, puede presentarse el law x luffy, marco x ace y sabo x koala sin embargo.

sin mas, disfruten del capitulo.

 

 

 

Ace no había sabido que hacer.

Estaba solo, sentado alrededor de una fogata comiendo el bicho que cazo para la cena, pero nada a partir de ahí.

¿Cómo haría para solucionar este problema?

¿Por qué siempre sus vidas tenían que ser tan complicadas?

El solo quería vivir una vida libre junto a sus hermanos. Viajar por el mundo, conocer, salir de las cadenas que siempre los habían mantenido atados y ahora esto.

Habían tenido la mala suerte de toparse con ese hombre en el primer viaje al salir de su isla natal. Ni siquiera habían hecho nombre por sí mismo o recibido una recompensa por sus cabezas, y ahora ya no era libre.

Todo por culpa de ese hombre llamado Kurohige.

El y su tripulación habían derrotado a los hermanos y sus compañeros y habían amenazado con matarlos. Cuando ellos pensaron que estaban muertos, al parecer ese hombre había cambiado de opinión y pensó que le servía mucho más vivos, por lo que los secuestro al ver sus frutas del diablo y lo útiles que le podían ser.

Ellos habían tratado de resistirse y habían luchado, revelándose contra este hombre. Pero él había tomado a Sabo y a Luffy, los había torturado mientras dejo a Ace escuchar sus gritos y le había propuesto un trato.

El podía ser libre de nuevo junto a sus hermanos si hacia un trabajo para él.

Un solo trabajo, y el hombre le habían prometido que jamás volvería a cruzarse con ellos en el resto de su vida.

Le había dicho que sí.

Sin embargo eso había sido porque no había escuchado cual era la misión que tenía que realizar para él.

Conseguirle una fruta del diablo.

Dirán ¿Qué tiene eso de difícil?

Pues bien, dicha fruta en cuestión, estaba bajo la custodia de nadie más y nadie menos que de Shirohige.

Si, el Yonkou, el hombre terremoto.

Al parecer, Kurohige había intentado hacerse con la fruta cuando estaba en el equipo del Yonkou y había intentado asesinar a su dueño (el comandante de la cuarta división, Satch) pero había sido descubierto y había tenido que huir dejando atrás su premio.

Ya que él y su tripulación eran demasiado reconocidos, necesitaban un chivo expiatorio para infiltrarse  y robar la fruta (no la habían comido para atraer a Kurohige y  matarlo) y Ace era quien debía hacerlo para ellos.

Si no, sus hermanos serian asesinados frente a sus ojos.

- los mantendré con vida mientras cumples tu misión- dijo el hombre, soltando esa risa desagradable mientras comía un pedazo de pastel. Ace, atado con cadenas de kairoseki, miraba impotente a sus hermanos en la celda, casi muertos.

- ¡lo juro! ¡Conseguiré lo que quieres pero por favor no los mates!- el capitán pirata se había dado cuenta de que el haría lo que fuera para mantenerlos a salvo-

- eso espero- el hombre lo miro con desprecio, mientras le ordenaba a sus hombres que soltaran las cadenas y lo dejaran marchar.

-tienes seis meses- declaro- si en seis meses no vuelves aquí con la fruta, te enviare los cuerpos de tus hermanos por partes-

Ace había salido corriendo de la presencia del hombre asqueroso y huido para planear la forma de conseguir lo que él quería.

Obviamente no podía pelear con el Yonkou por la fruta. Si había perdido contra este hombre, Shirohige estaba totalmente fuera de su liga. No había más opción que infiltrarse en el barco y robar la fruta del diablo.

La yami yami no mi.

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Habían pasado dos semanas desde eso y Ace no tenía idea de cómo lograría entrar en el equipo más fuerte del mundo.

Lo único que se le había ocurrido, era ir a shabondy y luego a la isla gyojin  porque era la entrada al nuevo mundo, donde el Yonkou estaba asentado.

La isla gyojin era el territorio más custodiado por los piratas ya que era la entrada a la otra mitad del Grand line.

 Las sirenas y los gyojin eran los más vulnerables, por ser tan solicitados para la esclavitud y recibir todas las tripulaciones piratas que querían ingresar en el nuevo mundo.

Por supuesto, los habitantes de la isla lo miraban con recelo por la tan sabida rivalidad de ellos con los habitantes de la superficie. Después de todo siempre habían sido tratados de forma cruel por los humanos y nadie que hubiera vivido la esclavitud volvería a confiar en ellos jamás, a excepción de Shirohige, el hombre que los protegía.

Mientras asaba el bicho en la fogata pensó que hacer. Tal vez podía pedirles ayuda.

-¿acaso soy estúpido?

¿Por qué mierda querrían ayudarlo? ¿Quién se interesaría en darle ayuda a alguien a quien no conocen? ¿Qué podría ofrecerles a cambio?

El mero pensamiento era ridículo, nada tenía el que darles.

De pronto, oyó el grito de una sirena.

Se levantó, mirando alrededor para ver que podría estarle pasando a la señorita cuando vio la invasión.

Al parecer una tropa de piratas había decidido hacer negocio cazando gyojin y sirenas en la isla. La población corría aterrada buscando refugio mientras más sirenas eran capturadas por los hombres ruines y niños gyojin fueron enjaulados como ratas.

La sangre de Ace ardió.

Puede sonar hipócrita, pero aunque Ace no conocía a esta gente tampoco, nadie merece la esclavitud. Recordó a su hermano Sabo que casi fue asesinado por un tenryubito por el simple hecho de cruzarse en su camino y apretó sus labios.

Entonces camino a paso lento hacia la tripulación esclavista, apretando los puños y mirándolos con repulsión.

-vaya, vaya, ¿Qué tenemos aquí? – El capitán de la tripulación sonrió hacia Ace- ¿quieres unirte a nosotros muchacho?- dijo mientras apretaba más a la sirena en sus brazos y esta chillaba de dolor sacudiendo su bella cola en la desesperación.

Ace dejó escapar un gruñido sonoro.

Eso hizo que el capitán dejara de sonreír y lo mirara desafiante.

-¿te vas a poner en mi contra?- el hombre saco su espada y apunto hacia el muchacho pecoso- ¿Qué tienen de especiales estos peces? Son solo sushi caro…-

Ace se puso en posición de combate y el capitán tiro la sirena al suelo que escapo arrastrándose.

Ace dejo su transformación fluir.

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Él había tenido suerte al encontrarse esta maravillosa fruta del diablo. Cuando niño, en el basurero de terminal gray  había encontrado un cofre sellado en el fondo de un  barranco.

 Sabo y él se lo habían llevado y al destaparlo, solo vieron una fruta rarísima de color blanco con espirales negras, que parecía intacta a pesar que debía haber estado guardada desde hace mucho tiempo.

Había sido un reto el comerla. Sabo le había apostado mil belis que no podía darle un mordisco entero y tragar y Ace había sido tan estúpido que acepto el reto, comiendo la fruta de un bocado bajo la mirada burlona de su hermano.

Entonces casi había vomitado y luego la sensación más dolorosa que jamás hubiera sentido lo había invadido y comenzó a gritar mientras Sabo entraba en pánico e intentaba hacer algo por él, disculpándose.

Se había transformado en un tigre gigante frente a las narices del rubio que se desmayó.

No fue hasta que Luffy y su capacidad de goma llegaron, que no se dieron cuenta de que lo que Ace había comido era una fruta del diablo que le quito su capacidad de nadar.  Muchos años después se enteraron de la verdadera naturaleza de su fruto.

Una zoan mitología.

La neko neko no mi, modelo; byakko.

El tigre blanco.

El monstruo divino que representa el oeste. Curioso era que su fruta se encontrara en el west blue. El siempre mantenía su capacidad oculta, sabiendo lo mucho que eran buscadas y que tal vez el gobierno mundial vendría tras su pista si se enteraban.

Así que se hacía pasar solo como el usuario de la zoan modelo tigre (gracias a dios no había un usuario conocido de esa fruta) y no se transformaba por completo a pesar de las desventajas que traía.

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Sus brazos se volvieron fuertes y peludos brazos de tigre al igual que sus piernas, dos orejas blancas con la punta negra aparecieron sobre su cabeza y una larga cola blanca con rayas ondeo en su espalda baja.

Sus dientes también tomaron forma de una afilada sierra.

El capitán cubrió su espada en haki de armadura y atacó.

La pelea no duro demasiado tiempo, solo lo suficiente para llamar la atención de toda la tripulación esclavista y ver como su capitán era despedazado bajo las garras del tigre que luego rugió hacia los hombres, ordenando que bajaran las sirenas y los gyojin.

Los pocos que no obedecieron sufrieron el mismo destino del capitán. Los demás, aterrorizados, habían sido retenidos por los ciudadanos para posteriormente ser expulsados de la isla gyojin o llevados a la cárcel.

Antes de que la gente pudiera agradecer a Ace su ayuda, este salto sobre los techos de las casas y desapareció de la vista en medio de rugidos.

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Shirohige había recibido la llamada de los aterrados ciudadanos de la isla gyojin con ira.

Algún don nadie había decidido invadir una de las islas bajo su protección y empezar a cazar sus queridos amigos gyojin y sirenas para venderlos como esclavos.

Habían tomado rumbo hacia la isla con rapidez.

Las divisiones presente afilaban armas y cargaban pistolas para enseñarles una lección a esos fulanos acerca de no meterse con sus amigos.

- nos acercamos a la isla padre- dijo Marco, el comandante de la primera división.

- ¿hay noticias de la situación?

- no al parecer, no han vuelto a llamar desde entonces –

Eso los tenía aún más preocupados, obviamente la guardia real era fuerte pero si los invasores habían decidido llegar a la isla, probablemente tuvieran gran fuerza o un numeroso equipo del que pavonearse.

Pronto se enfrentarían a la ira de Shirohige y su equipo.

El barco pequeño recubierto, albergo a la primera y octava división y se hundió en el océano mientras los demás esperaban en el moby principal. Ellos serían suficientes para arreglar las cosas. Como Namur había estado afilando sus dientes el día anterior, se notaba las ganas de desgarrar con ellos a quienes se habían atrevido a invadir su isla natal.

Cuando Marco y Namur llegaron a la isla gyojin se sorprendieron gratamente.

Si había destrucción, los habitantes cargaban sacos de material y reconstruían sus hogares, bastantes de los cuales habían sido destruidos o afectados pero ninguno estaba  en desesperación total, por lo que algo que detuvo  la invasión  tenía que haber pasado.

Se acercaron a uno de sus aliados, el shichibukai Jimbei que había llegado solo unos días antes que ellos, al escuchar la noticia sobre su isla para ver que estaba sucediendo.

-¡oi, Jimbei!- Marco grito llamando la atención del gyojin que al verlos, camino hacia ellos con una sonrisa.

- buenas tardes comandante Marco-

- ya te he dicho que no me llames así- el fénix sonrió mientras palmeaba la espalda de su amigo que se saludaba con Namur.

-¿Qué ha pasado? ¿Han logrado deshacerse del problema?-

-al parecer si- dijo el shichibukai- no estaba aquí en ese momento pero algunos habitantes dijeron que un desconocido derroto al capitán y luego huyo.

-¿enserio?- ahora los dos comandantes estaban interesados- ¿alguna idea de quien era o a donde pudo haber ido?

- no muchas- dijo, sacudiendo la cabeza en decepción-  una sirena que trabaja en el café de Sharly lo vio más de cerca, tendríamos que preguntarle-

Marco asintió.

-¿Por qué no nos avisaron que había solucionado el problema?

- oh, lo siento- se disculpó Jimbei- al parecer nuestro den den mushi de su barco eligió ese día para morir-

Eso lo explicaba todo. Como los piratas de Shirohige habían intentado llamar y la línea sonaba muerta. El den den mushi era viejo, nadie podía culparlo por estirar la pata ese día.

Llamaron al barco principal para avisar de la situación al capitán.

-encontrar al muchacho- ordeno- traerlo ante mí-

Aceptaron las órdenes del capitán y se dirigieron junto con Jimbei a la cafetería de madame Sharly que los recibió con alegría mientras miraba su bola de cristal.

-bienvenidos- dijo sonriendo- ¿están aquí por el joven que nos salvó de los piratas?

Marco y Namur asintieron mientras el resto de las divisiones saludaban animosamente a las bellas camareras del negocio que coqueteaban sacudiendo sus colas y bailando entre las mesas.

- llama a kamie – dijo Sharly a una de sus sirenas y ella asintió mientras salía rápidamente de la habitación gritando a su compañera para que viniera.

Unos minutos después apareció. La sirena de cabello corto y verde, tenía algunas vendas en la cola, los brazos y la cara con algunos raspones y moretones.

-bienvenidos- dijo ella animadamente a pesar de su estado. Se acercó a madame Sharly y los miro desde allí, esperando lo que necesitaran de ella.

-¿es cierto que viste al desconocido que ayudo a la isla?- ella asintió- padre nos pidió que lo lleváramos y necesitamos que nos digas acerca de su apariencia o si tienes idea de cómo encontrarlo.

- si señor-dijo y comenzó la descripción- el capitán enemigo me había capturado y me llevaba hacia las jaulas- el gesto de desagrado de todos no paso desapercibido- entonces el aterrizo cerca- comenzó a jugar con su pelo nerviosamente-

- ¿sabes cómo se veía?

- sí, el tenía el pelo negro y pecas… no pude ver mucho porque estaba asustada pero de un momento a otro se volvió peludo y con garras y ataco al capitán mientras yo escapaba-

- es usuario de fruta- susurro Marco no sorprendido- ¿de dónde vino? ¿Lo has visto antes?

- no lo creo, pero en el distrito de compras lo han visto antes, así que sería bueno si pasan por allí, al parecer ha estado viviendo en la isla hace unas dos semanas…

- gracias kamie – chan- dijo Sharly mientras la dejaba salir del cuarto

- nosotros iremos a buscar al mercado- dijo Marco mientras se retiraba.

Namur hizo una reverencia suave a Sharly y siguió al primer comandante.

-¿Qué piensas?- dijo Namur

- tal vez es un novato que busca una tripulación a la cual unirse o solo un visitante-

- me parece sospechoso que no se quedara para recibir las gracias ya sabes…

Se encogieron de hombros decidiendo que dejarían ese asunto para después, lo primero era encontrarlo.

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Se tardaron cerca de dos días en conseguir una pista decente por la poca información que pudieron conseguir de él. No parecía muy sociable, porque los que lo habían visto, aseguraban que no hablaba mucho y que solía cubrirse con una capucha, consiguiendo solo lo necesario y luego marchándose sin más y que en los días después del asalto de los piratas no se le había visto en absoluto.

-¿habrá dejado la isla?

- no creo, han estado buscando el resto de la tripulación del esclavista y no han dejado salir a las últimas tripulaciones que llegaron, a menos de que tenga su propio bote, aún sigue aquí-

-tengo más sospechas a que es alguien buscado por el gobierno- dijo Marco pensativo- alguien que se oculta de esa manera es porque tiene algo que temer-

Finalmente, dieron con un niño que había visto recientemente el buscado cazando pescados a la orilla de la burbuja y comiendo lo que el niño describió “el bicho más horrible de la historia” que consistía en comer camarón azul, una especie deliciosa pero terriblemente fea por lo que casi nadie se atrevía a comerla.

Lo había visto por el distrito de coral así que la búsqueda se inició allí.

Habían unas cavernas en el límite entre coral y el distrito gyojin y supusieron que ahí podría estar, porque no podría pasar al otro distrito porque se conoce como el habitad de los gyojin mas racistas de la isla.

Dieron en el blanco.

Las divisiones dieron aviso de que había un extraño viviendo en ese lugar y Marco y Namur ingresaron en la cueva, ubicándose con la pequeña luz de la fogata que el desconocido había iniciado para cocer sus alimentos.

Marco vio al hombre cubierto con una capucha mientras comía unas cosas que no sabía que era pero tenía muchas patas.

-oye…- dijo experimentalmente y el susodicho se volteó hacia donde escucho la voz, saltando inmediatamente hasta la pared contraria a ellos, en  posición de combate.

-tranquilo- Marco entró con las manos al frente en gesto conciliador- no estamos aquí para pelear

- déjenme tranquilo, por favor-

- escúchanos un momento ¿está bien?

El desconocido se alejó más de ellos hasta sentarse en el otro extremo de la cueva y desde allí los miro interrogantes.

- soy Marco- dijo señalándose a sí mismo- y él es Namur.  Comandantes de la primera y octava división de los piratas de Shirohige-

Ace ya lo sabía. No es como si los hubiera investigado mucho para su misión, pero nadie en el mundo podría no reconocer a estos hombres. Prácticamente sus carteles de recompensa se podían encontrar en cada esquina en todas las islas del mundo.

- ¿eres tu quien ha salvado la isla de esos piratas?- pregunto el gyojin y Ace asintió lentamente, el hombre le sonrió.

- nuestro pa… el capitán quiere verte así que nos ha enviado a llevarte con nosotros…

-¿y si no quiero ir?- Ace no dijo desafiante solo extrañamente tímido.

Las cosas se le estaban presentando en bandeja de oro y él no quería tomarlas. ¿Por qué?

¿Qué clase de idiota era?

Simplemente se sentía mal. Él no quería hacer esto, tanto por su propia conciencia como por uno de los instintos más molestos de su zoan.

El no podía romper una promesa.

El byakko, como espíritu guardián y dios protector del oeste era un orgulloso y fiel animal que no rompería su palabra aunque significara su muerte.

Ace tenía que tener muy en cuenta eso.

Él le había jurado a Kurohige que traicionaría a la tripulación y le llevaría la fruta y tenía que hacerlo.

- no queremos obligarte- dijo Marco conciliador- queremos agradecerte que hayas protegido uno de nuestros territorios en nuestra ausencia.

- no necesito las gracias, solo estaba ahí en ese momento y eso fue todo, no necesito que me deban nada…-

¿Por qué no podían simplemente rendirse? Dios ¿Por qué Ace no podía simplemente aceptarlo todo y conseguir lo que quería?

Sus hermanos van a morir de lo contrario.

Cuando esa realización lo golpeo se dio cuenta de que sería estúpido seguir rechazando. A la siguiente argumentación de Marco el fénix, Ace acepto con la cabeza gacha mientras se levantaba de su asiento y descubría su rostro oculto por la capucha.

Pelinegro con pecas. Marco y Namur supieron que en verdad era el, no era una descripción muy detallada la que recibieron de la sirena, pero era realmente correcta.

Cuando el chico acepto, Marco no pudo más que sentirse algo alegre. Sabía que su padre ofrecería un lugar en su tripulación para este muchacho inseguro. Después de la traición de Teach y su intento de asesinato hacia Satch, habían estado demasiado alerta durante los meses posteriores y habían sido reacios a aceptar nuevos reclutas, miedo a encontrarse traicionados nuevamente.

Como la gallina madre del moby Dick él siempre estaba dispuesto a cuidar de un hermano nuevo que necesitaba un hogar.

Era justo lo que necesitaban para bajar un poco esa tensión permanente desde el suceso.

Ese hombre.

Ahora lo conocían como Kurohige. Ya no era más Marshall d Teach de la segunda división, Teach era un hombre que conocieron y que consideraron su hermano. Kurohige no.

Era solo un traidor que había estado fingiendo todo este tiempo por esa fruta del diablo.

Si tan solo la hubiera pedido a Satch, estaba seguro que el comandante se la daría. El cocinero nunca había tenido ganas de perder su habilidad de nadar.

Sacudió la cabeza y despejo esos pensamientos grises. Argumento nuevamente contra el muchacho y este finalmente agacho la cabeza y murmuro un bajo “si” mientras se levantaba.

- no tienes que preocuparte- Namur dijo- nosotros no te haremos daño-

-¿Cuál es tu nombre?- pregunto Marco

- Ace-

-síguenos Ace, te llevaremos con el capitán-

El otro no contesto y comenzó a caminar detrás de ellos con pasos inseguros.

Marco tenía ganas de consolarlo o de darle palabras de ánimo, pero aun no eran “hermanos de tripulación” por lo cual se podría malinterpretar y él no quería eso.

Llegaron a la posada donde las divisiones esperaban su regreso. Estos habían intentado acercarse al recién llegado pero él se había alejado, erizándose y sintiéndose acorralado, por lo que Marco les prohibió sofocarlo.

Aviso al moby Dick por el den den mushi nuevo que trajeron para  la isla gyojin

-gurararara- el hombre soltó su risa que para Ace parecía como el cacareo de una bruja- traerlo aquí, los esperamos de regreso-

Pasaron unas últimas horas empacando lo que habían traído y despidiéndose nuevamente de la isla.

-vamos- dijo con suavidad hacia su invitado-

Ace se levantó de la silla que había acaparado desde que llego a la posada y camino en silencio detrás de ellos nuevamente. Subieron al moby pequeño y comenzaron la ascensión hacia el barco principal.

-llegaremos mañana por la mañana- informo uno de los subordinados-

-venga, come algo y puedes descansar- dijo otro haciendo saltar a Ace

-tranquilo…- dijo el pirata- no te vamos a hacer daño, te lo aseguramos-

Ace no contesto nada mientras recibía su porción de comida y caminaba lentamente hacia algún rincón de la nave, fuera de la vista de esta gente.

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El moreno no había dormido en toda la noche, asustado que estas personas los acusaran o lo descubrieran. Indiferente al hecho de que no podían tener idea porque Ace no estaba relacionado directamente con ese hombre.

Nadie los había visto juntos nunca.

Cuando un recluta de la división ocho fue a buscarlo para desayunar y entro sin avisar Ace gruño mientras su rostro se transformaba en algo más animal, haciendo salir al susodicho en veloz carrera.

Minutos después el comandante octavo había llegado, disculpándose en nombre de su subordinado porque no estaban familiarizados con “llamar a la puerta” y diciéndole nuevamente que no tenía que sentirse amenazado de ellos porque no le harían daño.

Cuando el moby Dick principal se dejó ver entre las olas, Ace no pudo evitar sentirse diminuto y vulnerable. Sin quererlo su  plan estaba yendo a rumbo solo y el tenía que aprovecharlo aunque su corazón se recriminara por ello todo el tiempo.

Pronto los barcos se encontraron y se acoplaron. Las divisiones ausentes saludaban con entusiasmo a sus hermanos a pesar de que solo habían estado lejos unos cuantos días y Ace vio el compañerismo nato de la tripulación.

Marco se encargó de que nadie se acercara a darle la bienvenida porque sabía lo susceptible que estaba en el momento y que se sentía demasiado nervioso al estar  rodeado por gente extraña y fuerte. No quería que fuera a agredir a alguien solo porque no sabían respetar su espacio personal.

Se conformaron con sonreírle desde lejos.

Cuando llegaron a la cubierta principal y vieron la silla gigante donde el Yonkou reposaba Ace se encogió un poco sobre sí mismo. Era tan imponente como en las leyendas. El pecoso no era una gallina y había salido de su pueblo buscando el one piece y sabía que algún día se enfrentaría con él.

Sin embargo lo que había imaginado era muy diferente a todas las cosas que le estaban sucediendo. Sus hermanos estaban siendo torturados en este mismo instante y él estaba solo, encargado de una misión suicida y su conciencia le recriminaba las cosas tan ruines que debía hacer para mantenerlos a salvo.

-¿Cuál es tu nombre mocoso?- dijo el capitán mirando a Ace con una expresión tranquila y apacible.

-Ace- respondió con un tono más uniforme y menos asustado. No quería mostrarse a esta gente como un idiota. Él no era un cobarde. Eran las circunstancias.

- gracias por proteger uno de mis territorios en mi ausencia- dijo el hombre- la isla gyojin es el hogar de mis viejos amigos- sonrió

Ace se dio cuenta de que este hombre no se había ganado una tripulación leal por ser un tirano que castigaba con sangre a la más mínima desobediencia. Este hombre era un gran capitán.

Algo que él nunca había visto, pero podía olerlo.

- no tiene que agradecerme, solo estaba ahí y podía hacerlo, eso es todo.

Shirohige sabía que la razón por la cual ese muchacho estaba ahí, implicaba mucho más que eso. Se veía inseguro y con temor, probablemente tenía problemas con el gobierno mundial pero eso no le importaba.

Lo único que tenía valor en este momento, es que hay en ese muchacho estaba viendo un hijo en busca de un hogar.

-¿te gustaría convertirte en uno de mis hijos?- el hombre dijo mirándolo directamente a los ojos y Ace abrió la boca, incapaz de pronunciar palabra.

De repente la cubierta del barco estaba en silencio y solo se escuchaban el ruido de las olas. Este era un momento de suma importancia. Ace sabía.

-navega los mares más libre que nadie- el capitán pronuncio- únete a nuestra familia.

No podía.

Incluso si lo quisiera no podía.

Si él le daba la palabra a este hombre solo le quedaría de remedio suicidarse.

No podría traicionarlo y tampoco podía traicionar a Kurohige.

Así que hizo lo que era más razonable.

-no…- vio como todos en la tripulación parecían aterrados ante su respuesta- no lo sé…- volvieron a respirar.

Esperaba insistencia de parte del capitán, presión para aceptar, nunca llego. El hombre lo miro con esos ojos experimentados y asintió en silencio mientras daba una suave respiración.

- quédate con nosotros al menos un tiempo- dijo- seis meses- propuso- si sientes que este no es lugar para ti, te dejaremos marchar sin oponernos-

Eso era más razonable para Ace. Era mucho mejor.

- está bien- dijo y la cubierta comenzó a resonar en voces de conversación y felicidad-

- bienvenido Ace- dijo barba blanca y la tripulación estalló en aplausos y vítores.

 

Notas finales:

¿que tal? espero que les haya gustado.

 


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