(POV SUHO)
Nada se podía sentir mejor que darte una buena ducha luego de sudar como un cerdo. Definitivamente, nada.
Salí de la regadera y me puse una toalla alrededor de mi cintura mientras me cepillaba los dientes y me lavaba la cara.
Al salir del baño me encontré con la mujer a la que amaba más en el mundo.
-¿Por fin terminaste? –preguntó sonriendo.
-Claro, después de que me explotaste por más de tres horas seguidas, ya era hora de que me dieras un descanso.
-No seas quejumbroso, no fue para tanto.
Alcé una ceja y crucé mis brazos enfrente de mi pecho ahora cubiertos por una camiseta blanca.
-¿Dices que no fue para tanto el estas bailando por dos horas y practicar canto por una? ¿Qué clase de madre eres?
Ailee rió ante el berrinche de su hijo mayor y se acercó a revolver mi cabello.
-Soy una madre que aprovecha que su hijo es dotado en todas esas cosas para usarlo en su nuevo video musical. –dijo dándome un beso en mi mejilla
-¡No eres una madre normal! –le exclamé acusatoriamente.
-Tu nunca fuiste un hijo normal, pero no es como para que te lo esté diciendo a cada rato.
Bufé por sus palabras. Si había un anormal en la casa, en ese caso sería Jongdae, no yo.
-Ah! Por cierto, te entró una llamada hace un rato. –dijo tendiéndome mi celular.
-¿Quién era?
-No lo sé, le dije que estabas en la ducha y luego me colgó. Qué extraña persona… -dijo pensativa.
Observé mi celular y vi que la llamada era de mi Xing-Xing. ¿Por qué me llamaría tan tarde?
Mi madre estaba a punto de salir de mi habitación cuando entendí la situación.
-Ma, espera.
Ella se volteó a verme. -¿Sí?
-Exactamente, ¿Qué le dijiste a la persona que llamó? –dije con mi corazón empezando a bombear rápidamente.
-Eh… Que te estabas bañando porque estabas muy sudado luego de terminar. –dijo con toda la naturaleza del mundo.
Palmee mi cara con fuerza. -¿Terminar qué?
-Pues, no me dejó terminar la frase cuando me colgó.
-¡MAMÁ!
-¡¿Qué?! –dijo frunciendo el ceño porque le estaba gritando.
-¡LE ACABAS DE DECIR ALGO QUE SE PUEDE MALINTERPRETAR A MI NOVIO!
-¡¿Quién te manda a no presentarme a tu novio?! –dijo azotando la puerta cuando se fue.
No aguanté más la desesperación y me golpeé contra la pared. –Estúpido, estúpido, estúpido… -me auto regañé.
Luego de pasar por un colapso mental, me puse mi chamarra de cuero y unos pantalones negros mientras llamaba por el manos libres.
-¿Bueno? –respondió una voz que se encontraba sollozando, pero en este momento el saber donde se encontraba mi novio era más importante que cualquier otra cosa.
-Minseok, ¿Sabes dónde se encuentra Yixing? –pregunté mientras entraba a mi Ferrari y lo arrancaba hacia la casa de Yixing.
-N-no lo sé… desde que salimos del doctor no lo he vuelto a ver.
Detuve mi auto enfrente de su cada.
-¿Acabas de decir el doctor? –dije aún más preocupado que antes.
Hubo un silencio en la línea que me hacia más ansioso por su respuesta.
-¿N-no te lo ha dicho?
-¿Decirme qué?
Otro silencio sofocador se creó. No tenia la idea de lo que estaba hablando pero algo me daba mala vibra.
-Lo siento, pero yo no puedo decírtelo.
Eso fue la gota que colmó el bazo.
-¡Por un carajo Minseok! No me vengas con esas estupideces. No puedo encontrar a mi novio el cual aparentemente visitó al médico sin decirme y luego tu no me quieres decir qué mierda es lo que tiene. –dije frustrado con la vida.
Escuché como se ponía a llorar como magdalena por la línea. Me sentí un poco mal, pero sabía que si le seguía gritando no le iba a sacar la sopa, por lo que muy a mi pesar respiré hondo e intenté calmarme.
-Lo siento Min, no quería gritarte pero me encuentro muy desesperado… -dije suavemente.
-M-me d-dijiste malas p-palabras. –dijo entre hipidos.
Presioné mi sien para no terminarle gritando de nuevo. Nunca había escuchado a Minseok tan delicado, es como si estuviera embarazado o algo por el estilo.
-Ok, ok. Lo siento por decirte malas palabras, ¿Me perdonas?
-Y-yo creo que sí… -dijo sorbiendo sus secreciones nasales.
-Bien. Ahora, ¿Me podrías decir qué es lo que Yixing no me ha dicho? O ¿Dónde puedo encontrarlo?
Hubo otro maldito silencio y luego escuché su respuesta muy baja pero audible.
Lágrimas caían sin detenerse por el nudo de sentimientos dentro de mí. Colgué inmediatamente y arranqué de nuevo mi Ferrari para buscar por mi novio, esperando encontrarlo esta vez.
(POV LAY)
El lugar de mala muerte en el que me encontraba era el mejor lugar para descargar mis miserias.
Me encontraba usando un pantalón negro ceñido y una sudadera gris que dejaba un poco expuestas mis clavículas.
Me adentré al lugar más de un par de ojos se posaron en mi figura pero me daba igual, en China estaba acostumbrado a ese tipo de atención y a e lugar en el que me encontraba.
Divisé la barra de bebidas a la que no tardé en dirigirme y pedir la primera bebida de la noche.
-¿Qué se te ofrece? –dijo muy gentilmente el barman mientras me coqueteaba con la mirada.
-Lo que mejor se te dé. –dije respondiendo a su juego, al fin y al cabo mi novio me acababa de engañar. ¿Qué más daba el hacer lo mismo?
El me guiñó e inmediatamente se fue al otro lado de la barra a agarrar algunas botellas y juntar el contenido dejando como resultado una mezcla que tenía los colores de la galaxia y brillaba. Bastante impresionante.
Me lo trajo y lo puso enfrente de mi persona.
-Es una bebida tan misteriosa como tú. –dijo sonriendo, mostrando sus perfectos dientes.
-Muy impresionante he de comentar. –dije igualmente sonriendo.
-Mi nombre es Show Luo, pero me puedes llamar Luo –dijo extendiendo su mano, la cual tomé.
-Yixing.
La barra estaba llena por lo que nuestra conversación no duró mucho cuando el se tuvo que ir a atender a otras personas, dejándome solo y aburrido.
La noche/madrugada seguía pasando conmigo tomando una tras otra copa de diferentes bebidas al punto de sentir mi discernimiento nublado.
Todo lo que yo quería era desahogar mis penas en la bebida pero como siempre, alguien tiene que hacer despertar al dragón dormido, ¿No?
-Hola hermosura. –dijo un hombre de al menos cuarenta años pasando sus asquerosas manos por mis muslos, cerca de mi entre pierna.
Ya estaba acostumbrado a este tipo de viejos aprovechados por lo que sin una pizca de sorpresa le quité la mano y le hice una llave.
-Me tocas de nuevo y vas a ver lo que esta hermosura puede hacer. –le amenacé mientras sonreía.
Mi sangre estaba circulando rápidamente, aumentando mi adrenalina del peligro.
Hacía mucho tiempo que no experimentaba esas ganas de pelear.
Al parecer ese viejo no venía solo y eso solamente lo hacia aún más interesante.
-Min Soo, ¿Acaso este mocoso te está molestando?
-No. Es solamente una perra que no sabe su lugar. –dijo haciendo reír a los demás, mientras yo me mantenía inmutado a sus provocaciones.
-Parece que a la perra le comieron la lengua. ¿Ya no puedes hablar zorra? –dijo uno de su grupito agarrando con fuerza mi quijada.
Me levanté lentamente de mi lugar, aún con el alcohol corriendo en mi sangre al 100%
-¿Solamente son ustedes? O ¿Estamos esperando a alguien más para que se nos una? –pregunté altaneramente.
Ellos se rieron a punto de orinarse de al parecer lo gracioso que mis palabras fueron.
-Al parecer hay que enseñarle a las putas que su lugar el solamente mostrarnos el culo. –dijo uno de los ocho del grupo, ¿O tal vez dieciséis? La verdad no tenía idea de cuantos, pero era una muy buena cantidad. O tal vez se estaban multiplicando.
Yo me reí ante sus palabras. No estoy seguro si fue por el alcohol o porque realmente me hacia gracia pero al parecer a ellos no se les hizo gracioso porque uno de ellos se me lanzó en cima para intentar golpearme pero en un movimiento rápido, lo esquivé y este terminó dando de golpe contra una de las mesas que estaba a mis espaldas, rompiendo algunos vasos.
Si quieren golpearme sean un poco más rápidos. –exclamé riendo sin medir el peligro de mis palabras a causa del alcohol.
Más de uno se aventó a intentar golpearme pero yo me movía con destreza mandándolos volando alrededor del bar.
-¿Quién es el siguiente? –pregunté con una sonrisa socarrona.
Pero mi error fue algo que cuando estaba sobrio no pasaba. El dejar mi espalda descubierta, por lo que no vi la silla de madera que se estrelló en mi espalda tirándome al piso, dejándome anonadado.
Sangre recorría mis cienes y algunas astillas de la silla se me habían enterrando en la espalda.
Me levanté molesto porque eso no era pelear justamente.
-Veo que vamos a hacerlo de esta manera. –dije sin importarme las heridas y rasguños que tenía en mi piel.
Troné mi cuello para relajar mis músculos y me lancé rápidamente al primero al que vi, golpeando el estomago y tirándolo a un lado.
Otros dos venían en diferentes direcciones por lo que me subí a uno y lo aventé al otro, haciendo que se estrellaran.
Tomé dos de las botellas vacías y las estrellé contra otros dos tipos.
Fui de uno en uno hasta que al parecer no había nadie más que quisiera pelear conmigo.
Mi cuerpo estaba cansando y adolorido por los golpes que había recibido. La sangre todavía no había parado de brotar y aparecieron nuevas heridas, pero por culpa de la adrenalina no sentía nada en el momento.
Estaba a punto de irme cuando sentí como una botella se estrellaba en mi cabeza, haciendo que una de mis piernas de arrodillara. Escuché un sonido irritante en mi oído derecho que hizo que perdiera la habilidad de escuchar por unos diez segundos.
-No creas que te vas a escapar después de lo que hiciste, pequeña puta.
Quise levantarme pero otro golpe me llegó por las piernas, haciendo que diera de lleno con el piso.
-Ni lo intentes. –dijo otro tipo escupiendo en mi.
Nunca había perdido y parecía que esta iba a ser la primera y la última porque no creía que la iba a lograr afuera de esto.
Abracé mis piernas en el piso esperando por el siguiente golpe, pero una voz nueva irrumpió en el bar.
-¡Yixing!
Abrí lentamente mis ojos para divisar a la persona que me llamaba.
-¿Junmyeon?