(POV D.O)
“Yo estoy a tu lado” esas palabras que había mencionado Jongin seguían repitiéndose en mi cabeza una y otra vez mientras llegaba al hospital.
Mientras caminaba por los ya conocidos pasillos del hospital, pude ver en una de los grandes ventanales, el hermoso atardecer. Observé mi reloj de mano y vi que eran más de las 5:30 pm y probablemente en pocos minutos el sol se ocultaría dejando que la oscura noche cayera.
Llegué a una puerta que decía “Do Minhye” Suspiré y traté de poner mis mejores sonrisas antes de entrar e intentar no llorar.
-¡Oh! Kyungie, bienvenido – dijo entre sonrisas y emoción mi madre que cada vez se veía más demacrada a como el tiempo pasaba a causa de las quimioterapias que estaba recibiendo.
-He regresado madre~ -dije fingiendo estar contento ya que en mi interior todo se destrozaba al ver a mi madre en ese estado deteriorado. Ella había sido una hermosa mujer que destilaba felicidad y emoción por cada poro de su piel antes de haber sido diagnosticada con cáncer hace dos meses. Pero debido a que no se detectó antes, este estaba en etapa final y no había mucho que hacer, sólo poner nuestras esperanzas en el tratamiento de quimioterpia que estaba recibiendo, pero esta enfermedad estaba consumiendo a mi madre de poco a poco, lenta y dolorosamente.
Su hermoso cabello negro azabache había cambiando a un color cenizo en tan poco tiempo. Sus ojos marrones claros habían perdido el brillo que tuvieron alguna vez.
Mordí mi labio aguantando las lágrimas que amenzaban por salir y cubrí mi cara para no mostrar mi tristeza a mi madre que tenía que sufrir con dolor y lo único que quería yo era darle más problemas de los suficientes que tenía.
Pero obviamente nada puede ser escondido de tu progenitora. –Kyungie … no llores mi pequeño Kyungie, yo no me iré a ningún lugar, siempre estaré a tu lado –dijo en un tono tan amable que sólo pude acercarme a su cama y abrazarla tratando de no desconectar ni tocar todos los cables que estaban conectados a su frágil cuerpo.
-Shh … todo estará bien, pronto me levantaré de este lugar y te haré tu comida favorita~ -dijo mientras acariciaba mi espalda lentamente y pude escuchar en tu tono que ella misma sabía que eso nunca pasaría pero quería darme de alguna manera esperanzas.
Al estar en esa posición, recordé cuando era pequeño y siempre que caía o me lastimaba y comenzaba a llorar, ella me recogería en sus brazos y acariciaría la espalda y me diría las mismas palabras “No llores mi Kyungie, todo estará bien.”
-Kyungie, ¿Por qué no me cantas con tu hermosa voz esa canción que tanto me gusta, “Promise”? –preguntó mientras levantaba mi rostro y limpiaba con sus pulgares mis lagrimas que parecían no parar.
Asentí sin poder negarme a ninguna petición de mi mamá y comencé a cantar con todo lo que pude esa canción a mi madre tanto le gustaba.
Ella cerró sus ojos y se dejo llevar por mi voz mientras agarraba con firmeza mi mano y la acariciaba con sus pulgares.
Al terminar posó sus manos en mi rostro y me dio un beso en la frente mientras sonreía –Kyungie… prométeme que no importando lo que pase, nunca dejarás de cantar. Tienes un hermoso talento que no debe ser malgastado~ -dijo lentamente.
Asentí –Lo prometo mamá- dije con tristeza besando su mano.
-Ahora que me acuerdo, tengo algo para ti Kyungie~ -dijo emocionada mientras sacaba una pequeña caja y al abrirla contenía un collar delgado de oro blanco que al final tenía un pequeño pingüino y un dije la clave de sol igual de oro blanco y una pequeña placa a lado que contenía mi nombre, mi fecha de nacimiento y una frase “nunca te dejaré solo, canta siempre con tu corazón.”
Sacó el collar y me lo puso en mi cuello. –Antes de que entrara en este hospital, vi este collar y me acordé de ti ya que sé que te encantan los pingüinos y cantar. Le pedí a tu padre que lo comprara ya que no tuve tiempo suficiente para hacerlo personalmente –dijo entre pequeñas risas.
-Gracias mami –dije dándole un beso en la mejilla. –Definitivamente lo usaré todos lo días sin falta y lo cuidaré mucho- dije mientras observaba el collar que yacía en mi cuello.
Antes de que pudiera decir algo más, la enfermera entró al cuarto informándome de que la hora de visitas se había acabado y sin poder hacer nada más, me despedí de ella y me dirigí a mi casa con una pequeña sonrisa en mi cara mientras acariciaba el collar que mi madre me había regalado.
Observé el cielo y pedí por primera vez con todas mis fuerzas que mi madre sanara pronto y ocurriera un milagro. Todo lo que podía hacer ahora era ser optimista por ella y sonreir.
Me acordé de Jongin y me emocioné al pensar de que haríamos un proyecto juntos, ya que desde hacia algunos días me había llamado la atención pero nunca fui capaz de hablarle. Que bien que el me pidió que le ayudara porque así tendría la perfecta excusa para acercarme a el.
Definitivamente mañana sería un día asombroso lleno de nuevas experiencias. Mañana también le contaría a Baekhyun sobre el collar que me había regalado mi madre y sobre Jongin, también lo molestaría con Chanyeol, ya que al bacon le había comenzado a gustar el grandulón ese, amigo de Jongin. Ya me imagino su cara ruborizada al solo nombrar el nombre del susodicho.
Reí al solo imaginarme la escena.