Conociendo
Habían llegado a la casa de Die, lo llevó a una habitación, dejándolo con tres sirvientas y dos guardias en la puerta, dejando una orden a las sirvientas de que al día siguiente le dieran un vestido hermoso, pues desayunarían en el jardín trasero de la casa.
-Shinya-
Cuando abrí mis ojos, noté algo raro, esa habitación era demasiado grande como para ser la mía y fue cuando reaccione, sentándome rápido en aquella cama, mirando a todos lados, las paredes de la habitación era en tono salmón, algo extraño, tenía muebles en tonos blancos, con detalles en dorado, cuando volteé, me encontré con dos mujeres a lado de la cama.
-¿Quiénes son?
-Las sirvientas de esta casa
-¿Quién vive aquí?
-El señor Daisuke
El hombre alto de anoche...el que me sacó del restaurante
-Nos dijo que el desayuno sería en el jardín trasero de la casa, así que por favor, tome una ducha y sacaremos la ropa que nos ha indicado el joven amo.
Las dos mujeres señalaron una de las puertas, deje escapar un pesado suspiro y me adentre, el baño era enorme. Me comencé a desvestir, aún traía la ropa de ayer del restaurante, la deje doblada a un lado; Me di una rápida ducha, me hacía falta de todas maneras, al salir con la bata puesta, había un...¿VESTIDO? Sobre aquella cama.
-El amo nos ha dicho que eso es lo que tenía que usar el día de hoy
-¡Pero soy hombre!
-Al parecer no le importo eso.
Salieron las dos mujeres de la habitación, no me quedaba de otra mas que vestir aquello, pues no tenía mas ropa. Me puse aquel vestido verde con flores rosas y detalles en color café, tenía una cinta en la cintura el cual amarre en un moño a un costado, me acerque al espejo que había en la habitación, mirándome, arqué una ceja, para ser hombre no me veía tan mal, mire al piso y encontré unos zapatos de piso, color carne con un moño de adorno, no me quedo de otra que ponérmelos, peine mis cabellos, un poco de maquillaje en mi rostro, delineador y....Listo.
Salí de la habitación y me encontré con dos hombres vestidos de negro, me espanté por unos momentos, pero luego los reconocí, eran los mismos que estaban en la entrada del baño del restaurante. Suspire y comencé a caminar por el pasillo de aquella casa, era grande, lindos detalles los que tenía, cuadros por ambos lados, jarrones que aprecian costosos. Los hombres venían detrás de mi, es algo extraño, me sentía nervioso, parecía que iba a hacer algo malo. Llegue hasta las escaleras, bajaba por ellas, cuando alguien mas se puso a mi lado, lleve ambas manos a mi pecho.
-Así que tu eres el que lo atrapo...Eres lindo.
Ese joven era mas alto que yo, tenía cabellera larga y negra, vestía menos formal que el dueño de aquella casa.
-¿Perdón?
-Nada, olvídalo
Me sonrió y se alejo casi corriendo, saliendo de aquella casa, nadie le pregunto a donde iba ni le hablaron, solo saludaron con respeto los dos guardias que estaban detrás de mi. Seguí mi camino, los hombres, me indicaban la salida al jardín trasero, uno de ellos abrió la puerta por mi, agradecí y salí.
Ahí estaba él, sentado, en una mano sostenía una taza de café y con la otra pasaba papel tras papel en una carpeta, me acerque con cuidado.
-Buenos días...
Alzó su mirada, me inspecciono de arriba abajo, mas nervioso no me podía poner aquel hombre, sentí como mis mejillas estaban calientes.
-Toma asiento, no muerdo
Hice caso, al tomar asiento, los hombres que estaban detrás de mi, se quedaron algo lejos de la mesa, una joven se acerco a servirme algo de café y otra me sirvió un plato con arroz...¿Eso era desayuno?. Mire con extrañeza el plato y luego al otro.
-Si eso desayunamos en esta casa, aun que es muy variado, así como hoy es arroz con carne, mañana puede ser una copa de frutas de temporada
-Aah....Gracias.
Bebió de su café aquel hombre, comencé a comer de aquel plato, a decir verdad, estaba delicioso cuando lo escuche.
-Por cierto, dime Die, mi nombre supongo que ya te lo han dicho mis sirvientas.
-Si, yo soy Shinya por cierto...¿Por que vestido?
-Por que de la mejor forma que podrás andar seguro, después del incidente de anoche- dejó aquella taza sobre la mesa y los papeles, cruzando sus brazos por encima de la misma- Tu viste quien dio el primer tiro, tu viste a quien mataron y eso es peligroso para ti, no se cuantos de tus compañeros se habrán salvado, no quiero que me digas quien fue y esos dos -señalo a los guardias que estaban a lo lejos- Son los que te estarán cuidado, de ahora en adelante vivirás en esta casa.
-Pero mi departamento...¿Que haré con él?
Debo admitir que me había asustado con aquellas palabras, sino me quedaba de otra, tendría que aceptar lo que me decía
-Ya se ha vendido, tenías un pequeño perro de mascota ¿No?- Asentí con un movimiento de cabeza- Ya lo han traído para acá, lo están alimentando en la cocina.
Se puso de pie y se fue de ahí, dejándome solo con los hombres que me cuidarían, supongo que dentro de la casa no los necesitare todo el tiempo. Me dedique a terminar mi desayuno y entre a la casa, diciéndole a los guardias que quería explorar aquel lugar a solas, los dos aceptaron
-Fin Shinya-
-Die-
Cuando lo vi salir por la puerta corrediza, no pude negar que se veía hermoso aquel joven que salvé anoche, aquel vestido verde le quedaba perfecto, pero aún así seguí checando el papeleo de un negocio reciente que había logrado gracias a los encantos de mi querido hermano.
Cuando terminé de hablar con Shinya, me fui, quería relajarme un poco en la piscina que tenía en la casa, me puse mi traje de baño, y de un solo salto entre en ella, pasando mi mano derecha por mis cabellos al sacar medio cuerpo del agua, cuando escuche pasos, volteé enseguida, percatándome que era aquel joven
-¿te haz perdido?
Su reacción el escucharme fue divertida, pues presiono su pecho con ambas manos, dando un salto, viéndome. Me acerque a la orilla de la alberca, colocando mis dos brazos en el piso, recargando mi barbilla en ellos, mirándolo.
-¿No deberían estar contigo los guardias?
-Les pedí que me dejaran solo, quería recorrer la casa
-hmm así que les diste permiso y te hicieron caso
-Al parecer si.
Se acerco a mi, al parecer el miedo que me tenía se había esfumado, tampoco me quitaba la vista de encima. Se agacho, abrazando sus piernas junto con aquel vestido, estaba muy cerca de mi, ambos nos sonreímos, pareceré un hombre serio y frio, pero cuando alguien me gana, soy todo lo contrario y al parecer, este chico lo estaba logrando, a pesar de conocerlo de una de las peores maneras posibles, ahora que lo veo y que lo pienso....Solo quiero protegerlo.