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L y Kira.Lawliet y Light. por LaGataenelTejado

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Notas del capitulo:

Lamento la tardanza pero están siendo unos dias complicados, les dejo el nuevo capítulo, espero que les guste ^^

[Lawliet]

 

Y ahí estaba yo, plantado en aquella azotea mirando al Lawliet de mis sueños empapándose bajo la lluvia, distante, mirando hacia arriba. Sentí escalofríos, la misma sensación que acompaña mis pesadillas, y lo peor es que me invadió una tristeza que seguramente podría haber sido tan palpable que temí que L pudiese sentirme. Sin pensarlo, me acerqué mas a él hasta colocarme a su lado, mirando de reojo sus ojos. Mis ojos en su rostro. Oscuros, profundos y lejos de aquel lugar. ¿Estaría pensando en Kira? Claro que si. En mis sueños Kira y L solo piensan en si mismos, en destruirse mutuamente, tan contrario a la realidad... Me llevé la mano al pecho, estrujándome la camiseta sobre el corazón. La garganta se me había quedado seca y áspera.

 

-¡Ryuzaki! ¿Que haces aquí arriba?

 

La voz de Light hizo que me girase sobresaltado, asustado por un momento al olvidar que ninguno podía verme. Plantado debajo de uno de los salientes de metal se encontraba Kira. Cruzado de brazos y el semblante tan ensombrecido que daba miedo. Ese no era mi Light, aquel Light tenia un brillo de malicia y control en el café de sus ojos, que lo hacían ver una persona superior a los demás.

 

-Dejemos de fingir, Yagami. Por favor.

 

Miré de nuevo a L sin poder evitar tragar saliva, sintiendo una pesadez que me estrujaba las entrañas. Cerré los ojos al notar como se nublaban de manera repentina por unos segundos, las voces de ambos me llegaban a saltos, como una cinta de música en mal estado. Sabia lo que iba a ocurrir a continuación, de alguna manera L iba a morir en los brazos de Kira y eso era inevitable. Como espectador solo pude sentir lástima, pena por aquel detective que tanto defendía la justicia y tanta razón tenia al saber perfectamente que Light, era Kira. Quise gritarle a L que estaba en lo cierto, que sus teorías no habían fallado y que aquel chico que ahora se acercaba pidiéndole por favor que regresase al cuartel para resguardarse de la lluvia, era el asesino en serie mas buscado en aquella extraña realidad, casi cruel y tan distinta a mi mundo que tuve que retroceder dos pasos hacia atrás.

 

Me llevé las manos al rostro, frunciendo el ceño confuso. Mi vista se nubló de nuevo y cuando abrí los ojos todo había cambiado. Estaba de nuevo dentro del cuartel, L gritaba algo nervioso, el nombre de Watari me atravesó el corazón como un puñal frio. Otra victima de Kira, incluso en aquel plano astral su muerte fue igual de dolorosa y perturbadora. Casi corrí hacia L, me quedé quieto tras él, apretando los labios y soltando un leve gemido al ver como la cucharilla caía al suelo, acompañada de los gritos de asombro y miedo de sus compañeros. Incluso Kira fingió, agarrándolo entre sus brazos con rapidez mientras L, caía desplomado de la silla, con los ojos muy abiertos y mirando hacia arriba. El dolor del infarto que sintió pudo llegar a mi mente tan claramente que por un momento me encogí en el sitio.

 

Me puse de rodillas mirando el rostro de Light, una sonrisa aterradora y sumamente cruel se dibujaba en sus labios, solo para L, dedicada con esmero a él. Haciéndole saber que sus teorías eran ciertas pero que era demasiado tarde, Kira había ganado aquella lucha de titanes. Mi corazón pareció detenerse cuando me crucé con los ojos de aquel Light, que de repente y por un segundo se encontraron con los míos y una mueca de terror y asombro adornó su bonito rostro juvenil. Fue tan rápido que cuando abrí los ojos de manera repentina pensé que me lo había imaginado, que había sido una jugada sucia de mi mente. La voz de una mujer me devolvió a la realidad:

 

-Lawliet... ¿Estás bien?

 

Gemí dolorido, con la cara húmeda, quizás sudor o lágrimas, no podría decirlo con exactitud. La voz de Alisha se hizo mas real, mas presente. La miré confuso y rápidamente sentí la mano de Light aun aferrada a la mía, fría como el hielo, sudorosa.

 

-Light...

 

Light estaba aun dormido, sudando y helado. Su cuerpo daba pequeños temblores convulsionando levemente.

 

-¿Que le pasa?. - me puse de rodillas a su lado, sin soltar su mano.

 

Quise despertarlo, pero Alisha me agarró la muñeca negando con la cabeza.

 

-Debe despertarse él solo, es peligroso interrumpir el proceso. Tranquilo, a veces pasa. Paciencia, Lawliet.

 

Asentí confiando en ella. Era una experta con estos temas y yo simplemente un ignorante. Pocas veces he rezado en mi vida pero en mi cabeza no dejaba de pronunciar oraciones sin sentido por Light. Porque verle así me estaba provocando unos nervios que me consumían con rapidez.

 

 

[Light]

 

-Exterminados, listos, muertos...

 

La risa cruel y sádica que acompañó aquella frase terminó volviéndome loco. Estaba sentado en el borde de la cama del dormitorio de Kira tras haber regresado del cuartel general y no podía dejar de mirarle. Lo peor es que algo dentro de mi sentía fascinación por todo aquello, me sentía turbado, sucio y aterrado a partes iguales. El cuaderno de muerte era una herramienta tan mortal, tan cruel y venenosa que eso solo lo hacia peligrosamente atrayente. Ryuk, reia divertido, flotando a mi lado sin quitarme los ojos de encima.

 

Me mordí tan fuerte el labio que temí hacerme sangre. Incluso me llevé los dedos a la boca, aliviando el dolor con el roce de las yemas. Tragué saliva al ver como Kira guardaba el cuaderno en un cajón preparado para eso a conciencia. Después cuando lo vi salir del dormitorio, Ryuk se puso frente a mi, girando la cabeza y sonriendo terrorificamente:

 

-No has dejado de mirar a Kira, ¿Tanta curiosidad te produce el cuaderno? A lo mejor deberías probarlo, jeje.

 

-Eso es una locura – indignado miré hacia otro lado, viendo por el rabillo del ojo el cajón donde estaba el cuaderno. - Además no pertenezco a... - me llevé la mano a la cabeza, aguantando un quejido de dolor. La vista se me nubló unos segundos.

 

-¿No crees en el poder del cuaderno de muerte? Te aseguro, segundo Light Yagami, que puede matar a cualquier humano. ¿Nunca has sentido esas ansias de venganza hacia alguien? ¿Querer matar a una persona porque se lo merece? Aunque si no tienes cuidado...se te puede ir la cabeza. - rió de forma exagerada y divertida, danzando un poco en el aire.

 

Las palabras salieron solas, apreté los puños casi escupiendo saliva. El recuerdo de la violación de Lawliet me golpeó como una poderosa roca que se abría paso entre mis recuerdos mas oscuros.

 

-Ken Watanabe y Shiro Matsuoka.

 

El shinigami pegó tanto su rostro a mi que tuve que echarme hacia atrás, temblando, casi arrepintiéndome de lo que había dicho.

 

-Yo los mataré por ti, Light Yagami. Para demostrarte que el poder del cuaderno puede atravesar cualquier universo. Si yo lo deseo, claro. ¡Que divertido! Te agradezco que estés aquí. Empezaba a aburrirme.

 

Vi, horrorizado, como el shinigami sacaba el cuaderno del cajón sin dificultad y usando una larga y afilada pluma sonrió escribiendo:

 

-Soy un shinigami, nosotros podemos verlo todo... y ahora mismo tengo muy presente en la cabeza quienes son esos muchachos. - se llevó uno de sus largos dedos a la barbilla, pensando. - Vaya...quien lo diría... Kira quiere matar a L y Light Yagami quiere vengarse del dolor que alguien le causó a Lawliet. Estos humanos... jeje.

 

-¡Espera! No lo hagas, yo no quería... no iba en se...

 

Caí de rodillas al suelo, con un dolo atroz en la cabeza y la vista completamente oscura. Sentí que caía a un pozo sin fondo y una voz familiar intentaba rescatarme. Solo pude vislumbrar entre la bruma el rostro divertido de Ryuk, que me hacia un gesto de despedida con la mano, divirtiéndose cruelmente con la situación.

 

-Light...Light...despierta, por favor...Light...

 

Abrí los ojos convulsionado, arqueando la espalda de golpe y aguantando un gemido de dolor ante aquello. La boca me sabia a sangre y notaba mi nariz húmeda. Enseguida, me llevé los dedos a la cara notando como la nariz me sangraba. Lawliet estaba de rodillas a mi lado, con la mano en la boca y los ojos muy abiertos, asustado:

 

-Por el amor de Dios...Light... - me abrazó de forma posesiva y vi como Alisha me ofrecía una toalla para el rostro.

 

Lawliet me limpió con cuidado la cara, sin dejar de mirarme tembloroso, como si fuese una ilusión que se desvanecería en cualquier momento. Dejé que volviese a abrazarme pero sentía el cuerpo tan pesado que apenas pude devolverle el gesto.

-Light, vámonos a casa.

 

Asentí y Alisha nos ayudó a llegar hasta la puerta, nos aseguró que la experiencia había sido muy fuerte para nosotros, que quizás deberíamos replantearnos el volver mas adelante, cuando los meses hayan borrado lo ocurrido. Lawliet habló con ella unos minutos sin dejar de sujetarme el brazo, temiendo que si me soltaba me desplomase en el suelo. Yo solo podía pensar en los chicos que abusaron de mi novio. Ken... recordé la cruel paliza que le di hace años, algo que incluso Lawliet ignora, cuando todo mi mundo se derrumbó y la depresión me consumió lentamente. La ansiedad repentina me hizo tirar de Lawliet con fuerza, necesitaba llegar a casa, comprobar algo.

 

Subimos al coche y Lawliet puso la radio, evitando encender la calefacción, demasiado calor habíamos pasado aquel día como para terminar deshidratados antes de llegar. Abrí la boca buscando aire fresco, tragando una bocanada que entró por la ventanilla. Lawliet me miraba de vez en cuando sin decir nada, respetando el silencio que yo había impuesto. Me temblaban las manos y saqué mi móvil del bolsillo, usé la tarifa de datos porque ya no soportaba más. Seguro que el shinigami me había gastado una broma pesada, era imposible que todo el rollo del cuaderno de muerte pudiese traspasar planos,mundos o a saber que maldita mierda paranormal relacionaba todo esto.

 

Entré en una página japonesa que mucha gente utilizaba para consultar los fallecimientos de los familiares, conocidos, amigos...algo triste pero necesario. Temblando y aprovechando que Lawliet estaba concentrado en sortear el tráfico de aquel dia, busqué los nombres de los chicos con rapidez. Doy gracias a que mi novio no pudo verme en aquel instante porque tuve la sensación de que toda la sangre desapareció de mi cuerpo al instante. Ken y Shiro habían fallecido de un ataque al corazón repentino, hacia tan solo un rato, la gente mostraba sus condolencias a la familia, palabras de apoyo y tristeza. Yo, simplemente y completamente aterrorizado giré el rostro evitando el de Lawliet:

 

-Light, ¿Que te pasa? ¿Te encuentras muy mal?

 

-Lawliet...llévame a la oficina, es que me han enviado un mensaje urgente...yo...el sistema, por favor,debo ir.

 

Dudó unos segundos, quizás me vio tan ausente y tembloroso que no puso en duda mi petición. Cambió el rumbo del coche y enseguida paró frente al edificio de mi empresa. Me bajé casi desorientado pero me obligué a mi mismo a besar la mejilla de Lawliet:

 

-Intentaré no volver muy tarde a casa.

 

-¿De verdad estás bien Light?

 

Asentí, sonriendo con tanta dificultad que me dolieron las comisuras de los labios. Acaricié su cabello levemente, aguantándome las ganas de echarme a llorar ahí mismo. Me despedí con un gesto de la mano y cuando ya no vi el coche de Lawliet subí deprisa a mi oficina, saludando a las pocas personas que trabajaban en aquella franja horaria. Cerré la puerta con llave y me dejé caer al suelo con la espalda apoyada en la puerta de metal, solté un grito mudo y me puse las manos en la cara, sollozando y sin poder dejar de temblar. Dios mio, por Cristo...había matado a dos personas, de forma indirecta pero tan directa a la vez que tuve tanto miedo que me encogí en el sitio, rodeando mis rodillas con los brazos.

 

[Lawliet]

 

Miré de nuevo el reloj nervioso. Eran las tres de la madrugada y Light no había vuelto aún a casa, ni si quiera me contestaba el teléfono, tan solo me había enviado un mensaje muy escueto a las doce para avisarme que no tardaría en llegar. Maldita sea, Light. ¿Que cojones estás haciendo?. Me puse boca abajo en la cama, nervioso y frunciendo el ceño. Me arrepentía enormemente de haberle llevado a la oficina y mas aún con el nerviosismo con el que había salido de casa de Alisha. Creo que no fue una buena idea investigar el tema de los sueños.

 

No me había gustado vivirlo de forma tan intensa. Yo sabia lo que iba a ocurrir, había visto retazos en mis pesadillas pero nunca algo tan vívido. Dolía pensar que aquel Light Yagami era un cruel asesino, y que además había matado al Lawliet de aquel extraño plano astral. Suspiré al acordarme de que la realidad, nuestra realidad, era el aquí y ahora. No valía la pena pensar en sueños, ni amargarse por algo así.

 

Suspiré y harto, me levanté y fue directo al armario para buscar algo de ropa e ir a la oficina de Light. Kira me miró desde el borde de la cama, maullando intranquilo. Sonreí un poco acariciándole las orejas y entonces, cuando iba a ponerme los vaqueros escuché el ruido de la puerta. Furioso por la tardanza de Light dejé los vaqueros en el suelo y volví a meterme en la cama, esperando paciente a que entrase en el dormitorio. ¿Por que había tardado tanto?. Los ruidos pesados de sus zapatos por el apartamento se hicieron eco entre tanto silencio y cuando entró en el cuarto, el olor del alcohol me dio de lleno en la nariz. Encendí la lámpara de la mesita de noche, mirándole furioso:

 

-¡Light! ¿De donde vienes? ¿Sabes la hora que es? Maldita sea,Light.

 

Light me observó con los ojos un poco entrecerrados. Se quitó despacio y con dificultad la camisa, tambaleándose un poco a causa del alcohol.

 

-¿Has bebido? ¿Donde estabas?

 

Me sonrojé a la vez que me enfadaba mas aún cuando Light, me sonrió de forma traviesa, acercándose a la cama y cogiéndome el rostro, dándome suaves besos rápidos en los labios.

 

-Lawliet...mi Lawliet... - bajó con sus besos por mi cuello, embriagándome como solo él sabe hacerlo.

 

Mi mano se movió sola, acariciando su espalda desnuda:

 

-Me tenias preocupado...idiota...

 

Light soltó una risita amarga y se fue quitando los pantalones tumbándose sobre mi sin dejar de darme besos en la clavícula:

 

-Lo siento... - me mordió la oreja, haciéndome gemir levemente.

 

-No vuelvas a hacerlo, no me gusta que bebas y encima llegues así a casa. ¡Por Dios! Estaba muy preocupado.

 

Solté un gemido cuando sentí a Light morder de forma muy suave mi miembro, casi excitado por completo bajo la ropa interior. Me miró a los ojos, sonriendo de forma sensual y relamiéndose un poco el labio inferior. Me desnudó por completo y cuando él también se deshizo de su ropa interior rozó nuestros cuerpos excitados de forma demandante, soltando un jadeo que estremeció cada poro de mi piel. Por instinto, abrí las piernas para que se acomodase pero Light me lamió el torso:

 

-Date la vuelta.

 

Obedecí sin quejarme, excitado y caliente, sintiendo su torso sobre mi espalda y sus dedos jugar sobre mis nalgas, su aliento golpeaba mi oreja de forma suave:

 

-Mi Lawliet...lo siento tanto...

 

Su voz lastimera y triste me hizo girar el rostro para intentar adivinar que le estaba pasando, pero entonces gemí con algo de dolor y cerré los ojos con fuerza al sentirle dentro, moviéndose de forma muy suave.

 

-Li-Light...eres un maldito bruto.

 

Me apretó mas contra él, poniendo su mano en mi pecho y elevándome un poco sobre el colchón, moviéndose ahora con mas fuerza. Sus estocadas eran firmes y brutas, acompasadas con movimientos algo dulces que rápidamente suplantaba con otros demandantes, como si me retuviese a su lado, impidiéndome escapar de su cuerpo. Gemí con fuerza, jadeando y temblando al notar su lengua jugar con la piel de mi espalda y mi cuello:

 

-Ahhh...Lawliet...¿me quieres?.

 

-Pues claro idiota...claro que te quiero... - eché la cabeza hacia atrás al notar sus dedos agarrando mi cabello, obligándome a ello.

 

Light me embistió de forma algo bruta, chocando una y otra vez en aquel punto tan placentero dentro de mi cuerpo. Maldito demonio, me estaba llevando al límite, notaba su saliva humedecer mi piel y sus jadeos descontrolados sobre mi. Me abrió mas las piernas hasta el punto de tener que ponerme a cuatro patas y agarrar el cabecero de la cama, con los ojos cerrados y la mente nublada, sin resistirme al placer que Light me ofrecía. Chocaba contra mi con fuerza, diciendo cosas sin sentido a causa del alcohol. Me apretó la piel, clavándome las uñas y masturbándome a la vez que me penetraba:

 

-Lawliet, córrete para mi...

 

Me sonrojé mas aún ante aquello, sin poder dejar de gemir y dejándome llevar por completo, manchando sus dedos tras el orgasmo y sin poder mantener mi cuerpo tenso un minuto más. Me agarró, sujetándome y me embistió con salvajismo, llenándome por completo y dejándose caer sobre mi espalda, respirando de forma alterada junto a mi.

 

-Light...¿Que te pasa?...

 

Aún seguíamos sin mirarnos, yo bajo su cuerpo y él en silencio, acariciando mi brazo mientras terminaba de calmarse.

 

-¿Por que lo sientes? ¿Que pasa?

 

Preocupado, le miré, abriendo un poco la boca ante su expresión. Light estaba mirando el techo, ahora recostado a mi lado, con la mirada perdida y suplicante. En silencio se dio la vuelta hacia el lado contrario y sin decir nada, se quedó dormido.


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