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L y Kira.Lawliet y Light. por LaGataenelTejado

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Notas del capitulo:

Ohhhh, este fic poco a poco va acercándose al final. Actualizo ahora porque no sé cuando podré volver a actualizar, seguramente a final de la semana que viene, por eso les traigo un capítulo cargadito ^^ espero que les guste.

A mi personalmente me ha emocionado bastante :__) porque soy muy fan de esta pareja.

Disfruten y gracias por leer y dejar review ^^

[Light]

 

-Light, ¿ Como te encuentras hoy?

 

Suspiré pesadamente, con la mano en la nuca. Eché el cuello hacia atrás soltando un gemidito de molestia. Había pasado una semana desde lo ocurrido en casa de Alisha y mi estado de salud no era demasiado bueno. Me daban pequeñas migrañas de vez en cuando, sobretodo cuando recordaba lo del shinigami y el cuaderno. Me obligaba a fingir delante de Lawliet que todo iba bien, que no pasaba nada extraño, pero él me conoce mejor que nadie así que no podía engañarle.

 

-Bien... no es nada, solo un poco de dolor de cabeza.

 

Lawliet terminó de ponerse la camiseta blanca y miró el reloj, frunciendo el ceño y mordiéndose el labio:

 

-Light, hoy tengo una reunión importante. ¿Por que no te tomas un descanso y te quedas en casa? Intentaré no tardar demasiado.

 

Negué con la cabeza, levantándome al fin de la cama. Si me descuidaba yo también llegaría algo tarde a la empresa. Si me quedaba en casa iba a ser peor, porque me estaba volviendo completamente loco de pensar tanto en lo que había hecho. A pesar de que el shinigami fue el que usó el cuaderno, yo le había proporcionado los dos nombres por lo cual... considero que eso me convierte en un asesino, con todas las de la ley. Una arcada me subió desde el estómago al recordarlo. Miré como Lawliet se peinaba con los dedos y no pude evitar aguantar un breve sollozo. ¿Si él supiese todo lo ocurrido que pasaría? Seguramente cortaría la relación, nadie quiere estar con un asesino.

 

Lawliet me miró desde el reflejo en el espejo, suspiró y se acercó a mi, besando mi frente con suavidad:

 

-Light... por enésima vez, ¿Que te pasa? Estás ausente y distante desde que volvimos de casa de Alisha. Empiezo a cabrearme, bastante además. Dime que pasa.

 

Vi como se cruzaba de brazos moviendo un poco el pie de forma nerviosa. Le abracé con cuidado, oliendo el perfume de su cabello y cerrando los ojos al mover mis manos de forma leve por su espalda.

 

-Nada, no me pasa nada. Solo estoy estresado, demasiado trabajo en la empresa. Creo que dirigir todo me queda grande.

 

-No digas tonterías Light. Te conozco y se que eres capaz de sacar adelante las cosas tú solo. Lo sabes...

 

Lawliet me mordió los labios, tirando un poco de la suave carne húmeda y después me sonrió:

 

-Tengo que irme ya. Nos vemos luego.

 

Asentí y cuando me aseguré de que se había marchado, dejé salir un gran gruñido de frustración que llevaba en mi garganta desde que me había despertado. Fui directo al baño, acariciando el lomo de Kira antes de coger uno de mis trajes y una corbata bonita a juego. Me gustaba vestirme con clase para ir al trabajo, al fin y al cabo, la primera imagen es lo mas importante de cara a un cliente y aquel día me esperaban varias visitas importantes.

 

[Lawliet]

 

Firmé unos cuantos papeles que se me habían acumulado aquella semana, casi todos relacionados con las obras que comenzarían la próxima semana. Estaba impaciente por aquello dado que hacia tiempo que necesitábamos aumentar el espacio del orfanato.

 

Miré un poco el reloj, frunciendo el ceño, las horas pasaban volando y yo me notaba nervioso conforme mas se acercaba la hora de volver a casa. Cogí el teléfono móvil y llamé a Light, esperé cerca de tres tonos de llamada y cuando estuve apunto de colgar, una voz femenina respondió al instante:

 

-¿Diga?

 

Apreté los labios ante aquello, ¿Quien era esta?.

 

-Quiero hablar con Light. ¿Quien eres?

 

-Ah, soy Lucy, su secretaria. Disculpe, es que el señorito Light está reunido y me ha dejado a cargo de su teléfono.

 

Suspiré, negando con la cabeza. Había olvidado la presencia de Lucy en el despacho de mi novio. Mikami se había encargado de trasladarla desde Japón ya que era una de sus mujeres de confianza, sabia como iba el negocio y estaba siendo de gran ayuda para Light. Y no quería portarme como un novio celoso pero realmente me molestaba imaginarme ese par de tetas todo el día rondando alrededor de él.

 

-Soy Lawliet. ¿Puedes decirle que me llame?

 

-Claro. En cuanto salga de la reunión se lo diré.

 

Le di las gracias y cuando colgué solté un gruñido furioso. Me llevé las manos al cabello agobiado por mi comportamiento, a veces me recriminaba a mi mismo portarme como un niño pequeño, pero no podía evitarlo, y mas ahora que Light estaba tan raro. Entonces tuve una idea, bueno tuve dos en realidad. La primera me hizo sonreír satisfecho y volver a coger el teléfono, marcando un largo número que esperaba que funcionase, enseguida, la voz de Sayu Yagami irrumpió en mis oídos:

 

-¿Diga?

 

-¿Sayu? Soy Lawliet.

 

Sayu se quedó en silencio un par de segundos, pude escuchar como respiraba algo nerviosa:

 

-¡Lawliet! ¿Que pasa? ¿Está bien Light?

 

Reí un poco, acomodándome en la butaca de la oficina. Imaginaba que la chica estaría asustada ya que Light había perdido el contacto con su familia y con ella solo hablaba muy de vez en cuando, yo sabia que por miedo a revivir todo lo que le ocurrió con ellos, y me enfadaba que aún no hubiese sido sincero conmigo como para contármelo.

 

-Si, no te preocupes... es que verás, he pensado que podrías venir unos días a Londres, por supuesto yo correré con los gastos y bueno...seria una bonita sorpresa para Light. Anda un poco decaído últimamente.

 

-¡¿En serio?! ¡Aii! Me encantaría, echo mucho de menos a Light. - su voz pucherosa me hizo sonreír con suavidad.

 

-¿Cuando podrías venir? ¿Te parece bien en unos cuatro días? Se que es precipitado pero bueno...no sé,tú me dices.

 

-¡Si! Me viene muy bien, precisamente ahora tengo una semana de vacaciones en la universidad.

 

-Estupendo, te mandaré el billete por correo, ¿De acuerdo? Gracias, Sayu. Light va a ponerse muy contento.

 

Nos despedimos y sonreí, llevándome el pulgar al labio inferior y poniéndome un poco de cuclillas en la silla, ahora tocaba pensar en mi otra idea. Esperaba que Light no tardase en regresar a casa.

 

 

[Light]

 

Caminé cansado hasta nuestro apartamento, tapándome un poco la cabeza con el maletín del trabajo por las gotas de lluvia que cada vez caían con mas fuerza. Ni si quiera había tenido tiempo de devolverle la llamada a Lawliet, aunque mas bien se me había olvidado. Estaba tan distraído emocionalmente que me notaba en el límite, dios, los días pasaban y el sentimiento de culpa se hacia mas grande. Y mi cuerpo no podía soportarlo más.

 

Cuando entré en casa me extrañé por un momento, estaba oscuro y no se escuchaba nada, así que deduje que quizás Lawliet se había entretenido en el orfanato. Acaricié la cabeza de Kira que maullaba feliz en mis piernas y caminé hasta el salón, entonces unas manos taparon mis ojos con suavidad:

 

-Bienvenido a casa.

 

Puse mis manos sobre las de Lawliet, apartándolas con suavidad y girándome para verle, tenia una bonita sonrisa en los labios, calmada y suave, lo que me hizo tragar saliva y bajar la mirada:

 

-Hola...

 

-Eh... no me gusta verte así Light. Sonríe, he preparado la cena.

 

Me cogió de la mano, llevándome hasta la mesa donde solíamos comer y me quedé en silencio, asombrado por lo que veía. Había preparado todo un ambiente romántico con una cena elaborada que humeaba sobre el mantel blanco de la mesa. Pescado al horno, guarnición, vino... el corazón me estrujó las entrañas de forma dolorosa. Ai, Lawliet... ¿ Por que eres tan perfecto siempre? Y yo simplemente soy un chico vulgar.

 

Gemí un poco y giré el rostro, apretando los labios para que Lawliet no viese como se me humedecían los ojos. Maldita sea.

 

-Light, ¿Que pasa? ¿No te gusta?

 

Su voz triste hizo que me limpiase un poco los ojos rápidamente, sonriendo de forma forzada y cogiéndole el rostro, dándole un suave beso:

-Ese es el problema... todo es demasiado perfecto contigo. Realmente, Lawliet, no sé como puedes quererme. No soy especial, no soy nada.

 

-Light, ¿me puedes contar de una maldita vez que te pasa?. Me estás asustando.

 

Negué con la cabeza, besando su mejilla y sentándome a su lado en la mesa para comenzar a cenar. Sabia de sobra lo mucho que le costaba cocinar o hacer algo como esto ya que yo era el encargado de todo este tema, por eso me sentía aun peor conmigo mismo. Además durante la cena, charlamos de forma algo seca, ignorando su mirada acusadora clavándose sobre mi. Podía notar como se enfurecía a cada minuto que pasaba.

 

Lawliet dejó los cubiertos de forma sonora sobre el plato una vez que hubo terminado y se cruzó de brazos, arqueando una ceja:

 

-Dime que pasa, cuéntame que diablos viste en los sueños aquel día. Y no me vengas con la escusa de siempre. Maldita sea Light, me siento imbécil.

 

Bajé la mirada, suspirando entre cortadamente.

 

-Lawliet...lo siento mucho... lo que voy a contarte quizás haga que no quieras verme nunca más y puedo entenderlo.

 

Lawliet tragó saliva, mirándome asustado:

 

-¿Que has hecho, Light? Por dios... no me digas que estás acostándote con otra persona... - se puso en pie, enfurecido y dándome la espalda - ¡Si es eso ya puedes estar largándote!

 

Me puse en pie y acaricié sus brazos desde su espalda, besando su cuello levemente:

 

-No es eso. Seria incapaz de engañarte. Ven, te lo voy a contar.

 

Nos sentamos en el sofá, aunque antes de que Lawliet pudiese sentarse a mi lado, lo senté a horcajadas sobre mis piernas cara a cara, le aparté con cariño un mechón de cabello que se había deslizado de forma rebelde sobre su frente:

 

-Dios...Lawliet...te quiero tanto... - hundí mi rostro en su cuello, apretando las manos contra su espalda.

 

-Light... suéltalo ya.

 

-El cuaderno de muerte, funciona, Lawliet. Funciona de verdad. En nuestros sueños, en otro plano astral y aquí, en la realidad.

 

Lawliet se separó un poco de mi, poniendo las manos en mi pecho y observándome extrañado.

 

-¿Y como sabes eso?

 

-Yo... le di dos nombres al shinigami y él los escribió... los escribió, Lawliet. Y funcionó, aquellos chicos murieron de un infarto ese mismo día.

 

Me puse las manos en la cara agobiado, notando las ganas de volver a llorar en aquel mismo momento.

El silencio que reinó entre ambos fue como una pequeña tortura. No esperaba menos pero la incertidumbre de saber lo que Lawliet pensaba comenzó a pesarme dentro. Decidí querer huir de la habitación, alejarme sin decir nada, quizás no dándole la oportunidad de recriminarme lo horrible que había sido al hacer aquello, pero Lawliet, asombrosamente, me cogió del rostro y me obligó a mirarle a los ojos:

 

-Eres un idiota Light Yagami. ¿Has cargado con toda esa culpa tu solo? Dios... se perfectamente a que muchachos debes referirte. ¿ Por que no me lo dijiste aquel día?

 

-Lawliet... soy un asesino...

 

-No digas tonterías Light. Nuestro presente y nuestra realidad es ahora. No defiendo el asesinato pero Light, esos chicos... se lo merecían... y ¿Sabes? Han recibido su merecido de manos de un... dios de la muerte. Tú eres Light Yagami, un muchacho normal que quiere demasiado a un bicho raro como yo hasta el punto de decir dos nombres sin titubear. Idiota, te amo con locura.

 

Sentí los labios de Lawliet moverse con calidez sobre los míos, sus manos abrazarme y su lengua acariciar mis labios de forma dulce, tranquila y serena. Besé su mejilla notando como me había quitado un gran peso de encima. Vi que Lawliet se revolvía entre mis brazos y se ponía en pie, alejándose un poco y saliendo del comedor. Eché la cabeza hacia atrás y cerré los ojos, sonriendo levemente hasta que volvió hacia donde estábamos y mas rojo que un tomate. Arqueé una ceja, sonriendo:

 

-¿Que te pasa? Estás muy rojo.

 

-Calla.

 

Se volvió a poner a horcajadas sobre mi y besó mi clavícula, parpadeando varias veces de forma graciosa. Tenia los labios temblorosos y estaba inquieto así que puse mis manos en su espalda sin decir nada, dejando que diese el primer paso.

 

-Light...

 

-Lawliet...

 

-Bueno es que... la cena tenia doble intención.

 

Reí un poco, mas relajado que antes. Le besé el cuello con suavidad, acariciando su torso.

 

-Si es por el sexo ya sabes que siempre estoy a tu disposición.

 

-Argg. No es por eso, idiota.

 

Besé repetidas veces su hombro, subiendo hasta su cuello y sus mejillas, comiéndomelo a besos y pegando su torso mas contra el mio. Se revolvió de nuevo y respiró hondo, cerrando unos segundos los ojos, después me sujetó el rostro, mirándome:

 

-Light, se que hace muy poco que vivimos juntos en Inglaterra, pero nuestra relación siempre ha sido una montaña rusa y estoy harto de caer en picado cuando alcanzamos la cima... necesito estar contigo al cien por cien, saber que esta vez es para siempre. Light... ¿Quieres casarte conmigo?.

 

Tragué saliva, me quedé mudo, mirando sus ojos brillar y el temblor de su mano al sacarse del bolsillo una cajita aterciopelada de color negro. Me llevé una mano a la boca, sorprendido e intentando no dar un par de gritos emocionado, tampoco quería parecer una nenaza cursi. Pero gritar y saltar era lo que habría hecho en aquel momento. Lawliet abrió la cajita y pude ver una preciosa alianza en color plata con una fecha grabada en la parte interior. El día que Lawliet ingresó en el instituto de Kanto y nos vimos por primera vez.

 

-¿No quieres?... - su voz triste me hizo reaccionar al instante.

 

Lo abracé contra mi cuerpo cerrando los ojos y hundiendo mi cara en su cuello:

 

-Por Dios... Lawliet... por supuesto que me casaré contigo, iría hasta el fin del mundo si me lo pidieras.

 

Nos sonreímos con cariño dándonos suaves besos a la vez que Lawliet me ponía nervioso el anillo, me fijé en como sacaba del otro bolsillo otra alianza igual y me la ofrecía. Se la coloqué en el dedo y le mordí el labio inferior, mirándole, perdiéndome en sus bonitos ojos oscuros y dándole suaves besos en los pómulos:

 

-Te adoro Lawliet. Haría cualquier cosa por ti.

 

-Lo sé, Light. Yo también. - me rodeó con los brazos, apoyando el rostro ladeado en mi pecho. - Tengo otra sorpresa.

 

Reí ante eso, acariciándole el cabello:

 

-¿Otra? Me mimas demasiado.

 

Se llevó el pulgar al labio mirándome con una sonrisa:

 

-En unos días Sayu vendrá de visita, me he encargado de todo.

 

Abrí los ojos sorprendido, me puse nervioso y me mordí el labio reprimiendo una risita emocionada. Realmente necesitaba con urgencia ver a mi hermana, con mis padres perdí el contacto y ella era la única persona que me apoyaba con mis decisiones amorosas. La quería mucho y notaba su ausencia mas que nunca estando en Inglaterra. Me eché el cabello hacia atrás con una mano, acariciando el costado de mi novio con la otra:

 

-Lawliet... eres perfecto.

 

-No lo soy, soy un bicho raro – dijo riéndose.

 

Sonreí y le pegué del todo a mi, agarrándole del trasero con fuerza, sonriendo traviesamente de medio lado. Comencé a darle mordiscos suaves por la mejilla:

 

-Eres mi bicho raro. Al que se le ilumina la cara cuando ve un trozo de pastel, o cuando ve a los niños del orfanato. Mi bicho raro, que huele a azúcar... - metí las manos bajo su camiseta, notando los pequeños suspiros que escapaban de sus labios – el que se lleva el pulgar a los labios cuando está pensando, o se pone de cuclillas cuando se concentra. El que se retuerce de placer debajo de mi cuerpo... cuando le muerdo la oreja... - le mordí con suavidad el lóbulo, haciendo que soltase un pequeño gemido. - cuando le acaricio el cuello...

 

Fui subiendo con las manos hasta su pecho, acariciándolo y erizando su piel con mis caricias. Mientras, mi lengua humedecía su clavícula, dándole un pequeño tirón con los dientes a la carne.

 

 

[Lawliet]

 

Uff... estaba muy excitado, notaba la erección de Light contra la mía aún debajo de la ropa y sus caricias interminables. Estaba feliz, me sentía completo ahora mismo junto a él así que le dejé quitarme la camiseta y acaricié su nuca cuando acercó sus labios a mi torso, lamiéndolo e intercalando con besos húmedos y calientes.

 

Pensé que iba a dudar con lo que acababa de pedirle. Llevaba tiempo pensándolo y verlo ausente y triste me hizo sentir una prisa inhumana con lo nuestro. Quiero a Light, mas que a mi propia vida si eso es posible, y lo quiero conmigo para siempre.

 

Lo que me había contado sobre el cuaderno debo reconocer que por un momento me hizo sentir algo de miedo. No puedo creer aún que el tema de los sueños haya llegado tan lejos pero me he quedado sorprendido de mi mismo, sobretodo por esa sensación placentera de la dulce venganza que se sirve en plato frio. Robar un par de vidas no está bien, pero aquel fatídico día en Japón quedará siempre guardado en mi memoria, esos cabrones se han llevado su merecido y Light puede estar tranquilo, al fin y al cabo ha sido el shinigami. Por algo los llaman dioses de la muerte.

 

Me puse en pie mordiendo su labio inferior:

 

-Light, podríamos darnos un baño caliente y relajante...

 

Light arqueó una ceja divertido, poniéndose en pie y acariciando levemente mi miembro excitado sobre la ropa, sonreí travieso y caminamos hasta el cuarto de baño que tenia bañera, Light se quedó unos segundos en silencio, mirando como me había anticipado y había colocado velas en lugares estratégicos que convertían el baño en un sitio íntimo y romántico.

 

Me acerqué a la bañera para empezar a preparar un caliente baño de espuma y Light aprovechó para besarme la espalda, acariciando mi torso y bajando peligrosamente con sus manos hacia mi entrepierna:

 

-Light... eres un ansioso... - eché el cuello hacia atrás mordiéndome el labio inferior al sentir como me iba quitando la poca ropa que me quedaba.

 

-Te vas a casar con un chico ansioso, ya lo sabes. - se rió desnudándose despacio y entrando primero en la bañera cuando el agua y la espuma estaban mas que preparadas.

 

Me acomodé entre sus piernas pegando mi espalda a su suave torso y cerré los ojos para relajarme, sonriendo con gusto cuando la mano de Light se movió debajo del agua buscando mi erección para masajearla muy lentamente, disfrutando de cada contacto. Solté un suave jadeo inevitable y él me mordió la oreja con suavidad, aferrándome con su otro brazo. Me moví sobre él, rozando mi cuerpo contra su erección y le escuché reir de forma traviesa:

 

-Umm... aún no me creo que me hayas pedido matrimonio, siempre pensé que seria yo el que te lo pediría a ti, ya sabes, por lo de cursi y eso... - rió aumentando los movimientos de su mano y haciendo que tuviese que arquear un poco la espalda por el placer.

 

Gemí suavemente mordiéndome los labios y echando la cabeza a un lado para dejar que Light acomodase su lengua mejor en mi cuello:

-Lo siento... necesito que seas mio al cien por cien.

 

-¿Y donde quieres que vayamos de viaje?

 

Light me cogió de la cintura, haciéndome gruñir un poco por dejar de acariciarme. Se me pasó rápido el disgusto cuando sentí dos de sus dedos entrar despacio en mi cuerpo:

 

-Ahhh...Light...

 

Me estimuló con suavidad, de forma insistente para después volver a elevarme un poco, penetrándome despacio y gimiendo cerca de mi oído, lamiéndome la piel. Cerré los ojos con fuerza aguantando un jadeo con dificultad.

 

-Contéstame... - se rió entre dientes, moviéndome con provocación y profundidad, consiguiendo que los gemidos fuesen cada vez mas insistentes.

 

La espuma de la bañera se mezclaba con nuestro cuerpo y las velas aumentaban el erotismo. Estaba tan excitado que tuve que masturbarme con suavidad a la vez que Light me movía sobre él, jadeando mi nombre en voz baja cerca de mi cuello. Sabia que este tipo de cosas le excitaban muchísimo así que me esmeré en acariciarme de forma un poco lasciva a la par que seductora, asegurándome de que él podía ver lo que hacia perfectamente.

 

-Ahhh... dios... Light...

 

-¿Umm...? - me besó la sien, lamiéndome y mordiéndome el hombro.

 

Los dos estábamos tan excitados que notaba el calor de nuestros cuerpos ardiendo uno contra el otro, Light sabia perfectamente como mover mi cuerpo, donde tenia que profundizar sus estocadas tan certeras y precisas como de costumbre. Temblamos juntos y pegué mi espalda del todo contra su torso a la vez que llegaba al orgasmo entre mis propios dedos, notando mi cuerpo laxo enseguida, cayendo rendido sobre Light y respirando alteradamente. Sentí como él me llenaba por completo y jadeaba de forma alterada, abrazándome contra él y diciéndome lo mucho que me quería.

 

Si hace meses me hubiesen dicho que iba a estar prometido con Light no me lo habría creído. Hace meses toda esta situación era impensable, habían pasado demasiadas cosas y ahora todo parecía volver a su cauce natural. No se si era cosa del destino o el azar de oportunidades, pero no iba a dejar escapar a Light de mi lado nunca más.


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