Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Slaughter Boxing Club por Iratxe

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola a todos! 

 

Aquí volvemos con una nueva entrega de cómo joderle la vida a Aki :DD

 

Espero que os guste mucho <3<3<3<3

El jueves me dirigí al gimnasio ya por la tarde, esperando “una atención más amable” que el día anterior. Crucé la puerta automática con paso firme y un...pájaro verde...casi se estrella contra mi cara.



–¡Aah!–me cubrí con las manos



Cuando se posó en el suelo pude ver que era un loro doméstico.



–...–no me dan miedo los pájaros, pero estaba caminando justo delante de mí y no quería pisarlo–Ah...–se quedó mirándome–Quítate, bonito...–moví mis manos haciéndole gestos para que se apartara



–¡Aaanimo!–habló, y salió volando de nuevo, posándose en una de las tuberías del techo



El pájaro cree en mí. Eso es bueno, ¿no? Me apoyé en el mostrador de recepción y hablé algo avergonzado:



–E...esto...venía a apuntarme...–



–Oh, claro, ¿cuál de nuestros planes le gustaría?–la chica que me atendió dejó un montón de panfletos delante de mí y me puse nervioso ante tanta información de golpe



–Esto...yo...no sé...es la primera vez que vengo a un gimnasio...–me daba mucha vergüenza admitirlo



Esperaba una expresión de “se nota” por parte de aquella muchacha, pero me sonrió y me explicó amablemente que la suscripción de “tarjeta azul” podría ser perfecta para mí: Pagaría una cuota algo más alta que otros planes, pero tendría acceso libre a las salas de máquinas y a todos los cursos que quisiera siempre que fueran de nivel principiante. Un compromiso de tres meses “para que probara y eligiera lo que más me gustara”. Pasé mi tarjeta de crédito para pagar, y la señorita me entregó mi carné de socio directamente, junto con todos los panfletos promocionales de las actividades. ¡Pensé que tendría que esperar unos días!



Entré al vestuario y dejé mis cosas en una de las taquillas sin mirar a nadie: “Que no te tachen de maricón tan rápido, hombre.”



Una vez fuera me quedé mirando la sala de máquinas con mi ropa de deporte nueva y mis inseguridades en los bolsillos. Pensaba en qué aparato me sentaría, si sabría usarlo, si haría el ridículo delante de todo el mundo, si aquellas personas se reirían de mí...



–Tengo que hacerlo...pero es solo el primer día podría...mirar los cursos...–me di media vuelta y leí los carteles con los horarios que se encontraban en la pared



Había muchas cosas. Muchas. Desde artes marciales hasta bailes caribeños, no sabía ni por dónde empezar. Yo nunca había hecho ninguna de esas actividades, y aunque fue nivel principiante seguro que el resto de personas ya tenían el ritmo de las clases y acababa haciendo el ridículo.



–¡Vamos a la sauna!–un grupo de chicas que pasaban a mi lado llamó mi atención



Y las seguí como si fuera heterosexual.



**



No voy a entrar en muchos detalles sobre lo que pasó entre Nadia y yo aquel día en mi casa. En mi cama y en mi sofá, más bien. Fue divertido, hacía mucho que no me acomodaba entre las piernas de una mujer, pero me dijo que sería mejor si se apuntara a otro curso para no meterme en un lío en caso de que esto fuera a repetirse, así que probablemente hoy no la vería.



Probablemente tampoco fuéramos a tener sexo de nuevo cuando Anis se enterara. Y es que a él sí que lo vería hoy~



Entré silbando al gimnasio, y mi preciosa recepcionista me detuvo un momento:



–¡Aki-kun!–



–A tu servicio.–estaba de tan buen humor que me daba igual el trabajo extra que quisiera cargarme



–Esto... ¿podrías llevártelo abajo cuando vayas a entrenar?–levantó una jaula con un bonito loro verde–Lo habían traído para que quedara bonito en recepción pero no hace más que volar por ahí y decir cosas raras.–



–¿Raras?–me agaché a mirar la jaula–Hola~–metí el dedo



–Hoooola guaaapo.–me saludó, aunque no se acercó para que lo tocara



–Uy, me cae bien.–cogí la jaula–Tú te vienes conmigo hoy.–me metí a la sala de empleados, y pensé un nombre para él mientras dejaba mis cosas



“Green” me acompañó durante todo el día, y aunque le pidió a más de una alumna que se sacara un pecho, creo que les cayó bien. Cuando llegó la hora del entrenamiento bajé con él al piso inferior, y Anis se me acercó de inmediato.



–¿Y ese loro?–



–Me lo han dado en recepción, que asusta a las visitas.–



–Pobrecito. ¿Cómo te llamas bonito?–



Le contesté yo y se empezó a reír.



–¿Quieres decir “green”?–preguntó, con un perfecto acento británico



–Pues eso he dicho.–



Quizá mi sonoro y japonés “Gurín” había sido demasiado para él.



–Bueno como quieras, se quedará con nosotros entonces.–abrió la jaula y mi pequeño amigo se posó en el dedo del enemigo–Hola~–



–Oe, qué tal con Nadia.–le interrumpí



–¿Mm? Bien, como siempre. ¿De qué la conoces?–me miró



–De tenerla en mi cama ayer.–



–Oh, me alegro.–



–¿Ah? Oh dios tenéis una relación de esas raras polígamas que se llevan en esos sitios...–



–Pero qué dices, Nadia y yo no salimos. Es amiga mía de la infancia, de Marruecos. Nuestros padres se conocen desde hace muchos años y ahora que estamos los dos en Japón quedamos de vez en cuando para ponernos al día.–



–¡No me mientas para quedar bien! ¡Yo os vi daros un beso en los labios!–



Anis se empezó a reír y dejó que el loro saliera volando por el lugar; luego puso sus manos en mis mejillas y me dio un sonoro beso.



–¿Ya somos novios?–



–...–



Me cago en las costumbres occidentales.



**



Estuve toda la tarde en la sauna completamente solo, y salí en cuanto entró alguien más, creo que eso de enseñar al mundo mi cuerpo desnudo y sudado está a otro nivel de momento. A pesar de todo, me sentía relajado y mucho mejor que el día anterior. “Ejercicio no habré hecho, pero lo que es sudar...” Pase por la tienda de ropa para recoger a Kuina y me llevé un beso y una invitación a cenar fuera en un local especializado en comida “fitness”. Bonito y caro, pero un día es un día.



–Me haces gracia todos aquí vestidos de pijos y tú con ropa de deporte.–se rió de mí



–Pues soy el más fitness de todos los que hay aquí. Hasta la bolsa llevo.–me crucé de brazos



Kuina tampoco podía pasar por uno de ellos, por mucho que su atuendo punk estuviera a la última moda y sus accesorios costaran más que todo el menú junto.



–¿Qué has hecho hoy?–



–Darle un palo muy grande a la tarjeta, lo siento cariño.–



–Ya eso ya lo imaginaba, decía de deporte, tonto.–



–Es que hay muchas cosas y no sé a dónde meterme, así que me he ido a la sauna que iban unas chicas.–



–¡¿Con las chicas?!–



–¡No hombre yo solo!–le enseñé los panfletos que me había dado la recepcionista–Mira.–



–Wo hay un montón de cosas.–se empezó a reír–Apúntate a danza del vientre y así me haces bailes eróticos.–



–Sí hombre.–



–No en realidad no quiero que te apuntes a cosas de estas que son todo jovencitas guapas que igual me abandonas.–hizo drama–Tú a aqua aerobics.–



–¿Eso qué es?–



–Pues ejercicios en piscina con las señoras de ochenta años.–



–Nononono qué vergüenza además sin camiseta.–



–¿Entonces cuál quieres?–



–Uno de los de aquí.–le enseñé la columna de “¡Quema grasa con nosotros!”



–Oooh, estos son los que salen en las series.–Kuina los leyó todos, apurando su copa de vino orgánico



–Pues elegiré alguno, ya veré.–



–Pero a la sauna ya me colarás, ¿no?–



–Por supuesto.–brindamos



**



Entrenar a solas en mi rincón se estaba volviendo una costumbre, pero no quería mirar a Anis a la cara después de esa humillación pública. ¡No era por el beso en sí, sino porque se hubiera tomado la libertad de hacer eso conmigo! ¡Yo no le imponía en lo absoluto, y nadie podía negar que estaba siendo agresivo con él para intentarlo! Me quedé hasta que todo el mundo se hubo ido del club; rodando por el ring en busca de la razón de mi existencia o algo parecido hasta que me dije a mí mismo “Aki deja de pensar en gilipolleces que hueles a perro mojado” y moví mi culo sudado a la ducha.



Mientras estaba allí, con el agua dando directamente en mi coronilla y mis manos apoyadas en las baldosas de la pared, como en una de esas escenas eróticas de ducha, me perdí de nuevo en mis pensamientos. No me di cuenta de que alguien más había entrado poco después que yo, los chorros de agua que bajaban por mi espalda eran demasiado relajantes como para prestarle atención a nada más.



–¡Hola~!–pero una voz cantarina me hizo girar la cabeza



Era Anis, y estaba desnudo.



–...–no tenía tatuajes, estaba delgado pero no tanto como para que pareciera que no hacía deporte en lo absoluto, y tenía una figura bonita



–Te has quedado hasta tarde eh.–llevaba el pelo recogido en la parte posterior de su cabeza, y encendió la ducha que se encontraba a mi izquierda



Solo por curiosidad de hombre. Miré abajo.



Hubiera sido mejor para mi autoestima no hacerlo.



Me cago en la genética occidental.



–Aki-san.–me miró



¡¿Son normales las conversaciones en la ducha allí?! ¡Que estoy desnudo!



–Qué.–



–Me gustaría supervisar tu entrenamiento de mañana, eres el único que me falta.–



–No quiero que supervises nada.–



–Vaya, pensaba que si te pillaba débil y enjabonado te ablandarías.–se rió de mí



–No me ablando nunca.–salí de la ducha y me puse una toalla rápidamente, avergonzado



No diré que no eché una mirada hacia atrás antes de abrir mi taquilla.



Mierda, tenía un culo bonito.



**



Aki llamando a mi puerta a las diez de la noche no podía significar nada bueno. ¿Que cómo sabía que era él? Bueno si alguien más aporreara la madera al grito de: “¡Shinyaaaaa!” me preocuparía. Me levanté de mi escritorio de trabajo con calma y caminé hacia la entrada con mis zapatillas de abuelo, pensando en el proyecto que había dejado a medias en la mesa.



Soy arquitecto para agencias gubernamentales, así que me toca ser eficiente, ¿no?





–¿Qué quieres?–y nada más abrí la puerta Aki se metió en casa como si fuera la suya



Supongo que en cierto modo lo era.



–¡Es que me pone histérico!–se lanzó a mi sofá, y cerré la puerta



–Quién o qué.–me acerqué a él



–¡El entrenador de mierda!–



–Qué ha hecho ahora.–rodé los ojos porque sabía que la respuesta era fácil



Nada. No había hecho nada.



–¡Molestarme!–



–Aha.–



–Es que encima va de buenas y no. ¡La tía no era su novia! ¡Me la he tirado para nada, son amigos!–



Shinya, no te rías. No. Está mal reírse de las desgracias ajenas.



–O sea...que no eran...nada...–se me escapó una carcajada



Voy a ir al infierno.



–¡Shinya!–me tiró un cojín a la cara



–Perdón perdón. ¿Y qué te ha dicho él?–se lo tiré de vuelta para que lo dejara en su sitio



–Nada que qué bien que hayamos follado, que son amigos de las tierras del café.–



–¿Del café?–



–De Marruecos.–



–Creo que te refieres a Colombia.–



–¿Y qué se planta en Marruecos?–



Hice una búsqueda rápida.



–¿...tomates?–esperaba algo más exótico



–¡Bueno pues eso, que solo son amigos!–



–¿Al menos el sexo estuvo bien?–



–¡Sí pero eso da igual!–



–¿Te pusiste condón?–



–¿...sí......?–



–¡Aki!–



–¡No me dijo nada eso es que luz verde!–se quejó



–No Aki, se pregunta.–



–¡Si tú solo lo haces con chicos tú qué sabes!–



–¡También se usan!–me llevé una mano a la cara–Vas a venir un día con una verruga en el pene y yo no te voy a ayudar a curártela.–



–Joder qué asco.–



–¡Pues usa condón!–le tiré uno mío



–...–



–¿Qué pasa?–



–¡Tú también usas de los grandes!–



–...–



Ay la madre que lo parió.



–¿Ahora estás con esas? Qué talla tienes tú.–



–¡La normal, como la gente!–



–¿El Anis ese la tiene grande o qué?–



–¡Sí!–



–Ooh...–otra búsqueda en internet–15,69 centímetros de media en los países del norte de África.–



–Eso cuánto es.–



Tuve que ir a por una regla para él, por suerte en esta casa de eso no falta.



–Mmm...–



–Aki como te la saques para medírtela te juro que te echo de casa, que esa regla la uso para trabajar.–



–¿Aahhh? No iba a hacerlo.–



–Ya claro.–



–¿Por qué me gana en todo?–volvió a tirarse al sofá, enfadado



–No sé si te sirve de consuelo que yo lo diga pero el tamaño no lo es todo.–me reí



–¡Pero he quedado mal!–



–Uh sí seguro que ha pensado qué pene más pequeñito tiene mi alumno.–



–¡Tampoco es pequeño!–



–A ver, que hace mucho que no te la veo.–



–Enséñamela tú no te jode.–



Pulsé un par de teclas más en mi iPhone, y comencé a caminar de nuevo hacia mi pseudo-despacho.



–Mira tu teléfono.–le dije, ya alejándome



3...2...1



–¡Shinya por qué tienes fotos de tu pene!–



Debían haberlo escuchado todos los vecinos, pero qué le voy a hacer.



Aki me gusta incluso así. 

Notas finales:

y hasta aquí

 

alguna sugerencia de a qué curso deberíamos apuntar a subaru? Se agradecería xD

 

nos vemos en el próximo :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).