Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi One Piece. Regreso al mar de la realidad por albert2822

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a tod@s, me alegro de volver a estar aquí con un nuevo capítulo. Espero que OS guste y ya sabéis, los review son bien agradecidos. 

Ilusión Duodécima. Oda-Tensei


Muerte, el gran tabú de la humanidad y su mayor temor. Es algo natural que ha convivido con el ser humano desde que éste apareció en la faz de la Tierra. Pero también es doloroso, triste y aterrador. Considerada como la separación final, la de no retorno, la que todo ser vivo desea evitar. Pero resulta imposible escapar de ella.


Sin embargo, ¿qué ser vivo no ha formulado alguna vez el deseo de vencer a la muerte? Regresar a la vida, quitar el dolor a tus seres queridos y acabar todas aquellas promesas y aspiraciones que se quedan grabadas en la mente y que no pudieron ser cumplidas antes. Oda-Tensei, la técnica que desafía las leyes de la propia naturaleza, permitía que todos estos deseos se conviertan en realidad. Pero el deseo otorgado por esta técnica resultaría peor que la propia muerte. Nadie, en su sano juicio, desearía volver a la vida así.


11:38 a.m. Pasillos del Castillo Saint Michel.


Por primera vez, desde que Brook volvió a la vida, dejó de respirar. Apenas había luz dentro de aquellos pasajes subterráneos de la fortaleza, pero eso no le impedía vislumbrar a la persona que tenía frente a sus ojos. Como un violín produciendo dulces notas musicales, su corazón comenzó a vibrar intensamente mientras volvían a aflorar cada uno de esos sentimientos que estaban más enterrados dentro de él.


-Brook, viejo amigo, ahora no querrás irte, ¿no?, justo cuando nos volvemos a encontrar después de tanto tiempo- una voz masculina hizo estremecer todos los huesos del esqueleto viviente.


Su cuerpo, su mente, todo su ser no pudo aguantar aquella terrible sorpresa y cayó desplomado al suelo, llorando. El simple hecho de escuchar aquella voz ya le resultaba difícil al esquelético músico. Pero era verle, allí, frente a él, lo que hacía más difícil toda aquella situación, lo que causaba más revuelo en su viejo corazón.


-No es verdad… tú no eres él…  no puede ser- dijo entre lágrimas el músico quien todavía no se podía crear los que veía sus ojos a pesar de no tener. Se negaba a aceptar lo que era evidente, lo que sus sentidos le estaban mostrando y lo que su corazón le estaba diciendo- Tú estás muerto…yo… yo  te vi morir…


-Tú también deberías estar bajo tierra, viejo amigo y aquí estamos. ¿No crees que es una buena oportunidad que nos ha brindado la vida?- preguntó aquel hombre de melena corta y rubia, dos llaves tatuadas en la cara, sombrero de cowboy y camisa entreabierta dejando entrever su bello y fornido cuerpo.


-¡¡¡Cállate!!! ¡Tú no eres real! ¡¡¡El Yorki que tanto admiré está muerto!!! Si tú…- Brook continuaba desplomado sobre el suelo y con los sentimientos a flor de piel- Si tú eres real… no podrían cesar mis lágrimas de felicidad.


-Yo también estoy feliz de volver a verte, compañero. Me gustaría volver a tocar contigo, Brook, volver a los viejos tiempos y retomar la banda Rumbar pero…-  Yorki, el antiguo líder de la banda de músicos donde tocaba Brook y su antiguo amor secreto, desenvainó su espada y la dirigió hacia el esqueleto- Pero me temo que voy a matarte. ¡Purple Rain! (“Lluvia Morada”)


El esqueleto apenas tuvo para reaccionar ante el inminente ataque de la persona que amaba. Todavía arrodillado en el suelo, consiguió defenderse.


-¡Equipo mágico activado: Soul King! ¡Soul Parade: Eisbahn! (“Desfile del Alma: Pista de hielo”)- un frío helador comenzó a rodear la atmosfera de aquellos dos. Aquel gélido ambiente provenía de la espada bastón que usó Brook para defenderse del ataque de Yorki, congelando parte del suelo. Tras detener el ataque, se levantó y miró a su antiguo compañero- Hoy es el día en el que venceré a mis sentimientos.


11:40 a.m. Acantilados Invertidos, frente este del Castillo Saint Michel.


Apenas había transcurrido tiempo desde la derrota del monstruo Oars, ni tan siquiera se habían repuesto de la muerte de su amigo cuando la técnica de resurrección fue activada por el Oscuro. Pocos instantes pasaron antes de que los nuevos enemigos llegaran desde el más allá. Cada uno de ellos tenía un destino, o más bien, un objetivo, por lo que no era de extrañar que dividieran sus fuerzas para lograrlo.


Allí, sobre los restos del gigante rosado, cuatro siluetas aparecieron. Para nada eran extrañas a los allí presentes, su fama les precedía incluso después de su muerte. Sin embargo, era este pequeño dato el que realmente asustaba a todos. Tres hombres y una mujer, todos de edad avanzada y con uniformados atuendos, más exactamente, con ropas militares de la armada inglesa. De izquierda a derecha, la identidad de aquellas personas era: Edward Newgate, afamado y antiguo capitán inglés, ex conde de Glasgow y padre de Ace; Sengoku, ex general de la armada inglesa y familiar desconocido de uno de nuestros héroes; Monkey D. Garp, otro infame capitán inglés de la época gloriosa y posterior instructor de cadetes, además de ser el padre del capitán Sabo; y en último lugar, la capitana Tsuru, una de las marines más valiosas, fuertes e inteligentes y antigua jefa del escuadrón donde estuvieron alistados Zoro y Sanji.


-¡Reina Vivi, cese sus lágrimas! ¡Usted es una mujer fuerte y sé que podrá reponerse a la pérdida! Debe hacerlo para lo que les viene encima- la voz del antiguo conde de Glasglow cogió toda la atención de los allí presentes, en especial de dos personas, la reina Vivi y el joven Ace.


-¡¡¡Padre!!!- Ace se echó a llorar al ver de nuevo a su fallecido padre frente a sus ojos. Tuvo que ser sujetado por su rubia pareja para que no se abalanzara sobre él.


-Lo siento Ace, todavía no sabemos qué significa esto…Tu padre y el mío no deberían estar vivos… esto es algo que sobrepasa todo lo que hemos visto ahora- aunque Sabo intentó ser fuerte, por él y por su pareja, aquella situación se salía demasiado del paradigma de lo “normal” y estaba a punto de superarle.


Al contrario de los gritos  desesperos del joven conde de Glasgow, la reina inglesa no podía mover ni un músculo ni articular una sola palabra. Miraba perpleja a aquellas cuatro personas todavía con el rostro empapado en lágrimas y con los brazos sujetando el cuerpo de su fallecida pareja. Pero no era la única sobrecogida en aquel lugar.


-¿Sabo, hijo mío, eres tú? ¿Estás vivo? ¿O eres simplemente eres producto de las mismas atrocidades que nos han hecho a nosotros?- Garp preguntaba incesantemente tras haber visto que tenía frente a él a su hijo supuestamente fallecido.


-Padre, de verdad soy yo. Siempre he estado vivo, retenido por los aliados hasta hace apenas unos meses. Siento haberos preocupado durante tanto tiempo… sin embargo, tú… vosotros no deberías estar aquí- aunque Sabo se alegraba de volver a ver a su padre y pedirle perdón por todo el dolor que hayan podido padecer él y su madre con lo de su “muerte”, realmente estaba preocupado.


-¡¿De veras?! ¡Creo que hoy es el día más feliz de mi vida, jajajaja! ¡Sengoku, sabía que debía tener esperanzas! ¡Esto hay que celebrarlo, jajaja!- Garp no pudo contener la alegría de ver a su hijo perdido con vida y, a pesar de la situación, estaba feliz y riendo.


-¿No crees que no es buen momento para celebraciones, Garp? Mira la situación… esto realmente no está bien…- sin duda, la más diligente de todas aquellas personas era Tsuru.


-Oye Tsuru, ya estás pasándote conmigo otra vez… ni muerto me voy a librar de tus reproches- se quejaba Garp a modo de un niño pequeño cogiendo un berrinche.


-¡General! ¡General Sengoku! ¿Puedo hacerle una pregunta?- Aokiji, la persona que heredó el título de general de la armada inglesa por parte de Sengoku iba a preguntar lo que más preocupaba a todos.


-Estoy a su disposición general Aokiji. Por cierto, han luchado y obrado diligentemente. Me alegro de haber dejado la armada en manos de ustedes, Hina, Smoker, Aokiji- estas últimas palabras de Sengoku provocaron más de una lágrima en sus antiguos discípulos.


-Gracias, general, es todo un honor viniendo de usted- contestó agradecido Kuzan sin embargo, había llegado el momento de formular tan preocupante pregunta- ¿Por qué está ustedes aquí?


-Me temo, chico, que el enemigo al cual os estáis enfrentando y sus artes oscuras tienen la intención de usar nuestro poder contra el vuestro- reveló Sengoku lo que todos más se temían- Intentan que vuestros aliados, vuestros seres queridos y vuestros mayores enemigos os eliminen, como ganar una batalla sin siquiera mancharse las manos.


-Comprendo…- Kuzan se quedó pensativo tras la respuesta de su antiguo general. Sin embargo, apenas tuvo tiempo para pensar cuando la ofensiva llegó.


-Lo siento, a todos…- el general era consciente de los actos que hacía pero era incapaz de detenerlos. Sengoku comenzó a agrandarse casi al tamaño de Oars. Se volvió de un color dorado, reluciente y se transformó en la figura representativa de la religión budista, un Buda- ¡God Serena! (“Dios Serena”)


Multiple Barrier! (“Barrera Múltiple”)- Bartolomeo protegió a todos con sus barreras debido al inminente ataque. Pero de nada le sirvió.


De la palma del Buda se disparó una onda de choque que iluminó todo el cielo con una luz blanca y arrasó con todo lo que tenía a su alrededor. De los restos de Oars no quedó nada e incluso las barreras del peliverde habían sido destruidas. Pero gracias a ellas, los daños en nuestros héroes habían sido mínimos en comparación al resto.


-Mierda… ¿cómo podemos hacer frente a algo así?- Smoker estaba desesperado ante el nuevo enemigo, mucho peor que el monstruo estúpido que acababan de derrotar.


-¡A destruido hasta sus propios aliados!- decía Hina alarmada al ver como la onda de choque había afectado a los otros tres resucitados. Pero desgraciadamente la situación era mucho más desesperanzadora. Justo al lado de Sengoku, los tres cuerpos de los otros militares resucitados se recompusieron y volvieron a la vida sin ninguna herida.


 -La situación es peor de lo que me temía. Nuestras fuerzas están completamente mermadas después de la dura batalla contra Oars y ahora no podemos pelear contra unas personas tan poderosas como ellos y aunque lo hiciéramos, sería en vano, volverían a restaurar sus cuerpos como si nada… -Kuzan había perdido las fuerzas, la valentía e incluso la templanza. La situación le había podido, como a todos los allí presentes. Pero todavía se iba a poner peor ya que Sengoku iba a preparar otra onda de choque como la de antes- ¡¡¡Joder, ¿es que no hay ninguna salida?!!! ¡¡¡¿Es que tenemos que resignarnos a morir así?!!!


-No os preocupéis, nosotros tres nos encargaremos de ellos- un hombre con sombrero se colocó delante del general- ¡Chicos, a por él!


-Sí, capitán- respondieron los otros dos hombres que lo acompañaban.


God Serena! (“Dios Serena”)- de nuevo, Sengoku lanzó su apabullante onda espansiva.


-¡Equipo mágico activado: Santōryū! ¡Daibutsu Giri! (“Corte del gran Buda”)- un joven peliverde que empuñaba tres espadas, dos de ellas en las manos y la tercera sobre su boca, cortó parte de la onda expansiva.


-¡Equipo mágico activado: Diable Jambe! ¡Diable Jambe: Poele a Frire Spectre! (“Pierna del Diablo: Espectro de Pan Frito”)- las piernas del otro chico, el de rubios cabellos, se tornaron brasas y lanzó una especie de fuegos artificiales para destruir la esfera de luz de su enemigo.


La potencia de ambos ataques era inmensa. Su fuerza, unida, destruyó completamente la onda expansiva de Sengoku antes de que dañará al resto del grupo. Eso sí, la explosión se llevó consigo a los cuatro enemigos quienes volvieron a restaurarse como si nada.


-¡Zoro, Sanji, sois geniales juntos, jajaja!- el tercer chico, de oscuros cabellos y de linaje real se acercó a los otros dos muy emocionado- ¡Y me he emocionado mucho cuando me habéis llamado capitán! ¡Yo también os quiero a los dos!


Con incontrolable entusiasmo, Luffy abrazó o, más bien, estrujó a sus dos acompañantes.


-Pero no entiendo por qué he dicho eso… ¿por qué te habré llamado capitán?- Zoro estaba confuso por lo que el mismo había pronunciado.


-Me ocurre lo mismo- añadió Sanji a la incertidumbre de su pareja.


-¡¡¡LUFFY!!!- se escuchó un grito agónico de alguien conocido y muy querido por el príncipe inglés.


-Siento mucho hacerle esto, mi reina…si pudiera evitarlo- pero antes de que aquella persona acabará de hablar cuando totalmente su personalidad y atacó sin escrúpulos a la que consideraba su amiga- ¡Kabutowari! (“Rompedor de Cascos”)


Una bola blanca con una inmensa presión estaba a punto de aplastar a la reina Vivi. Sin embargo, alguien llegó a tiempo para detenerlo.


-¡Equipo mágico activado: Gomu Gomu no mi! ¡Gear Secando! ¡Gomu Gomu no Jet Pistol! (“Gomu Gomu no Pistola Jet”)- el brazo de Luffy, ardiendo y desprendiendo vapor, se estiró y detuvo el golpe del atacante de su hermana- No dejaré que nadie toque a mi hermana, ni siquiera usted, Edward Newgate.


-Se ha hecho un hombre realmente fuerte, joven Luffy. Mi amigo Cobra, su padre, estaría orgulloso de ver en lo que se ha convertido- dijo aquellas palabras el antiguo conde de Glasgow-Pero no sé si será suficiente para detenerme.


-Debo hacerlo aunque no me guste. Este no es lugar, señor. Es simple, si le detengo, salvó a todos- dijo Luffy con determinación y provocó las carcajadas de Newgate- ¡Gomu Gomu no Gatling Gun! (“Gomu Gomu no Metralleta”)


Una horda de puñetazos se abalanzó contra Shirohige. En realidad eran los dos únicos puños de Luffy pero que lanzados a gran velocidad, parecía una lluvia de ellos. Edward Newgate no los esquivó, sabía que iba a volver a restaurarse. Pero Luffy no le iba a dejar tregua.


Gomu Gomu no Jet Stamp! (“Gomu Gomu no Patada Jet”)- cuando el cuerpo de Shirohige estaba  a medio recuperarse, Luffy lo embistió con una rápida patada que lo cortó por la mitad-¡Gomu Gomu no Jet Bazooka! (“Gomu Gomu no Bazuca Jet”).


Luffy mandó a volar la parte superior de Shirohige con un potente golpe con sus dos manos. Las dos mitades de su adversario se habían distanciado considerablemente y le otorgaba tiempo para colocar a su hermana en un lugar seguro. La cogió en brazos y la llevó bajo la protección de los militares ingleses.


-Siento haber tardado tanto Vivi… tenía que haber estado ahí para protegerte. No solo por lo de hoy, sino con todo… Siento haber sido el hermano irresponsable- Luffy estaba apenado por todo el dolor que había tenido que pasar su hermana.


-Así es como es mi hermanito mayor, y aunque a veces me saqué de quicio, seguiré amándole incondicionalmente y no deseo que cambie por nada, ni siquiera por mi- Vivi abrazó a su hermano mientras le decía estas palabras.


-Gracias...- el inocente Luffy volvió a su acostumbrado tono infantil y se puso a llorar por aquellas palabras recibidas de parte de su hermana.


-Nunca debes darle la espalda a tu enemigo, joven príncipe Luffy. Es una de las primeras lecciones para una batalla- la calma había llegado a su fin. Shirohige se había recuperado de nuevo e iba atacar ferozmente- ¡Gekinshin! (“Terremoto Severo”)


Ice Age: Wall! (“Era de hielo: Muro”)- un muro de hielo rodeó a todos los allí presentes y los protegió. Aquel ataque fue lanzado por el general Aokiji quien no estaba dispuesto a quedarse atrás en la batalla. Sin embargo, la fuerza del ataque de Shirgohige era mayor ya que provenía de uno de los desastres naturales más terribles y destruyó el muro helado tirando varios bloques de hielo.


White Protection! (“Protección Blanca”)- Smoker empleó su humo para apartar los bloques de hielo que caían.


-Puedo dar la espalda a un enemigo siempre y cuando la tenga bien cubierta- dijo Luffy tras librarse del ataque de su adversario gracias a los dos militares.


-¡¿Estás listo para otro asalto, Smoker?!- preguntó Kuzan a su pareja casi como si aquella pregunta tuviera una doble intencionalidad.


-Esto no es nada comparado con cualquier noche que haya pasado contigo, jajajaja- se burló Smoker de su pareja cosa de lo que podría arrepentirse más tarde- Por cierto, ¿Dónde está Hina? Ya se está librando otra vez de la faena.


-Está ocupándose de un asunto importante. Ella tiene que librar sus propias batallas- contestó Aokiji a su pareja de grisáceos cabellos.


En un lugar muy próximo a donde se estaban librando estas batallas…


Hana Tetsu! (“Flor Férrica”)- una joven chica de rosados cabellos liberó su poder. Su contrincante, una joven de rubios cabellos muy cercana a ella, quedó aprisionada por unos hierros que inmovilizaban su cuerpo desde el suelo.


Awa Awa! (“Burbujas Burbujas”)- la oponente se transformó en millares de burbujas relucientes y escapó de los hierros fácilmente- Tendrás que ponerte más seria, Hina. De este modo no podrás vencerme y te mataré.


-¡¡¡No pienso luchar contra mi hermana!!!- gritó desesperada la chica de rosado cabellos que tenía por nombre Hina- Ya dejé que murieras una vez y no lo voy a volver a hacer.


-Hina, es la única solución. O tú me destruyes o te destruyo yo. Aunque ya sabes quién era la mejor de las dos, ¿no?- la chica rubia intentaba provocar a la otra-¡Golden Awa! (“Hora Dorada”).


La joven de rubios cabellos, gafas y traje negro ajustado envolvió el cuerpo de su hermana en burbujas. Poco tiempo después, el cuerpo de Hina quedó sin impurezas, sin arrugas, como una figura resbaladiza que apenas se tenía en pie.


- Pensé que eras más fuerte cuando decidiste infiltrarte tú sola en el cabaret- dijo la chica rubia a su hermana.


-Eras tú la fuerte, hermana Kalifa. Te infiltraste en base aliada, aguantaste trabajando bajo las órdenes del general Akainu, nuestro enemigo y arriesgaste tu vida con ello. Yo… simplemente no pude… Tenía que haber ido yo y no tú, así estarías tú viva…-Hina estaba muy arrepentida por las decisiones tomadas en su pasado.


-Yo decidí ir voluntariamente. De ese modo, protegía a mi querida hermana menor, ¿no?- dijo Kalifa con una cálida sonrisa dirigida a su hermana- Y, ahora, la única forma de proteger a todos, de protegerte, es destruyéndome. Hazlo, Hina, no quiero ser yo la que te quite la vida. Tú decides, ¿o superas mi muerte y te enfrentas a mí, o mueres? ¡Hitsuji Gumo Tidal Wave!  (“Marea de Burbujas”)


Una ola de burbujas iba a tragarse a Hina si no hacía algo, si no se tomaba en serio aquella batalla.


Shakkuru! (“Grilletes”)- Hina levantó un muro de hierro como si de una celda se tratara. Con eso, detuvo la marea que le atacaba pero todavía no había acabado- ¡Pitto K“ji! (“Tajo de Jaula”)


Con sus propias manos, Hina cortó dos de los barrotes del muro que había creado y los empuñó como arma para enfrentarse contra su hermana.


-Esa es la Hina que me gusta- dijo alegre Kalifa al ver como su hermana había decidido enfrentarla y no huir.


De regreso a la batalla contra los cuatro pesos pesados de la armada inglesa…


Woshu Sōru! (“Lavar el alma”)- el ataque que acababa de ser pronunciado podía ser devastador para cualquiera de los dos bandos. En cierta medida, era similar al Golden Awa lanzado anteriormente por Kalifa, pero era mucho más peligroso. Con él su usuaria, la capitana Tsuru del escuadrón de los exiliados, podía limpiar las almas de las personas y hacerlas cambiar de bando. Y lo más peligroso de todo, es que tenían en el blanco de mira a dos personas, sus antiguos subordinados Zoro y Sanji-¡Más os vale que huyáis si no queréis ser aniquilados por mi poder!


-Zoro, corre más, está a punto de alcanzarnos- dijo Sanji a su pareja mientras la agarraba de la mano.


-Condenada vieja, ahora vuelve a la vida y nos sale con esta, si la pillo me la cargo- dijo Zoro cabreado mientras no detenía su paso.


-Cuida esas palabras jovencito, recuerda que soy parte de tu familia- dijo Tsuru a la vez que continuaba persiguiendo a los dos.


-Tendré que hacer algo… Ya sé… ¡Tatsu Maki! (“Tornado del Dragón”)- con sus tres espadas, Zoro lanzó un potente tornado que hizo volar a unos cuantos soldados oscuros que se encontraban próximos a aquella zona. El tornado llevó a los soldados hasta Tsuru y acabó afectándoles el poder de esta.


-Bien hecho. El marimo de mierda tiene más cabeza de lo que pensaba- se alegraba el rubio, en tono burlesco, del contrataque del peliverde.


-¡Cállate, cocinero pervertido!- regañó Zoro a Sanji sin soltarle la mano. Era como si cuerpo y sus palabras no fueran en sintonía, cada una expresaba una cosa.


-No está mal, pero con eso no podréis vencerme- dijo Tsuru justo antes de reanudar la persecución. Pero, de nuevo, fue detenida.


-Detente, mala pécora. Nosotros no volveremos a ser esos asquerosos Soldados Cerberos… ahora somos parte de los buenos. ¡Ahora somos los Soldados Unicornios y defendemos la justicia y la paz por encima de la oscuridad y la maldad!- dijeron al unísono aquel grupo de soldados reconvertidos por la capitana Tsuru.


-¡Apártense y sienten la cabeza!- la capitana Tsuru que continuaba con su persecución, lanzó a volar aquellos soldados con su fuerte derechazo- Por dónde íbamos muchachos, ya recuerdo, estaba a punto de enseñaros una buena lección ¡Sentaku ki! (“Lavadora”)


Una gran masa de agua en forma de bola fue creada por Tsuru y posteriormente lanzada hacia los dos chicos.


-Mierda… si nos da esa bola nos lava el puto cerebro- decía alarmado Zoro ante el inminente impacto con aquel ataque.


-No te preocupes, me tienes a mí para salvarte- dijo Sanji con una cara sensual mientras miraba a su pareja- ¡Sky Walk! (“Caminata sobre el aire”) ¡Frit Assorti! (“Surtido de Fritos”)


Sanji se fue caminando sobre el aire y nuevamente envolvió su pierna en brasas para posteriormente lanzarlas con la fuerza de un meteorito hacia la gran bola de agua. El impacto tuvo éxito y el ataque de Tsuru quedó totalmente destruido.


-Como jefa de vuestro escuadrón estoy muy orgullosa de ver en lo que os habéis convertido-dijo Tsuru al ver como detenía su ataque.


-¡¡¡Tsuru, Sengoku, Shirohige, reagrupémonos!!!- un gritó resonó por todos los alrededores. Era la voz de Garp que llamaba a sus compañeros. Los cuerpos de los tres que habían sido llamados se movieron por si solos aunque no quisieran ir. Los cuatro sabían que era lo que iba a pasar si se juntaban.


-¡¡¡Zoro, Sanji, hagamos lo mismo!!!- Luffy llamó a sus compañeros y al resto. Todos se agruparon para enfrentar el inminente ataque conjunto de aquellos cuatro maestros de la lucha.


-Que Dios os ampare, hijos- dijo Garp antes de lanzar aquel poderoso ataque ¡Genkotsu Ryuusenigun! (“Pilas de Estrellas Fugaces”).


Garp comenzó a lanzar una cantidad incontable de balas de cañón contra el grupo recién reunido. Lo sorprendente del ataque es que lanzaba las balas de cañón con sus propias manos.


Te Budha! (“Mano de Buda”)- ahora era el turno de Sengoku. Éste creó una mano gigante de Buda que iba a caer y aplastar a todos.


Sekai no Kurīn! (“Mundo Limpio”)- en tercer lugar, fue la capitana Tsuru quien lanzó su potente ofensiva.


Kaishin! (“Maremoto”)- por último, fue Shirohige quien acabó la potente ofensiva con un fuerte terremoto que iba a traer a aquel lugar un maremoto.


Pero mientras los allí presentes estaban esperando el impacto de aquellos cuatro ataques masivos, dos cosas ocurrieron. En primer lugar, un avistamiento y en segundo, una llamada de auxilio.


-Aquello que se ve… no puede ser… aquellas luces…- dijo Sanji mientras no podía acabar de creerse lo que veían sus ojos- Tengo que ir a ver.


-¡¡¡AYUDA!!!- por otra parte, una voz resonó por toda la zona. Una voz que resultaba familiar para uno de los allí presentes.


-¿Esa voz?... Es él, estoy seguro… debo ir a ayudarle- fue lo que dijo Zoro antes de marcharse en dirección a donde se había escuchado la llamada de auxilio.


¡¿Zoro, Sanji, dónde vais? No os podéis ir, estamos en medio de una batalla- dijo Luffy a los dos chicos, pero ninguno detuvo su paso. Sin duda, aquello que habían visto y oído les preocupaba tan severamente que abandonaron una situación tan crítica como era aquella- Y, ahora ¿Cómo voy a detener yo solo semejante poder?


-Déjalo en nuestras manos. Esta siempre ha sido nuestra guerra- una mano se posó en el hombre del príncipe inglés. Era Ace y junto a él, su pareja, el capitán inglés Sabo- Detengamos a nuestros viejos, Sabo. ¡Dai Enkai: Entei! (“Orden de las Llamas: Emperador del Fuego”)


Una gran bola de fuego, de medidas inmensurables, fue creada por Ace y lanzada para detner aquellos ataques.


Moery Ryusoken: Kaen Ryou! (“Puño de Garra del Dragón Flameante: Rey Dragón de las Llamas Ardientes”)- Sabo creó un gran puño de fuego con una potente onda de choque para neutralizar los ataques de aquellos cuatro indiviudos.


El choque entre aquellos poderosos ataques iba a ser inminente. Pero antes, en una cercana zona a donde se estaba disputando esta batalla bajo la sombra de los Acantilados Invertidos.


-Veo que sigues los mismos pasos que tu hermano, hijo- una voz masculina de mediana edad se dirigió al joven marqués de Liverpool.


-Y yo que me esperaba encontrarme una nuera de lo más guapa y me encuentro esta sorpresa. No puedes darle estos sustos a tu viejo, Bartolomeo- dijo otro hombre, también de la misma edad que el anterior, pero esta vez dirigiéndose al hombre de cresta de gallo.


-¡¡¡¿Padres?!!!- dijeron los dos chicos, Bartolomeo y Cavendish, al toparse con aquellos individuos familiares.


-Esto va a ser duro. Me temo que tenemos que enfrentarnos a vosotros, hijos- dijo Montblanc Noland, padre de Cavendish y antiguo conde de Liverpool- Lo mejor será que cada uno ataque al hijo contrario. Así no habrá problemas para enfrentarse.


-Buena idea, conde. Así podré poner a prueba a la esposa de mi hijo, jajaja- dijo Calgara, padre de Bartolomeo.


-Padre, no pienso dejar que le toques ni un pelo a Cavendish, ¿me has entendido?- se encaró el de pelo cresta contra su fallecido padre.


First Expedition: Exploration! (“Primera Expedición: Exploración”)- Noland se abalanzó contra Bartolomeo y lo mandó a volar de un fuerte puñetazo- Tu oponente seré yo, estate más atento si no deseas perder la vida.


-¡¡¡Padre!!!- le gritó Cavendish a su padre tras haber atacado indiscriminadamente a su pareja.


-Tú tampoco te libras, marquesito. ¡Ancient Power: Shandia! (“Poder Antiguo: Shandia”)- una esfera de luz atacó a Cavendish ni siquiera dándole tiempo a protegerse con su espada.


-Estoy es serio, Cavendish. Parece que nuestros padres están dispuestos a separarnos y yo no pienso consentirlo. ¿Estás conmigo?- preguntó Bartolomeo a su rubia pareja.


-Por supuesto. Después de todo lo que hemos pasado, no voy a rendirme ahora- Cavendish se levantó dispuesto a luchar. Pero todas las fuerzas que tneía desaparecieron en cuanto apareció un tercer hombre.


-Que conmovedor. La familia reunida para matarse… espero que no os importe que me una a la reunión, jajaja- aquel hombre rio con una malvada sonrisa en el rostro, como si sus intenciones fueran perversas.


-¡¿Tío Cricket?!- tras decir aquel nombre, Cavendish se desplomó al suelo y sintió un miedo que le recorría por rodo el cuerpo y le impedía recobrar la compostura.


-Me alegro de verte de nuevo, hermano. Ahora tendrás la oportunidad de presenciar como mato a tu hijo igual que hice contigo- amenazó Cricket a su hermano, el antiguo marqués de Liverpool, Montblanc Noland.


Bartolomeo y Cavendish se habían metido en otra peliaguda situación de la que difícil escapatoria había. Sin embargo, no era la única ni la más importante. Unos kilómetros más al oeste, la batalla que podría permitir la victoria a los buenos estaba a punto de dar inicio.

Notas finales:

Bueno, que OS ha parecido? OS ha gustado? Nos vemos en el próximo.

TO BE CONTINUED=)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).