Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi One Piece. Regreso al mar de la realidad por albert2822

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos/todas, aquí os traigo un nuevo capítulo de la historia. Como siempre, pedir perdón por haceros esperar pero entre la Universidad y más cosas se me hace un poco difícil escribir.

Quiero decir que quedan pocos capítulos(ya tengo la planificación de todos) menos de los que pensáis. Y nada más, espero que os guste y prepararos para el siguiente que viene fuerte. Y ya sabéis, comentarme que no muerdo ue sé que hay mucha gente que lee la historia desde hace tiempo y no se nada de ellos. Os animo a comentar antes de que acabe.

Ilusión Decimoctava. Lazos


¿Qué es la familia? Su definición, como dictan los diccionarios, viene a ser la siguiente: un grupo de personas vinculadas por su sangre, por su ADN. Bajo mi humilde opinión, esta definición no corresponde con la realidad. Los vínculos sanguíneos pueden romperse, no como tal, pero sí de forma emocional, que afecte a los sentimientos del individuo. Yo creo que la familia está ligada a vínculos, pero no sanguíneos, sino afectivos. El hecho de poder considerar a tu propia familia, a tu familia adoptiva, a tus amigos e incluso a tus mascotas- que muchas veces acaban siendo un amigo más- eso es familia. Teniendo en cuenta esto, entenderemos mejor los sentimientos entrecruzados que se posan sobre las mentes de nuestros protagonistas, sobre todo, cuando vuelven a perder a su familia por segunda vez o peor, cuando deben enfrentarse a ella.


1903; Castle Combe, condado de Wiltshire, Inglaterra. Inicio del Flash Back.


Se escucha un disparo dentro de una sencilla casa de campo a las afueras del pueblo. Seguidamente, un hombre de edad adulta llega corriendo hasta el lugar de donde provenía el sonido.


-Pero... ¡¡¡¿Qué has hecho?!!! ¡¡¡Has matado a tu hermana!!!- gritó el hombre que acababa de entrar al ver la escena tan terrorífica que presenciaban sus ojos.


Un chico de no más de seis años tenía la ropa salpicada de sangre. Bajo sus pies estaba el cuerpo sin vida de una niña de menor edad que el chico y, a un lado, una escopeta de caza cargada que aún se mantenía caliente después de que fuera apretado su gatillo.


-Y… yo… yo… no… quer…ría yo...- el chico era incapaz de articular una sola palabra completa. Todavía goteaba sangre por sus manos, las cuales, miraba con horror.


-¡¡¡Asesino!!!- gritó con toda su furia el hombre mientras recogía el cuerpo de la niña y se lo acercaba a sus brazos- ¡¡¡Vete, márchate de mí vista!!!


Pero el chico se quedó inmóvil, paralizado.


-¡¡¡Márchate, en esta casa no aceptamos a demonios como tú!!!- mientras el padre gritaba esas palabras, las lágrimas de sus ojos comenzaron a mezclarse con la sangre de su hija que aferraba fuertemente entre sus brazos.


Tras este último grito, el chico salió corriendo de la casa. Se perdió entre la oscuridad de la noche, siendo sus huellas borradas por la incesante lluvia que caía. Dejaba atrás los gritos desconsolados de su padre y un rastro de sangre del que jamás se iba a poder alejar.


Fin del Flash Back.


De regreso al presente, en un lugar en medio del campo de batalla…


-Tú me mataste, ahora yo me llevaré tu cuerpo como venganza- una voz diminuta apareció de la nada. Justo después de aparecer, apuñaló por la espalda al joven que se encontraba frente a ella.


Unos minutos antes, cuando todavía merodeaba el gas venenoso por la fortaleza de Saint Michel, dos hombres, si es que se podían llamar así, resolvían una disputa del pasado con sus instrumentos como armas.


Heroes! (“Héroes”)- el hombre de melena rubia asestó su golpe con su espada aumentada de poder gracias a su ataque. Sin embargo, su contrincante no tenía la intención de echarse hacia atrás en su ofensiva.


Hityo Giri! (“Corte Nocturno”)- la espada del esqueleto detuvo el ataque de su adversario, pero estaban tan igualados que ninguno de ellos pudo vencer al otro y siguieron asestándose golpes mientras conversaban.


-Sabes, esto me recuerda a cuando pasábamos nuestros ratos libres haciendo esgrima después de los ensayos con la banda- dijo el chico de rubios cabellos y tatuaje en el rostro- Recuerdo que no era rival para ti, jajaja.


-Ni lo sigues siendo- respondió Brook sin detener sus ataques. Aprovechó que su contrincante había bajado la guardia mientras hablaba y decidió atacar él primero- ¡Aubaude Coup Droit! ("Serenata al amanecer: Estocada con mano derecha")


-Eso ya lo veremos. ¡Bohemian Rhapsody! (“Rapsodia Bohemia”)- la espada del rubio, envuelta en una nube negra de penumbra, absorbió la fuerza del ataque de Brook pero le dio tiempo a retirarse.


-Si hoy es el día de las confesiones, he de decir que nunca me gusto entrenar con la espada, aunque debo darte las gracias, ahora no tendría con que defenderme- explicó Brook mirando de frente al otro hombre.


-Y, ¡¿por qué lo hiciste?!- el chico se empezó a impacientar tras escuchar estas últimas palabras del esqueleto.


-Por ti, Yorki- reveló Brook a su ex compañero de banda y antiguo amor- Haría lo que fuera por pasar más tiempo contigo, por haber pasado más a tu lado.


-¡Idiota! ¡A mí tampoco me gustaba! Siempre pensé que era a ti quien te hacía ilusión entrenar, que te gustaba ganar- respondió Yorki sorprendido de las revelaciones escuchadas.


-Menudo par de imbéciles que estamos hechos- dijo Brook quien no pudo evitar reírse de la situación.


-Un par de imbéciles luchando a muerte rodeados por una nube de veneno que a ninguno de los dos nos afecta. Sí, definitivamente somos de lo que no hay- dijo Yorki analizando la situación fríamente- Sin embargo, aún podemos cambiar.


-Nuestro tiempo pasó, Yorki. Tú estás muerto y yo ni siquiera puedo decir eso de mí- dijo Brook con todo el dolor de su corazón, a pesar de no tener por ser un esqueleto viviente- Si algo aprendí tras veros morir a todos y volver a la vida es que el mundo es una mierda y que cuando queremos algo no lo vamos a tener, él se encargará de quitárnoslo.


-Pero eso es muy injusto hacia mí y hacia lo que siento. Estoy diciendo que acepto tus sentimientos pero tú…- Yorki, a pesar de su edad adulta, mostraba una figura de inmadurez casi como un niño o un adolescente.


-En ningún momento voy a negar lo que siento hacia ti, Yorki. Es lo más importante que me queda en la vida, pero… míranos, esto no va a llegar a nada- Brook seguía en su quinta mientras su compañero se negaba a aceptar la realidad- Se acabó, no quiero sufrir más por un amor que nunca va a tener un final feliz.


-¡Basta! ¡Basta! ¡Cállate!- Yorki se había cabreado seriamente- Si no quieres aceptar mis sentimientos, si te niegas a hacerlo tendré que mostrártelos a la fuerza. ¡California Dreamin’! (“Soñando California”)


Kasuriuta: Fubuki Giri! ("Canto de los Cristales: Corte Ventisca")- Brook tuvo que detener el ataque de Yorki con otro.


Su arma, el Soul Solid, se envolvió de un aura helada que comenzó a congelar el cuerpo de Yorki por completo. El choque brutal de los movimientos provocó un derrumbamiento del techo sobre sus cabezas.


-¡¡¡Cuidado!!!- gritó Brook al ver que el techo se caía sobre su contrincante inmovilizado.


Saltó hacia él y le salvó usando su cuerpo para cubrirle. Unos minutos pasaron hasta que consiguieron salir de los escombros.


-Pero, ¿qué has hecho? No tenías por qué salvarme, imbécil- le replicó Yorki a su adversario mientras este seguía desplomado sobre el suelo- Puedo regenerar mi cuerpo, no me va a pasar nada malo, en cambio tú…


-¿Yo? Estoy muerto pero sigo con vida. Sufro dolor pero no muero, no soy nada. Por eso no puedo estar contigo, no podré reunirme contigo nunca más…- dijo Brook mientras sus lágrimas empañaba sus ojos.


-Eso no es verdad. Esos sentimientos que tienes te hacen estar más vivo que nunca. Disfruta de esta segunda oportunidad que te ha brindado la vida, conoce gente, haz nuevos amigos y enamórate si quieres y cuando estés preparado, cuando encuentres la forma, reúnete conmigo si todavía quieres. Yo te estaré esperando- los sentimientos de Yorki llenaron el vacío del corazón de Brook a pesar de que no tenía- Ahora, derrótame, no quiero hacerte sufrir más de lo que lo he hecho ya.


Yorki le tendió la mano a su enemigo, le ayudó a levantarse y lo miró decidido, había aceptado su destino.


-Yorki, yo… ¡yo te prometo que encontraré la forma de reunirme contigo, lo prometo!- dijo Brook llorando desconsoladamente mientras recogía del suelo su espada y le rociaba sal por encima- Te quiero, mi amor… ¡Hanauta Sancho: Yahazu Giri! ("Tarareo de Tres Versos: Ataque Corte de Flecha")


Brook atacó a Yorki sin que este se opusiera.


-Te quiero, Brook… te estaré esperando siempre- tras estas últimas palabras, Yorki desapareció. A su vez, la nube gaseosa comenzó a disiparse dándole a Brook ese rayo de esperanza que le había otorgado su amor. Tras esto, Brook decidió partir hacia el campo de batalla para ayudar a sus nuevos amigos.


15:37 p.m. Ruinas de la antigua estatua Lucky Roo, frente este del Castillo Saint Michel.


Por segunda vez, el cabaret había sido desmantelando de una forma horrible. El grupo de combatientes se marchó de aquel lugar, excepto Nami y Sanji  que todavía tenían una importante cuestión por resolver.


Entre los escombros, las rocas hechas trizas y la polvareda del ambiente dos figuras salieron a la luz. Se presentaron ante los dos chicos y estos, al verlos, sintieron que su mundo había acabado.


-Bellemere…- reveló la identidad de una de aquellas personas.


-Zeff…- reveló Sanji la identidad de la otra.


-¡¡¡Mi niña!!!- gritó la mujer de rojizos cabellos que tenía por nombre Bellemere. Seguidamente, se apresuró a alcanzar los brazos de la chica de anaranjados cabellos- Mi pequeña, mi hijita, mi Nami.


Las lágrimas que brotaban por los ojos de la madre de Nami empeñaban el juicio de esta. Durante esta dura contienda se había reencontrado con muchas personas de su pasado, desde amigos hasta enemigos, pero ninguno le iba a dejar tan escaldada como esta, como su madre. Ella era la persona que le había otorgado la vida, la que le brindó un futuro al sacrificarse y, posiblemente, era quien más la ama, la amaba y la amará. Pero a pesar de todo, sintió que aquello no era una segunda oportunidad, sino un regalo envenenado que tarde o temprano le iba a pasar factura.


Pero  no era la única con esta clase de pensamientos. El rubio se encontraba en la misma situación. Apenas aguantaba la compostura ante la persona que consideraba como un segundo padre.


-¿Zeff, padre, de veras eres tú?- le preguntó afligido Sanji al viejo con temor a la respuesta.


-Creo que tus propios sentimientos te han otorgado la respuesta, Sanji…- contestó el hombre de avanzada edad y trenzas en el bigote- Me alegro de verte, hijo…


Las ganas de abrazarse mutuamente no pudieron ser contenidas por más tiempo. Padre e hijo se fundieron en un cálido abrazo del que ninguno de los dos quería apartarse. Eran casi dos décadas sin verse y eso se hacía notar.


-Padre, padre, eres tú de verdad, padre…- Sanji no podía contener la emoción que sentía al tener cerca de él a Zeff. Se aferraba con fuerza a los brazos de su viejo porque no quería separarse de nuevo, no quería volverlo a perder pero eso, en esta batalla, era imposible.


-Sanji…- el más mayor interrumpió el abrazo y la felicidad del joven- ¿Sabes que este no es un grato reencuentro, no? De veras me alegro de verte, tienes el porte de un caballero tal y como te enseñé. Seguro que has conquistado a numerosas damas siguiendo mis consejos.


-Verás, pues…- Sanji no sabía cómo revelarle a su padre la verdad, ese pequeño e insignificante dato de su vida, algo así como que salía con un marimo musculoso y meloso. Sin embargo, antes de que pudiera decir nada fue interrumpido por las palabras de Zeff.


-Me alegro mucho de verte, pero no así- dijo el padre al hijo.


-Lo mismo digo, Nami- Bellemere se sumó a las palabras del hombre- Nosotros, a diferencia del resto de personas resucitadas, no hemos venido a atacaros- la mujer tuvo que realizar una pausa antes de proseguir con sus palabras- Hemos sido devueltos a la vida únicamente para causaros dolor.


-De hecho, nuestra mera presencia aquí ya os está causando dolor- añadió Zeff a las palabras de Bellemere.


-Pero, ¡¿de qué habláis?!, ¡¿qué tonterías son esas que estáis diciendo?!- Nami se enfadó ante los comentarios de los dos adultos- Mi madre o el padre de Sanji jamás nos harían daño.


-Sabes, Nami, sentí alivio…- sentí alivio cuando me enteré de que le habías arrebatado la vida a Arlong- comentó Bellemere a su hija pequeña.


-Pero eso es normal, mamá- le respondió la muchacha quien no acababa de entender por dónde iban las palabras de su madre.


-¡No! Una madre debería enseñarles a sus hijos a perdonar, a tener clemencia- Bellemere rompió en llantos, los cuales, eran como puñaladas en el corazón de la pelinaranja- Os abandoné a Nojiko y a ti muy pronto.


-Pero ¡te mataron! No fue tu culpa el dejarnos pronto, mamá- Nami intentó hacer entrar en razón a su madre pero de nada servía.


-Eso da igual. ¡Fui una cobarde! No tuve el valor para enfrentarme a Arlong y tuvisteis que sufrir vosotras, mis hijas, las consecuencias- Bellemere seguía gritando, y conforme aumentaban los gritos, más dolor causaba al corazón de Nami- ¡Soy una mala madre!


-Eso no es verdad…- pero las palabras de Nami ya apenas tenían efecto con todo el dolor que sentía su madre. Dolor que le traspasaba a ella multiplicado por diez.


-Nami, no desistas. Ella es tu madre y siempre lo será… Ahora está pasando un mal momento y debes ayudarla para ayudarte a ti misma- Sanji intentó ayudar o aconsejar a su amiga.


-¡Sanji!- el viejo interrumpió a su hija de manera abrupta cosa que preocupó al hijo- Yo maté a tus padres biológicos.


Sin tapujos, sin andarse con rodeos, sin ningún miramiento y sin medir las palabras, Zeff soltó la bomba que destrozaría el corazón de su preciado hijo adoptivo.


-¿Qué has dicho?- preguntó el rubio mientras la ira iba en aumento por todo su cuerpo- ¡¿Qué malditas gilipolleces has tratado de decir?! ¡Contesta!


-Yo soy la causa de que tus padres murieran, yo los maté- repitió por segunda vez el hombre de mayor edad provocando que le cogieran por las solapas mientras lo amenazaban.


-¡Repite eso!- le ordenó Sanji.


-¡Yo, fui yo quien los mató, Sanji!- gritó Zeff encarándose contra la persona que consideraba como su hijo. Inconscientemente y sumido por la ira, el rubio más joven abofeteó al más mayor.


-¡Mientes!- vociferó Sanji mientras pegaba a su padre adoptivo. Zeff lo recibió sin apartarse, sin detenerlo.


Pero cuando Sanji se dio cuenta de lo que hizo, su mente sucumbió totalmente. Se desplomó sobre el suelo, llorando, con la mirada en el infinitivo y la mente totalmente ida.


-Yo les encargué que fueran a ese viaje en vez de ir yo, yo… ¡Yo los maté!- gritó Zeff de nuevo ante el sucumbido chico- ¡Mátame, destrúyeme y venga a tus padres!


Las palabras resonaron en la mente nublada del rubio. Por fin volvía a la realidad, pero seguía siendo igual de oscura o peor. No quería escuchar aquellas palabras, pero aunque sus pensamientos estuvieran enfocados en otra cosa, su cuerpo solo deseaba cobrarse venganza. Lentamente, se puso de nuevo en pie y se dirigió cara al que consideraba como un segundo padre. Le levantó de las solapas de la camisa por segunda vez y le obligó a tragarse su puño envuelto en sal. Posteriormente, lo dejó y se separó de él.


-No pienso vengarme por algo de lo que no tienes culpa. Su muerte fue un accidente y da igual quién o qué los enviará allí, nadie podía predecir lo que iba a suceder. Así que, deja de culparte y descansa en paz, padre- dijo Sanji mientras miraba con los ojos llorosos a su padre- Os hora de que ambos seamos felices.


-Sanji…- Zeff se echó a llorar en los brazos del rubio. Poco a poco su cuerpo comenzó a desaparecer pero antes quería despedirse de su hijo como es debido- Pero que algún día encuentres la felicidad, hijo mío.


-Ya lo he hecho, padre. Con él me sintió feliz- dijo Sanji con una sonrisa y poco después se dio cuenta de sus palabras y sintió que quería morir de vergüenza en aquel lugar.


-¡¿Él?!- Zeff se quedó anonadado y no pudo aguantar el equilibrio terminando por desmayarse.


-Padre, padre…- Sanji acudió en su ayuda pero el cuerpo de su padre ya había regresado al mundo de los muertos- Padre, siento habértelo dicho así, pero Zoro me hace la persona más feliz del mundo y no pienso renunciar a él. Espero que lo entiendas.


-Estoy segura de lo que lo entiende, Sanji- dijo Nami que intervino en la conversación del rubio- Al igual que yo entiendo tu dolor, madre. Todos nosotros hemos pasado por mucho y nos toca disfrutar de la vida, divertirnos, relajarnos, enamorarnos y ser felices. Pero para eso tengo que acabar con esto, mamá. Te quiero.


Nami, quien había recobrado el sentido, se acercó a su madre y le introdujo la sal al igual que hizo su amigo.


-Te has hecho una mujer fuerte y preciosa, estoy muy orgullosa de ti, Nami- dijo con una sonrisa Bellemere mientras desaparecía- Siento mucho las cosas que te he dicho y de seguro Zeff piensa lo mismo. Teníais que afrontar vuestro dolor para seguir adelante y lo habéis hecho. Ambos os merecéis una vida plena y un gran amor.


-Ya lo he encontrado, madre- dijo Nami un tanto avergonzada.


-Eso tengo que verlo yo, ale, me marcho- y como de la nada, Bellemere desapareció de aquel lugar para irse a otros sitios.


Empezó por un lugar cercano, uno de los pasadizos de la fortaleza Saint Michel. Allí, un hombre de nariz larga y puntiaguda tirado por el suelo. Bellemere se acercó a él, concretamente a su oído y le dijo unas palabras.


-Despierta, joven, debes proteger a mi pequeña. He puesto su vida en tus manos, no la hagas sufrir- y en cuanto acabó decir esas palabras, desapareció de aquel lugar. Al instante, el hombre desplomado en el suelo, abrió los ojos.


Mientras tanto, en un estudio fotográfico de nombre La Amazonas de la ciudad de Liverpool, una ilusionada novia lucía vestido ante la cámara. A su vez, los ojos de su prometido se clavaban en cada parte de su ser.


-Es muy bello- una voz apareció de la nada al costado del prometido.


-¿Perdone?- preguntó el hombre confundido.


- Es hermoso ver el resplandor de los ojos de su prometida- explicó la voz que en realidad pertenecía a una mujer de rojizos cabellos- Debe estar muy enamorada de usted.


-No más de lo que lo estoy yo de ella- respondió el joven con una leve sonrisa en su rostro.


-Me agrada oír eso- sonrió la mujer- Ya puedo partir tranquila. Mis hijas ya no son mis niñas.


-¿Eh?- dijo el hombre al no acabar de entender las palabras de la señora. Sin embargo, la contestación fui interrumpida por las efusivas palabras de una chica.


-Kaku, amor, es tu turno. No hagas esperar a la fotógrafa, es un tanto gruñón...-pero, de repente, la joven se quedó sin habla. Miró a la mujer que había estado conversando con su prometido. La mujer la miró, sonrió y desapareció.


-¡¡¡Bellemere!!!- gritó la chica de azulados cabellos y se tropezó con el dobladillo de su vestido hasta estar al borde de caerse si no fuera por la rapidez de su pareja para cogerla a tiempo.


-Nojiko, ¿estás bien? ¿Te encuentras bien?- el chico llamado -Kaku se preocupó por el estado de la joven.


-Era... era mi madre...- pudo decir Nojiko mientras lloraba agarrada a los brazos de su pareja.


De este modo, tras contemplar las felices vidas de sus hijas, Bellemere pudo partir tranquila, no sin antes preguntarse por el extraño gusto de sus hijas por los hombres con nariz larga. Brook, Nami y Sanji se habían enfrentado ya a su duro pasado y a su propia familia, pero no eran los únicos que estaban en este horrible aprieto.


15:45 p.m. Frente este del Castillo Saint Michel.


-Tú me mataste, ahora yo me llevaré tu cuerpo como venganza- una voz diminuta apareció de la nada. Justo después de aparecer, apuñaló por la espalda al joven que se encontraba frente a ella.


El chico apuñalado cayó desplomado en el suelo. Su cuerpo estaba bañado de su propia sangre, de color rojo intenso. Sin lugar a dudas, aquella escena era la viva imagen de la ocurrida hace unos años.


-Muere, hermano mío, Zoro- dijo  la asesina de mediana estatura mientras contemplaba como se consumía poco a poco la vida de su hermano  menor.


-¡¡¡Zoro!!!- de repente, una voz intervino gritando con furia al ver cómo era apuñalado su amigo- Hombre, resiste, ya voy a salvarte.


Rope Action: Round Turn! (“Cuerdas en acción: Círculo Giratorio”)- un ataque detuvo la ayuda que iba a recibir el chico- ¡Franky! Tu adversario soy yo. Ya sé que quieres ayudarle, pero si vas, te mataré.


-No jodas Iceburg, es mi amigo, no voy a dejar que muera- dijo Franky enfrentándose al hico.


-Entonces tendrás que luchar en serio contra mí, ¿estás preparado, hermano?- Iceburg, el hermano asesinado de Franky se interponía entre él y los pocos minutos de vida que le quedaban a Zoro-¡Rope Action: Round Turn! (“Cuerdas en acción: Círculo Giratorio”)


Iceburg repitió su ofensiva. Sacó de sus mangas unas cuerdas con nudas que hizo girar al estilo cowboy para atacar a su propio hermano. Como podía, Franky esquivaba cada uno de los golpes pero su cuerpo no era de hierro y los golpes le dolían.


-¿No te había dicho que te pusieras en serio, hermano?- preguntó Iceburg si detener sus incesantes golpes de cuerda- Siempre fuiste un cobarde, Franky.


-¡¿Qué dices?! ¡Eso no es cierto!- Franky se enfurruñó al escuchar las palabras de su hermano.


-Tú mismo los estás demostrando ahora al igual que hiciste en el pasado- dijo Iceburg- Pelea, pelea si quieres sobrevivir. ¡Rope Action: Bowline Knot! (“Cuerdas en acción: Nudo de Bolina”)


Iceburg lanzó una cuerda de gran resistencia que se enredó en el brazo de su hermano menor. Una vez había detenido los movimientos de su contrincante, lanzo su ofensiva más dura.


Pipe Hitch Knives! (“Conducto de Enganche con Cuchillos”)- con rápidos movimientos casi imperceptibles para el ojo humano, Iceburg llenó una de sus cuerdas con cuchillos. Posteriormente, los lanzó contra Franky.


La primera estocada dio de  lleno en el blanco. Un par de cuchillos afilados rasgaron las ropas del peli azul más joven e hirieron su cuerpo con varios cortes profundos, en especial, en las cuatro extremidades.


-¡Ahhhh!- se quejó de dolor Franky tras recibir aquel potente ataque- ¡Así tratas a tu querido hermano menor, Iceburg!


-Solo intento quitarte esa cobardía tuya tan insoportable- le respondió el hermano mayor.


-¿Cobardía? Yo soy un hombre, y los hombres no son cobardes- respondió el chico de tupé mostrando su masculinidad en su totalidad.


-Por eso no te vengaste del hombre que me mató. Por eso no aceptaste llevar la Galley-La Company después de la muerte de nuestro padre. Por eso tenías pensado abandonar a la mujer que amas viniendo a esta guerra. Eres un cobarde, Franky, admítelo- sin duda, Iceburg no se estaba cortando un pelo cosa que hacia un tiempo que sacaba de quicio a su hermano- ¡Lucha, joder! ¡Mata a tu hermano, vuelve con tu mujer y vuelve al negocio familiar!


-¡Me hablas tú de cobardía, no me hagas reír, Iceburg!- Franky había acabado con su paciencia, ahora iba a ir con todo a pesar de que su contrincante era sangre de su sangre- ¡Strong right! (“Fuerte derechazo”)


Franky lanzó su puño, unido a su brazo mediante una cadena que se enrolló en las cuerdas de Iceburg y ejerció fuerza sobre ellas.


-Dices que el cobarde soy yo cuando en realidad estás mirando a tu propia alma. Tú, el flamante hombre, el hijo prodigioso y venerado. Tú eras el ser más infeliz que conocía. Amabas a tu trabajo tanto que sacrificaste tu propia vida. ¿Alguna vez pensaste en decírselo, Iceburg? No merecía a alguien como tú, ha perdido demasiado tiempo esperándote. Espero que algún día puedo superarlo- Franky hablaba de forma encriptada pero estaba claro que Iceburg entendía perfectamente las palabras que le estaban dirigiendo- Lloré tu muerte y hui de mis obligaciones de la empresa, es cierto, pero jamás abandonaría a la persona que amo ni a un amigo. Así que tendré que hacerme hueco por encima de ti. ¡Coup de Vent! (“Golpe de Viento”)


Franky hinchó su brazo izquierdo y salió propulsado hacia su hermano que estaba aprisionado por su brazo derecho. Cuando el aire dejó de salir, cambió su ataque.


-Iceburg, ante todo sé que eres mi hermano y que no eres la persona que está diciendo estás cosas, pero espero que entiendas lo que voy a hacer- dijo Frnaky antes de lanzar su ofensiva- ¡Strong Hammer! (“Martillo Fuerte”)


Top Knot! (“Nudo Superior”)- Iceburg intentó protegerse creando un escudo de cuerdas pero la fuerza y la voluntad de su hermano eran mucho mayor y acabó derrotado. Su alma comenzó a ser purificada gracias a la sal pero antes quiso decirle algo a su hermano.


-Siempre supiste dar en el clavo con las personas, Franky. Gracias…- y con una sonrisa en la cara, el hermano mayor se despidió para siempre del hermano pequeño.


-Ve, aún estás a tiempo de ser un hombre, hermano- dijo Franky tras verlo desaparecer.


Puerto de la ciudad costera de Liverpool, Inglaterra.


La Nueva Galley-La Company, fundada por el trabajador Paulie bajo el esquema establecido en la original, prosperaba cada día más, pero eso significaba que la faena aumentaba más.


-¡Johnny, Yosaku, dejar de gandulear y volver al trabajo! Vuestros cinco minutos de descanso ya han pasado- les ordenó el capataz Paulie tras encontrarse a dos de sus trabajadores ganduleando en medio de la jornada laboral.


-Ya te vale Paulie que solo ha pasado un minuto- le replico uno de los chicos pero acabó recibiendo una mirada con amenaza de muerte incluida cosa que hizo que reculará en su réplica- Vale, ya vamos, ya vamos…


Los dos jóvenes se marcharon a sus puestos de trabajo como alma que lleva al diablo. Paulie se quedó quieto un minuto contemplando. Miraba al frente, a la gran industria naval que había creado desde cero y que tanto se parecía al lugar donde había trabajado antaño y el que consideraba su hogar. Pero, de repente, unos brazos le sorprendieron agarrándole por la espalda. La persona a la cual pertenecían aquellos brazos le susurró algo al oído.


-Siento haber tardado tanto tiempo, fui un cobarde pero… Te amo, Paulie…- tras decir aquellas palabras, los brazos que sujetaban fuertemente el cuerpo del rubio desaparecieron. El chico se quedó inmóvil hasta que reaccionó.


-¡¡¡AHHHHHHH, JODEEEEEEERR!!!- gritó Paulie con furia mientras todo su rostro se empapaba con sus lágrimas. No entendía muy bien lo que había pasado, pero no le importaba, había escuchado la respuesta que más había estado esperando y ahora se sentía triste, furioso y, sobre todo, amado.


De vuelta en el campo de batalla, Franky corrió a socorrer al malherido Zoro. Apartó a un lado a la joven y colocó boca arriba el cuerpo del chico para examinarle la herida. La cosa pintaba bastante mal pero el peliazul no iba a rendirse tan fácilmente.


-No te molestes, pronto morirá, jajajaja- dijo riéndose la niña que había apuñalado a Zoro.


-¡Cállate, niña!- le gritó Franky cuando justo después una mano le cogió el brazo.


-Déjala, Fra…Franky, ell...ella tiene razón. Voy a mor…ir- dijo Zoro con las pocas fuerzas que le quedaban- Si muero… si muero ella se salvará.


-Pero, ¿qué dices? ¿Tú estás mal? Te ha apuñalado- le gritó Franky a su amigo.


-Ella es mi… mi hermana- reveló el peliverde mientras agonizaba- Yo… yo soy culpable de su…muerte.


Franky se quedó paralizado al escuchar esas palabras. Todos tenemos un pasado antes de conocer a alguien nuevo, pero desconocemos cuanta oscuridad pueda haber en él.


-Aun así, no voy a dejarte morir. Puede que quieras morir por lo que hiciste, porque te sientes culpable pero debes vivir. Hay muchas personas que llorarían tu pérdida, incluido yo. Pero hay una en especial que tú sabes bien quien es que lo pasaría realmente mal. Por eso te pido que no mueres. Responsabilízate de velar por su vida para cumplir el castigo de quitar otra- le dijo Franky a su amigo para que entrara en razón- Y siento mucho esto que voy a hacer pero… es lo mejor.


Franky agarró a la chica y la purificó con sal para quitarle los tormentos a Zoro. Sin embargo, consiguió un resultado mucho mejor del esperado.


-Zoro, tú no fuiste el culpable, debes recordar y debes perdonarte para poder seguir con tu vida- dijo la pequeña antes de desaparecer. Justo tras escuchar las palabras, Zoro se desmayó. Y mientras estaba inconsciente, recordó lo que había borrado de la noche que murió su hermana Kuina.


1903; Castle Combe, condado de Wiltshire, Inglaterra. Inicio del Flash Back.


Minutos antes del incidente que causó la muerte de Kuina…


Dos niños jugaban a las escondidas en el interior de la casa donde vivían. La lluvia había estado presente durante los dos últimos días y no les dejaba salir a pasar el rato afuera. Por eso, debían entretenerse dentro de la casa.


-Zoro, se me ha ocurrido una idea, juguemos a ser espadachines con la espada de padre- propuso Kuina a su hermano menor.


-Pero Kuina, ¿no crees que padre se enfadará? Él nos tiene prohibido tocar sus espadas- dijo un joven e inocente Zoro que apenas tenía valor para enfrentarse a la vida.


-No seas un cobarde. Padre no se enterará- y de esta forma, Kuina convenció a su manejable hermano. Pasaron unos minutos y los dos se divertían como si estuvieran jugando en la calle en un día de verano sin escuela ni tareas hasta que una voz les llamó.


-¡Kuina, Zoro, la cena está lista! Ir a lavaros y venid a la mesa- les gritó su padre desde la cocina. Al escuchar la voz de su padre, Zoro se puso nervioso y lanzó la espada que se encontraba en sus manos. Kuina, que no quería que esta hiciera ruido al caer y que alertará a su padre fue a cogerla, pero sucedió un terrible accidente. Se tropezó y cayó de tal forma que la espada le atravesó todo el cuerpo, quitándole la vida casi al instante.


Fin del Flash Back.


Esta fue la verdadera historia de lo que ocurrió ese día. Zoro, al recordarla, se sintió más aliviado y, a pesar de estar desmayado, mostró una sonrisa en el rostro. Franky cargó con él y decidió llevarlo hacia el castillo para que lo salvarán en la unidad médica.


15:56 p.m. Base de los Acantilados Invertidos, frente este del Castillo Saint Michel.


La nube de polvo que invadía el campo de batalla apenas dejaba vislumbrar lo que estaba ocurriendo pero, sin duda, aquello era una dura batalla con un claro ganador. El aleteo de las alas de uno de los dragones que surcaba el cielo despejó la polvareda que rodeaba la pelea para descubrir el resultado de esta. Sobre la tierra, malheridos e inconscientes se encontraban un joven de rosados cabellos, un pato y un camello. A su lado, de pie y mirándolos estaba una chica de melena no muy larga y de oscuro color, llamada Nico Robin y conocida desde ese momento como la “Niña Diablo”.


-Tengo que acabar con esto- dijo la mujer mirando a sus adversarios derrotados mientras mostraba un semblante frío y sin sentimientos. Pero cuando iba a atacar, una mano le agarró fuertemente la pierna.


-Robi…Robin… tú…tú no eres así… vuelve… vuelve con nosotros…- dijo el chico malherido recostado sobre la tierra que recibía el nombre de Shuraiya.


Por unos segundos, Robin se quedó quieta pero no tardó en reponerse. Empujó el cuerpo de Shuraiya con una patada que lo desplazó un par de metros. Se volvió a acercar a él y con su habilidad de crear brazos y otras extremidades de su cuerpo, comenzó a estrangularlo. Lentamente, el muchacho perdía el aliento impotente al ver que no podía hacer nada para evitar su muerte antes de lograr su cometido. Mientras, la mente de Robin estaba ida, como si su cuerpo la dominará y era incapaz de detenerse y eso que estaba a punto de quitar una vida.


Mientras tanto, Luffy había estado combatiendo contra el más alto cargo de la armada inglesa, el general Sengoku. En un principio, parecía que iba a ser una pelea como otra, pero no, había algo en medio mucho más importante y que todavía estaba por desvelarse.


Después de que sus puños chocarán en el vigésimo intento de derrotar al otro, ambos hombres se separaron debido a la fuerza de sus golpes. Se incorporaron, se miraron y fue el más mayor quien inició una conversación.


-Joven príncipe, ha madurado mucho desde la última vez que lo vi- dijo Sengoku al joven Luffy- Siempre pensé que sería el mismo hombre cobarde e infantil que se negó a aceptar su cometido como rey y rehusó de todas sus obligaciones. Supongo que las circunstancias de la guerra le hacen cambiar a uno.


Estas palabras le dolieron a Luffy. Nunca se había arrepentido de su decisión de no aceptar el cargo de su padre, pero ahora, sentía que si lo hubiese hecho, si hubiese estado más al tanto de la situación del mundo quizás hubiese podido evitar este enfrentamiento.


-Permítame que le cuente una historia- pero Sengoku no dejó al príncipe que contestará cuando ya había iniciado la narración- Hace más de veinte años, un carcamal y arrogante marine había sido recién ascendido a general de la armada. Como puedes suponer, éste es un cargo que apenas deja tiempo para la vida personal, pero tampoco es que éste marine la deseará mucho. El general tenía un hijo de una edad muy similar a la tuya. Es cierto que nunca había entablado una buena amistad con él, pero todo se agravó desde que el hijo decidió seguir los pasos del padre alistándose en la armada- Sengoku hizo una pequeña pausa antes de proseguir su relato- Aquel chico se llamaba Rocinante, pero era más conocido por Cora debido a su bondadoso corazón y a pesar de que ese nombre fuera totalmente repudiado por el padre.


-Ese chico debía tener un corazón enorme. Me gustaría conocerlo algún día- añadió Luffy un pequeño comentario que dejó totalmente encogido el corazón de Sengoku.


-Me temo que eso no va a poder ser. Ese chico murió en el frente, en la primera batalla en la que se alistó- un pequeño rostro sombrío y triste mostró el general- Desde ese día el padre se reprochó su muerte. ¿Por qué no haberlo salvado? ¿Por qué no haberlo convencido de no alistarse? ¿Por qué no haber pasado más tiempo con él? Pero ninguna de esas preguntas tenía respuesta. Sin embargo, ese chico decidió seguir los pasos de su padre, tanto los buenos como los malos. A los pocos días de conocer su muerte, una joven de una aldea llegó a la casa del general que apenas podía estar de luto debido a su rabia y le entregó un bebé, su nieto. Pero el general era incapaz de hacerse cargo de esa criatura en ese momento. Cada vez que lo miraba le recordaba a su hijo y la pena y el dolor que sentía su corazón le impedían amarlo, amar a ese niño. El general decidió entregarle el bebé a un buen amigo. El nombre del amigo era Cobra.


-¡¿Mi padre?!- preguntó confuso el joven príncipe.


-Sí. Tu padre crio a aquel niño casi como si fuera uno más de sus hijos y éste le devolvió todo el amor y el respeto con el que había sido criado. En cierto modo, el general se sentía celoso de su amigo pero comprendía que aquello era lo mejor y, desde la distancia, veía como aquel pequeño se iba haciendo un hombre valiente y totalmente al servicio de su patria. Se parecía mucho a su padre… Ahora, ese niño tendrá apenas unos años más que usted, joven Luffy, y siento que en estos momentos estará pasando por el peor mal trago de su vida.


De repente, un fuerte estruendo resonó cerca de donde se encontraban Luffy y Sengoku conversando. Ambos miraron al lugar donde se había producido el sonido. Venía del castillo, exactamente de una de las ventanas de los pisos inferiores por las que habían salido disparados un animal con un grupo de personas en brazos.


-¡¡¡Chopper, yo ya no estoy hecha para estos sustos, nos vamos a matar!!!- gritó una mujer mayor que estaba subida en el lomo del animal que descendía del cielo tras tirarse por la ventana- ¡¡¡Vas a hacer que empeore su estado de salud!!!


-¡¡¡Doctorina, era la única forma de salvarnos!!!- gritó el animal mientras intentaba descender por la pared rocosa del castillo- Y vosotros dos ya podéis hacer algo.


-Yohohohoho, me siento Papa Noel volando sobre su trineo. ¡¡¡Arre, Rudolf!!!- una tercera persona, bueno, esqueleto, descendía también a lomos del animal aunque este último comentario casi le hizo que se bajara de él pero sí recibió una buena bo9fetada por parte de la doctora.


-Doctora, ¿no cree que si no hacemos algo, moriremos aplastados?- un cuarto hombre, de larga nariz, estaba preocupado por la situación en la que se encontraban- Además, estoy preocupado por él. Parece que está perdiendo mucha sangre.


-¡¡¡Y yo que pensaba que vosotros dos habíais venido a rescatarnos, sois unos inútiles!!!- la doctora golpeó al esqueleto y al hombre de nariz larga- Anda, hacer algo que yo mientras procuraré salvarle la vida a este joven.


En el regazo de la doctora Kureha había un hombre con una herida muy grave. Tenía un agujero de espada muy próximo al corazón que le atravesaba todo el cuerpo y por el que no dejaba de salir sangre a pesar de los trapos y la presión que ejercía la doctora.


-Está bien, nosotros nos encargamos- dijo el hombre de larga nariz- Brook, tienes que frenar un poco nuestra velocidad, yo me encargaré del aterrizaje.


-¡A la orden!- Brook acató las órdenes, enfocó su espada contra la pared y comenzó a salir una espesa niebla fría que comenzó a cambiar el clima de aquella zona- ¡Soul Parade: Eisbahn! (“Desfile del Alma: Pista de hielo”)


Brook comenzó a congelar la pared. En principio, parecía que el hielo iba a acelerar la caída en vez de frenarla. Sin embargo, al proporcionarle hielo a un reno, era como si se moviera en su hábitat natural y podía controlar mucho más los movimientos.


-Mira, ahora sí que parece navidad- dijo Brook entre risas y comenzó a cantar hasta que lo detuvieron de un sopapo- ¡Navidad, navidad, dulce navidad…!


-Ahora me toca a mí- dijo Usopp preparando su tirador tras colocarse las gafas protectoras- ¡Midori Boshi: Trampolia! (“Estrella Verde: Trampolín”)


Usopp lanzó unos proyectiles contra el suelo. De ellos salieron unas plantas en forma de burbujas que les iban a permitir rebotar y evitar el impacto.


-Chopper, hacia el trampolín- ordenó Usopp al reno.


-Entendido- dijo el reno- Agarraros, esto va a ponerse difícil.


Chopper llegó al primer trampolín y rebotó. La velocidad que cogió fue casi mayor que la que tenía mientras descendía. Apenas podían sujetarse en el lomo del reno para no poder caerse cuando llegaron al segundo trampolín. Por suerte o por desgracia éste les hizo aterrizar en el suelo. Bueno, sobre el pobre Luffy que había quedado cubierto por todos. Cuando el príncipe abrió un ojo tras recuperarse del golpe vio a pocos centímetros de él a la persona que más amaba.


-¡¡¡Torao!!!- se emocionó Luffy al verlo y de tal efusión, empujó al resto a un costado, más bien los tiró de encima suyo.  Pero Torao no respondía a su llamada y el joven príncipe comenzó a preocuparse- ¡¡¡¿Torao, Torao, responde?!!!


-Luffy, por favor, déjalo- intervino la doctora- Está muy gravemente herido y necesita que lo atienda lo antes posible.


-¡Doct…Dr. Kureha… por favor… no deje que se muera…-dijo entre lágrimas el joven inocente al ver el estado en el que se encontraba su amor- No sé qué haría sin él…


-No se preocupe, joven. Entre nosotros y ahora que no puede oírnos, yo también le tengo estima no deseo que le ocurra nada malo- intentó calmar la doctora a los desbordados sentimientos del príncipe.


-¡¿Law?! Entonces…- de repente, Sengoku intervino para hablar. Luffy y el resto se habían olvidado de la presencia de su enemigo pero lo que no sabían era que algo peor se les iba a acercar. Sengoku miró hacia la ventana por la que habían saltado los chicos y su mayor temor se hizo realidad- Hijo…


De repente, todos miraron hacia la ventana. Un hombre estaba de pie en el marco de la rota ventana, mirándolos desde lo alto. Seguidamente, se precipitó al suelo sin ninguna protección. No tardó mucho tiempo en caer, destrozándose todo el cuerpo. Pero, tampoco fue mucho el tiempo que tardó en volver a levantarse, recomponerse e ir hacia ellos.


-Mierda, es él otra vez- dijo Chopper al ver a su enemigo aproximándose hacia ellos.


-¿Es que no piensa dejarnos en paz? Ya ha matado a aquellas pobres chicas y ha herido de muerte a Law- añadió Usopp tras ver la amenaza que se les aproximaba de nuevo.


-¡¿Fue él?!- dijo Luffy enfurecido y ni siquiera le bastó respuesta a su pregunta cuando ya se había abalanzado contra su enemigo- ¡Gear Third! ¡Elephant Gun! (“Tercera Marcha: Pistola Elefante”)


-Alto chico, no dejaré que le pongas una mano encima- de repente, el general Sengoku se interpuso en medio del príncipe y del nuevo enemigo y acabó recibiendo el ataque de Luffy.


-Apártese, viejo. Nuestro combate puede esperar, ahora solo tengo ganas de matar a esa persona- dijo Luffy tras atacar a Sengoku y volver a preparar una nueva ofensiva.


-él es mi hijo, no puedo dejar que le hagas daño- dijo Sengoku parando a Luffy.


-Menuda reunión familia, el abuelo que abandonó al hijo para que muriera y el nieto abandonado a punto de morir. Sin duda, la historia tiende a repetirse, jajaja- por primera vez intervino Cora, el hijo de Sengoku.


-¿El padre, del hijo del abuelo que tuvo un nieto? Me he perdido… ¿me lo podéis volver a explicar?- apartando a un lado su rabia, volvió la inocencia y estupidez del joven príncipe inglés.


-Luffy…- de repente, una voz resonó hasta el corazón del joven príncipe.


-¡Torao! ¡¿Ya te encuentras bien?!- preguntó Luffy al ver que el joven estaba delante de él de pie.


-¡Maldito Law, siéntate y deja que trate tus heridas! ¡Todavía corres peligro de morir!- alertó Kureha al joven cosa que este no le hizo caso.


-Luffy, él es mi padre y por lo que he entendido, el general es mi abuelo. Mi… propia familia me abandonó… pero ya no me importa… yo ya tengo a mi propia familia y esa eres tú.


-Torao…- dijo Luffy medio embelesado por las palabras de su amor. Pero todo cambió en un solo instante.


Silent! (“Silencio”)- de repente, se dejó de escuchar sonido. Ni siquiera se oyó el disparo que atravesó por segunda vez el cuerpo herido de Law, ni siquiera resonó sus quejidos de dolor ni el golpe al caer al suelo, ni siquiera los llantos de Luffy al ver como perdía a su amor… Pero el sonido volvió…


-¡Law, Law, responde!- dijo Kureha mientras intentaba frenar la salida de la sangre del segundo orificio…- Chopper, ayúdame. Presiona tú un agujero y yo el otro.


-Sí- contestó Chopper sin dudar de las órdenes que recibía.


Mientras, Luffy no dijo nada simplemente se quedó observando hasta tomar una decisión.


Gear Fourth: Gomu Gomu no Leo Bazooka! (“Cuarta Marcha: Gomu Gomu no Bazuka del León”)- todo el cuerpo de Luffy se volvió oscuro y grueso, parecía que estuviera dominado por la ira y por los impulsos. Dirigió su mirada a Cora, el atacante de Law y al general y los atacó. Apenas tuvieron tiempo para reaccionar, el general no pudo evitar el golpe y lo mismo le ocurrió al otro chico. Después, Usopp y Brook fueron corriendo a introducirles sal en el cuerpo para purificarles.


-Lo siento mucho… yo no quería matar a mi propio hijo… yo no soy así…- dijo el alma de Cora dolida por los actos crueles que había cometido.


-Por favor, no dejéis que el joven Law tenga el mismo destino que su desdichada familia- dijo el alma de Sengoku.


-Desapareced…- Luffy se volteó cara ello, los miró y sus almas desaparecieron. Ya no le importaban las palabras, solo pensaba en que la vida de su amor estaba más cerca de la muerte que de la propia vida.


De regreso a la contienda anterior, Robin estaba a punto de ejecutar a Shuraiya cuando alguien intervino y lo salvó.


Fire Split! (“División de Fuego”)- Kin’emon atacó a Robin con su espada imbuida en fuego y la apartó de Shuriaya- ¡¿Tú estás idiota o que te pasa?! Eres una de los buenos, ¿Qué haces atacando a tu propio bando?


-Yo…- entre las palabras de Shuraiya de antes y las de ahora, Robin ya no sabía que pensar, en que creer. Makino le había comido la cabeza después de sentirse traicionada por Puzzle al romper su amor pero… ella era más importante que eso, ¿no?


-Robin, señorita, escuche a estos jóvenes. Usted no es mala, no se convierta en las mismas personas que esta gente oscura. No veo oscuridad en su corazón…- un soldado de verdosos cabellos apareció tras acompañar a Robin hasta allí.


-Y ¿a usted qué coño le importa? ¿Quién es usted para decirme esas cosas?- dijo Robin cabreado contra aquel soldado de la armada oscura.


-Soy un simple soldado llamado Clover que ha perdido la voluntad por luchar lo que creía defender- dijo el soldado de frente a la muchacha.


-¡¿Clover?!...¡¡¡¿Abuelo?!!!- Robin se sorprendió de saber que aquella persona era su abuelo. Como había venido del futuro, podía ser normal que se topara con alguien de su pasado en una etapa más joven. Las palabras de aprecio de su abuelo hicieron que volviera a brotar la luz en su corazón y las lágrimas contenidas en éste se desbordaron, cayendo Robin en el suelo.


-¡¿Abuelo?! No sé de lo que habla pero espero que entienda lo que le digo- Clover no entendía las palabras de Robin pero esperaba que si le hubieran llegado a su corazón.


-Bonito discurso lleno de tonterías y absurdeces. ¿Bondad? No me hagas reír… Aquellos que creen en la bondad lo hacen para justificar todos sus actos malvados- una mujer apareció de la nada- Aunque bueno, Robin, ya no me sirves, siempre fuiste un títere más en mis manos, jajaja.


-¡¡¡¡Makino!!!- dijeron Shuraiya y Kin’emon enfurecidos al ver a la joven.


-Vaya, vaya, se han reunido las dos personas que más odio me tienen. Qué pena que uno ya esté muerto y otro lo estará pronto, jajaja- dijo Makino amenazando a aquellas dos personas- Pero tener por sentado que nunca vais a recuperar a vuestros niños… no al menos tal y como los conocisteis, jajaja, ahora son algo más escamosos…


-¡¡¡Makino, devuélveme a mi hermana!!!- Shuraiya se abalanzo como una fiera encima de la joven- ¡Dead Drill! (“Taladro Mortal”)


Shuriya atacó con su mejor ataque al oráculo. Le dio de lleno pero de nada le sirvió. Pocos segundos más tarde, Makino estaba enfrente de Kin’emon con la cabeza decapitada de Shuriaya entre sus manos.


Por debajo de Teach, solo había dos personas que podían causar una oscuridad semejante a la suya. Una de ellas era Makino, quien ya estaba preparada para matar a quien se le pusiera por delante. La otra estaba frente a sus objetivos, a punto de calcinarlos.


Ya solo quedaban aquellas dos personas antes de luchar contra Teach, pero el mal que estas podían causar sería mucho mayor al que ha ocurrido por ahora.

Notas finales:

Bueno, qué os ha parecido? Os ha gustado? Habéis sufrido? Ya me comentáis. Nos vemos en el siguiente capítulo.

TO BE CONTINUED=)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).