Realidad Cuarta. Sanji, Zoro y Luffy
Dos hombres recién se habían despertado de su sueño notando como sus manos estaban entrelazadas entre sí. Al momento de comprobarlo, fue el rubio quien se separó corriendo asqueado por la situación.
-¡No me toques, marimo pervertido!- le gritó el de ceja rizada al otro chico. Sin embargo, sentía su cuerpo inquieto, acelerado, acalorado y sabía que eso no era normal pero decidió esconderlo.
-¡¿Así es como agradeces que te haya salvado, cocinero de mierda?!- se quejó Zoro por la actitud de su acompañante- Olvídame y lárgate de mí vista.
-¡Más quisiera!- respondió encarado Sanji pero instantes después ambos sintieron unas fuertes punzadas en el pecho que los dejó paralizados, mirándose confusos y heridos hasta que algo desvió su atención- No puede ser… estamos en el Baratie… No, el Baratie nunca atracaría en una isla. Es un restaurante flotante. Esto no es el Baratie real.
-Quizás no es real porqué tu restaurante está atracado en el puerto de la ciudad de mi dojo…- explicó Zoro comprendiendo que aquello no era para nada normal- Aquí es donde la perdí…
Zoro desvió la mirada hacia el cementerio de la isla. Sanji la siguió y se sintió afligido. No entendía por qué, que le importaba a él aquellos sentimientos guardados de su nakama. Todos habían tenido pasados duros y habían perdido seres queridos pero él, su recio y fortachón compañero parecía que nunca se inmutaba ante nada, siempre seguía adelante. Pero ahora estaba perdido en los recuerdos del pasado, en los recuerdos de aquella amiga de su infancia. Era lógico para cualquier ser humano ponerse en el lugar del otro, sentir empatía por los que te rodean. Pero no era simplemente eso. ¿Acaso sentía celos de ella? Aunque Sanji obvió aquella pregunta de su mente, la verdad tarde o temprano iba a salir a la luz. No obstante, ahora tenían un mal mayor frente a ellos dispuesto a matarles.
-¡Hado Elbow! (“Oleada de Codo”)- tras recitar el ataque, un gran estruendo resonó en aquel lugar. La montaña donde quedaba situado el cementerio de la villa había quedado destruida ante la atenta mirada del peliverde.
-¡Idiota! No era necesario armar tal escándalo destruyéndolo todo- le recriminó su compañero por atacar tan sin pensarlo.
-Ahora se puede ver el otro lado del mar... y pronto llegará el atardecer más empañado de rojo que nunca, jajajaja- se rio con malicia el hombre que había destruido la montaña.
Al ver a esos dos y ver los actos que habían provocado, la furia de Zoro recorrió cada parte de su cuerpo, cada gota de sangre de sus venas. Instintivamente, o así es como lo justificó, el rubio le agarró la mano para calmarlo pero sabía que eso no iba a ser suficiente.
-¿Vosotros sois dos de los nakamas de Teach, no? ¿Jesus Burgess y Shiliew de la Lluvia?- sin retirar la mano de su compañero, preguntó Sanji a pesar de ya conocer la respuesta a su pregunta.
-En efecto, y hemos venido a mataros, jajajaja- contestó el hombre que llevaba por nombre Jesus Burgess, el mismo que había acabado con la montaña en un segundo- Acabaremos con la parejita en un momento, jajajaja.
-¡¿A quién llamas parejita?!- saltó enfurecido Sanji pero de pronto se volteó hacia Zoro y vio que ya no estaba allí. No era él, sino un demonio que se había apoderado de su cuerpo, que había empuñado la katana con su mano libre y que atacaba sin preguntar.
-¡Ittoryu: Daishinkan! (Estilo de 1 Espada: Gran Movimiento del Dragón”)- Zoro atacó como una bestia, pero fue interceptado por el camino.
-¡Shigure Soen Ryu, 4ºForma Defensiva: Goffu Juuu! (“Estilo de la Golondrina Azul: 4ºForma Defensiva: Viento de Mayo, Lluvia de Octubre”)- Shiliew detuvo el ataque de Zoro con su espada impregnada en agua y Haki.
-¡Ittoryu: Hiryuu Kaen! (“Estilo de 1 Espada: Llamarada del Dragón”)- Zoro impregnó su espada en llamas.
-¡La legendaria técnica de los samuráis de Wano! Pero, ¿acaso pretendes derrotar a la lluvia con fuego?- se preguntaba Shiliew mientras seguía deteniendo el ataque de su adversario. Pero las llamas se intensificaron y tuvo que pasar a la ofensiva- ¡Shigure Soen Ryu, 5ºForma Ofensiva: Samidare! (“Estilo de la Golondrina Azul: 5ºForma Ofensiva: Lluvia de Principios de Verano”)
Los golpes de lluvia alcanzaron al rabioso Zoro despojándole de una de sus espadas y dejándole severas heridas en todo su cuerpo. Ahora estaba indefenso frente a su enemigo y no trataba de esquivar el golpe.
-¡Te remataré con este golpe y apagaré la furia que llevas dentro con mi lluvia! ¡Shigure Soen Ryu, 10ºForma Ofensiva: Scontro di Rondine! (“Estilo de la Golondrina Azul: 10ºForma Ofensiva: Embestida de la Golondrina”)
-¡Henry Needle! (“Aguja Electromotriz”)- una patada eléctrica se interpuso entre la espada y el peliverde para detener el golpe.
-Ya veo. Pretendes derrotar mi lluvia con tu electricidad, una de las mejoras del Germa 66- dijo Shiliew al chico rubio que interceptó el ataque- Sí que debe ser alguien importante para ti para ponerte en medio de un ataque sabiendo que el agua es conductor de la electricidad y lo único que has hecho es aumentar la potencia de mi estocada. ¡Shigure Soen Ryu, 8ºForma Ofensiva: Shinotsuke Ame! (“Estilo de la Golondrina Azul: 10ºForma Ofensiva: Lanzamiento de la Lluvia”)
Una poderosa oleada de agua y electricidad hicieron retroceder a Sanji y lo mandaron por los aires.
-¡Diamond Body! (“Cuerpo de Diamante”)- Burgess lo atrapó en su cuerpo convertido en diamante y lo estrujó con todas sus fuerzas causándole un fuerte dolor a Sanji, incluso escupía sangre por su boca.
-¡¡¡Sanji!!!- reaccionó por fin Zoro al ver como torturaban a su compañero. Decidido, agarró de nuevo sus espadas, las empuñó y atacó- ¡Ashura: Makyuusen! (“Ashura: Nueve Destellos del Demonio”)
Nueve golpes de las espadas de Zoro atacaron a Burgess, pero ninguno de ellos le provoco daño alguno.
-¡¿Pretendes cortar el diamante, jajajaja?! En cierta forma agradezco que me arrebatarías la Mera Mera no mi en Dressrosa, ya que pude encontrar un buen juguetito entre los antiguos comandantes de Barbablanca, la fruta Dia Dia no mi (Diamante Diamante)- alardeaba Burgess de su increíble fortaleza física- Mi cuerpo se ha convertido en algo totalmente impenetrable. Ningún espadachín podrá cortarme, jajajaja. Ahora mira como acabo con la vida de tu putilla.
-¡¿A quién estás llamando putilla?!- el cuerpo de Sanji comenzó a encenderse en su totalidad- ¡Diable Corps: Premier Hache! (“Cuerpo del Diablo: Carne Picada de primera clase”)
Sin poder soltarse, ambas piernas de Sanji comenzaron a golpear el duro cuerpo de Burgess. En un principio, su enemigo no sentía daño pero al golpear en un mismo punto acabó resintiéndose pero no soltó a su presa.
-Tienes agallas, rubia… ¿Por qué no acabo con tu amiguito y luego nos divertimos tú y yo?- le propuso de forma indecente Burgess a Sanji horrorizándolo con solo escucharlo y con lo que vino después. Burgess sacó su lengua y lamió la mejilla de Sanji.
Zoro quiso matarlo. No entendía muy bien porqué pero quería hacerlo con todas sus fuerzas. Da igual que tuviera que traspasar los límites y cortar el diamante, simplemente debía acabar con la vida de aquella persona que hacia sufrir a su cocinero. ¿Su cocinero? Aquello resonó en su cabeza como una flecha de realidad, y de repente, todo cobró sentido para él.
-Sanji…- se limitó a decir Zoro en voz alta.
-¿Qué? Ahora no estamos para perder el tiempo- le recriminó Sanji a su compañero aunque escuchar su nombre viniendo de esa persona le hacía a su cuerpo estremecerse.
-¡¡¡Te quiero!!!- le declaró a voz en grito ante la mirada de todos los allí presentes- ¡¡¡Da igual en qué mundo estemos, sea ilusión o realidad, no permitiré que nadie toque lo que es mío o que lo aleje de mí aunque tenga que derrotar al mismísimo demonio!!!
-¡¡¡Pues date prisa espadachín de mierda y sálvame si tanto me quieres!!!- le respondió Sanji intentando ocultar su rostro sonrojado y lleno de lágrimas.
-Atrévete si es que puedes- le amenazó Burgess a su contrincante- ¡Diamond Body: Galleon Lariat! (“Cuerpo de Diamante: Lazo Galeón”)
-¡Busoshoku Haki! (“Haki de Armadura”) ¡Santoryu: RengokuOni Giri! (“Estilo de 3 Espadas: Purgatorio del Corte del Demonio”)- ambos ataque se confrontaron y ninguno de los dos tiró la toalla en su ofensiva.
Sanji en medio resistiendo como podía la confrontación de semejante poder destructivo. Burgess daba por vencida la batalla cuando una de las tres espadas de Zoro perdió fuerza y salió disparada. Pero no fue así. La armadura de diamante comenzó a resquebrajarse hasta que romperse y ser derrotado por el ataque de Zoro. Sanji salió volando pero Zoro lo rescató entre sus brazos.
-Ya puedes bajarme… Zoro- le dijo Sanji a Zoro intentando esconder su rostro avergonzado.
-Pero primero…- los labios de Zoro se acercaron a los de Sanji hasta fundirse en un tierno beso, corto pero apasionado. Cuando se separaron sus labios, Zoro dejó a Sanji en el suelo- Echaba de menos esto.
De nuevo, un sonrojo se posó en el rostro del rubio. Pero duró poco tiempo ya que todavía quedaba un enemigo por derrotar y éste estaba preparando su ataque.
-¡Ese inútil de Burgess, ahora tendré que acabar yo con vosotros con mi ataque final! ¡Shigure Soen Ryu, Forma Ofensiva y Defensiva: Jiunoka! (“Estilo de la Golondrina Azul, Forma Ofensiva y Defensiva: Metamorfosis de la Lluvia”)
Zoro se preparó para detener el ataque pero el rubio le detuvo.
-Déjame a mi- Sanji se adelantó y cogió la espada de Zoro que había salido volando anteriormente.
-¡¡¡¡Sanji, no lo hagas!!!...- gritaba desconsoladamente el peliverde a un joven rubio que había tomado una decisión drástica.
-No te preocupes… esta vez me toca sacrificarme a mi…- le respondió el rubio con una cálida sonrisa antes de afrontar su duro destino.
-¡¡¡No puedes ensuciar tus manos de cocinero!!!- le gritó desesperado Zoro al ver lo que trataba de hacer el rubio.
-No me va a pasar nada porque tú me vas a proteger- dijo sonriendo Sanji y justo después besó la espada que empuñaba. Dirigió su mirada hacia el adversario que se aproximaba y dijo- Sabes, durante estos años he llegado a perfeccionar mis técnicas de combate y he obtenido un gran poder que ni tú ni nadie podrá derrotar.
-¿Qué poder es ese?- le preguntó Shiliew justo antes de chocar sus espadas.
-El poder del amor- respondió Sanji y justo después la espada de Shiliew se rompió.
Tras quedar indefenso, Sanji le pegó una patada y lo noqueó para dejarlo totalmente fuera de combate. Zoro se acercó corriendo a él y le susurró algo al oído.
-No sabes como de caliente me has puesto cuando has besado la espada- dijo lascivamente el peliverde ganándose una bofetada del rubio. Al mismo tiempo, la ilusión se deshacía y regresaban a la playa donde habían sido separados y donde se encontraba todos sus nakamas menos su capitán.
-¿Todavía no os habéis reconciliado, parejita?- les chichó Usopp al ver como se peleaban de nuevo estos dos.
-¡¡Chicos!!- dijeron los dos alegres al verlos allí.
-Tenemos que adentrarnos a la isla… presiento que algo malo le debe de haber ocurrido a Luffy- dijo preocupada Nami señalando a un lugar de la costa donde se hallaban los sombreros ensangrentados de su capitán y de su pareja.
Un gran número de enfrentamientos habían tenido lugar hasta la fecha. Difíciles contiendas a vida o muerte, dónde no solo peleaban con armas y puños, sino también con los sentimientos que cada uno de ellos albergaban en sus corazones. Pero, esas luchas todavía no habían cesado, en especial, una de ellas de la que conocemos el sangriento final pero no el cómo ha llegado hasta ahí. Regresemos unos minutos al pasado, dónde la fricción entre los puños de ambos adversarios provocaba un fuerte oleaje en la costa de Raftel.
-¡¡¡No entiendes que no puedes vencer mi inmensidad!!! ¡No podrás vencer al hombre más grande de este planeta!- gritó embravecido el gigantesco hombre que recibía por nombre Sanjuan Wolf, “El Acorazado”.
-¡¡¡NO PIENSO RETROCEDER!!!- Luffy gritó con mayor fuerza, enfurecido y lleno de ira mientras no dejaban de golpear con su puño imbuido en Haki y transformado con el G4.
Pero poco a poco sus puños se sentían impotentes. Esa era la única palabra que describía la sensación del capitán cuando golpeaba con todas sus fuerzas al coloso. No pasó mucho tiempo cuando la fuerza de sus golpes disminuyó en tan medida que no pudo defenderse de la estocada enemiga y cayó.
-¡¡¡Luffy, Luffy, despierta!!!- le gritaba Law mientras le abofeteaba la cara, casi sin contemplación, para que despertara- ¡¡¡Despierta, por favor!!! – Pero el joven pirata no despertaba de su recién letargo- ¡¿Qué le has hecho, bastardo?!
Law, asustado y cabreado por el estado de su amado se encaró contra Wolf.
-Simplemente he empleado la debilidad de los usuarios de frutas del diablo- reveló el grandullón en cierto tono misterioso- ¿Has escuchado alguna vez el origen del juguete preferido del Gobierno Mundial, el Kairoseki?
-Nunca… siempre ha sido un secreto sabido por muy pocos. Pensé que el Dr. Vegapunk era participe de él pero me equivoqué- respondió Law confuso al no saber por dónde iba la explicación de su adversario- ¿Has usado Kairoseki para debilitarlo? ¿Cómo? No parece que tengas ese mineral en tu poder.
-Te equivocas. Yo soy el Kairoseki…- el cirujano se quedó atónito ante tal revelación- Bueno… yo pervivo con los últimos resquicios de ese mineral dentro de mi ser. El Kairoseki se extraía de mi isla natal Kairo, el país que rivalizaba hasta con los más grandes guerreros de Elbaf. Todo mi pueblo y yo trabajamos ese material orgullosos por cumplir una gran labor con y para el mundo. Pero…- las lágrimas y la ira de Wolf comenzaron a florecer en su rostro- ¡¡¡Pero fuimos engañados por el Gobierno Mundial!!! ¡¡¡Nos explotaban para obtener cantidades inmensas de ese poder y luego usarlo para su bien!!! ¡¿Qué querían cazar piratas y proteger aldeas?! Mentiras… Negociaban en el Bajo Mundo para obtener grandes beneficios con los que contentar los pijos y costosos caprichos de sus perros, los Dragones Celestiales, y los suyos propios. Yo… yo solamente era un crio que quería averiguar qué gran hazaña hacían con el orgullo de mi pueblo pero cuando descubrí la verdad fue demasiado tarde… El gobierno decidió usar máquinas para extraer el mineral y decidió borrar del mapa a todo mi clan para que no contaran la verdad. Apenas estaba librando mi venganza cuando fui apresado en Impel Down hasta que mi capitán Teach me liberó. Ahora haré que cada una de esas personas muera, sea como sea. La venganza de mi capitán se ha convertido en mi propia venganza, ese es nuestro vínculo.
-No sé de lo que estás hablando- Law no comprendió esta parte final del mensaje pero si había escuchado atentamente el relato de Wolf- ¿Por qué debo creer en tus palabras? No hay ningún indicio que apunte que ese hecho que narras ocurrió en realidad.
-¿Acaso es la primera vez que ocurre un encubrimiento así por parte del Gorosei? Recuerda la masacre de Ohara o el falso gobierno de Dressrosa. Sabes que el Gobierno Mundial es capaz de eso y de más- explicó Wolf a Law.
Al instante, unos recuerdos olvidados de su pasado se posaron en la mente de Law. Eran de su ciudad natal, la Ciudad Blanca, justo antes de ser abandonada por el Gobierno.
-Pero todavía hay algo que no comprendo, ¿cómo puedes reproducir los mismos efectos que el Kairoseki sin llevarlo contigo encima?- se preguntaba el médico.
-Son los efectos de extraer ese mineral durante varias generaciones en mi familia. Los niños tenían el interior de su cuerpo bañado en diminutas virutas de Kairoseki- terminó de revelar el grandullón toda la verdad acerca de él- Por eso, dos usuarios como vosotros no podrán vencerme nunca. ¡Esto se acaba ahora!
Por unos instantes, Law pensó que la historia de aquel coloso era muy simular a la suya pero aquellos pensamientos se borraron pronto de su cabeza. Sanjuan Wolf preparó su puño contra Law y el inconsciente Luffy. Si ese golpe les llegaba a dar estaban acabados y pero eso era algo que el joven médico no iba a dejar que pasara.
-Luffy… no te enfades por lo que voy a hacer. Ya había tomado la decisión hace tiempo. La decisión de que si algún día debía entregarle mi vida a alguien ese serías tú… Quizás ha sido más pronto de lo que esperaba pero no debo dejar que mueras y que falles en tu misión de salvar al mundo…- Law se acercó lentamente, sujetó la cabeza de su amado con su mano y con la otra apoyada sobre la arena de la playa lo besó- porque te quiero. ¡¡¡Fushi!!! (“Vida Eterna”)
Una luz brillante cegó por completo toda la isla. Era una luz cálida, tierna y llena de amor y esperanza. Una luz que Law entregó en cuerpo y alma a su amado Luffy, siempre sirviendo a su príncipe hasta su final. Cuando la luz cesó de brillar solo se podían observar tres cosas: el tiempo detenido en aquella playa al atardecer, la figura temblorosa de un coloso asustado y un individuo con los dientes de un demonio y los ojos llorosos de un ángel que se aferraba al único recuerdo que le quedaba de su recién perdido amor, su sombrero blanco. Aquel joven que también portaba sombrero se limitó a decir una cosa.
-¡Gear Fifth! (“Quinta Marcha”)- su cuerpo comenzó a volverse totalmente negro. Su mirada perdida y acuosa había fijado su blanco. La cicatriz de su torso palpitaba de dolor en un rojo intenso más proveniente del infierno que de la vida. Sus puños cerrados fuertemente entre pequeñas cantidades de sangre que empañaba la calidez de la arena al caer. Sus pies preparados para volar. Su dolor su fuerza. Su amor, muerto.
Sanjuan Wolf siempre había confiado mucho en la defensa de su cuerpo impenetrable, especialmente contra usuarios de Frutas del Diablo. Pero esta vez sentía que era algo distinto. Era su fin y lo sabía. Todo él y todo su cuerpo lo sabían. Le daba igual morir ya que siempre había esperado reunirse con su clan, con su familia. Su venganza se llevaría a cabo gracias a Teach, ahora solo tenía que esperar a la muerte, convertida en la misma persona que tenía frente a sus ojos.
Fue rápido. Un instante antes, vivió y al siguiente murió. Murió atravesado por la mismísima muerte hecha persona. Poco después, aquel hombre lleno de ira que había acabado con el gigante regresó a la costa totalmente cubierto de sangre. El negro de su piel se había tornado rojo. Todo él, su cuerpo y sus ropas, así como su sombrero de paja y el sombrero de su amado. Ambos se los acercó al pecho durante unos segundos, luego los dejó en la orilla de la arena como si quisiera que las olas se los llevaran lejos para borrar su existencia. Tenía un objetivo e iba a llevarlo a cabo fuera como fuera, ahora ya nada le impedía hacerlo después de despojarle de su existencia.
Pero antes de abandonar la playa, gritó. No como un humano, sino como una bestia herida y dolida. Gritó desde lo más profundo de su corazón para que llegará a cada rincón de la isla e incluso más allá.
-¡¡¡¡¡TEACHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!