Ilusión Novena. Manchas
10:44 a.m. Playa de los Cabos Gemelos, oeste del Castillo Saint Michel.
El mar en calma llegaba a su fin. Las olas golpeaban con fuerza los acantilados cercanos a la playa donde se estaba librando una de las batallas más feroces. Allí, en medio del oleaje, las tres hadas invocadas por los guardines atacaban con furia a los tritones.
-¡Gyojin Karate!- una decena de gyojin se pusieron en formación de kung fu y lanzaron varios golpes contra las hadas de los elementos. Pero de nada servía aquello. Los golpes atravesaban los cuerpos de estas y posteriormente se recuperaban.
-¡¿Dónde está esa ferocidad de la que tanto alardeabais?!- el guardián del fuego no pudo evitar burlarse de sus acuáticos enemigos- Todavía la estoy esperando.
-Déjame callarle la boca-dosun – pidió a su capitán uno de los tritones, de aspecto más grande, de la raza de los tiburones martillo y de nombre Dosun.
-Espera- le ordenó el capitán de la tropa gyojin, el tritón Hody Jones- Creo que en esta forma somos incapaces de derrotarlo. Debemos usar eso para ser más fuertes.
-¿Ya? ¿No es algo precipitado, comandante?- preguntó Hammond, otro de los subordinados del comandante gyojin- Podemos hacerles frente, somos superiores a ellos.
-No seas iluso, Hammond. Ellos no se parecen en nada a los humanos promedio. Pero- de repente, la cara del comandante tritón se cubrió de una aura malvada- Pero no serán capaces de hacernos frente después de tomarnos los Esteroides de Energía ¡Armada gyojin, itadakimasu!
Tras estas palabras de Hody Jones, él y sus soldados acuáticos sacaron unas drogas de sus bolsillos. Eran unas píldoras rojas y verdes que se engulleron los gyojin. El número de pastillas que se tomaba cada tritón podía variar en función de la fuerza vital de éste, por eso, aquellos que tenían más rango dentro de la armada gyojin como era su general, podían tragarse más cantidad. Pero lo que sí era común a todos ellos eran los efectos que estás pastillas producían en sus cuerpos. Esos esteroides provocaron una hinchazón en sus músculos escamosos, al igual que colocaron sus ojos de un color rojo sangre y provocaron unas ansias de ira incontrolables.
-No tenías por qué haberles hecho enfadar, Llamita. Ahora nos llevará más rato derrotarles- le replicó la Dama del Lago Whitey Bay a su compañero guardián Puzzle.
-Así está más interesante- contestó emocionado el guardián del fuego.
-Nunca cambiarás- se resignó Izo, el guardia del elemento Viento.
-¡Señor Puzzle, señorita Whitey Bay, señor Izo!- una voz, una tanto aguda, comenzó a escucharse más próxima a los guardianes.
-¡Bian, Kabu!- se extrañaron los tres chicos al ver a sus diminutos compañeros en aquel lugar. Antes hay que aclarar que tanto Bian como Kabu pertenecen a la tribu Tontatta comandada por Leo pero que al igual que éste, ellos también tienen sus particularidades: su apariencia insectil, Bian de abeja y Kabu de escarabajo, les proporcionaba la capacidad de volar. Pero la presencia de aquellos dos allí preocupó en gran medida a los guardianes- ¿Ha ocurrido algo malo?
- Señor Puzzle, señorita Whitey Bay, señor Izo, tenemos noticias del señor Shanks- contestó el enano de apariencia de escarabajo- Dos de las estatuas que conformaban la barrera de protección han sido destruidas y el general ha tenido que usar su propia fuerza para restaurar la barrera.
-Por eso, ahora no puede salir de ella y no puede luchar en el frente- explicaba en este caso la señorita Bian- Nos ha pedido que vayáis a la parte este, donde se encuentra el grueso del ejército enemigo y que ayudéis a derrotarlos en su ausencia.
-Comprendo- contestó Izo tras haber sido informado por aquellos dos individuos.
-Pero no podemos dejar la costa sin defensas ahora que el enemigo se ha puesto serio- se alarmó la joven Whitey Bay debido a las complicaciones surgidas.
-¡Dejárnoslo a nosotros!- una voz femenina se escuchó clara y alta por toda la playa.
Tras oír la voz, los guardianes giraron su cabeza en dirección a la procedencia de ella. Allí había dos personas, dos personas vivas. Una de ellas, la que había hablado, era una joven de anaranjados cabellos y de cuerpo esbelto y, el otro, era un chico del cual destacaba su desproporcionada nariz. Pero a sus pies había otro dos enemigos, dos tritones que habían sido derrotados con facilidad por aquellas dos personas.
-¡Son la Gata Ladrona y el Dios Usopp de los Mugiwaras!- informó la Dama del Lago sobre la identidad de aquellos dos sujetos recién aparecidos.
-¡No confió en vosotros! ¡Vosotros tenéis una misión y nosotros otra, si alguno de los dos la incumple el mundo queda destruido. Hay demasiado en juego y no pienso jugármela- respondió gritando el señor Puzzle a la petición de los dos sujetos.
-Por eso ha herido a esa mujer, ha jugado con sus sentimientos ¡Somos nosotros quienes no de reíamos confiar en ustedes! Pero no nos queda otra- contestó el de nariz larga tras las recriminaciones del chico.
-Tiene razón Puzzle. Si ellos son la salvación del mundo, seguramente podrán con esto y con mucha más. Vámonos y cumplamos las órdenes de nuestro general- afirmó el guardián del Viento y los otros dos asintieron, uno más resignado que la otra- No obstante, os dejaremos una ayuda extra por si la necesitáis- Izo comenzó a formar unos signos juntando sus manos- ¡Kuchiyose no Jutsu: Nola! (“Justu de Invocación: Nola”)
-¡Kuchiyose no Jutsu: Laboon! (“Justu de Invocación: Laboon”)- de igual forma, la joven Whitey Bay hizo esos gestos con las manos.
De repente, aparecieron de la nada una ballena inmensa y una serpiente larguísima en aquella playa de los Cabos Gemelos. Aquellas feroces bestias comenzaron a poner embravecido el mar y atacaron a varios gyojin con la fuerza de sus cuerpos.
-Esperamos que os sean de ayuda- dijo la señorita Whitey Bay mientras se marchaba con sus dos compañeros a lomos de un pájaro alado que desprendía electricidad- Buena suerte.
-Gracias, y buena suerte a vosotros también- contestó la chica de anaranjados cabellos mientras aquellos tres chicos se iban.
-¡Da igual que cambiéis de soldados, nunca venceréis a la raza de los gyojin!- alardeaba Hody Jones quien estaba un poco fuera de sí a causa de las drogas que previamente había ingerido.
-Pero mi comandante, aquellos que tienen bajo sus pies son Chew y Harutobi, dos de nuestros soldados más fuertes- alertaba Hammond al comandante tritón- No debemos subestimarlos. Además, los dos animales han derrotado a un número notable de nuestras tropas.
-¡¿Osas cuestionar mi juicio?! ¡Yabusame! (“Flecha Militar de Agua”)- en los dedos de Hody Jones se formaron unas masas de agua que fueron lanzadas contra su subordinado. La fuerza y velocidad que llevaban hicieron que aquellas masas de agua tuvieran el efecto de una bala al impactar en el cuerpo de Hammond. La crueldad de que gyojin no tenía fin y, ni siquiera, le importaba matar a uno de sus soldados por semejante tontería.
-Nami, debemos llevar mucho cuidado con estos individuos. Son realmente animales- alertó Usopp a su prometida de la que no se separaba ni un segundo- Será mejor que usemos el poder que se nos entregó. ¡Equipo mágico activado: Kuro Kabuto!
El conde de Gales fue transformado de la misma forma que el resto de personas que habían activado su equipo mágico. Un aura blanca le envolvió mientras su aspecto cambiaba a uno un poco más indecente. Indecente en el sentido de que se despojaba de su camisa y dejaba al aire sus abdominales apenas tapados por unos tirantes. Se cubría, además, con un amplio sombrero de color claro, unas bermudas de tono amarillento y unas gafas de tirador. Pero lo que le iba a proporcionar ese incremento de fuerza era el arma que portaba en las manos: un tirachinas negro de la medida de su cuerpo llamado Kuro Kabuto.
-Querido, deberías sacar más a relucir esos abdominales para que la gente ve lo que me pertenece- sugirió un tanto indecorosa la joven Nami- No seré quien se quede atrás. ¡Equipo mágico activado: Sorcery Clima-Tact!
El cuerpo de la pelinaranja sufrió una transformación exactamente igual a la del conde, tan similar que también le otorgaba un aspecto provocativo. Ataviada escasamente con unos jeans largos y con un sujetador de estampado verde, la joven Nami tenía la atención de todos los hombres a su alrededor, da igual de la raza que pertenecieran. Pero de igual forma que le había ocurrido a su pareja, la de cabellos anaranjados portaba un arma algo más sencilla al tratarse de un mero bastón azul que podía dividirse en tres. Pero a veces, las cosas sencillas eran las más letales.
-Acabarás distrayéndome en la batalla, Nami- dijo entre risas el conde al ver lo sensual que se encontraba su prometida con esa vestimenta- Veamos. Quedan unos veinte hombres pez de los cien que había. No está mal aunque los que restan deben de ser los más fuertes.
Pero antes de que terminará de hablar el conde una nube tormentosa de formó sobre ellos.
-¡Thunderbolt Tempo! (“Tiempo de Rayos”)- nombró la muchacha el ataque y posteriormente una bola electrificada salió de su bastón mágico en dirección a la nube. Posteriormente, una lluvia de rayos cayó sobre el enemigo- ¿Te gusta el pez asado, querido?
-Ya veo, jajaja. Con esto nos quedan solo una quincena de ellos- informó el conde de la nueva situación- Reduzcamos aún más el número. ¡Pop Greens! ¡Midori Boshi: Sea Devil! (“Estrella verde: Mar malvado”)
Unas semillas fueron lanzadas por aquel tirador y cayeron sobre el auga. De ellas, crecieron unas gigantescas plantas carnívoras y devoraron a algunos de sus enemigos.
-¡Comandante Hody Jones, ya solo quedamos diez de nosotros!- informó uno de los soldados gyojin que estaba alarmado por aquella situación- ¡Debemos hacer algo ya!
-Ya somos solo nueve- contestó Hody Jones mientras aplastaba con sus propias manos la cabeza de su subordinado de forma cruel y sanguinaria- Pero es cierto. Debemos atacar. ¡Dosun, Ikaros, traedme sus sucias cabezas humanas!
Tras dar la orden, dos de los más fieros combatientes de la tropa gyojin se lanzaron a cumplirla. Dosun, como ya se había nombrado, era un pez martillo mientras que Ikaros tenía la apariencia de un calamar furioso. Nami y Usopp se prepararon para el ataque, pero una sorpresa les iba a pasar factura.
-¡Ikaros no Tsubasa! (“Alas de Ikaros”)- de la boca del gyojin calamar salieron unas burbujas negras que impactaron en los dos jóvenes. Esas bolas estaban llenas de tinta e impactaron en Nami y Usopp despojándoles de visión alguna.
-¡Papara Hammer! (“Martillo Papara”)-aprovechando la ceguera de los contrincantes, el otro gyojin atacó con su mazo gigante. Pero justo cuando el ataque iba a tocar a Nami y Usopp, dos coletazos lo detuvieron y mandaron a volar a Dosun. Eran Nola y Laboon, las bestias invocadas por los guardianes que habían salvado a los dos jóvenes. Además, los coletazos levantaron agua del mar, la cual, cayó sobre los dos chicos y les despojó de la tinta.
-Pagarás caro haberme arruinado mi ropa ¡Gust Sword! (“Espada del Viento”)- una ráfaga de aire salida del bastón de Nami impulsó a Ikaros por los aires hasta caer derrotado sobre la arena caliente de la playa, la cual, le dejó seco y sin fuerzas para luchar- Ya solo quedan siete.
Sin duda, la armada tritón estaba cayendo como moscas ante aquellos formidables adversarios. La supremacía de la que tanto alardeaban estaba por los suelos pero aunque eso podría ser motivo de debilidad, iba a otorgar a los gyojin la oportunidad de cambiar las tornas porque ya no tenían nada que perder.
Mientras tanto, en la unidad médica del castillo Saint Michel…
-¡Law, rápido, prepara el kit para quemaduras de tercer!- por la puerta de la sala entró Kureha gritando y, en sus brazos, portaba al reno malherido que había agotado todas sus fuerzas en la lucha. La doctora lo aproximó a la camilla que el médico había preparado y allí lo dejó- Preparé un ungüento con unas hierbas que recogí por el camino pero no es suficiente, mierda…
-Cálmese doctora. Será mejor que se aparte y que yo me ocupe de él- sugirió el chico aprendiz a su maestra.
-¡No me pidas que pierda otra vez a mi hijo!- gritó la Dr. Kureha a su alumno debido a que sus nervios le estaban jugando una mala pasada por el mal estado de su hijo.
-De acuerdo- Law no tuvo más alternativa que acatar las palabras de su maestra- Pero por favor, tranquilícese. Será mucho mejor para su efectividad como médica y para salvar la vida de su hijo.
Tras estas alentadoras palabras, la doctora fue calmándose poco a poco y recobró la compostura.
-De acuerdo- la doctora respiró profundamente y volvió a hablar- Necesitamos alcohol y fuego para cauterizar las heridas de flecha y pomada para las quemaduras. ¡Rápido!
Todo lo que pidió la doctora fue llevado ante ella. Poco a poco, ella y el joven médico fueron atendiendo las heridas de Chopper. Prácticamente tardaron una hora en revisar y sanar cada una de ellas consiguiendo así salvar la vida del reno.
11:38 a.m Unidad médica del Castillo Saint Michel.
Chopper se quedó en observación al cuidado de Belladona y Enishida. Los otros dos médicos, salieron a la sala donde se encontraba el resto.
-¿Cómo se encuentra?- preguntó la mujer de rubios cabellos que llevaba por nombre Honey Queen.
-Recuperándose- contestó el doctor Law viendo que la doctora no habría la boca para responder.
-Siento preguntarle esto ahora doctor pero, ¿no ha ido la señora Boa Hancock en su búsqueda? ¿Acaso se ha quedado con las otras dos chicas?- preguntó Law quien estaba preocupado por la benefactora de su pareja.
-En ningún momento nos hemos topado con nadie más que con Violet y Domino, pero ellas han decido ir al frente este a ayudar- contestó la doctora con palabras sinceras-Pues me temo que algo malo le habrá ocurrido a la señora Boa Hancock.
-¡¿Hancock?! ¡¿Qué le ha pasado?! ¡¿Está en peligro?!- justo en ese momento entraban por la puerta la señora Shyarly y el señor Franky después de su batalla con los alados.
-Partió en su búsqueda hacia el Bosque Sabaody pero ellos han regresado y ella no y en ningún momento han cruzado sus caminos- contestó Law a la alarmada Shyarly.
-Voy en su búsqueda- la señorita Shyarly, gran amiga de Hancock, no se pensó ni un momento en ir a ayudar a su amiga.
-Voy contigo- le dijo Franky a su novia.
-No. Tú debes ir al frente con el resto. Ellos necesitan de tu fuerza- respondió la ex modelo a su pareja y, posteriormente, se acercó a darle un beso en los labios- No te preocupes, se cuidarme yo sola.
Nada más acabar estas palabras, la joven Shyarly prosiguió su camino hacia el bosque norteño.
-Espere, déjeme acompañarla a salvar a su amiga- insistió la mujer rubia de nombre Honey Queen.
-¿Por qué desea venir conmigo?- le preguntó Shyarly a la otra mujer que no conocía más que de estos días.
-Porque estoy cansada de quedarme quieta sin hacer nada en esta lucha- respondió la mujer rubia con tal determinación que Shyarly tomó una decisión.
-Venga. Cuanta más ayuda, mejor- respondió Shyarly alegrada de haber encontrado tal aliada.
Las dos jóvenes partieron para rescatar a la emperatriz de la moda de un inminente peligro que le acechaba.
-Parece que los problemas se nos acumulan- dijo suspirando el joven médico cuya pareja era el príncipe inglés.
-Esperen, esto no es bueno. Hace rato que no veo a la señorita Robin- el esqueleto, quien no había intervenido aún en la conversación porqué estaba preocupado por una cosa, decidió intervenir ya que su preocupación estaba haciéndose realidad- Debo ir a buscarla, de lo contrario me temo lo peor.
Brook partió en la búsqueda de su amiga Nico Robin pero cuando justo iba a abandonar la sala alguien le detuvo.
-Brook, viejo amigo, ahora no querrás irte, no, justo cuando nos volvemos a encontrar después de tanto tiempo- una voz masculina hizo estremecer todos los huesos del esqueleto viviente. Su cuerpo, su mente, todo su ser no pudo aguantar aquella terrible sorpresa y cayó desplomado al suelo, llorando.
-No es verdad… tú no eres él… no puede ser- dijo entre lágrimas el músico quien todavía no se podía crear los que veía sus ojos a pesar de no tener.
Minutos antes de acabar la sanación del reno…
11:12 a.m. Playa de los Cabos Gemelos, oeste del Castillo Saint Michel.
La pelea en la playa de los Cabos Gemelos parecía darse por finalizada con una estampa de lo más desoladora. Varios cráteres de gran profundidad se habían formado en la arena y, en uno de ellos se encontraban nuestros héroes malheridos. Ambos jóvenes estaban recostados sobre la capa arenosa de la playa y, además, estaban cubiertos de ella y de su propia sangre.
-Nami, ¿te… encuen…tras bien?- preguntó con la voz entrecortada el conde galés de nariz prolongada. Pero la joven no respondía- ¡¿Nami?! ¡¿Nami?!
Aunque la voz alterada del conde llegaba a cubrir toda la costa, parecía que no llegaba a los oídos de su prometida. La incertidumbre y el miedo le provocaron una terrible cantidad de nervios seguidos de ataques de ira incontrolables. Con las pocas fuerzas que le restaban, el conde galés se levantó y se aproximó hasta donde estaba el cuerpo recostado de la joven. Éste comenzó a zarandearla pero seguía sin responder.
-Jajaja, parece que por fin habéis entendido la supremacía de la raza gyojin, jajaja- Daruma, uno de los soldados tritones, el cual se hallaba en el interior de uno de los cráteres se burlaba de la derrota de sus enemigos- La combinación de nuestros ataque, de Zeo, de Hyouzou y míos jamás ha sido derrotada, jajaja.
En otros dos agujeros en la arena se situaban los otros dos gyojin que su compañero había nombrado. Zeo, de aspecto a rayas moradas y azules, y Hyouzou, un tritón de la raza de los pulpos naranjas.
-Nami, amor mío, enseguida regreso- dijo el conde Usopp a su inconsciente prometida- Espérame.
Tras decir estas palabras, el conde galés se volteó y miró seriamente a sus enemigos.
-Únicamente quedáis vosotros y vuestro capitán. Tendré que derrotaros de un solo golpe a todos- afirmó con determinación Usopp frente a sus adversarios.
-¿Es que no has tenido suficiente, señor conde?- preguntó Daruma de forma intimidante- Venga, volvamos a hacer la misma táctica. ¡Cookie Cutter! (“Cortador de Galletas”)
Daruma, el gyojin de menor tamaño y amplia dentadura, se zambulló entre la arena y comenzó a cavar numerosos agujeros alrededor del conde. Por ellos, salieron Zeo y Hyouzou para lanzar sus potentes ataques contra el conde.
-¡66 Kubi! (“Cuello 66”)- anunció Zeo su ataque para posteriormente lanzar una cadena de hierro que se enrollaría férreamente al cuello de su oponente.
-¡Chidoriashi Hash! (“Corte del ebrio tambaleante”)- de la misma forma, Hyouzou lanzó su poderoso con sus ochos espadas empuñadas por sus ocho tentáculos.
Anteriormente, ninguno de los dos héroes había podido detectar de donde procedían los ataques debido a la gran cantidad de hoyos que había por el suelo. Sin embargo, no iba a ocurrir la misma situación una segunda vez.
-¡Kenbunshoku Haki! (“Haki de Observación”)- con esta técnica, Usopp pudo detectar la procedencia de los dos ataques y los esquivó.
-¡¿Cómo?!- Daruma no entendía cómo pudieron fallar aquellos potentes ataques.
-¡Midori Boshi: Take Jave-rin! (“Estrella Verde: Bosque de Jabalinas de Bambú”)- Usopp lanzó su ataque hacia los agujeros. Instantes después se escucharon unos sonidos fuertes procedentes de los orificios en la arena, los cuales, resultaron ser unos palos de bambú que salieron como flechas por todos los agujeros. De este modo, los tres enemigos escondidos en su madriguera de arena quedaron volando por los aires e indefensos- ¡Midori Boshi: Impact Wolf! (“Estrella Verde: Impacto Lupino”)
Desde el arma Kabuto de Usopp salió una planta gigante en forma de lobo verde que engulló con sus fauces a los tres enemigos de una. Así, tanto Daruma como los otros dos gyojin quedaron derrotados en un instante. Pero la batalla aún no había finalizado.
-¡Hitokuchi! (“Mordida”)- lanzó su potente ataque el general gyojin cuyo nombre era Hody Jones.
Como si fuera una flecha, el comandante de la tropa tritón se abalanzó sobre el conde con su dentadura en la mano. Aquellos dientes se clavaron en el hombro de Usopp provocándole un fuerte gemido de dolor.
-Aunque tenga que pasar por encima de los cadáveres de mis soldados, pienso mataros a los dos- advirtió el general antes de asestar el golpe final al conde- ¡Nepuchūn! (“Neptuno”)
-¡Mirage Tempo! (“Tiempo de espejismos”)- de la nada apareció la joven pelinaranja recuperada y detuvo con su bastón el tridente del comandante- No pienso dejar que mates a la persona más importante de mi vida ¡Thunder Lance Tempo! (“Tiempo de la Lanza del Rayo”)
Como si de una lanza de rayos se tratara, el bastón de Nami atravesé el cuerpo de Hody Jones y lo electrocutó. De este modo, el fin de la tropa gyojin estaba realizado y los dos prometidos habían asegurado su victoria.
Batalla en la Playa de los Cabos Gemelos.
Pelea: Armada Gyojin Vs La feliz pareja recién prometida.
Vencedores: Nami y Usopp.
Perdedores: La Tropa Gyojin capitaneada por Hody Jones.
Notas: El pescado en su punto es un gran manjar para el paladar.
-Gracias, Nami…- dijo entrecortada Usopp mientras se incorporada tras su dura herida en el hombro- Gracias por salvarme.
-Te debía ya dos veces, jejeje- le contestó Nami con una sonrisa en el rostro que hizo recuperar fuerzas al conde. No obstante, esa sonrisa no iba a durar mucho tiempo.
-Estaba deseando reencontrarnos de nuevo, Nami, así al fin podré cobrar mi venganza- una mujer joven acompañada de un hombre aparecieron de repente e interrumpieron el feliz momento de la pareja, convirtiendo esa felicidad en una horrible pesadilla del pasado.
Pero no era la única pesadilla del pasado que estaba ocurriendo en estos momentos. En el bosque norteño la modelo Boa Hancock había caído presa de sus enemigos. Entre la espesura de la maleza, la emperatriz empresaria estaba oprimida por dos grandes bestias que la acorralaron con su propio cuerpo.
-No es justo que tú tuvieras una buena vida y nosotras no, nee-san – dijo una de aquellas enemigas a la apresada Hancock.
La batalla contra la armada oscura proseguía y, ahora, iniciaba el capítulo de los hermanos.