CAP II
El rubito estaba muy asustado, sobre todo porque el mayor comenzaba a pasar sus manos por debajo del kimono, esto lo escandalizo de sobre manera, pero no tenía la fuerza para quitárselo de encima, además de que no podía gritar, ya que sus labios estaban aprisionados por los labios del mayor, el rubio iba a comenzar a llorar, no le gustaba que le hicieran eso, ni siquiera cuando su padre se lo hacía, pero cuando lo iba a hacer, el mayor paro, separándose un poco y mirando al rubio aun estando encima de él, el pobrecito tenía una cara de terror, y las lagrimas amenazaban por salir de sus puros zafiros, sasuke dio una sonrisa de lado ante tal vista mientras se separaba y volvía a recostarse en el tronco del árbol, el rubito no perdió oportunidad y se arregló su kimono lo más rápido posible, y levantándose lo más rápido que pudo, para desaparecer de ese lugar, pero fue detenido por una mano que lo sostuvo.
-que te pasa, Naru-chan, no te gusto?
Preguntaba descaradamente el azabache con una sonrisa en sus labios.
El rubio parecía desesperado por irse de allí, pero aun así respondió.
-si lo moleste, le pido que me disculpe, pero por favor, no vuelva a hacer eso, se lo suplico.
-qué? Sabes, me das risa, pero si realmente quieres que te deje en paz, arrodíllate, y pídemelo mientras te quitas el kimono.
Decía el pelinegro con una lasciva sonrisa en su rostro.
-qué?
Pregunto el menor fingiendo no haber escuchado nada.
-ji, era broma, deberías de haber visto tu cara, creo que valió la pena hacerte la broma, jijijiji
Esto si que no lo iba a soportar nuestro hermoso rubito, al cual se le veía la cara roja de lo enojado que estaba, y sin saber que hacía, se acercó al mayor que trataba de contener la risa, y le dio tremendo coscorrón, tal fue que le quedo doliendo la mano, claro, que para sasuke, eso no era nada, ya que el golpe de un niño de 7 años no era de que alarmarse, pero decidió hacer un show, justo cuando el pequeño lo golpeo, se hizo el desmayado, asustando a naruto, el cual se olvido de todo su enojo, y se dirigió a levantar a sasuke del suelo, el cual no respondía, naruto estaba que se moría del miedo.
-y si lo mate!?
Pensaba el rubito.
-no, eso no es posible, no soy tan fuerte, pero que debo hacer, si padre se entera de esto, seguro que me mata, que hare, que hare, ya se lo voy a enterrar, no, me descubrirían; ya sé, lo tirare al lago, así pensaran que se ahogo.
Y así el rubito, aun con esa idea en la cabeza, arrastro como pudo el cuerpo del mayor, llevándolo poco a poco a la orilla del lago, el rubio descanso por un momento al ver que ya había anochecido, miro sus ropas, estaban todas desgarradas, y su piel tenía una fina capa de sudor, haciendo que resplandeciera con la luz de la luna, además de que estaba muy cansado, en ese momento, sería una presa fácil para cualquier pervertido, pero eso no importaba ahora, el rubio tomo aire y siguió arrastrando el cuerpo del azabache hasta tirarlo en el lago, se quedo allí por unos momentos y como no vio que salía, se fue tranquilamente a su hogar, con una sonrisa de alivio en su rostro.
Al llegar a una de las casas, la cual le pertenecía a él, observo que su padre lo estaba esperando con un semblante algo enojado.
-En dónde estabas?
Pregunto el mayor con el ceño fruncido.
El menor trago seco.
-perdóneme padre, pero es que quería recorrer estos terrenos y me perdí, mentía el rubito con una sonrisa en su rostro.
El mayor no le creyó ni una palabra, pero no podía estar haciendo algo malo, después de todo el rubito era su ángel, además de ser la réplica de su “madre”, aunque le mintiera, él lo perdonaba.
-sabes que odio que me mientas naruto, pero por esta vez lo dejaremos así, (sonrisa de lado) con tal de que hoy te comportes como un buen niño que obedece a su padre, decía el mayor mirando lo desaliñado que estaba su pequeño.
El menor bajo la mirada.
-sabes que siempre te obedeceré padre.
Al decir esto el menor caminó hacia el mayor entrando en la casa y cerrando la puerta.
Pasaron las horas, y se vio salir a un hombre mayor de la casa con un rostro de felicidad, extremadamente raro en él.
Pasaron otras horas, y era de madrugada, el rubito no pudo dormir, después de la “visita” de su padre, además de que le dolía todo el cuerpo, aun no estaba acostumbrado a esa clase de toques, sobre todo, que no le gustaba sentir que su padre metiera su mano en su entrada, mientras le besaba, eso le daba un asco indescriptible, pero según su padre tenía que soportarlo, porque era una preparación para el futuro, el menor le pregunto “preparación para qué?” pero el mayor solo respondía con una sonrisa algo sádica.
En fin, ya ni se acordaba del asesinato de esa tarde por pensar en sus cosas, pero lo que nunca imagino, fue que una fuerte lluvia comenzara a caer, mejor dicho, era una tempestad, las ventanas se abrieron bruscamente, dejando pasar el agua al interior del cuarto, el rubito se levantó, aun con el horrible dolor en su entrada, y cerro las ventanas, poniéndoles tranca, y volviendo a dormir, pero con lo que no espero es que al acomodarse en su futon, este tuviera algo ya adentro, y además mojado, el rubio volteo lentamente a ver qué cosa era la que estaba allí, y cuando lo vio.
-AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!
Gritó el rubito para luego caer desmayado.