Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

NUNCA ES TARDE por LaureenSaif

[Reviews - 14]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola, 

Disculpen el retraso pero esto de combinar escuela y servicio social me esta matando un poco y apenas he podido escribir (extraño estar de no hagas nada en la casa pero estoy practivando diariamente mi inglés y... bueno eso es lo unico positivo que surgio de estar en Agencia de Viajes, pero nunca más volvere)

 

Espero que lo disfruten ;D

 

Al Oeste de la ciudad de Saikido, donde las casas unifamiliares se proclamaban, estaba el domicilio de la familia Midorima, eran cerca de las seis de la mañana, aun el sol seguía oculto, pero era el momento en que empezaban las actividades en aquella casa.

Era como una rutina donde a diferencia de muchos otros no se aburrían parecía que era lo que ellos necesitaban.

Shintarou se quedaba embelesado por cada jadeo que salía de la boca contraria cuando sus manos recorrían lo largo de aquella espalda que ya conocía a la perfección.

-S-Shin-chan –Kazunari repetía el nombre de su esposo mientras movía la cadera sobre el miembro de este, en la cama se escuchaban ambos cuerpos chocar entre sí, provocando el constante rechinidos de los resortes del colchón.

Para Midorima, estar con su pareja era como un hechizo, sus dedos que rara vez estaban sin vendas recorrían la tersa piel del moreno, recorrían de sus piernas a la espalda y de la cintura a su vientre y pezones los cuales apretaba, provocando una vez más el sonido de la voz contraria.

-Shi-shin-chan -gemía con fuerza -¡Más! -repetía placer mientras seguía moviéndose, montando a su esposo como todas las mañanas que disfrutaba el estar en pareja.

Obedeciendo, sus peticiones, el doctor empezó a mover la cadera, provocando escuchar con mayor fuerza la voz de su pareja provocando que colocara sus manos sobre su pecho para que no cayera.

Con el tiempo Midorima había cambiado la rutina diaria que tenía cuando era más joven; despertar, escuchar a las predicciones de Aho Asa mientras se arreglaba y desayunaba. Ahora, lo primero que hacía en el día era dedicarle tiempo a su Takao.

-¡Makoto! -al terminar la sesión con su pareja, Kazunari de Midorima (porque así se hacía llamar, más que nada para molestar al de cabellos verdosos) se levantaba de un maravilloso humor, preparaba el desayuno y le hablaba a sus hijos.

El castaño de ojos oliva era el primero en tener que irse a la escuela de sus tres hijos así que era el primero en salir -Gracias Mamá -sonrió al verle poniendo los platos en la mesa, se le acercó agachándose un poco para besar su mejilla -Buenos días padre -le sonrió también a Midorima quien estaba desayunando con un audífono puesto.

Para el mejor tirador de la generación de los milagros, no importaban los años que pasaran, el siempre escuchaba el pronóstico de Oha Asa -Buenos días Makoto, ¿Hoy tienen entrenamiento?

-Si -comento sin muchas ganas de escuchar aquello, sin embargo, eso no se notaba a simple vista, solo alguien tan observador como Takao, lo veía -Hoy saldré bastante tarde -incluso una mentira no se le pasaba.

-Espero que Kasamatsu-san nos pase el itinerario de los partidos -le dijo, tan serio como siempre. Cualquiera diría que era una persona fría y sin sentimientos, pero más bien los reservaba para algunos cuantos -No pienso perderme nada donde estés tu -y claro una sonrisa se formó en sus labios, una que podía decir más que mil palabras, expresaba el orgullo que sentía por su hijo mayor.

Aquellas pequeñas expresiones de su padre, Makoto no las veía de manera frecuente, pero sabía que eran sinceras -Si, le diré -comento feliz mientras empezaba a comer.

La rutina era igual, después de un rato, los gemelos bajaban las escaleras y abrazaban a su padre quien recibía aquellos cariños sin quejas. De ahí Shintarou y Makoto se despedían, el mayor iba a trabajar en el hospital y el menor a la escuela; mientras Takao esperaba a su otro par de hijos para llevarlos a la escuela; ambos iban en auto hasta que Makoto era dejado una cuadra después de su casa para pasar por su mejor amigo.

Cuando eran más pequeños Midorima y su hijo solían pasar por Haruka para ahorrarle tiempo a Kuroko de llevar a su pequeño a la escuela y de ahí a trabajar sin el apoyo de un auto; aunque para Shintarou desde que escucho por primera vez de Haruka su fecha de nacimiento sabía que la amistad entre ambos niños sería duradera o quizás llegaría a algo más que una amistad.

Después de todo, un Cáncer y un Escorpión estaban destinados a tener una relación para siempre; él lo sabía de ante mano, por algo seguía a lado de Takao, a pesar de todo lo malo que les llego a pasar.

Aquello hasta cierto punto era cierto, si algo Makoto y Haruka tenían era una sólida relación entre ambos, pues desde que iban a la guardería, se habían conocido.

El primer día que Takao fue a dejar a Makoto, este no dejaba de llorar -¡Mamá! No quiero -repetía entre sus lágrimas, era un niño retraído y temeroso, casi nunca se alejaba de Takao -Voy al trabajo contigo… Me quedare callado, me portare bien.

-Makoto… -le veía apenado el moreno -Cariño -se había agachado para abrazarlo -No me hagas esto -le intentaba calmar sin resultados positivos -Tengo que ir a trabajar y no te puedo meter -acariciaba su espalda, aunque el pequeño se negaba.

Ante los gritos todos los cuidadores del lugar aparecieron, dispuestos a ayudar y entre ellos estaba Kuroko -¿Takao-kun? -le hablo sorprendido de encontrárselo con un niño -¿Es tu hijo?.

Claro que, ante la presencia del jugador fantasma, la sorpresa se denoto en el rostro de Takao, pero en realidad la falta de tiempo le hizo sonreír de nervios -Makoto no quiere quedarse… Y yo -el estrés de la situación y no poderla manejar le estaban provocando que casi llorara con su hijo, pero aún mantenía la sonrisa que siempre lo caracterizaba.

A Kuroko la escena le hizo sonreír levemente -Haruka -y claro, de inmediato se le ocurrió hablarle a su hijo quien casi de inmediato se apareció a su lado, aunque más bien estaba ahí pero no lo habían notado -Ellos son Takao y Makoto -le dijo amablemente -Es su primer día.

La mirada del pequeño niño de cabellos oscuros y ojos azules se desvió de su madre a el niño y quien lo abrazaba, el pequeño se veía en lágrimas y eso le sorprendió -Soy Kuroko… Haruka -comento bajando la mirada y sin saber que decir o hacer estiro la mano.

Para Makoto solo basto eso para que dejara de llorar y tomo la mano del niño igual que él, de ahí que su amistad se forjara y se volvieran amigos, hasta la actualidad donde estaban en la misma escuela, iban en el mismo salón de clases y eran considerados el mejor dúo en basquetbol.

Ellos dos eran los que habían copiado una técnica de la generación de los milagros, era aquella que tan famosa hacían dos jugadores de Shutokun -Aquí se puede ver como Makoto toma la posición de un tiro Triple de alta trayectoria -Gou explicaba lo que todos veía proyectado en el pizarrón -Y… Haruka le da un pase Redireccionado de un jugador del otro equipo -leía con dificultad lo que había escrito.

Claro que de obtener atención de los que estaban presentes no era de mucha ayuda, bueno solo Rei miraba intentando entender sus palabras; mientras Haruka escribía algo en su libreta, Kisumi le enseñaba a Nagisa a hacer figuras de origami y Makoto estaba atento a ver por la ventana con una sonrisa.

Pero todo eso se acabó cuando Gou dejo de leer -¡Pongan atención! -les grito arrugando el papel en sus manos -Esto les costara unas vueltas en la cancha -les dijo cual madre regañona inflando las mejillas.

-Kou -le llamo Kisumi de la forma en que la chica prefería ser llamada -Deberías dejar de darnos teoría -sonrió lanzando un par de avioncitos a Haruka quien solo levanto la mirada con molestia -Mejor vallamos a la cancha.

A lo dicho Nagisa de inmediato se levantó con emoción -¡Si! Vamos.

En esos momentos Rei se sorprendió -¿Qué? No… no es necesario que vayamos y… Es mejor empezar por la teoría.

Aunque la pequeña hija de Murasakibara volvió a tomar sus notas -No podemos, los de Samezuka están practicando -dijo intentando buscar donde se habían quedado.

-No -fue lo que alcanzaron a escuchar de Makoto quien por fin regresaba la mirada dentro del salón -Ellos están en examen médico -sonrió antes de notar que había dicho y sonrojo -E-es que… acabo de pasar a un grupo y… -en esos momentos los nervios le ganaban.

Ante aquello y con su acostumbrada seriedad Haruka hablo -Será mejor para conocer nuestro estilo -comento dejando su libreta y librando a su amigo de la atención de los demás.

Por eso, aunque de mala gana por parte de la manager del equipo, todos empezaron a caminar por el patio; ahí fue donde Rei se confundió, pues al ser hora de la salida, en conclusión, todos los alumnos (al igual que ellos) debían estar en sus clubes entrenando. Pero no era así, varios de los alumnos de Teiko con carteles, en mesas y tablas en mano, promovían el inscribirse a algún taller, pero según él ya estaba en un equipo después de la escuela.

Estaba tan distraído, viendo su alrededor que casi dio un salto del susto -Hola, ¿quieres unirte al grupo club de poesía? -le pregunto una chica de cabellos castaños.

-¡No! -se le acerco otro chico -Ven al club de lectura, tenemos reuniones y leemos mínimo seis libros…

De la nada Rei empezó a ser rodeado por varios de los encargados de cada club dentro de la escuela -E-esperen… Yo… -y claro el estar rodeado ante tantas personas de la nada que no le dejaban decir nada lo bloqueo.

Al ver a su compañero en esa situación, Nagisa fue corriendo atrás de el -¡R-Rei! -se estiraba -¡Rei-chan! -repetía con su voz aguda y buscando rastro del chico de lentes sin respuesta alguna -Haru-chan -volteo a ver al nombrado.

En esos momentos y al verlo rodeado de tantas personas Haruka bajo la cabeza viendo a otro lado, pensando si le ayudaría.

Makoto, siendo tan dulce como siempre sonrió -Haru… -le llamo para después acercarse al grupo de personas que ya eran más de las que se pudiesen contar -¡Disculpen! -su voz dejo de ser dulce y en esos momento se puso muy serio -¿Podrían dejarlo en paz?.

Claro que en esos momentos ante el llamado tan brusco todos voltearon a ver al castaño, dando un par de pasos hacia atrás después de haber quedado callados, pero a alguien no le había parecido -¿Pero por qué lo haremos?.

Rei, en esos momentos no supo cómo ni cuándo, pero de un momento a otro se volteó a escuchar una voz familiar a su lado -Porque el viene con nosotros -Haruka estaba entre él y quien se había atrevido a anteponerse a Makoto.

-Rei-chan -miro a Nagisa que estaba a su costado ¿Cómo habían llegado ambos a esos lugares? Él no les había visto llegar -Viene con nosotros -el pequeño rubio no intimidaba a primera vista pero por alguna razón los que estaban alrededor empezaron a alejarse.

-Ahh… viene con ustedes -escucho de la voz de otro chico mientras todos daban pasos para atrás.

-Usagi-chan -le hablaron a una chica -Ven, no vale la pena -se dijeron dos chicas antes de seguir alejándose.

En un abrir y cerrar de ojos, todos los que estaban rodeando al de lentes se habían ido.

Kisumi que estaba parado a lado de Kou sonrió -Vaya Rei, si que eres popular -bromeo antes de darse la vuelta -Vamos a la cancha -comento con un humor diferente antes de hablarle a la chica para que empezaran a ver lo de una información que este tenía.

-Rei-chan -le hablaba el pequeño rubio -Solo sabes meterte en problemas -le repetía inflando las mejillas -No te dejare solo -comento y en acto seguido se aferró a su brazo empezando a escuchar quejas del de cabellos azules sobre que le soltara y que él no tenía la culpa.

Para Makoto aquello le hizo sacar una sonrisa -¿Tú crees que se lleguen a llevar bien? -pregunto a Haruka quien veía de reojo a la piscina -Sabes… Los de Iwatoby están haciendo reclutamiento y… -no le fue dicho ni dos veces cuando en un cerrar de ojos Haruka había desaparecido.

Los alumnos de Iwatoby iban al gimnasio donde estaban las canchas de basquetbol cuando empezaron a escuchar, atrás de las puertas, el bote de un balón y el rechinar de los tenis; así como una potente voz -No dejen que los intimide, intenten meter una canasta.

Al entrar pudieron ver a varios alumnos con el uniforme de Samezuka, unos estaban sentados en las bancas, hidratándose o esperando su turno y otros estaban en la cancha -Vamos, Rin es solo uno -la potente voz de un chico de cabellos naranjas y ojos ámbar intentaba dar les confianza.

-No te sobre esfuerces -y para sorpresa de muchos a lado de este, con una tabla en manos y viendo de reojo a los muchachos, estaba un hombre de cabellos oscuros al igual que sus ojos.

A Rei aquel hombre se le hacía conocido, de su primer día de clases el recordaba que él y su padre se habían hablado -Ah… Midorima-san -le habló al castaño a lado suyo -Disculpe, pero -no estaba seguro si era correcto preguntar -¿Quién es ese?.

Makoto al escuchar la pregunta, con la acostumbrada amabilidad de siempre sonrió -Ese es Nijimura-san -le vio de reojo -Es el director de la escuela de Teiko.

Rei se sobre salto, no podía creer que su padre conociera al director, ahora le sería mas difícil ocultarle el hecho de que jugaría basquetbol.

Notas finales:

Siguiente capitulo:

"Los ojos grises se mantuvieron en la tabla mientras pensaba en lo que diría, no quería provocar más traumas de los que ya predecía venir -Todos son buenos jugadores y… Les aseguro que tienen un lugar en el equipo de Samezuka -les vio -Pero aquí no vinieron a escuchar eso -Nijimura vio de reojo a varios alumnos tensándose, por pura reacción -Vinieron a que fueran los representantes de la escuela principal no de una de las sedes así que los siguientes nombres serán parte del equipo de Teiko.

Al momento todos suspiraron, entre tensos y cansado, pero viendo de reojo al chico de cabellos magenta; Rin Murasakibara era una leyenda en aquel deporte, hijo de dos grandes jugadores de la generación de los milagros, por eso todos clavaban su mirada en él; con una combinación entre enojo, odio y admiración pues estaban seguros que él estaría entre los nombrados."

 

Gracias por leer :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).