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NUNCA ES TARDE por LaureenSaif

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Ere una noche tranquila de verano, la ligera llovizna levantaba el agradable aroma a tierra mojada del patio, provocando que la pareja dueña de la casa se acercara más el uno al otro. 

Sentado entre las piernas les piernas de su esposo con uno de los largos brazos de este rodeándolo por la cintura, al emperador solo le paso una idea por la cabeza “Parezco un niño”. No entendía cómo podía ser tratado como un niño en el regazo de su padre, a Akashi Seijurou no podía pasarle eso porque... 

–Aka-chin –interrumpió sus pensamientos la infantil voz de quien se recargaba en su hombro -¿Vas a aceptar el trabajo de tu papá?.   

Al escucharle un suspiro de cansancio salió de sus labios, aquel tema le había dado vueltas en la mente por toda la semana no quería encargarse de toda la empresa pues le sería más pesado que solo encargarse de la sucursal en Saikido –Está empezando a enfermar –pero él era racional, no quiso verlo solo se acurruco en el gran pecho del pelimorado, ahí podía sentir como subía y bajaba con forme a su respiración, aquello lo hacía sentir protegido –Si no mantengo la empresa –solo pensarlo le provoco casi un nudo en la garganta –Muchas personas p-perderán sus trabajos y… -en ese momento el emperador se había perdido, ya no se sentía el pensar en aquellas personas que por su egoísmo de tener una familia feliz sufrirían, lo hacían bajar sus defensas, al parecer ese lado dulce e infantil de Murasakibara le había ablandado el corazón.   

Guardo silencio cuando un par de labios tocaron los suyos –Si para Aka-chin está bien-le sonrió el más alto –También para mí –el pelirrojo apenas tuvo tiempo para pensar cuando volvió a sentir un beso intenso, profundo sumamente más pasional que el anterior, Atsuki sabia como quitarle el aliento y en este beso parecía no detenerse. 

En ese momento como odiaba las manos del pelilila, ¿Por qué debían ser tan grandes? A comparación de las suyas, eran tan grandes que podía arrancarle la ropa con una sola mano si se lo proponía, pero él no era así; parecía disfrutar de “torturarlo”. Contorneando sus piernas con la yema de sus dedos iba desde la pantorrilla a la rodilla y de ahí hacia dentro del muslo haciendo lo estremecer.   

El emperador no supo en que momento termino a horcadas en él, abrazándolo por la cintura con sus piernas –A-Atsuu-ki –jadeando apenas su nombre mientras intentaba mantener el tono de su voz –V-vamos al cuarto –susurro aferrándose a la playera de quien le mordía el cuello y seguía pasando sus manos por todo su cuerpo –L-los niños.  

-¿Al futon? –le preguntó aun con su tono infantil pero malicioso –Pero está lejos –aunque se seguía quejando ya se había puesto de pie para llegar al cuarto y cerrar con fuerza la puerta corrediza pues estaba muy enfrascados en aquel beso tan intenso que apenas podían respirar. 

Ya acostados en el suelo, Seijurou pasaba sus manos entre el largo cabello lila, jalando de vez en cuando provocándole escalofríos desde la nuca hacia toda su espalda –Aka-chin –gruño el ex-As de Yosen –No hagas eso –gimió apenas mientras hacía para atrás la cabeza.   

-¿Por qué no Atsu-chin? –sonrió divertido por usar aquel apelativo infantil que su pareja solía utilizar –Noto que te gusta –aseguro mientras movía su cadera restregándose lento y sensual contra el miembro del más alto.   

Entre besos y caricias de Atsuki, el cuarto se iba llenando de gemidos y jadeos, manteniendo al pelirrojo de rodillas sobre el colchón –Eres cruel Aka-chin –jadeo cerca de su oreja mordiéndole un poco –Olvidaste la ropa interior –añadió al meter su mano bajo la yukata gris, sacando un fuerte sonrojo al usuario que al recordar escuchar a su esposo llegar con los niños de la clase de natación, apenas tuvo tiempo de ponerse algo para recibirlos. 

Los gemidos se hicieron más presentes en el cuarto, el placer era tanto que apenas podía controlar su voz, excitado por el tacto cada vez más intenso –A-Atsu –apenas pronuncio –A-atsuki –permitiendo al líquido salir manchando su mano.  

Akashi respiraba agitado mientras miraba al techo, tomo los kleneex que estaban sobre el mueble a lado de su cama y los uso. No era la primera, ni sería la última vez que tenía una fantasía con el titán de Teiko.   

“Casi no estas…” El día de hoy tenía mucho que hacer, la reunión con los inversionistas para decidir a qué otros países decidirían exportar estaba a un par de horas de empezar, usaría la corbata azul daría más paso a la conversación y eso es lo que necesitaba, así que salió de su habitación ya arreglado, donde se encontró a su secretario –Buenos días Reo.   

-Buenos Días Sei-chan –le sonrió el pelinegro con una coqueta sonrisa en los lindos labios –Tienes que checar las propuestas de mercadotécnica –le informo –Y ya llegaron los estados de resultado de las tiendas de Iwatoby y Tokio.   

Saliendo ambos del departamento subieron al elevador, “Ya no nos vemos” subiendo casi de inmediato al auto una vez fuera del edificio donde el chofer los esperaba –Hay un nuevo sistema para las cajas, revísalo cuando tengas tiempo –comento Reo mientras veía la Tablet ajustando la agenda del pelirrojo por si había alguna novedad que ajustar. 

-Lo estudiare ahora –dijo despreocupado Akashi mientras veía su teléfono “Siempre estas ocupado” –Reo… –alcanzo a decir antes de ser interrumpido. 

–No –fue la respuesta del pelinegro quien ya sabía que le iba a decir pues era la misma pregunta de siempre –No ha entregado los papeles del divorcio –al escucharlo el ojo bicolor sonrió, sentía como su corazón dejaba de tener ese nudo que lo hacía comprimirse por las mañanas pues sabia de alguna forma que su esposo aun lo quería.   

“Akashi Seijurou:   

Me alegra que puedas ser entrenadora del equipo, agradécele a Aida, aunque convencer a un nuevo jugador suena a un perfecto reto”   

Es lo que alcanzo a leer en el mensaje de texto que había escrito su padre, no entendía bien porque su hermana insistió que formaran un grupo en el telefono, si de todas formas el no tenía mucho que decir y su padre contestaba de “de vez en nunca”.   

"Rin Murasakibara:   

Dad, no se porque sugeriste a nuestro primo, tus razones haz de tener"   

Fue todo lo que se le ocurrió escribir le gustaba pasar desapercibido pues quien se la pasaba escribiendo era Gou sin embargo admitía que enterarse de los dilemas de sus contrincantes era una buena ventaja.  

-Rin-senpai -escucho a su izquierda a Nitori, quien junto a sus compañeros de equipo; Sousuke (su mejor amigo desde la primaria), Minami y Uozumi –¿A dónde va Sousuke-senpai?.  

Ante aquello, el pelimagenta levanto la mirada -¿Sousuke, a donde vas? -el azabache tenía el plato a medio comer y si lo conocía bien, eso no era normal de su parte. 

–Iré por unos documentos que Seijuro mi pidió –desvió la mirada mientras hablaba -Nos vemos en clases –y sin más se fue. Apenas salió de la cafetería y empezó a teclear en su celular.  

"Sousuke Kiyoshi:  

Nos vemos en las canchas, no llegues tarde o me puedo perder."   

Sin embargo, dentro del edificio no entendían el actuar de Sousuke, iban a discutirlo, pero se contuvieron al escuchar la peculiar voz de su capitan -Chicos, ¿Qué tal está el curri el día de hoy? 

-¿Seijuro? -arqueo la ceja Minami al verlo pues tomaba asiento con ellos –¿No Sousuke iría a dejarte algunos documentos? 

Ante la pregunta el pelinaranja negó –A mi no –y sin pena empezó a comer, despreocupado por lo dicho de su esquipo.  

Sin embargo, esto no pasó desapercibido por Rin, algo le estaba ocultando Sousuke, si bien lo pensaba desde el día anterior en que empezaron las clases, estaban en el dormitorio y mientras el acomodaba sus cosas en el escritorio y cama, Sousuke le dedicaba sonrisas tontas a su teléfono en cada mensaje. Eso no era normal en el.  

Mientras Rin pensaba en que ocultaba su amigo, su hermana menor, Gou llevaba toda la mañana sin entender el mensaje, su padre solía decir más de lo que pretendía –Reto –balbuceo mientras se daba un sorbo a su bebida. 

-¿Kou? –le vio sin entender su amiga que estaba frente a ella -¿Aun pensando? -le insistió Chigusa. 

La pequeña Murasakibara quien solo asintió –Quiero entender, la primera parte es directa y sincera –sonrió agradecida –Pero la segunda –apenas murmuro –Un perfecto reto.  

En ese momento pudo escuchar frente al salón una voz muy familiar –¡Rei-chan! –era Nagisa quien le hablaba muy animado al hijo de Aomine y como si un click se escuchara en su cabeza. 

Ya entendía que hacer -¡Vamos con Haru y Makoto! –y sin importarle que Chigusa estuviera almorzando la tomo de la muñeca la empezó a jalar. 

-¡Espera! ¡Kou! –llamando así la atención de todos, las dos chicas salieron como rayo del salon.   

Incluso Rei que había empezado a comer se les quedo viendo. 

–Rei-chan –le llamo su atención el compañero de atrás –¿Puedo almorzar contigo? -era Nagisa que se negaba a dejarlo en paz. 

Desde que salieron del salón de gimnasia y regresaron el insistió en hablarle, incluso entre clases, así que ante su pregunta el peliazul desvió la mirada dispuesto a pasarlo por alto mientras se ponía de pie –Haz lo que quieras –claro el rubio lo tomo como un si pues desde que se enteró que era Aomine tenía miles de preguntas que sin duda le hizo sobre qué posición era la que ocupaba, cuantas horas jugaba básquet, prefería una cancha normal o las callejeras donde había todo tipo de contrincantes. 

Ya Rei estaba hartando y simplemente exploto –¡Yo no hago eso! –le dijo molesto, estaban justo bajando las escaleras –Solo practico deportes hermosos y el basquetbol no tiene nada… NA-DA DE HERMOSO! –esas mismas palabras le había dicho a su padre hacia años, pero él sabía que había algo mas no solo era por ese extraño gusto por las cosas hermosas y perfectas sino había algo más.  

Después de haberle gritado, sintió una catarsis personal, como si todo el estrés de las últimas semanas se hubiera desvanecido en aquel grito y ahora respiraba más tranquilo. Sin embargo, un remordimiento de conciencia se hizo presente, le grito a Nagisa un chico que acababa de conocer y a quien le había gritado como si él fuera el causante de todos sus problemas, desvió el rostro y cubrió su boca, tenía miedo y vergüenza por haberse comportado así.  

-Rei-chan –le hablo Nagisa que tras escuchar aquel grito sonrió, ahora el pelizaul parecía un libro abierto -Disculpa, no sabía que te sentías tan incomodo por el tema –ante ellos un silencio tan incomodo que Rei solo quería una cosa, que se lo tragara la tierra tan profundo que nadie lo volviera a ver.  

Pensó que así estarían, hasta que de las escaleras se dejo ver al pelinegro de la otra vez –Haru-chan –alcanzo a decir Nagisa pero el no dijo nada solo camino decidido hacia ellos. 

–¡Hey! ¡Haru! –lo quiso detener Makoto pero ya parecía ser muy tarde pues había parado frente a Rei con el ceño fruncido. 

–Te reto –fue lo que le dijo dejando impresionado a todos –Escoge un deporte y si te ganamos, te meterás al equipo, si perdemos te dejamos en paz.   

Nagisa se quedó impresionado, nunca había visto a Haruka de esa manera, estaba determinado y decidido, nada lo ponía así a menos que se relacionara con alguna competencia de natación. 

–Acepto –fue la respuesta inmediata de Rei, no quería nada relacionado con basquetbol, jamás en su vida. 

A esto, con ese instinto de madre tan fortificado como lo tenía, Makoto solo vio preocupado a ambos chicos, ahora esperaba que todo saliera bien.  

 

 

Notas finales:

Siguiente capitulo:

-Típico de un Aomine -atrás de Nagisa, uno de los tres alumnos que no era el pelinaranja ni el azabache, sino el mismo chico con quien vio hablar a Kuroko hace dos días, camino a el -Si estas tan seguro que le vas a ganar, por que no compites con el? -sonrió demostrado le sus dientes de tiburón -Mine-chin.

 


Graicas por leer hasta la proxima :3


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