Aún recuerdo mi primer día en mi actual trabajo, se me presentó ante el equipo de trabajo del que yo sería parte, todos me recibieron con una gran sonrisa, aunque entre todos ellos se encontraba un chico de cabello azabache y ojos color miel, éste chico en particular me miraba como si fuese la cosa más aburrida del mundo, incluso bostezó algunas tres veces mientras me presentaba, sabía que yo no era todo carisma, ni sonreía mucho, quizás le daba la razón en que yo no era una persona muy interesante, pero verlo actuar de esa manera cuando los demás me sonreían con sus características sonrisas de educación, llamó mi atención; cuando terminé de presentarme frente a todos tomé mi lugar que casualmente estaba al lado de ese chico, algunos compañeros de trabajo se me acercaron para presentarse ante mí, no quería ser maleducado y ellos estaban siendo realmente amables pero quería empezar mi trabajo sin distracciones, no me atrevía a callarlos porque no quería ser grosero, mucho menos ganarme enemigos en mi primer día de trabajo, de pronto cuando menos lo esperé el chico de cabello azabache volteó hacia nosotros frunciendo el ceño.
- ¿Ya es la hora de la comida?- miraba su muñeca donde tenía su reloj- ¡oh, miren eso! Aún no es la hora de la comida, así que quizás deberíamos trabajar porque estamos en un trabajo, en vez de coquetear con el nuevo empleado
- ¡Oh, Takano eres un tirano!- chillaba una chica sonrojada
- Takano-san, usted sabe que tengo esposo, solamente queremos hacer que el nuevo sienta un ambiente agradable- soltaba una risilla una señora
- ¿Qué pasó, Takano? A mí me encantan las mujeres- reía el muchacho
- ¡Que seriedad! Ya te dije que te saldrán canas, te habla la voz de la experiencia, no te gustará- sonreía el hombre mayor
- Dejaré la seriedad cuando ustedes se tomen en serio sus trabajos- volvía a su trabajo
- Entonces perdónanos por causarte una pronta vejez prematura- reía el muchacho
- ¡Keita!- lo regañaba la chica- ¡deja en paz a Takano! Tiene razón debemos trabajar
- ¿Y tú empezarás tu trabajo o solamente eres una cara bonita para decorar el lugar?- me preguntaba alzando una ceja, mirándome fijamente con esos ojos miel, era un insolente
- Trabajaré, creí que la cara bonita del lugar era usted- respondí serio, no me intimidaba
- ¡Shizuku-san es un digno oponente para Takano-san!- reía el hombre mayor desde su lugar
- Será un digno oponente cuando lo demuestre con su trabajo- apoyaba su cabeza en su mano mientras leía unos papeles, restándome importancia
No entendía el por qué todos reían y se divertían con la horrible actitud de ese chico, ninguno parecía sentirse ofendido de alguna manera, incluso él no parecía bromear cuando les decía esas insolentes palabras a los demás, me sorprendía cada vez más con ese chico, llamó a varios de sus compañeros incompetentes, buenos para nada y vagos, lo peor es que a ellos parecía no importarles, ese tal Takano era un imbécil y no le iba a dar el gusto de verme por debajo.
Mientras trabajaba, Takano se recargó en mi hombro observando lo que hacía, lo miré fijamente con mi habitual seriedad esperando a que se quitara, apuntó hacia los papales que tenía en la mano.
- Está mal- me hervía la sangre
- ¿Disculpa?- no aparté mi mirada de él y él me miró directamente a los ojos
- Oh, Shizuku, si bastará con una disculpa no habría policías en el mundo- me quitó los papeles de las manos- el formato está mal, el tamaño de letra está mal, el jefe está algo ciego, te hace falta incluir algunos datos, debes anotar los precios por unidad y la cantidad total, no solamente los valores por unidad, te falta además especificar las tiendas de cada grupo de ejemplares y un diagrama para ilustrar mejor la información- me devolvió las hojas- sé que eres un novato pero existen límites en la mediocridad
¡Lo odiaba! Era tan odioso, estúpido y egocéntrico, lo ignoré y seguí con mi trabajo, no me apetecía para nada seguir escuchándolo, traté de mejorar algunas cosas en ese informe porque debía admitir que realmente no estaba haciendo las cosas bien pero no iba a pedir su ayuda para nada. Volvió a recargarse en mi hombro, estaba a punto de denunciarlo por invasión de mi espacio personal.
- ¿Se le ofrece algo? Creí que usted era el que decía que en el trabajo debíamos trabajar- me lo quité de encima de un movimiento
- ¿Por qué no haces las correcciones que te indiqué?- alzaba una ceja
- Porque es mi compañero de trabajo y no mi jefe- respondí sin mirarlo, estaba enfocado en mi trabajo
- Llevo más tiempo que tú aquí, así que es obvio que sé más que tú en cuanto al trabajo- se estiraba en su lugar- pero si deseas que el jefe te llamé la atención por tu incompetencia, adelante- volvió a su trabajo
Habían pasado un par de semanas desde que ingresé a esa empresa, todos eran muy amables conmigo a pesar de que yo era muy serio y no sonreía mucho, también parecía que disfrutaban cada vez que Takano y yo teníamos un pequeño altercado, pero eso no me molestaba, lo que realmente me hacía enojar era que en todo momento Takano se veía relajado e incluso algunas veces se veía que disfrutaba molestarme, nunca perdí la compostura, ni mi seriedad ante él pero de alguna manera sentía que yo iba perdiendo contra él, aunque sabía que no estábamos compitiendo o algo así me sentía derrotado.
Un día el jefe nos anunció que pronto tendría una junta y nos confió a Takano y a mí el cargo de unos papeles importantes, aunque se suponía que debíamos trabajar en conjunto decidí trazar mi línea y repartirnos el trabajo sin tener que hablarnos mucho, no lo soportaba, mucho menos cuando se ponía en plan de mandamás, confiaba lo suficiente en mis habilidades para tener mi parte del trabajo lista para la junta, presentable y con buena calidad.
Takano se empezó a estirar a mitad del trabajo, después me volteo a ver, yo trataba de ignorarlo aunque podía sentir como me miraba fijamente, terminé una hoja y la dejé en una pila de hojas terminadas junto a mí.
- Eres algo antipático ¿verdad?- recargaba su cabeza en ambas manos y suspiraba
- Creo que usted ha robado mi línea, Takano-san- ni siquiera volteé a verlo
- Discúlpame- eso me había tomado por sorpresa, volteé a verlo, sorprendido- si te ofendí con las cosas que digo, si te hice sentir incomodo, normalmente a nadie aquí le molesta que sea así, no quiero que pienses que te odio o que te veo por debajo de mí, creo que puedo llegar a ser un poco duro cuando se trata del trabajo, pero espero mucho más de las personas así como lo espero de mí en cuanto al trabajo, los demás no me toman muy enserio pero veo que a ti te ha afectado- me miraba fijamente- trataré de ser menos rudo contigo, Shizuku
- Si bastara con una disculpa no existirían policías en el mundo- lo ataqué con sus propias palabras después de un largo silencio, después volví a mi trabajo sin voltearlo a ver, soltó una pequeña risa apenada
- Supongo que tienes razón- volvió a su labor también
No tenía idea de qué cosa se traía ahora entre manos Takano pero que no crea que me haré su amigo simplemente porque se está disculpando o algo así, estamos obligados a ser compañeros de trabajo pero no planeo que las cosas salgan de ahí…o al menos ese era el plan, porque las cosas no siempre suceden como uno desearía, sobretodo nosotros no mandamos en nuestro corazón y muchas veces no podemos controlar lo que llegamos a sentir por alguien.
El jefe se acercó a nosotros para ver que tal nos iba con los papeles que nos pidió, estaba justo a tiempo puesto que ambos habíamos acabado nuestro labor, el jefe tomó los papeles gustoso echándoles un vistazo, nos aseguraba que se sentía aliviado puesto que pronto se llevaría a cabo la junta, aunque de un momento a otro el jefe volteó a mirarnos con molestia, mejor dicho me miraba a mí con la molestia plasmada en su expresión facial.
- ¡Qué significa esto?- gritaba molesto azotando su mano con la hoja sobre el escritorio
- ¿De qué habla?- me sentía un poco confundido, aunque no intimidado por el tono de voz de mi superior
- ¡Este informe está todo mal!- seguía gritando, era un hombre muy escandaloso- ¡la junta será dentro de nada! Me imagino que fue tu error, Shizuku- me acusó mirándome con furia, parecía que quería arrojarme el papel en la cara- ¡por supuesto! Takano nunca se equivoca, tiene ya tiempo suficiente aquí para saber cómo se hacen las cosas- se sobaba las sienes- si no sabes hacer tu trabajo deberías haber pedido ayuda ¿acaso quieres perder tu trabajo?- bien, eso me había preocupado, no quería ser despedido
- ¡Oh, disculpe!- intervino Takano tomando el papel de las manos del jefe- fue culpa mía- veía el papel detenidamente- como lo suponía, le pasé mal las cantidades a Shizuku y le dije que cambiara el formato, me confundí, supongo que cuando me preguntó yo estaba muy concentrado en mi trabajo para notar que le estaba dando información errónea- hacía una ligera reverencia- pero no se preocupe, tendremos lista la corrección de estos papeles para ayer
- Bien, supongo que lo dejaré pasar esta vez pero lo quiero para hace tres días ¿entendido?- se marchó después de hacer esa ridícula petición
Miraba fijamente a Takano, estaba realmente sorprendido, él estaba totalmente enfocado en corregir los errores que había cometido, sentí algo extraño en mi pecho.
- Mira, si quieres decir gracias o algo dilo y ayúdame a corregir esto porque yo sólo no lo tendré para hace tres días- ni siquiera me había volteado a ver de lo concentrado que estaba
- Gracias- le agradecí sinceramente, sonriendo, y tomé la mitad de los papeles para corregirlos, de pronto noté que Takano me miraba sorprendido- ¿por qué pones esa cara tan chistosa?- alcé una ceja, confundido
- ¿En serio me diste las gracias y sonreíste?- no cambiaba su expresión
- Así es, estoy realmente agradecido- suspiré- ¿sabes? No pareces tan mala persona después de todo, aceptaré tus disculpas anteriores como pago por tu buena obra, claro, solamente si aún lo sientes
- Sí, lo siento- aseguró asintiendo
- Pues estás disculpado- sonreí, Takano me volvió a mirar con esa cara chistosa- ahora ¿te importaría explicarme mis errores para corregirlos, compañero?
- Será un placer, compañero- sonreía, algo en mi pecho se sentía muy cálido, tanto que casi me quemaba
Terminamos los papeles a tiempo, el jefe estaba realmente complacido, como si nunca hubiésemos cometido ningún error, hasta nos felicitó por nuestro buen trabajo, aunque debía admitir que la mayor parte del crédito era de Takano.
Pasaron los días, las semanas, los meses, Takano y yo nos habíamos convertido en buenos amigos, yo me tomaba más a la ligera su actitud en el trabajo, aunque él también disminuyo sus frías palabras, sarcasmos e insolencias, solo un poco, después de todo ese era el Takano que todos conocíamos, incluso yo no cambié mucho tampoco, no era un chico muy sociable ni sonreía mucho pero todos estaban acostumbrados a eso, lo que cambió demasiado fue que ahora éramos buenos amigos y todos disfrutaban más de eso que de nuestras antiguas peleas.
Con el tiempo también había algo dentro de mí que había cambiado, pasé de no soportar a estar junto a Takano a ser muy feliz a su lado, me empecé a enamorar de él poco a poco hasta que eso se convirtió en algo más serio, yo no quería conformarme con la simple amistad que teníamos, quería ser algo más, quería ser importante para él como él lo era para mí, quería que su primer pensamiento al despertar y al dormir fuera yo como él lo era para mí, incluso quería pasar el resto de mis días a su lado…aunque él no pensara de esa manera en absoluto.
Ya habían pasado un par de años de convivencia laboral y en algunas ocasiones fuera del trabajo, cuando Takano cumplía años me enfocaba en darle el mejor regalo que se me pudiera ocurrir, cuando nos encontrábamos en la oficina algunas veces dejaba de sus dulces favoritos en su escritorio o las bebidas que le gustaban, incluyendo el café, siempre di lo mejor de mí para que él pudiera enamorarse de mí, pero las cosas no son siempre como uno desearía, algunas veces por más que te esfuerces no puedes conseguir lo que quieres, aunque eso duela mucho, no siempre es algo malo, quizás la vida te tiene preparado algo mejor que lo que deseas, en mi caso, aunque yo no lo sabía, la vida me tenía preparada a una persona maravillosa que, de alguna manera, compartía lazos de sangre con mi primer amor.
- ¿Cómo es que mi hermano últimamente no puede conservar un solo trabajo?- Takano se quejaba mirando su teléfono celular
- ¿Tu hermano?- pregunté sin despegar mi vista del monitor de la computadora- oh, es verdad, el chico que, cito, “se fue con mi mamá porque es un mimado y yo tuve que quedarme con papá”
- Exacto, ese mismo- suspiraba, tecleando en su celular algo
- Ijuuin Kai ¿no?- me estiré en mi lugar dándome un descanso para conversar con Takano
- Ijuuin Kyo- me corregía guardando su teléfono celular en su bolsillo- pero ya no hablemos de mi problemático hermano que me da gastritis- se sobaba las sienes- creo que iré a fumar ¿puedes cubrirme?
- Nada de eso- me negué frunciendo ligeramente el ceño- mejor te iré a traer algo de beber y un bocadillo, no tienes nada en el estómago y quieres agregarle tabaco- me levanté de mi lugar y Takano me detuvo tomando mi mano, mi corazón empezó a latir desenfrenado con ese simple toque, quería apretar su mano y sentir su calidez, ese simple toque era capaz de doblegarme ante los deseos de Takano
- No tienes que cuidarme como si fuera mi madre- reía Takano- si tienes tiempo para perder comprándome un bocadillo bien podrías terminar tu trabajo, perezoso- su mano seguía sujeta a la mía, me costaba pensar claramente
- Me lo dice quién quiere perder su tiempo acortando su esperanza de vida con un cigarrillo- quiero besarlo, quiero confesar mis sentimientos y que lleguen a él
- Me atrapaste ahí- volvía a reír- bien, bien, sé que tú me quieres y quieres mi bienestar y por eso no te responderé mal- soltaba mi mano, yo quería seguir sintiendo su calidez- esta vez invitas tu pero te aseguro que uno de estos días te llevaré a comer para compensártelo- sentía mis mejillas acaloradas, eso era algo así como…¿una cita?- conozco un lugar asombroso, tiene un gran ambiente y muy buena comida- me sonreía, deseaba que esa sonrisa fuera solamente para mí
- C-Claro- traté de relajarme y hacer que mi corazón latiera a una velocidad normal de nuevo- dalo por hecho- sonreí- iré por unos bocadillos
- Oh, que linda tu sonrisa- él no sentía esas palabras tanto como yo las sentí, y me destrozaría el corazón dentro de poco- deberías sonreír más seguido, te ves realmente lindo sonriendo, hasta parece un milagro
- Deja de ser un idiota- me quejé sonrojado, desviando la mirada- bien, bien, ahora regreso- me detuve antes de marcharme- ¿Takano?
- ¿Sí? Ya sabes lo que me gusta, no tienes que preguntármelo- miraba fijamente el monitor de su computadora, trabajando
- No es eso- bajé la mirada avergonzado, no podía creer lo que iba a hacer- quiero hablar contigo de algo muy importante a la hora de salida- tragué en seco- ¿crees que puedas regalarme algunos minutos?
- Eso suena un poco aterrador- se quejaba Takano con un tono preocupado- pero claro que te regalaré algunos minutos, tratándose de ti podría darte incluso horas- me sonrió
- Muchas gracias- sonreí, Takano sacó su teléfono celular y me tomó una fotografía, fruncí el ceño
- Disculpa pero una oportunidad de verte sonreír más de una vez en un día es demasiada como para no tomar una foto- reía Takano
- Que gracioso- me quejé retirándome
El resto del día había pasado de forma tranquila, era un día un poco aburrido para todos en la empresa, aunque no para mí, estaba realmente nervioso, sabía que a la hora que terminara nuestra jornada laboral finalmente le confesaría mis sentimientos a Takano, debo admitir que tengo mucho miedo de lo que pueda pasar, muchas veces durante el día pasó por mi mente decirle a Takano que era una broma y que no quería hablar con él, pero no me retractaría ahora que había conseguido el valor suficiente para declararme, ya no podía contener mis sentimientos más, cada día era más difícil, aunque no mostrara mucho mis sentimientos o expresiones, era muy difícil mantener la compostura cuando se trataba de ver a Takano sonreír; finalmente la hora de salida había llegado, mi corazón latía furiosamente, toqué mi pecho y suspiré, Takano se acercó a mí un poco preocupado preguntándome si estaba bien, le aseguré que lo estaba y le pedí que saliéramos del edificio para tener un poco de privacidad, ambos salimos del lugar y nos detuvimos frente a la fuente de un parque, Takano lucía un poco preocupado pero ante mis ojos seguía viéndose tan bien como siempre, inhalé profundamente para después soltar un gran suspiro, iba a hacerlo, al fin Takano se enteraría de los sentimientos que he estado ocultando por mucho tiempo, trataba de acallar los furiosos latidos de mi corazón sin tener éxito, lo miré fijamente llamándolo por su nombre por primera vez.
- Masamune, hay algo muy importante que tengo que decirte- hablaba seriamente, quería que me tomara en serio
- ¿Está todo bien, Shizuku?- me miraba preocupado- debo confesarte que estoy un poco angustiado, incluso me has llamado por mi nombre
- Me disculpo si te molesta que te llame de esa manera- quería bajar la mirada avergonzado pero no me lo permití, seguía sosteniéndole la mirada a Takano, quería transmitirle mis sentimientos y que viera que iba en serio
- No me molesta, tu sabes que somos amigos, puedes llamarme por mi nombre si lo deseas- Takano trataba de sonreír pero aún no podía ocultar esa expresión de preocupación
- Amigos…- repetí para después dar un suspiro- eso es lo que somos ¿verdad?- él asintió lentamente, me miraba con confusión- al menos es lo que somos ahora
- ¿Q-Qué estás tratando de decirme?- preguntaba abriendo los ojos con sorpresa
- Masamune, llevamos mucho tiempo conociéndonos- sentía como mi voz sonaba un poco insegura pero no desvié la mirada en ningún momento- hemos sido compañeros y amigos, hemos disfrutado de muchas cosas juntos y hemos pasado por varias situaciones, hemos desarrollado un vínculo de alguna manera
- Shizuku, por favor, yo…- lo interrumpí, estaba decidido, lo haría, se lo diría, estaba tan decidido que ni siquiera me di cuenta de lo que sucedía
- Takano Masamune, te amo- lo dije, ya no había vuelta atrás, debía seguir con esto- te amo tanto, no tienes idea de cuánto tiempo he tenido que callar estos sentimientos por temor, pero por fin puedo decirlo, estoy enamorado de ti, quiero estar junto a ti, quiero que seamos más que amigos, confidentes, amantes, siento que eres quien me va a hacer muy feliz y espero hacerte muy feliz, yo ya no quiero que seamos solamente amigos
- Mmm…Shizuku- algo no andaba bien en el ambiente, su mirada delataba un poco de tristeza- de alguna manera me imaginaba que las cosas serían así, me lo temía- desviaba la mirada, no podía siquiera verme- no estoy seguro de qué decirte… no quería que las cosas se dieran de esta manera pero es demasiado tarde- me miró con compasión y lástima, esa mirada me dolía, no era la que amaba- mira, Shizuku, si me preguntas si me gustas, sí me gustas, eres un chico muy lindo, amable, responsable, te tengo mucho cariño…- suspiraba- pero lamentablemente no puedo corresponder a ese amor que tu sientes, lo que yo siento por ti y lo que tu sientes por mí es muy diferente, además hemos sido amigos ya por un tiempo y no creo que pueda verte de otra manera que no sea como a un hermano o algo parecido, perdóname Shizuku, perdóname por no ser quien te haga feliz, no quería que las cosas fueran así, intenté evitar que esto pasara pero… cuando me di cuenta fue muy tarde, no te amo de la manera que tu esperas- eso era demasiado para mi corazón, no podía creer que estuviera viviendo este momento, quería despertar si se trataba de una horrible pesadilla, tenía tantas ganas de gritar y llorar, pero como siempre no podía permitirme perder la compostura- sé que no quieres escuchar esto de mí pero estoy seguro que encontrarás a la persona que te hará feliz y a la cual podrás hacer muy feliz, ambos se amarán de la manera que esperan, compartirán algo muy especial, lo nuestro nunca funcionaría Shizuku, aunque ahora no lo puedas apreciar, así es, sé que estas cosas suceden pero no quería ser yo quien te diera un golpe tan duro, perdóname- sus ojos se veían algo cristalinos, él no debería sentirse mal, yo soy el que está siendo rechazado, soy yo el que dio el corazón en esta patética confesión, yo soy el que ahora siente como si fuera a morir en cualquier momento, entre más se disculpa, entre más me mira con esos ojos, me lástima, me hace más y más daño, pulveriza mis ilusiones, mi corazón, hasta mi alma
- Oh, descuida, deja de disculparte- traté de sonreír lo mejor que pude- no quiero ser grosero pero es bastante molesto que te disculpes una y otra vez- suspiré, quería sacar todo el dolor que tenía adentro con ese suspiro pero era inútil- no te preocupes, ambos somos adultos, dejemos esta situación como si no hubiera sucedido, somos lo suficientemente maduros para seguir con nuestra relación laboral- le extendí la mano, mi mano temblaba- me alegra haber podido sacar esto de mi pecho, no tienes que corresponder mis sentimientos, con escucharlos es suficiente- es una vil mentira y lo sé, quiero huir- entonces ¿estamos bien?- traté de sonreír sin bajar mi mano, Takano me miró con preocupación y tomó mi mano lentamente, dolía demasiado, tocarlo y aun así saber nunca podré tenerlo- bien, creo que ya es tarde, si no me doy prisa perderé el autobús- salí corriendo adentrándome más al parque, solamente pude escuchar a Takano gritar mi nombre a lo lejos, sabía que estaba corriendo en dirección contraria pero no soportaría ir junto a él todo el recorrido hasta nuestras casas
Corrí y corrí hasta que ya no pude escuchar la voz de Takano, me detuve frente a un gran árbol, trataba de regularizar mi respiración y toqué mi pecho, dolía mucho, mucho, quería abrirlo y sacar mi corazón de ahí, para que dejara de doler, me recargué en el árbol, di un gran suspiro, como si eso fuera a ayudarme a sacar este dolor tan grande; de pronto sentí la presencia de alguien, levanté mi rostro para encontrarme con un chico de cabello castaño oscuro y ojos violetas, para mi desgracia era muy parecido a Takano, que desdicha, incluso lo veo en las demás personas.
- ¿Estás bien?- lucía preocupado, intentaba ver mis ojos- bueno ¿qué digo? Obviamente no estás bien, te rompieron el corazón- se tapó la boca- bien, lo siento, soy un idiota sin tacto- carraspeó- bueno, si quieres un hombro para llorar puedo prestarte el mío
- ¿Quién demonios eres?- me puse a la defensiva, no conocía a ese sujeto pero parecía que sabía muy bien lo que había sucedido hace poco con Takano
- Disculpa- rascaba su cabeza un poco apenado- soy Ijuuin Kyo, hermano de Masamune- suspiraba- sé que no debería meterme en donde no me llaman pero no pude evitar ver toda aquella trágica escena, vi a mi hermano saliendo de su lugar de trabajo y los seguí, me disculpo por eso
- Está bien, cállate, estoy harto de las disculpas- fruncí el ceño, bajando la mirada, aún dolía mucho
- Así que ahora que ya hice las presentaciones- le daba algunas palmaditas a su propio hombro- puedes llorar todo lo que quieras, tomaré la responsabilidad ya que se trata de algo ocasionado por mi hermano
- No quiero llorar- seguía mintiendo pero no podía bajar mis barreras ante un sujeto que ni siquiera conozco- además las cosas con Takano están…b-bien- sentía un nudo en mi garganta que me dificultaba hablar
- ¿Estás seguro?- me miraba preocupado, odio esas miradas de preocupación, odio el parecido entre ambos
- Así es- traté de tragar esos sentimientos pero no tenía éxito alguno- estoy bien, Takano y yo somos…somos…- sentía como empezaba a nublarse mi vista
- Mira, no tienes que contenerte- parecía que ese chico quería tocarme pero a la vez no- no tiene nada de extraño o malo que llores, al contrario, te acaban de romper el corazón, aunque seas un adulto es totalmente comprensible, no luches, solamente desahógate, prometo que yo te sostendré y te prestaré mi hombro
- N-No, somos…estamos…- sentía las lágrimas fluir, ya no aguantaba más, dolía mucho, ya no lo aguantaba- c-compañeros…somos…- empecé a llorar con todas mis fuerzas, tratando de quitarme este inmenso dolor, gritaba, lloraba sin parar- compañeros…- sentí como me rodeaban los brazos de ese sujeto
- Está bien, déjalo salir- me susurraba, apretando un poco más el abrazo
- Somos compañeros…- me aferraba a ese sujeto, llorar sin parar, no podía detenerme, me sentía ahogado en tanto dolor y desilusión, sentía como si mi corazón estuviera realmente roto- compañeros…- una de las manos Ijuuin acariciaba mi espalda tratando de darme un consuelo que no existía para mí
En ese momento no tenía idea de que me estaba aferrando a mi nuevo amor, ni sabía que Takano estaba viendo toda esa patética escena, solamente quería deshacerme del dolor, un dolor que no desapareció ese mismo día, ni el siguiente, un dolor que Kyo fue eliminando con su amor, un dolor que hoy solamente es un extraño recuerdo, incluso hoy en día, no recuerdo muy bien cómo se sentía, solamente recuerdo que yo mismo decía que no podría recuperarme nunca de ese dolor, pero lo hice, por más difícil e imposible que pareciera, me recuperé, soy muy feliz junto a Kyo y me alegra no haber perdido la valiosa amistad con Takano, aunque algunas veces parece que las cosas entre nosotros no son iguales y eso me duele un poco, es un dolor que sé que Kyo podrá curar, porque el curó mi corazón cuando más herido estaba, pero esa es otra historia.