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Un lazo que no pedí, aquella otra personalidad de mí por Almaschmetterling

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Notas del capitulo:

Mi notebook se mojó, tal vez muera en un par de horas asi que actualización de esto no se cuando llegue :c 

Lo  que Furihata recordaba era haber comido un chocolate que le había dado Takao, luego sintió un enorme calor en el cuerpo, parecido al celo ¿Acaso había sido un afrodisíaco? La última voz que recuerda haber oído fue la de Akashi antes de tener la mente completamente nublada.

¿Acaso termino acostándose con él? No podía ser… ¿Entonces había sido marcado por Akashi inconscientemente? Se sintió asqueado, la persona que amaba había abusado de él tomándolo por la fuerza, aprovechando que no estaba en sus cinco sentidos. Empuño las manos estando indignado y rabioso por la situación. Así no quería ser de Seijūrō, no de esa forma tan abusiva, le importaba una mierda que él  le marcase, no lo iba a aceptar de ese modo.

Miro la enorme habitación donde estaba, parecía que estuviese en una especie de prisión de oro  o así lo sentía, se movió y sintió fuerte un hormigueo en el cuerpo o eso creyó sentir mientras bajaba de la cama ¿Cuántas veces había abusado de él? Lo único que hacía era enojarle aún más. Necesitaba su ropa, solo tenía puesta una bata de dormir…

El susodicho apareció con una sonrisa algo boba, lo cual molestó más a Furi y termino golpeándolo en la cara.















—Has fracasado completamente Takao Nanodayo…—Midorima ajusto sus lentes mirando serio a su compañero tomando un poco de té verde tratando de pensar como rayos siendo tan hábiles en sus misiones habían fallado tanto en esta. —Definitivamente debí comprar un lucky ítem más grande.

Su acompañante frunció las cejas mirando intensamente a su compañero.

—Mi plan era perfecto, simplemente no había  premeditado que alguien más apareciera frente al chico chihuahua—Miro su propia taza de té realmente molesto con la crítica hecha por el más alto ¿Quién se creía que era? Lo único que hacía era comprar productos inútiles que supuestamente le traían suerte. — ¿Por qué no lo intentas tú? ¿No puedes verdad? No eres bueno con los asuntos amorosos, tú te guías totalmente por la estupidez de los signos, dijiste que eran incompatibles ¿Podrías tú Shintarō Midorima superar tus prejuicios y hacerlo?

Mirando  a Kazunari con cara de pocos amigos, Shintarō puso la boca en una perfecta línea, eso le había irritado bastante ¿Acaso realmente creía que por no ser tan social no podía juntar a aquella pareja de idiotas? Que no lo desafiara porque en desafíos el halcón seria el perdedor, no él.

—Bien, entonces yo los juntaré, te aseguro que puedo hacer lo que sea si Oha Asa esta de mi parte.

Su acompañante no pudo evitar una sonrisa algo boba en  ese momento aunque su mirada seguía siendo una desafiante.

— ¿Y si no lo estuviese?

—Lo estará Takao, yo siempre logro que la suerte se ponga de mi lado—Se mostró confiado ante su compañero quien aún le dedicaba esa sonrisita que tanto le irritaba a veces. Tomo el té que tenía en sus manos y fue a conseguir el objeto de la suerte del día que era un rollo de papel de baño, conseguiría el más grande imaginable.













— ¿Por qué me pegaste Kōki? ¿Aún estás enamorado de Aomine? —Se sobo la mejilla un poco sorprendido pero dolido de que Furihata le tratase mal aún ¿Acaso el efecto de esa droga aún no se iba?

— ¡¿Y lo preguntas?! ¡Me drogas…! Espera ¿Aomine? ¿Qué tiene que ver Aomine-san en esto? —Se cruzó de brazos mirando fijamente a Akashi un poco consternado.

Seijūrō boto unas lágrimas sinceras aunque no lo parecieran pero daban la impresión de que su reacción fuese una exageración.

—¡¡Es mi culpa yo lo sé!! ¡Pero mi otro yo pensó que no importaba la forma que fuese mientras nos uniésemos y aceptaras casarte conmigo…!  —Miro fijamente a Furi con la voz quebrada. — ¡Todo salió mal y te fijaste en Aomine-san lanzándote encima de él, insinuándote, liberando tu aroma…! ¡Fue horrible!

Negó con la cabeza reiteradas veces mirando a Kōki con una expresión muy adolorida. El chihuahua alzo las cejas hasta lo que más podían. ¿Entonces ni siquiera era de Seijūrō  era de otra persona que apenas si conocía? Se acercó un poco al lloroso león cambiaforma mirándolo fijamente a los ojos prácticamente clavando su mirada en la de este muerto de miedo a que su sospecha fuese verdad.

 — ¿No tengo ninguna marca en mi cuerpo? No me acosté con esa persona ¿Verdad? Por favor dime que lo impediste.

—No Kōki, no tienes ninguna marca…Perdóname, hice algo horrible.

A pesar de que Seijūrō parecía verdaderamente sentido él no podía perdonarle así de fácil cuando se sentía tan pisoteado de algún modo, su lado chihuahua gruñía de rabia e impotencia, lo habían manipulado completamente.

—¡¡CLARO QUE LO HICISTE!! ¡¡CASI SOY MARCADO POR UN COMPLETO DESCONOCIDO!! ¿¡CREES QUE UNA SIMPLE DISCULPA TE LIBERA DE TODAS TUS TONTERIAS!? —Gruño casi a punto de querer morderle, pero se contuvo.

El león hizo un largo suspiro en vez de agachar la mirada le sostuvo la mirada llorosa  y quebrada.

— ¡¿Entonces que querías que hiciera?! —Le encaró de manera firme— ¡Si te digo que estoy en serio enamorado de ti no me crees para nada! ¡Mi otra personalidad salió por causa tuya creyendo que había oportunidad contigo! —Apretó los puños a punto de volver a derramar lágrimas de nuevo pero se contuvo, siempre ha sido lloroso, miedoso y débil mientras a estado con Kōki (Al menos desde los 6 años) pero esta vez no lo seria. —Encima tú en ese estado cuando te dieron ese caramelo afrodisiaco, prácticamente dijiste que el amor que había para mí de tu parte era un estorbo. ¡¡Yo solo he querido intentar que entendieras que te quiero!! ¡Siempre te he querido y no como un amigo! ¡¡Siempre me he negado a mí mismo porque mi padre me dijo una vez que jamás podríamos ser novios!!

Estaba enojado a cada palabra que le decía al chihuahua quien le miraba entre sorprendido y un poco ¿Sonrojado? Al oírlo confesarse sobre sus sentimientos.

— ¿Cómo querías que te creyera si en un momento decías que me amabas, luego decías que amabas a Kuroko y también lo besaste? —Lo dijo en un semi puchero aun con la cara roja desviando un poco la mirada porque la de Seijūrō era demasiado potente para él, a diferencia de Akashi a él le costaba ser tan directo como este, siempre había sido de carácter algo tímido. —¡¡Siempre decías que amabas a Kuroko y que no me veías nada más que un amigo…y luego todo cambio!! ¡No sé porque cambiaste tanto y la verdad ese cambio me asusto bastante!

—Te lo acabo de decir; Yo tengo dos personalidades…Quien te decía que te amaba era mi verdadero yo. Yo te amo Kōki no he dejado de hacerlo desde que era pequeño, me di cuenta al verte con Kagami Taiga que realmente me sentiría horrible si te fueses con otro pues siempre te imaginaba a mi lado.

Furihata no sabía si creer lo que le decían, todo le parecía tan increíble como un sueño, se sentía fuera de ese lugar , puesto que le daba la impresión de que en cualquier momento despertaría y todo sería como antes. Lo de las dos personalidades le parecía tan extraño, no se lo podía creer en verdad. Sin embargo el ojo dorado en Akashi, su personalidad decidida como un verdadero león, la forma en que le coqueteaba, esos besos con tanto sentimiento que le daba…

—…Sin embargo…—El león le dirigió una mirada que aún era culposa. —Yo me negué a creer lo que mi otro yo me decía en un principio, yo aún pensaba que me gustaba Tetsuya y le seguí insistiendo. —Hizo un gesto incomodo, tal vez si no hubiese insistido tanto Kōki le creería —Cuando me di cuenta de la verdad tu no me creíste cuando te hablé de mis sentimientos, estaba desesperado, Boku me ayudo junto con ese chico que se te acerco, creyendo que así por fin las cosas se arreglarían.

Jugó un poco con sus manos para luego terminar de decir lo que pensaba al chihuahua que escuchaba silencioso pero aún bastante incrédulo aunque lo estuviese escuchando directamente.

—No soy un digno león, eso está más que claro. Eh jugado bajo y eso no es propio de un Akashi aunque deje de ser uno digno desde los 6 años. Pero por primera vez me he dado cuenta de mis torpezas y aunque esta decisión me duela…voy a dejar de insistir contigo. Asistiré a un reformatorio de conducta y tal vez me case alguna vez con alguien que mi padre considere para mí que sea digno para él supongo. No voy a forzar esto porque ya me di cuenta que no estamos hechos para estar juntos, no hay confianza suficiente para eso y yo... me he portado muy mal contigo.

  Parpadeo abriendo mucho los ojos al escuchar lo que había dicho Akashi en ese instante. No sabiéndolo como asimilar que hacer exactamente sentía un embrollo en su cabeza y un dolor profundo en el pecho. Era obvio que no quería que se fuera, que no quería que dijese esas palabras tan dolorosas que calaban en su corazón ¿Qué debería hacer por su parte? ¿Cómo estar seguro si no despertaría una vez que impidiera que Akashi se fuera? ¿Qué no se burlarían de sus sentimientos cuando los soltase de donde los tenia guardados? Tenía miedo a que todo fuese una broma, un sueño fantasioso y en verdad nada de lo que ocurría realmente estaba pasando.

—Sei… si esa es tu decisión, creo que es lo mejor. Pienso que si no te hubiese ganado esa vez que intentamos atraer la atención de Kuroko en ese torneo, nada de esto habría pasado. —Furi se mantuvo un poco pensativo—Aún me cuesta asimilar lo que me dices, que digas que me quieres es tan extraño, yo ya tenía asimilado que tú solo sentías amistad hacia mí, no amor.

Seijūrō se acercó al castaño de manera seria pero tropezó con sus propios pies, haciendo que el mismo Kōki terminara tropezando a su vez impulsado hacia el lado de Akashi quedando en una posición bastante comprometedora con este.

La puerta se abrió de improviso con un Takao algo sonriente queriendo contar su chisme con alguien o mejor dicho hablar mal de Midorima al estar enojado con él.

—Oye esto Shin-chan dijo que….Oh perdón, lamento interrumpir. —Cierra la puerta con una risita nerviosa.

Es que no era para menos, Furi había caído con la boca abierta en la entrepierna ajena de Akashi quien había caído con las piernas separadas, realmente la escena que se había encontrado Takao parecía de una felación.

Muerto de vergüenza Kōki se levantó lo más rápido que pudo después de lo dicho por el chico halcón  tratando de irse pero Seijūrō lo tomo de la mano y lo beso un beso bastante tímido para ser de un clase S, más parecía un beso que daría un Omega en su primera cita.

—Te quiero…

—No es verdad. —A Furihata le costaba tanto asimilar la verdad en ese momento.

—Lo es Kōki—Lo tomo de las mejillas con suavidad haciendo que lo mirase a  los ojos, los de Furi se resistían a mirarlo—En verdad que siempre te eh amado.

Suspiró largamente apoyándose en el pecho de Seijūrō tratando de creer, pero no podía estaba tan seguro que esa situación era irreal, tantos  años creyendo que la cosa no era así; que no pasaría a ser nada más que el amigo cercano y que en realidad el león quería y se casaría con otra persona que si amaba, que si necesitaba en verdad de manera amorosa y no a él, los sentimientos que tenía no eran hacia él.

Él no era amado.

Si, era una lógica sumamente estúpida teniendo a Akashi con sus sentimientos abiertos hacia él, pero le costaba tanto creer en sus palabras, no quería creer en verdad lo que le decían en ese instante.

—Debo irme a casa…hay cosas que necesito hacer.

— ¿Por qué no te quedas conmigo? Yo quiero pasar tiempo contigo Kōki.

—Y yo necesito estar un tiempo solo.

—… De acuerdo…Solo ve con cuidado. —Se separaron en silencio ambos parecían incomodos, uno ansioso por saber la respuesta que le daría a sus sentimientos y el otro ni siquiera sabiendo que sentir en aquel instante, no quería pensar, no quería entregarse a sus emociones que le hacían tanto daño a su corazón.












—Te ausentaste un día completo Furihata Kōki ¿Estabas enfermo o algo así? —Himuro le regaño aunque igual con algo de preocupación al día siguiente que había asistido el castaño a la pastelería con una mirada cabizbaja. —Espero que hoy trabajes mucho para compensar tus horas perdidas.

Furi asintió sin mucho ánimo haciendo lo que le ordenaban aun con sus emociones bloqueadas, sin pensar o no queriendo pensar en lo que había pasado ayer y anteayer con el afrodisiaco y menos en Akashi.

Decoraba un pastel en especial con bastantes fresas y frutos rojos cuando un  enorme chico apareció detrás de él, Kōki en un principio no había ni percatado de su presencia concentrado en lo que hacía en ese momento hasta que la voz repentina de este le hizo saltar como un gato.

—Ese pastel en  especial se ve muy rico… ¿Puedo probar un poco?

Miro al enorme chico que parecía medir dos metros o más, a su lado el parecía un minion. Vaya que si había pegado un susto, casi grita.

—No te asustes solo veía el pastel, Muro-chin ¿Puedo comer del pastel que está haciendo el chico que parece chihuahua?

Himuro apareció detrás de una puerta de la cocina mirando al alto con  cariño y sonriéndole casi con coquetería.

—Después Atsushi, ese pastel ya lo encargo un cliente, luego de que nos veamos con Taiga y aclaremos el asunto con su “ex” novio podrás comer todo lo que quieras. —Al chico alto le brillaron los ojos. —Y el chico “chihuahua” se llama Furihata Kōki, trabaja con nosotros, por favor salúdale adecuadamente.

—Bien Muro-chin, Hola Furi-chin soy Murasakibara Atsushi lamento haberte asustado.

Kōki correspondió el saludo mirando que Murasakibara con el hermano de Kagami parecían llevarse bastante bien. Seguramente serian novios, tuvo una sincera envidia de querer una relación de pareja. Suspiro y trató de seguir con su labor una vez que la pareja se fue a otra parte de la cocina pero una mirada le hizo sobresaltarse de nuevo, era de un chico de cabello verde con lentes que se le hizo conocido y estaba frente a él en la parte del mostrador.

—Furihata Kōki…

—Sí, ese soy yo ¿Quién es usted? ¿Me conoce de alguna parte?

El de lentes hizo un gesto de acomodarse estos con sus manos vendadas, sosteniendo con la otra una cosa que parecía una salchicha de peluche gigante, parecía que iba a decir algo muy importante en ese instante o al menos así le pareció a Furi en aquel momento; Se veía como trataba de esforzarse para decir algo parecía no estar seguro de lo que iba a hablar en ese instante, incómodo y algo avergonzado también o eso podría ser timidez, no estaba seguro.

—Soy Midorima Shintarō—Su manera de hablar aunque reservada, parecía muy cortés. —Quisiera saber si podías concederme algo  de tu tiempo y que  tuvieras una cita conmigo.

— ¿Qué? —Furi levanto las cejas a todo lo que podían completamente sorprendido.























Mientras tanto en una oficina del dueño de una enorme empresa rechazaba tajantemente lo propuesto por su hijo, aunque en otra  época estuviera de acuerdo, ahora sus prioridades eran completamente opuestas. Tenía una promesa que se había hecho así mismo y la cumpliría.

—Antes de irte de aquí o cualquier cosa te casarás con Furihata Kōki  ya te lo dije. De aquí no sales hasta que estén casados y posiblemente haciéndome abuelo—Masaomi miro con brazos cruzados a su hijo quien lo miraba un poco incrédulo e incluso algo irritado.

— ¡Me negaste estar con Koki cuando era niño! ¿¡Porque ahora te importa tanto que me case con él?! ¡Kōki no quiere estar conmigo! Padre, me pides un imposible…

Seijūrō apretó los nudillos de las manos realmente muy  molesto, no sabía cómo actuar. Necesitaba al otro yo para guiarlo y saber tomar las decisiones adecuadas en el momento  pero este se había ido, ya no lo sentía en sus pensamientos como si este se hubiese marchado muy lejos. Esto estaba muy  mal en verdad.

 —Mi error, lo sé. Pero no creas que Kōki no quiere estar contigo es evidente que te ama aunque lo niegue. Ya deberías estar dejando descendencia con él en vez de quedarte pensando tonterías.

—Yo creo que Kōki no cederá, ni siquiera me cree cuando le digo lo que siento.

El hombre mayor hizo un gesto de irritación tentado a rugirle a Seijūrō pero mantuvo la calma, se le había ocurrido una buena idea.

 — ¿Entonces aceptarías que Furihata Kōki se casara con otro? ¿Qué tuviera hijos con otro? Dime ¿Realmente aceptarías algo así?

El león menor guardo silencio pero en su garganta se había formado un nudo incomodo al imaginarse ello. Un dolor en su corazón  donde no había palabras para interpretar tal sufrimiento al imaginar al chihuahua con otra persona.

—Si puedes decir que dejarás a Furihata en libertad para irse con otro que sí lo haga feliz, dejaré de insistir con el asunto.

Uno de los ojos de Seijūrō se volvió dorado.

—Yo jamás le e quitado libertad a Kōki, sé que él me quiere a mí por eso lo haré mío como sea.

— ¿Y si se enamora de otro? —Masaomi sonrió con los dientes, estaba seguro que su hijo no iba a renunciar a aquel chihuahua tan fácilmente como había dicho en un principio.

—Haré que se re enamore de mí, que yo sea el único que este en su mente y en su corazón. No permitiré que otro entre en ese lugar más que yo.

Había regresado el verdadero Akashi a tomar posesión de aquel cuerpo e iría por la persona que quería.  

Pero las cosas no se le harian tan fáciles…
















— ¡Déjame en paz Kagami-kun de una vez! —El tigre estaba a la espera que saliera de aquel lugar y la verdad estaba completamente incómodo. — ¿Ni siquiera en el baño dejaras de molestarme?

— ¡No hasta que entiendas de una vez que realmente quiero que vuelvas conmigo!

Kuroko resoplo molesto  sabía que el tigre estaba afuera del baño, pero el hecho que Kagami estuviese allí tan cerca de que pudiera oírle le ponía incómodo para poder hacer sus necesidades tranquilo.

—¡¡No me interesa!! ¡¡Yo amo a Akashi-kun!! —Le dijo ya de una manera desesperada.

El tigre gruño queriendo derribar la puerta de una patada.

—Tatsuya me dijo que no insistiera contigo pero estoy seguro de que mientes…

—Vete con tu preciado “Tatsuya” mejor, yo ya tengo mi hombre y ese será Akashi-kun y ya tengo la manera de que él lo acepte.

Kagami dio un patadón a la puerta que casi la derriba asustando a Kuroko

—Mira Kagami-kun aunque te hagas el dolido y todo Akashi-kun es quien me interesa ahora. Él nunca me abandonaría porque es responsable, maduro y… ¿Me escuchas Kagami-kun?

Y reinó el silencio, un silencio que a Kuroko le irritó más que si el tigre se hubiese defendido.

 

 

 





Notas finales:

nos vemos 


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