—Eres un insensato. —Himuro no se contuvo de decir lo que pensaba a Kuroko quien solo miraba absorto a la cama de hospital donde descansaba Kagami recuperándose de la lesión que tenía en la cabeza—Aun no entiendo que vio Taiga en ti, mira que incluso se sentía culpable por haber regresado a verte al escucharte decir que amabas a otro.
—Pues no lo hubiese hecho, al menos así no estaría aquí. Además tú y el serian felices juntos ¿No?
El del lunar no comprendió porque le decía eso exactamente.
— ¿Ese día en la cafetería no te quedo claro que solo éramos como hermanos? ¿Acaso eres tan enfermamente celoso que piensas que me habría metido con el estando en Estados Unidos?
—Si en la cafetería ya parecían novios con esos anillos como colgantes.
—Idiota, estos anillos son solo una promesa de amigos. —Le mostro su cadena que aún tenía aquel anillo—Nunca pensé en Taiga de esa manera más que como en un hermano y además tengo una pareja
—…Él nunca me lo aclaró. —Parpadeo un poco confundido había algo que no tenía muy claro en el mismo que era lo que le molestaba en ese momento. Su cabeza le dolía un montón cuando trataba de hacer llegar nuevos recuerdos que estaban escondidos en su mente y se sujetó con las dos manos la cabeza que insistía con esa dolencia punzante y como si de pronto le pesara mucho.
Himuro le miro algo confundido nuevamente. Lo vio preocupado cuando de pronto le vio así sujetándose y llamo al médico los cuales se llevaron a Kuroko a atenderlo.
En ese momento levemente Kagami abría los ojos…y no se encontró con nadie.
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Midorima miraba a su compañero quien se reía pero al mismo tiempo parecía algo molesto.
—Ahhh, debería estar enojado, pero ¿Por qué me estoy riendo? Tal vez tus métodos si sean mejores —Hablo de manera no común el de cabello azabache—Los reunimos y tendremos buena paga por ello…
—Takao…
—Sí, si ya sé. Siempre eres el mejor en todo—Se encogió de hombros. —Solo no me lo restriegues en mi cara, es molesto.
— ¡Escúchame maldita sea Bakao! ¡Somos los dos los que hacemos un buen equipo! Ambos tenemos distintos métodos de hacer las cosas, pero si no estuviésemos unidos nada de lo que hacemos saldría bien. Nunca he dudado de tus capacidades escorpianas, somos muy compatibles y ambos de agua un elemento que ve más allá de lo común, de lo cotidiano.
Su compañero se quedó callado ante las palabras del más alto para reír ligeramente.
— ¿Sabes que si no te conociera diría que esto es lo más parecido en ti a una confesión amorosa?
Shintarō se acomodó los lentes.
—Tal vez lo sea…
— ¿Qué? —El halcón alzo las cejas sorprendido al escuchar tal confesión.
—No lo volveré a repetir Takao.
Y se largó de allí raudamente antes de que su compañero le alcanzara, la verdad ni el mismo se había creído que diría algo así ¿Le gustaba Takao? Aún ni el había caído en cuenta de sus propias palabras en aquel instante. Se detuvo un momento ¿Por qué huía? ¿Tenía miedo de sus propios sentimientos?
De pronto fue abrazado, sin verlo Midorima sabía bien quien era. Takao lo retuvo y le hizo una llave.
— ¿¡Que haces Bakao!? ¡¡Eso duele!!
—Si hay un idiota eres tú. Se supone que trabajamos para emparejar personas ¿Por qué te cuesta tanto intentar ser frontal con lo que sientes y ver si resulta o no?
—Ni estaba seguro de el porque lo hice.
—Lo sabes, solo te haces el tsundere Shin-chan, pero acepto tu mala propuesta y seré tu novio...
— ¿En serio? Digo, no es como si te hubiese pedido eso en verdad.
— ¿Nunca cambiaras verdad Shin-chan?
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—Pues sí, Aominecchi me dijo que él me quería en serio, pero me costaba creerle así que lo puse a prueba un tiempo.
— ¿Y qué hiciste Kise-san?—Furihata miro con curiosidad al de cabello más claro, mientras escuchaba atento.
—Pues lo sometí a prueba una semana sin su programa de Mai-chan ni con sus revistas de porno y bueno costo para él, pero encontramos un buen método para que no cayera en la tentación.
— ¿Un método? ¿Cuál?
—Tener mucho sexo, al menos eso fue lo que sugirió Aominecchi y así todo resulto sin problemas puesto que estábamos tan ocupados que ni siquiera podía mirar chicas o idols.
—A mí me suena más que quería acostarse contigo Kise-san.
—Tal vez, pero no hablemos de mi ¿Qué tal te sientes con Akashicchi? ¿Estás feliz?
Furihata asiente con una enorme y sincera sonrisa que hace tiempo no había podido emitir
—Estoy muy feliz, me ha demostrado con creces su amor y creo que es muy probable que esté esperando un bebé.
— ¿En serio Furihatacchi? ¡Felicidades! — Kise toma las manos de Kōki con una sincera sonrisa. — ¡Ten muchos hijos con Akashicchi!
—Em este…si, gracias—Asintió levemente—Aún estoy nervioso por la boda, creo que todo es demasiado rápido, aunque estoy contento de tener a Seijūrō como mi pareja al fin, no sé si esto resulte bien.
—Vamos Furihatacchi, creo que queda solo media hora, vamos antes de que Akashicchi se enfade
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— ¿Kagami-kun?
El tigre lo miro alzando una ceja pero no levantándose de su lugar ni tampoco acercándose, solo había decidido no luchar más por Kuroko. Ni siquiera lo había visto en la enfermería cuando se recuperó de aquel golpe que había recibido en el cuerpo. Simplemente estaba cansado.
— ¿Qué deseas?
—Yo…e sido muy malo contigo, realmente, me he portado de una manera realmente indebida para mi manera de ser, he sido descortés y todo ha sido por un malentendido y-
—Ya no importa eso Kuroko, tú te has enamorado de otro.
El fantasma se hizo un poco transparente avergonzado pero no por lo que el tigre Alfa pudiera creer sino vergüenza de sí mismo. Ese día donde la cabeza había empezado a dolerle era justo donde sus recuerdos faltantes habían venido a su cabeza. En un principio no supo que hacer y no se atrevía a ver a Kagami por la misma vergüenza que sentía hacia su persona. ¿Pero quién diría que las cosas serían de esa manera? Tetsuya negó mirando a la persona que tenía enfrente de él.
—Estas muy equivocado Kagami-kun. Todo lo he hecho para alejarte, porque pensé que me habías olvidado.
—Si regresé fue por ti Kuroko, ese era mi motivo principal, pero tu realmente parecías interesado en Akashi.
Kuroko se pone enfrente de él mirándolo fijamente.
—Mis recuerdos estaban confundidos y a quien amo es a ti. —Tomo sus manos—Kagami-kun, entenderé si ahora me odias, pero no fueron estos más que errores que cometí por el lado del despecho—Sintió que le faltaba el aire, era vergonzoso en la postura que estaba. Admitir que había cometido un grave error era difícil de confesar.
El tigre se rasco la cabeza, no sabía si confiar en quien le había dicho aquellas palabras, pero Kuroko realmente parecía sentido.
—Bueno…me extrañó cuando no te levantaste a interrumpir la boda de Akashi y Furi. Y extraño fue que Akashi te dejara entrar.
—Les dije que quería hablar contigo a Furihata-kun y a Akashi-kun después de disculparme con ellos y por eso estoy aquí.
Ambos hicieron una pausa, sin saber qué hacer. Kagami en verdad que quería perdonarlo, pero estaba un poco sentido con el chico fantasma.
—… ¿Y qué tal los jugadores de Estados Unidos?
—Ah, pues es otro nivel muy diferente al de aquí, realmente hubiera querido que vinieras.
—A mí me hubiese gustado ir.
Suspiraron a la vez.
— ¿Si te pidiera ir conmigo irías? Realmente quiero jugar con los mejores y que tú seas mi-
No alcanzo a terminar lo que iba a decir pues un beso le robo el aliento, un beso apasionado y muy cariñoso de Kuroko dándole a entender que jamás le había olvidado en verdad.
— ¡Si quiero! ¡No quiero despegarme de ti nunca más Kagami-kun!—Lo abrazo fuerte y Kagami correspondió con la misma intensidad, ninguno con ganas de soltarse del otro. Entregados al sentimiento del amor aún sin contacto tan fuerte como era el sexo. Un sentimiento que por fin había encontrado su camino.
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Seijūrō apenas si se había separado de Kōki después de la ceremonia manteniéndole con la mano agarrada firme pero suave, una expresión de protección ante su amado y ahora ambos bailaban en el enorme patio de la mansión a la luz de las luces que habían sido colgadas en los arboles dándole un aspecto etéreo a aquel lugar. Su pareja no paraba de sonreír en todo momento, tenía que hacerlo sino es posible que terminara llorando de la emoción, de que aquello que estaba viviendo era real, tangible pero lo que el quería era sonreír por eso sonreía, bailaba muy cerca del cuerpo ajeno, sin dejar de mirar a los hermosos ojos de su esposo.
—Te ves tan lindo de blanco, siempre te imagine de esta manera.
—Mentira Sei, me imaginabas con vestido. Ya que me pusiste el traje de tu madre una vez—Kōki hizo una pausa y pregunto con curiosidad. — ¿Quién de los dos me ama más?
Es obvio que yo lo amo más
“Pero yo siempre lo amé.”
Pero yo lo amo todo hasta sus defectos.
“Yo también. “
—¿Sei?—Miro preocupado a su pareja que parecía en un pequeño debate interno.
—Ambos te amamos como no tienes idea—Se apoyó leve en el hombro de su recién nombrado esposo. —Kōki, no sabes cuánto tiempo desee que estuvieses a mi lado queriéndome de esta manera.
—Yo siempre te amé en silencio, siempre pensé que solo seriamos amigos hasta ahora ¿Es extraño? Pero ahora todo eso lo veo que se va alejando como si todo eso que nos contuvimos fuese solo una mala pesadilla. —Huele el perfume de Seijūrō y lo besa con mucha ternura en los labios—Ahora nos concentraremos en querernos y en reescribir nuestras vidas.
—Así me gusta—Seijūrō volvió uno de sus ojos color dorado. —Y ahora…—Le da una caricia al trasero de su esposo que le hizo dar un leve respingo—Despidámonos de los invitados y vayamos a la alcoba.
— ¿Estás seguro? Aún hay mucha gente— El joven no retiro la mano ajena de su culo y más aún también se atrevió a acariciar el trasero ajeno.
Ambos se miraron de manera coqueta y decidieron que ya estaba bien de fiesta para ellos, aunque había sido una experiencia única la boda y que sus amigos les felicitaran ya era momento en que debían tener una celebración más íntima bajo las sabanas.
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Un niño pequeño regresaba de la escuela muy contento con su gemelo que era mucho más serio pero también parecía animado, ambos eran una réplica de lo que había sido Seijūrō y sus dos personalidades, solo que el que podría ser torpe no lo era, pero si era más inocente que su hermano gemelo. El gemelo más alegre se acercó a sus padres que parecían en una conversación muy tranquila.
—Padre Sei, Papi Kō ¡Volvimos a ser con Masaki los primeros de la clase!
— ¿En serio? ¡Eso es genial! Seiji, Masaki —Kōki se acercó a sus hijos y los besó en la frente. —Se parecen mucho a su padre Sei, no solo físicamente sino en lo talentoso. Apuesto que ya ambos tienen pretendientes ¿No es así?
Seijūrō alzo las cejas mirando a ambos pequeños que se miraron entre si y luego a sus padres.
—Bueno, el niño nuevo Kagami que vino de Estados Unidos es lind-
— ¡Ese niño no! —Dijo de pronto Seijūrō de manera seria. —No creo que sea buena idea.
—Sei, no creo que sea igual a sus padres. Además hace tiempo Kuroko y Kagami se disculparon.
Los niños les miraron interrogantes. Seijūrō les respondió antes de que preguntaran.
— Tuvimos ciertos problemas en el pasado con uno de los de aquella familia. —Suspiro y recobro su manera de ser. — Pero Kōki tiene razón, las cosas han cambiado mucho desde eso. ¿Alguien más que los pretenda? Si se sienten muy incomodos con ellos pónganles freno y no se dejen marcar.
—Sabemos cuidarnos padre y sí, hay un chico Aomine Satoshi y otro llamado Midorima Musashi ambos parecen interesados.
—Más bien tu eres quien está interesado en Aomine hermanito. —Hablo Seiji mirando a Masaki quien se ruborizo levemente
—Ninguno de ellos me gusta para ustedes, sus padres no tienen muy buena reputación ¿No es mejor que solo sean sus ami—Kōki le dio un codazo interrumpiendo a Seijūrō quien miro un poco sorprendido a su marido.
—Recuerda que nuestros conflictos empezaron por algo parecido, no quiero que nuestros niños pasen por algo similar.
El león asintió dándole la razón a su pareja.
—Lo siento Kōki—Miro a sus pequeños —Pueden salir con quien gusten, solo asegúrense de que sus sentimientos y los de él sean los correctos.
Los niños asintieron y luego se fueron a jugar por ahí.
—Kōki
—¿Si?
Fue besado de manera sorpresiva por el pelirrojo en los labios a lo cual correspondió levemente.
—¿Ves? Te lo dije hicimos una hermosa familia y tuvimos cachorros. Ahora que eres mi esposo no te separaras nunca de mi lado.
—Yo soy feliz de ser tu esposo Seijūrō, gracias por darme tu amor y estos niños tan preciosos.
Se dieron nuevamente un beso más dulce esta vez sin pensar en nada más que en ese hermoso momento de ambos.