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"Sweet Love" por lanekorubia

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Notas del capitulo:

Hola!!!! gracias a todas por su apoyo en esta historia :3 me hicieron muy feliz n.n

espero que el cap les guste :D

-¡Reo, hola!-saludo alegremente Moriyama cuándo distinguió a su amigo entre el mar de padres amontonados en la entrada de la guardería.

-¿Moriyama?-pregunto sorprendido el pelinegro mirándolo- ¡¿No deberías estar ya en el trabajo?!

-¿No debería hacerte la misma pregunta?

Reo llegó hasta dónde estaba su amigo suspirando.

-Bueno, tuve un par de problemas con mi despertador y…

-¿Lo apagaste cuando sonó y seguiste durmiendo, verdad?

-…sí.

Moriyama se echó a reír al escucharlo. Era increíble que al pelinegro aún le cueste madrugar, a pesar de vivir hace seis años solo.

Reo hizo un puchero.

-No te burles-se quejó- no es como si tu fueras muy puntual. Si no fuera por Yukio-chan…

-¿Qué pasa conmigo?-intervino la voz del ojiazul acercándose a sus dos amigos luego de dejar a Kise con el resto de sus compañeros.

-¡Yukio-chan!-dramatizo el pelinegro mientras abrazaba a Kasamatsu.-¡Tú novio está burlándose de mí! 

-Primero no es mi novio, segundo córrete que me aplastas y tercero…¡¿POR QUÉ APESTAS A ALCOHOL?!

-¿Hum? ¿Aún huelo a alcohol?-se sorprendió Reo mientras se apartaba de Kasamatsu y olía mechones de su cabello.- ¡Wahh!-chillo- ¡No puedo ir al trabajo así…! ¡Y todo es tu culpa!-grito señalando a Moriyama, quién solo río.

-Solo quise hacerte una broma…no pensé que Akashi de verdad te tiraría toda la botella para que despertarás-intento defenderse Moriyama, riendo.

-¿Otra vez te quedaste dormido?-suspiro Kasamatsu para luego negar con la cabeza- En fin…deberían marcharse ya si no quieren llegar tarde…por veinteava vez.

-¡Pero aún Sei-chan no ha entrado a clases!-replico el pelinegro buscando con la mirada a su hijo, localizándolo junto a Kise Ryouta.-¡Tampoco he saludado a Ki-chan!

-¡Lo harás más tarde!-grito Kasamatsu mientras arrastraba a ambos pelinegros hacia el taxi más cercano.

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-Kagami, deberías descansar un poco…

-¡No puedo!-el pequeño pelirrojo casi saltaba de la felicidad-¡Vendremos a visitar a la tía Rin! ¡No la veo desde que era…-dudo- hum…en realidad no recuerdo haberla visto en toda mi vida! ¡Pero no importa! ¡Porque tiene una cancha de básquet en su casa!

Hyuuga suspiro. Su hijo de seis años era todo un caso.

-Pero al menos tendrías que haber dormido un poco en el avión. Conociéndote, lo más probable es que no hayas dormido nada durante la noche…me sorprende que no hayas caído desmayado aún…

-…

-Kagami-Hyuuga miro por el retrovisor y vio al pelirrojo prácticamente roncando.

Negó con la cabeza.

-Tanto entusiasmo por conocer a tu tía y ver la cancha y te acabas de quedar dormido…y ya llegamos.-susurro mientras estacionaba el auto frente a la mansión donde vivía su hermana.

Aunque entendía la emoción de su hijo por conocer a su hermana (Kagami no la conocía personalmente, aunque si por fotos) y solo tenía un año cuando Rin se caso con Akashi Kenshi, por lo que era normal que no la recordara.

Y luego él se había mudado junto con su esposa, Shoko Kagami, a Estados Unidos.

Habían sido cinco tranquilos años en California…hasta algunos meses atrás, cuando ambos decidieron separarse.

No había mucho que explicar: ambos eran adultos y tomaron la decisión por el bien de su hijo.  No querían que Taiga se criara viendo como sus padres se ignoraban entre sí.

Shoko había encontrado una nueva persona con quién estar luego de la separación, en cambio él…

-No voy a enamorarme. Nunca.

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Makoto entro a su departamento, prácticamente arrastrándose.

-Te maldigo Miyagi-murmuraba mientras entraba a su casa- te maldigo a ti, a tu costumbre de no mirar a ambos lados antes de cruzar la calle y ser atropellado, maldigo el hecho de que no puedas trabajar por un mes debido a tu recuperación y yo tenga que hacerme cargo de los turnos dobles, maldigo a tus huesos débiles, y maldigo a tu perro…¡y maldigo el hecho de tener tanto sueño que ya no sé a qué maldecir!-grito mientras rodaba por su living.

Luego de estar dos días sin dormir, el suelo se veía realmente cómodo…

O eso pensó mientras cerraba sus ojos y dejaba que el aroma a quemado inundara sus fosas nasales…

¡¿QUEMADO?!

Makoto se sobresaltó y miro por su ventana (la cual se encontraba abierta) para ver como una considerable cantidad de humo negro entraba a su departamento.

-¿Qué mierda es esto?-se pregunto para luego escuchar como golpeaban su puerta.

Lo que le pareció aún más extraño que el anormal humo negro flotando por su hogar.

Normalmente, sus vecinos sabían que una de las reglas básicas para sobrevivir en aquel edificio era no molestar bajo ningún aspecto al residente del departamento 22. Osea, a él.

Todos sabían acerca de su mal carácter. De lo perfectamente antisocial y grosero que podía ser con los desconocidos (algo que lo enorgullecía, de hecho). Y que tenía un arma.

Lástima que su jefe se entero que solía intimidar a las personas que lo fastidiaban y no lo dejaba llevar el arma cargada a menos que estuviera en su horario de trabajo.

Sin embargo, igualmente la utilizaba para asustar.

Tock. Tock.

-¿Quién es el idiota suicida que está molestándome…?-susurro mientras abría la puerta para encontrarse con una visión insólita.

Frente a él se encontraba un hombre castaño, alto y fornido, con una mueca de desesperación y un pequeño niño peliceleste entre sus brazos.

-¡Me llamo Kiyoshi Teppei! ¡Intente hacer arroz cocido pero algo salió mal y casi incendio la cocina! ¡Llame a otros vecinos pero todos me cerraron la puerta en la cara y acabo de verte entrar a ti y quería saber si podrías ayudarme…!-grito rápido y atropelladamente.

A Makoto le saltaron varias venitas en la frente.

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-Imayoshi…-murmuro con suavidad el castaño- ¿Podrías repetirlo?

El pelinegro de gafas tomo aire antes de decir:

-Erika vino a mi departamento para decirme que tengo un hijo de seis años llamado Shintaro del cual debo hacerme cargo ya que ella tuvo que irse a Estados Unidos. Y sí, todo eso acaba de pasar hace cinco minutos.

-…-un silencio prologando se escuchó del otro lado de la línea- ¿Y qué piensas hacer?

-¿No es obvio? ¡Abandonarlo en el primer orfanato que encuentre! ¡Estoy seguro de que esa perra me mintió!

-¡Imayoshi-san no puedes abandonar a un niño!-replico la voz asustada de alguien que el de gafas reconoció.

-¿Ryo?

-Estas en altavoz, imbécil.

-¿Wakamatsu?

-Ah, sí estaba con los chicos de la policía-confirmo Yoshinori- Pero, Ryo tiene razón. Por lo que dijiste las fechas coinciden así que lo más probable es que ese pequeño si sea tu hijo. Deberías confirmarlo antes de desacerté de él…

-¡Yo sabía que en algún momento terminarías con un problema de pantalones!

-¡Wakamatsu-san eso no ayuda!

-¡Es cierto Ryo!

-¡Ya ustedes dos cállense…!-se escuchó un ruido de forcejeo- Imayoshi, ¿Sigues ahí?

El pelinegro se había quedado inmóvil por unos segundos.

Sakurai tenía razón. No podía abandonar al chico así como así… y menos si tenía sentido el hecho de que era su hijo.

Su hijo.

-Te daré una semana libre para que soluciones este asunto-se escuchó nuevamente la voz de su jefe- Mañana temprano iremos con el resto del equipo a ver cómo estas y al niño…pero si necesitas ayuda puedo pedirle a Ryo que…

-Está bien-negó- Puedo encargarme de esto yo…-suspiro- hay muchas probabilidades de que sea mi hijo.

-…lo entiendo. Cuídate y cualquier cosa nos avisas.

-Sí, sí.-asintió para luego colgar.

No estaba de humor para seguir hablando.

Se froto las sienes con frustración. Toda esa situación…ni en sus peores pesadillas pensó en vivirla.

¿Cómo se haría cargo de un niño? ¡Apenas si podía mantenerse el solo!

Salió de la cocina solo para encontrarse con el protagonista de su miseria sentado en el mismo lugar en la que lo había dejado.

-Tú…-no sabía bien que decir. Sentía al pequeño como un extraño. ¿Eso era normal? Bueno…hace menos de una hora se acaba de enterar que era padre- ¿Dijiste que tenías clases?

El pequeño asintió, sin mirarlo.

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-Bienvenidos a otro año escolar-sonreía alegremente la directora de la institución infantil- Espero que podamos llevarnos todos bien y tengamos un hermoso año. Sobre todo ahora que el jardín ha crecido y tenemos una nueva incorporación… un aplauso para Izuki Shun, nuestro nuevo profesor.

 Varios padres aplaudieron. Un pelinegro joven y atractivo se levantó de su asiento para hacer una leve reverencia.

-Gracias.

-Parece bastante joven, ¿verdad?-comento Kasamatsu observándolo.

-¡Seguramente hará bien su trabajo, Yukio-chan!-asintió Kotaro.-¡Los más jóvenes son los que más energía tienen! ¿No, Eiki-chan?

El moreno asintió, algo incómodo ya que tanto Kotaro como Kasamatsu se la había pasado hablando entre ellos (y eso que se habían conocido hace pocos segundos),  y ahora eran el centro de las miradas de los profesores y el resto de los padres.

-Señores Kasamatsu y Nebuya…¿Pueden hacernos el favor de guardar silencio?-le pregunto la directora desde el escenario observando con un aura tenebrosa a ambos donceles.

-¡Claro, Dire-chan!

-¡¿Cómo me llamaste?!

-Kasamatsu-kun, fue un gusto conocerte-intervino el moreno mientras arrastraba a su esposo fuera de la institución.- ¡Nos veremos luego!

-¡Daiki-kun cuídate!-le grito el rubio a su hijo, quién le devolvió el saludo en un gesto. 

-Extrañamente, mi padre siempre termina llevándose a mi madre antes de que la directora decida echarlos-comento el pequeño Daiki a uno de sus amigos.

-Bien…-la directora suspiro. Pasaba eso cada año- Es hora de que separemos a los pequeños por clase y asignemos a los profesores…

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-¡Dire-chan tardo bastante en sacarnos esta vez!-comentaba alegremente Kotaro mientras comía un helado.

-No es como si fuera algo de que enorgullecerse…-suspiro Nebuya para luego mirarlo con cariño mal disimulado.-¿Te divertiste en Italia?

-¿Hum? ¡Oh fue genial! ¡Deberíamos ir todos como vacaciones o algo así…!-explicaba detalladamente el rubio con emoción. Omitiendo al amante con el cual había compartido aquella semana.

Nebuya lo escuchaba tratando de ignorar la punzada en su pecho al ser consciente de que no era y jamás sería el único en la vida de Kotaro.

No es como si no lo supiera realmente. No era culpa del rubio.

Era la suya. Por permitirse esto. Por permitir que Kotaro manejara sus sentimientos a su antojo. Por permitir amarlo tanto que no importaba cuanto daño el rubio le hiciera…él seguiría perdonándoselo.

Actuando como si nada pasara. Como si en realidad Kotaro no tuviera otra vida fuera de su matrimonio.

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-Kotaro…-Nebuya intento llamar su atención. Hace apenas unas horas atrás el padre del rubio había decidido casarlos contra la opinión de ambos adolescentes.

Nebuya había aceptado. No solo porque no tenía opción, sino porque amaba demasiado a su mejor amigo desde hace años…y la oportunidad de casarse con él era muy poco probable que se volviera a repetir.

Hayama también acepto. No le quedaba alternativa.

-Eiki-chan-susurro el rubio- yo no quiero casarme…

Nebuya asintió con lentitud. Lo sabía. Kotaro jamás quiso atarse con nadie.

-Lo sé pero…no es necesario que pienses en eso ahora. No es necesario que tengamos un matrimonio, ni mucho menos. Es decir tenemos que criar al pequeño juntos pero…puedes estar con otras personas. No necesitas sacrificar tu libertad.

Porque lo que más quería Nebuya era verlo feliz. Y si para verlo feliz debía conformarse con tener que “compartirlo” lo haría.

-¿Estas seguro?

-Completamente.-asintió, auto condenándose solo.

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“Yo fui él que dijo que estaría bien con esto”  pensó el moreno.

-¡Y mira Eiki-chan! ¡Compre un montón de cosas!-dijo con entusiasmo mientras le mostraba los recuerdos de Italia.

“Y si tengo que seguir sufriendo para ver su sonrisa todos los días, lo haré.”

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-Alex…¿Está bien que hagamos esto?-pregunto la pelirrosa mirando con sorpresa la llave que la rubia le había dejado en sus manos.

-Pues sí, me explicaste que tenías trabajo por lo que podrás ver a Aida recién cuándo salgas de la guardería…y para esa hora yo ya estaré en mi vuelo hacia los Estados Unidos…así que lo mejor es que vayas a la casa directamente.

-¡Me gustaría mucho acompañarte hasta el aeropuerto! –sollozó Momoi mientras se abrazaba a la rubia, quién le acaricio el cabello de forma maternal.

-A mí también me gustaría, cariño. Pero ¡eso no significa que te llame todos los días y me escape otros cuantos para verte a ti y a Atsuhi!-sonrío Alex para luego darle un abrazo al pelilila- ¡Cuídate pequeño! ¡Sobretodo cuida a tu madre!

-¿Alex-chin se va?-pregunto el pelilila sorprendido. Luego arrugo el entrecejo- No tardes. Y tráeme dulces.

La rubia río.

-Por supuesto, cielo.

-¡¿Estas segura de que tu prima sabe que vamos a su casa, ¿Verdad?!-le grito Momoi cuándo Alex ya estaba alejándose.

-¡Por supuesto!-asintió la rubia- ¡Le dije que iría a visitarla! ¡Así que mínimamente espera alguien!

-¡¿SOLO LE DIJISTE ESO?!

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-¡Jun!-una  chica de gafas salió a recibirlo-¿Cómo has estado? ¡No te he visto por un tiempo!-sonrío mientras lo abrazaba.-¡Papá quiso recibirte pero tuvo que ir a la empresa! Ya sabes, a pesar de que Akashi lo ayuda, aún hay trabajo que hacer…

-¿Cómo estás?-lo saludo a su vez Hyuuga mientras correspondía al abrazo, con Kagami en brazos.

-¡Realmente creció!-sonrío Rin, mirando lo con dulzura- Se vez más tierno  y tranquilo ahora que en las fotos…

-Créeme que cuando despierte, desearás tener solo las fotos de él.

Rin rió.

-En el almuerzo de hoy papá tendrá una reunión con varios accionistas y me pidió que haga lo posible por llevarte ahí. Así que puedo atarte o llevarte inconsciente si quiero…¡Pero de esta reunión no te escapas!

Hyuuga sonrío mientras ambos entraban a la mansión.

-No escapare…soy consciente de que debo ayudar a papá en la empresa ahora que me separe de Shoko…además debo trabajar en algo.

Su hermana asintió.

-Podemos dejar a Taiga-kun aquí si quieres…la reunión es en dos horas y puede jugar y comer aquí, así no se aburre.

- Me gustaría llevarlo.-replico Hyuuga- no creo que sea buena idea dejarlo solo aún, apenas acabamos de mudarnos.

La pelinegra se encogió de hombros.

-Como quieras…por cierto, me tome la libertad de inscribirlo a una guardería. Mañana podrá empezar las clases y tú tendrás más tiempo para ponerte al corriente aquí.

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-Bienvenido al restaurante Nijimura-decía alegremente un pelinegro mientras atendía a dos clientes- esperamos que se sientan a gusto. ¿Sector fumadores o…¡MORIYAMA ALEJATE DE LOS POSTRES!

-¡TENGO HAMBRE!

-¡DEBES RESISTIR!-grito Reo mientras tironeaba de su amigo, tratando de separarlo de la vitrina de postres.

-Ustedes dos...-ambos jóvenes temblaron mientras se daba media vuelta para encontrarse con su jefe, quién los observaba con un aura tenebrosa a su alrededor- ¡DEJEN DE JUGAR Y VAYAN A TRABAJAR!-grito indignado.

-¡Tengo hambre!-lloriqueo Moriyama- ¡Yo no puedo trabajar así!

-¡CALLENSE!-Nijimura lo golpeo- ¡En unas horas personas importantes vendrán aquí a comer y más les vale estar atentos! ¡No quiero ningún error o me olvidaré de que son seres humanos y que matar es ilegal!

-¿Matar es ilegal?-intervino Haizaki sorprendido mientras le llevaba la comida a un par de clientes.-¿Y tampoco se puede llevar armas?

-Creo que hay un estado que permite llevar armas en Estados Unidos…-opino Reo.

-¿En serio?-se interesó Moriyama.

-¿Qué tipo de armas?

-Bueno, creo que cualquier tipo, ya sabes…

-¿Cómo una escopeta?

-¡Oh esas son geniales!-Moriyama sonrío- ¡Mi tío me llevaba a cazar y…!

-¡¿DE QUÉ SE SUPONE QUE ESTÁN HABLANDO?!-grito Nijimura con varias venitas en la frente mientras los mandaba a volar de una patada- ¡VUELVAN AL TRABAJO!

-…creo que Nijimura se junta mucho con Kasamatsu-se quejó Moriyama, adolorido. 

Notas finales:

en el prox cap aparecerán más los niños n.n 

espero que les guste el rumbo que va a ir tomando n.n y si es así espero sus rws!! siempre me animan :D

facebook: tami neko. 


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