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STRANGE DOGS. por LaGataenelTejado

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Notas del capitulo:

Para los que siguen mi fan fic de Lawliet y Light este fin de semana estará actualizado :3 gracias por leer!!

Espero que les guste este nuevo capítulo ^^

CAPÍTULO 3. VISITA NOCTURNA.

 

Beyond se enganchó de la espalda de su hermano, subiéndose a caballito sobre él sin dudarlo mucho. Lawliet le sujetó las piernas mientras caminaba junto a Matt:

 

-¿Entonces? ¿Mañana ensayamos? - dijo Beyond mientras le tiraba del pelo con suavidad a su hermano, haciendo que gruñese de vez en cuando. - ¡Arre caballito!

 

Matt se encogió de hombros sacando las llaves del edificio y abriendo despacio la puerta de hierro. En cuanto entraron, Beyond se bajó del cuerpo de Lawliet y cuando fue a subir los escalones hasta el apartamento tropezó cómicamente debido a un bulto que había en las escaleras:

 

-Mierda, joder.

 

Encendieron la luz del edificio y vieron el cuerpo de Mello en la escalera, hecho un ovillo y dormitando plácidamente. Llevaba ropa de cuero negro poco abrigada y tenia varios cardenales en los brazos y el cuello, algo normal en el muchacho dada la vida que llevaba. Matt suspiró mirando a los hermanos e indicándoles que subiesen a casa, ya se encargaría él. Los dos morenos asintieron y esquivando el cuerpo del rubio subieron hasta el apartamento dejando a solas a la parejita.

 

-Mello, despierta. - Matt le zarandeó con suavidad varias veces, consiguiendo que el rubio abriese con dificultad los ojos.

 

Se puso nervioso cuando Mello sonrió ampliamente al verlo y alargó los brazos consiguiendo un abrazo forzado por parte del pelirrojo:

 

-Mi chucho... te he echado de menos. - dijo, dándole un mordisco suave en la mejilla sin dejar de sonreír.

 

Matt suspiró cansado ayudando al rubio para que se levantase:

 

-¿Si? Pues no lo parece. Has estado mas de dos semanas sin dar señales de vida, ¿Que cojones te pasa? - decía, subiendo junto a Mello las escaleras.

 

Mello rió un poco, aprovechando para besar el cuello de Matt y tocarle el culo con descaro:

 

-Nada, estaba por ahí, solucionando mis cosas. - se paró junto al pelirrojo esperando que abriese la puerta del apartamento.

 

Entraron y Mello fue directo al salón, tirándose sobre Lawliet y Beyond que veían la televisión ya con la ropa de dormir puesta:

 

-Me-Mello... quita de encima. - dijo Beyond, intentando huir del agarre del rubio sin mucho éxito.

 

Lawliet sonrió viendo como ambos forcejeaban, arqueó una ceja cuando vio los ojos furiosos de Matt mirarles desde la entrada:

 

-Mello, déjalo en paz. Ven. - Matt le indicó con los dedos que le siguiese y el rubio le dio un beso fugaz a Beyond en los labios para después desaparecer del salón junto a su amigo.

 

Beyond, indignado y avergonzado, se limpió los labios con el dorso de la mano mirando el televisor de nuevo intentando ignorar la mirada curiosa de Lawliet:

 

-¿Aún te gusta Mello?.

 

-No me gusta. - gruñó Beyond, cruzándose de brazos.

 

-Lo que tú digas...

 

---o0o---

 

Matt cerró con pestillo la puerta del dormitorio, no porque no se fiase de sus compañeros de piso si no porque estaba nervioso, enfadado y con necesidad de un momento privado con el rubio, que ahora se dejaba caer boca arriba en la cama del pelirrojo:

 

-Ummm... había echado de menos tu cama, chucho. - se sacó del bolsillo una chocolatina echándosela a la boca.

 

Matt se sentó en un borde de la cama observándolo unos segundos. Se odiaba a si mismo por la debilidad hacia aquel chico rubio que un día, comenzó a traerle de cabeza:

 

-¿Donde has estado? No te lo preguntaré mas veces. - dijo, encendiéndose un cigarro y cerrando los ojos al relajarse con una larga calada.

 

Mello se sentó en el colchón, mirando con una sonrisa sexy a su querido Matt. ¿Que podía decirle? ¿Que había estado haciendo trabajitos sexuales a cambio de dinero para poder sobrevivir? ¿Que se había pegado tal fumada y colocón que terminó durmiendo en mitad de la calle dos días seguidos?. No, no se lo diría directamente. A su manera, Mello apreciaba a Matt mucho mas que a su triste y patética vida. El pelirrojo era la única persona que lo había tratado como a un igual, ignorando las horribles marcas de agujas que tenia en parte del brazo derecho y que se vendiese por dinero. No dijo nada, simplemente de rodillas sobre las sábanas se acercó a su amigo y lo abrazó con fuerza, apoyando la cara en su torso para abandonarse y cerrar los ojos aspirando el olor masculino que siempre le había gustado:

 

-¿Me perdonas?, te he echado de menos...

 

Matt acarició su cabello rubio con algo de miedo. Él lo extrañaba cada día, mucho además, se odiaba a si mismo por sentirse así con una persona tan caótica como Mello. Había sido un error no parar de darle cariño cuando la cosa se le empezó a ir de las manos. ¿Enamoramiento? Seguramente si, lo había aceptado meses atrás.

 

-No tengo nada que perdonarte, es tu vida, tú sabrás lo que haces. ¿Has ido a ver a tus padres? - le agarró de los hombros para mirarle a la cara, fijándose en las leves ojeras que surcaban su rostro y en esos profundos y a la vez tristes ojos azules que le devolvían la mirada.

 

Mello negó con la cabeza, acariciando distraído el torso de Matt sobre la camiseta:

 

-No, ¿Por que me preguntas esa mierda? Sabes que mis padres dejaron de hablarme desde que me largué de casa, no soportan que a su hijo le vayan los culos y que se negase a tomar el control de la empresa. Lo sabes. - le acarició el cabello, enlazando uno de sus mechones entre los dedos.

 

Matt suspiró, un poco arrepentido de haberle hecho aquella pregunta. Los padres de Mello nunca le habían querido demasiado, siempre le recordaban que había sido un error traerlo al mundo y desesperados, le tiraron a la calle como a un perro en cuanto cumplió la mayoría de edad. Cerró los ojos cuando sintió la lengua del rubio moverse suavemente sobre la piel de su cuello, intentó evitar un jadeo leve que salió traicionero de entre sus labios:

 

-¿Has estado trabajando en la calle estos días? - intentó no sonar rencoroso, furioso... pero a Matt no le funcionó.

 

Mello sonrió de medio lado, metiendo las manos bajo la camiseta de Matt para rozar con sus uñas el torso de su amigo:

 

-¿Que quieres que te diga? Sabes mi respuesta. Pero chucho... echo de menos tu cuerpo sobre el mio... - su voz se volvió melosa y sus caricias se convirtieron en algo insistente que recorría el cuerpo de Matt sin ningún tipo de pudor. - Nadie me ha follado tan bien como tú...

 

Matt notó como su erección crecía rápidamente bajo el pantalón. Mello tenia demasiado poder sobre él y aunque luego se odiaba a si mismo por sucumbir a sus caricias era algo inevitable. Le cogió de la cintura ignorando la sonrisa de triunfo del rubio y lo tumbó del todo en la cama, echándose con cuidado sobre él y dándole un beso en el cuello. Adoraba su delgado cuerpo, sus brazos, su olor, su pelo... era horrible la sensación de dependencia que le ocasionaba con su sola presencia:

 

-No quiero que trabajes mas en la calle. Me da igual lo que digas. - Matt le miró con los labios fruncidos, furioso y con aquel tono de voz posesivo que despertaba en presencia del rubio.

 

Mello sonrió, ladeando un poco la cabeza para que los besos de Matt se amoldasen a su piel. La calle era lo único que conocía, no tenia amor propio y lo sabia, por lo cual el vender su cuerpo o ignorar el peligro que podía correr a la intemperie allí fuera era algo que le provocaba dependencia, como si la simple idea de abandonar todo eso le causase un pánico atroz.

 

Abrió las piernas para recibir el cálido cuerpo de Matt sobre el suyo, que ahora se restregaba de forma leve piel contra piel, quitándole despacio la ropa que estorbaba entre ambos torsos. Mello enredó los dedos en el cabello de Matt, tironeando de vez en cuando de sus mechones cada vez que las caricias posesivas del pelirrojo provocaban escalofríos que erizaban el vello de su piel. Miró su chaqueta ahora en el suelo, y aún relamiéndose los labios alcanzó un preservativo del bolsillo, enseñándoselo a Matt con una sonrisa juguetona. Su vida era un desastre y aun a pesar de tomar precauciones con sus clientes, no se atrevería a arriesgar la salud de Matt por nada del mundo. El pelirrojo no pudo evitar sonreír levemente, rindiéndose así ante Mello. Ya se podía venir el mundo abajo que ahora mismo le importaba mas bien poco.

 

Se terminaron de desnudar con prisas, entre besos ansiosos y demandantes que hacían chocar los dientes y enlazar sus lenguas con descaro una contra la otra, buscándose. Matt se dejó hacer cuando el rubio cambió de posición para ponerse sobre él, a horcajadas y acariciando con la yema de sus dedos fríos los pezones del pelirrojo, provocando una dureza ansiosa que le sedujo hasta el punto de mordisquearlos y lamerlos con suavidad, disfrutando de las caricias como si fuese su última noche en el mundo. Matt por su parte agarraba la polla endurecida de Mello, masturbándolo lentamente con un ritmo acompasado y abarcando con sus dedos todo lo que podía. El rubio jadeó, echando de forma sexy la cabeza hacia atrás mordiéndose los labios, ¡Diablos, era condenadamente sensual!

 

Matt gimió al sentir el roce de ambas entrepiernas, ahora insistiendo una contra la otra. El rubio se encorvó sobre el pelirrojo para morderle los labios y jadearle contra la boca, sabiendo que eso siempre le había excitado en demasía:

 

-Umm... te he extrañado tanto... - Mello agarró ambas erecciones, frotándolas una contra otra mientras les masturbaba a la vez con gran maestría. Era una de las ventajas que le había proporcionado su trabajo, la experiencia.

 

Matt rompió un ronco gemido en su boca, arañando su espalda y elevándolo para rozar su entrada contra la excitación que sentía. Con algo de prisa se colocó el preservativo, viendo como era el propio Mello el que se introducía dos dedos con descaro, mirándolo de forma casi felina a los ojos. Su sonrisa ladeada y sus pequeños gemidos provocaron que Matt se masturbase a si mismo sin poder dejar de observarlo. Era un espectáculo tan delicioso y tan añorado aquellas semanas que tuvo miedo de correrse en ese mismo momento. Mello se elevó un poco, agarrando ahora la polla de su amigo y penetrándose despacio, gimiendo desesperado y de forma algo ruidosa, no era una persona que se cortase a la hora de expresar con gemidos sonoros la excitación que sentía:

 

-Ahhh... dios... Matty... - puso las palmas de las manos sobre el torso de su amigo, clavándole las uñas encorvado y moviéndose lentamente sobre él.

 

Matt jadeó sin aire, moviendo la cintura del rubio de arriba a abajo dejando a un lado la delicadeza y la lentitud romántica que se habían apoderado de ellos durante unos segundos. No eran novios, estaban lejos de ser algo realmente sólido pero eso no les importaba ahora mismo, ahora solo importaban sus miembros endurecidos reclamando atención, su excitación y ansiedad contenida aquellos días que habían estado separados.

 

Los dos gemían con fuerza, sudaban y se arañaban la piel, se comían con besos salvajes que ensalivaban sus labios y parte de la barbilla. Mello perdió la cuenta de las veces que había lamido el cuello de Matt, su clavícula, sus pezones, e incluso se había atrevido a meter dos dedos en el cuerpo del pelirrojo mientras se empalaba contra él, a sabiendas de que Matt solo le permitía a Mello aquellas intromisiones en su cuerpo. Jamás había dejado que otra persona intentase algo así.

 

Terminó poniéndolo a cuatro patas para embestirlo con tanta fuerza que Mello gritó de placer contra la almohada, ahogando así los gemidos sonoros que retumbaban en el dormitorio. Matt le azotó un par de veces el trasero, descontrolado y con el cabello adherido a la frente a causa del sudor:

 

-¡¡Ahhhh!! Matty, que bien follas... me vuelves loco chucho...

-M-Mello... ahhhh... ¿cuantos te han follado hoy así?... dímelo... - le penetró con mas ritmo, clavando las uñas con fuerza en sus nalgas, furioso por su propia pregunta y a la vez excitado por la curiosidad.

 

El rubio rió entre jadeos, relamiéndose los labios y abriendo mas aún sus piernas notando el temblor maravilloso que llegaba antes del orgasmo. Matt sabia golpear su próstata a la perfección, era el amante que mas placer le había dado en la cama:

 

-Nnghh... N-nin...ninguno Matty... ahhhh, dios... - se puso de rodillas en la cama, obligando a que su amigo le rodease con uno de sus fuertes brazos. - solo hago sexo oral...nnghh...ahhh...mi culo es solo tuyo... - sonrió con travesura, susurrándole aquello sobre los labios y viendo como Matt gemía con fuerza y temblaba por el orgasmo que acababa de producirse en su cuerpo.

 

El pelirrojo respiraba alterado, pero eso no le importó a la hora de masturbar a Mello con rapidez, profundizando sus caricias y extendiendo su flujo pre seminal sobre el tronco de su miembro, consiguiendo que llegase al orgasmo en sus dedos manchando su piel y parte de las sábanas. Se dejaron caer agotados sobre el colchón, haciendo que los muelles de la cama chirriasen por última vez bajo su peso y Matt escondió el rostro en el cabello rubio de su amigo, respirando entre cortadamente.

 

-N-no... no te... no te vayas Mello, quédate aquí, al menos esta noche... - Matt terminaba de calmar su respiración, aferrando al rubio con uno de sus brazos para impedir que se alejase de su lado, intentando dominar al felino de ojos azules que no tardaría en desaparecer y esa sensación de pesar cuando Mello se iba era algo que Matt quería evitar a toda costa, al menos lo que restaba de noche.


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