Sasuke: "Naruto ha estado muy cansino durante toda la mañana, y parece que la tarde promete ser más de lo mismo. Me intento concentrar leyendo los pergaminos, pero aquel dobe se me queda mirando desde la cama, mientras yo estoy tranquilamente sentado en el suelo, al pie de ella. Anda muy curioso en todo lo que hago, no entiendo por qué. Encima siempre que me mira o mira los pergaminos pone su cara casi pegada a la mía. Y aquella sonrisa boba no se le quita."
Naruto: Ne, Sasuke, ¿qué se supone que estás leyendo? No entiendo nada.
Sasuke: Es historia antigua, es normal que no entiendas algo tan complicado, no se le puede pedir más a un usuratonkachi.
Naruto: Sí, si lo que el señor viejo renegado diga dattebayo.
Sasuke: ¿A quién se supone que llamas viejo dobe?
Naruto: Pues a ti, eres realmente aburrido y actúas como un viejo. ¿No tienes ninguna cosa interesante?
Sasuke: Lo que pasa es que tú eres como un niño pequeño.
Naruto: ¡No lo soy!
Sasuke: Hmmm.
Naruto: Solo intento aprender las cosas que te gustan y saber más sobre ti, (puchero) teme estúpido.
Sasuke: No hace falta que hagas nada de eso.
Naruto: ¡Claro que sí dattebayo! ¡A partir de ahora vamos a estar juntos!
Sasuke: Si quieres agradarme estate quietecito dobe, y déjame leer en paz...
Naru se entristeció ante el comportamiento de Sasuke, él tan solo quería que fueran más cercanos, no pretendía molestarlo, no pretendía que se enfadara con él. El tono del pelinegro se volvió mucho más suave, intentando relajar la situación.
Sasuke: Descansa, así te recuperaras más rápido Naruto.
Sasuke pasó su mano detrás de su cabeza, revolviendo el alborotado pelo rubio de Naruto, que se posaba en la cama. El menor se quedó tranquilo por un rato, mientras disfrutaba las caricias en su pelo. Un momento después de que Sasuke parara de acariciarle, se puso a cuatro patas.
Naruto: Sasuke.
El pelinegro lo miró atento. Naruto dio unos golpecitos con la palma de la mano en la cama, indicando que se sentara. Este lo hizo sin ningún problema.
Sasuke: ¿Qué sucede dobe?
Su tono seguía siendo apacible. Naruto puso su cabecita en las piernas cruzadas del Uchiha, y cerró los ojos.
Sasuke: ¿Qué se supone que haces?
Dijo ceñudo.
Naruto: Me dijiste que durmiera y eso hago.
Sasuke: No hace falta que me utilices para ello.
Naruto: Estoy más tranquilo durmiendo así, de modo que no me moveré.
Sasuke: "Mira que es cabezota" Haz lo que quieras.
Naruto apenas tardó unos minutos en quedarse completamente dormido. Su cara estaba totalmente relajada, y su cuerpo encogido, como el de un bebe dentro del vientre de su madre. Las inconscientes manos del Uchiha empezaron a acariciar el suave cabello dorado de Naruto, enredándose en su pelo, rizando con el dedo algún mechón.
Sasuke: "Siento como si acariciara a un pequeño animal en vez de a una persona"…"Se ve tan tranquilo y sumiso cuando duerme, es realmente lindo... ¡Sasuke donde tienes la cabeza, este dobe jamás podrá ser lindo, es un usuratonkachi! ¡Seguro que su piel es áspera y difícil de tocar, aunque su pelo sea tan sedoso!
El Uchiha rozo dulcemente sus dedos en aquella piel, lisa y cálida, pasando por todas las partes de su cara, los mofletes esponjosos con las marquitas de zorro, aquella tierna nariz respingona tan graciosa, su perfecto cuello uniforme y sus tersos labios.
Sasuke: "Ya los he besado alguna vez, pero de manera tan estrepitosa que no note el tacto tan agradable que tenían... si los besara de nuevo, de forma lenta, podría disfrutarlos mejor ¿¡Qué coño piensas!? ¡Es Naruto de quién hablamos maldita sea! ¡Esto me pasa por estar varios días sin desfogarme! Solo necesito ir al baño y solucionar el problema, para que mi mente no se vuelva loca con estos temas tan absurdos. Pero como este dobe me usó de almohada ahora es imposible ir, y si tardo demasiado en ducharme podría preocuparse. Ahora que lo pienso, ese estúpido no se ha podido bañar por culpa de su pierna, incluso le cuesta poder ir al baño. Supongo que esta tarde aprovechare y bañare a Naruto, seguro que el solo no puede, y se caería de nuevo con lo torpe que es. Espero que no se caiga encima de mí. Si se cayese mientras yo estoy sentado, quedaría a cuatro patas delante de mí, esa linda y suave boquita podría hacerme un trabajito. Tan sumiso mientras su lengua intenta darme placer de forma torpe, con todo mi miembro dentro de su boquita, y yo le agarro del pelo para que no pueda echarse atrás, mientras esos ojitos azules me miran llorosos. Le daría de todo a esa boquita, que se lo tragara hasta el fondo de su garganta... Creo que tengo un problema.