11.-Desesperación.
Las lágrimas resbalaban sobre mis mejillas. ¿Por qué Takahashi hizo aquello? Llevo su mirada a un lado, notando una de sus maletas. Era demás decir que su madre le puso una elección. Quedarse con un hombre mayor que sólo lo estaba utilizando o estar con ella. Sabía que haberse salido de su casa, por culpa de la revelación prematura de su relación traería severas consecuencias. Agarre mi celular, para dejarle un mensaje a Haruhiko.
“¿Puedes recogerme? Estoy en la estación del metro”.-Todou.
Esperé un tiempo sentado en las pequeñas sillas que estaban para la gente que esperaba el metro. Revisé mi reloj, por si se había equivocado pero la hora era exacta. Miré las personas que abordaban, como iba deprisa a sus destinos. No sabía lo que haría. Tampoco era mi idea perder una gran amistad como la que tenía con Takahashi pero lo que había hecho no era justo. Él también mantenía una relación homosexual, era claro que no encontraba sentido en dañar la mía. Quizás sigue enamorado de Haruhiko. Por ello lo hizo, a pesar de todo me gustaría escuchar su versión.
“Espérame ahí, no tardaré mucho en llegar”.-Haruhiko.
Recibí un mensaje de vuelta, notando que ya venía en camino. Di un suspiro aliviado, quizás el hablar con él haría que pensara mejor las cosas que estaban pasando. Aquellos pensamientos sobre que lo había llegado a molestar ya no estaban. Debería mantener más comunicación con él. En cuanto volví a fijarme en el reloj tan sólo había pasado media hora desde ese mensaje y no tarde en ver que venía corriendo. Por su aspecto se mostraba preocupado.
—Lamento tardar. ¿Por qué tienes las maletas?
—Mi madre se enteró de lo nuestro. Ella me dijo que si me quedaba a tu lado, ya no era digno de estar en su casa. —La mirada, que antes prevalecía luz; ahora estaba extinta.
— ¿Tú le dijiste algo? ¿Comentaste sobre lo nuestro?—Lo negué ¿Cómo podría decirle algo? Pensaba esperar hasta que fuera el momento indicado. —En ese caso ¿Qué ocurrió?
—Cuando llegué a casa, ella tenía unas fotos de nosotros dos. Se puso furiosa, precisamente porque era contigo…—Desvié la mirada, estaba sin habla. Me costaba recordar los hechos porque había decepción en ellos. —Takahashi se las dio.
—Te dije que él quería separarnos, ahora sabes de lo que es capaz. —Por instinto sus brazos rodearon mi cuerpo, dándome la calidez que me faltaba. —No necesitas de él o de tu madre. Ahora yo me haré cargo de ti.
Sus palabras, quitaron el dolor que podía sentir dentro. Todo lo que ocupaba sólo era estar con él. Todo lo que tenía que hacer era aferrarme a él. Sin darme cuenta había empezado nuevamente a llorar. ¿Por qué esto se sentía como caer de un precipicio? ¿Por qué sentía que si me dejaba llevar acabaría roto? Ahora entiendo lo difícil que es el amor y como no todas las personas son capaces de sentirlo por miedo de caer en un vacío.
—Haré un lugar donde podamos estar juntos. —Si tan sólo me hubiera percatado de la sonrisa que estaba poniendo. Me hubiera dado cuenta de la verdadera realidad. —Lo que más quiero es tenerte a mi lado. Y no pienso cederte a nadie.
Estuvimos un rato más de esa manera, hasta que logré tranquilizarme. Había dejado de llorar por aquello y ahora estaba tranquilo de estar entre sus brazos. Nunca renunciaría a él, en este momento me demostraba que me amaba y todo aquello que me impedía caer desapareció. Ahora estaba él solamente.
—Te amo. —Nuestros labios se unieron en un fogoso beso, dónde ninguno estaba dispuesto a dejar aquella muestra de afecto. Por suerte la estación se había quedado sin personas y estábamos solos.
Dejó de abrazarme, para permitir que me moviera. Levante mi cuerpo para agarrar las maletas. Él me ayudó con algunas, llevaba demasiado equipaje. La mayoría se trataba de mis libros de estudio y mi computadora. Dónde mi tesis se encontraba. Ahora que recuerdo, en unos días tendré que entregarla para la calificación final y cierre de mis estudios en la universidad. En poco tiempo tendría mi título y eso haría que entrara al mundo de los adultos.
¿De verdad está bien esto? Sé que Haruhiko tiene una imagen que mantener, y si ambos somos hombres eso podría perjudicar ¿No es así? Hay muchas contras, no puedo ignorar eso. Pero tampoco pienso dejarlo por ninguna de ellas. Vi su espalda, mientras caminábamos afuera de la estación rumbo a su automóvil. Nuestras manos estuvieron entrelazadas hasta que por fin tuvieron que soltarse para que nos adentráramos al vehículo.
—Por cierto, sé que es inapropiado decirlo pero ¿Por qué no estuviste los últimos días? Imaginé que estabas ocupado con los nuevos trabajos de arquitectura así que prefería no molestar.
—Tuve que viajar a Kyoto, estoy haciendo una construcción en ese lugar y es necesario que viaje constantemente. Fue mi culpa por no avisarte. —Se acomodó sus lentes, antes de comenzar a manejar. —Tú tienes el derecho de saber dónde estoy. Desde ahora ten la confianza para llamarme.
Aquellas cálidas palabras, provocaron que sintiera confianza. Desde ahora sólo tendría que confiar en Haruhiko, debía dejarme llevar por él porque si estaba aquí por mí significaba que me amaba.